tag:blogger.com,1999:blog-57053976179571771672024-03-19T13:29:17.207+01:00Cuéntame una historiaRosa Berros Canuriahttp://www.blogger.com/profile/14919887931785201154noreply@blogger.comBlogger1087125tag:blogger.com,1999:blog-5705397617957177167.post-7421017359208227002024-03-16T11:48:00.001+01:002024-03-18T09:43:29.424+01:00"Del color de la leche" Nell Leyshon<div style="border-color: rgb(196, 183, 180); border-style: inset; border-width: 10px; padding: 10px;"><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><span style="color: #666666; font-family: Indie Flower; font-size: xx-large;">éste es mi libro y estoy
escribiéndolo con mi propia mano.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><span style="color: #666666; font-family: Indie Flower; font-size: xx-large;">en este año del señor de mil
ochocientos treinta y uno he llegado a la edad de quince años y estoy sentada
al lado de mi ventana y veo muchas cosas. veo pájaros y los pájaros llenan el
cielo con sus gritos. veo los árboles y veo las hojas.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><span style="color: #666666; font-family: Indie Flower; font-size: xx-large;">y cada hoja tiene venas que la
recorren.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><span style="color: #666666; font-family: Indie Flower; font-size: xx-large;">y la corteza de cada árbol tiene
grietas.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><span style="color: #666666; font-family: Indie Flower; font-size: xx-large;">no soy muy alta y mi pelo es del
color de la leche.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><span style="color: #666666; font-family: Indie Flower; font-size: xx-large;">me llamo mary y he aprendido a
deletrear mi nombre. eme. a. erre. i griega. así es como se escribe.</span><o:p></o:p></p></div>
<b></b><div><br /></div><span style="font-family: Garamond;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: left;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgrS4ABgnIqtLmNHhClIyzcbW04ssdb81W9-rzX-j3IzU95Cn1RLJyt_qz_BXcpzOZOeninH9uBlV4NoTecIbHj8XRdQ9qqaQZoHyFA5CcNFnd_WObkgiCLiFJ_igOIzPig6s_YR39XSShEEapw-6OZw7G5efWRkZ9-I_17udVwlTskAgQIRlgXYHZGFBZr/s1000/81WuqCxcTHL._AC_UF894,1000_QL80_.jpg" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1000" data-original-width="652" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgrS4ABgnIqtLmNHhClIyzcbW04ssdb81W9-rzX-j3IzU95Cn1RLJyt_qz_BXcpzOZOeninH9uBlV4NoTecIbHj8XRdQ9qqaQZoHyFA5CcNFnd_WObkgiCLiFJ_igOIzPig6s_YR39XSShEEapw-6OZw7G5efWRkZ9-I_17udVwlTskAgQIRlgXYHZGFBZr/w261-h400/81WuqCxcTHL._AC_UF894,1000_QL80_.jpg" width="261" /></a></div>Éste es uno de esos libros que cuentan una historia terrible con una gran sencillez. Tanta sencillez que mientras lo estamos leyendo a veces tenemos la sensación de estar ante un relato inane de tan simple, pero algo nos mantiene enganchados. Tal vez el lenguaje, directo, carente de florituras, como si no contara nada en realidad; tal vez la inocencia que se destila de las palabras de la narradora, Mary, una niña de catorce años que vive en el campo, en la granja de su familia; tal vez que, casi sin que nos demos cuenta, la historia se va cargando de intensidad, nos va asfixiando sin que nos percatemos y, en un momento dado, nos sentimos con la fatiga que proporciona la falta de aire porque nos hemos olvidado de respirar. </div></span><div><span style="font-family: Garamond;"><br /></span></div><div><span style="color: #990000; font-family: Garamond;">«quiero contarte lo que ha pasado pero tengo que tener cuidado de no apresurarme como hacen las vaquillas en la entrada, porque entonces iré por delante de mí misma y puedo tropezarme y caerme y de todas maneras tú querrás que empiece por donde se debe empezar»</span><span style="font-family: Garamond;">.</span></div><div><br /></div><div><span style="font-family: Garamond;">Ni una mayúscula hay en este libro porque las mayúsculas nunca las ha entendido Mary y, a pesar de que quien le enseñó a leer le prometió que un día las entendería, parece ser que ese día aún no ha llegado. Y es que Mary tampoco aprendió a leer hace tanto tiempo. Tan solo unos meses, desde el otoño. Ahora es primavera.</span></div><div><span style="font-family: Garamond;"><br /></span></div><div><span style="font-family: Garamond;">Todo el libro sucede en poco más de un año. De una primavera a la primavera siguiente en la que todo ha cambiado. Cuando empieza la historia Mary vive en la granja con su familia: padre, madre, tres hermanas y el abuelo. Es coja. Eso nos lo cuenta ella. Y albina. Eso lo imaginamos por ese color de la leche de su pelo. </span></div><div><span style="font-family: Garamond;"><br /></span></div><div><span style="font-family: Garamond;">Cuando empieza la historia, en la primavera de 1830, Mary no sabe leer ni escribir. Ninguna hermana sabe, <span style="color: #990000;">«esto es porque padre nos necesita aquí en la granja para hacer todo el trabajo y no puede permitirse que estemos en otro sitio, en un colegio aprendiendo cosas que no podríamos usar, porque quién necesita aprender a leer palabras y a escribirlas cuando tiene que estar recogiendo piedras del suelo y metiéndolas en cubos. y ordeñando a las vacas y metiendo la leche en cubos»</span>. Un padre al que, por lo que vemos y por lo que nos cuenta Mary, tan solo le interesa el dinero, aunque tal vez eso no sea del todo cierto. Es ese interés por el dinero el que le lleva a enviar a Mary a trabajar a casa del vicario, el señor Graham, cuya mujer está enferma.</span></div><div><span style="font-family: Garamond;"><br /></span></div><div><span style="font-family: Garamond;">Es así como vemos a Mary salir de la disciplina férrea de su padre y de los trabajos agotadores en la granja para entrar en una casa caliente y cómoda, donde el trabajo es más llevadero, sobre todo desde que la señora Graham le toma cariño. Todos la tratan con respeto y consideración, pero... Pero Mary no está a gusto. Echa de menos su casa y, sobre todo, a su abuelo. La situación se va volviendo asfixiante para Mary a pesar de que, como el lector va viendo, </span><span style="font-family: Garamond;">la señora Graham </span><span style="font-family: Garamond;">le dispensa</span><span style="font-family: Garamond;"> un</span><span style="font-family: Garamond;"> cariño maternal. Un cariño al que nos da la impresión de que ella es incapaz de responder. La narración de Mary no transmite sentimientos. No nos habla de su dolor, de su soledad, de las humillaciones padecidas, de sus odios o querencias. Tan solo narra hechos, conversaciones, recuerdos. Es el autor el que deduce los sentimientos de sus palabras </span><span style="color: #990000; font-family: Garamond;">«sabía qué hora era aunque nunca he leído un reloj en mi vida. ahora ya habrían terminado de ordeñar y estarían de vuelta en la casa. abuelo estaría tomando el desayuno. si es que se habían acordado de sacarlo del cuarto de las manzanas»</span><span style="font-family: Garamond;">. Es el lector el que debe concluir la añoranza de su casa, el cariño por su abuelo.</span></div><div><span style="font-family: Garamond;"><br /></span></div><div><span style="font-family: Garamond;">A Mary no se le ocurriría transmitir sentimientos. Tal vez ni siquiera se le ocurre que pueda tenerlos. Todos han decidido siempre por ella, tampoco se le ocurre que pueda decidir algo por sí misma. Si es consciente de sus emociones, jamás pensaría en hablar de ellas. Y es que, como dice la autora del prólogo, <span style="color: #3d85c6;">«</span></span><span style="color: #3d85c6; font-family: Garamond; text-align: justify; text-indent: 28.48px;">la voz a la que Leyshon da vida aquí es a su vez un ejemplo de todas las voces silenciadas; un ejemplo de las muchas vidas que las estructuras de poder volvieron invisibles e inaudibles. El texto que escribe la narradora de este relato es un registro, lleno de belleza y espanto, de una vida enredada en la maquinaria de la dominación»</span><span style="font-family: Garamond; text-align: justify; text-indent: 28.48px;">. Es lo que se percibe en esta novela y no encuentro mejores palabras para describirlo. </span></div><div><br /></div><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgI6oqREvbb0yeGSiTOHtJSGHQ0P4HKBJGNXkHaZ0S0IzbrF4L0NWkQlmWtNObzA8XPH23mDwrHAkYvcQicfugJjjJp2UiqyyeDbRe7bo16bgfWBLScWZ3yeUyUJjEYlhCGccaoGYNoIn64DrxxMdHtSC7yl_i8UT70XuV543nTLa-ys3Q0pRoXRGGMHcil/s600/IMAGEN-16770352-2.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="300" data-original-width="600" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgI6oqREvbb0yeGSiTOHtJSGHQ0P4HKBJGNXkHaZ0S0IzbrF4L0NWkQlmWtNObzA8XPH23mDwrHAkYvcQicfugJjjJp2UiqyyeDbRe7bo16bgfWBLScWZ3yeUyUJjEYlhCGccaoGYNoIn64DrxxMdHtSC7yl_i8UT70XuV543nTLa-ys3Q0pRoXRGGMHcil/w640-h320/IMAGEN-16770352-2.jpg" width="640" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="font-family: Garamond; font-size: medium;"><b>Nell Leyshon</b></span></td></tr></tbody></table><br /><div><span style="font-family: Garamond;">Dominación es lo único que ha conocido Mary desde que nació y dominación, más terrible aún, es lo que va a sufrir a partir de un determinado momento. La historia de Mary, sencilla como decía en un principio, se va cargando de fuerza hasta llegar a un final que, a pesar de ser el esperado a partir de un cierto momento, no por ello deja de estremecernos. Y, de nuevo, no son los hechos los que nos sobrecogen, sino la forma de contarlos entre la resignación y el sometimiento; como si todo lo que pudiera venirle fuera merecido por algún pecado que ignora, pero que sabe cierto. Tal vez el pecado de ser mujer.</span></div><div><span style="font-family: Garamond;"><br /></span></div><div><p style="margin: 0.4em 1.8em 0.4em 1.5em; text-align: center; text-indent: 2em;"><span style="color: #990000; font-family: Garamond;">«y ahora ya he terminado y no tengo nada más que contarte.</span></p><p style="margin: 0.4em 1.8em 0.4em 1.5em; text-align: center; text-indent: 2em;"><span style="color: #990000; font-family: Garamond;">así que voy a terminar esta última frase y voy a secar mis palabras donde la tinta forma unos charcos al final de cada letra.</span></p><p style="margin: 0.4em 1.8em 0.4em 1.5em; text-align: center; text-indent: 2em;"><span style="font-family: Garamond;"><span style="color: #990000;">y entonces ya seré libre»</span>.</span></p></div><div><br /></div><div><div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Garamond; font-size: medium;"><b>Título del libro:</b> Del color de la leche<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Garamond; font-size: medium;"><span><b>Autora: </b>Nell Leyshon<o:p></o:p></span><br />
<span><b>Nacionalidad: </b>Reino Unido</span><br />
<span><b>Título original: </b>The colour of milk</span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Garamond; font-size: medium;"><b>Traducción:</b> Mariano Peyrou Tubert <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Garamond; font-size: medium;"><b>Editorial: </b>Sexto piso<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Garamond; font-size: medium;"><b>Año de publicación: </b>2013<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Garamond; font-size: medium;"><b>Año de publicación original: </b>2012<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-size: medium;"><b><span style="font-family: Garamond;">Nº de</span><span style="font-family: Garamond;"> páginas:</span></b></span><span style="font-family: Garamond; font-size: large;"> 176</span></div></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiTcQyROE9Wmx04l5O5nMjqunFAWsUXSVkawG2X-9RphoiCpEEMT3C24gitM4lq7h5tereHPNj3UCiwQGyHpNMretHPSPgi2iWMZQtmicY7a1MU6azkuwzhBsLwbE3P0JfbA5ErshnBg6kheFeRS9pWVJjsvchmg_0wBzuM8HWKhH1Ad8pWKoHSAEnGmNhyphenhyphen/s1594/Imagen79.png" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="607" data-original-width="1594" height="244" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiTcQyROE9Wmx04l5O5nMjqunFAWsUXSVkawG2X-9RphoiCpEEMT3C24gitM4lq7h5tereHPNj3UCiwQGyHpNMretHPSPgi2iWMZQtmicY7a1MU6azkuwzhBsLwbE3P0JfbA5ErshnBg6kheFeRS9pWVJjsvchmg_0wBzuM8HWKhH1Ad8pWKoHSAEnGmNhyphenhyphen/w640-h244/Imagen79.png" width="640" /></a></div>Rosa Berros Canuriahttp://www.blogger.com/profile/14919887931785201154noreply@blogger.com18tag:blogger.com,1999:blog-5705397617957177167.post-73976853111966663192024-03-12T10:22:00.002+01:002024-03-12T10:24:57.566+01:00"Golpe de gracia" Dennis Lehane<div style="border-color: rgb(196, 183, 180); border-style: inset; border-width: 10px; padding: 10px;"><span style="text-align: justify; text-indent: 16px;"><span style="color: #666666; font-family: Indie Flower; font-size: xx-large;">Y se fue: volvió a las calles. A todos los chicos de Southie les gustan las calles, pero a ninguno tanto como a los de los complejos de viviendas sociales: no soportan quedarse en casa, igual que los ricos no soportan trabajar. Quedarse en casa significa oler la comida de los vecinos a través de las paredes, oír sus peleas, sus folleteos, sus cisternas, lo que escuchan en sus radios y tocadiscos, lo que ven en la televisión. A veces jurarías que puedes olerlos: su olor corporal, su aliento a cigarrillo, el hedor de sus pies hinchados.</span></span></div>
<b></b><div><br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiJUQ2GaNOhKuZnYviKx_pDgsjg6g03EmKBFFQInY-yUFEyUGzdLNO9xY9EC3mRYLp9iexGyZKBwfXGibWwfsJdytwLfNE-s7bLCVGuQx3LVGZ4QkLVFj-6VwlSNSBWUTcQqjvdEvl1ZoIPQnDusoFELyL4ddXNNX2rITz2Jk8zkuRAYlsNsuCFQxOkaFo9/s1000/710afxHhgJL._AC_UF894,1000_QL80_.jpg" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1000" data-original-width="623" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiJUQ2GaNOhKuZnYviKx_pDgsjg6g03EmKBFFQInY-yUFEyUGzdLNO9xY9EC3mRYLp9iexGyZKBwfXGibWwfsJdytwLfNE-s7bLCVGuQx3LVGZ4QkLVFj-6VwlSNSBWUTcQqjvdEvl1ZoIPQnDusoFELyL4ddXNNX2rITz2Jk8zkuRAYlsNsuCFQxOkaFo9/w249-h400/710afxHhgJL._AC_UF894,1000_QL80_.jpg" width="249" /></a></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: Garamond;">Southie no es un barrio privilegiado de Boston y mucho menos si vives en el complejo de viviendas de protección oficial Commonwealth. Y menos aún si los planes de desegregación decididos el </span><span style="font-family: Garamond;">21 de junio de 1974 por el juez W. Arthur Garrity Jr afectan directamente a tu hija que va a tener que abandonar su instituto para desplazarse a otro de mayoría afroamericana. Y es que el juez Garrity <span style="color: #3d85c6;">«</span></span><span style="font-family: Garamond;"><span style="color: #3d85c6;">resolvió que el Comité Escolar de Boston había "perjudicado de manera continuada a los estudiantes negros" del sistema de enseñanza pública. El único remedio, concluyó, era poner en marcha un plan de transporte escolar entre los barrios predominantemente blancos y los predominantemente negros a fin de erradicar la segregación en los institutos públicos de la ciudad»</span>. Así nos lo explica una <i>Nota histórica</i>, justo al inicio del libro.</span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: inherit; font-size: large;"><br /></span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: EB Garamond;">Aquel verano de 1974 fue muy seco y caluroso en Boston. Pero lo peor fue que al calor meteorológico se unió el calor de los ánimos caldeados por una población blanca, pero no más privilegiada que la de los barrios negros, que se levantó en pie de guerra para protestar contra la medida. Y es que <span style="color: #990000;">«Southie no es más agradable, sólo más blanco. El Southie High School es igual de desastroso que el Roxbury High School»</span>. </span><span style="font-family: "EB Garamond";">Con esta base histórica Dennis Lehane ha montado una trama de ficción tan apasionante como todas las suyas. </span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: EB Garamond;"><br /></span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: EB Garamond;">Mary Pat es una mujer de ascendencia irlandesa como todos en el barrio. Viuda de su primer marido, recién abandonada por el segundo, ha perdido un hijo y vive con su hija Jules, quien tendrá que desplazarse a Roxbury, en ese intercambio escolar el 12 de septiembre, cuando empiece el curso. En casa de Mary Pat no se conocen los excesos. </span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: EB Garamond;"><br /></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: center;"><span style="font-family: EB Garamond;"><span style="color: #990000;">«Empieza a preparar el café y se da cuenta de que no puede. Podría usar los fogones, que funcionan con gas, pero la compañía se hartó de excusas y dio de baja el servicio la semana anterior. Para ponerse al día de los atrasos, ha pedido doble turno en el almacén de zapatos (su segundo empleo), pero aún le quedan tres turnos y una visita a la oficina de contabilidad antes de volver a estar en condiciones de hervir agua o asar un pollo»</span>.</span></div><div class="MsoNormal"><br /></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: Garamond;">Por las tardes trabaja en el almacén de zapatos y por la mañana en una residencia de ancianos. Y con todo, no se puede permitir pagar el recibo del gas. ¿Qué desegregación se va a hacer si lo único que va a cambiar entre Southie y Roxbury es el color de la piel? ¿No sería más productivo hacer el intercambio entre Roxbury y algún barrio de blancos ricos? No, claro, los blancos ricos estudian en colegios privados. Nadie puede, y a nadie le intersa, imponerles un intercambio. </span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: Garamond; font-size: large;"><br /></span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: EB Garamond;">Mary Pat tiene una amiga en la residencia donde trabaja. No es exactamente una amiga, aunque casi. Calliope <span style="color: #990000;">«Le cae bien a todo el mundo. Incluso Dottie Lloyd, que odia profundamente a los negros, admite que es una "buena negra". Como le dijo una vez a Mary Pat: "Joder, si todos trabajaran con tanto ahínco y fueran tan educados, nadie tendría problemas con ellos"</span>. </span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: EB Garamond;"><br /></span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: EB Garamond;">Está claro que no hay racismo en el mundo. Nadie tiene nada en contra de los negros (o ya puestos y traído más cerca, los chinos, los moros, los sudacas, los gitanos...) Si todos trabajaran en lugar de dedicarse a robar, traficar, engañar, vaguear... No, no hay racismo en realidad. Lo raro es que cuando los pobres son los blancos, cuando se trata de Mary Pat, su pobreza no se achaca a la vagancia o la falta de trabajo. En Southie son tan pobres como en Roxbury, pero </span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: EB Garamond;"><br /></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: center;"><span style="font-family: Garamond;"><span style="color: #990000; text-align: justify; text-indent: 16px;">«Todo el mundo se esfuerza mucho en Southie en general y en Commonwealth en particular. No son pobres porque no se esfuercen, porque trabajen poco o no se merezcan algo mejor. Allí donde mire, </span><span style="color: #990000;"><span><a id="x.1761" style="text-align: justify; text-indent: 16px;"></a></span></span><span style="text-align: justify; text-indent: 16px;"><span style="color: #990000;">Mary Pat no ve más que gente luchadora, tipos duros y exigentes que manejan cargamentos de diez toneladas como si fueran una pelota de golf, que van a trabajar día tras día y hacen jornadas de diez horas, regalándoles dos a sus desagradecidos patrones. No son pobres porque holgazaneen, eso está claro»</span>.</span></span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: EB Garamond; font-size: large;"><br /></span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: Garamond;">Pero todo esto no es más que el escenario en el que se desarrolla <b>Golpe de gracia</b>, porque estamos ante una novela negra y no sobre un tratado sobre el racismo. El racismo es un tema más como lo es la venganza, el abandono, la soledad, la pobreza. </span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: EB Garamond; font-size: large;"><br /></span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: EB Garamond;">Una noche de sábado, Jules, que salió con su novio y una amiga, no volvió a casa. Cuando la ausencia hizo saltar las alarmas de Mary Pat Ésta no acudió a la policía. Nadie en Southie acudiría a la policía porque eso suponía llamar la atención sobre el barrio y, por consiguiente, sobre Marty Butler, una mezcla de protector y mafioso, la autoridad del barrio.</span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: EB Garamond;"><br /></span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: EB Garamond;">La misma noche muere un chico negro en una estación de metro de Southie en circunstancias nada claras y es entonces cuando la policía tiene que intervenir. Mientras el sargento </span><span style="font-family: "EB Garamond";">del Departamento de Homicidios de la Policía de Boston, </span><span style="font-family: "EB Garamond";">Michael Coyne, a quien todos llaman Bobby, investiga la muerte del joven, Mary Pat se lanzará a una búsqueda de su hija que la llevará por los caminos que menos esperaba. No solo descubrirá que ambos casos están relacionados sino que se encontrará con toda una trama de engaños y traiciones y decidirá que ya que lo ha perdido todo, lo único que le queda es la venganza. </span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: EB Garamond;"><br /></span></div><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjSnnyodRiU87BjjzZjMuB2h_bZdReza5WSSAi-FchCipgs8VS1Jrl5YsD5SG7clxDav2ezIBI2l3oyZyHvQonp280_PWV2QlL2pVluBoo4lIJQBgdMMZGQ_L4Y-3jzIKw1ge6DjYDWATQl8Rbhi6TyT7ABjyn4ND0ss6ErwP7LaaE9_XolAizlATg7NeIt/s1200/65a3cfa12b685.r_d.2588-844-4000.jpeg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="675" data-original-width="1200" height="360" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjSnnyodRiU87BjjzZjMuB2h_bZdReza5WSSAi-FchCipgs8VS1Jrl5YsD5SG7clxDav2ezIBI2l3oyZyHvQonp280_PWV2QlL2pVluBoo4lIJQBgdMMZGQ_L4Y-3jzIKw1ge6DjYDWATQl8Rbhi6TyT7ABjyn4ND0ss6ErwP7LaaE9_XolAizlATg7NeIt/w640-h360/65a3cfa12b685.r_d.2588-844-4000.jpeg" width="640" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="font-family: Garamond; font-size: medium;"><b>Dennis Lehane</b></span></td></tr></tbody></table><span style="font-family: EB Garamond;"><br /></span><div class="MsoNormal"><span style="font-family: EB Garamond;">Dennis Lehane tenía nueve años cuando sucedieron los hechos históricos que se narran en <b>Golpe de gracia</b>. <span style="color: #3d85c6;">«Presenciar tanto odio racial a una edad tan temprana arrancó algo de mí»</span>. También ha declarado haber conocido madres como Mary Pat. Cuando se ha perdido todo, ya solo se puede agarrar una a la venganza. Y a la culpabilidad. El autor también ha dicho <span style="color: #3d85c6;">«Nadie nace racista. Ese odio se transmite de padres a hijos»</span> y por ello ha puesto en boca de nuestra protagonista </span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: EB Garamond;"><br /></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: center;"><span style="color: #990000; font-family: EB Garamond;">«Ya de niño empiezan a decirte mentiras, aunque nunca te dicen que lo son, sólo que es lo que hay. [...] Te dicen que los polacos son de tal manera y que los italianos son de tal otra, y no los hagas hablar de los hispanos y los negros, pero seguro que no son de fiar. Te dicen que ése es el camino y tú, que eres un puto crío, piensas: "Quiero formar parte de esta comunidad; no quiero quedarme fuera. Tengo que vivir con esta gente toda mi vida." Y ahí dentro te sientes arropado, arropado de verdad, cuando el resto del mundo es jodidamente frío, así que lo aceptas, ¿comprendes? [...] </span><span style="font-family: "EB Garamond";"><span style="color: #990000;">Y luego te apoltronas porque tienes hijos y quieres que ellos también se sientan arropados. Y les cuentas las mismas mentiras: se las inculcas hasta que se convierten en la clase de personas que son capaces de perseguir a un pobre chico hasta una estación de tren y romperle la cabeza con una piedra»</span>.</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: center;"><br /></div><div class="MsoNormal" style="text-align: left;"><span style="font-family: EB Garamond;"><b>Golpe de gracia </b>llega tras seis años en los que el autor se ha hecho esperar, pero ha valido la pena esperar porque la novela está a la altura de sus mejores obras. Totalmente a la altura de lo que me esperaba. </span></div><div class="MsoNormal"><br /></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: Garamond;">Este libro participa en el Reto </span><span style="font-family: Garamond;"><a href="https://elblogdelafabula.blogspot.com/2024/01/autores-de-la-la-la-z-2024.html" target="_blank">Autores de la A a la Z</a></span><span style="font-family: Garamond;"> que organiza el blog</span><span style="font-family: Garamond;"><span> </span><a href="http://www.lecturapolis.com/2024/01/reto-autores-de-la-a-la-z-edicion-2024.html" target="_blank">Lecturápolis</a></span><span style="font-family: Garamond;">. Con él relleno la letra L.</span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: Garamond;"><br /></span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: Garamond;">Libros de Dennis Lehane que he leído con fecha de lectura entre paréntesis y enlaces a las reseñas de los que la tienen:</span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: Garamond;"> "<b><a href="https://elblogdelafabula.blogspot.com/2018/12/diciembre-2018.html" target="_blank">Mystic River</a></b>". (2006)</span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: Garamond;">* "<b>Un trago antes de morir</b>" (2011)</span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: Garamond;">** "<b>Cualquier otro día</b>" (2012)</span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: Garamond;">* "<b>Abrázame, oscuridad</b>" (2013)</span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: Garamond;"> "<b>Suther Island</b>" (2013)</span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: Garamond;">* "<b>Lo que es sagrado</b>" (2013)</span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: Garamond;">* "<b>Desapareció una noche</b>" (2013)</span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: Garamond;">* "<b>Plegarias en la noche</b>" (2014)</span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: Garamond;">** "<b><a href="https://elblogdelafabula.blogspot.com/2017/03/vivir-de-noche-ben-affleck.html" target="_blank">Vivir de noche</a></b>" (2014)</span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: Garamond;">* "<b>La última causa perdida</b>" (2014)</span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: Garamond;"> "<b><a href="https://elblogdelafabula.blogspot.com/2015/01/la-entrega-michael-r-roskam.html" target="_blank">La entrega</a></b>" (2015)</span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: Garamond;">** "<b><a href="https://www.moonmagazine.info/ese-mundo-desaparecido-de-dennis-lehane/" target="_blank">Ese mundo desaparecido</a></b>" (2017)</span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: Garamond;"> "<b><a href="https://elblogdelafabula.blogspot.com/2018/12/despues-de-la-caida-dennis-lehane.html" target="_blank">Después de la caída</a></b>" (2018)</span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: Garamond;"><br /></span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: Garamond;">* De la serie sobre Kenzie y Gennaro.</span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: Garamond;">** De la trilogía de los Coughlin</span></div><div class="MsoNormal"><br /></div><div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Garamond; font-size: medium;"><b>Título del libro: </b>Golpe de gracia<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Garamond; font-size: medium;"><span><b>Autor: </b>Dennis Lehane<o:p></o:p></span><br />
<span><b>Nacionalidad: </b>Estados Unidos</span><br />
<span><b>Título original: </b>Small Mercies</span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Garamond; font-size: medium;"><b>Traducción: </b>Aurora Echevarría<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Garamond; font-size: medium;"><b>Editorial: </b>Salamandra <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Garamond; font-size: medium;"><b>Año de publicación: </b>2024<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Garamond; font-size: medium;"><b>Año de publicación original:</b> 2023<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Garamond; font-size: medium;"><b>Nº de páginas: </b>352</span><o:p></o:p></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj6auz5NyYPX1w4-z2rZv_ntEUfAGvVmYF45Kysk46u_NfgkrXroVmhdChXdeuE5ik2OmbLgtGiQYzk8eTBfexVGYXg5IEz7D7hB0Dql3s3alV-FY53R1ej777_90S1CbJEf8Smea3L4pRz2WQtwP10d8bP6ZYhzBF6AihvsXbeTT2ZcOMHbaqoZssxUnJH/s1253/Imagen24.png" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="346" data-original-width="1253" height="176" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj6auz5NyYPX1w4-z2rZv_ntEUfAGvVmYF45Kysk46u_NfgkrXroVmhdChXdeuE5ik2OmbLgtGiQYzk8eTBfexVGYXg5IEz7D7hB0Dql3s3alV-FY53R1ej777_90S1CbJEf8Smea3L4pRz2WQtwP10d8bP6ZYhzBF6AihvsXbeTT2ZcOMHbaqoZssxUnJH/w640-h176/Imagen24.png" width="640" /></a></div>Rosa Berros Canuriahttp://www.blogger.com/profile/14919887931785201154noreply@blogger.com28tag:blogger.com,1999:blog-5705397617957177167.post-40676464257196409232024-03-08T13:03:00.000+01:002024-03-08T13:03:16.649+01:00Tres eran tres 33<div class="MsoNormal"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgoz_CsAnvVaEUK_VO2j63uvHJGs_bj0_06VFb55sSMZEiYuxhJjVgkyQoWKFTYe0_Ka0U4HA3W-46emj0dSLWMRkNSQhByQuVJ4B_U-i8JfEem0MBviKNIjynxvytVttmpbchfJ1kHkRLVsMNO6HBFsp99rRufQM60UXAbX80DG_tz3LjdGgLEnDJD6Hlf/s829/Imagen1.png" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="537" data-original-width="829" height="414" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgoz_CsAnvVaEUK_VO2j63uvHJGs_bj0_06VFb55sSMZEiYuxhJjVgkyQoWKFTYe0_Ka0U4HA3W-46emj0dSLWMRkNSQhByQuVJ4B_U-i8JfEem0MBviKNIjynxvytVttmpbchfJ1kHkRLVsMNO6HBFsp99rRufQM60UXAbX80DG_tz3LjdGgLEnDJD6Hlf/w640-h414/Imagen1.png" width="640" /></a></div><br /><div class="separator" style="clear: both; text-align: left;">Entrega 33 de Tres eran tres. Madre mía, cuántos treses. En esta ocasión traigo dos novelas españolas. Una es policíaca y la otra, más negra que policíaca (aunque me cuesta mucho clasificar cuando la cosa se mezcla tanto) y perteneciente a una serie. La tercera es policíaca y también pertenece a una serie, pero en este caso es irlandesa. Espero que alguna os tiente si es que no las habéis leído.</div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div></div><div class="MsoNormal"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEggRuKqVw_n8yNJ7yp3bP0ARsPiJSikXyhBwtX7fia4kEEhH8ymrK4-sMLNeIy7b_TWxAO_wH_AdMN9pKxRsYwHpcXR4Do5juVynLqI0Z52jl7rGsuflLz4mXNwFuXA6ljkwS5z-9UOE4NVYvVoGb9SwKGht4MjZyaoPpYvkp24-aOOhNcPly87S-ZynyCM/s997/Imagen3n.png" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="295" data-original-width="997" height="59" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEggRuKqVw_n8yNJ7yp3bP0ARsPiJSikXyhBwtX7fia4kEEhH8ymrK4-sMLNeIy7b_TWxAO_wH_AdMN9pKxRsYwHpcXR4Do5juVynLqI0Z52jl7rGsuflLz4mXNwFuXA6ljkwS5z-9UOE4NVYvVoGb9SwKGht4MjZyaoPpYvkp24-aOOhNcPly87S-ZynyCM/w200-h59/Imagen3n.png" width="200" /></a></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: left;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: left;"><span style="font-family: Garamond;">"<b>La soledad de Patricia</b>". Carlos Quílez.</span></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: left;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhxCzzSJ5V9HLg9jnKEha44RkBFwakn7fD6q08mzcE_gCFec0Nc9hAnJf_1iJbzn5Q_0gjmZjA0mwb8UMviRkE_49UzgIDu5LOUG3qFgK4Z5oO2h9Y1GV4RQU0J6dzsBurlE447SmCbjIIlqqRtOcwIvrtzudeaLjgWR2flESJug6mFnLdsUblNNMT2uYUI/s1000/81RCTEi+oWL._AC_UF1000,1000_QL80_.jpg" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1000" data-original-width="705" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhxCzzSJ5V9HLg9jnKEha44RkBFwakn7fD6q08mzcE_gCFec0Nc9hAnJf_1iJbzn5Q_0gjmZjA0mwb8UMviRkE_49UzgIDu5LOUG3qFgK4Z5oO2h9Y1GV4RQU0J6dzsBurlE447SmCbjIIlqqRtOcwIvrtzudeaLjgWR2flESJug6mFnLdsUblNNMT2uYUI/s320/81RCTEi+oWL._AC_UF1000,1000_QL80_.jpg" width="226" /></a></div><span style="font-family: Garamond;">Patricia Bucana es una periodista de treinta y seis años y,
según nos cuenta ella misma, <span style="color: #990000;">«enferma de estrés que ya había sufrido dos crisis
de ansiedad que me habían dejado varios días catatónica; pero lo más grave de
todo es que estaba pasando por ello sola, sin el apoyo de nadie que de verdad
valiera la pena»</span>. Una mañana recibe una llamada de teléfono. Se trata de
Andreu, su fuente en los Mossos, y ya casi amigo, que le filtra los casos más
importantes. Ahora Patricia cree que le va a comunicar la detención de un
sádico que anda violando y asesinando prostitutas por Barcelona. Pero no, esta
vez la noticia no es sobre el violador. Es algo más delicado según Andreu,
subinspector de los Mossos. Esta vez, cuando se encuentre con Andreu, no estará
solo. Le acompaña Xavier Mumbrú, de la División de Investigación Criminal. Es
él quien tiene un caso que quiere investigar y que no quiere que quede oculto.
Se ha detenido a dos asesinos a sueldo de los servicios de espionaje franceses. Estaban provistos de un arma muy sofisticada y se supone que iban a cometer un
magnicidio. La investigación policial se
encuentra con obstáculos por parte de los servicios secretos franceses y
españoles y Xavier no quiere que quede sin solucionar por lo que le pasa la
información a Patricia para que la investigación periodística consiga lo que no
se le deja hacer a la policial.</span></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: left;"><span style="font-family: Garamond;"><br /></span></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: left;"><span style="font-family: Garamond;">A la vez que siguen pendientes del violador y asesino de prostitutas, se encargarán de saber todo lo posible de los asesinos a sueldo detenidos y de sus objetivos. Patricia tendrá además que luchar contra sus demonios que la tensión de las pesquisas hará que se revolucionen y le provoquen crisis de las que tendrá que ser tratada.</span></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: left;"><span style="font-family: Garamond;"><br /></span></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: left;"><span style="font-family: Garamond;">Ambos casos además irán convergiendo y manifestando una trama mucho más compleja y peligrosa de lo que en principio cabía suponer. Y no es cuestión de pensar que la ficción todo lo admite porque, como dice el autor en una nota al principio de la novela, estamos ante <span style="color: #3d85c6;">«una historia basada en personajes y hechos reales que he conocido de primera mano gracias a mi condición de periodista de la crónica negra. Es una historia compleja, cargada de matices y de turbias implicaciones que un día investigué, que más tarde condensé y difundí en forma de noticia, y que ahora he rescatado a partir de este maravilloso «género periodístico» que es la novela»</span>. </span></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: left;"><span style="font-family: Garamond;"><br /></span></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: left;"><span style="font-family: Garamond;"><b>La soledad de Patricia</b> es la primera entrega de una serie que, de momento, cuenta con dos novelas más. Pero si os interesan los relatos inspirados en historias que el autor ha seguido personalmente como periodista no os perdáis <b>Mala vida</b>, <b>Sigue la mala vida</b> y <b>Condenados relatos (más mala vida)</b>. Yo los descubrí en el podcast de la editorial Alrevés <a href="https://www.ivoox.com/sinficcion41-mala-vida-con-carlos-quilez-audios-mp3_rf_122573369_1.html" target="_blank">Sin ficción</a> y ya los tengo entre mis pendientes. </span></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: left;"><span style="font-family: Garamond;"><br /></span></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: left;"><span style="font-family: Garamond;">Este libro participa en el Reto </span><span style="font-family: Garamond;"><a href="https://elblogdelafabula.blogspot.com/2024/01/autores-de-la-la-la-z-2024.html" target="_blank">Autores de la A a la Z</a></span><span style="font-family: Garamond;"> que organiza el blog</span><span style="font-family: Garamond;"><span> </span><a href="http://www.lecturapolis.com/2024/01/reto-autores-de-la-a-la-z-edicion-2024.html" target="_blank">Lecturápolis</a></span><span style="font-family: Garamond;">. Con él relleno la letra Q.</span></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: left;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: left;"><div class="MsoNormal"><span style="font-family: Garamond; font-size: medium;"><b>Título del libro:</b> La soledad de Patricia<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: Garamond; font-size: medium;"><span><b>Autor: </b>Carlos Quílez</span><br /><span><b>Nacionalidad: </b>España</span></span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: Garamond; font-size: medium;"><b>Editorial: </b>RBA<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: Garamond; font-size: medium;"><b>Año de publicación: </b>2010<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: Garamond; font-size: medium;"><b>Año de publicación original:</b> 2009<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: Garamond; font-size: medium;"><b>Nº de páginas: </b>173</span></div></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: left;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEggRuKqVw_n8yNJ7yp3bP0ARsPiJSikXyhBwtX7fia4kEEhH8ymrK4-sMLNeIy7b_TWxAO_wH_AdMN9pKxRsYwHpcXR4Do5juVynLqI0Z52jl7rGsuflLz4mXNwFuXA6ljkwS5z-9UOE4NVYvVoGb9SwKGht4MjZyaoPpYvkp24-aOOhNcPly87S-ZynyCM/s997/Imagen3n.png" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="295" data-original-width="997" height="59" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEggRuKqVw_n8yNJ7yp3bP0ARsPiJSikXyhBwtX7fia4kEEhH8ymrK4-sMLNeIy7b_TWxAO_wH_AdMN9pKxRsYwHpcXR4Do5juVynLqI0Z52jl7rGsuflLz4mXNwFuXA6ljkwS5z-9UOE4NVYvVoGb9SwKGht4MjZyaoPpYvkp24-aOOhNcPly87S-ZynyCM/w200-h59/Imagen3n.png" width="200" /></a></div></div><div style="text-align: left;"><br /></div><div style="text-align: left;"><span style="font-family: Garamond;">"<b>Muerte en verano</b>". Banjamin Black.</span></div><div style="text-align: left;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEif0t0lC3Q8jCTFs9saVRd_Z6TsBqdrSskZdL0C3k7g_yQoSjOjpng-B1fw5rkLrSGWJcSYco5JsBDoXzc75U7ebRB4PZv4cqGdK4pRba0XDby04INalRrMtvd-IBA1Qx5ZjLiT4CKWpIxoB3dUWYVjUl5zN_-NSGu075XVjh0oI2db-RUYr0qXU2KcwVGH/s588/muerte-en-verano-quirke-4.webp" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><span style="font-family: Garamond;"><img border="0" data-original-height="588" data-original-width="381" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEif0t0lC3Q8jCTFs9saVRd_Z6TsBqdrSskZdL0C3k7g_yQoSjOjpng-B1fw5rkLrSGWJcSYco5JsBDoXzc75U7ebRB4PZv4cqGdK4pRba0XDby04INalRrMtvd-IBA1Qx5ZjLiT4CKWpIxoB3dUWYVjUl5zN_-NSGu075XVjh0oI2db-RUYr0qXU2KcwVGH/s320/muerte-en-verano-quirke-4.webp" width="207" /></span></a></div><span style="font-family: Garamond;">Esta es la cuarta entrega que tiene como protagonista a Quirke, un médico forense que trabaja en Dublín en los años cincuenta. En esta entrega, concretamente, nos encontramos en el verano de 1954 y un hombre acaba de aparecer muerto en su casa. Al parecer, se ha volado la cabeza. <span style="color: #990000;">«C</span></span><span style="font-family: Garamond;"><span style="color: #990000;">uando se propagó la noticia de que Richard Jewell había sido encontrado con la cabeza reventada y con una escopeta entre las manos, limpias de sangre, pocas personas ajenas al círculo familiar o pertenecientes al mismo consideraron su muerte una gran pérdida»</span>. </span><span style="font-family: Garamond;">Diamante Dick, como se le llamaba, había heredado y engrandecido la fortuna de su padre. Seguía siendo dueño de una cadena de periódicos entre los que figura el Daily Clarion, periódico sensacionalista y el más vendido de Dublín.</span></div><div style="text-align: left;"><br /></div><div style="text-align: left;"><span style="font-family: Garamond;">Como policía acude rápidamente el inspector Hackett, de la Garda, y como forense, por enfermedad del que debería hacerse cargo, llaman a Quirke. Ya viejos conocidos y acostumbrados a investigar juntos, enseguida se dan cuenta de que aquello no tiene mucha pinta de suicidio. </span></div><div style="text-align: left;"><span style="font-family: Garamond;"><br /></span></div><div style="text-align: left;"><span style="font-family: Garamond;">Volvemos a encontrarnos con el pasado de Quieke porque Jewell era un mecenas que ayudaba a orfanatos, escuelas de discapacitados y hospitales. Concretamente, la investigación llevará a Quirke a visitar (y recordar) el orfanato de St. Christopher </span><span style="font-family: Garamond;">en el que pasó parte de su</span><span style="font-family: Garamond;"> niñez, hasta que el juez Griffin lo rescató y se convirtió en su padre adoptivo. </span></div><div style="text-align: left;"><span style="font-family: Garamond;"><br /></span></div><div style="text-align: left;"><span style="font-family: Garamond;">Junto a los personajes de siempre, Hackett, Sinclair, el ayudante de Quirke que adquiere nueva importancia en esta entrega, y Phoebe, la hija de Quirke que pasó toda su infancia creyéndose hija de sus tíos, aparecen personajes nuevos que van a estar directamente emparentados con el muerto: la esposa de Jewell, </span><span style="text-align: justify; text-indent: 26.7712px;"><span style="font-family: Garamond;">Françoise d’Aubigny<span style="color: #000099; font-weight: 700;">, </span></span></span><span style="font-family: Garamond;">una francesa espectacular a ojos de Quirke al que deja un tanto obnubilado; Danny Jewell, la hermana del muerto, una mujer con muchos problemas que se irán descubriendo a medida que avanza la lectura; un empresario de la competencia</span><span style="font-family: Garamond;">, <span style="text-align: justify; text-indent: 28.48px;">Carlton Sumner, con quien Jewell había tenido algún encuentro no muy cordial.</span></span></div><div style="text-align: left;"><span style="font-family: Garamond;"><br /></span></div><div style="text-align: left;"><span style="font-family: Garamond;">A medida que avanza la investigación, irán surgiendo relaciones inesperadas, secretos del pasado y del presente relacionados no solo con Richard Jewell, sino con el resto. Eso por no mencionar los que esconde la vida de Quirke, que se recuerdan aquí, aunque ya los conocemos de la primera entrega, <b>El secreto de Christine</b>. Y todo ello mientras el verano dublinés dota a la historia de un aire lánguido que invita a la pereza y contrasta con el terrible suceso y la trepidante investigación a la que conduce.</span></div><div style="text-align: left;"><span style="font-family: Garamond;"><br /></span></div><div style="text-align: left;"><span style="font-family: Garamond;">La de Quirke es una serie que, tanto por la época y lugar en que transcurre, la ciudad de Dublín en los años cincuenta, la intensidad de las tramas y lo bien llevadas y bien resueltas que están no puedo dejar de recomendar.</span></div><div style="text-align: left;"><br /></div><div style="text-align: left;"><div class="MsoNormal"><span style="font-family: Garamond; font-size: medium;"><b>Título del libro: </b>Muerte en verano<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: Garamond; font-size: medium;"><span><b>Autor: </b>Benjamin Black</span><br /><span><b>Nacionalidad: </b>Irlanda</span></span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: Garamond; font-size: medium;"><span><b>Título original:</b> A death in summer</span></span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: Garamond; font-size: medium;"><span><b>Traducción: </b>Nuria Barrios</span></span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: Garamond; font-size: medium;"><b>Editorial: </b>Alfaguara<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: Garamond; font-size: medium;"><b>Año de publicación: </b>2012<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: Garamond; font-size: medium;"><b>Año de publicación original:</b> 2011<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: Garamond; font-size: medium;"><b>Nº de páginas: </b>304</span></div></div><div style="text-align: center;"><br /></div><div style="text-align: left;"><div class="MsoNormal" style="text-align: center;"><span style="font-family: Garamond; font-size: medium;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEggRuKqVw_n8yNJ7yp3bP0ARsPiJSikXyhBwtX7fia4kEEhH8ymrK4-sMLNeIy7b_TWxAO_wH_AdMN9pKxRsYwHpcXR4Do5juVynLqI0Z52jl7rGsuflLz4mXNwFuXA6ljkwS5z-9UOE4NVYvVoGb9SwKGht4MjZyaoPpYvkp24-aOOhNcPly87S-ZynyCM/s997/Imagen3n.png" style="font-family: "Times New Roman"; font-size: medium; margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="295" data-original-width="997" height="59" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEggRuKqVw_n8yNJ7yp3bP0ARsPiJSikXyhBwtX7fia4kEEhH8ymrK4-sMLNeIy7b_TWxAO_wH_AdMN9pKxRsYwHpcXR4Do5juVynLqI0Z52jl7rGsuflLz4mXNwFuXA6ljkwS5z-9UOE4NVYvVoGb9SwKGht4MjZyaoPpYvkp24-aOOhNcPly87S-ZynyCM/w200-h59/Imagen3n.png" width="200" /></a></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: left;"><span style="font-family: Garamond;"><br /></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: left;"><span style="font-family: Garamond;">"</span><b style="font-family: Garamond;">La ronda</b><span style="font-family: Garamond;">". Francisco Bescós.</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: left;"><span style="font-family: Garamond;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: left;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: left;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhv4VIHNqeox3qv5VESAAa3kAWSw-v-GwRpPdLxeVIVLO0U9NLlrcDdsavJbv681ttlbzmmz6pgAGVP7DLttINeLUumtOargjbX589xoZ65bQTx-58e5oAM1c3nkv-7YERFhDpfexTjrVQenz6s0ZkX17haUSEeqXHUe7UemXYO8hBxwvR26fk1xIBHUcvv/s500/51SoMOvk0BL.jpg" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="500" data-original-width="329" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhv4VIHNqeox3qv5VESAAa3kAWSw-v-GwRpPdLxeVIVLO0U9NLlrcDdsavJbv681ttlbzmmz6pgAGVP7DLttINeLUumtOargjbX589xoZ65bQTx-58e5oAM1c3nkv-7YERFhDpfexTjrVQenz6s0ZkX17haUSEeqXHUe7UemXYO8hBxwvR26fk1xIBHUcvv/s320/51SoMOvk0BL.jpg" width="211" /></a></div>Es 19 de enero de 2023 y Juan Luis Seito, inspector de la Policía Nacional, está a punto de encontrar la pieza que en su opinión enlazará una muerte que se acaba de descubrir con otra ocurrida días antes. Va a encontrar unas coincidencias que nadie más ha visto en esas dos muertes. Se trata de un dibujo, escondido en tapias llenas de grafitis. <span style="color: #990000;">«Ya lo había visto antes. Tenía forma de letra eme minúscula, como el boceto de una sierra montañosa cuyos tres picos estuvieran coronados por rombos. La pintura de espray azul parecía fresca»</span>. Lo de ese 19 de enero parecía un atropello accidental, pero Seito no creía en las casualidades y el mismo dibujo había aparecido al lado de otro cadáver, pero este sí, debido claramente a un asesinato: un disparo limpio sobre un sintecho en la Quinta de la Fuente del Berro. Una víctima poco glamurosa para una técnica sofisticada: pistola con silenciador y munición subsónica. Y esa especie de firma a un metro del cadáver. No, Seito no cree en las casualidades. </div><div class="separator" style="clear: both; text-align: left;">Tampoco cree en ellas la inspectora Dulce O'Rourke. Ella también ha encontrado un cadáver un tanto singular. Trabaja en la comisaría de Vallecas donde le llega el soplo de un asesinato en Entrevías. </div><div class="separator" style="clear: both; text-align: left;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: left;">Los casos de Dulce O'Rourke y de Seito terminan por encontrarse y ambos empiezan a trabajar juntos. Pronto se darán cuenta de que hay implicaciones internacionales, en las que están involucrados oficinas de inteligencia y bandas de delincuentes extranjeras. La investigación los irá llevando a recorrer Madrid y a descubrir un juego macabro que no es la primera vez que se juega. También ellos se verán obligados a participar y a jugarse la vida y descubrirán una trama en la que participan personas muy importantes.</div><div class="separator" style="clear: both; text-align: left;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: left;"><b>La ronda</b> cosecha nominaciones para algunos premios importantes de Novela Negra. Está nominada al <i>Novelpol</i> 2024 y al <span style="text-align: justify;">X <i>Premio Ciudad de Santa Cruz</i>. Ambos premios se fallarán en breve. Es una novela con una trama compleja e ingeniosa, de la que no se puede contar mucho, que me ha mantenido atrapada. El final me ha gustado mucho porque es realista y bastante esclarecedor, aunque se alargue en exceso para mi gusto.</span></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: left;"><span style="text-align: justify;"><br /></span></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: left;"><span style="text-align: justify;">No había leído nada del autor, aunque tengo en mi lista <b>El baile de los penitentes</b> y <b>El porqué del color rojo</b>, ambas premiadas en diferentes festivales. La primera obtuvo el premio <i>Ciudad de Carmona;</i> la segunda fue ganadora del </span><span style="color: #0f1111;"><i>Pata Negra</i>, el <i>Novelpol</i> y el <i>Cartagena Negra</i>. Además de quedar finalista en el <i>Premio Ciudad de Santa Cruz</i>. Un autor al que tendré que prestar más atención.</span></div></div></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: left;"><br /></div><div class="MsoNormal" style="text-align: left;"><div class="MsoNormal"><span style="font-family: Garamond; font-size: medium;"><b>Título del libro: </b>La ronda<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: Garamond; font-size: medium;"><span><b>Autor: </b>Francisco Bescós</span><br /><span><b>Nacionalidad: </b>España</span></span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: Garamond; font-size: medium;"><b>Editorial: </b>Reservoir Books<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: Garamond; font-size: medium;"><b>Año de publicación: </b>2023<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: Garamond; font-size: medium;"><b>Año de publicación original:</b> 2023<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: Garamond; font-size: medium;"><b>Nº de páginas: </b>440</span></div></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: Garamond; font-size: medium;"><br /></span></div><div class="MsoNormal"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhtFTtxfH2E-6MgXQW1ajWjkX2Xzlf78QecJjckP5nasW8sbMjJVlRqbpHdkpfdF-gQMK8GBUSOQfRPZT5-5JlUP1wIw21Vv4bc_kGlrrGvQzTW0OMTWH_EjA-xXZrVcrZMD8axpGxB_V5vh9z_ocZ_bzxLTCzAg6bD356wjc0zjyzPZpcGwX9-RHhDxx2y/s1786/Imagen36.png" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="403" data-original-width="1786" height="144" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhtFTtxfH2E-6MgXQW1ajWjkX2Xzlf78QecJjckP5nasW8sbMjJVlRqbpHdkpfdF-gQMK8GBUSOQfRPZT5-5JlUP1wIw21Vv4bc_kGlrrGvQzTW0OMTWH_EjA-xXZrVcrZMD8axpGxB_V5vh9z_ocZ_bzxLTCzAg6bD356wjc0zjyzPZpcGwX9-RHhDxx2y/w640-h144/Imagen36.png" width="640" /></a></div></div></div>Rosa Berros Canuriahttp://www.blogger.com/profile/14919887931785201154noreply@blogger.com28tag:blogger.com,1999:blog-5705397617957177167.post-26944182020059773122024-03-05T10:49:00.001+01:002024-03-18T11:41:41.593+01:00"La hija del optimista" Eudora Welty<div style="border-color: rgb(196, 183, 180); border-style: inset; border-width: 10px; padding: 10px;"><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><span style="color: #666666; font-family: Caveat; font-size: xx-large;">El juez McKelva era un hombre alto
y robusto, de setenta y un años, que habitualmente llevaba las gafas colgadas
al cuello con un cordel. Ahora las tenía en la mano, y se sentó en una silla
elevada y con apariencia de trono, junto a la silla giratoria del médico,
flanqueado a un lado por Laurel y al otro por Fay.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><span style="color: #666666; font-family: Caveat; font-size: xx-large;">Laurel McKelva Hand era una mujer
enjuta, de rostro hierático, a medio camino entre los cuarenta y los cincuenta,
con el pelo aún oscuro. Vestía ropa de buen corte y tejido, aunque el traje era
demasiado abrigado para Nueva Orleans [...].<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><span style="color: #666666; font-family: Caveat; font-size: xx-large;">Fay, pequeña y pálida, embutida en
su vestido con botones dorados, repiqueteaba nerviosamente con el tacón de la
sandalia en el suelo.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><span style="color: #666666; font-family: Caveat; font-size: xx-large;">Era la mañana de un lunes de
principios de marzo. Y Nueva Orleans era una ciudad extraña para todos ellos.</span><o:p></o:p></p></div>
<b></b><div><br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjodzJEV_9rXl8RWjpFL1S48LRmpHNJXJ2mo4aHn2W4o7QAUySkEwjbdrom4OdkhAFct0kuA5aWi9EfjgY7icO_DWPZEBiSSFO5fg6i63bRQ1jJU2CkMA8gBp3QfyofTVYQDfmZQ1qx6DFo6VLAqfm3T21tUyTmOl1b65xtUnUIGDO-7QsFPojktVRNXysg/s911/9788493711054.jpg" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="911" data-original-width="600" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjodzJEV_9rXl8RWjpFL1S48LRmpHNJXJ2mo4aHn2W4o7QAUySkEwjbdrom4OdkhAFct0kuA5aWi9EfjgY7icO_DWPZEBiSSFO5fg6i63bRQ1jJU2CkMA8gBp3QfyofTVYQDfmZQ1qx6DFo6VLAqfm3T21tUyTmOl1b65xtUnUIGDO-7QsFPojktVRNXysg/w264-h400/9788493711054.jpg" width="264" /></a></div><span style="font-family: Garamond;">Comienza <b>La hija del optimista</b> con una introducción de Félix Romeo en la que compara la novela con un cuento de hadas. Me ha encantado la comparación. El juez se ha pinchado con una espina de rosal. El sueño en el que se sumerge será más largo que el de La Bella Durmiente; Lauren, la hija, sufre a manos de su madrastra, aunque ya es suficientemente mayor como para llegar a ser maltratada. El maltrato de Fay viene de su propio egoísmo, su inmadurez, su comportamiento de niña malcriada que solo piensa en sí misma y a la que, incluso la enfermedad del marido, le parece una afrenta personal. Laurel, e incluso el juez, no pueden sustraerse al espíritu de la madre, la de verdad, que está presente durante toda la novela. </span><div><span style="font-family: Garamond;"><br /></span></div><div><span style="font-family: Garamond;">Nueva Orleans es la ciudad donde empieza la historia, una Nueva Orleans en pleno carnaval mientras nuestros personajes luchan entre sí y con la enfermedad en la habitación de un hospital; pero su transcurrir mayoritario ocurre en Mount Salus, Mississippi, a donde las dos mujeres viajarán con el cadáver del juez y donde, en la casa familiar, en la que Laurel ha vivido casi toda su vida, transcurrirá la novela en unos pocos días.</span></div><div><span style="font-family: Garamond;"><br /></span></div><div><span style="font-family: Garamond;">El funeral del juez se llenará de personajes variopintos porque a los amigos de toda la vida que van llegando y llenando la casa con sus historias, ocurrencias y ayuda de todo tipo, se unirán los parientes de Faye, llegados de Texas y tan escandalosos y caóticos como los mejores y más estrafalarios personajes de Faulkner. El funeral del juez McKelva podría figurar entre las escenas más memorables de alguna novela de William Faulkner, aunque eso se debe solo a que conozco mucho más a ese autor que a Eudora Welty con cuya narrativa termino de encontrarme. Imagino que lo que sucede es que la literatura del Sur tiene sus características comunes. </span></div><div><span style="font-family: Garamond;"><br /></span></div><div style="text-align: justify; text-indent: 24px;"><span style="font-family: Garamond;">En ese funeral todo el mundo habla del juez, todos le adornan con cualidades que Laurel no reconoce y que no le gustan </span><span style="color: #990000; font-family: EB Garamond;">«<span style="text-align: justify; text-indent: 1.5em;">Está intentando hacer que mi padre fuera lo que a él le habría gustado ser [...] </span><span style="text-align: justify; text-indent: 1.5em;">no creo que</span><span style="text-align: justify; text-indent: 1.5em;"> </span><i style="text-align: justify; text-indent: 1.5em;">ahora</i><span style="text-align: justify; text-indent: 1.5em;"> </span><span style="text-align: justify; text-indent: 1.5em;">sea el momento adecuado [...] </span><span style="text-align: justify; text-indent: 24px;">Lo menos que cualquiera podría hacer por él es </span><i style="text-align: justify; text-indent: 24px;">recordarlo</i></span><span style="text-align: justify; text-indent: 24px;"><span style="color: #990000; font-family: EB Garamond;"> con justicia»</span>. <span style="font-family: Garamond;">Le adjudican hechos heroicos que jamás protagonizó, pero no le agradecen lo que realmente le deben, su labor como alcalde de Mount Salus, sus estudios sobre las inundaciones o el control de las riadas. </span><span style="color: #990000; font-family: EB Garamond;">«</span></span><span style="font-family: EB Garamond;"><span style="color: #990000;">Pero la gente ya había olvidado todo acerca de aquella parte de su vida, su trabajo, su <i>labor</i>. Aquella ciudad no le debía menos de lo que le debía Fay»</span>. Fay, egoísta hasta el final, montando la escena que se le supone a una viuda <span style="color: #990000;">«</span></span><span style="font-family: Garamond; text-align: left;"><span style="color: #990000;">para Fay, montar una escena era lo más natural. Fay había llevado sus escenas al hospital, [...] Y también había traído sus escenas a casa, de eso no cabía duda. La muerte, en toda su crudeza, pasaba por encima de Fay sin rozarla»</span>.</span></div><div><br /></div><div><span style="font-family: Garamond;">También me resulta muy faulkneriana la forma en la que, en esos pocos días, el tiempo se mezcla y se confunde como se confunden los recuerdos de Laurel. Su madre, la señorita Daisy, siempre presente, nos llevará con sus cartas y los recuerdos de Laurel, <span style="color: #990000;">«allá arriba, a casa»,</span> el lugar de Virginia Occidental de donde salió para vivir con su marido el juez McKelva. <span style="color: #990000;">«Allá arriba, a casa»</span> es al lugar al que iba todos los veranos con Laurel a pasar </span><span style="font-family: Garamond;">un mes entero</span><span style="font-family: Garamond;">. Y desde entonces conserva las cartas que su marido le enviaba. Cartas, fotos, objetos... todo ello le sirve a Laurel para rememorar las vidas de sus padres y la suya propia antes de volver a Chicago donde vive y trabaja. </span></div><div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: Garamond;"><br /></span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: Garamond;">Y el tiempo se confundirá en la cabeza de Laurel hasta mezclar el presente con el pasado </span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: Garamond;"><br /></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: center;"><span style="color: #990000; font-family: EB Garamond;">«</span><span style="font-family: Garamond;"><span style="color: #990000;">"Tú eres el tiempo", pensó Laurel. "Y el tiempo por venir: habrá muchas como tú en esta vida" [...] Su madre creyó durante toda su vida que estaba siendo engañada, pero hasta que no murió y se guardó el luto preceptivo, Fay no había venido desde Madrid, Texas. Quizá hasta aquel preciso momento su padre ni siquiera había pensado en una Fay. Porque Fay era el terror de Becky. Lo que Becky había sentido, y de lo que había tenido miedo, podría haber estado allí, en la casa, durante todo el tiempo, esperándola. El pasado y el futuro podrían haberse intercambiado por medio de alguna convulsión de la mente, pero aquello no evitaba que no se pudieran poner en duda las verdades del corazón»</span>.</span></div><div class="MsoNormal"><br /></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: Garamond;">Pero tal vez no es Becky la engañada. Fay también siente la amenaza del pasado como Becky podía sentir la del futuro. Fay no soporta nada que tenga que ver con la anterior esposa del juez y su penitencia puede estar en tener que convivir con sus enseres y en su casa. Fay nunca ha dejado de considerarla su rival. <span style="color: #990000;">«</span></span><span style="text-align: justify; text-indent: 1.5em;"><span style="font-family: Garamond;"><span style="color: #990000;">Pero la rivalidad no reside donde cree Fay. La rivalidad no existe entre los vivos y los muertos, o entre la esposa antigua y la nueva; la rivalidad se crea entre el amor y la ausencia de amor. No hay rivalidad más amarga»</span>. </span></span></div><p style="line-height: 1.25em; margin: 0px; text-align: justify; text-indent: 1.5em;"><br /></p><div class="MsoNormal"><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjyl0ZvpTetHTlA35nADMeQrSnfHN9ikurx_cJjE2iKYM-n69jXlVgxYgaji__BRdGFs5IKE9n7AbEsM5ffpJZOV3y32SnodEIoHmNhgLpe0JY6PPgL6Qh65kyZVOE08fcWauJF6nSznr3fZ3iS_EJ6dCk0awMve4Q1Dve3oLyGuqpDf3gpBSwGcL3gP-cT/s1200/courney.JPG" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="630" data-original-width="1200" height="336" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjyl0ZvpTetHTlA35nADMeQrSnfHN9ikurx_cJjE2iKYM-n69jXlVgxYgaji__BRdGFs5IKE9n7AbEsM5ffpJZOV3y32SnodEIoHmNhgLpe0JY6PPgL6Qh65kyZVOE08fcWauJF6nSznr3fZ3iS_EJ6dCk0awMve4Q1Dve3oLyGuqpDf3gpBSwGcL3gP-cT/w640-h336/courney.JPG" width="640" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="font-family: EB Garamond; font-size: medium;"><b>Eudora Welty</b></span></td></tr></tbody></table><span style="font-family: Garamond;"><br /><span><b>La hija del optimista</b> es una novela que desvela y esconde. Nos deja vislumbrar y nos oculta información. Hay que leerla abierta y entregada, dejándose sorprender e intrigar; descubriendo e imaginando. No es una novela que se deje atrapar y jugará con el lector al ratón y al gato hasta el final. Hay que disfrutarla sin exigencias, sin pedirle más de lo que está dispuesta a entregar. El resto lo tendrá que poner el lector de su parte. Y cuanto más ponga más recompensado se verá. También en eso me recuerda mucho a Faulkner, el autor del Sur que más he leído. Ambos enganchan y entretienen, pero se cobran su precio y hay que estar dispuesto a pagarlo.</span></span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: Garamond;"><span><br /></span></span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: Garamond;"><span>No había leído nada de Eudora Welty y esta novela, que obtuvo el <i>Premio Pulitzer</i> de ficción en 1973, me atrapó hace tiempo desde el blog de Lorena, <i><a href="https://elpaxaruverde.blogspot.com/2022/05/la-hija-del-optimista-eudora-welty.html" target="_blank">El pájaro verde</a>, </i>a quien agradezco, una vez más, su recomendación. Espero que alguien se deje atrapar también desde aquí.</span></span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: Garamond;"><span><br /></span></span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: Garamond;">Este libro participa en el Reto </span><span style="font-family: Garamond;"><a href="https://elblogdelafabula.blogspot.com/2024/01/autores-de-la-la-la-z-2024.html" target="_blank">Autores de la A a la Z</a></span><span style="font-family: Garamond;"> que organiza el blog</span><span style="font-family: Garamond;"><span> </span><a href="http://www.lecturapolis.com/2024/01/reto-autores-de-la-a-la-z-edicion-2024.html" target="_blank">Lecturápolis</a></span><span style="font-family: Garamond;">. Con él relleno la letra W.</span></div><div class="MsoNormal"><br /></div><div class="MsoNormal">
<span style="font-family: EB Garamond; font-size: medium;"><b>Título del libro:</b> La hija del optimista<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: EB Garamond; font-size: medium;"><span><b>Autora: </b>Eudora Welty<o:p></o:p></span><br />
<span><b>Nacionalidad: </b>Estados Unidos</span><br />
<span><b>Título original: </b></span>The Optimist’s Daughter</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: EB Garamond; font-size: medium;"><b>Traducción: </b>José C. Vales<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: EB Garamond; font-size: medium;"><b>Editorial: </b>Impedimenta<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: EB Garamond; font-size: medium;"><b>Año de publicación: </b>2009<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: EB Garamond; font-size: medium;"><b>Año de publicación original: </b>1972<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: EB Garamond; font-size: medium;"><b>Nº de páginas: </b>232</span><o:p></o:p></div>
<br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjf-m61MclcoJarrz5ZbxxNHw9C-rlpBewgXy-aioSEeM75YswODr8ztDjUpjWDlOuByGSTP8jCcQn2KNVahPkrR50sHJg4R6JU1NNQZDFJv-x_fokfdv4BMd6ygV8ekx3Dt9PVfVF2yfb73DNfc33iM8IK4bvRSjFEL8qj0ldzqt8WnjvpfyWEuG3gLZws/s1594/Imagen79.png" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="607" data-original-width="1594" height="244" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjf-m61MclcoJarrz5ZbxxNHw9C-rlpBewgXy-aioSEeM75YswODr8ztDjUpjWDlOuByGSTP8jCcQn2KNVahPkrR50sHJg4R6JU1NNQZDFJv-x_fokfdv4BMd6ygV8ekx3Dt9PVfVF2yfb73DNfc33iM8IK4bvRSjFEL8qj0ldzqt8WnjvpfyWEuG3gLZws/w640-h244/Imagen79.png" width="640" /></a></div>Rosa Berros Canuriahttp://www.blogger.com/profile/14919887931785201154noreply@blogger.com25tag:blogger.com,1999:blog-5705397617957177167.post-77893728501248270942024-03-01T10:26:00.000+01:002024-03-01T10:26:42.339+01:00"La sal de todos los olvidos" Yasmina Khadra<div style="border-color: rgb(196, 183, 180); border-style: inset; border-width: 10px; padding: 10px;"><span style="text-align: justify; text-indent: 24px;"><span style="color: #666666; font-family: Indie Flower; font-size: xx-large;">Adem se fue del pueblo ese mismo día, con una bolsa de hule por único equipaje, y dentro algo de ropa interior, tres pantalones, cuatro camisas, un cuaderno de escolar y un viejo libro de un autor ruso. No se despidió de los vecinos ni de su hermana. Tomó el primer autocar que pilló para Blida, cenó en un restaurante barato, rodeado de pobres diablos, y pasó la noche en un hammam que hacía las veces de albergue durante la noche.</span></span></div>
<b></b><div><br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi8Pn-NYrwoIhs_lBSzR3efdp5YTC2bU3w0p_3V8A2gk1LO-r2TomOW2xB8uRisK_Z3YkYccCA4qSXhgt26UqlIHKGk7eIGTJFMSdvLf7fORwdGiuA7zwPYqajH3T4to31zjm95CLm_NmyH4gXUlmrqld1X-Z8e1LkafmEYmXwZeQ59TE8eBHm05MsQ1mXY/s425/61EVhnx+2sL._SY425_.jpg" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="425" data-original-width="281" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi8Pn-NYrwoIhs_lBSzR3efdp5YTC2bU3w0p_3V8A2gk1LO-r2TomOW2xB8uRisK_Z3YkYccCA4qSXhgt26UqlIHKGk7eIGTJFMSdvLf7fORwdGiuA7zwPYqajH3T4to31zjm95CLm_NmyH4gXUlmrqld1X-Z8e1LkafmEYmXwZeQ59TE8eBHm05MsQ1mXY/w265-h400/61EVhnx+2sL._SY425_.jpg" width="265" /></a></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: EB Garamond;"><span>Cuando su mujer, Dalal, abandona a Adem el mundo del hombre se derrumba. Ni casa ni familiares </span><span>ni amigos</span><span> ni su trabajo como maestro tienen ningún sentido ante el descalabro de su vida doméstica y Adem renuncia a todo y se lanza a los caminos como un vagabundo. </span></span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: EB Garamond;"><br /></span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: EB Garamond;">Argelia renace entre las cenizas de la Guerra de Independencia, mientras Adem se hunde; Argelia vive la borrachera de asumir las riendas de su destino, mientras Adem cede su destino al azar de los caminos y de lo que se vaya encontrando en ellos. Pero tanto una Argelia con la ilusión intacta como un Adem recién expulsado a los infiernos se irán hundiendo en la realidad que los rodea y los esclaviza. </span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: EB Garamond;"><br /></span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: EB Garamond;"><span>Adem se irá encontrando con todo tipo de experiencias. La violencia de </span><span style="text-align: justify; text-indent: 24px;">una pandilla de adolescentes</span> que lo deja sin sentido una noche de borrachera le hará despertar en un hospital psiquiátrico. </span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: EB Garamond;"><br /></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: center;"><span><span style="font-family: EB Garamond; text-align: justify; text-indent: 24px;"><span style="color: #990000;">«Adem no comprendió de inmediato sus intenciones. Una patada lo tumbó de espaldas; otra le alcanzó la barbilla. Los chavales se ensañaron con él con una rara ferocidad, insultándolo y escupiéndole encima. Cuando vieron que el hombre había dejado de moverse, se abrieron la bragueta y se mearon sobre él»</span>.</span></span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: EB Garamond;"><br /></span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: EB Garamond;"><span>En el hospital conocerá a un grupo de seres que hilvanan su locura con una lógica que a veces nos sorprende por su sensatez, pero no dejan de estar locos. Destac</span><span>a </span><span style="text-align: justify; text-indent: 24px;"><span>Laïd que ha perdido la memoria de algún suceso escabroso que protagonizó durante la guerra. Inconscientemente, se niega a re</span><span>cordar. <span style="color: #990000;">«</span></span></span><span style="text-align: justify; text-indent: 24px;"><span><span style="color: #990000;">Le puedo asegurar que, en su caso, es preferible que no recuerde nada»</span> le dice a Adem un enfermero, el mismo que le despide a la puerta cuando el médico decide que no hay razones para seguir con el encierro. Y es que la guerra ha terminado, pero en ella mucha gente perdió la alegría de recordar, mucha gente se hundió, y otra mucha hubiera deseado hundirse, en las tinieblas del olvido. Demasiado dolor, violencia y horror para querer recordarlo, para no poder evitar el recuerdo. </span></span></span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: EB Garamond;"><br /></span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: EB Garamond;"><span style="text-align: justify; text-indent: 24px;"><span>En su camino Adem se irá encontrando con mucha gente y descubriremos su carácter bronco; desagradable y desagradecido con quienes le ayudan, se nos irá haciendo antipático. Quien le da cobijo y alimento, quien lo transporta en su carro, todos se encontrarán con su gesto adusto y sus palabras ásperas e ingratas. El lector se siente incómodo, como si presenciara unas escenas que no se justifican con las palabras del narrador omniscien</span><span>te: <span style="color: #990000;">«</span></span></span><span style="text-align: justify; text-indent: 24px;"><span><span style="color: #990000;">Desde la traición de Dalal, no quería deber nada a nadie ni tampoco volver a dar las gracias, como si esa palabra amenazara la escasa integridad que le quedaba»</span>.</span></span></span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: EB Garamond;"><br /></span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: EB Garamond;"><span>En su periplo por los caminos de Argelia se encontrará con varios personajes que buscarán su amistad y a todos ellos los irá </span><span style="text-align: justify; text-indent: 24px;">alejando con su desprecio y falta de empatía. El enano Mika en cuya caverna encontrará refugio, comida, cuidados y una amistad cuyo único interés es la compañía, también se verá abandonado y será víctima del comportamiento injusto del hombre. No entendemos muy bien a qué se debe tanto desabrimiento en quien está solo y más necesitado.</span></span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: EB Garamond; text-align: justify; text-indent: 24px;"><br /></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: left; text-indent: 0px;"><span style="font-family: EB Garamond;"><span style="text-align: justify; text-indent: 24px;"><span>Y Adem seguirá su camino y, tras algunas vivencias en las que su anhelo de soledad seguirá manifestándose, llegará a una casa en la que encontrará refugio, con unas gentes a las que ayudará a luchar contra la injusticia. Allí parecerá que es sensible al acercamiento humano y a las necesidades ajenas, pero será un espejismo. No sabrá responder a la generosida</span><span>d de </span></span><span style="text-align: justify; text-indent: 24px;"><span>Hadda y Mekki, ni a su agradecimiento. De nuevo su único interés y su ceguera lo llevarán a un final que, en cierta manera, enlaza con el </span></span><span>principio; un final esperanzador en el que Adem va a recibir, con las formas perversas con que a veces nos sorprenden los hades, mucho más de lo que merece. El autor se apiada del personaje porque él mismo nos dice en una <a href="https://www.lavanguardia.com/cultura/20211110/7850574/yasmina-khadra-novela-sal-jelloun.html" target="_blank">entrevista</a>: <span style="color: #0b5394;">«</span></span><span style="letter-spacing: -0.1px;"><span style="color: #0b5394;">Mi libro es un sismógrafo del alma, si no tienes compasión por el personaje es que no eres plenamente humano»</span></span><span style="color: #222222; letter-spacing: -0.1px;">.</span></span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: EB Garamond;"><br /></span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: EB Garamond;"><span>También Argelia, como Adem, se nos va mostrando sola y necesitada. Se ha librado de los franceses, pero no de sus propios hijos desnaturalizados y codiciosos, </span><span style="text-align: justify; text-indent: 24px;">los nuevos amos del país que, si se ha librado de la dominación francesa, ha caído en la de los corruptos que tuercen las leyes a su favor. La independencia no consiste solo en echar al colonizador.</span></span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: EB Garamond; text-align: justify; text-indent: 24px;"><br /></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: center;"><span style="text-align: justify; text-indent: 24px;"><span style="color: #990000; font-family: EB Garamond;">«[...] Una vez expulsados los franceses, todos nuestros sectores neurálgicos están gestionados por patriotas cuya única competencia es su fe, y con eso no basta.</span></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: center;"><span style="color: #990000; font-family: EB Garamond;"><span style="text-align: justify; text-indent: 24px;"> </span>—Hoy el pueblo es libre, ¿no es eso lo que quería?</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: center; text-indent: 24px;"><span style="font-family: EB Garamond;"><span style="color: #990000;">—La libertad no es un fin en sí mismo, no pasa de ser una ilusión. Si esperamos que vengan tiempos mejores, debemos centrar nuestro esfuerzo en nuestros hijos. Son la Argelia de mañana. Están mucho más capacitados que nosotros para consolidar la libertad»</span>.</span></div><div class="MsoNormal"><br /></div><div class="MsoNormal"><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgZqCCCp30hHzhQHTAZAicJVeStOB0_xV7YM8L9P9TqUg3RK3bTZMaciPGLGPXw5r1UWw924psP1tgu3GDxltDEwGVFCk5gQGgre4vHVlS317Qs4CvmXJyvDPw9YN19_kz8iO5HWkxn-OusF5wFMhKlku9WvUQcDRfRZG2pObub7Ea0EmbHafJlVTGfgbwf/s900/yasmira-khadra.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="599" data-original-width="900" height="426" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgZqCCCp30hHzhQHTAZAicJVeStOB0_xV7YM8L9P9TqUg3RK3bTZMaciPGLGPXw5r1UWw924psP1tgu3GDxltDEwGVFCk5gQGgre4vHVlS317Qs4CvmXJyvDPw9YN19_kz8iO5HWkxn-OusF5wFMhKlku9WvUQcDRfRZG2pObub7Ea0EmbHafJlVTGfgbwf/w640-h426/yasmira-khadra.jpg" width="640" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="font-family: EB Garamond; font-size: medium;"><b>Yasmina Khadra</b></span></td></tr></tbody></table><br /><span style="font-family: EB Garamond;"><span><b>La sal de todos los olvidos</b> es una historia desconcertante dentro de la narrativa de Yasmina Khadra. Es un libro muy simbólico, muy metafórico. En él las vivencias de Adem corren paralelas a las de una Argelia aún bajo los efectos de la exaltación pletórica de la independencia. Una independencia muy reciente en la que ya empieza a verse alguno de los vicios que la lastrarían y la llevarían a los terribles sucesos y a la guerra de los años noventa. Me refiero a la corrupción. También se muestra la situación de la mujer mediante dos personajes sumamente interesantes y contrapuestos. Como dice el propio autor </span><span style="color: #0b5394;"><span>«</span><span style="letter-spacing: -0.1px;">Aborda el tema de la mujer en un país como Argelia en el que están marginadas. [...] para los frustrados, la mujer es un objeto de desahogo. La mujer es algo esencial, a su lado cualquier hombre es un accesorio. Feliz es el que se siente en deuda con su madre y su esposa. Mi madre era analfabeta, pero una auténtica maga de las palabras»</span></span><span style="color: #222222; letter-spacing: -0.1px;">. </span></span></div><div class="MsoNormal"><span style="color: #222222; font-family: "EB Garamond"; letter-spacing: -0.1px;"><br /></span></div><div class="MsoNormal"><span style="color: #222222; font-family: "EB Garamond"; letter-spacing: -0.1px;">No es el libro de Yasmina Khadra que más me ha gustado, pero al autor le parece </span><span style="color: #0b5394; font-family: "EB Garamond"; letter-spacing: -0.1px;">«el mejor que he hecho»</span><span style="color: #222222; font-family: "EB Garamond"; letter-spacing: -0.1px;">. Mis gustos me llevan por otras historias, menos metafóricas, menos simbólicas, pero salvado ese gusto personal, hay que reconocer que <b>La sal de todos los olvidos</b> es una gran novela.</span></div><div class="MsoNormal"><br /></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: Garamond; font-size: medium;"><span>Por si a alguien le interesa, dejo aquí las novelas que he leído del autor con la fecha de lectura entre paréntesis y los enlaces de las reseñadas en el blog:</span><br /><span>"<b>Lo que sueñan los lobos</b>" (2001)</span></span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: Garamond;"><span style="font-size: medium;">"<b>El escritor</b>" (2006)</span></span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: Garamond;"><span style="font-size: medium;">"<b>La parte de l muerto</b>" (2007)</span></span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: Garamond;"><span style="font-size: medium;">"<b>Las sirenas de Bagdad</b>" (2008)</span></span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: Garamond;"><span style="font-size: medium;">"<b>El atentado</b>" (2010)</span></span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: Garamond;"><span style="font-size: medium;">"<b>Lo que el día debe a la noche</b>" (2010)</span></span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: Garamond;"><span style="font-size: medium;">"<b>Las golondrinas de Kabul</b>" (2011)</span></span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: Garamond;"><span style="font-size: medium;">*"<b>Morituri</b>" (2011)</span></span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-size: medium;"><span style="font-family: Garamond;"><span>*"<b>Doble blanco</b>" </span></span><span style="font-family: Garamond;">(2011)</span></span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-size: medium;"><span style="font-family: Garamond;"><span>*"<b>El otoño de las quimeras</b>" </span></span><span style="font-family: Garamond;">(2011)</span></span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: Garamond; font-size: medium;">"<b>La ecuación de la vida</b>" (2013)</span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: Garamond; font-size: medium;">"<b>Los ángeles mueren por nuestras heridas</b>" (2014)</span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-size: medium;"><span style="font-family: Garamond;">"</span><b style="font-family: Garamond;"><a href="https://elblogdelafabula.blogspot.com/2015/05/a-que-esperan-los-monos-yasmina-khadra.html" target="_blank">A qué esperan los monos</a></b><span style="font-family: Garamond;">" (2015)</span></span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: Garamond; font-size: medium;"><span>"<a href="https://elblogdelafabula.blogspot.com/2016/01/los-corderos-del-senor-yasmina-khadra.html" target="_blank"><b>Los corderos del señor</b></a>" (2016)</span><br /><span>"<b><a href="https://elblogdelafabula.blogspot.com/2016/06/la-ultima-noche-del-rais-yasmina-khadra.html" target="_blank">La última noche del Rais</a></b>" (2016)</span><br /></span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: Garamond;"><span style="font-size: medium;">"<b><a href="https://elblogdelafabula.blogspot.com/2018/09/dios-no-vive-en-la-habana-yasmina-khadra.html" target="_blank">Dios no vive en la Habana</a></b>" (2018)</span></span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: Garamond;"><span style="font-size: medium;">"<b><a href="https://elblogdelafabula.blogspot.com/2021/02/tres-eran-tres-2.html" target="_blank">La deshonra de Sarah Ikker</a></b>" (2021</span></span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: EB Garamond; font-size: medium;">* <b>Trilogía de Argel</b></span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: inherit; font-size: large;"><br /></span></div><div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Garamond; font-size: medium;"><b>Título del libro: </b>La sal de todos los olvidos<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Garamond; font-size: medium;"><span><b>Autor: </b>Yasmina Khadra<o:p></o:p></span><br />
<span><b>Nacionalidad: </b>Argelia</span><br />
<span><b>Título original: </b></span>Le sel de tous les oublis</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Garamond; font-size: medium;"><span><b>Traducción: </b><o:p></o:p></span>Wenceslao-Carlos Lozano</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Garamond; font-size: medium;"><b>Editorial: </b>Alianza<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Garamond; font-size: medium;"><b>Año de publicación: </b>2021<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Garamond; font-size: medium;"><b>Año de publicación original: </b>2020<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Garamond; font-size: medium;"><b>Nº de páginas: </b>280</span><o:p></o:p></div>
<br /><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgxzIgqzdBv47xiUtAsDOaroKLKOFOk7mSRbgKIzuOgoD8ftUgBKYoCEbN9SJ4Atxr4tNUTizLGVuIhhHX-ccnNXkUFFbjnAdHlNg8K5f6XiHqhS0VQfHtUI4XGUU2UsOkL-NvOkpzasE6YNKfjNphP024tKGJoV_0cKHI-93M4d2tqVzYME9Gz6AIpOjZq/s1303/Imagen19.png" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="197" data-original-width="1303" height="96" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgxzIgqzdBv47xiUtAsDOaroKLKOFOk7mSRbgKIzuOgoD8ftUgBKYoCEbN9SJ4Atxr4tNUTizLGVuIhhHX-ccnNXkUFFbjnAdHlNg8K5f6XiHqhS0VQfHtUI4XGUU2UsOkL-NvOkpzasE6YNKfjNphP024tKGJoV_0cKHI-93M4d2tqVzYME9Gz6AIpOjZq/w640-h96/Imagen19.png" width="640" /></a></div>Rosa Berros Canuriahttp://www.blogger.com/profile/14919887931785201154noreply@blogger.com34tag:blogger.com,1999:blog-5705397617957177167.post-30647654955903063562024-02-26T11:04:00.006+01:002024-02-26T11:10:39.988+01:00"Prometeo americano" Kai Bird & Martin J, Sherwin<div style="border-color: rgb(196, 183, 180); border-style: inset; border-width: 10px; padding: 10px;"><span style="text-align: justify; text-indent: 24px;"><span style="color: #666666; font-family: Indie Flower; font-size: xx-large;">En aquel mundo de promesas nació J. Robert Oppenheimer, el 22 de abril de 1904, en el seno de una familia de inmigrantes alemanes de primera y segunda generación que volcaron todo su afán en ser estadounidenses. Pese a ser de etnia y cultura judías, los Oppenheimer de Nueva York no pertenecían a ninguna sinagoga. Sin repudiar sus raíces, optaron por construir su identidad en el marco de una rama singular del judaísmo, la Sociedad por la Cultura Ética, [...] Sin embargo, a Robert Oppenheimer le ahondaría la ambivalencia que sintió toda su vida respecto a su identidad judía.</span></span></div>
<b></b><div><br /></div><div><div class="separator" style="clear: both; text-align: left;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: left;"><span style="font-family: Garamond;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjfT0HWO9NnLrgrNcI2f_MhCWiaWP5c8dyNqcrD0nNuILVBUDyVeXx3BG5JT5vrJ2wVWp65YTKQ0Xyel62y12ZijMV4OvYWxSAoTkZCBaTLHf1BxsrIyOn9qP7OruwVOKROpMZBo7I5ynIloeZa86ktQxod03JQcVsXEBvPySpomCUWq6XRuemVW6ZW5ePe/s436/Imagen3.jpg" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="436" data-original-width="283" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjfT0HWO9NnLrgrNcI2f_MhCWiaWP5c8dyNqcrD0nNuILVBUDyVeXx3BG5JT5vrJ2wVWp65YTKQ0Xyel62y12ZijMV4OvYWxSAoTkZCBaTLHf1BxsrIyOn9qP7OruwVOKROpMZBo7I5ynIloeZa86ktQxod03JQcVsXEBvPySpomCUWq6XRuemVW6ZW5ePe/w260-h400/Imagen3.jpg" width="260" /></a></div><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: Garamond;">Tal vez fuera esa identidad judía ambivalente la que le llevó a querer, por encima de todo, ganarle a los nazis al menos una batalla, la de la construcción de la primera bomba atómica. Y puede que su educación en la </span><span style="orphans: 1; text-align: justify; text-indent: 15.6px;"><span style="font-family: Garamond;"><span><i>Sociedad por la Cultura Ética</i> le llevara hacia un humanismo que le hizo estar siempre a favor de ideas que podían considerarse de izquierdas. Así, era contrario a la segregación racial, partidario de la República Española a la que ayudó con donaciones económicas, simpatizante del <i>New Deal</i>, el conjunto de decisiones que la administración de Franklin Delano Roosevelt puso en marcha para combatir la pobreza y el paro que trajo la Depresión. En los años treinta las simpatías comunistas de Oppie no se veían tan mal como una o dos décadas después. Nunca se deben juzgar los acontecimientos de un momento con el punto de vista de otro. Esa descontextualización le haría mucho daño a Oppenheimer. En palabras de un amigo y colaborador <span style="color: #990000;">«</span></span></span></span><span><span style="color: #990000;">Consiguieron su objetivo. Lo mataron»</span>.</span></div><div style="orphans: 1; text-align: left; text-indent: 15.6px;"><br /></div></span></div></div></div><div><span style="font-family: Garamond;"><span style="orphans: 1; text-indent: 15.6px;">He de reconocer que sabía muy poco de Julius Robert Oppenheimer. Que había dirigido la </span><i style="orphans: 1; text-indent: 15.6px;">Operación Manhattan</i><span style="orphans: 1; text-indent: 15.6px;"> y que, por lo tanto, se le considera el padre de la bomba atómica; que había sufrido posteriormente una especie de caza de brujas por haber tenido simpatías izquierdistas en su juventud... Y creo que eso era todo. La película estrenada el año pasado me dio mucha más información, pero la lectura de esta biografía ha sido todo un revulsivo. Nunca imaginé las contradicciones que vapulearon a este hombre desde el principio, su debatirse entre la necesidad de construir un arma mortífera antes de que lo hicieran los nazis y las consecuencias de usarla y de usarla contra la población civil. </span></span></div><div><span style="font-family: Garamond;"><span style="color: #990000;"><br /></span></span></div><div><span style="font-family: Garamond;"><span style="color: #990000;">«Era el Prometeo de Estados Unidos, "el padre de la bomba atómica", el hombre que había liderado la empresa de arrebatar a la naturaleza el impresionante fuego del sol para dárselo a su país en tiempos de guerra»</span>. Y sin embargo, de héroe pasó a víctima de una de las épocas más negras de la historia de Estados Unidos: la época McCarthy y su caza de brujas. Curiosamente, no fue McCarthy el que lo encausó en 1954. Todo el proceso se hizo al margen del senador y auspiciado por Lewis Strauss quien había sido humillado por el científico y se la tenía jurada desde hacía tiempo. En aquella vergonzosa causa Lewis Strauss consiguió que se le retiraran las credenciales de seguridad y el acceso por tanto a las investigaciones posteriores sobre todo lo relacionado con la fisión y fusión nuclear. </span></div><div><span style="font-family: Garamond;"><br /></span></div><div><span style="font-family: Garamond;">Las mismas razones que no fueron impedimento para que dirigiera la <i>Operación Manhattan</i> y las instalaciones de Los Álamos donde se desarrolló la bomba atómica entre 1943 y 1945, fueron la causa de que en 1954 se le apartara de la presidencia del gabinete que asesoraba a la Comisión de la Energía Atómica. Mientras se le necesitaba fue apto, cuando ya no era tan necesario se prescindió de él.</span></div><div><span style="font-family: Garamond;"><br /></span></div><div><span style="font-family: Garamond;">La psicología del hombre tal y como se retrata en el libro está llena de matices que me resultan apasionantes. Lo veo vanidoso en su empeño por dirigir las investigaciones y adaptar su confianza a lo que posibilitó ese nombramiento. Lo veo ingenuo al creer en algunas personas y en algunas promesas. Lo veo amedrentado y doblegándose demasiado a lo que se exigía de él. Hubo científicos que se negaron desde el principio a participar en la <i>Operación Manhattan</i>, hubo otros que fueron mucho más fuertes y se negaron a dar nombres y denunciar simpatías de amigos y colaboradores. Lo veo demasiado plegado a los deseos de militares y políticos. </span></div><div><span style="font-family: Garamond;"><br /></span></div><div><span style="font-family: Garamond;"><span>Como científico, no podía resistirse a investigar, a conseguir, a hacer algo por el simple hecho de que se puede hacer. <span style="color: #990000;">«Si eras científico, afirmó "crees que está bien descubrir cómo funciona el mundo, […] que es bueno entregar a la humanidad en su conjunto el mayor poder posible para dominar el mundo y ocuparse de él según sus puntos de vista y sus valores"»</span>. Pensaba que la bomba podía ayudar a terminar la guerra y salvar muchas vidas; </span><span style="text-align: center;">pensaba que un arma tan mortífera disuadiría al mundo de generar ocasiones en las que pudiera usarse terminando así con las guerras.</span><span> Pero sobre todo quería construirla, a toda costa. Cuando él comenzó a trabajar en Los Álamos el país estaba gobernado por Roosevelt y su </span><i>New Deal</i><span>, pero el fallecimiento de éste y la subida al poder de Truman crearon un escenario muy distinto para el futuro de la bomba. ¿Qué hubiera pasado de haber seguido con vida Roosevelt?. Presiento que algo muy distinto.</span></span></div><div><br /></div><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiwlPTjQq8n-Y3fGrlFlyMHxZH0kdgi5AzyW27lEP6-lMVvmTkVvSPzQRMURa97rjUygLSCe8CouWoCImrXQDlopBbZT7KttmXN9c2ICUYFOXxacU7jQSaKHbhgPAJfnp_73Vrs2a6pYF9JnG8j15nGDcnmYeRUe3FNLE_7OKQxrQ5kC0OxEC6zUDaVAlmY/s3224/ffe418f0-4fed-4660-8c27-9ef8f509b510-full36x25_AP21283054895727.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="2239" data-original-width="3224" height="444" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiwlPTjQq8n-Y3fGrlFlyMHxZH0kdgi5AzyW27lEP6-lMVvmTkVvSPzQRMURa97rjUygLSCe8CouWoCImrXQDlopBbZT7KttmXN9c2ICUYFOXxacU7jQSaKHbhgPAJfnp_73Vrs2a6pYF9JnG8j15nGDcnmYeRUe3FNLE_7OKQxrQ5kC0OxEC6zUDaVAlmY/w640-h444/ffe418f0-4fed-4660-8c27-9ef8f509b510-full36x25_AP21283054895727.jpg" width="640" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="background-color:; color: #202122; text-align: start;"><span style="font-family: Garamond; font-size: medium;"><b>Kai Bird y Martin J. Sherwin</b></span></span></td></tr></tbody></table><div><span style="font-family: EB Garamond;"><br /></span></div><div style="text-align: left;"><span style="font-family: EB Garamond;"><b>Prometeo americano </b>obtuvo el Premio Pulitzer de Biografía en 2006. Es una biografía muy extensa, es inútil tratar de dar una idea de lo que se desarrolla en más de setecientas páginas (no he leído ni la bibliografía ni las notas), a lo largo de veinticinco años que les costó a los autores escribirla, pero es la visión humana de un ser humano propio de una tragedia en el más puro sentido. Tragedia y mito. Le robó el fuego a los dioses y éstos le castigaron sin piedad por su atrevimiento. </span></div><div style="text-align: left;"><span style="font-family: EB Garamond;"><br /></span></div><div style="text-align: left;"><span style="font-family: EB Garamond;">Nunca consiguió el premio Nobel, pero sembró ideas en compañeros y discípulos que hicieron que ellos sí lo obtuviesen. Pero no fue ese su mayor castigo. El mayor castigo fue sentirse responsable durante toda su vida. <span style="color: #990000;">«Lejos de ser indiferente, Oppenheimer era muy consciente del sufrimiento que había causado a otros en su vida, y aun así no se permitiría sucumbir a la culpa. Aceptaría la responsabilidad; nunca había intentado negarla»</span>. La culpa limpia conciencias, la responsabilidad las muestra en toda su cruda suciedad. Se necesita más valor para ser responsable que para sentirse culpable.</span></div><div><br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Garamond; font-size: medium;"><b>Título del libro: </b>Prometeo americano. El triunfo y la tragedia de J. Robert Oppenheimer<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Garamond; font-size: medium;"><span><b>Autores:</b> Kai Bird & Martin J. Sherwin</span><br />
<span><b>Nacionalidad: </b>Estados Unidos</span><br />
<span><b>Título original: </b></span></span><span style="orphans: 1; text-align: center;"><span style="font-family: Garamond; font-size: medium;">American Prometheus. The Triumph and Tragedy of J. Robert Oppenheimer</span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Garamond; font-size: medium;"><b>Traducción: </b><o:p></o:p></span><span style="orphans: 1; text-align: center;"><span style="font-family: Garamond; font-size: medium;">Raquel Marqués García,</span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Garamond; font-size: medium;"><b>Editorial: </b>Debate<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Garamond; font-size: medium;"><b>Año de publicación: </b>2023<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Garamond; font-size: medium;"><b>Año de publicación original: </b>2005<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Garamond; font-size: medium;"><span><b>Nº de páginas: </b>864</span><o:p></o:p></span></div>
<div><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhwwBmGS19paqa8i8agV1cs8xmUl8EQRA-bf_mAJirElf_n-k8ykIBqb4hOhCD2j8-XzcNYxsHbWXtImSO4VdhHuUNAvnHM5hUHUF6Qn8uFHWGySVmqIqFOMnkKBUlVXdGc4gWgSkQf0Y8Llxv1H1QEh-YoRYFVMe99QWiGmUOhOFteEnuAtGm9lYAKeiIW/s700/Imagen54.png" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="138" data-original-width="700" height="126" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhwwBmGS19paqa8i8agV1cs8xmUl8EQRA-bf_mAJirElf_n-k8ykIBqb4hOhCD2j8-XzcNYxsHbWXtImSO4VdhHuUNAvnHM5hUHUF6Qn8uFHWGySVmqIqFOMnkKBUlVXdGc4gWgSkQf0Y8Llxv1H1QEh-YoRYFVMe99QWiGmUOhOFteEnuAtGm9lYAKeiIW/w640-h126/Imagen54.png" width="640" /></a></div>Rosa Berros Canuriahttp://www.blogger.com/profile/14919887931785201154noreply@blogger.com34tag:blogger.com,1999:blog-5705397617957177167.post-1300306895673783442024-02-22T11:35:00.004+01:002024-02-22T20:53:48.323+01:00"Santander 1936" Álvaro Pombo<div style="border-color: rgb(196, 183, 180); border-style: inset; border-width: 10px; padding: 10px;"><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><span style="color: #666666; font-family: Indie Flower; font-size: xx-large;">–¡Tú eres un señorito, Alvarín!
–exclama Rafael Mazarrasa, dando una palmada en el hombro a su amigo [...]
–¡Señoritos, sí, a mucha honra! Sí, nosotros llevamos corbata; sí, de nosotros
podéis decir que somos señoritos... ¿Te acuerdas de esas frases? Tú acababas de
llegar a Santander, a España, a finales de octubre de 1933. Comentamos, ¿te
acuerdas?, ese discurso. Somos señoritos porque así lo fueron siempre, en la
historia, los señoritos de España. Así lograron alcanzar la jerarquía verdadera
de señores, porque en tierras lejanas, y en nuestra patria misma, supimos
arrostrar la muerte y cargar con las misiones más duras...<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><span style="color: #666666; font-family: Indie Flower; font-size: xx-large;">–Señoritos es despectivo, somos
niños bien, diga lo que diga José Antonio Primo de Rivera.</span><o:p></o:p></p></div>
<b></b><div><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: left;"><span style="font-family: Garamond;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjP1j9lhF7QB_xRjyirNkklBHIAGOa0jvKqNaBJPDsYgdlbTDKdzyWxSIhCsymGxcmGdDrYuS5cu1wBOSz2UcH_MSlNsVS3hfXtxlewZWY5HzMdwfLrMwByyGGqw1QZ-3JHrbTj4awIijQsj-g4QgxEe1V4nVDt0q9wBwuvsNa04zq5kUfdBZk7EXx6DnFt/s2595/13ef3bc1698d121b456f5f47bc6c936398ea0764.jpeg" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="2595" data-original-width="1652" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjP1j9lhF7QB_xRjyirNkklBHIAGOa0jvKqNaBJPDsYgdlbTDKdzyWxSIhCsymGxcmGdDrYuS5cu1wBOSz2UcH_MSlNsVS3hfXtxlewZWY5HzMdwfLrMwByyGGqw1QZ-3JHrbTj4awIijQsj-g4QgxEe1V4nVDt0q9wBwuvsNa04zq5kUfdBZk7EXx6DnFt/w255-h400/13ef3bc1698d121b456f5f47bc6c936398ea0764.jpeg" width="255" /></a></div>Así hablaban paseando por el Muelle Alvarín Pombo y Rafa Mazarrasa, su mejor amigo. Era finales de 1934 y hacía un año que Alvarín había vuelto a España tras sus estudios en Francia. Tenía diecisiete años y los discursos de José Antonio Primo de Rivera ya le habían encandilado, al igual que a su amigo. Pero había una diferencia. Alvarín no se sentía a gusto con la calificación de </span><i style="font-family: Garamond;">señoritos</i><span style="font-family: Garamond;">. </span><span style="font-family: Garamond;">Alvarín se ve un tanto ingenuo e idealista. </span><span style="font-family: Garamond;">Él había recibido una educación de respeto hacia los inferiores, de cariño hacia los sirvientes que les hacían la vida agradable. </span><span style="font-family: Garamond;"> </span><span style="font-family: Garamond;">Ni siquiera los consideraba sirvientes sino </span><span style="color: #990000; font-family: Garamond;">«parte esencial de la familia que no tuvo»</span><span style="font-family: Garamond;">. </span></div><div><span style="font-family: Garamond;"><p>Esa familia que se vino abajo cuando su madre, Ana Caller, abandonó a su marido y a sus hijos y se fue a París en busca de su libertad. El padre, Cayo Pombo Ybarra, vivía más o menos de las rentas, pero era agnóstico, republicano y azañista, y el hecho de que Alvarín <span style="color: #990000;">«se hubiera afiliado a un movimiento de extrema derecha – esa fama tenía ya Falange esos años – le inquietaba porque Cayo se consideraba a sí mismo un demócrata y un republicano de corazón, parte minúscula en Santander de una izquierda republicana»</span>. Parece mentira que con esos antecedentes, Alvarín cayera en la extrema derecha, en un partido de corte fascista que ni toleraba el abandono de la madre, ni las simpatías del padre. Pero ya se sabe que nada hay como la influencia de un amigo. Sobre todo si existe la convicción de que ese amigo lo hace todo desinteresadamente. Y Rafa, Alvarín lo creía firmemente, sólo quería su bien y por eso le contagió el entusiasmo por José Antonio Primo de Rivera y por el falangismo.</p><p>También es posible que la Falange, los camaradas, la disciplina vinieran a sustituir la familia estructurada que Alvarín echaba de menos. La madre enseguida organizó la educación de los niños lejos de casa; Alvarín, en Francia; Cayito, en Inglaterra. Después se fue y dejó solo al marido. Ana Caller era una mujer moderna que terminó liberándose de toda atadura para volar en busca de su vida sin ataduras. Y a la vez, era conservadora en lo político y muy religiosa, al contrario que su marido. Me resulta un personaje fascinante en su contradicción y en su búsqueda de independencia aun a costa de renunciar a su familia.</p><p>Podría pensarse que las discusiones entre padre e hijo, dadas sus diferencias ideológicas, serían épicas, pero nada más lejos de la realidad. El cariño y el respeto entre ambos recién adquiridos tras la vuelta de Alvarín hacía que sus conversaciones fueran un civilizado encuentro de ideas y pareceres. </p><p style="text-align: center;"><span style="color: #990000;">«[...] ¿De verdad queremos estar a las órdenes de un caudillo inspirado por Dios? ¿No sería eso peor que la monarquía borbónica de Alfonso XIII o que la dictadura de Primo de Rivera? [...] –Te estoy desilusionando, ¿verdad, hijo?</span></p><p style="text-align: center;"><span style="color: #990000;">–No, papá. Tú no me desilusionas nunca. Lo que acabas de decir es un modo sensato, razonable, de interpretar la política, un estilo anglosajón, como suele decirse. [...] Lo que pasa con Falange Española, con José Antonio, en este momento, es que tiene la fuerza de un grupo marginal, de una agrupación, sin apenas apoyo económico o social. [...] Pero, claro, dejaría de ser hijo tuyo si no me sintiera escéptico o dubitante en ocasiones. Ahí tienes, por ejemplo, la violencia falangista, que nadie puede negar. Yo, al menos, no puedo negar esa violencia, por más que exista una violencia equivalente en el otro lado. Y no puedo justificarla diciendo, sin más, que es la violencia de los justos frente a los enemigos de Dios»</span>. </p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiwclTap8nbA3lfztcFtLmMe12N9fLfSq4273I2yyvRGe71EBbTFmOq-WBxab0A8s_NHoVvneHqTTx9Qf6NIjw8bb_pQPl9G6LD7RjwS5MLBFrZGtUR1WxLzDCLE5nDKfgZ5ehiThNnieWfFg27wztKzAWFNbV60wpITVB-hBL5lMgqPS0eXEPQpkE9xxFh/s1200/POMBO-BN-e1649511811245.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="675" data-original-width="1200" height="360" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiwclTap8nbA3lfztcFtLmMe12N9fLfSq4273I2yyvRGe71EBbTFmOq-WBxab0A8s_NHoVvneHqTTx9Qf6NIjw8bb_pQPl9G6LD7RjwS5MLBFrZGtUR1WxLzDCLE5nDKfgZ5ehiThNnieWfFg27wztKzAWFNbV60wpITVB-hBL5lMgqPS0eXEPQpkE9xxFh/w640-h360/POMBO-BN-e1649511811245.jpg" width="640" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="font-size: medium;"><b>Álvaro Pombo</b></span></td></tr></tbody></table><p style="text-align: left;"><b>Santander 1936</b><span style="font-family: Garamond;"> está llena de diálogos, de reflexiones acerca de lo bueno y lo malo de cada parte. Huye del sectarismo, pero sin equidistancias engañosas. Hay mucho de historia real que no voy a contar. No, no voy a contar la historia de Alvarín y de Cayo, su padre. </span><span style="font-family: Garamond;">No quiero adelantar acontecimientos históricos (aunque se encuentren en Internet para cualquiera que quiera informarse) para los que quieran conocerlos a través de la novela. Tan solo decir que Cayito, el hermano de Alvarín, fue el padre de Álvaro Pombo, el autor.</span></p></span></div><div><span style="font-family: Garamond;">Dicho todo esto, no debemos perder la perspectiva. <b>Santander 1936</b> es una novela. El autor nació tres años después de los hechos que se narran por lo que todo es producto de lo que le han contado, de los documentos consultados y, sobre todo, de la imaginación, fundamental en toda obra de ficción, del deseo de que las cosas hubieran sido de otra manera, de la pena por cómo fueron. Diálogos y reflexiones que no son verdad, pero son verosímiles. Bien podrían haber sido. Lo dicho, una novela. Una novela que me ha gustado mucho, que me ha enganchado a pesar de su naturaleza. Sí, es una novela lenta y es muy reflexiva. Nada de tramas trepidantes, aunque sí que hay hechos terribles. Sea como sea, me han enganchado sus reflexiones y la forma en que están narradas. También me han gustado sus descripciones del Santander de los años treinta, tan alejado y a la vez tan semejante al que vivimos actualmente, con su muelle, su bahía, el siniestro barco fondeado en ella... Una novela que recomiendo. </span></div><div><span style="font-family: Garamond;"><br /></span></div><div><span style="font-family: Garamond;"><b>Santander 1936 </b>obtuvo el Premio Francisco Umbral al mejor libro del año 2023 en su décimo tercera edición. </span></div><div><br /></div><div><span style="font-family: Garamond;">Este libro participa en el Reto </span><span style="font-family: Garamond;"><a href="https://elblogdelafabula.blogspot.com/2024/01/autores-de-la-la-la-z-2024.html" target="_blank">Autores de la A a la Z</a></span><span style="font-family: Garamond;"> que organiza el blog</span><span style="font-family: Garamond;"><span> </span><a href="http://www.lecturapolis.com/2024/01/reto-autores-de-la-a-la-z-edicion-2024.html" target="_blank">Lecturápolis</a></span><span style="font-family: Garamond;">. Con él relleno la letra P.</span></div><div><br /></div><div><span style="font-size: medium;"><b style="font-family: Garamond;">Título del libro: </b><span style="font-family: Garamond;">Santander 1936</span></span></div><div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: Garamond; font-size: medium;"><span><b>Autor:</b> Álvaro Pombo</span></span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: Garamond; font-size: medium;"><span><b>Nacionalidad:</b> España</span></span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: Garamond; font-size: medium;"><b>Editorial: </b>Anagrama<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: Garamond; font-size: medium;"><b>Año de publicación: </b>2023<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: Garamond; font-size: medium;"><b>Año de publicación original: </b>2023<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: Garamond; font-size: medium;"><b>Nº de páginas: </b>328</span></div></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: Garamond; font-size: medium;"><br /></span></div><div class="MsoNormal"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgcExqEf4jIS4WmSDEJS_bMmq5RqWOKZA3Sg8hGL6blgs2R3SCkR5LEdQuT9Q822RPMIrzh3HiwUu9mk8S8YnvJ-dKd49UcHzOjZh8yGBvmod0Ionbk-BloV1oA9Tr8T8RplbYgOWFCVdDk7lvcLURgr2QTI-ZdT9VcY-u9Rvm9IHhdQnSakOBT9lkEjp_H/s739/Imagen55.png" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="142" data-original-width="739" height="122" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgcExqEf4jIS4WmSDEJS_bMmq5RqWOKZA3Sg8hGL6blgs2R3SCkR5LEdQuT9Q822RPMIrzh3HiwUu9mk8S8YnvJ-dKd49UcHzOjZh8yGBvmod0Ionbk-BloV1oA9Tr8T8RplbYgOWFCVdDk7lvcLURgr2QTI-ZdT9VcY-u9Rvm9IHhdQnSakOBT9lkEjp_H/w640-h122/Imagen55.png" width="640" /></a></div></div>Rosa Berros Canuriahttp://www.blogger.com/profile/14919887931785201154noreply@blogger.com43tag:blogger.com,1999:blog-5705397617957177167.post-9676119637293682012024-02-19T10:50:00.002+01:002024-02-19T10:50:56.255+01:00"La mala costumbre" Alana S. Portero<div style="border-color: rgb(196, 183, 180); border-style: inset; border-width: 10px; padding: 10px;"><p class="MsoNormal"><span style="color: #666666; font-family: Indie Flower; font-size: xx-large;">Vi caer como ángeles terminales a una generación entera de
muchachos. Adolescentes con la piel gris a los que les faltaban dientes, que
olían a amoniaco y a orina. [...] Con la sonrisa elevada de los crucificados. Indefensos pero ya
flotando en lugares donde nada podía tocarlos. Los vi brotar y hacerse cada vez
más lentos hasta alcanzar la quietud final y descomponerse en el fango que se
acumulaba en nuestro barrio con nombre de santo pero dejado de la mano de Dios.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal"><span style="color: #666666; font-family: Indie Flower; font-size: xx-large;">La primera vez que me enamoré fue de uno de aquellos ángeles. Se precipitó desde la ventana de casa de sus padres, que quedaba encima de nuestro bajo de treinta y cinco metros cuadrados, con una jeringuilla clavada en el pie.</span></p>
</div><div class="MsoNormal" style="text-align: left;"><br /></div><div class="MsoNormal" style="text-align: left;"><span style="font-family: Garamond;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: left;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi5eqI5hLpwA3XDEhfwBC8W3DFB_8dPNg_hNLLpZt9UXnDLfkC3qcV7G8sd1o4NM8bdW7Axf3OEH-1Q3pwXOK6qXWLnVpUdpQQ096-0HKc-rKkzkDh4oWvKc_9MaOUfEBGzkgAwI6IFzcTqXKwb0AVb94A2ASQqZr0MrQgg3Rw6r6b1p8KgfxgrMiP1Mhiw/s3437/portada_la-mala-costumbre_alana-s-portero_202310231118.jpg" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="3437" data-original-width="2000" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi5eqI5hLpwA3XDEhfwBC8W3DFB_8dPNg_hNLLpZt9UXnDLfkC3qcV7G8sd1o4NM8bdW7Axf3OEH-1Q3pwXOK6qXWLnVpUdpQQ096-0HKc-rKkzkDh4oWvKc_9MaOUfEBGzkgAwI6IFzcTqXKwb0AVb94A2ASQqZr0MrQgg3Rw6r6b1p8KgfxgrMiP1Mhiw/w233-h400/portada_la-mala-costumbre_alana-s-portero_202310231118.jpg" width="233" /></a></div>La cita anterior es también el inicio de la novela. Un puñado de palabras hermosamente hiladas para ponernos en situación, para ubicarnos en el tiempo y en el espacio de una forma inequívoca. Estamos en San Blas, un barrio obrero y conflictivo en aquella época en la que la droga hacía estragos. No hay mucho margen para el error: años setenta y ochenta. Sabemos también que el ángel y quien nos lo cuenta viven en un bloque sin portal, con escalera exterior, con apartamentos minúsculos: familia trabajadora sin demasiados recursos y con un vecindario que fue conformando la vida de la narradora, una niña de cinco años con un parche en el ojo cuando empieza la historia. Y es importante ese ambiente, ese barrio, ese vecindario sobre todo. La madre y la hija del tercero que viven de la prostitución;<span style="font-family: serif; orphans: 3; text-align: justify; text-indent: 24px; widows: 3;"> </span><span style="orphans: 3; text-align: justify; text-indent: 24px; widows: 3;">la bruja del final de la calle, la Peluca. Tal vez es a ella a la que la niña le debe el desacuerdo con su realidad porque puede que a su maleficio se deba que no saliera conforme a los deseos de su madre. Ella quería un hijo torero que le comprase un chalet. Nunca llegó a comprarle el chalet a su madre, pero por mucho </span><span style="orphans: 3; text-align: justify; text-indent: 24px; widows: 3;">tiempo, ésta mantuvo la ilusión de haber parido un chico. </span></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: left;"><span style="orphans: 3; text-align: justify; text-indent: 24px; widows: 3;"><br /></span></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: left;"><span style="orphans: 3; text-align: justify; text-indent: 24px; widows: 3;">Una ilusión que solo era eso, porque como s</span>abremos enseguida el cuerpo que tan inequívocamente confunde a su madre encierra en realidad una niña que no termina de estar a gusto dentro de sus costuras, aunque no sabe muy bien el porqué. Sólo sabe que ella no se siente <span style="orphans: 3; text-align: justify; text-indent: 24px; widows: 3;">uno de los dos machotes que su madre está orgullosa de haber parido. Pero tampoco sabe muy bien quién o qué es. </span></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: left;"><span style="orphans: 3; text-align: justify; text-indent: 24px; widows: 3;"><br /></span></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: left;"><span style="orphans: 3; text-align: justify; text-indent: 24px; widows: 3;">Ante la duda, la perplejidad y el temor, se fue fabricando una masculinidad a base de copiar e imitar.</span></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: left;"><span style="orphans: 3; text-align: justify; text-indent: 24px; widows: 3;"><br /></span></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><span style="orphans: 3; text-align: justify; text-indent: 24px; widows: 3;"><span style="color: #990000;">«De mi padre copié la forma de comer, [...] de mi hermano extraje su lenguaje corporal hipermasculino, [...] la manera de sentarme y de levantarme se la robé a mi tío Jacinto, [...] Con los amigos del colegio y del instituto que intenté conservar, más como escudo que como una verdadera alianza, parte del mismo teatro de la muerte, compuse el resto de mi cadáver»</span>.</span></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: left;"><span style="orphans: 3; text-align: justify; text-indent: 24px; widows: 3;"><br /></span></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: left;"><span style="orphans: 3; text-align: justify; text-indent: 24px; widows: 3;">Pero eso fue ya más mayor, de adolescente. La niña que conocemos se debate entre lo que desea y lo que le asusta. Le asusta Margarita, otra vecina, la más alta del barrio, siempre maquillada y bien peinada, con la cara deformada por unas protuberancias que más tarde sabría que se debían a la chapucera aplicación de silicona. Margarita fue su primer odio en el barrio, o uno de los primeros. Era como la proyección de su futuro, un futuro que se veía muy negro desde el encierro del armario.</span></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: left;"><span style="orphans: 3; text-align: justify; text-indent: 24px; widows: 3;"><br /></span></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: left;"><span style="orphans: 3; text-align: justify; text-indent: 24px; widows: 3;">Y la niña crece y su cuerpo cada vez le resulta más ajeno. No puede reconciliarse con esa apariencia que no reconoce <span style="color: #990000;">«Crecía teniendo que parecer algo que no era, que cada vez se me daba mejor, que cada día dolía más, y con la seguridad de que mi mundo, el que se alejaba de mí de forma inexorable, era el de las mujeres»</span>. Y ahí estaba Margarita permanentemente, <span style="color: #990000;">«una punzada de realidad llamando a la puerta. Una confirmación de lo que no quería ver ni saber»</span>. Una plasmación de lo que se anhela, a la vez que un recuerdo de lo que se rechaza. </span><span style="orphans: 3; text-align: justify; text-indent: 24px; widows: 3;">No consigo imaginar una tragedia mayor. Mirar con recelo lo que añoramos; que la dictadura de lo correcto aniquile la ilusión de lo que se desea; que sean los demás los que dictan lo que una debe ser, pensar o sentir. </span></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: left;"><span style="orphans: 3; text-align: justify; text-indent: 24px; widows: 3;"><br /></span></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: left;"><span style="orphans: 3; text-align: justify; text-indent: 24px; widows: 3;">Y no consigo imaginar por qué hay gente tan mala, por qué se sienten con derecho a decidir cómo tienen que vivir los demás, cuando los demás no se meten para nada en su vida. Y ya no digamos cuando se permiten ser violentos con esas formas de vivir que no admiten ni entienden. Y es que sí, nuestra protagonista también se enfrenta a la violencia, a la paliza gratuita. Porque llega un día en que se atreve a asomar la patita fuera del armario. </span><span style="orphans: 3; text-align: justify; text-indent: 24px; widows: 3;"><span style="color: #990000;">«La primera vez que pisé la calle vestida y maquillada sin ambigüedades, la primera vez que me presenté del todo como una mujer en público, [...] fue un momento de poder en el que no hubo inercia ni miedo que pudiera frenarme»</span>. </span></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: left;"><span style="orphans: 3; text-align: justify; text-indent: 24px; widows: 3;"><br /></span></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: left;"><span style="orphans: 3; text-align: justify; text-indent: 24px; widows: 3;">El miedo vino después, cuando en medio de la euforia, mientras escuchaba música en sus auriculares, sintió el primer impacto y no supo ni lo que era. Hasta que lo supo con claridad. Eran patadas con botas militares, era rodar por una escalera, eran costillas doloridas. Eran unos energúmenos tratando de aniquilar lo que no entienden, porque para algunas personas, lo que no se entiende es una amenaza. </span></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: left;"><span style="orphans: 3; text-align: justify; text-indent: 24px; widows: 3;"><br /></span></div><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEirNITuyYHg2nFnfs2Am_ELQMoRfLCC5ZzchitfHVN0v6crGLr1exfaUljKBRYAITcf6C_qPXbeUcmOCYlA2jq4C9_LY3KKQLzYJS_N-kfWPFulJ8lBlk71fh_P-TAEWT3DFWWV42wy_eLJM1rMnxNhGG-csFmRFLDZKDKr_DsZ1aOTQy8Nv-a48gGQkc3z/s1495/649f45efbcc9f.webp" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="917" data-original-width="1495" height="392" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEirNITuyYHg2nFnfs2Am_ELQMoRfLCC5ZzchitfHVN0v6crGLr1exfaUljKBRYAITcf6C_qPXbeUcmOCYlA2jq4C9_LY3KKQLzYJS_N-kfWPFulJ8lBlk71fh_P-TAEWT3DFWWV42wy_eLJM1rMnxNhGG-csFmRFLDZKDKr_DsZ1aOTQy8Nv-a48gGQkc3z/w640-h392/649f45efbcc9f.webp" width="640" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="font-size: medium;"><b>Alana S. Portero</b></span></td></tr></tbody></table><div class="separator" style="clear: both; text-align: left;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: left;"><span style="orphans: 3; text-align: justify; text-indent: 24px; widows: 3;">Alana S. Portero ha escrito una novela de formación que nos lleva desde una niña de cinco años hasta una mujer de treinta y cuatro. En esos treinta años va cumpliendo etapas, se va abriendo a un mundo que teme, pero al que no puede sustraerse.</span><span style="orphans: 3; text-align: justify; text-indent: 24px; widows: 3;"> Conoce a mujeres que le servirán de referente y que llegarán a suplir a la madre que nunca aceptó lo que era en realidad uno de sus «machotes». Así conocerá a </span><span style="orphans: 3; text-align: justify; text-indent: 24px; widows: 3;">Eugenia, la Moraíta, travesti y puta que <span style="color: #990000;">«</span></span><span style="color: #990000;">empezaba su jornada alrededor de los cines Luna al caer la tarde, allí sacaba el dinerito de la cena y un poco más haciendo pajas tristonas a viejos que pasaban por la plaza antes de cenar»</span>. Y se reconciliará con Margarita, ya anciana y enferma. Y nos dejará su historia en una novela tan tierna como dura, valga el oxímoron si es que lo es, bellamente escrita, pero que nos dejará huellas de arañazos en la mente igual que los bellos cristales pueden arañar y cortar. </div><div class="separator" style="clear: both; text-align: left;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: left;">Una historia en la que, afirma la autora en una <a href="https://www.vogue.es/articulos/alana-s-portero-entrevista-novela-fenomeno-editorial-la-mala-costumbre" target="_blank">entrevista</a>, <span style="color: #990000;">«<span>Hay mimbres de mi vida, pero no es mi historia. </span><strong style="box-sizing: border-box; line-height: inherit;">Reivindico mi derecho a la ficción. Como mujer, como mujer trans, como persona LGTB.</strong></span><span><span style="color: #990000;"> Esa necesidad de que toda nuestra literatura sea catalogada como confesional, como si todo fuera un gran drama personal, me parece injusta»</span>. Como injusto es que aún haya que reivindicar los derechos de las personas a vivir su vida y su realidad de la forma en que cada cual decida. </span></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: left;"><br /></div></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: left;"><div class="MsoNormal"><span style="font-family: Garamond; font-size: medium;"><b>Título del libro: </b>La mala costumbre<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: Garamond; font-size: medium;"><span><b>Autor: </b>Alana S. Portero</span><br /><span><b>Nacionalidad: </b>España</span></span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: Garamond; font-size: medium;"><b>Editorial: </b>Seix Barral<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: Garamond; font-size: medium;"><b>Año de publicación: </b>2023<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: Garamond; font-size: medium;"><b>Año de publicación original:</b> 2023<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: Garamond; font-size: medium;"><b>Nº de páginas: </b>256</span></div></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: Garamond; font-size: medium;"><br /></span></div><div class="MsoNormal"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEheoiWi_yu16CoOR7-tF59-twcT3ge1k2tpPvk1TR8Hb42bLdXwQ53mxqhGZbpd6By4Q-I2YPHeKzIoVICd8DEfOyrm0_kMkh4PrghdDpnqutYsPNdtvQVKiVw5IO1Vbey6Zokm4py1AsfWpRbXqhoqpZMDeYsF4T1nfnUPgNhea6CFA3Sv7-rIb-xB_qLE/s1253/Imagen30.png" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="322" data-original-width="1253" height="164" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEheoiWi_yu16CoOR7-tF59-twcT3ge1k2tpPvk1TR8Hb42bLdXwQ53mxqhGZbpd6By4Q-I2YPHeKzIoVICd8DEfOyrm0_kMkh4PrghdDpnqutYsPNdtvQVKiVw5IO1Vbey6Zokm4py1AsfWpRbXqhoqpZMDeYsF4T1nfnUPgNhea6CFA3Sv7-rIb-xB_qLE/w640-h164/Imagen30.png" width="640" /></a></div><br /><span style="font-family: Garamond; font-size: medium;"><br /></span></div>Rosa Berros Canuriahttp://www.blogger.com/profile/14919887931785201154noreply@blogger.com28tag:blogger.com,1999:blog-5705397617957177167.post-88714452700820892342024-02-15T09:45:00.001+01:002024-02-18T10:24:42.946+01:00"Las cenizas de la inocencia" Fernando Benzo<div style="border-color: rgb(196, 183, 180); border-style: inset; border-width: 10px; padding: 10px;"><span style="text-align: justify; text-indent: 24px;"><span style="color: #666666; font-family: Indie Flower; font-size: xx-large;">Para acceder al Dixie, no se exigía ni etiqueta ni el pago previo de quince pesetas, como en el Pasapoga. Un portero de mirada taciturna vestido con una austera levita se encargaba de autorizar o denegar el paso al interior. Pero, aunque no se cobrase por ello, uno sabía que si acudía varias noches al local sin dejarse dinero en la barra o en las mesas, el portero acabaría identificándole y el Dixie le quedaría vedado para siempre, por lo que eran pocos los que se atrevían a disfrutar del lugar sin el obligado gasto en bebidas.</span></span></div>
<b></b><div><br /></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: Garamond;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiDge3B6xXV_K0M_YzwYdsQwIYvbQ8EcngrBGSmNPObmLnTybYyd1QLtDmRCOiwqA4F_0ELVqzxxgL9ula2bHktZpXCerxpdS5l6LGF1SbhRKgYh4pWaN5QyRk_zGIqR9tXZWEX57MxOcaascAUVndSFLYV14Kid9PzTyxRH_4c6bh6E9XZz9vd4hNcBWZV/s1000/61ycyQ0FcHS._AC_UF1000,1000_QL80_.jpg" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1000" data-original-width="653" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiDge3B6xXV_K0M_YzwYdsQwIYvbQ8EcngrBGSmNPObmLnTybYyd1QLtDmRCOiwqA4F_0ELVqzxxgL9ula2bHktZpXCerxpdS5l6LGF1SbhRKgYh4pWaN5QyRk_zGIqR9tXZWEX57MxOcaascAUVndSFLYV14Kid9PzTyxRH_4c6bh6E9XZz9vd4hNcBWZV/w261-h400/61ycyQ0FcHS._AC_UF1000,1000_QL80_.jpg" width="261" /></a></div></span></div><div class="MsoNormal"><b style="font-family: Garamond;">Las cenizas de la inocencia</b><span style="font-family: Garamond;"> n</span><span style="font-family: Garamond;">os traslada a la posguerra, a la década de los cuarenta. Aunque no se especifica un momento concreto es la época del estraperlo tras la guerra, una práctica que terminó a principios de los años cincuenta. Una práctica que aprovechaba el desabastecimiento de todo tipo de mercancías para enriquecer a unos pocos y para que los que se lo podían permitir mínimamente accedieran a un complemento de las magras raciones a las que las cartillas de racionamiento daban acceso. Una situación en la que la novela nos sitúa de forma muy verosímil y muy bien descrita.</span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: Garamond;"><br /></span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: Garamond;">Emilio, el protagonista y narrador de parte de la novela es un joven que nos cuenta su historia desde que era adolescente, casi niño, aunque empieza un poco más tarde, cuando ya sus aventuras hacía unos años que lo habían metido entre los personajes del Dixie. Un típico comienzo <i>in media res</i> que nos pone los dientes largos y nos atrapa.</span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: Garamond;"><br /></span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: Garamond;"><span style="color: #990000;">«Acababa de cumplir los diecisiete años cuando maté a un hombre. Ahora, tras tanta vida transcurrida, con los recuerdos de aquel tiempo difuminados en una confusa mezcla de sentimientos contradictorios que han ido sustituyendo a las imágenes concretas, soy aún capaz de recordar aquel momento»</span>.</span></div><div class="MsoNormal"><br /></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: Garamond;">Así empieza esta historia que enseguida nos lleva al principio, a lo que le llevó a cometer ese crimen. <b>Las cenizas de la inocencia </b>es una novela de formación protagonizada por ese adolescente que abandona su vida de chico de barrio con sus amigos, el fútbol y el párroco, que ejercía un poco de padre, para meterse en el mundo más peligroso, pero más atractivo, de las bandas que controlan el estraperlo en Madrid. A partir de ese momento, su mayor deseo es ir ascendiendo en la banda, tener cada vez un papel más importante e ir ganando en la confianza de Nico, su valedor en la trama que controla Matías Sampedro. Un joven que va perdiendo la inocencia hasta llegar a matar, como él mismo nos ha contado al empezar. Pero de esa inocencia quedarán las cenizas, unas cenizas que le impedirán hundirse por completo.</span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: Garamond;"><br /></span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: Garamond;">Y es la historia del <i>Dixie</i>, un club muy distinto a los que se encontraban en la cercana Avenida de José Antonio, más conocida como Gran Vía, y es que en el <i>Dixie</i> tan solo se escuchaba jazz, una música bastante desconocida en España. En el <i>Dixie</i>, además <span style="color: #990000;">«no había baile. Al Dixie no se iba a bailar. Se iba a escuchar música, a hacer contactos, a cerrar tratos, a culminar conquistas y a beber los mejores licores de contrabando de la ciudad»</span>.</span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: Garamond;"><br /></span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: Garamond;">En el <i>Dixie</i> encontraban su lugar cada noche el mencionado Matías Sampedro, Jorge Lanza, su rival en el mundo del estraperlo, y el comisario Gante, un policía corrupto <span style="color: #990000;">«</span></span><span style="text-align: justify; text-indent: 24px;"><span style="font-family: Garamond;"><span style="color: #990000;">a sueldo de cualquiera que estuviese dispuesto a pagar a cambio de favores o protección»</span>. </span></span><span style="text-align: justify; text-indent: 24px;"><span style="font-family: Garamond;">En el Dixie todo lo controlaba </span></span><span style="text-align: justify; text-indent: 24px;"><span style="font-family: Garamond;">Raimundo Giralda, el dueño, un amante del jazz que mantenía en orden la jerarquía y los derechos y deberes adquiridos de cuantos personajes poblaban el club, desde las cocinas hasta los reservados más selectos. </span></span><span style="font-family: Garamond; text-align: justify; text-indent: 24px;">Y en el </span><i style="font-family: Garamond; text-align: justify; text-indent: 24px;">Dixie</i><span style="font-family: Garamond; text-align: justify; text-indent: 24px;"> cantaba Asia Luján que tanta importancia tendría en las vidas de Nico y Emilio. </span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: Garamond; text-align: justify; text-indent: 24px;"><br /></span></div><div class="MsoNormal"><span style="text-align: justify; text-indent: 24px;"><span style="font-family: Garamond;">Todos ellos se verán inmersos en una trama de rivalidades, camaradería, intrigas, traiciones, amor, lealtad. Una trama muy bien construida y rematada que además está muy bien escrita. Tanto por la forma como por el contenido, mantiene al lector enganchado de principio a fin.</span></span></div><div class="MsoNormal"><span style="text-align: justify; text-indent: 24px;"><span style="font-family: Garamond;"><br /></span></span></div><div class="MsoNormal"><span style="text-align: justify; text-indent: 24px;"><span style="font-family: Garamond;">El último capítulo nos llevará unos cuantos años hacia adelante para ver lo que ha sido de todos ellos tras su paso por los más turbios pasadizos del ambiente madrileño de los años cuarenta. Esa es la única concesión que hace Fernando Benzo a ese narrar en dos tiempos que es común, al menos, a las dos novelas que había leído antes. Tanto <b><a href="https://elblogdelafabula.blogspot.com/2020/06/nunca-fuimos-heroes-fernando-benzo.html" target="_blank">Nunca fuimos héroes</a></b> como <b><a href="https://elblogdelafabula.blogspot.com/2023/07/los-perseguidos-fernando-benzo.html" target="_blank">Los perseguidos</a></b>, son novelas que mezclan un presente más o menos actual con el pasado de sus personajes. <b>Las cenizas de la inocencia</b><b> </b>es una historia lineal y sucede toda ella, excepto ese último capítulo, en la década de los cuarenta.</span></span></div><div class="MsoNormal"><span style="text-align: justify; text-indent: 24px;"><span style="font-family: Garamond;"><br /></span></span></div><div class="MsoNormal"><span style="text-align: justify; text-indent: 24px;"><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjvMNgfRvRFrnpn61lNcO6ItiqLVB9H0in3-YUDzPLcGy8J3iDwXvxMdUIopQMfmV6gRCNgtHFES24IrxwxhNyMqg0BwQojS4GPaxLoYoGSXlFgJnLT0d8kiGSul38fjOLoX2Mg4CjnNkMVSTl7deJYA8Ln_48TJlzQB1rgme4wzkAZQ-Ir7zl9JtZmfeun/s667/Fernando-Benzo-fotografiado-hace-Sevilla_1799830903_186286392_667x375.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="375" data-original-width="667" height="360" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjvMNgfRvRFrnpn61lNcO6ItiqLVB9H0in3-YUDzPLcGy8J3iDwXvxMdUIopQMfmV6gRCNgtHFES24IrxwxhNyMqg0BwQojS4GPaxLoYoGSXlFgJnLT0d8kiGSul38fjOLoX2Mg4CjnNkMVSTl7deJYA8Ln_48TJlzQB1rgme4wzkAZQ-Ir7zl9JtZmfeun/w640-h360/Fernando-Benzo-fotografiado-hace-Sevilla_1799830903_186286392_667x375.jpg" width="640" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="font-family: Garamond; font-size: medium;"><b>Fernando Benzo</b></span></td></tr></tbody></table></span></div><div class="MsoNormal"><div class="MsoNormal"><span style="font-family: Garamond;"><br /></span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: Garamond;">Decía que <b>Las cenizas de la inocencia</b> es una novela de iniciación. El autor nos mete en una historia en la que vemos a un muchacho salir del cobijo del barrio y de la protección de su madre para meterse en un mundo en el que, además, no todos sobreviven. En sentido literal. Pero no es el chico el único narrador de esta historia. Aquellas partes de las que él no puede ser testigo nos son contadas en tercera persona por un narrador omnisciente que nos abre la perspectiva y nos da la oportunidad de asistir a escenas que complementan la historia</span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: Garamond;"><br /></span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: Garamond;">Esta tercera novela que leo de Fernando Benzo me reafirma en mi opinión sobre el autor. Me gusta. Me gusta mucho. Me gusta cómo escribe, las historias que nos cuenta, las tramas que elabora y resuelve de manera impecable. Me gustan sus personajes, tan reales, con tantas contradicciones, con sus cosas buenas y sus cosas terribles. Me gustan sus retratos de las distintas épocas de nuestra reciente historia en las que ambienta sus novelas y la forma precisa en que nos las describe. Disfruto leyendo sus novelas.</span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: Garamond;"><br /></span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: Garamond;"><span>Este libro participa en el Reto </span><span><a href="https://elblogdelafabula.blogspot.com/2024/01/autores-de-la-la-la-z-2024.html" target="_blank">Autores de la A a la Z</a></span><span> que organiza el blog</span><span><span> </span><a href="http://www.lecturapolis.com/2024/01/reto-autores-de-la-a-la-z-edicion-2024.html" target="_blank">Lecturápolis</a></span><span>. Con él relleno la letra B.</span></span></div><div class="MsoNormal"><br /></div></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: Garamond; font-size: medium;"><b>Título del libro: </b><span>Las cenizas de la inocencia</span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Garamond; font-size: medium;"><span><b>Autor: </b>Fernando Benzo<o:p></o:p></span><br />
<span><b>Nacionalidad: </b>España</span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Garamond; font-size: medium;"><b>Editorial: </b>Plaza y Janés<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Garamond; font-size: medium;"><b>Año de publicación: </b>2019<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Garamond; font-size: medium;"><b>Año de publicación original:</b> 2019<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Garamond; font-size: medium;"><b>Nº de páginas: </b>320</span><o:p></o:p></div>
<div><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgmSqBR59tLZrpBLzArYv-WPHirdYaarFuirkYMolKkqhyvFhaTcdhmckX7MaIdmXflpvs3VxD383fOhOtBdqLX0SDpIO4ECQBx2h01no0n3sO-QmAOHUqj3gY8KsncwLCasTL9-Hr1OZg6Hr07IljjW8h3AnrzAcSydo1sr3V2c-vE_FhH18RWsDLGgx1C/s3023/Imagen100.png" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="446" data-original-width="3023" height="94" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgmSqBR59tLZrpBLzArYv-WPHirdYaarFuirkYMolKkqhyvFhaTcdhmckX7MaIdmXflpvs3VxD383fOhOtBdqLX0SDpIO4ECQBx2h01no0n3sO-QmAOHUqj3gY8KsncwLCasTL9-Hr1OZg6Hr07IljjW8h3AnrzAcSydo1sr3V2c-vE_FhH18RWsDLGgx1C/w640-h94/Imagen100.png" width="640" /></a></div>Rosa Berros Canuriahttp://www.blogger.com/profile/14919887931785201154noreply@blogger.com34tag:blogger.com,1999:blog-5705397617957177167.post-53282399668334520492024-02-12T09:06:00.000+01:002024-02-12T09:06:39.177+01:00"Plenilunio" Antonio Muñoz Molina<div style="border-color: rgb(196, 183, 180); border-style: inset; border-width: 10px; padding: 10px;"><span style="text-align: justify; text-indent: 24px;"><span style="color: #666666; font-family: Indie Flower; font-size: xx-large;">De día y de noche iba por la ciudad buscando una mirada. Vivía nada más que para esa tarea, aunque intentara hacer otras cosas o fingiera que las hacía, solo miraba, espiaba los ojos de la gente, las caras de 1os desconocidos, de los camareros de los bares y los dependientes de las tiendas, las caras y las miradas de los detenidos en las fichas. El inspector buscaba la mirada de alguien que había visto algo demasiado monstruoso para ser suavizado o desdibujado por el olvido, unos ojos en los que tenía que perdurar algún rasgo o alguna consecuencia del crimen, unas pupilas en las que pudiera descubrirse la culpa sin vacilación, tan solo escrutándolas, igual que reconocen los médicos los signos de una enfermedad acercándoles una linterna diminuta. Se lo había dicho el padre Orduña, «busca sus ojos», y lo había mirado tan fijo que el inspector se estremeció ligeramente, casi como mucho tiempo atrás, aquellos ojos pequeños, miopes, fatigados, adivinadores, que lo reconocieron en cuanto el apareció en la Residencia, tan instantáneamente como el mismo, el inspector, debería reconocer al individuo a quien buscaba, o como el padre Orduña había reconocido en el hacía muchos años el desamparo, el rencor, la vergüenza y el hambre, incluso el odio, su odio constante y secreto al internado y a todo lo que había en él, y también al mundo exterior.</span></span></div>
<b></b><div><br /></div><div style="text-align: left;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjmApUjbEKrGnNyf-Uxa_IAoD8JHt6iShgv6NrEQ3HxFXQ0VrCIjg-rwvq9kQ2gb9e5_i-2S0M67sYfBjbDSyr3WG5nsTJJcZPRfYJn8s874rZ4_ueP0-MeNaMwakaCLDH_1a1VDCBR7coFC7K4hto4OyM7yY2aSI8fiSe_QrRPbGUTIar3w-qM8WrAEig0/s500/9788420483566-es.jpg" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="500" data-original-width="307" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjmApUjbEKrGnNyf-Uxa_IAoD8JHt6iShgv6NrEQ3HxFXQ0VrCIjg-rwvq9kQ2gb9e5_i-2S0M67sYfBjbDSyr3WG5nsTJJcZPRfYJn8s874rZ4_ueP0-MeNaMwakaCLDH_1a1VDCBR7coFC7K4hto4OyM7yY2aSI8fiSe_QrRPbGUTIar3w-qM8WrAEig0/w245-h400/9788420483566-es.jpg" width="245" /></a></div></div><div style="text-align: left;"><span style="font-family: Garamond;">El cadáver Fátima, una niña de unos diez años, es encontrado en un parque pocas horas después de haber desaparecido tras salir a comprar una cartulina y unas ceras para un trabajo manual. La investigación recae en un inspector del que creo recordar que no llegamos a saber su nombre. Un inspector que se obsesiona con el caso y se pasea por la ciudad buscando una mirada que delate al asesino. Eso le ha dicho el padre Orduña: <span style="color: #990000;">«la cara es el espejo del alma»</span> y unos ojos que han visto algo tan monstruoso como la muerte de la niña por fuerza tienen que llevarlo impreso. Pero, por otra parte, e</span><span style="font-family: Garamond;">l inspector no lo tiene muy claro porque está convencido de que hay seres que carecen de alma y, no obstante, sigue buscando en la mirada de los hombres.</span></div><div style="text-align: left;"><br /></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: Garamond;"><span style="color: #990000;">«De día y de noche iba por la ciudad buscando una mirada. [...] El inspector buscaba la mirada de alguien que había visto algo demasiado monstruoso para ser suavizado o desdibujado por el olvido, unos ojos en los que tenía que perdurar algún rasgo o alguna consecuencia del crimen, unas pupilas en las que pudiera descubrirse la culpa sin vacilación, tan solo escrutándolas, igual que reconocen los médicos los signos de una enfermedad acercándoles una linterna diminuta»</span>. </span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: Garamond;"><br /></span></div><div style="text-align: left;"><span style="font-family: Garamond;">Podría decirse que el inspector es el protagonista. Un inspector con un pasado en el Norte que deterioró su matrimonio, sin matarlo, y terminó con la salud mental de su esposa, ahora ingresada en una clínica. El inspector tiene un pasado y un presente que no pude dejar de lado a pesar de que el asesinato de la niña y todo y lo que traerá consigo ocupe casi todo su tiempo y sus pensamientos. </span></div><div style="text-align: left;"><span style="font-family: Garamond;"><br /></span></div><div style="text-align: left;"><span style="font-family: Garamond;">Pero hay más personajes, con tanta importancia al menos como el inspector, a los que sabremos que su pasado tiene un tanto hipotecado su presente. Está Susana, la maestra de la niña, una mujer atrapada desde hace quince años en un ambiente que no es el suyo, al que llegó siguiendo a un marido que pronto dimitió del papel de marido y de padre. Y en la ciudad se quedó Susana, aunque ya sin marido, para llegar a este momento en que la muerte de Fátima, su alumna favorita, y la marcha de su hijo que ha decidido vivir con su padre desde principio de curso, la pone ante una realidad que no se había atrevido a mirar de frente.</span></div><div style="text-align: left;"><br /></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: Garamond;"><span style="color: #990000;">«Ahora, a los treinta y siete años, descubría cosas de sí misma que habían afectado mucho su vida sin que ella las hubiera comprendido o aceptado, y muchas veces ni siquiera percibido, por ejemplo el modo en que influían sobre ella los detalles menores [...] en invierno, en una de las mesas camilla de la sala de profesores, algunas maestras, durante el recreo, se tomaban un vaso de colacao con galletas que habían traído de casa envueltas en papel de aluminio, se abrigaban con las faldillas para recibir el calor del brasero eléctrico y mojaban las galletas en los vasos, y eso a ella le producía una desolación desde luego ridícula, pero muy intensa»</span>.</span></div><div style="text-align: center;"><br /></div><div style="text-align: left;"><span style="font-family: Garamond;"> Y está Ferreras, el forense, un hombre solo y solitario que renunció a sus esperanzas de amor hace ya muchos años. Ferreras, tan obsesionado como el inspector en encontrar al asesino de la niña. Él ha descubierto sobre la mesa de autopsias todo el horror que Fátima vivió en sus últimos momentos. Él se consuela pensando que la asfixia y la falta de oxígeno le servirían de anestesia. </span></div><div style="text-align: left;"><span style="font-family: Garamond;"><br /></span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: Garamond;"><span style="color: #990000;">«Perdió el conocimiento al final —dijo el forense en voz baja, inclinado aún sobre ella, formulando para sí mismo o para la niña muerta una esperanza de orden privado, que no tenía que ver nada con su oficio ni con la presencia de los otros, ni siquiera con la justicia o el crimen, solo con la posible piedad final, con el alivio o la absolución de la muerte—. La falta de oxígeno le sirvió de anestesia»</span>.</span></div><div style="text-align: left;"><br /></div><div style="text-align: left;"><span style="font-family: Garamond;">También está el padre Orduña, un anciano sacerdote que vive en el caserón solitario de lo que fue un internado en el que se limpiaba a base de rezos y algún que otro golpe la mala entraña que los niños heredaron de sus padres, muertos o prisioneros tras la guerra. Fue considerado en su juventud cura comunista y se le llamó traidor. <span style="color: #990000;">«</span></span><span style="color: #990000; font-family: Garamond;"><span style="text-align: justify; text-indent: 24px;"> </span><span style="text-align: justify; text-indent: 24px;">Todavía queda gente en esta ciudad que me lo sigue llamando, no te imaginas como son. Decían que leía en misa </span><span style="text-align: justify; text-indent: 24px;">panfletos comunistas, y sólo eran fragmentos de los evangelios y de las epístolas o los profetas»</span></span><span style="font-family: "Times New Roman", Times, serif; text-align: justify; text-indent: 24px;">.</span></div><div style="text-align: left;"><br /></div><div style="text-align: left;"><span style="font-family: Garamond;">Y está, por supuesto, el asesino. Aparece pronto. Joven, resentido con todo lo que la vida le ha puesto por delante, acomplejado desde las burlas que tuvo que sufrir de niño. No soporta nada de su vida, ni a sus padres, ni su trabajo. Y mucho menos ese malestar que le entra las noches de luna llena y que le impulsa, casi sin darse cuenta, a sacar una navaja del bolsillo y buscar dónde depositar su rabia y los efectos del alcohol.</span></div><div style="text-align: left;"><span style="font-family: Garamond;"><br /></span></div><div style="text-align: left;"><span style="font-family: Garamond;">Y hay más personajes. Y hay una ciudad pequeña que los atrapa entre sus calles, sus plazas, la estatua del héroe, el río y los olivos. Una ciudad, que bien podría ser la ciudad natal del autor, o Mágina si es que no vienen siendo lo mismo. Una ciudad sin nombre en la que al final todos han hablado con todos o tienen un amigo que vio, que supo, que conoció; en la que el anonimato es imposible y al mismo tiempo tenemos un asesino tal vez enfermo de anonimato, con una letal necesidad de trascendencia, de ser alguien conocido y reconocido.</span></div><div style="text-align: left;"><br /></div><div style="text-align: left;"><div><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgdOcimqLI4gSRv-8qINw_ATVwK4_Q6I1lGcILtTSG_3qrVr15DA71THXbAWgqxktWZukTU1p0YSu1-MMTLToZiIIWWyhHfh5dQockTfZ8as5pGyiwbuVwkcT25LyMnMKKcTv_qzc4adjoSQAFTPUl_sIwHLMS-GNg2jVNw8Ydnxd-MUkKkAolNxIx2SBGm/s1080/CFN76CLKZFPEPCMWSEMX6ZTCII.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="655" data-original-width="1080" height="388" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgdOcimqLI4gSRv-8qINw_ATVwK4_Q6I1lGcILtTSG_3qrVr15DA71THXbAWgqxktWZukTU1p0YSu1-MMTLToZiIIWWyhHfh5dQockTfZ8as5pGyiwbuVwkcT25LyMnMKKcTv_qzc4adjoSQAFTPUl_sIwHLMS-GNg2jVNw8Ydnxd-MUkKkAolNxIx2SBGm/w640-h388/CFN76CLKZFPEPCMWSEMX6ZTCII.jpg" width="640" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="font-family: Garamond; font-size: medium;"><b>Antonio Muñoz Molina</b></span></td></tr></tbody></table><span style="font-family: Garamond;"><br /></span></div><div><span style="font-family: Garamond;">En lo que a género negro y policial se refiere, ya casi lo hemos visto todo, pero en 1997, cuando Muñoz Molina publicó esta novela, aún nos quedaban muchas cosas por ver. O puede que esté hablando por mí misma y fuese yo la que tenía mucho por ver. Sea como sea, cuando leí la novela recién publicada, me sorprendió mucho. Se trata de una novela policíaca, sí, con mucho de novela negra, también. Y se trata de una novela reflexiva que pasa mucho tiempo, muchas páginas, metiéndonos en la vida, los recuerdos, los pensamientos de sus protagonistas. Por momentos nos olvidamos de que estamos inmersos en una investigación por asesinato y nos quedamos colgados de los problemas presentes y pasados de los personajes que configuran esta historia.</span></div><div><br /></div><div><span style="font-family: Garamond;">Leída casi veintisiete años después, no ha perdido ni un ápice de su interés y yo la he valorado más aún de lo que lo hice en 1997. Antonio Muñoz Molina me confirma que desde su primera novela, <b>Beatus Ille</b>, es un escritor de culto. En el mejor sentido.</span></div><div><span style="font-family: Garamond;"><br /></span></div></div><div style="text-align: left;"><br /></div><div style="text-align: left;"><div><span style="font-family: Garamond;">Este libro participa en el Reto </span><span style="font-family: Garamond;"><a href="https://elblogdelafabula.blogspot.com/2024/01/autores-de-la-la-la-z-2024.html" target="_blank">Autores de la A a la Z</a></span><span style="font-family: Garamond;"> que organiza el blog</span><span style="font-family: Garamond;"><span> </span><a href="http://www.lecturapolis.com/2024/01/reto-autores-de-la-a-la-z-edicion-2024.html" target="_blank">Lecturápolis</a></span><span style="font-family: Garamond;">. Con él relleno la letra M.</span></div><div><br /></div></div><div style="text-align: left;"><div class="MsoNormal"><span style="font-family: EB Garamond; font-size: medium;">Libros de Antonio Muñoz Molina que he leído con la fecha de lectura y relectura entre paréntesis.</span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-size: medium;"><span style="font-family: EB Garamond;"><b><a href="https://elblogdelafabula.blogspot.com/2019/04/como-la-sombra-que-se-va-vs-el-invierno.html" target="_blank">El invierno en Lisboa</a></b> <o:p></o:p></span><span style="font-family: "EB Garamond";">(1990, 2002, 2015)</span></span></div><div class="MsoNormal"><span><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; margin-top: 0cm;"><span style="font-family: EB Garamond; font-size: medium;"><b>Beltenebros</b> (1990)<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; margin-top: 0cm;"><span style="font-family: EB Garamond; font-size: medium;"><b>El jinete polaco</b> (1992, 2009)<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; margin-top: 0cm;"><span style="font-family: EB Garamond; font-size: medium;"><b>Beatus ille </b>(1993, 2009)<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; margin-top: 0cm;"><span style="font-family: EB Garamond; font-size: medium;"><b>Los misterios de Madrid</b> (1996)<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; margin-top: 0cm;"><span style="font-family: EB Garamond; font-size: medium;"><b>Plenilunio</b> (1997, 2024)<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; margin-top: 0cm;"><span style="font-family: EB Garamond; font-size: medium;"><b>El dueño del secreto </b>(1998)<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; margin-top: 0cm;"><span style="font-family: EB Garamond; font-size: medium;"><b>Sefarad</b> (2001)<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; margin-top: 0cm;"><span style="font-size: medium;"><span style="font-family: EB Garamond;"><b>Carlota Fainberg </b></span><span style="font-family: "EB Garamond";">(2001)</span></span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; margin-top: 0cm;"><span style="font-family: EB Garamond; font-size: medium;"><b><o:p></o:p></b></span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; margin-top: 0cm;"><span style="font-family: "EB Garamond"; font-size: medium;"><b>El viento de la luna </b>(2007)</span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; margin-top: 0cm;"><span style="font-family: EB Garamond; font-size: medium;"><b>La noche de los tiempos</b> (2009)<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; margin-top: 0cm;"><span style="font-family: EB Garamond; font-size: medium;"><b>En ausencia de Blanca</b> (2010)<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; margin-top: 0cm;"><span style="font-family: EB Garamond; font-size: medium;"><b>Todo lo que era sólido </b>(2013)<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; margin-top: 0cm;"><span style="font-family: EB Garamond; font-size: medium;"><b><a href="https://elblogdelafabula.blogspot.com/2019/04/como-la-sombra-que-se-va-vs-el-invierno.html" target="_blank">Como la sombra que se va </a></b>(2015)<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; margin-top: 0cm;"><span style="font-family: EB Garamond; font-size: medium;"><b><a href="https://elblogdelafabula.blogspot.com/2019/05/tus-pasos-en-la-escalera-antonio-munoz.html" target="_blank">Tus pasos en la escalera </a></b>(2019)<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; margin-top: 0cm;"><span style="font-family: EB Garamond; font-size: medium;"><b>Volver a dónde </b>(2023)</span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm; margin-top: 0cm;"><span style="font-family: EB Garamond; font-size: medium;"><b><a href="https://elblogdelafabula.blogspot.com/2023/10/no-te-vere-morir-antonio-munoz-molina.html" target="_blank">No te veré morir</a></b> (2023)</span></p></span></div></div><div style="text-align: left;"><br /></div><div style="text-align: left;"><div class="MsoNormal"><span style="font-family: Garamond; font-size: medium;"><b>Título del libro: </b>Plenilunio<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: Garamond; font-size: medium;"><span><b>Autor: </b>Antonio Muñoz Molina<o:p></o:p></span><br /><span><b>Nacionalidad: </b>España</span></span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: Garamond; font-size: medium;"><b>Editorial: </b>Alfaguara<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: Garamond; font-size: medium;"><b>Año de publicación: </b>1997<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: Garamond; font-size: medium;"><b>Año de publicación original:</b> 1997<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: Garamond; font-size: medium;"><b>Nº de páginas: </b>488</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: center;"><span style="font-family: Garamond; font-size: medium;"><div class="MsoNormal"><br /></div></span><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjXLfHlQTlsMTx8JZhcSwkdiK_9YiGC47r8VgIaITD22bNPaJuYsGLJShLj46cjmV5uwt-56SCTugo6DhneeH2kYA2As1049Q3RkbnxAsBiBaD71C9NOJm75QteQxGLKGJNRz_j4JtGlaW8FNX_qBcz4Q-SORf9mFptXbv9uRiextALtVjD53bSp1kqXBU3/s1786/Imagen36.png" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="403" data-original-width="1786" height="144" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjXLfHlQTlsMTx8JZhcSwkdiK_9YiGC47r8VgIaITD22bNPaJuYsGLJShLj46cjmV5uwt-56SCTugo6DhneeH2kYA2As1049Q3RkbnxAsBiBaD71C9NOJm75QteQxGLKGJNRz_j4JtGlaW8FNX_qBcz4Q-SORf9mFptXbv9uRiextALtVjD53bSp1kqXBU3/w640-h144/Imagen36.png" width="640" /></a></div><br /></div></div>Rosa Berros Canuriahttp://www.blogger.com/profile/14919887931785201154noreply@blogger.com34tag:blogger.com,1999:blog-5705397617957177167.post-29059669306917071702024-02-07T08:19:00.002+01:002024-02-08T23:34:52.044+01:00"Cervantes para cabras, Marx para ovejas" Pablo Santiago Chiquero<div style="border-color: rgb(196, 183, 180); border-style: inset; border-width: 10px; padding: 10px;"><span style="text-align: justify; text-indent: 24px;"><span style="color: #666666; font-family: Indie Flower; font-size: xx-large;">Para los periodistas e intelectuales de izquierdas, la ínsula Esperanza era la prueba palpable, enjalbegada y primorosamente adornada, de que los preceptos del socialismo eran válidos para sacar a la clase trabajadora de la pobreza y la ignorancia; para los otros, los conservadores, que también acudieron en buen número a la colonia agrícola, aquello no tenía nada que ver con el socialismo, sino con el trabajo honrado y la racionalización de la producción agrícola y artesana. Mateo, que nunca llegó a tener carné del Partido Comunista, nunca le negó la razón ni a unos ni a otros; así quedaban todos contentos y no se hablaba mal de la ínsula Esperanza.</span></span></div>
<b></b><div><br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhtA9yg3GFtXMr-rIer8cKR6exmOF6dUrNZjTk1vQ3rtzJEPyGnHF-qCWafFQzNiZ2OEK56UJD9kfhEo596iAHUz6t_jBGqBGCdxwC3w52BuinCE7DbuHTj_qb008ycuflAsO37PfW3b0SK0KRfJfRZYeT1jIds9hLSqU_tIJAaLQOpDUsOObd8zfmVt4Og/s684/Cervantes-para-cabras-Marx-para-ovejas-web.png" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="684" data-original-width="468" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhtA9yg3GFtXMr-rIer8cKR6exmOF6dUrNZjTk1vQ3rtzJEPyGnHF-qCWafFQzNiZ2OEK56UJD9kfhEo596iAHUz6t_jBGqBGCdxwC3w52BuinCE7DbuHTj_qb008ycuflAsO37PfW3b0SK0KRfJfRZYeT1jIds9hLSqU_tIJAaLQOpDUsOObd8zfmVt4Og/w274-h400/Cervantes-para-cabras-Marx-para-ovejas-web.png" width="274" /></a></div><span style="font-family: Garamond;"><div style="text-align: justify;"><span style="font-family: Garamond;">Y es que cuando el trabajo se hace bien, cuando los que trabajan en una empresa se sienten felices y además es rentable y se ven los frutos del esfuerzo, nada tienen que decir (o no deberían, porque seguro que hoy le sacarían mil pegas a la <i>Ínsula Esperanza</i>) ni los unos ni los otros; ni los conservadores ni los intelectuales de izquierdas. Solo Mateo, que nunca ha tenido el carnet del partido, puede juzgar el resultado de su creación porque fue Mateo <span style="text-align: justify;">González Oliván el artífice de tal empresa. La empresa es una granja en la que hasta los animales son felices. No hay más que ver su </span></span>producción. </div></span><div><span style="font-family: Garamond;"><span style="text-align: justify;"><br /></span></span></div><div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: Garamond;">Pero, ¿qué llevó a Mateo, un cabrero que podría haber llegado a mucho más de no haber sido por la temprana muerte de su padre, a fundar en 1934 una comuna con el literario nombre de <i>Ínsula Esperanza</i>? Desde luego, había sido un niño muy prometedor en sus estudios. </span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: Garamond;"><br /></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: center;"><span style="color: #990000; font-family: Garamond;">«Con seguridad, aquella capacidad del muchacho para los números, y la curiosidad y concentración con la que leyó los pocos libros que cayeron en sus manos, no hubieran sido en balde si su padre hubiese tenido una larga vida. Él, hombre afable y bien relacionado en el pueblo, lo hubiese dispuesto todo para que los curas le dieran una carrera en el seminario, o hubiese intercedido ante </span><span style="font-family: Garamond;"><span style="color: #990000;">José Escobar, terrateniente del lugar afincado en Córdoba, para que el muchacho fuese becado en las universidades de Córdoba o Granada»</span>.</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: center;"><br /></div><div class="MsoNormal" style="text-align: left;"><span style="font-family: Garamond;">Pero el padre murió y Mateo tuvo que dejar la escuela a los diez años y dedicarse al trabajo familiar: pastorear cabras y ovejas. Así hubiese transcurrido toda su vida si no hubiera sido por</span><span style="font-family: Garamond;"><span style="text-align: justify; text-indent: 24px;"> la </span></span><span style="text-align: justify; text-indent: 24px;"><span style="font-family: Garamond;">depresión que lo sorprendió en 1930, y que le hizo encerrarse en su dormitorio sin más actividad que dejar pasar el tiempo. Una situación que llenó de angustia a Angélica, su madre, y a Conchita, su novia, que no fueron capaces de sacarle del letargo ni con las atenciones más cariñosas de su madre ni con las, más que cariñosas eróticas, de Conchita. Fue Don Lázaro, el nuevo maestro, quien supo sacar a Mateo de su depresión cuando llevaba ya más de un año encamado. </span></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: left;"><span style="text-align: justify; text-indent: 24px;"><span style="font-family: Garamond;"><br /></span></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: left;"><span style="text-align: justify; text-indent: 24px;"><span style="font-family: Garamond;">Y lo hizo prestándole un libro, <b>El Quijote</b>, que sacó de casa a Mateo porque cuando el vicio de leer te atrapa no vas a permitir que una nadería como la falta de luz te lo impida y entonces sales al patio donde más luz hay y ya puestos... decides volver a salir con las ovejas y las cabras y hacer algo útil mientras lees. Después de <b>El Quijote</b> vino <b>El capital</b> de Marx. Y así Mateo se fue convirtiendo en un hombre con cierta cultura en un lugar en el que dicho adorno no se veía precisamente con buenos ojos. <span style="color: #990000;">«La incultura de Abra era algo muy antiguo y acendrado, mucho más que la iglesia o las agrias cachetadas de don Albino, algo incluso anterior a los árabes y los romanos, y ya se sabe lo difícil que es abolir las tradiciones cuando están bien arraigadas»</span>. Con esos mimbres, Mateo fue pronto considerado un tanto excéntrico, cuando no trastornado total, ya que leía en todo momento y además le dio por decir que a las cabras les gustaba Cervantes mientras que las ovejas preferían a Marx. </span></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: left;"><span style="text-align: justify; text-indent: 24px;"><span style="font-family: Garamond;"><br /></span></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: left;"><span style="font-family: Garamond;">Mateo, no sabemos si las ovejas también porque nada en ese sentido se nos cuenta, se dejó atrapar por las ideas de Marx que a él tanto le recordaban a las de las Sagradas Escrituras. Y todo ello a</span><span style="font-family: Garamond;"> pesar de las advertencias de Lázaro que, no sin reticencias, le prestó <b>El capital</b> y le advirtió de los peligros que conllevaba.</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: left;"><span style="font-family: Garamond;"> </span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: center;"><span style="text-align: justify; text-indent: 24px;"><span style="font-family: Garamond;"><div class="MsoNormal" style="text-align: center;"><span style="color: #990000;">«</span><span style="text-align: justify; text-indent: 1.5em;"><span style="color: #990000;">—Los libros de filosofía —comenzó Lázaro su coloquio— hay que leerlos y meditarlos, pero no siempre hay que tomarlos en serio, pues casi siempre están muy alejados de lo que nosotros, en nuestras vidas, podemos hacer realidad.</span></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: center;"><span style="text-align: justify; text-indent: 1.5em;"><span style="color: #990000;">—Será mejor que hables del derecho, Lázaro —lo amonestó Mateo—. No hay quien te entienda cuando te pones a dar rodeos.</span></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: center;"><span style="color: #990000;">—Digo que no debes tomar <b>El capital</b> al pie de la letra, y mucho menos pensar en hacer la revolución.</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: center;"><span style="color: #990000;">—¿Y a qué viene eso, Lázaro, tan de sopetón? —Mateo trató de disimular.</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: center;"><span style="color: #990000;">—Lo digo porque no serías el primero, ni tampoco el último, que ha pretendido cambiar el mundo después de un atracón de <b>El capital</b> —se explicó Lázaro—. Y las revoluciones, por desgracia, aunque el mundo sea injusto y esté mal repartido, con frecuencia solo consiguen empeorar la situación de los menesterosos»</span>.</div></span></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: center;"><span style="font-family: Garamond;"><br /></span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: Garamond;">Pero a pesar de las advertencias, Mateo intentó llevar a la práctica las enseñanzas de <b>El Capital </b>que a él le parecían razonables y justas. También quiso seguir las enseñanzas de <b>El Quijote </b>en materia amorosa. Y así, entre tratar de recuperar a Conchita que se cansó de tanto encamamiento y se prometió con otro, y sus intentos de fundar una comuna donde se pusieran en práctica las ideas socialistas, vamos viendo cómo la lectura transformó a Mateo de hombre deprimido y sin ganas de vivir en un joven activo, dispuesto a sufrir cárcel y burlas por amor a lo que le enseñaron los libros. Y tanto empeño le pone, que logra hacer realidad sus deseos, al menos hasta que... No voy a contar más. Solo decir que la historia termina a poco de empezar la Guerra Civil. </span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: Garamond;"><br /></span></div><div class="MsoNormal"><span style="color: #990000;"><span style="font-family: Garamond;">«[…] </span><span style="font-family: Garamond;">Esta guerra es una gran cagada, Lázaro.</span></span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: Garamond;"><span style="color: #990000;">Lázaro asintió. Sí, aquella guerra era una gran cagada. Sobre aquellos años los historiadores han dicho muchas cosas, pero a todos se les olvida decir que aquella guerra fue una gran mojadura de pantalones»</span>.</span></div><div class="MsoNormal"><br /></div><div class="MsoNormal"><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj10h0oSWZT__deQzV2wPiUoPM7-Tj8bSZqFDyR4e_W2yRmjvX7kMXZ4WiX_keMGIwxiGWgsSwfG4OtfXFspI-28BYgg5CLpos14uKakcXXZAeYkB_IciCnL3DGwOcyj6rk4va4ypVjzt-FI9OaUqKBx5z-8r8URWLykckr9wjpbi3pMkrtZu4E_qeGDuY0/s570/Imagen1.png" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="424" data-original-width="570" height="476" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj10h0oSWZT__deQzV2wPiUoPM7-Tj8bSZqFDyR4e_W2yRmjvX7kMXZ4WiX_keMGIwxiGWgsSwfG4OtfXFspI-28BYgg5CLpos14uKakcXXZAeYkB_IciCnL3DGwOcyj6rk4va4ypVjzt-FI9OaUqKBx5z-8r8URWLykckr9wjpbi3pMkrtZu4E_qeGDuY0/w640-h476/Imagen1.png" width="640" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="font-family: Garamond; font-size: medium;"><b>Pablo Santiago Chiquero</b></span></td></tr></tbody></table><br /><span style="font-family: Garamond;"><span><b>Cervantes para Cabras, Marx para ovejas</b> es la primera novela de Pablo Santiago Chiquero y es una historia que quiere reivindicar el poder de los libros y la fuerza de las ideas que en ellos se encuentran. <span style="color: #0b5394;">«[…] </span></span><span><span style="color: #0b5394;">los libros siempre han movido la historia. […] Los libros han fundado religiones, ideas, movimientos políticos, países... Hay libros santos, libros prohibidos, libros malditos y libros que han llegado a ser clásicos. Hay libros aparentemente insignificantes, y sin embargo de gran belleza. El libro sigue siendo uno de los objetos más importantes que ha producido el hombre»</span></span><span style="color: #404040;">. Con estas palabras declara el autor en una <a href="https://www.ellibrodurmiente.org/pablo-santiago-chiquero-entrevista/" target="_blank">entrevista</a> su amor a los libros y a todo lo que significan. Y es que, como también se lee en la contraportada del libro, la lectura es </span><span style="color: #0b5394;"><span>«</span><span>una actividad subversiva capaz de transfigurar para siempre la realidad en la que vivimos»</span></span><span style="color: #404040;">. Como diría mi muy admirado Alexis Ravelo de cuya muerte se ha cumplido recientemente un año, <i>«¡Lean, carajo!»</i></span></span></div><div class="MsoNormal"><span style="color: #404040; font-family: Open Sans;"><i><br /></i></span></div><div class="MsoNormal"><span style="color: #404040; font-family: Open Sans;"><span style="color: black; font-family: Garamond;">Este libro participa en el Reto </span><span style="color: black; font-family: Garamond;"><a href="https://elblogdelafabula.blogspot.com/2024/01/autores-de-la-la-la-z-2024.html" target="_blank">Autores de la A a la Z</a></span><span style="color: black; font-family: Garamond;"> que organiza el blog</span><span style="color: black; font-family: Garamond;"><span> </span><a href="http://www.lecturapolis.com/2024/01/reto-autores-de-la-a-la-z-edicion-2024.html" target="_blank">Lecturápolis</a></span><span style="color: black; font-family: Garamond;">. Con él relleno la letra S.</span></span></div><div class="MsoNormal"><br /></div><div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Garamond; font-size: medium;"><b>Título del libro: </b>Cervantes para cabras, Marx para ovejas<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Garamond; font-size: medium;"><span><b>Autor: </b>Pablo Santiago Chiquero</span><br />
<span><b>Nacionalidad:</b> España</span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Garamond; font-size: medium;"><b>Editorial: </b>Maclein y Parker<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Garamond; font-size: medium;"><b>Año de publicación: </b>2020<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Garamond; font-size: medium;"><b>Año de publicación original: </b>2020<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Garamond; font-size: medium;"><b>Nº de páginas: </b>320</span><o:p></o:p></div>
<br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjrKlTakiCUe5m_vvbmkbyi1gTFHcY9FjLBy7uJBU45XXZwgIYOWylDKVXe840XTuN32VKzEOpQvATvErxJpHaIK3gCt39ruvwJYzsY96jTZO0Uk2mJNMji8UJUiHSteqWHnqhr_ONy4QyBqy_x1aOIZPJ81DsliK0ncKBTUu9zKv01oDiMQ4fVaHJs23vt/s739/Imagen55.png" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="142" data-original-width="739" height="122" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjrKlTakiCUe5m_vvbmkbyi1gTFHcY9FjLBy7uJBU45XXZwgIYOWylDKVXe840XTuN32VKzEOpQvATvErxJpHaIK3gCt39ruvwJYzsY96jTZO0Uk2mJNMji8UJUiHSteqWHnqhr_ONy4QyBqy_x1aOIZPJ81DsliK0ncKBTUu9zKv01oDiMQ4fVaHJs23vt/w640-h122/Imagen55.png" width="640" /></a></div>Rosa Berros Canuriahttp://www.blogger.com/profile/14919887931785201154noreply@blogger.com36tag:blogger.com,1999:blog-5705397617957177167.post-81440537526096237202024-02-02T09:29:00.002+01:002024-02-02T09:33:31.902+01:00Tres eran tres 32
<div class="MsoNormal"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi7n7WTqdc06mn31hz6reuy_Bhl5w0jkK_Ne3H1f0K_OfpV7LKf0ggMbAL-5W1LWQA1Hm5EKPp5vqHg4Ubv59qehqTn8oeXQOZP2w7w3aQqxOBMpy0obnUvdsrK2QKHVDJQ95YmnFIxL1J77DcyQVvyYe1XKhHv-uNYbSBnKu3oYAmSCE4MUP-ICpIYW2oD/s810/Imagen2.png" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="518" data-original-width="810" height="410" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi7n7WTqdc06mn31hz6reuy_Bhl5w0jkK_Ne3H1f0K_OfpV7LKf0ggMbAL-5W1LWQA1Hm5EKPp5vqHg4Ubv59qehqTn8oeXQOZP2w7w3aQqxOBMpy0obnUvdsrK2QKHVDJQ95YmnFIxL1J77DcyQVvyYe1XKhHv-uNYbSBnKu3oYAmSCE4MUP-ICpIYW2oD/w640-h410/Imagen2.png" width="640" /></a></div><br /><div class="separator" style="clear: both; text-align: left;">Aunque los tres libros fueron leídos en 2023, no he querido publicar la entrada hasta dejar pasar tiempo desde la entrega 31. Suelo dejar un mes entre un <i>Tres eran tres</i> y el siguiente.</div><div class="separator" style="clear: both; text-align: left;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: left;">Traigo dos novelas españolas y una francesa, pero ambientada en España. Las dos españolas están ambientadas en provincias, concretamente en Segovia y Gran Canaria. La francesa, transcurre mayoritariamente en Salamanca, aunque también tiene partes en Madrid, Segovia, el Pirineo oscense y Benalmádena. Por lo tanto mucha geografía española en la ambientación de este <i>Tres eran tres</i>. </div></div><div class="MsoNormal"><br /></div><div class="MsoNormal"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiGVANfg-7pXi0EgZTK0ltSOTq2bB296hKdksvDv8RIRHzoLhiRPO8b4EIhHFkVB9ywMZhtz7RWfcRB5TCjZn-ohqHvNgPNAw91Z9KOE2eiksb2WfIpamMUp7AqPN7tu8sR-1ZDAjeLoZJHta0U201Etzkj1t85c7W9x_JOKeZrJzyZFNvKAfAsATKT3D7s/s800/16243.png" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="376" data-original-width="800" height="94" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiGVANfg-7pXi0EgZTK0ltSOTq2bB296hKdksvDv8RIRHzoLhiRPO8b4EIhHFkVB9ywMZhtz7RWfcRB5TCjZn-ohqHvNgPNAw91Z9KOE2eiksb2WfIpamMUp7AqPN7tu8sR-1ZDAjeLoZJHta0U201Etzkj1t85c7W9x_JOKeZrJzyZFNvKAfAsATKT3D7s/w200-h94/16243.png" width="200" /></a></div><br /><span style="font-family: Garamond;">"<b>Hontoria</b>". Juan Carlos Galindo.</span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: Garamond;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh_U13G_YKQPqLfkbAdYFdL8qx3b01IjCsHpY8cuJVk9NUYNT_GY1nsliEy4Sc7u-HyfC8lCcU1vJNExONzlJQ9nsOlfjaeOg8IQ-tYRaUQQ_ghfftwghVM8w_2Z-HlCvkFpbi1O4SzPGOYE3noegugqLTSVvDpAEnH9MGIfHQVhBMwkPgfahWHqwy5Zgzf/s500/41ULHJSY9nL.jpg" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="500" data-original-width="311" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh_U13G_YKQPqLfkbAdYFdL8qx3b01IjCsHpY8cuJVk9NUYNT_GY1nsliEy4Sc7u-HyfC8lCcU1vJNExONzlJQ9nsOlfjaeOg8IQ-tYRaUQQ_ghfftwghVM8w_2Z-HlCvkFpbi1O4SzPGOYE3noegugqLTSVvDpAEnH9MGIfHQVhBMwkPgfahWHqwy5Zgzf/s320/41ULHJSY9nL.jpg" width="199" /></a></div><b>Hontoria</b><span> es la primera novela de Juan Carlos Galindo, periodista de El País en donde realiza entrevistas y críticas para Babelia y para Cultura. Su profesión se nota en la novela que por momentos nos parece una crónica periodística. Está escrita de tal manera que continuamente tenemos la sensación de que estamos ante un caso real. Hay que meterse a indagar en Google para ver que el triple crimen que nos cuenta tan solo aparece en la novela. </span></span></div><div class="MsoNormal"><span><span style="font-family: Garamond;"><br /></span></span></div><div class="MsoNormal"><span><span style="font-family: Garamond;">El personaje principal y narrador es también periodista y lo es porque ha logrado cumplir un sueño que tiene desde los quince años. Enseguida nos lo cuenta y ya nos mete en materia desde el principio. <span style="color: #990000;">«Soy Jean Ezequiel, periodista, investigador y creador de pódcast, y quiero contar cómo surgió mi fascinación por el crimen y el periodismo, cómo dejé que el monstruo creciera en mí o, mejor, cómo busqué y exploté algo que todos llevamos dentro de modo que, cuando el triple crimen de Hontoria atravesó mi existencia por primera vez, yo ya estaba preparado… o eso creía»</span>.</span></span></div><div class="MsoNormal"><span><span style="font-family: Garamond;"><br /></span></span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: Garamond;"><span><span>Y es que es difícil estar preparado para lo que aquel triple crimen ocu</span><span>ltaba. Sucedió e</span></span><span>n agosto de 2016, cuando tres miembros de una misma familia aparecieron asesinados en su chalet de Hontoria, un pueblo ya está incorporado a los barrios periféricos de Segovia. La madre, el padre y el hijo pequeño, de doce años, fueron brutalmente apuñalados. Tan solo sobrevivió el hijo mayor, Jaime, que estaba ausente de casa por estudiar en el seminario.</span></span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: Garamond;"><br /></span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: Garamond;"><span>Jean Ezequiel, que vive en Segovia aunque trabaja en un periódico de Madrid (milagros del AVE), se siente enseguida atraído por el caso y más desde que el sospechoso principal desde su punto de vista es desestimado como tal por una cuestión de pruebas manipuladas. Jean Ezequiel sigue convencido de la culpabilidad del sospechoso y algunos mensajes que le llegan de fuente anónima, lo reafirman en esa idea. En su búsqueda se encontrará con todo tipo de obstáculos: las gentes de Hontoria, hartas de ser el centro de atención por tan macabros hechos; la iglesia, con la que los asesinados eran fervientes colaboradores; la hermana del marido muerto, los familiares de la madre, los amigos del hijo superviviente, la buena sociedad segoviana. </span><span style="text-align: center;"><span style="color: #990000;">«[...] </span></span><span><span style="color: #990000;">me parecía que tanto el asesinato como la investigación y el juicio estaban muy vinculados, en un doble sentido, con Segovia y su condición de ciudad de provincias»</span>. </span></span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: Garamond;"><br /></span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: Garamond;">La obsesión de Jean Ezequiel por el caso llegará a poner en peligro su trabajo, su familia e incluso su vida. Aunque finalmente terminará por descubrir la verdad contra todo pronóstico, no todas las verdades pueden ser contadas y esta puede que sea una de esas que tienen que quedar en la sombra. </span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: Garamond;"><br /></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: center;"><span style="font-family: Garamond;"><span style="color: #990000;">«</span><span style="text-align: justify; text-indent: 24px;"><span style="color: #990000;">La verdad servía para bastante poco a la postre, y lo que había descubierto quedaría solo para mi propia satisfacción, una minúscula recompensa comparada con la frustración por no verlo publicado»</span>.</span></span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: Garamond;"><br /></span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: Garamond;">Una muy interesante novela en la que además de la narración del protagonista, encontramos fragmentos de un programa de radio, un podcast, artículos de periódico más o menos antiguos, cartas, extractos de testimonios policiales. Todo ello la hace dinámica, le da realismo y, en definitiva, hace que la leamos de lo más enganchados.</span></div><div class="MsoNormal"><br /></div><div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Garamond; font-size: medium;"><b>Título del libro: </b>Hontoria<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Garamond; font-size: medium;"><span><b>Autor:</b> Juan Carlos Galindo</span><br />
<span><b>Nacionalidad: </b>España</span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Garamond; font-size: medium;"><b>Editorial: </b>Salamandra<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Garamond; font-size: medium;"><b>Año de publicación:</b> 2023<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Garamond; font-size: medium;"><b>Año de publicación original: </b>2023<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Garamond; font-size: medium;"><b>Nº de páginas: </b>320</span><o:p></o:p></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: EB Garamond; font-size: medium;"><br /></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: center;"><span style="font-family: EB Garamond; font-size: medium;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiGVANfg-7pXi0EgZTK0ltSOTq2bB296hKdksvDv8RIRHzoLhiRPO8b4EIhHFkVB9ywMZhtz7RWfcRB5TCjZn-ohqHvNgPNAw91Z9KOE2eiksb2WfIpamMUp7AqPN7tu8sR-1ZDAjeLoZJHta0U201Etzkj1t85c7W9x_JOKeZrJzyZFNvKAfAsATKT3D7s/s800/16243.png" style="font-family: "Times New Roman"; font-size: medium; margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="376" data-original-width="800" height="94" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiGVANfg-7pXi0EgZTK0ltSOTq2bB296hKdksvDv8RIRHzoLhiRPO8b4EIhHFkVB9ywMZhtz7RWfcRB5TCjZn-ohqHvNgPNAw91Z9KOE2eiksb2WfIpamMUp7AqPN7tu8sR-1ZDAjeLoZJHta0U201Etzkj1t85c7W9x_JOKeZrJzyZFNvKAfAsATKT3D7s/w200-h94/16243.png" width="200" /></a></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: center;"><br /></div><div class="MsoNormal" style="text-align: left;"><span style="font-family: Garamond;">"<b>Sin aditivos</b>". C. J. Nieto.</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: left;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEidguK_QdHoWV93t2G9Q2inLZpCCabKsYoFkYYbV1EjUpFGZvasE_bYo8K7FhJ__m0KGQKgx3JdTnoKVDsINTzREZv14KyKR56RcAC_bt6AGk4cM-oQ5xqN4X9MgeftPTpcRi0ey25JOBjyZ51EKRexi7TYzbMl_fgQSEvZuIsaWvdi3tD3AEgMign-Tehy/s1226/azalak.jpeg" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><span style="font-family: Garamond;"><img border="0" data-original-height="1226" data-original-width="800" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEidguK_QdHoWV93t2G9Q2inLZpCCabKsYoFkYYbV1EjUpFGZvasE_bYo8K7FhJ__m0KGQKgx3JdTnoKVDsINTzREZv14KyKR56RcAC_bt6AGk4cM-oQ5xqN4X9MgeftPTpcRi0ey25JOBjyZ51EKRexi7TYzbMl_fgQSEvZuIsaWvdi3tD3AEgMign-Tehy/s320/azalak.jpeg" width="209" /></span></a></div><span style="font-family: Garamond;">Sin aditivos es una novela, como su título indica, sin aditivos. Y ¿qué son los aditivos en una obra literaria? Pues, lógicamente, los adjetivos. Pues sí, esta novela carece de adjetivos. <span style="color: #0b5394;">«</span></span><span style="text-align: right;"><span style="font-family: Garamond;"><span style="color: #0b5394;">Atticus me dijo que borrara los adjetivos y tendría los hechos»</span>. Esta es la frase que antecede a la historia. La cita previa. No hace falta decir que pertenece a la novela <b>Matar a un ruiseñor</b>. Atticus no hay más que uno.</span></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: left;"><span style="text-align: right;"><span style="font-family: Garamond;"><br /></span></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: left;"><span style="text-align: right;"><span style="font-family: Garamond;"><div class="MsoNormal" style="text-align: center;"><span style="color: #990000;">«En el Infierno hay un lugar para expiar los pecados que se cometen por los hijos. En mi vuelta al turno de oficio coincidían la falta y la penitencia. Para pagar el colegio, las actividades y las plantillas tenía que asistir en su derecho a la defensa a toda clase de individuos. Y lo hacía a mi manera.</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: center;"><span style="color: #990000;">Podía presumir de conocer el mercado de los testigos. No encontré dificultades para comprar la declaración que necesitaba»</span>.</div></span></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: left;"><span style="text-align: right;"><span style="font-family: Garamond;"><br /></span></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: left;"><span style="text-align: right;"><span style="font-family: Garamond;">Así empieza <b>Sin aditivos</b>. Ya nos damos cuenta de que no estamos ante un personaje con demasiados escrúpulos. Todo lo que él desea es poder coger vacaciones en el verano que comienza y disfrutar de su tiempo libre con su pareja y con su hija. Pero un encargo, en principio sencillo, se complicará, complicará a su familia y amigos y pondrá en peligro su matrimonio. Un matrimonio, por cierto en el que damos cosas por supuestas que se nos derrumban como un castillo de naipes a poco de empezar a leer. </span></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: left;"><span style="text-align: right;"><span style="font-family: Garamond;"><br /></span></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: left;"><span style="text-align: right;"><span style="font-family: Garamond;">La novela comienza con un encargo sencillo, puro trámite, pero la historia se complica con muertos, inmigrantes, menores dejados a su suerte... de vez en cuando la letra cursiva nos lleva a un relato con sabor africano </span></span><span style="color: #990000;"><span style="text-align: right;"><span style="font-family: Garamond;">«</span></span><span style="font-family: Garamond;">A la luz del fuego, la abuela contaba historias de fieras y presas, de leones y hienas, de sequía y lluvias, de hambre y arroz. </span></span><span style="font-family: Garamond;"><span style="color: #990000;">Las llamas proyectaban sombras que se transformaban en los personajes de las historias, en los paisajes, en los animales, en las lanzas y en los machetes»</span>.</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: center;"><span style="text-align: right;"><span style="font-family: Garamond;"><br /></span></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: left;"><span style="text-align: right;"><span style="font-family: Garamond;">Pero he empleado demasiados adjetivos, y como se dice en la sinopsis de la editorial <span style="color: #0b5394;">«</span></span></span><span style="text-align: justify; text-indent: 24px;"><span style="font-family: Garamond;"><span style="color: #0b5394;">los adjetivos pesan, y esta novela, sin aditivos, nos hace evidente, en su ausencia, cómo su carga lastra las vidas de los que viven evitando asomarse al otro lado de ese muro que separa a los blancos de los negros, a los corruptos de los puros, a los legales de los ilegales, a los violentos de los pacíficos… Pero ¿qué hacer cuando ese muro se ha derrumbado?»</span>.</span></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: left;"><span style="text-align: right;"><span style="font-family: Garamond;"><br /></span></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: left;"><span style="text-align: right;"><span style="font-family: Garamond;">Pues cuándo ese muro se derrumba lo que hacemos es llevarnos sorpresas y darnos cuenta, </span></span><span style="font-family: Garamond; text-align: right;">cuando estamos ante los hechos desnudos, sin aditivos,</span><span style="text-align: right;"><span style="font-family: Garamond;"> de la cantidad de cosas que suponemos erróneamente . Pero q</span></span><span style="font-family: Garamond; text-align: right;">ue nadie piense que estamos ante una novela extraña o difícil de leer. </span><span style="text-align: right;"><span style="font-family: Garamond;">Seguramente que ha sido más difícil de escribir. Imagino que escribir un texto, y más una novela, prescindiendo de los adjetivos tiene que resultar harto complicado. Carmen J. Nieto lo consigue con tal naturalidad que hace que el lector ni siquiera note esa falta de adjetivos. Si no lo hubiera sabido de antemano, no me habría dado cuenta.</span></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: left;"><span style="font-family: Garamond;"><br /></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: left;"><span style="font-family: Garamond;">Una novela muy recomendable porque, más allá de esa característica gramatical, nos cuenta una historia dura, y nos muestra la situación de esos lugares que, por su situación en el mapa, reciben a la mayoría de inmigrantes que deciden poner rumbo a sus costas. ¿He dicho ya que la autora es de Las Palmas de Gran Canaria y allí se ambienta la novela? ¿He dicho que fue alumna de los talleres de Alexis Ravelo y que fue a él al primero al que oí mencionar a esta autora? ¿He dicho ya que el gran escritor aparece en los agradecimientos? Pues eso.</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: left;"><br /></div><div class="MsoNormal" style="text-align: left;"><div class="MsoNormal"><span style="font-family: Garamond; font-size: medium;"><b>Título del libro: </b>Sin aditivos<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: Garamond; font-size: medium;"><span><b>Autora:</b> C. J. Nieto</span><br /><span><b>Nacionalidad: </b>España</span></span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: Garamond; font-size: medium;"><b>Editorial: </b>Alrevés<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: Garamond; font-size: medium;"><b>Año de publicación:</b> 2023<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: Garamond; font-size: medium;"><b>Año de publicación original: </b>2023<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: Garamond; font-size: medium;"><b>Nº de páginas: </b>160</span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: EB Garamond; font-size: medium;"><br /></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: center;"><span style="font-family: EB Garamond; font-size: medium;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiGVANfg-7pXi0EgZTK0ltSOTq2bB296hKdksvDv8RIRHzoLhiRPO8b4EIhHFkVB9ywMZhtz7RWfcRB5TCjZn-ohqHvNgPNAw91Z9KOE2eiksb2WfIpamMUp7AqPN7tu8sR-1ZDAjeLoZJHta0U201Etzkj1t85c7W9x_JOKeZrJzyZFNvKAfAsATKT3D7s/s800/16243.png" style="font-family: "Times New Roman"; font-size: medium; margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="376" data-original-width="800" height="94" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiGVANfg-7pXi0EgZTK0ltSOTq2bB296hKdksvDv8RIRHzoLhiRPO8b4EIhHFkVB9ywMZhtz7RWfcRB5TCjZn-ohqHvNgPNAw91Z9KOE2eiksb2WfIpamMUp7AqPN7tu8sR-1ZDAjeLoZJHta0U201Etzkj1t85c7W9x_JOKeZrJzyZFNvKAfAsATKT3D7s/w200-h94/16243.png" width="200" /></a></span></div><div class="MsoNormal"><br /></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: Garamond;">"<b>Lucía</b>". Bernard Minier.</span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: Garamond;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: left;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: left;"><span><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgHAFu0bcI8x-GRiN8bG9sd9syNq1XthKZ-2cm6GppeZXtb2sgozieutoT3LolkKTJqUhmaJZ5oqhAYHU9KA7zQnsD46Gdt8rMSl7NrFBfDvwVHI-lLpQbaqXxtTsPY9kR4Fi6vl3xlUuY_vZ4VPC0qBM84pBBx7_LYnWmRlG2eKNk8xk_-LP6hJm6RY-JR/s1000/61uTgbDQqGL._AC_UF1000,1000_QL80_.jpg" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1000" data-original-width="623" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgHAFu0bcI8x-GRiN8bG9sd9syNq1XthKZ-2cm6GppeZXtb2sgozieutoT3LolkKTJqUhmaJZ5oqhAYHU9KA7zQnsD46Gdt8rMSl7NrFBfDvwVHI-lLpQbaqXxtTsPY9kR4Fi6vl3xlUuY_vZ4VPC0qBM84pBBx7_LYnWmRlG2eKNk8xk_-LP6hJm6RY-JR/s320/61uTgbDQqGL._AC_UF1000,1000_QL80_.jpg" width="199" /></a></div>Aunque el autor es francés, Lucía está ambientada en España. Su protagonista amenaza con convertirse en personaje de una nueva serie. Tengo sin leer la serie anterior sobre Martin Servaz, un capitán de la Brigada Criminal de la gendarmería de una zona cercana a Toulouse. Conozco al personaje por una serie de televisión basada en la primera entrega y, tal vez por ese conocimiento, se me ha hecho cuesta arriba empezar la serie en libro. Con la teniente de la Guardia Civil Lucía Guerrero he empezado desde el principio lo que es una buena forma de engancharse. Lucía Guerrero es una teniente de la </span><small style="orphans: 1; text-align: justify; text-indent: 16px; widows: 1;"><span style="font-size: small;">UCO en Madrid</span></small><span style="orphans: 1; text-align: justify; text-indent: 16px; widows: 1;">,</span><span style="orphans: 1; text-align: justify; text-indent: 16px; widows: 1;"> la </span><span style="orphans: 1; text-align: justify; text-indent: 16px; widows: 1;">Unidad Central Operativa de la Policía Judicial de la Guardia Civil</span><span>. Cuando empieza la historia encuentran asesinado a su compañero. Asesinado y clavado en una cruz. </span><span style="color: #990000;">«Lo que había colgado a varios metros del suelo no era una estatua sino un hombre. Alguien a quien ella conocía. Su colega, su amigo, su compañero de equipo: el sargento Sergio Castillo Moreira. Treinta y cinco años. Casado, padre de dos niñas. Un buen policía. Un buen padre. Al menos por lo que ella sabía…»</span><span>.</span></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: left;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: left;">Mientras tanto, en la Universidad de Salamanca, el profesor de criminología de la Facultad de Derecho, Salomón Borges, y sus alumnos de posgrado están a punto de hacer un descubrimiento muy importante que pondrá en las miras de los políticos y de las subvenciones su proyecto: DIMAS. Se trata de un proyecto experimental con el que se pretende hallar coincidencias con casos criminales que, por ocurrir en distintos lugares y ser investigados por distintos cuerpos, podrían pasar inadvertidas. </div></div></span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: Garamond;"><br /></span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: Garamond;">Ahora DIMAS por fin ha encontrado algo. Coincidencias en tres asesinatos ocurridos en 1989, 2015 y 2018. Ciertas circunstancias harán que </span><span style="font-family: Garamond;">Lucía Guerrero termine trabajando mano a mano con Salomón Borges en una investigación que los llevará del Pirineo Oscense a Segovia y Benalmádena, los lugares en los que tuvieron lugar los tres asesinatos que DIMAS ha relacionado. </span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: Garamond;"><br /></span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: Garamond;">También, como no podría se de otra forma, la vida privada de los protagonistas se mezcla con la investigación y por lo que se refiere a Lucía, varias cosas de su pasado quedan en el aire y dan la pista de que habrá nuevas entregas.</span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: Garamond;"><br /></span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: Garamond;">Me ha resultado una historia entretenida, pero tampoco me ha entusiasmado. El final nos sorprende con un giro que no me ha gustado demasiado y que creo que estropea las virtudes que la trama tiene indudablemente. Le daré otra oportunidad en la segunda entrega. De ella depende que siga con la serie.</span></div><div class="MsoNormal"><br /></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: Garamond; font-size: medium;"><div class="MsoNormal"><span style="font-size: medium;"><b>Título del libro: </b>Lucía<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-size: medium;"><span><b>Autor:</b> Bernard Minier</span><br /><span><b>Nacionalidad: </b>Francia</span><br /><span><b>Título original:</b> Lucia</span></span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-size: medium;"><b>Traducción: </b>Dolors Gallart Iglesias<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-size: medium;"><b>Editorial: </b>Salamandra<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-size: medium;"><b>Año de publicación:</b> 2023<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-size: medium;"><b>Año de publicación original: </b>2023<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-size: medium;"><b>Nº de páginas: </b>416</span></div></span></div></div>
<br /><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgcdznIW56cNouQHUAYRmvx-dnxH_wzzGBP0eVKA2NNCH9_mWlWLJfbhz3wWMF1GtBnk2OKl7eN8C0jVfIAffI81E6gRNvGYGCf0HfADlrcYoB5fZIcjy8JxgY4EKHR4kIQLVNWeJAu2lhDiF3dyHZealKdtP51tM_vGRiO8Yz0Qc-9lVLcAXvOeYA-vFSQ/s1253/Imagen24.png" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="346" data-original-width="1253" height="176" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgcdznIW56cNouQHUAYRmvx-dnxH_wzzGBP0eVKA2NNCH9_mWlWLJfbhz3wWMF1GtBnk2OKl7eN8C0jVfIAffI81E6gRNvGYGCf0HfADlrcYoB5fZIcjy8JxgY4EKHR4kIQLVNWeJAu2lhDiF3dyHZealKdtP51tM_vGRiO8Yz0Qc-9lVLcAXvOeYA-vFSQ/w640-h176/Imagen24.png" width="640" /></a></div>Rosa Berros Canuriahttp://www.blogger.com/profile/14919887931785201154noreply@blogger.com34tag:blogger.com,1999:blog-5705397617957177167.post-1048923439035817802024-01-29T08:42:00.003+01:002024-02-04T09:38:33.284+01:00"Heaven" Mieko Kawakami<div style="border-color: rgb(202, 146, 9); border-style: inset; border-width: 10px; padding: 10px;"><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><span style="color: #ca9209; font-family: Pacifico; font-size: xx-large;">Un día de finales de abril, al abrir el plumier, encontré un papel doblado muy pequeño, metido en vertical entre los lápices.</span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><span style="color: #ca9209; font-family: Pacifico; font-size: xx-large;">Lo desplegué. Habían escrito con un portaminas:</span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><span style="color: #ca9209; font-family: Pacifico; font-size: xx-large;">«Somos iguales».</span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><span style="color: #ca9209; font-family: Pacifico; font-size: xx-large;">Los trazos eran finos, menudos como espinitas de pescado. No ponía nada más. [...] </span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><span style="color: #ca9209; font-family: Pacifico; font-size: xx-large;">Aquella fue la única vez que metieron la carta en el plumier; a partir de entonces las fijaron con cinta adhesiva dentro del pupitre, en un sitio donde pudiera descubrirlas con solo meter la mano. Fueron llegando una tras otra, poco a poco. Cada vez que encontraba una, sentía escalofríos por todo el cuerpo y miraba a mi alrededor, alerta, pero me daba la sensación de que no había nadie pendiente de mis reacciones. No sabía cómo debía comportarme y eso me producía una ansiedad horrorosa.</span><o:p></o:p></p></div>
<b></b><div><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiKJeAReC86yh1gvOrXoiHJKZTRAK7P0XCy5mYJErSz8g5mDikE9Ax1n_NXgrpmtbh-rNicFO6-NiMiHTtzCMSxE80sa_O6qwuIGL3FThzee-DuZ8lpmFMxZpEqsuik2Ovod4wIPOhMWpOBu9YAG2sxXImO6-hvFQf_yJ9xQH-IpHgCDd-xdKvG27k5hAPR/s640/shopping.jpeg" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="640" data-original-width="470" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiKJeAReC86yh1gvOrXoiHJKZTRAK7P0XCy5mYJErSz8g5mDikE9Ax1n_NXgrpmtbh-rNicFO6-NiMiHTtzCMSxE80sa_O6qwuIGL3FThzee-DuZ8lpmFMxZpEqsuik2Ovod4wIPOhMWpOBu9YAG2sxXImO6-hvFQf_yJ9xQH-IpHgCDd-xdKvG27k5hAPR/w294-h400/shopping.jpeg" width="294" /></a></div><span style="font-family: Garamond;">No sabremos el nombre del narrador de <b>Heaven</b>, un adolescente de catorce años estrábico y con serios problemas de visión, problemas que comparto, pero que, afortunadamente, nunca me supusieron problemas de burla o acoso en el colegio, sino una gran curiosidad por parte de mis compañeras que se traducía en preguntas y proposición de actos que yo era incapaz de realizar para regocijo de todas. En mi caso el diagnóstico fue ojo vago, pero la traducción en la vida práctica era la misma. <span style="color: #990000;">«</span></span><span style="font-family: Garamond;"><span style="color: #990000;">A los contornos que distinguía el ojo izquierdo, se sobreponían las formas vagas e imprecisas del ojo derecho, y el resultado era que todo se me aparecía borroso y doble. Mirara lo que mirase, todo lo veía plano, sin profundidad; no tenía sentido de las distancias ni siquiera para tocar algo que se encontraba justo delante de mí»</span>.</span><div><span style="font-family: Garamond;"><br /></span></div><div><span style="font-family: Garamond;">Como ejemplo: cuando servimos agua en un vaso, tenemos que mirar el vaso desde arriba y ver su contorno, si lo miramos de frente, no sabemos si el agua cae en el vaso, delante o detrás. Ya sé que resulta curioso, pero es lo que hay. Nunca me había encontrado con nadie que padeciera el mismo problema visual que yo verlo tan bien descrito me ha encantado. </span></div><div><span style="font-family: Garamond;"><br /></span></div><div><span style="font-family: Garamond;">Pero vale ya de hablar de mi triste vida y mis problemas, porque hemos venido a hablar del libro. Un libro que cuenta los problemas, mucho mayores, de dos adolescentes, </span><span style="font-family: Garamond;">el narrador y Kojima, la chica que le deja las notas en el pupitre. Él nunca se ha fijado en ella, más allá de saber que tampoco es la chica más popular de la clase. </span></div><div><span style="font-family: Garamond;"><br /></span></div><div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: Garamond;"><span style="color: #990000;">«</span></span><span style="text-align: left;"><span style="font-family: Garamond;"><span style="color: #990000;">Kojima era bajita, de piel morena, muy callada. Siempre llevaba la blusa llena de arrugas; su uniforme se veía muy raído y siempre daba la impresión de que inclinaba el cuerpo hacia un lado. Tenía una espesa mata de pelo negrísimo, tan duro que las puntas le salían disparadas en todas direcciones. Bajo la nariz le crecía una pelusa que parecía suciedad: siempre le tomaban el pelo a causa de eso y las niñas de clase se metían con ella por pobre y por sucia»</span>.</span></span></div><div style="text-align: left;"><span style="font-family: Garamond;"><br /></span></div><div style="text-align: left;"><span style="font-family: Garamond;">Pero de momento, el chico no sabe quién le puede estar dejando las notas. Su suspicacia y sus dudas son lógicas pues </span><span style="font-family: Garamond;">no sabe si será una nueva broma de sus acosadores. Y aun a pesar de las sospechas, ahora ya no solo le atenaza la angustia cada mañana al llegar a clase, ahora también está la expectativa de una nueva carta. </span><span style="font-family: Garamond;"><span style="color: #990000;">«</span><span style="text-align: justify; text-indent: 24px;"><span style="color: #990000;">Aunque tenía muy claro que podía ser una trampa, en las notas había algo que me daba, no sé por qué razón, algo de confianza en medio de la incertidumbre»</span>. </span></span></div><div style="text-align: left;"><span style="font-family: Garamond;"><br /></span></div><div style="text-align: left;"><span style="font-family: Garamond;">Finalmente, en una carta su misterioso mensajero le propone una cita. El joven se debate entre las ganas de conocer al escritor de esas cartas que le han dado una esperanza y una pequeña ilusión y el miedo a ser de nuevo víctima de los acosadores. ¿Qué pesadillas pueden visitar a un chico de catorce años que sabe que cada día un grupo de compañeros habrá ideado una nueva ofensa, una nueva humillación, una violencia que no sabe cuándo puede dar con sus huesos en el hospital? ¿Qué puertas a la esperanza abre la posibilidad de encontrar otra persona que lo comprenda y con la que poder establecer una amistad que nunca ha tenido? ¿Qué dudas deben mortificar a quien se debate entre el miedo a nuevas y peores torturas y la ilusión de encontrar un alma gemela?</span></div><div style="text-align: left;"><span style="font-family: Garamond;"><br /></span></div><div style="text-align: center;"><span style="color: #990000;"><span style="font-family: Garamond;">«[...] </span><span style="font-family: Garamond;">allí me estarían esperando los de Ninomiya y me las harían pasar canutas, aún peor que de costumbre. Cuando yo apareciera, con la cabeza llena de expectativas por lo de las cartas, ellos me atraparían y me harían alguna jugarreta nueva. Lo único que conseguiría sería empeorar todavía más las cosas, seguro. Eso era lo que pensaba.</span></span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: Garamond;"><span style="color: #990000;">Pero no podía dejarlo correr»</span>.</span></div><div style="text-align: left;"><span style="font-family: Garamond;"><br /></span></div><div style="text-align: left;"><span style="font-family: Garamond;">Y de esa forma el narrador y Kojima empezaron a conocerse y a compartir sus horrores. Nunca se hablaban en clase. Lo último que querrían es que sus respectivos acosadores supieran que eran amigos, pero comenzaron a compartir paseos, citas, más cartas ahora recíprocas... Y así supo cada uno lo que le preocupaba al otro. Kojima añora a su padre y una vida familiar que la arrope y la acompañe. El narrador tiene una buena vida, una madre que le quiere y se preocupa por él, pero su estrabismo hace que no le guste asomarse al espejo. Ambos sueñan con un día en que todo aquello esté lejos, pero falta tanto...</span></div><div style="text-align: left;"><span style="font-family: Garamond;"><br /></span></div><div style="text-align: left;"><span style="font-family: Garamond;">Kojima trata de ver un sentido en el maltrato <span style="color: #990000;">«[...] todo esto tiene un sentido concreto. Estoy segura de que, al final, después de aguantarlo, nos esperarán unos lugares o unas situaciones a las que jamás habríamos llegado sin pasar por todo esto»</span>. </span></div><div style="text-align: left;"><br /></div><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjkeKo4L9wY05R5tSBrlt5sql_Goj9VJ7IbE39XF4sqdLT0sblGRGzHDaI8OS-aSngVx2zDYe28KLGONmQrmwyqfRJjAn3T23y8JShnuEOjnTQUqTS6WCdeUsYnO5lISnhBIbusreT68Btef9JQ6vpCdLHcPIDsCCnHvajg-Vtwt-V8S97_kK1IwLRCv_DR/s1200/6419a92dedb28.r_d.1216-1745-4577.jpeg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="675" data-original-width="1200" height="360" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjkeKo4L9wY05R5tSBrlt5sql_Goj9VJ7IbE39XF4sqdLT0sblGRGzHDaI8OS-aSngVx2zDYe28KLGONmQrmwyqfRJjAn3T23y8JShnuEOjnTQUqTS6WCdeUsYnO5lISnhBIbusreT68Btef9JQ6vpCdLHcPIDsCCnHvajg-Vtwt-V8S97_kK1IwLRCv_DR/w640-h360/6419a92dedb28.r_d.1216-1745-4577.jpeg" width="640" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="font-family: Garamond; font-size: medium;"><b>Mieko Kawakami</b></span></td></tr></tbody></table><br /><div class="MsoNormal"><span style="font-family: Garamond;"><b>Heaven</b> es una historia extraña. Con descripciones muy duras en algunos momentos, con reflexiones muy esclarecedoras de la distinta posición que muestran ante la vida las distintas personas, con diálogos muy tiernos. Una historia que por momentos me ha descolocado y por momentos me ha fascinado, en la que tal vez lo menos importante es sentir la angustia del chico ante la próxima vuelta al colegio tras las vacaciones de verano, <span style="color: #990000;">«</span></span><span style="text-align: justify; text-indent: 24px;"><span style="font-family: Garamond;"><span style="color: #990000;">A medida que se acercaba septiembre, mes en el que empezaban las clases, eran más las anomalías que me iban apareciendo por todo el cuerpo»</span>. En la que lo más importante quizás se esconde en palabras y pensamientos más crípticos en medio de lo que no es una simple historia de acoso escolar.</span></span></div><div class="MsoNormal"><div style="text-align: justify; text-indent: 24px;"><span style="font-family: Garamond;"><br /></span></div><div style="text-align: center; text-indent: 24px;"><span style="color: #990000; font-family: Garamond;">«</span><span style="text-align: left;"><span style="font-family: Garamond;"><span style="color: #990000;">De clase, tú y yo somos los únicos que no tenemos realmente nada que ver con ellos. Tú, hace un rato... No, no ha sido solo hace un rato, sino todo el tiempo hasta ahora... Pues eso, al ver cómo aguantabas que te dieran patadas, que te hicieran lo que les daba la gana, al verte a ti, he tenido la sensación de que se deshacían un montón de nudos muy liados. No sé explicarme bien, pero me ha dado la impresión de que todo se volvía muy fácil de entender. En esta situación, tu manera de hacer las cosas es la única correcta»</span>.</span></span></div><span style="font-family: Garamond;"><br /></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: left;"><span style="font-family: Garamond;">Eso le dice Kojima.</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: left;"><span style="font-family: Garamond;"><br /></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: center;"><span style="text-align: left;"><span style="color: #990000; font-family: Garamond;">«—Así que no esperes nada de estas mentiras estúpidas. Eres tú quien tiene que protegerse a sí mismo. No hay otra.</span></span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: Garamond;"><span><div class="MsoNormal" style="text-align: center;"><span style="color: #990000;">—Y si... yo... —dije soltando pequeñas bocanadas de aire para ir aclarándome las ideas de la cabeza—, ¿y si yo te dijera que te voy a matar?</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: center;"><span style="color: #990000;">—Pues si puedes matarme, hazlo —respondió Momose en el acto—. Harás lo que seas capaz de hacer. Puedes hacer lo que quieras. Nadie tiene derecho a impedírtelo. Pero el caso es: ¿por qué tú, a pesar de haber tenido un móvil y un montón de oportunidades, no nos has matado ya a alguno de nosotros? A mí, sin ir más lejos. O a cualquiera de ellos»</span>.</div><div class="MsoNormal" style="text-align: center;"><br /></div><div class="MsoNormal" style="text-align: left;">Y ese diálogo lo mantiene con Momose, un curioso personaje del que aún no he hablado.. </div><div class="MsoNormal" style="text-align: left;"><br /></div><div class="MsoNormal" style="text-align: left;">Lo dicho, mucho más que una novela sobre el acoso escolar. Pero una novela muy recomendable.</div><div class="MsoNormal" style="text-align: left;"><br /></div><div class="MsoNormal" style="text-align: left;"><span>Este libro participa en el Reto </span><span><a href="https://elblogdelafabula.blogspot.com/2024/01/autores-de-la-la-la-z-2024.html" target="_blank">Autores de la A a la Z</a></span><span> que organiza el blog</span><span><span> </span><a href="http://www.lecturapolis.com/2024/01/reto-autores-de-la-a-la-z-edicion-2024.html" target="_blank">Lecturápolis</a></span><span>. Con él relleno la letra K.</span></div></span></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: left;"><br /></div><div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Garamond; font-size: medium;"><b>Título del libro: </b>Heaven<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Garamond; font-size: medium;"><span><b>Autora: </b>Mieko Kawakami<o:p></o:p></span><br />
<span><b>Nacionalidad: </b></span></span><span style="font-family: Garamond; font-size: large;">Japón</span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: Garamond; font-size: medium;">
<span><b>Título original: </b></span></span><span face="sans-serif" style="background-color; color: #202122; font-size: 14px;">ヘヴン,</span><span style="background-color: ; color: #202122;"><span style="font-family: Garamond;"> <span style="font-size: medium;">Hevun</span></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Garamond; font-size: medium;"><b>Traducción: </b>Lourdes Porta Fuentes<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Garamond; font-size: medium;"><b>Editorial: </b>Seix Barral<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Garamond; font-size: medium;"><b>Año de publicación:</b> 2023<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Garamond; font-size: medium;"><b>Año de publicación original:</b> 2009<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Garamond; font-size: medium;"><b>Nº de páginas: </b>288</span><o:p></o:p></div>
<br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh8IwK4g4YmW-Ps4SHa_0hcHP6Vd87Dh5LHCbSE3AUWO35ZjG8bazzvtfbr1KfoPURXDwhGoJnTFOjL4BawPopObFroQ3I-7UMHxmu719TRplYnX9kV6KZQAymSEZEEVWy0TSShjHZX0PCnUrlYhG5NwS8yDb45C3XdQveQM3pjyBOnH3yRrEDZIUSTN35a/s1376/Imagen77.png" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="440" data-original-width="1376" height="204" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh8IwK4g4YmW-Ps4SHa_0hcHP6Vd87Dh5LHCbSE3AUWO35ZjG8bazzvtfbr1KfoPURXDwhGoJnTFOjL4BawPopObFroQ3I-7UMHxmu719TRplYnX9kV6KZQAymSEZEEVWy0TSShjHZX0PCnUrlYhG5NwS8yDb45C3XdQveQM3pjyBOnH3yRrEDZIUSTN35a/w640-h204/Imagen77.png" width="640" /></a></div>Rosa Berros Canuriahttp://www.blogger.com/profile/14919887931785201154noreply@blogger.com35tag:blogger.com,1999:blog-5705397617957177167.post-11819561523569386662024-01-26T10:51:00.014+01:002024-03-12T13:58:56.494+01:00Autores de la A la la Z 2024<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj2KWoNOJn11a-Wo9uPHrsf03ni4XI9Kyyog6CvFo-xQpdBmb99e0M8sS0NdQ37BVnETC133Qsa_C1nbdxhVNz83FW85hgDoyzWgT0UHuv3QrwwNkbSY2zw55A5rAG7FrE5-XGMnf7rwAuX-w5RMTKUimJBiKtpILE8eSlloqN0d4iiCnFhG4dFCE6vSAQJ/s320/BANNER%202024.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="320" data-original-width="221" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj2KWoNOJn11a-Wo9uPHrsf03ni4XI9Kyyog6CvFo-xQpdBmb99e0M8sS0NdQ37BVnETC133Qsa_C1nbdxhVNz83FW85hgDoyzWgT0UHuv3QrwwNkbSY2zw55A5rAG7FrE5-XGMnf7rwAuX-w5RMTKUimJBiKtpILE8eSlloqN0d4iiCnFhG4dFCE6vSAQJ/w442-h640/BANNER%202024.jpg" width="442" /></a></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><div><div><span style="font-family: EB Garamond;">Por cuarto año voy a participar en este reto que es iniciativa de Marisa del blog <a href="http://www.lecturapolis.com/" style="font-style: italic;" target="_blank">Lecturápolis</a> y que consiste en leer autores cuyas iniciales del primer apellido completen el abecedario y reseñar las novelas en alguna red social o en el blog.</span></div><div><span style="font-family: EB Garamond;"><br /></span></div><div><span style="font-family: EB Garamond;">Además hay un sorteo para el que se van añadiendo puntos.</span></div><div><span style="font-family: EB Garamond;"><br /></span></div><div><span style="font-family: EB Garamond;">Al igual que en los años anteriores, espero cumplir el reto y completar también las letras opcionales. Debajo he puesto ya el abecedario que iré actualizando a medida que vaya leyendo y reseñando los libros. Cuando publico esta entrada tengo cinco letras cubiertas, aunque de cuatro falta publicar la reseña.</span></div><div><span style="font-family: EB Garamond;"><br /></span></div><div><span style="font-family: EB Garamond;">Para completar el reto basta con llenar las veinticuatro letras principales. Las letras opcionales pues son eso, opcionales, y darán puntos para el sorteo. Con la <b>Ñ</b> basta con que el apellido la contenga y con la <b>X</b> y la <b>Y</b>, da igual que sea el nombre o el apellido el que empiece con la letra ya que muchas veces son autores chinos en los que no se sabe muy bien cuál es el nombre y cuál el apellido. </span><span style="font-family: "EB Garamond";">Pero Marisa lo explica mucho mejor en su entrada cuyo enlace os dejo </span><b style="font-family: "EB Garamond";"><a href="http://www.lecturapolis.com/2024/01/reto-autores-de-la-a-la-z-edicion-2024.html" target="_blank">aquí</a></b><span style="font-family: "EB Garamond";">. Sí os digo que el plazo de inscripción es hasta el 31 de marzo, por lo que os lo podéis pensar con calma.</span></div><div><br /></div></div><div><div><span style="font-family: EB Garamond;"><span face=""trebuchet ms" , sans-serif" style="color: #660000;"><span style="color: #666666;"><span face=""verdana" , sans-serif"><u>Abecedario</u></span><span face=""verdana" , sans-serif"><span face=""trebuchet ms" , sans-serif" style="color: #660000;"></span></span></span><span style="color: #666666;"><span face=""verdana" , sans-serif"></span></span></span><br /><span face=""trebuchet ms" , sans-serif" style="color: #660000;"><span style="color: #666666;"><span face=""verdana" , sans-serif">A.- </span></span></span><br /><span face=""trebuchet ms" , sans-serif" style="color: #660000;"><span style="color: #666666;"><span face=""verdana" , sans-serif">B.- Benzo, Fernando. "<b><a href="https://elblogdelafabula.blogspot.com/2024/02/las-cenizas-de-la-inocencia-fernando.html#comments" target="_blank">Las semillas de la inocencia</a></b>".</span></span></span><br /><span face=""trebuchet ms" , sans-serif" style="color: #660000;"><span style="color: #666666;"><span face=""verdana" , sans-serif">C.- Cristóbal, Iván de. "<b><a href="https://elblogdelafabula.blogspot.com/2024/01/sala-de-espera-ivan-de-cristobal.html" target="_blank">Sala de espera</a></b>".</span></span></span></span></div><div><span style="font-family: EB Garamond;"><span style="color: #660000;"></span></span></div><div><span style="font-family: EB Garamond;"><span face=""trebuchet ms" , sans-serif" style="color: #660000;"><span style="color: #666666;">D.- <br />E.- <br />F.- </span></span></span></div><div><span style="font-family: EB Garamond;"><span face=""trebuchet ms" , sans-serif" style="color: #660000;"><span style="color: #666666;"><span face=""verdana" , sans-serif">G.- </span></span></span><br /><span face=""verdana" , sans-serif" style="color: #666666;">H.- </span><br /><span face=""verdana" , sans-serif" style="color: #666666;">I.- <br />J.- </span><br /><span face=""trebuchet ms" , sans-serif" style="color: #660000;"><span style="color: #666666;"><span face=""verdana" , sans-serif">K.- Kawakami, Mieko. "<b><a href="https://elblogdelafabula.blogspot.com/2024/01/heaven-mieko-kawakam.html" target="_blank">Heaven</a></b>". <br />L.- Lehane, Dennis. "<b><a href="https://elblogdelafabula.blogspot.com/2024/03/golpe-de-gracia-dennis-lehane.html" target="_blank">Golpe de gracia</a></b>".<br />M.- Muñoz Molina, Antonio. "<b><a href="https://elblogdelafabula.blogspot.com/2024/02/plenilunio-antonio-munoz-molina.html" target="_blank">Plenilunio</a></b>".</span></span></span><br /><span face=""trebuchet ms" , sans-serif" style="color: #660000;"><span style="color: #666666;"><span face=""verdana" , sans-serif">N.- <br />O.- Olmo, Benito. "<b>Tinta y fuego</b>".</span></span></span><br /><span face=""verdana" , sans-serif" style="color: #666666;">P.- Pombo, Álvaro. "<b><a href="https://elblogdelafabula.blogspot.com/2024/02/santander-1936-alvaro-pombo.html" target="_blank">Santander 1936</a></b>".</span></span></div><div><span style="color: #666666; font-family: "EB Garamond";">Q.- Quílez, Carlos. "<b><a href="https://elblogdelafabula.blogspot.com/2024/03/tres-eran-tres-33.html" target="_blank">La soledad de Patricia</a></b>".</span></div><div><span face=""trebuchet ms" , sans-serif" style="color: #660000;"><span style="color: #666666;"><span style="font-family: EB Garamond;">R.- <i></i></span></span></span></div><div><span style="font-family: EB Garamond;"><span face=""verdana" , sans-serif"><span style="color: #666666;">S.- Santiago Chiquero, Pablo. "<b><a href="https://elblogdelafabula.blogspot.com/2024/02/cervantes-para-cabras-marx-para-ovejas.html" target="_blank">Cervantes para cabras, Marx para ovejas</a></b>".</span></span><br /><span face=""verdana" , sans-serif" style="color: #666666;">T.- Tyler. Anne. "<b>Propios y extraños</b>".</span><br /><span face=""trebuchet ms" , sans-serif" style="color: #660000;"><span style="color: #666666;"><span face=""verdana" , sans-serif">U.- <br />V.- <br />W.- Welty, Eudora. "<b><a href="https://elblogdelafabula.blogspot.com/2024/03/la-hija-del-optimista-eudora-welty.html">La hija del optimista</a></b>".<br />Z.- <i></i></span></span></span></span></div><div><span style="font-family: EB Garamond;"><span face=""trebuchet ms" , sans-serif" style="color: #660000;"><span style="color: #666666;"><span face=""verdana" , sans-serif"><i><br /></i>Letras extraordinarias:<br />CH.- <br />LL.- </span></span></span><br /><span face=""trebuchet ms" , sans-serif" style="color: #660000;"><span style="color: #666666;"><span face=""verdana" , sans-serif">Ñ.- <br />X.- <br />Y.- </span></span></span></span></div><div><span style="color: #660000; font-family: verdana;"></span></div><div><span face=""trebuchet ms" , sans-serif" style="color: #660000;"><span style="color: #666666;"><br /></span></span></div><div><span face=""trebuchet ms" , sans-serif" style="color: #660000;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiezaUdGuI4C-lX9-hoJwKreryft86QFg39pbCE9zCdgujFaY4nh66rxzmMBlkUKDCBPxQsLjX8vDKEKx-VJDb0qhn8uMScB-Yo2YrhGzNd6LCpqoU0-J9y681dG3HjlaZ8sFMH-WJhverfrWyKhF0SAJRSUbIV6KCW8TuG0KfmsEV4h0F6-6OMp31GGsB5/s640/Imagen1%20(1).png" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="164" data-original-width="640" height="164" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiezaUdGuI4C-lX9-hoJwKreryft86QFg39pbCE9zCdgujFaY4nh66rxzmMBlkUKDCBPxQsLjX8vDKEKx-VJDb0qhn8uMScB-Yo2YrhGzNd6LCpqoU0-J9y681dG3HjlaZ8sFMH-WJhverfrWyKhF0SAJRSUbIV6KCW8TuG0KfmsEV4h0F6-6OMp31GGsB5/w640-h164/Imagen1%20(1).png" width="640" /></a></div></span></div></div>Rosa Berros Canuriahttp://www.blogger.com/profile/14919887931785201154noreply@blogger.com21tag:blogger.com,1999:blog-5705397617957177167.post-62314698932207483622024-01-23T10:29:00.003+01:002024-01-27T10:30:51.541+01:00"Sala de espera" Iván de Cristóbal<div style="border-color: rgb(218, 199, 102); border-style: inset; border-width: 10px; padding: 10px;"><p class="MsoNormal"><span style="color: #b59f2e; font-family: Lobster; font-size: xx-large;">Faltan veinte minutos para las once de la mañana. Mariona
mira el reloj colgado en la pared y sabe que estos serán los últimos veinte
minutos de la vida que conoce.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="color: #b59f2e; font-family: Lobster; font-size: xx-large;">Cuando den las once y la citen en el juzgado y se pronuncie
el tribunal, el mundo que la rodea cambiará. Y cuando todo cambia, una también
lo hace. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="color: #b59f2e; font-family: Lobster; font-size: xx-large;">[…] <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="color: #b59f2e; font-family: Lobster; font-size: xx-large;">Faltan veinte minutos para que den las once de la mañana.
Lucía mira el reloj adherido en la pared y sabe que estos pueden ser los
últimos veinte minutos de la vida que conoce.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="color: #b59f2e; font-family: Lobster; font-size: xx-large;">Cuando ese cacharro digital que pretende ser una suerte de
reloj moderno dé las once y comience la entrevista, si todo sale como espera y,
por una maldita vez, los astros se alinean a su favor, todo cambiará. Y cuando
todo cambia, una también lo hace. </span><o:p></o:p></p></div>
<b></b><div><br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhNvRqyg31zeJhy6p9OTgI2Tb1sTlcmLBuK5ykRJWUaWb6qQ4RaseenZBQqQvfN5UuTrkOh-o6fYe19NGa6DBrjVRyh_2QYXmC17ejzh6mh5jepiIyvIddqUFuikWF9sHMLEV9TDulx8vv20WSRDYnT8QwvRndiaFkEM3RL0txfkSv67QyMqet22yL87Ye-/s3604/sala-de-espera-ivan-de-cristobal.jpg" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="3604" data-original-width="2304" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhNvRqyg31zeJhy6p9OTgI2Tb1sTlcmLBuK5ykRJWUaWb6qQ4RaseenZBQqQvfN5UuTrkOh-o6fYe19NGa6DBrjVRyh_2QYXmC17ejzh6mh5jepiIyvIddqUFuikWF9sHMLEV9TDulx8vv20WSRDYnT8QwvRndiaFkEM3RL0txfkSv67QyMqet22yL87Ye-/w256-h400/sala-de-espera-ivan-de-cristobal.jpg" width="256" /></a></div><span style="font-family: Garamond;">Mariona y Lucía esperan en sendas salas de espera. Ambas esperan a que den las once. En ese momento el futuro de ambas mujeres quedará definido. Puede ser una continuación del presente o puede cambiar sus vidas para siempre. Todo depende del veredicto del tribunal que juzga a Mariona o de la entrevista de trabajo a la que Lucía ha sido convocada. </span><div><span style="font-family: Garamond;"><br /></span></div><div><span style="font-family: Garamond;">Mariona sí sabe a lo que se enfrenta. <span style="color: #990000;">«</span></span><span style="color: #990000; font-family: Garamond;"><span style="text-align: justify; text-indent: 24px;">Mariona se siente como esa mosca: atrapada en</span><span style="text-align: justify; text-indent: 24px;"> </span><span style="text-align: justify; text-indent: 24px;">una telaraña de acusaciones que empezó a tejerse en la planta de Urgencias del Hospital del Mar de Barcelona cuando era solo una médica residente de primer año. </span><span style="text-align: justify; text-indent: 24px;">Pronto no será ni eso. Hoy, seis meses después, Mariona sigue atrapada. En una sala de espera»</span></span><span style="text-align: justify; text-indent: 24px;"><span style="font-family: Garamond;">. Y es que a veces no basta con salvar dos vidas, hay que salvarlas de acuerdo a las creencias y tradiciones de los pacientes y su comunidad. </span></span></div><div><span style="text-align: justify; text-indent: 24px;"><span style="font-family: Garamond;"><br /></span></span></div><div><span style="text-align: justify; text-indent: 24px;"><span style="font-family: Garamond;">Lucía no tiene ni idea de qué es lo que le espera. <span style="color: #990000;">«</span></span></span><span style="font-family: Garamond;"><span style="color: #990000;"><span style="text-align: justify; text-indent: 24px;">Hace una semana que se quedó sin dinero y en pocos días perderá la casa y la dignidad que le queda. Lucía lleva una veintena de entrevistas en menos de un mes y hoy, en la sala de espera, </span>está más nerviosa de lo normal. Porque la entrevista que dará comienzo en pocos minutos es la última que tiene programada antes de convertirse en una sintecho. Y porque no tiene ni idea de cómo ni de por qué la han citado»</span>. Y es que entre todas las solicitudes de trabajo que Lucía ha enviado no le suena que esta empresa, </span><span style="text-align: justify; text-indent: 24px;"><span style="font-family: Garamond;">TechLab, estuviera entre las escogidas.</span></span></div><div><span style="text-align: justify; text-indent: 24px;"><span style="font-family: Garamond;"><br /></span></span></div><div><span style="text-align: justify; text-indent: 24px;"><span style="font-family: Garamond;">El tiempo de espera en la sala lo emplean ambas mujeres en recordar, y el autor en narrarnos, sus peripecias hasta llegar a esa situación. Sabremos de Mariona desde pequeña, desde que su padre murió de un cáncer y el mejor amigo que tenía, en el que confiaba el futuro de su hija, desapareció de su vida expulsado por la madre. En su lecho de muerte, Gabriel le había confiado a su amigo Agustina el futuro de Mariona. <span style="color: #990000;">«[...] no pierdas de vista a la niña. Lo hará mejor que nosotros, pero necesitará que la guíen»</span>. Cuando tenga que enfrentarse al juicio Mariona volverá a encontrase con Agustina a quien acude su madre en busca de un abogado para su hija.</span></span></div><div><span style="text-align: justify; text-indent: 24px;"><span style="font-family: Garamond;"><br /></span></span></div><div><span style="text-align: justify; text-indent: 24px;"><span style="font-family: Garamond;">El deseo de Mariona de estudiar medicina le vino de una serie de médicos que veía de adolescente, aunque también de la enfermedad y muerte de su padre. </span></span><span style="text-align: justify; text-indent: 24px;"><span style="font-family: Garamond;">El Hospital del Mar en el que trabaja y su estancia como interna residente en nada se parecen a la serie, pero su afán por salvar vidas, por corregir la muerte de su padre al que nadie pudo salvar, sigue intacto. Y es por eso por lo que, cuando apareció en urgencias aquella mujer a punto de desangrarse con su hijo en su interior, a punto de salir de cuentas, tomó la decisión que le pareció más razonable y les salvó la vida a los dos. Lo malo es que en la urgencia y la prisa se olvidó de leer el documento que el sanitario de la ambulancia le tendía. <span style="color: #990000;">«</span></span></span><span style="color: #990000; font-family: Garamond;"><span style="text-align: justify; text-indent: 24px;">El encabezado reza "Testamento vital". Lee en </span>diagonal y no encuentra más que jerga jurídica, o así lo interpreta, en cualquier caso nada de utilidad que la ayude a salvar a la chica, a su bebé, o a los dos»</span><span face="Century-SchoolBook">.</span></div><div><br /></div><div><span style="text-align: justify; text-indent: 24px;"><span style="font-family: Garamond;">Lucía pasa por uno de los momentos más aciagos de su vida. Lo ha perdido todo por embarcarse en una empresa que parecía segura y capaz de hacerla rica. A ella y a su novio César. César era celador en la residencia donde vivía Alberto, un antiguo amigo de la familia y su único amigo hasta que conoció a César. Y el primer inversor en la fabulosa empresa que éste había ideado.</span></span></div><div><span style="text-align: justify; text-indent: 24px;"><span style="font-family: Garamond;"><br /></span></span></div><div style="text-align: center;"><span style="text-align: justify; text-indent: 24px;"><span style="color: #990000; font-family: Garamond;">«César, el celador con sueños lo suficientemente grandes para ser soñados en pareja. El ávido lector de revistas de economía y emprendimiento que le contaba sus proyectos, el que le hizo sentir el deseo de ser parte de todos ellos. Él ponía </span></span><span style="text-align: justify; text-indent: 24px;"><span style="font-family: Garamond;"><span style="color: #990000;">as ideas y ella aportaba las herramientas para convertirlas en realidad. Eran el equipo perfecto»</span>.</span></span></div><div><br /></div><div><span style="text-align: justify; text-indent: 24px;"><span style="font-family: Garamond;">Lo malo es que Cesar, al que ella creía la pareja ideal, resultó un sinvergüenza y ahora no solo está arruinada, también está sola. Aunque allí, en la sala de espera, mientras pasan los minutos, Lucía <span style="color: #990000;">«se pregunta por qué ha tardado tanto en darse cuenta de que César no es, nunca ha sido, un mal tipo, sino otro pobre hombre enfermo de intrascendencia en un mundo donde ser nadie parece un pecado cuando, en realidad, es lo normal»</span>.</span></span></div><div><span style="font-size: 16px; text-align: justify; text-indent: 24px;"><span style="font-family: Garamond;"><br /></span></span></div><div><span style="font-size: 16px; text-align: justify; text-indent: 24px;"><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiuK0GLSiwTyDrtIPbafR0PcH-7lYQvTr5JETOjH5jHNKWfASDTMsNABtR2T-hK9XKXmiJzxReUWuOVeXGH7pkitobvpuCiQPz7D5rHd4vaBxj5WxeIWr1Tm3o7blg1AQgLfcFvosOQraeYC9f_MGbADQoNaWHeBDZeBOpc4vnZR5FW3ufc67CxvyiPNT5C/s634/ivan-cristobal-amt-entrevista.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="365" data-original-width="634" height="368" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiuK0GLSiwTyDrtIPbafR0PcH-7lYQvTr5JETOjH5jHNKWfASDTMsNABtR2T-hK9XKXmiJzxReUWuOVeXGH7pkitobvpuCiQPz7D5rHd4vaBxj5WxeIWr1Tm3o7blg1AQgLfcFvosOQraeYC9f_MGbADQoNaWHeBDZeBOpc4vnZR5FW3ufc67CxvyiPNT5C/w640-h368/ivan-cristobal-amt-entrevista.jpg" width="640" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="font-family: Garamond; font-size: medium;"><b>Iván de Cristóbal</b></span></td></tr></tbody></table><br /></span></div><div><span style="text-align: justify; text-indent: 24px;"><span style="font-family: Garamond;">Ambas mujeres, cada una en su sala de espera, se enfrentan a asuntos que nos harán pensar que las cosas no son tan simples como podemos verlas en principio. ¿Pudo Mariona salvar las vidas de sus pacientes ateniéndose a los deseos manifestados en el <i>Testamento vital</i> que desechó como intrascendente? ¿Tienen más valor las convicciones científicas que la moral dictada por una comunidad a la que algunos consideran una secta? ¿Merece más respeto la Ciencia que la Religión? ¿Fue Lucía totalmente inocente de la estafa que sufrió y que la dejó a las puertas de la indigencia? Por muy claras que se tengan las respuestas la lectura de <b>Sala de espera</b> nos creará dudas y nos planteará más preguntas.</span></span></div><div><span style="text-align: justify; text-indent: 24px;"><span style="font-family: Garamond;"><br /></span></span></div><div><span style="text-align: justify; text-indent: 24px;"><span style="font-family: Garamond;">Un sorprendente giro final nos demostrará que las cosas no son siempre como parecen. <b>Sala de espera</b> es una novela que atrapa desde la primera página y que nos obliga a poner en tela de juicio algunas de nuestras más profundas convicciones.</span></span></div><div><span style="text-align: justify; text-indent: 24px;"><span style="font-family: Garamond;"><br /></span></span></div><div><span style="text-align: justify; text-indent: 24px;"><span style="font-family: Garamond;"><span style="text-align: left; text-indent: 0px;">Este libro participa en el Reto </span><span style="text-align: left; text-indent: 0px;"><a href="https://elblogdelafabula.blogspot.com/2024/01/autores-de-la-la-la-z-2024.html" target="_blank">Autores de la A a la Z</a></span><span style="text-align: left; text-indent: 0px;"> que organiza el blog</span><span style="text-align: left; text-indent: 0px;"><span> </span><a href="http://www.lecturapolis.com/2024/01/reto-autores-de-la-a-la-z-edicion-2024.html" target="_blank">Lecturápolis</a></span><span style="text-align: left; text-indent: 0px;">. Con él relleno la letra C.</span></span></span></div><div><br /></div><div><div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Garamond; font-size: medium;"><b>Título del libro: </b>Sala de espera<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Garamond; font-size: medium;"><span><b>Autor: </b>Iván de Cristóbal<o:p></o:p></span><br />
<span><b>Nacionalidad: </b>España</span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Garamond; font-size: medium;"><b>Editorial: </b>Alrevés<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Garamond; font-size: medium;"><b>Año de publicación: </b>2023<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Garamond; font-size: medium;"><b>Año de publicación original:</b> 2023<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Garamond; font-size: medium;"><b>Nº de páginas:</b> 230</span><o:p></o:p></div>
<br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjC99RyaYXbt83iWefoClNCIKQahlb5lbZblvnEK5XYlpBHTBYX0T_Xnwfwo5unD-HSk2B4YzY8LwLJ0QfPtTqv_ZzEmMh4_wE3lzGDGfqRqwfUUqWauj7ygkL1Zn4IZnKc_yj8CizDEl8EFxhva3iNiWdhK6jiF14Azxe8AQ3R6M16fJKYBL8ysVPIjZ9r/s1303/Imagen19.png" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="197" data-original-width="1303" height="96" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjC99RyaYXbt83iWefoClNCIKQahlb5lbZblvnEK5XYlpBHTBYX0T_Xnwfwo5unD-HSk2B4YzY8LwLJ0QfPtTqv_ZzEmMh4_wE3lzGDGfqRqwfUUqWauj7ygkL1Zn4IZnKc_yj8CizDEl8EFxhva3iNiWdhK6jiF14Azxe8AQ3R6M16fJKYBL8ysVPIjZ9r/w640-h96/Imagen19.png" width="640" /></a></div>Rosa Berros Canuriahttp://www.blogger.com/profile/14919887931785201154noreply@blogger.com28tag:blogger.com,1999:blog-5705397617957177167.post-16491320033384517722024-01-20T10:21:00.003+01:002024-01-23T11:36:47.396+01:00"La pena máxima" Santiago Roncagliolo<div style="border-color: rgb(250, 154, 208); border-style: inset; border-width: 10px; padding: 10px;"><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><span style="color: #850b0e; font-family: Satisfy; font-size: xx-large;">Cada tarde, antes de abandonar su
lugar en el sótano, el asistente de archivo Félix Chacaltana Saldívar se
aseguraba de haber archivado escrupulosamente cada documento recibido. Los
altercados públicos en el archivador 5ZCB3, las faltas contra los símbolos
patrios en el fólder 6NOF45, los asaltos a mano armada en el pasillo 3BN45. El
archivo del Poder Judicial era un compendio de todos los delitos, crímenes y
faltas cometidos en un país, un registro vivo de todo lo que la sociedad podía
hacer mejor. Y por eso, merecía respeto.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><span style="color: #850b0e; font-family: Satisfy; font-size: xx-large;">Sin embargo, ahí estaba: un papel
sin más información que la irregularidad administrativa —de índole migratoria y
de carácter menor— y el nombre del denunciado —Nepomuceno Valdivia—, todo
escrito, por cierto, con una letra ininteligible. Si lo había remitido un
fiscal desde alguno de los pisos superiores, no se había molestado en indicar
su nombre, ni las diligencias a tomar. Un desastre. Una falta cometida sin
número de documento ni coordenadas precisas ni siquiera era una falta. No pod<span style="text-align: justify;">ía archivarse. Y lo que no podía archivarse, en la práctica, no había ocurrido</span></span></p></div>
<b></b><div><br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEivnj0kaS7BnvoZLWoG9Ya1KZHiFzDYqFBrbXWGzDOn3AZRMQVh-NxppjB8D6DAn_eFpbtWikcCG4uAtZo4hNoD0Z2E1MzCybmBj_ELHvKJhbMAd7f2vZyqcT9H0WFU6z67sdQDhGwZEeQfJpsGKNZqgRSleQynq30IMdsr0moxk5K5zCYkLyAIaMR4z9Sz/s1000/71WwVoszh9L._AC_UF1000,1000_QL80_.jpg" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1000" data-original-width="610" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEivnj0kaS7BnvoZLWoG9Ya1KZHiFzDYqFBrbXWGzDOn3AZRMQVh-NxppjB8D6DAn_eFpbtWikcCG4uAtZo4hNoD0Z2E1MzCybmBj_ELHvKJhbMAd7f2vZyqcT9H0WFU6z67sdQDhGwZEeQfJpsGKNZqgRSleQynq30IMdsr0moxk5K5zCYkLyAIaMR4z9Sz/w244-h400/71WwVoszh9L._AC_UF1000,1000_QL80_.jpg" width="244" /></a></div><div><span style="font-family: Garamond;">Estamos en 1978 y en Argentina se juega un mundial de fútbol que tiene a todos los peruanos pendientes de radios y televisores. </span></div><div><span style="font-family: Garamond;"><br /></span></div><div><span style="font-family: Garamond;"><span style="font-family: Garamond;">Pero Félix Chacaltana, asistente de archivo en el Palacio de Justicia, no suele estar muy atento a los eventos futbolísticos. <span style="color: #990000;">«El fútbol quedaba fuera del universo mental de Félix Chacaltana, o si ocupaba un lugar, estaba cerca de los ornitorrincos y los marsupiales, muy lejos de todo lo que le importaba»</span>. Y ahora lo que le preocupa es una denuncia que ha entrado en el archivo. Una denuncia con graves defectos de forma y fondo como ha podido comprobar. Y eso que tanto molesta a Chacaltana no parece preocupar a su jefe. </span><span style="color: #990000; font-family: Garamond; text-align: center;">«</span><span style="color: #990000; font-family: Garamond; text-align: center;">—Acabas de terminar la universidad, hijo. Ya te hemos hecho tu primer contrato. Ahora vive un poco. Anda al fútbol, tómate una cerveza, consíguete una enamorada. Ya tendrás tiempo de ser un plomo más adelante»</span><span style="font-family: Garamond; text-align: center;">.</span></span></div><div><span style="font-family: Garamond;"><span style="font-family: Garamond; text-align: center;"><br /></span></span></div><div><span style="font-family: Garamond;"><span style="font-family: Garamond; text-align: center;"><span style="text-align: left;">Y es que si Félix peca de extremadamente escrupuloso en el desempeño de su trabajo, su jefe es un vago redomado al que solo le preocupa pasar inadvertido en el sótano del Palacio de Justicia, salir y entrar a su antojo y trabajar lo menos posible. Lo que Félix no sabe es que sus preocupaciones no han hecho más que empezar. Su único amigo, Joaquín Calvo, no aparece desde hace unos días; su novia, Cecilia, empieza a aburrirse de la formalidad de Félix y le propone locuras que para él son inadmisibles; su madre cada vez es más dominante y cada vez ve con peores ojos a Cecilia, demasiado moderna e incluso inmoral para su gusto.</span></span></span></div><div><span style="font-family: Garamond;"><br /></span></div><div><span style="font-family: Garamond;">Paralelamente a las inquietudes de Félix, el día que se juega el partido Perú-Escocia un hombre recorre las calles desiertas de Lima. Enseguida vemos que su actividad es clandestina, un encuentro, una entrega, una despedida. Todo ello, como otras veces, debería ir arropado por la algarabía de gentes que pueblan las calles y el caño: madres, niños, vendedores ambulantes...<span style="color: #990000;">«Pero ese sábado, todo era diferente. Esta vez, todo estaba lleno de banderas del Perú. Colgaban de las ventanas, de las puertas, de las esquinas sin ruido, como mortajas rojiblancas de una ciudad muerta. [...] Necesitaba toda esa actividad callejera. La algarabía era el refugio perfecto para su objetivo: un intercambio rápido y seguro. Una entrega sigilosa y profesional, sin palabras ni aspavientos. Dos hombres se encuentran en la multitud, se saludan, un paquete cambia de manos y se despiden. No debía tomar más de cinco segundos»</span>. Ese sábado la entrega terminaría con un disparo de arma de fuego que nadie oiría porque Cubillas acababa de meter un gol y todos los sonidos de la ciudad fueron eclipsados por un solo grito. Gooooooooooooool.</span></div><div><br /></div><div><span style="font-family: Garamond;">En este mes de junio de 1978, mientras se juega un mundial de fútbol que a Félix le deja indiferente, la realidad que hasta ahora no ha querido ver, se meterá en su vida de forma cruel porque el muerto del principio, estará más mezclado en su vida de lo que él cree y, sin querer, él mismo se verá metido en una trama orquestada desde la cima del poder, desde las autoridades en las que él más confía. Y esas autoridades están inmersas en una conspiración que hermana a varios países sudamericanos en la consecución de un objetivo criminal y miserable: la ayuda entre las dictaduras militares para tapar entre sí sus crímenes. </span></div><div><span style="font-family: Garamond;"><br /></span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: Garamond;"><div><span style="color: #990000;">«—Formamos parte de una operación conjunta con varios gobiernos de la región. Se llama <i>Cóndor</i>.</span></div><div><span style="color: #990000;"> <i>Cóndor</i>. Chacaltana recordó su visita al aeropuerto militar. Al bajar del avión, los custodios de Daniel Álvarez le habían preguntado si él era de <i>Cóndor</i>. Él había dicho que sí, o había aceptado en silencio que lo era, y al parecer no se había equivocado. El almirante añadió:</span></div><div><span style="color: #990000;"> —El mandato de <i>Cóndor</i> es colaborar en la lucha contrasubversiva. Los terroristas se mueven constantemente para escapar a las autoridades. De Argentina a Chile. De Chile a Perú. De Perú a Bolivia. <i>Cóndor</i> es una red sin escape»</span>.</div><div style="text-align: left;"><br /></div><div style="text-align: left;"><div style="font-family: "Times New Roman";"><span style="font-family: Garamond;">Félix Chacaltana es un hombre que cree en la autoridad, es un hombre que cree en la honradez del gobierno y del ejército. El orgullo de la patria lo llena cada vez que se cruza con un soldado. Y, de repente, todas estas creencias saltan por los aires cuando empieza a encontrarse con la realidad: la muerte de un amigo, las torturas de la policía, etc. Él confía en las próximas elecciones libres que se celebrarán en unos días y piensa que ya hay democracia en el país. Lo que no sabe es que esa democracia es tan solo aparente y que se está presionando y hostigando a los partidos de izquierda para que desaparezcan y no se puedan presentar. <span style="color: #990000;">«</span></span><span style="text-align: justify;"><span style="color: #990000; font-family: Garamond;"> —La política no es delito, señor. Ya no. Tenemos elecciones en una semana.</span></span></div><div class="calibre1" style="font-family: "Times New Roman"; text-align: justify;"><span style="color: #990000; font-family: Garamond;"> —Elecciones, ¡ja!»</span><span style="font-family: Garamond;">.</span></div><div style="font-family: "Times New Roman";"><span style="font-family: Garamond;"><br /></span></div><div style="font-family: "Times New Roman";"><span style="font-family: Garamond;">Durante toda la trama, Chacaltana irá descubriendo muchas cosas. Encontrará un nuevo Joaquín, un amigo al que no reconoce. También irá descubriendo un nuevo Perú y muchos hechos que se le escapaban y nunca se hubiera imaginado. La política se mezcla con el amor, la traición con la lealtad, las torturas con los secuestros y, siempre, unos países que comercian con otros; los presos de unos, gestionados por otros; </span><span style="color: #990000; font-family: Garamond;">«tráfico ilegal de personas, falsificación de documentos y fraude a escala internacional»</span><span style="font-family: Garamond;">. </span><span style="font-family: Garamond;">Hasta la denuncia con graves defectos de fondo y forma se terminará mezclando de manera inesperada.</span></div><div style="font-family: "Times New Roman";"><span style="font-family: Garamond;"><br /></span></div><div style="font-family: "Times New Roman";"><span style="font-family: Garamond;">Y de fondo, otra guerra en la que alguno de los personajes estuvo implicado unas décadas antes. Otra guerra que dejó su impronta en ellos y los hizo llegar a Perú o a Argentina para implicarse en aquellos hechos que parecían ser la continuación de lo que habían dejado en su país <span style="color: #990000;">«</span></span><span style="font-family: Garamond;"><span style="color: #990000;">—</span></span><span style="font-family: Garamond;"><span style="color: #990000;">¿Sabes cómo se llamaba la legión aérea que bombardeó Barcelona? —preguntó—. «<i>Cóndor</i>», como la operación de Carmona y sus amigos. [...] Las mismas cosas vuelven a ocurrir, los nombres se repiten. El tiempo gira sobre sí mismo. No puedes huir del pasado, Félix. No puedes huir del mundo»</span>.</span></div><div style="font-family: "Times New Roman";"><br /></div><div>Y acompañando los hechos, siempre, como un personaje más, el fútbol, ese fútbol que más que un deporte es otra moneda de cambio en los planes de la <i>Operación Cóndor</i>. Un fútbol del que no se nos deja olvidarnos. </div></div></span></div><div><div class="calibre1" style="font-size: 16px; text-align: center;"><span style="color: #990000; font-family: Garamond;"> </span></div><div class="calibre1" style="text-align: center;"><span style="font-family: Garamond;"><span style="color: #990000;"> —Navarro recupera pelota por el lateral izquierdo. ¡Échala, Navarro, échala afuera! Navarro se enreda y le regala la pelota a Lato. Terrible error de la defensa peruana. Lato no pierde el tiempo. Saca el centro. El gigante Szarmach está solo en el área, cabecea yyyyy..., ¡Gol! Goooooooool de Polonia. Szarmach, con el número 17 en la espalda, fusila al portero Quiroga y complica seriamente las aspiraciones de un Perú que no da una en este partido...»</span>.</span></div></div><div><br /></div><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh_I3kKNhFTjok7GKk54lSsCAKibpVJj4Bt5K4QQinyot4nQ8Zg5RNhJjufphhUYPyUgeDh0WzV2YXK_7F1wDARC1vKCiserxpv_qaSDpucJoUBf-eepb0XqvsMfi3BjtCpRkDlb1UYAjEV8ddloJ8Lj3HyP-vWLlftTBFCAV2-Qp8WBoIF3h-py6zzh3Sh/s2488/637c29aee2cb7.jpeg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="1626" data-original-width="2488" height="418" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh_I3kKNhFTjok7GKk54lSsCAKibpVJj4Bt5K4QQinyot4nQ8Zg5RNhJjufphhUYPyUgeDh0WzV2YXK_7F1wDARC1vKCiserxpv_qaSDpucJoUBf-eepb0XqvsMfi3BjtCpRkDlb1UYAjEV8ddloJ8Lj3HyP-vWLlftTBFCAV2-Qp8WBoIF3h-py6zzh3Sh/w640-h418/637c29aee2cb7.jpeg" width="640" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="font-family: Garamond; font-size: medium;"><b>Santiago Roncagliolo</b></span></td></tr></tbody></table><div><br /></div><span style="font-family: Garamond;">Me entero, ya terminado el libro (no suelo leer las sinopsis), en la tertulia del instituto para la que lo he leído, que Félix Chacaltana ya era el protagonista de <b>Abril rojo</b>, el único libro de Santiago Roncagliolo que había leído hace ya muchos años, en 2006, cuando obtuvo el <i>Premio Alfaguara</i>. Me entero de que <b>La pena máxima</b> es una precuela de <b>Abril rojo</b> y nos lleva a varios años antes en la peripecia vital de Félix Chacaltana. Si el libro escrito en 2006 se ambientaba en 2000, éste, escrito en 2023, nos lleva a 1978. </span><div><span style="font-family: Garamond;"><br /></span></div><div><span style="font-family: Garamond;">Recuerdo muy poco de <b>Abril rojo</b>, tan solo que lo leí a gusto, pero sin entusiasmo. De hecho, no había vuelto sobre el autor y no lo hubiera hecho de no ser por la tertulia mencionada. <b>La pena máxima</b> me ha gustado más. Estuve a punto de no leerlo, vistos los previos, pero me alegro de haberlo hecho. Es una novela muy bien escrita, con unos personajes muy buenos y muy bien dibujados, con una trama perfectamente descrita que, aunque no es novedosa, sí lo es la forma de contarla. </span><div class="MsoNormal"><br /></div><div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Garamond; font-size: medium;"><b>Título del libro: </b>La pena máxima<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Garamond; font-size: medium;"><span><b>Autor:</b> Santiago Roncagliolo<o:p></o:p></span><br />
<span><b>Nacionalidad:</b> Perú</span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Garamond; font-size: medium;"><b>Editorial:</b> Alfaguara<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Garamond; font-size: medium;"><b>Año de publicación: </b>2014<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Garamond; font-size: medium;"><b>Año de publicación original: </b>2014<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Garamond; font-size: medium;"><b>Nº de páginas: </b>392 </span><o:p></o:p></div>
<br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgXaGf80lSdF0guTAI7ZO2j9-Fhhq_Ng2_TbJyjJ9GRz9MpZ5PJ1gbXZmb6Ei-WbYY4yNH0_5IZgplBOjKmgr-FOiXZbAinG9vmYZ1XaYyjh4TFUozD9BFgBgF-204VzrKjEIVsS9EMG8xkcJR2d2Y5_OJ7t1r7ne021OI-dcKBbzZLNyMcNCK3b4duepkM/s1253/Imagen38.png" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="356" data-original-width="1253" height="182" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgXaGf80lSdF0guTAI7ZO2j9-Fhhq_Ng2_TbJyjJ9GRz9MpZ5PJ1gbXZmb6Ei-WbYY4yNH0_5IZgplBOjKmgr-FOiXZbAinG9vmYZ1XaYyjh4TFUozD9BFgBgF-204VzrKjEIVsS9EMG8xkcJR2d2Y5_OJ7t1r7ne021OI-dcKBbzZLNyMcNCK3b4duepkM/w640-h182/Imagen38.png" width="640" /></a></div>Rosa Berros Canuriahttp://www.blogger.com/profile/14919887931785201154noreply@blogger.com22tag:blogger.com,1999:blog-5705397617957177167.post-71128098844210544142024-01-18T09:32:00.000+01:002024-01-18T09:32:21.155+01:00Tarro-Libros 2024<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjYXBhOxyymssZ2Vsh2NCEjMKAZJ2NuA7cMCF6rBes4rvDLjxBwUaOF0wAi9QyhZ6yJ24kLn15XUDTkcLTjbNoQgydVF6dXuggAzNSGBMkuFf8fHsR64Im2ruEqug2AxZhYXs4j2PZrNyb-w5UlLanx42hPrbvDUxbWE_lzl0DBD8nHLfvuPtbiWehTl6mJ/s576/Imagen1.png" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="576" data-original-width="452" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjYXBhOxyymssZ2Vsh2NCEjMKAZJ2NuA7cMCF6rBes4rvDLjxBwUaOF0wAi9QyhZ6yJ24kLn15XUDTkcLTjbNoQgydVF6dXuggAzNSGBMkuFf8fHsR64Im2ruEqug2AxZhYXs4j2PZrNyb-w5UlLanx42hPrbvDUxbWE_lzl0DBD8nHLfvuPtbiWehTl6mJ/w502-h640/Imagen1.png" width="502" /></a></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: left;"><br /></div><div><span style="font-family: EB Garamond;">Por octavo año consecutivo, participo en esta <span>iniciativa de Carmen Forján, del blog "</span><b><a href="http://carmenyamigos.blogspot.com/" target="_blank">Los libros de Carmen y amig@s</a></b><span>".</span></span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: EB Garamond;"><span> </span><span><br /></span><span>Este es mi tarro, más bien caja, para 2024. Es una caja que estaba en casa de mi madre y que siempre me gustó mucho. La foto es la misma que he publicado en el grupo de Facebook para que se me admita. Es la única condición, pero es requisito indispensable para formar parte del grupo, publicar la foto del tarro que se va a utilizar durante el año antes del 30 de enero.</span><br /><br /></span><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhxycTzKI1bqBbli8ZxXQjn7mXd11dGaMwWUirUCwliuUDJC4JwSuKnlgscAODw07l3ziGMwx5-LaSNGbBoJ6MKZPv0cSRmqdRq2HIsAsvB5yUZIHUTezl3LrGGy9j9SFyDRw7PFB2h3qzHdfdsa0LV36f8OoqntTZnskvEUOGqpWBnXco0RzVc3YQYq-DM/s2000/Imagen%20de%20WhatsApp%202024-01-10%20a%20las%2012.48.46_ef6ec00a.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="2000" data-original-width="1500" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhxycTzKI1bqBbli8ZxXQjn7mXd11dGaMwWUirUCwliuUDJC4JwSuKnlgscAODw07l3ziGMwx5-LaSNGbBoJ6MKZPv0cSRmqdRq2HIsAsvB5yUZIHUTezl3LrGGy9j9SFyDRw7PFB2h3qzHdfdsa0LV36f8OoqntTZnskvEUOGqpWBnXco0RzVc3YQYq-DM/w480-h640/Imagen%20de%20WhatsApp%202024-01-10%20a%20las%2012.48.46_ef6ec00a.jpg" width="480" /></a></div><br /><div class="separator" style="clear: both; text-align: left;"><span style="font-family: EB Garamond;"><span>A lo largo de 2023 </span></span><span style="font-family: "EB Garamond";">he ido gastando en libros, poco a poco, </span><span style="font-family: "EB Garamond";">los 140 euros acumulados en 2022. No es que haya gastado solo eso en libros. Este dinero del Tarro-Libros lo he gastado en libros algo especiales: libros escritos por amigos blogueros o de las redes sociales, recomendaciones que leo en algunos blogs que sigo y que, por alguna razón, me parecen especiales... o, sencillamente, los que compro hasta que se me acaba el dinero del tarro.</span></div></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: EB Garamond;"><span><br /></span><span>Estos son los libros comprados con el dinero de 2022 y que he ido adquiriendo durante 2023. </span></span></div><div class="MsoNormal"><br /></div><div class="MsoNormal"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhxMY5BWBw3rzubsefwFREU7VUAf1f103foDE2yRzFXrxrlz_qwewGs38f7pKSw3RsPQuEo-rjlkrYRqTEIPhCNgHAtHKSc6DtMQoMEnZlONbUQ_5bTi870WIz0Iwd0H6w2wuwwbb7jHJdAe7UdlVchoaYjk4x8wZOhd2WvR6jBIDCjJGE_SH4Welt22_2G/s1920/Enero%202022%20(2).jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1080" data-original-width="1920" height="360" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhxMY5BWBw3rzubsefwFREU7VUAf1f103foDE2yRzFXrxrlz_qwewGs38f7pKSw3RsPQuEo-rjlkrYRqTEIPhCNgHAtHKSc6DtMQoMEnZlONbUQ_5bTi870WIz0Iwd0H6w2wuwwbb7jHJdAe7UdlVchoaYjk4x8wZOhd2WvR6jBIDCjJGE_SH4Welt22_2G/w640-h360/Enero%202022%20(2).jpg" width="640" /></a></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: left;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: left;"><b style="font-family: "EB Garamond";">“</b><span style="font-family: "EB Garamond";"><b>Diario del ladrón</b></span><b style="font-family: "EB Garamond";">”</b><span style="font-family: "EB Garamond";">. Jean Genet</span><span style="font-family: "EB Garamond";"> </span><span style="font-family: "EB Garamond";"> </span><span style="font-family: "EB Garamond";"> </span><span style="font-family: "EB Garamond";"> </span><span style="font-family: "EB Garamond";"> </span></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: left;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<p class="MsoNormal" style="text-align: left;"><span style="font-family: EB Garamond;"><b>“El hombre de la guerra</b><b>”</b><b>.</b> Ramiro Pinilla <b> </b><span style="font-weight: bold;"> </span><span style="font-weight: bold;"> </span><span style="font-weight: bold;"> </span><span style="font-weight: bold;"> </span> <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: left;"><span style="font-family: EB Garamond;"><b>“La idea”. </b>José Espí<span> </span> <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: left;"><span style="font-family: EB Garamond;"><b>“El baile del fuego”</b>. Carlos Fidalgo<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: left;"><span style="font-family: EB Garamond;"><b>“El dios de los espías”</b>. Pablo Zarrabeitia<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: left;"><span style="font-family: EB Garamond;"><b>“El círculo alquímico”</b>. Paco Gómez Escribano <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: left;"><span style="font-family: EB Garamond;">“<b>Decamerón del siglo XXI</b></span><b style="font-family: "EB Garamond";">”.</b><b style="font-family: "EB Garamond";"> </b><span style="font-family: "EB Garamond";">Colectivo literario Bremen</span><span style="font-family: "EB Garamond";"> </span><span style="font-family: "EB Garamond";"> </span><span style="font-family: "EB Garamond";"> </span><span style="font-family: "EB Garamond";"> </span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: left;"><span style="font-family: EB Garamond;"><b>“El hijo de Caín”</b>.<span> Jon Vendon</span> <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: left;"><span style="font-family: EB Garamond;"><b>“Gente muy fría”</b>. Sarah Manguso<span> </span><span> </span><span> </span><span> </span><span> </span><span> </span><span> </span><span> </span><span> </span><span> </span><span> </span><span> </span> </span><span style="font-family: "EB Garamond";"> </span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: left;"><span style="font-family: EB Garamond;"><b>“Todos estábamos vivos”</b>. Enrique Llamas <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: left;"><span style="font-family: EB Garamond;"><b>“Memorial drive”</b>. <span> Natasha Trethewey </span><span> </span><span> </span><o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: left;"><span style="font-family: EB Garamond;"><b>“Apeirógono”</b>. Colum McCann<b> </b> </span></p></div></div><span style="font-family: EB Garamond;"><div class="MsoNormal"><br /></div><div class="MsoNormal">En 2023 he leído menos libros que en 2022, haciendo un total de 134. El dinero lo iré gastando a lo largo de 2024.</div><div class="MsoNormal"><br /></div>Por si queréis apuntaros al reto, <b><a href="https://www.facebook.com/groups/283796424320395" target="_blank"><span id="goog_80042799"></span>aquí</a><span id="goog_80042800"></span></b> os dejo el enlace al grupo de Tarro-Libros 2024 en Facebook. Ya sabéis que si queréis participar tenéis que poner la foto de vuestro Tarro en el hilo correspondiente. Tenéis hasta el 30 de enero.</span></div><div><span style="font-family: EB Garamond;"><br /></span></div><div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiNvqfKfGdzaCs643ObEwbTUNfpEemnuf3-spZisaCBwXLfhSggzIWKusmQMppkwwLXI-aAgiJjbk2QPKPS1Soj2T9old3rF-4qKgLg1Sp81kgmQTaz-096x2dGq3EGF2ZxFa3SC39R4tyMpFAnjG44pw8dC3Qo91cHsRg0KmwAcPiUvHoNBmH9skcwfAw6/s640/Imagen1.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="164" data-original-width="640" height="164" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiNvqfKfGdzaCs643ObEwbTUNfpEemnuf3-spZisaCBwXLfhSggzIWKusmQMppkwwLXI-aAgiJjbk2QPKPS1Soj2T9old3rF-4qKgLg1Sp81kgmQTaz-096x2dGq3EGF2ZxFa3SC39R4tyMpFAnjG44pw8dC3Qo91cHsRg0KmwAcPiUvHoNBmH9skcwfAw6/w640-h164/Imagen1.png" width="640" /></a></div></div>Rosa Berros Canuriahttp://www.blogger.com/profile/14919887931785201154noreply@blogger.com28tag:blogger.com,1999:blog-5705397617957177167.post-51020104439593302422024-01-15T10:48:00.000+01:002024-01-15T10:48:19.716+01:00Azul oscuro... casi negro.<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh64xA_wQDVQ0IbDSPOugzzZIXeqmpPZMTqoBsrW1olOoI-2uAGrMeCQjIrVYMuYDbw041KqmYaNns-jDmKPWMytNztFbRQK_hbr29OBAnaMkb0Qg6pTV8RmUmQA5fIqnCT-9eWqCR-WsF4EtTX2TKQ7X0_vPRvJafLtZljufTZLKGVHJWb-9R8BPtr5ael/s320/MICRORRETOS2.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="180" data-original-width="320" height="360" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh64xA_wQDVQ0IbDSPOugzzZIXeqmpPZMTqoBsrW1olOoI-2uAGrMeCQjIrVYMuYDbw041KqmYaNns-jDmKPWMytNztFbRQK_hbr29OBAnaMkb0Qg6pTV8RmUmQA5fIqnCT-9eWqCR-WsF4EtTX2TKQ7X0_vPRvJafLtZljufTZLKGVHJWb-9R8BPtr5ael/w640-h360/MICRORRETOS2.jpg" width="640" /></a></div><p></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: inherit;">Tras haber desaparecido en la convocatoria de noviembre, vuelvo en enero con ganas. </span><span style="text-align: justify;"><span style="font-family: inherit;">¿Y en qué consiste el reto de este mes? Nos lo explica Merche en la convocatoria:</span></span></p><p style="text-align: center;"><span style="color: #0b5394; font-family: inherit;"><span style="text-align: justify;">«[...] </span><span style="background-color: +; text-align: justify;"><span style="text-indent: 37.7953px;">un micro de </span><b style="text-indent: 37.7953px;">hasta 250 palabras</b><span style="text-indent: 37.7953px;"> en el que predomine </span><b style="text-indent: 37.7953px;">un color</b><span style="text-indent: 37.7953px;">, este puede ser el protagonista del relato o estar presente, como personaje secundario, por ejemplo, el color de un lugar o del escenario en el que se desarrollen los hechos.</span>»</span></span></p><p style="text-align: left;"><span style="font-family: inherit;"><span style="background-color: +; text-align: justify;">Por si a alguien le interesa, </span></span><span style="text-align: justify;">podéis</span><span style="text-align: justify;"> leer la convocatoria entera <b><a href="https://concursoeltinterodeoro.blogspot.com/2024/01/los-colores.html" target="_blank">aquí</a>.</b></span></p><p><span style="font-family: inherit; text-align: justify;">Desde el principio tuve claro que en mi relato el color sería el azul y también tuve claro por dónde iba a ir la narración. Lo que más me ha costado ha sido el título y, aunque he terminado plagiando el de una buena película, creo que es el que mejor le va a la pequeña historia que cuento.</span></p><p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEguTS4E_YzGSZC2opgLCLVn_mLUl0X72jsgOtL8OFdyxCunFpNRugxROg8puWWulrTMpNhAnWdLyu1ZzFpXO1hrqzCs_SJpuOOwtNoC4yjdthB3VXxsUtuvgCblIKxLMYs0mX3NTGNbWcwVDV1rPyo3mJzx11z_2C-kIYRI3kBT_ibxoS2EIwaRWsziYYJ_/s684/Imagen14.png" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="523" data-original-width="684" height="153" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEguTS4E_YzGSZC2opgLCLVn_mLUl0X72jsgOtL8OFdyxCunFpNRugxROg8puWWulrTMpNhAnWdLyu1ZzFpXO1hrqzCs_SJpuOOwtNoC4yjdthB3VXxsUtuvgCblIKxLMYs0mX3NTGNbWcwVDV1rPyo3mJzx11z_2C-kIYRI3kBT_ibxoS2EIwaRWsziYYJ_/w200-h153/Imagen14.png" width="200" /></a></div><p></p><p><span style="font-family: Garamond;">Se asomó a la ventana de su cuarto acariciando la suave tela
de sus cortinas en diversos tonos de azul. Elevó la mirada al cielo y recibió
el calor del sol de abril que relucía en un cielo azul como solo el cielo puede
ser azul en primavera. Escuchó a lo lejos el sonido del mar y miró aquel
horizonte azul oscuro que se encontraba con el azul más claro del cielo en una línea
de un azul tan oscuro que bien podría ser negro.</span></p><p>
</p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: Garamond;">Bajó la vista hacia el jardín. Allí estaban las lilas con su
olor azul y las azules verónicas, tan pequeñas que había que guiñar los ojos
para verlas en el muro, un par de metros por debajo de la ventana; y los
nomeolvides, de un azul tan diminuto que desde esa distancia solo podía
imaginarlos. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: Garamond;">De vuelta en la habitación disfrutó del azul de una
reproducción de los lirios de Van Gogh y del azul un poco desvaído de la pared.
También del de la colcha, a juego con las cortinas. Mil detalles azules
decoraban el cuarto compaginándose tan solo con el blanco.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="font-family: Garamond;">Decididamente el azul era su color favorito, pero ¿cómo
sería en realidad? Tan solo lo conocía por las descripciones de sus padres y
profesores. Nuca había visto nada azul. Ni de ningún otro color. Ahora, con la
operación en puertas, su esperanza de poder conocerlos todos se hacía más y más
acuciante. ¿Sería hermoso o le marearía tanto color en su vida?<o:p></o:p></span></p><span style="font-family: Garamond;">250 palabras</span><p></p><p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjkzqW-dcq9sV0rBG1scHWNCT50ezyuI0jTDc6_YqOttMLz0e-ezssWfV8mD9tTa6jQNKAoO2Mo2xdqXDXi_ZPVfU0vDMaKTOLib4B8If4fIPf8cAA0BOyRtjFFEFskzIky5hTaionPrNZPGaNiBtmbpBWx2B9pyMocvW1m59FBHeusmdHYunXdvOf6V-5U/s1253/Imagen132.png" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="322" data-original-width="1253" height="164" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjkzqW-dcq9sV0rBG1scHWNCT50ezyuI0jTDc6_YqOttMLz0e-ezssWfV8mD9tTa6jQNKAoO2Mo2xdqXDXi_ZPVfU0vDMaKTOLib4B8If4fIPf8cAA0BOyRtjFFEFskzIky5hTaionPrNZPGaNiBtmbpBWx2B9pyMocvW1m59FBHeusmdHYunXdvOf6V-5U/w640-h164/Imagen132.png" width="640" /></a></div><p></p>Rosa Berros Canuriahttp://www.blogger.com/profile/14919887931785201154noreply@blogger.com61tag:blogger.com,1999:blog-5705397617957177167.post-38963095192895372542024-01-12T11:02:00.001+01:002024-01-12T11:03:24.215+01:00"El miedo en el cuerpo" Empar Fernández<div style="border-color: rgb(149, 15, 19); border-style: inset; border-width: 10px; padding: 10px;"><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><span style="color: #850b0e; font-family: Kalam; font-size: xx-large;">El sol declina y se acerca ya a
las azoteas de la calle de Ferlandina. La zona de sombra que proyectan los
edificios sobrepasa las mesas con manteles amarillos que el policía distingue
junto al museo y alcanza ya el centro de la plaza. El sudor, derivado de las
prisas y de un leve y ya consolidado sobrepeso, se le enfría a Tedesco sobre la
piel. Malditos kilos de más, malditas prisas y maldito este trabajo en el que
uno se enfrenta a casos de niños que desaparecen.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><span style="color: #990000; font-family: Kalam; font-size: xx-large;">Un escalofrío le recorre la
espalda como un lagarto en estampida.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><span style="color: #990000; font-family: Kalam; font-size: xx-large;">Niños que desaparecen.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><span style="color: #990000; font-family: Kalam; font-size: xx-large;">El policía se acerca despacio a la
madre, que se ha apoyado en una pared. Ha hecho bien, piensa. Preferiría mil
veces no tener que hacerlo, pero se aproxima. Deber de policía. </span><o:p></o:p></p></div>
<b></b><div><br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhb98cYzsK8ol0aPvmLpoCBz25RQ9GHMEnu-Xf2ySltjoVi-gqMEFbDs0_qmbbKHcHPWEis8Ay43EY7J-cdYiMQ98zEO3q181Tld6wtSiPqshCThQKi62czkO4ocikHmUthqhLPk7Zv6yFulbYgaU04l-LTD6zedCJ7yta072BhX8JjUNLi44m-2auuTLY0/s1000/61IyYzJW33L._AC_UF1000,1000_QL80_.jpg" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1000" data-original-width="652" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhb98cYzsK8ol0aPvmLpoCBz25RQ9GHMEnu-Xf2ySltjoVi-gqMEFbDs0_qmbbKHcHPWEis8Ay43EY7J-cdYiMQ98zEO3q181Tld6wtSiPqshCThQKi62czkO4ocikHmUthqhLPk7Zv6yFulbYgaU04l-LTD6zedCJ7yta072BhX8JjUNLi44m-2auuTLY0/w261-h400/61IyYzJW33L._AC_UF1000,1000_QL80_.jpg" width="261" /></a></div><div style="orphans: 1; text-align: justify; text-indent: 24px; widows: 1;">Daniel ha desaparecido mientras jugaba con una pelota muy cerca de Lucía, su madre. Tan cerca que ésta no dejaba de oír el <span style="orphans: 1; text-align: justify; text-indent: 24px; widows: 1;">bom, bom, bom de los chutes que, contra una pared, lanzaba el niño de manera obsesiva. <span style="color: #990000; font-family: Garamond;">«</span></span><span style="color: #990000; font-family: Garamond;">La pelota roja de Daniel golpea el muro a intervalos precisos, como si un metrónomo marcara el ritmo al que debe producirse cada nuevo <span style="text-indent: 1.5em;">impacto. El niño consigue encajarla entre el poste de un farol y una papelera. No falla nunca, chuta siempre de la misma manera y con parecida fuerza. La pelota se estrella una vez y otra en un espacio sorprendentemente pequeño.</span></span></div><p style="line-height: 1.25; margin: 0px; orphans: 1; text-align: justify; text-indent: 1.5em; widows: 1;"><span style="color: #990000; font-family: Garamond;">Bom. Bom.</span></p><p style="line-height: 1.25; margin: 0px; orphans: 1; text-align: justify; text-indent: 1.5em; widows: 1;"><span style="color: #990000; font-family: Garamond;">Es un alivio»</span>.</p><div><span style="orphans: 1; text-align: justify; text-indent: 24px; widows: 1;"><br /></span></div><div style="text-align: left;"><span style="font-family: Garamond;"><span style="orphans: 1; text-align: justify; text-indent: 24px; widows: 1;">Hasta que, enredada en la charla trivial de otra mujer, de pronto se dio cuenta de que la pelota ya no sonaba. El bom, bom bom había dejado de atronar aquel rincón de la </span><span style="orphans: 1; text-align: justify; text-indent: 24px; widows: 1;">plaza dels Àngels. Allí están madre e hijo esperando a que sea la hora conveniente para la última prueba del traje que Lucía le ha confeccionado a la señora Rovira, pero, a pesar de que Lucía ha sido puntual, la señora Rovira no está en casa y ha avisado de que se retrasará media hora. Media hora que tendrá que pasar donde buenamente pueda porque en vez de invitarla a esperar en la casa, la sirvienta le ha cerrado la puerta en las narices.</span></span></div><div style="text-align: left;"><span style="orphans: 1; text-align: justify; text-indent: 24px; widows: 1;"><span style="font-family: Garamond;"><br /></span></span></div><div style="text-align: left;"><span style="orphans: 1; text-align: justify; text-indent: 24px; widows: 1;"><span style="font-family: Garamond;">Daniel ha desaparecido y el inspector Tedesco se ve enredado en el caso, aunque no le toca. El caso pertenece a la </span></span><span style="orphans: 1; text-align: justify; text-indent: 24px; widows: 1;"><span style="font-family: Garamond;">comisaría de No</span><span style="font-family: Garamond;">u de la Rambla y Tedesco pertenece a la de Les Corts, pero la abuela del niño es Ángela, la asistenta que se encarga del inspector y de su casa desde que Fina murió. Ya ayudaba a Fina antes y el inspector se ve obligado a intervenir. Lo que no sabe es que</span></span><span style="font-family: Garamond; orphans: 1; text-align: justify; text-indent: 24px; widows: 1;"> se va a enfrentar a una dificultad añadida: el niño es autista por lo que no se puede esperar que pregunte si se ha perdido, que pida ayuda a un guardia o a cualquier viandante. </span></div><div style="text-align: left;"><span style="font-family: Garamond; orphans: 1; text-align: justify; text-indent: 24px; widows: 1;"><br /></span></div><div style="text-align: left;"><span style="font-family: Garamond; orphans: 1; text-align: justify; text-indent: 24px; widows: 1;">Mauricio Tedesco es </span></div><div style="text-align: left;"><span style="orphans: 1; text-align: justify; text-indent: 24px; widows: 1;"><span style="font-family: Garamond;"><br /></span></span></div><div style="text-align: center;"><span style="color: #990000; font-family: Garamond;"><span style="orphans: 1; text-align: justify; text-indent: 24px; widows: 1;">«</span><span style="orphans: 1; text-align: justify; text-indent: 1.5em; widows: 1;">un policía, casi un viejo policía, o un policía viejo, tanto da. Tiene sus maneras, la voz, incluso la apariencia. Es casi en todo un madero. Así lo aseguraba Fina y así ha acabado por reconocerlo Mauricio Tedesco. Pero, por mucho que lo intente, no consigue establecer la distancia emocional que el oficio exige, empatiza sin remedio. Lo sabe, lo constata a diario. Y también sabe que ya es demasiado tarde para aprender.</span></span></div><p style="text-align: center;"><span style="color: #990000; font-family: Garamond;"><span style="orphans: 1; text-align: justify; text-indent: 24px; widows: 1;">«</span><span style="orphans: 1; text-align: justify; text-indent: 1.5em; widows: 1;">Con casi treinta años de servicio a sus espaldas no sirve de mucho repetirse que Daniel no es su propio hijo, que es un niño más, uno de tantos, que sus obligaciones son las que son, que no puede hacer promesas ni milagros, que no debe esperarlos, que angustiarse no sirve de nada. Y, sobre todo, que no puede ni debe culpabilizarse si el niño no aparece o si le ocurre algo fatal, irremediable»</span>.</span></p><div><div class="MsoNormal" style="text-align: left;"><span style="font-family: Garamond;">La novela está dividida en cinco capítulos titulados Miércoles, Jueves, Viernes, Sábado y Domingo los días que van desde que Daniel desaparece hasta..., bueno, hasta que se cierra el caso. Está contada en tercera persona, pero en las distintas partes que forman cada uno de los capítulos, el narrador pone el foco en uno de los personajes que, además, da título a esa parte. Y uno de los personajes en los que recae la visión de la historia es Daniel, por lo que el lector sabe en todo momento lo que le está pasando al niño. No la calificaría de novela de intriga estrictamente hablando porque, como digo, en todo momento sabemos lo que sucede. Tan solo al final puede haber una leve incertidumbre, y no porque no sepamos lo que le está pasando a Daniel, sino porque no sabemos por qué le pasa.</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: left;"><span style="font-family: Garamond; orphans: 1; text-align: justify; text-indent: 24px; widows: 1;"><br /></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: left;"><span style="font-family: Garamond; orphans: 1; text-align: justify; text-indent: 24px; widows: 1;"><b>El miedo en el cuerpo</b> toma la desaparición de Daniel y la investigación subsiguiente </span><span style="font-family: Garamond; orphans: 1; text-align: justify; text-indent: 24px; widows: 1;">como pretexto</span><span style="font-family: Garamond; orphans: 1; text-align: justify; text-indent: 24px; widows: 1;"> para darnos un paseo por Barcelona, que bien puede ser un paseo por el mundo que nos rodea. La familia de Daniel ha sido afectada de manera drástica por la crisis económica que trajo la pandemia. El taller de confección en el que trabajaba Lucía cerró. <span style="color: #990000;">«</span></span><span style="orphans: 1; text-align: justify; text-indent: 24px; widows: 1;"><span style="font-family: Garamond;"><span style="color: #990000;">Ya no hay rutina para Lucía, ni largos viajes en metro con una novela atrapada entre los dedos, ni risas durante el almuerzo con las compañeras, ni chismorreos, y lo que es peor, ni el sueldo que recibía cada mes. Una miseria, pero un sueldo fijo al fin y al cabo»</span>. El bar en el que trabaja Antonio, su marido, puede cerrar en cualquier momento porque cada vez entran menos clientes. Por contra, Lucía tiene que soportar sin rechistar (no puede permitirse perder también esos encargos), las impertinencias de esa gente a la que las crisis enriquecen con lo que los demás pierden, como la señora Rovira <span style="color: #990000;">«</span></span></span><span style="font-family: Garamond; orphans: 1; text-align: justify; text-indent: 24px; widows: 1;"><span style="color: #990000;">—Yo no creo que después de la pandemia la gente lo pase peor, yo vivo igual, creo que se lo inventan para tener algo de que hablar»</span>.</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: left;"><span style="font-family: Garamond; orphans: 1; text-align: justify; text-indent: 24px; widows: 1;"><br /></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: left;"><span style="font-family: Garamond; orphans: 1; text-align: justify; text-indent: 24px; widows: 1;">Siguiendo a Daniel nos iremos introduciendo en zonas de la ciudad menos favorecidas donde encontraremos espacios deshabitados y medio en ruinas que sirven de cobijo a los más miserables; la casa en la que encuentra descanso tras toda una noche de trabajo una mujer que puede ser para la policía un buen testigo de lo que le sucede y por dónde anda Daniel.</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: left;"><span style="font-family: Garamond; orphans: 1; text-align: justify; text-indent: 24px; widows: 1;"><br /></span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: center;"><span style="color: #990000; font-family: Garamond; orphans: 1; text-align: justify; text-indent: 24px; widows: 1;">«</span><span style="text-align: left;"><span style="font-family: Garamond;"><span style="color: #990000;">Nada en la casa, casi completamente a oscuras, permite deducir cuál es la ocupación de su dueña. El pasillo es estrecho y lóbrego y las paredes fueron cubiertas muchos años atrás por un papel pintado que brilla de desgaste. Nada en el diminuto salón ocupado en parte por una mesa central con un tapete en diagonal, una vitrina con su juego de café y su cristalería, y una cómoda repleta de retratos, permite adivinar que Soledad Belmonte se gana la vida vendiendo unos encantos que van inexorablemente a menos»</span>.</span></span><span style="font-family: Garamond; orphans: 1; text-align: justify; text-indent: 24px; widows: 1;"> </span></div><div class="MsoNormal"><br /></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: Garamond;">También asistiremos a las andanzas de algún inmigrante que abandonó su país, Colombia, obligado por las circunstancias hace ya mucho tiempo y que no puede volver a él porque, aunque las cosas no le van aquí mejor de lo que le iban allí, si vuelve a Colombia le pueden ir aún mucho peor.</span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: inherit; font-size: large;"><br /></span></div><div class="MsoNormal"><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjkzzsLg-8eE837xaj2w-PkKx3bffVKA3TKFz1QGmexVnN4DYYMqdzKlouWnq9Mqz8tRBbl3mueyM52kAKrwVfHYLdPfGUXBgQYhW8TEOzqnNgKAkfqoNBQkCa8Bx_xnESVd8me4eGa1DGxqI-_EJD2WZsffrW7DLMGi6jlRzZ9PBXzytTJR8fOI63nGqFO/s1200/Empar-Fernandez.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="800" data-original-width="1200" height="426" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjkzzsLg-8eE837xaj2w-PkKx3bffVKA3TKFz1QGmexVnN4DYYMqdzKlouWnq9Mqz8tRBbl3mueyM52kAKrwVfHYLdPfGUXBgQYhW8TEOzqnNgKAkfqoNBQkCa8Bx_xnESVd8me4eGa1DGxqI-_EJD2WZsffrW7DLMGi6jlRzZ9PBXzytTJR8fOI63nGqFO/w640-h426/Empar-Fernandez.jpg" width="640" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="font-family: Garamond; font-size: medium;"><b>Empar Fernández</b></span></td></tr></tbody></table><br /><span style="font-family: Garamond;"><b>El miedo en el cuerpo</b> es el sexto libro que leo de Empar Fernández y, para mí, es su mejor novela de las que he leído, porque aún me quedan varias. El recorrido por Barcelona y las situaciones que nos vamos encontrando en ese recorrido; un final que nos pone ante las contradicciones de un mundo en el que la pelea por sobrevivir y mantener a la familia puede llevar a cosas con las que uno nunca hubiera soñado; la sensibilidad con la que se trata el autismo del niño, el cómo se enfrentan a él los padres desde la perplejidad, y su maestra desde la especialización y la experiencia; todo ello hace de esta novela un amplio estudio de personajes y situaciones que me ha dejado muy buen sabor de boca y muchas ganas de seguir leyendo lo que me falta de la autora que es bastante.</span></div><div class="MsoNormal"><br /></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: Garamond;">Otras novelas que he leído de Empar Fernández:</span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: Garamond;">"<b><a href="https://elblogdelafabula.blogspot.com/2016/09/la-mujer-que-no-bajo-el-avion-empar.html" target="_blank">La mujer que no bajó del avión</a></b>"</span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: Garamond;">"<b><a href="https://elblogdelafabula.blogspot.com/2017/04/sin-resena-i.html" target="_blank">La última llamada</a></b>"</span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: Garamond;">"<b><a href="https://elblogdelafabula.blogspot.com/2018/10/sin-resena-xi.html" target="_blank">Maldita verdad</a></b>"</span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: Garamond;">"<b><a href="https://elblogdelafabula.blogspot.com/2020/02/irina-empar-fernandez.html" target="_blank">Irina</a></b>"</span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: Garamond;">"<b><a href="https://elblogdelafabula.blogspot.com/2022/11/tres-eran-tres-21.html" target="_blank">Será nuestro secreto</a></b>"</span></div><div class="MsoNormal"><br /></div><div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Garamond; font-size: medium;"><b>Título del libro: </b>El miedo en el cuerpo<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Garamond; font-size: medium;"><span><b>Autora: </b>Empar Fernández</span><br />
<span><b>Nacionalidad:</b> España</span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Garamond; font-size: medium;"><b>Editorial: </b>Alrevés<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Garamond; font-size: medium;"><b>Año de publicación: </b>2023<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Garamond; font-size: medium;"><b>Año de publicación original:</b> 2023<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Garamond; font-size: medium;"><b>Nº de páginas: </b>304</span><o:p></o:p></div>
<br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhNRVvbstb0eAGGH-wcc-8VLFE2XLlQaLvljUv2u5ar01Q7qDXLVqo_1oXbPQ7ori2NFqs5Jv9u3i8s0ZypCvkqGXxlyuO8-ypEjLsRgNcEs44ktKQA6edPWH7A-7ws9uORiSgJCUpj-rMgnZh8u1rumIgVyOipaT9yQY3rQk_bpeQvSL4qD2kzamobENWk/s739/Imagen55.png" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="142" data-original-width="739" height="122" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhNRVvbstb0eAGGH-wcc-8VLFE2XLlQaLvljUv2u5ar01Q7qDXLVqo_1oXbPQ7ori2NFqs5Jv9u3i8s0ZypCvkqGXxlyuO8-ypEjLsRgNcEs44ktKQA6edPWH7A-7ws9uORiSgJCUpj-rMgnZh8u1rumIgVyOipaT9yQY3rQk_bpeQvSL4qD2kzamobENWk/w640-h122/Imagen55.png" width="640" /></a></div>Rosa Berros Canuriahttp://www.blogger.com/profile/14919887931785201154noreply@blogger.com26tag:blogger.com,1999:blog-5705397617957177167.post-84912071696938723712024-01-10T10:28:00.004+01:002024-01-20T17:05:50.219+01:00Serendipia recomienda 2024<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgGKICYir-n6vTAqJh53BmRRFnWj2m5OjUvkXHwPy3b60KPuZzJwV6lNx1UJH_JYWBIeoNCcA7vhF_8JxCTtf4BBT39az4NvxlMzWrfvUWbgN0hrDnjnNAJbvbcyj-Qr3yZTW0xOOa6RBQjHu4_DlMaZGDcWBJ2xotzx0j45psYRW_QiYX7MMKFH6prOZdA/s768/Serendipia-Recomienda-2024-768x512.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="512" data-original-width="768" height="426" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgGKICYir-n6vTAqJh53BmRRFnWj2m5OjUvkXHwPy3b60KPuZzJwV6lNx1UJH_JYWBIeoNCcA7vhF_8JxCTtf4BBT39az4NvxlMzWrfvUWbgN0hrDnjnNAJbvbcyj-Qr3yZTW0xOOa6RBQjHu4_DlMaZGDcWBJ2xotzx0j45psYRW_QiYX7MMKFH6prOZdA/w640-h426/Serendipia-Recomienda-2024-768x512.jpg" width="640" /></a></div><div><br /></div><div class="MsoNormal"><div><div class="separator" style="clear: both;"><span style="font-family: EB Garamond;">De nuevo y por cuarto año consecutivo participo en el reto <b>Serendipia recomienda</b>. La iniciativa parte de Mónica Gutiérrez Artero la administradora del blog <b><a href="https://monicagutierrezartero.com/" target="_blank">Serendipia</a> </b>y escritora a su vez con varias novelas publicadas. Es uno de los retos que más me gusta porque siempre me hace descubrir obras y autores que ya se quedan conmigo para siempre.</span></div><div class="separator" style="clear: both;"><span style="font-family: EB Garamond;"><br /></span></div><div class="separator" style="clear: both;"><span style="font-family: EB Garamond;">El reto, como ya es habitual, consiste en que cada participante recomiende tres libros de los que haya leído y reseñado en su blog durante el año anterior, en este caso, durante 2023 y, además, lea tres de los libros recomendados por otros participantes. No deben ser libros muy famosos ya que se trata de dar a conocer autores y libros a otros lectores que pudieran estar interesados, cosa que no se consigue recomendando libros o autores muy conocidos.</span></div><div class="separator" style="clear: both;"><span style="font-family: EB Garamond;"><br /></span></div><div class="separator" style="clear: both;"><span style="font-family: EB Garamond;">El reto consta de varias etapas:</span></div><div class="separator" style="clear: both;"></div><ul><li><span style="font-family: EB Garamond;">En la primera, de la que hay plazo hasta el 20 de enero de 2024, se hará una entrada como esta que estoy haciendo en la que se recomendarán tres libros que se hayan leído y reseñado durante 2023, y se pondrán los enlaces a las reseñas respectivas. </span></li><li><span style="font-family: EB Garamond;">En la segunda etapa, tras la publicación en el blog de Mónica de todos los libros recomendados por los participantes, se elegirán tres de esos libros. </span></li><li><span style="font-family: EB Garamond;">Después, una vez elegidos los tres libros, se actualizará esta entrada añadiendo las tres novelas escogidas. </span></li><li><span style="font-family: EB Garamond;">A medida que se vayan leyendo, se actualizará la entrada añadiendo los enlaces a las reseñas.</span></li></ul><div class="separator" style="clear: both;"><span style="font-family: EB Garamond;">Os dejo el enlace para que leáis las bases en la propia iniciativa original de <b><a href="https://monicagutierrezartero.com/reto-serendipia-recomienda-2024/" target="_blank">Serendipia</a></b>.</span></div><div class="separator" style="clear: both;"><span style="font-family: EB Garamond;"><br /></span></div><div class="separator" style="clear: both;"><span style="font-family: EB Garamond;">Por si a alguien le interesa ver qué libros recomendé y qué libros escogí de los recomendados por otros participantes, <b><a href="https://elblogdelafabula.blogspot.com/2023/01/de-nuevo-y-por-cuarto-ano-consecutivo.html" target="_blank">aquí</a></b> dejo la entrada en mi blog del reto de 2023.</span></div><div class="separator" style="clear: both;"><span style="font-family: EB Garamond;"><br /></span></div><div class="separator" style="clear: both;"><span style="font-family: EB Garamond;">De momento, en la primera fase, para el reto de 2024 yo recomiendo estos tres libros leídos en 2023:</span></div><div class="separator" style="clear: both;"></div><ul><li><span style="font-family: Garamond;">"<b><a href="https://elblogdelafabula.blogspot.com/2023/10/una-temporada-en-el-purgatorio-dominick.html" target="_blank">Una temporada en el purgatorio</a></b>" de Dominick Dunne. Es una magnífica novela ambientada durante los años que van de 1972 a 1993. Trata de una familia rica y sus miserias vistas desde la óptica de un amigo que no pertenece a su clase. Recuerda, y se las menciona, a otras dos novelas igual de buenas, aunque ambientadas en las primeras décadas del siglo XX. Me refiero a <b style="background-color: #; color: #212121;">El gran Gatsby</b><span style="color: #212121;"> de Francis Scott Fitzgerald y </span><b style="color: #212121;">Retorno a Brideshead</b><span style="color: #212121;"> de Evelyn Waugh. </span></span></li><li><span style="font-family: Garamond;"><span style="color: #212121;">"<b><a href="https://elblogdelafabula.blogspot.com/2023/04/el-corazon-de-yamato-aki-shimazaki.html" target="_blank">El corazón de Yamato</a></b>" de Aki Simazaki. Se trata de uno de los quintetos de la autora. Reúne cinco relatos cortos, pero</span></span><span style="font-family: "EB Garamond"; orphans: 1; text-indent: 1em;"> todos unidos por finos hilos que hay que ir tejiendo hasta conseguir el precioso tapiz que todos juntos conforman. Los personajes principales de uno aparecen como secundarios en otro, las historias que se cuentan en algunos se complementan en otros y el resultado es que, si bien todos ellos tienen entidad propia como novelas cortas, cada uno se enriquece de lo que narran los demás. </span></li><li><span style="font-family: Garamond;"><span style="color: #212121;">"<b><a href="https://elblogdelafabula.blogspot.com/2023/04/tres-eran-tres-25.html" target="_blank">Me llamaré Silver Stardust</a></b>" de Nuria M. Deaño. Como ya hice en la reseña, utilizaré lo que en la contracubierta del libro dice de él la editorial: «</span></span><em style="color: #0b5394; font-family: "EB Garamond"; text-align: justify; text-indent: 24px;">Me llamaré Silver Stardust</em><span style="color: #0b5394; font-family: "EB Garamond"; text-align: justify; text-indent: 24px;"> es una novela deslumbrante, inesperada, un descubrimiento literario que equilibra con maestría la nostalgia, la ternura y la compasión; que retrata el Madrid de los setenta y de los noventa sin dulcificarlo ni regodearse en el costumbrismo; con unos personajes que están vivos, que son reales y creíbles. Tanto que no dejan nunca de perder. Suerte que su autora logra la proeza de conseguir, de alguna manera, salvarlos a todos»</span></li></ul><div class="separator" style="clear: both;"><span style="font-family: EB Garamond;">Son tres de los catorce libros que más me han gustado este año. Espero que a alguien le sirvan para descubrir a un gran autor o una gran historia. Me ha costado mucho elegir esas catorce lecturas, que tenéis en la columna de la izquierda en una galería de fotos deslizante. He leído mucho y muchas cosas muy buenas, por lo que reducirlas a catorce ha sido difícil, pero en algún sitio hay que poner el límite y tengo debilidad por el catorce.</span></div></div><div class="separator" style="clear: both;"><span style="font-family: EB Garamond;"><br /></span></div><div class="separator" style="clear: both;"><span style="font-family: EB Garamond;">Y los libros que he elegido leer de todos los recomendados en el reto son:</span></div></div><span style="font-family: EB Garamond;"><ol style="text-align: left;"><li>"<b>La princesa de Buchenwald</b>" de Ana Andreu Baquero. Recomendado por Undine en su blog, <a href="https://elblogdejcgc.blogspot.com/2024/01/reto-serendipia-recomienda-2024.html" target="_blank">Las lecturas de Undine</a>. </li><li>"<b>Ethan Frome</b>" de Edith Wharton. Recomendado por Marta Navarro en su blog <a href="https://cuentosvagabundos.blogspot.com/2024/01/reto-serendipia-recomienda-2024.html" target="_blank">Cuentos vagabundos</a>.</li><li><span style="font-family: EB Garamond;">"<b>Juego y distracción</b>" de James Salter. Recomendado por Juan Carlos Galán en su blog, <a href="https://elblogdejcgc.blogspot.com/2024/01/reto-serendipia-recomienda-2024.html" target="_blank">El blog de Juan Carlos</a>.</span></li></ol></span><div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjzunLzNuE8DmKizIf0Pm15py7idANeCreezIIPJWSr27G_BOfTsTAM7nmjyIozdVx9d0sg7B9TWZmIt5Mr3rpIm5Z3-6P5wn5wZ6zys2G5T_fw0KhqUsHh-CgBxju4f1Kcu_NGQjLpF23SWBNR0BWcoPvmVSbgPoE2SNAYHyz6mTWY3cIGGRjb-NRoenZO/s1560/Imagen78.png" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="566" data-original-width="1560" height="232" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjzunLzNuE8DmKizIf0Pm15py7idANeCreezIIPJWSr27G_BOfTsTAM7nmjyIozdVx9d0sg7B9TWZmIt5Mr3rpIm5Z3-6P5wn5wZ6zys2G5T_fw0KhqUsHh-CgBxju4f1Kcu_NGQjLpF23SWBNR0BWcoPvmVSbgPoE2SNAYHyz6mTWY3cIGGRjb-NRoenZO/w640-h232/Imagen78.png" width="640" /></a></div></div>Rosa Berros Canuriahttp://www.blogger.com/profile/14919887931785201154noreply@blogger.com14tag:blogger.com,1999:blog-5705397617957177167.post-68122989226281439142024-01-05T10:18:00.001+01:002024-01-05T10:39:37.474+01:00"Una mujer inoportuna" Dominick Dunne<div style="border-color: rgb(238, 191, 32); border-style: inset; border-width: 10px; padding: 10px;"><p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;"><span style="color: #d6ab18; font-family: Caveat; font-size: xx-large;">Con el tiempo,
acabó siendo vilipendiado y deshonrado; el arzobispo Cooning le denunció desde
el púlpito de Santa Vibiana como un pervertido, y las palabras del arzobispo se
esparcieron por la tierra. Pero antes de la deshonra y del vilipendio, Jules
Mendelson se encontraba, al menos en apariencia, en la cima del mundo: tenía un
aspecto impresionante, una magnífica esposa y era admirado de la forma en que
los muy ricos son admirados en América.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;"><span style="color: #d6ab18; font-family: Caveat; font-size: xx-large;">Clouds, la finca
de los Mendelson que domina Los Ángeles desde su imponente cumbre, permanece
deshabitada pero cuidada, a pesar de que los enormes portalones de hierro que
en su día flanquearon la entrada de una residencia ducal en Wiltshire están
descoyuntados, sus bisagras desenjacadas por vándalos. El guarda a cargo ha
reforzado los portones con tablas de madera contrachapada para disuadir a los
curiosos de mirar dentro; pero, aunque pudieran hacerlo, no verían nada de la
casa ni de los jardines, ya que, a una decena de metros, el camino gira
bruscamente a la derecha. El invernadero de Pauline Mendelson, donde cultivaba
sus orquídeas, ha caído en el abandono, pero las perreras aún se mantienen en
pie, y una jauría de perros guardianes patrulla el terreno por la noche, como
siempre.</span><o:p></o:p></p></div>
<b></b>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg3A3Ml-Z5exOVHuZPHQ1A-dzJiBugi4dsZGAmk9wBhI2n5QfBwOaw8cm0MEcQluay9KC0zhMfymaNyUkLyi4PITEuzFAQ9siwPlbmXQ4fALI5impHH1wX99XCKrydQXY6I3gsVffLzW7Zrzw_ocq-BHNE6F1J-z8c_eN5-jjtCHblJq3pkjwfcgzS3pzqB/s2362/237.jpg" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="2362" data-original-width="1474" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg3A3Ml-Z5exOVHuZPHQ1A-dzJiBugi4dsZGAmk9wBhI2n5QfBwOaw8cm0MEcQluay9KC0zhMfymaNyUkLyi4PITEuzFAQ9siwPlbmXQ4fALI5impHH1wX99XCKrydQXY6I3gsVffLzW7Zrzw_ocq-BHNE6F1J-z8c_eN5-jjtCHblJq3pkjwfcgzS3pzqB/w250-h400/237.jpg" width="250" /></a></div><span style="font-family: Garamond;">El inicio de <b>Una mujer inoportuna</b> nos cuenta el declive de Jules Mendelson y de su impresionante casa en lo alto de una de las colinas de Loa Ángeles. En el resto de la historia regresaremos al pasado para ver cómo se llevó a cabo esa caída desde lo más alto. No cayó sin embargo Pauline. Pauline es una superviviente en cualquier situación. Si en el pasado estuvo casada con un hombre inferior en fortuna a Jules, desde el futuro la veremos casada con alguien más rico y con solera noble. Y es que a Pauline la elegancia y la capacidad para renacer entre las cenizas del desastre le viene de cuna. </span><div><span style="font-family: Garamond;"><span style="color: #990000;"><br /></span></span></div><div><div style="text-align: center;"><span style="color: #990000; font-family: Garamond;">«Es probable que nadie se haya comportado con tanta dignidad ante un escándalo como Pauline Mendelson. Todo el mundo está de acuerdo en eso. Mantuvo la cabeza alta y no invitó ni a la lástima ni al escarnio. La ciudad, o esa parte de la ciudad con la que se relacionaban, estaba arrebatada por la emoción. No había ocurrido nada tan apasionante en años, salvo entre la gente del cine, y nadie que conocieran se veía con la gente del cine»</span><span style="font-family: Garamond;">.</span></div><div><span style="font-family: Garamond;"><br /></span></div><div style="text-align: left;"><span style="font-family: Garamond;">Pero no nos adelantemos. La historia empieza en los inicios de los noventa. Jules y Pauline reinan entre la sociedad elegante de Loa Ángeles, la que no tiene ninguna relación con el cine a cuyos representantes desprecian. En sus fiestas jamás hay representantes del mundo de Hollywood. Tampoco se permite la entrada a </span><span style="text-align: justify; text-indent: 32px;"><span style="font-family: Garamond;">Cyril Rathbone, el cronista de las miserias y grandezas sociales en el </span></span><span style="font-family: Garamond;"><i>Mulholland</i>, en cuya columna se cuentan las mejores y más jugosas semblanzas sobre las fiestas de todo el que es alguien en la ciudad... excepto las fiestas de los Mendelson en cuya casa jamás ha entrado. Y con una fiesta espectacular empieza en realidad la novela. Y veremos esa fiesta desde los ojos de </span><span style="text-align: left;"><span style="font-family: Garamond;">Philip Quennell, un escritor recién llegado de Nueva York con el encargo de escribir un guion. De momento Philip acaba de publicar un libro que ha resultado bastante escandaloso. <span style="color: #990000;">«</span></span></span><span style="font-family: Garamond;"><span style="color: #990000;">Fue en una de esas fiestas como el joven Philip Quennell entró en la órbita de la conocida pareja. A Pauline le gustaba invitar a escritores y artistas a su casa para que se mezclaran con sus amigos de las altas esferas»</span>.</span></div><div><span style="font-family: Garamond;"><br /></span></div><div><span style="font-family: Garamond;"><span>Esa noche Philip termina en la cama de una de las mejores amigas de Pauline, </span><span style="text-align: justify; text-indent: 32px;"><span>Camilla Ebury</span></span><span style="text-align: justify; text-indent: 32px;">.</span><span style="text-align: justify; text-indent: 32px;"><span> A la mañana siguiente Camilla recibe el aviso de que durante la noche han asesinado a su tío, </span></span><span style="text-align: justify; text-indent: 32px;"><span>Hector Paradiso, otra de las almas de cualquier fiesta que se precie, amigo íntimo de Pauline y que, por supuesto, había asistido a la fiesta la noche anterior. Philip acompaña a Camilla hasta el domicilio del difunto </span></span><span>y es así como se ve mezclado en los asuntos de un mundo que cada vez le irá repeliendo más. Un mundo elitista, cerrado sobre sí mismo, en el que, muy de tarde en tarde, se da cabida a algún miembro ajeno siempre y cuando mantenga un comportamiento adecuado y una lealtad sin límite. Y aun así, siempre estará en la cuerda floja, como un advenedizo a punto de caer y estrellarse.</span></span></div><div><span style="font-family: Garamond;"><br /></span></div><div style="text-align: center;"><span style="color: #990000;"><span style="font-family: Garamond;"> «</span><span style="font-family: Garamond;">Somos unos doscientos o trescientos y cenamos juntos en combinaciones aleatorias; rara vez ampliamos el círculo y rara vez leerá sobre nosotros en los periódicos —sonrió casi como excusándose e hizo un gesto de resignación.</span></span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: Garamond;"><span style="color: #990000;">—Siga. Estoy fascinado —dijo Philip.</span></span></div><div style="text-align: center;"><span style="color: #990000; font-family: Garamond;">—Bueno, nunca nos mezclamos con los del cine, y solo en ocasiones con la gente de Pasadena, dejando a un lado las recepciones oficiales o actos benéficos, como en museos o en el Music Centre. No digo que esté bien, pero es como es y como siempre ha sido. Si quiere saber la verdad, me encantaría conocer a algunas estrellas del celuloide.</span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: Garamond;"><span style="color: #990000;">Philip sonrió. Camilla miró a Philip y vio que le prestaba toda su atención. Se acercó a él y bajó la voz.</span></span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: Garamond;"><span style="color: #990000;">—Ahora que lo menciona, creo que en un principio sí había un motivo para esta fiesta. Todos pensábamos que esta noche se anunciaría que Jules va a ser enviado por el presidente a Bruselas para encabezar la delegación americana durante la fundación de la Unión Europea. Significaría estar allí todo 1993, al menos, y Pauline lo está deseando. Habla un francés perfecto y creo que a veces se aburre aquí»</span>.</span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: Garamond;"><br /></span></div><div style="text-align: left;"><span style="font-family: Garamond;"><span>Un comienzo luminoso que se irá ensombreciendo con la muerte de Hector y todo lo que se destapó a partir de ella. Porque aunque Pauline no lo sabía aún, otros advenedizos, menos amables y dispuestos a colaborar que Philip, se han ido introduciendo de forma silenciosa en ese mundo que ella trata de mantener a toda costa intacto y limpio. Y así nos encontramos con personajes diversos: Flo March, aspirante a actriz y encumbrada a un ambiente que no le pertenece por mor de su amante; Lonny Edge, una estrella del porno y chapero en ratos libres para completar sus ingresos; Arnie Zwillman, un mafioso que entra en el mundo de los Mendelson de la mano de Kippie, el hijo de Pauline de su primer matrimonio. A ellos hay que añadir al cronista de sociedad, Cyril Rathbone, y a la crítica literaria, Hortense Madden, los dos a sueldo del </span><i>Mulholland. </i></span></div><div style="text-align: left;"><i><span style="font-family: Garamond;"><br /></span></i></div><div style="text-align: left;"><span style="font-family: Garamond;"><span>Poco a poco, la chusma del exterior irá invadiendo el paraíso de Pauline que terminará huyendo a otros paraísos en los que olvidar el pasado. </span><span style="color: #990000;">«<span style="text-align: justify; text-indent: 32px;">La gente dice que todo rastro de su vida como esposa de Jules Mendelson ha sido eliminado por completo, y que en su nueva vida no está para nadie que la conociera de Los Ángeles, ni siquiera para Rose Cliveden, y sabe Dios que si alguien era buena amiga de Pauline Mendelson esa era Rose Cliveden»</span></span><span style="text-align: justify; text-indent: 32px;">.</span></span></div><div><span style="font-family: Garamond;"><br /></span></div><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiclFvW_ZbnKFInPvt_yd-jvawHEuMxE-nBU9G5ulajddmfMjfbLDV9kBhLjDsfMFOvADWJpreHQn1hbwpyhRU-k-8RHDL5YRokMmtl85K9Kea5Mv9g_4wAgFvfPAKrgHmVvCWOt0FeSZjyBWhv8pqkNaSVwg8rJczaEcntpOji4yMXGfkPCn8JWswcJvp4/s1385/Dunne.png" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><span style="font-family: Garamond;"><img border="0" data-original-height="785" data-original-width="1385" height="362" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiclFvW_ZbnKFInPvt_yd-jvawHEuMxE-nBU9G5ulajddmfMjfbLDV9kBhLjDsfMFOvADWJpreHQn1hbwpyhRU-k-8RHDL5YRokMmtl85K9Kea5Mv9g_4wAgFvfPAKrgHmVvCWOt0FeSZjyBWhv8pqkNaSVwg8rJczaEcntpOji4yMXGfkPCn8JWswcJvp4/w640-h362/Dunne.png" width="640" /></span></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="font-family: Garamond; font-size: medium;"><b>Dominick Dunne</b></span></td></tr></tbody></table><span style="font-family: Garamond;"><br /></span><div><span style="font-family: Garamond;">En <b><a href="https://elblogdelafabula.blogspot.com/2023/10/una-temporada-en-el-purgatorio-dominick.html" target="_blank">Una temporada en el purgatorio</a></b>, Dominick Dunne nos mete en la vida de una familia rica de irlandeses católicos de la Costa Este. Una vida vista también por un personaje venido de fuera, un advenedizo al que se admite mientras es dócil y sirve a los intereses del clan. De la misma forma, en <b>Una mujer inoportuna</b>, salta al otro extremo del país y a veinte años después, para meter a otro extraño en un mundo que no le corresponde. Y es todo un acierto, porque nadie como un extraño para percatarse de las características de esos ambientes tan exclusivos, analizarlas y contárnoslas en maravillosas novelas. Como ya comenté en mi reseña de <b>Una temporada en el purgatorio</b>, se nota la influencia de dos grandes novelas que no podemos dejar de evocar mientras leemos a Dunne. Se trata de <b>El gran Gatsby</b> y <b>Retorno a Brideshead</b>. No se refiere a ellas el autor en la novela que hoy me ocupa, pero sí que lo hacía en <b>Una temporada en el purgatorio</b>. Y como ya hiciera en la reseña de ésta, recomiendo leer a Dominick Dunne. Lo he disfrutado mucho.</span></div><div>
<br />
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Garamond; font-size: medium;"><b>Título del libro: </b>Una mujer inoportuna<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Garamond; font-size: medium;"><span><b>Autor: </b>Dominick Dunne<o:p></o:p></span><br />
<span><b>Nacionalidad: </b>Estados Unidos</span><br />
<span><b>Título original:</b> </span></span><span style="font-family: Garamond; font-size: medium;">An inconvenient woman</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Garamond; font-size: medium;"><b>Traducción:</b> <o:p></o:p></span><span style="font-family: Garamond; font-size: medium;">Pablo Mediavilla Costa</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Garamond; font-size: medium;"><b>Editorial: </b>Asteroide<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Garamond; font-size: medium;"><b>Año de publicación:</b> 2019<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Garamond; font-size: medium;"><b>Año de publicación original: </b>1990<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Garamond; font-size: medium;"><span><b>Nº de páginas: </b>592</span><o:p></o:p></span></div>
<br /></div></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi6Be15xZQtgRvuxL30or8pt9RDHgmAJ5ojWOjJL6BEztEgKMOTdWLZYovBnKOSX1HQNtUo3m3sVR7AcoPCfRMDterO6qRJis6TfR8MYFIma9iB-vikURdtm6blIP9Wze2YXLKwL4MLlGgJQt7rWngPXlFkXOFOlt4LY4Sj0u-UoygLZiGWDy1EjxhqwI9e/s1253/Imagen132.png" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="322" data-original-width="1253" height="164" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi6Be15xZQtgRvuxL30or8pt9RDHgmAJ5ojWOjJL6BEztEgKMOTdWLZYovBnKOSX1HQNtUo3m3sVR7AcoPCfRMDterO6qRJis6TfR8MYFIma9iB-vikURdtm6blIP9Wze2YXLKwL4MLlGgJQt7rWngPXlFkXOFOlt4LY4Sj0u-UoygLZiGWDy1EjxhqwI9e/w640-h164/Imagen132.png" width="640" /></a></div>Rosa Berros Canuriahttp://www.blogger.com/profile/14919887931785201154noreply@blogger.com24tag:blogger.com,1999:blog-5705397617957177167.post-28966004140779462642024-01-01T10:21:00.005+01:002024-02-02T09:35:03.417+01:00Feliz y literario 2024<div class="MsoNormal"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgbx3wilUSP5yj35upZrVvoLGr9CDSH0cQihXXxFH1Xqm41lT17KezF_u3w77PuPouUIpeICM3dz5c8Ql3fGxocwNuF3DqXGX1t7Qeez0BI7UAqPaE_u5DHrBRR9-qcKbh7Ghxd5v_P-bDEjE4ig9vMjQpAga3iA3WGpoFFHZkY5607tnKO5IygCtqaMRiF/s1920/Feliz%20a%C3%B1o%20literario.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1080" data-original-width="1920" height="360" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgbx3wilUSP5yj35upZrVvoLGr9CDSH0cQihXXxFH1Xqm41lT17KezF_u3w77PuPouUIpeICM3dz5c8Ql3fGxocwNuF3DqXGX1t7Qeez0BI7UAqPaE_u5DHrBRR9-qcKbh7Ghxd5v_P-bDEjE4ig9vMjQpAga3iA3WGpoFFHZkY5607tnKO5IygCtqaMRiF/w640-h360/Feliz%20a%C3%B1o%20literario.jpg" width="640" /></a></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: left;"><div class="separator" style="clear: both;"><div><span style="font-family: EB Garamond;">Una vez más, cómo ya es habitual en el blog, recibimos el nuevo año, 2024, con la lista de los libros leídos a lo largo de 2023. Este año me he quedado en 134 libros lo que supone seis libros menos que en 2022. Y, al igual que en 2022,</span><span style="font-family: "EB Garamond";"> me ha sido imposible hacer entrada de todos ellos por lo que este año también algunas de mis lecturas se han quedado sin aparecer en el blog. </span></div><div><span style="font-family: EB Garamond;"><br /></span></div><div><span style="font-family: "EB Garamond";">Respecto a los retos, este año he participado en tres y los tres se han superado con éxito. Dos son ya tradicionales y son: <i><a href="https://monicagutierrezartero.com/reto-serendipia-recomienda-2023/" target="_blank">Serendipia recomienda 2023</a>, </i>de </span><span style="font-family: "EB Garamond";">Mónica Gutiérrez Artero en su blog <i>Serendipia</i> y <a href="http://www.lecturapolis.com/2023/01/reto-autores-de-la-a-la-z-edicion-2023.html" target="_blank">Autores de la A a la Z</a>, de Marisa G. en su blog <i>Lecturápolis</i>. Este año, además, me he apuntado por primera vez al reto <i><a href="https://mibibliotecaromantica.blogspot.com/2022/12/retos-mi-biblioteca-romantica-para-2023.html" target="_blank">Doce libros pendientes de mi biblioteca</a>, </i></span><span style="font-family: "EB Garamond";">de Serena en su blog</span><span style="font-family: "EB Garamond";"> </span><span style="font-family: "EB Garamond";"><i>Mi biblioteca romántica</i></span><span style="font-family: "EB Garamond";">. </span><span style="font-family: "EB Garamond";">Dejo debajo los enlaces a dichas entradas en</span><span style="font-family: "EB Garamond";"> </span><i style="font-family: "EB Garamond";">Cuéntame una historia</i><span style="font-family: "EB Garamond";"> </span><span style="font-family: "EB Garamond";">por si alguien tiene interés en saber cuáles fueron los libros participantes en el reto.</span></div><div><br /></div><div><span style="font-family: EB Garamond;"><span><a href="https://elblogdelafabula.blogspot.com/2023/01/de-nuevo-y-por-cuarto-ano-consecutivo.html" target="_blank">Serendipia recomienda 2022</a></span></span></div><div><span style="font-family: EB Garamond;"><span><a href="https://elblogdelafabula.blogspot.com/2023/01/autores-de-la-a-la-z-2023.html" target="_blank">Autores de la A a la Z 2022</a></span></span></div><div><span style="font-family: EB Garamond;"><a href="https://elblogdelafabula.blogspot.com/2023/01/reto-doce-libros-pendientes-de-tu.html" target="_blank">Doce libros pendientes de mi biblioteca</a></span></div><div><br /></div><div><span style="font-family: EB Garamond;">También me he apuntado a la iniciativa de Facebook <a href="https://elblogdelafabula.blogspot.com/2023/01/tarro-libros-2023.html" target="_blank">Tarro Libros 2023</a>. Ha sido el </span><span style="color: #212121; font-family: "EB Garamond";">séptimo año consecutivo que participo en esta iniciativa de Carmen Forján, del blog "</span><b style="color: #212121; font-family: "EB Garamond";"><a href="http://carmenyamigos.blogspot.com/" target="_blank">Los libros de Carmen y amig@s</a></b><span style="color: #212121; font-family: "EB Garamond";">". No es un reto estrictamente hablando. Consiste en guardar un euro en un tarro por cada libro que se lee y gastar ese dinero en libros. Yo iré gastando los 134 euros de 2023 a lo largo de 2024 en libros especiales que, por la razón que sea, me parezca que deben pagarse con ese dinero, porque gastar, gastaré mucho más lógicamente. </span></div><div><span style="color: #212121; font-family: "EB Garamond";"><br /></span></div><div><span style="color: #212121; font-family: "EB Garamond";">Este año ha hecho también alguna estadística sencilla: He contabilizado, por primera vez, si el libro estaba escrito por un autor o una autora. También he tenido en cuenta el continente de origen del autor y si el libro es actual o clásico, considerando clásicos los publicados antes de 1980.</span></div><div><span style="color: #212121; font-family: "EB Garamond";"><br /></span></div><div><span style="color: #212121; font-family: "EB Garamond";"><b>Género del autor </b>(hay que tener en cuenta que hay dos libros escritos a dos manos y cada uno lo está por un hombre y una mujer. Por eso si sumáis no salen las cuentas)</span></div><div><span style="color: #212121; font-family: "EB Garamond";"><br /></span></div><div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEitA_hMz0unGoWrY1rvAQUSygfK8uzIuLK0JaGxC59mSkIGsI_a-1JGdLK8Bj6UfoGd9DrPRd8f6C604QCbCr0bf1umP-3DBkQn1v8gtUon8wnyrboRVlJMuAiRtsReicWpxpJa6jV5xzC93WRj1R5auR1gEQHSH_IEQ__JNdzVFag_rg6C9ggatS6UngO3/s1653/G%C3%A9nero%20bueno.png" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="993" data-original-width="1653" height="384" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEitA_hMz0unGoWrY1rvAQUSygfK8uzIuLK0JaGxC59mSkIGsI_a-1JGdLK8Bj6UfoGd9DrPRd8f6C604QCbCr0bf1umP-3DBkQn1v8gtUon8wnyrboRVlJMuAiRtsReicWpxpJa6jV5xzC93WRj1R5auR1gEQHSH_IEQ__JNdzVFag_rg6C9ggatS6UngO3/w640-h384/G%C3%A9nero%20bueno.png" width="640" /></a></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><span style="font-family: Garamond;"><b>Clásico</b> (anterior a 1980) <b>o actual</b>.</span></div><div><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEju-fvFEtqMXXuSrstiKBIJKHoDTSQzCvrNYHLuuD285ri7W47O_Kon1gJcbii9G4F_xgu_5fw3fIg7U0uSNd_QrzPTCvmCVQWBUiLWmkf7lCE-BJ5kcyWVfThQutaSJJptloXW9f_BA4NBUxwfxNBTljrLXfoUGE8NiCERPJ2tOkqFTOArslK5s6JeRJVr/s1653/%C3%A9poca%20bueno.png" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="993" data-original-width="1653" height="384" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEju-fvFEtqMXXuSrstiKBIJKHoDTSQzCvrNYHLuuD285ri7W47O_Kon1gJcbii9G4F_xgu_5fw3fIg7U0uSNd_QrzPTCvmCVQWBUiLWmkf7lCE-BJ5kcyWVfThQutaSJJptloXW9f_BA4NBUxwfxNBTljrLXfoUGE8NiCERPJ2tOkqFTOArslK5s6JeRJVr/w640-h384/%C3%A9poca%20bueno.png" width="640" /></a></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><div><span style="font-family: Garamond;"><b>Continente de origen del autor</b>. Los norteamericanos los separo en canadienses (este año no he leído ninguno) y estadounidenses.</span><br /><span style="color: #212121; font-family: "EB Garamond";"><br /></span></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiTP-JfjGsUtY_JlOC1asC6m2JNbI1mPmO59bEA3QFWsv9KC3aytNHP7yVpNIHTXK4pvh6HXqrmk3Uxh4jbXdOLlA4_qUi0EgSzGC0YbJHo0Gs4m5WUMMYiKBUsvUSd4z8dkHNKDkRv1Pzdv7CtEFQ-RRDTsTN5bsdsF2U9LBbnVMXgw84gZzZRvWGmwFr0/s2123/nacionalidad%20bueno.png" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1485" data-original-width="2123" height="448" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiTP-JfjGsUtY_JlOC1asC6m2JNbI1mPmO59bEA3QFWsv9KC3aytNHP7yVpNIHTXK4pvh6HXqrmk3Uxh4jbXdOLlA4_qUi0EgSzGC0YbJHo0Gs4m5WUMMYiKBUsvUSd4z8dkHNKDkRv1Pzdv7CtEFQ-RRDTsTN5bsdsF2U9LBbnVMXgw84gZzZRvWGmwFr0/w640-h448/nacionalidad%20bueno.png" width="640" /></a></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><div><div><span style="font-family: Garamond;">Español: <b>62</b></span></div><div><span style="font-family: Garamond;">Europa: <b>28</b></span></div><div><span style="font-family: Garamond; text-align: center;">E</span><span style="font-family: Garamond; text-align: center;">stadounidense: <b>24</b></span></div><div><span style="font-family: Garamond; text-align: center;">Sudamericano: <b>13</b></span></div><div><span style="font-family: Garamond; text-align: center;"><span>Asiático: <b>3</b></span><br /></span></div><div><span style="font-family: Garamond; text-align: center;"><span>Australiano: <b>2</b></span></span></div><div><span style="font-family: Garamond; text-align: center;">Africano: <b>1</b></span></div><div><br /></div></div><div><span style="font-family: EB Garamond;">Aquí debajo os dejo todas las lecturas de este año junto a las imágenes que diseñé para <i>Tarro-Libros 2023</i> y que publico cada mes en el grupo de Facebook. También he seleccionado los catorce libros que me han parecido mejores entre los de 2023.</span><span style="font-family: EB Garamond;"> Aparecen en la lista con dos asteriscos. Además, e</span><span style="font-family: "EB Garamond";">n la columna de la izquierda del blog, en la parte de arriba, he colocado una cinta deslizante con imágenes de esas catorce mejores novelas leídas en 2023. En ella, cada portada lleva a la reseña correspondiente. P</span><span style="font-family: EB Garamond;">ero advierto que, como ya hice en 2021 y 2022, para esa cinta he excluido a algunos autores clásicos. Es imposible competir con Edith Wharton, William Faulkner o Stefan Zweig (por poner algún ejemplo). Por supuesto que sus novelas son de las que más me han gustado, pero el aparecer en la cinta lo dejo para libros y autores menos famosos. </span></div><div><span style="font-family: "EB Garamond";"><br /></span></div><div><span style="font-family: "EB Garamond";">Por lo que se refiere a esta entrada, pinchando en cada título se puede acceder también a las reseñas correspondientes. Faltan enlaces en algunas de las últimas que aún no he tenido tiempo de hacer y en aquellas que este año no he reseñado. El que se hayan quedado sin aparecer en el blog no indica que sean peores o mejores. Hay muchas causas para ello: que no me hayan gustado, en efecto, y haya pensado que no debía dedicarles más tiempo, que me pillaran en un momento en que tenía tanto por comentar que no podía con todo o que me haya parecido especialmente dificultoso abordar un comentario del libro en cuestión.</span></div><div><span style="font-family: "EB Garamond";"><br /></span></div><div><span style="font-family: "EB Garamond";">Y sin más rollo, os dejo con mis lecturas de 2023 mientras os deseo un muy feliz 2024 con muchas y muy buenas lecturas</span></div></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div></div></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjpklPsrH2pfZqnIdVGSOgZfLcXLmNsisRacArQHk7lFOtfBbYreYAULV3S9fQMlMBiClRgoPb6mOBVBpi_3DInObdmDS19xiB-d39p-szuHpBF29uxhNP0D0A8nwZC_v-dYRP0K2Vv9b8HYWTPTImP8r176GUHS8gQZdzb-ByUSIVTF2zJznG-m1w2zxwD/s1904/Imagen4.png" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="496" data-original-width="1904" height="83" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjpklPsrH2pfZqnIdVGSOgZfLcXLmNsisRacArQHk7lFOtfBbYreYAULV3S9fQMlMBiClRgoPb6mOBVBpi_3DInObdmDS19xiB-d39p-szuHpBF29uxhNP0D0A8nwZC_v-dYRP0K2Vv9b8HYWTPTImP8r176GUHS8gQZdzb-ByUSIVTF2zJznG-m1w2zxwD/w320-h83/Imagen4.png" width="320" /></a></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><div class="MsoNormal" style="text-align: left;"><ol style="text-align: left;"><li><span style="font-family: "EB Garamond";">"</span><b style="font-family: "EB Garamond";"><a href="https://elblogdelafabula.blogspot.com/2023/01/dos-de-claudia-pineiro.html" target="_blank">El tiempo de las moscas</a></b><span style="font-family: "EB Garamond";">". Claudia Piñeiro.</span></li><li><span style="font-family: EB Garamond;">"<b><a href="https://elblogdelafabula.blogspot.com/2023/01/los-hermanos-burgess-elizabeth-strout.html" target="_blank">Los hermanos Burgess</a></b>". Elizabeth Strout.</span></li><li><span style="font-family: EB Garamond;">"<b><a href="https://elblogdelafabula.blogspot.com/2023/01/dos-de-claudia-pineiro.html" target="_blank">Las viudas de los jueves</a></b>". Claudia Piñeiro.</span></li><li><span style="font-family: EB Garamond;">**"<b><a href="https://elblogdelafabula.blogspot.com/2023/01/apeirogono-colum-mccann.html" target="_blank">Apeirógono</a></b>". Colum McCann.</span></li><li><span style="font-family: EB Garamond;">"<b><a href="https://elblogdelafabula.blogspot.com/2023/02/tres-eran-tres-23.html" target="_blank">El libro de la señorita Buncle</a></b>". D. E. Stevenson.</span></li><li><span style="font-family: EB Garamond;">"<b>Madrid nos mata</b>". Carlos Salem.</span></li><li><span style="font-family: EB Garamond;">"<b><a href="https://elblogdelafabula.blogspot.com/2023/02/la-familia-sara-mesa.html" target="_blank">La familia</a></b>". Sara Mesa. </span></li><li><span style="font-family: EB Garamond;">"<b><a href="https://elblogdelafabula.blogspot.com/2023/02/proxima-estacion-monica-gutierrez.html" target="_blank">Próxima estación</a></b>". Mónica Gutiérrez.</span></li><li><span style="font-family: EB Garamond;">"<b><a href="https://elblogdelafabula.blogspot.com/2023/02/tres-eran-tres-23.html" target="_blank">La herida</a></b>". Caitlin Wahrer.</span></li><li><span style="font-family: EB Garamond;">"<b><a href="https://elblogdelafabula.blogspot.com/2023/02/los-incomprendidos-pedro-simon.html" target="_blank">Los incomprendidos</a></b>". Pedro Simón.</span></li><li><span style="font-family: EB Garamond;">"<b><a href="https://elblogdelafabula.blogspot.com/2023/02/buena-suerte-nickolas-butler.html" target="_blank">Buena suerte</a></b>". Nickolas Butler.</span></li><li><span style="font-family: EB Garamond;">"<b>Tuya</b>". Claudia Piñeiro.</span></li><li><span style="font-family: EB Garamond;">"<b>Indira</b>". Santiago Díaz.<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjHLFO5RepZjRsVgEczj_Zc66py4WzAE0qv7owsnDYaxKWok3XKbB7y0RwecrslreFvUjNIImmZ36eIscHe1HO8TfzcF-LQs6ZaAYkFXhU-fnaEW4oZRW5D2YO8QGDt-gwEEhn_zBBai0OVdFXGchmO9ecaCI344V5Y_fEbHk54FKz37xVYquZ8rgEFNA/s1920/Enero%202023.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1080" data-original-width="1920" height="360" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjHLFO5RepZjRsVgEczj_Zc66py4WzAE0qv7owsnDYaxKWok3XKbB7y0RwecrslreFvUjNIImmZ36eIscHe1HO8TfzcF-LQs6ZaAYkFXhU-fnaEW4oZRW5D2YO8QGDt-gwEEhn_zBBai0OVdFXGchmO9ecaCI344V5Y_fEbHk54FKz37xVYquZ8rgEFNA/w640-h360/Enero%202023.jpg" width="640" /></a></div></span></li><li>"<b style="font-family: "EB Garamond";"><a href="https://elblogdelafabula.blogspot.com/2023/02/los-anos-de-la-espera-jordi-sierra-i.html" target="_blank">Los años de la espera</a></b><span style="font-family: "EB Garamond";">". Jordi Sierra i Fabra.</span></li><li><span style="font-family: EB Garamond;">"<b><a href="https://elblogdelafabula.blogspot.com/2023/02/dos-de-delphine-de-vigan.html" target="_blank">Las horas subterráneas</a></b>". Delphine de Vigan.</span></li><li><span style="font-family: EB Garamond;">"<b><a href="https://elblogdelafabula.blogspot.com/2023/03/tres-eran-tres-24.html" target="_blank">El caso de las japonesas muertas</a></b>". Antonio Mercero.</span></li><li><span style="font-family: EB Garamond;">"<b><a href="https://elblogdelafabula.blogspot.com/2023/02/dos-de-delphine-de-vigan.html" target="_blank">Los reyes de la casa</a></b>". Delphine de Vigan.</span></li><li><span style="font-family: EB Garamond;">"<b><a href="https://elblogdelafabula.blogspot.com/2023/03/salvo-mi-corazon-todo-esta-bien-hector.html" target="_blank">Salvo mi corazón todo está bien</a></b>". Héctor Abad Faciolince.</span></li><li><span style="font-family: EB Garamond;">"<b><a href="https://elblogdelafabula.blogspot.com/2023/03/nadie-en-esta-tierra-victor-del-arbol.html" target="_blank">Nadie en esta tierra</a></b>". Víctor del Árbol.</span></li><li><span style="font-family: EB Garamond;">"<b><a href="https://elblogdelafabula.blogspot.com/2023/03/tres-eran-tres-24.html" target="_blank">¿Ha muerto mamá?</a></b>". Vigdis Hjorth.</span></li><li><span style="font-family: EB Garamond;">"<b><a href="https://elblogdelafabula.blogspot.com/2023/02/la-conjura-de-los-necios-john-kennedy.html" target="_blank">La conjura de los necios</a></b>". John Kennedy Toole.</span></li><li><span style="font-family: EB Garamond;">"<b><a href="https://elblogdelafabula.blogspot.com/2023/03/tres-eran-tres-24.html" target="_blank">Los hombres de la niebla</a></b>". Pablo Zarrabeitia.</span></li><li><span style="font-family: EB Garamond;">"<b><a href="https://elblogdelafabula.blogspot.com/2023/03/personas-decentes-leonardo-padura.html" target="_blank">Personas decentes</a></b>". Leonardo Padura.</span></li><li><span style="font-family: EB Garamond;">"<b><a href="https://elblogdelafabula.blogspot.com/2023/04/tres-eran-tres-25.html" target="_blank">El suave roce de tu pelo</a></b>". Fernando de Cea Velasco.</span></li><li><span style="font-family: EB Garamond;">"<b><a href="https://elblogdelafabula.blogspot.com/2023/03/el-viento-y-la-sangre-martin-aloysius.html" target="_blank">El viento y la sangre</a></b>". M. A. West (Alexis Ravelo).<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjMcyml1M4Giuuoubx6V_LpqL-_nyhkwz3dGvh0bm-V-y78zoKzUHbadUvck3M39-8iaFKXOTiwhe4eM4tc3nwpkT7uMUdv0RbiTzGqN7KpQnJbqdzRfEecuWuvP7VWTHWjxOHJRikHbTWBA6OrGeIHIMCBsngjdHK_ldWSL-MvK-4hsM9PLP6ELW2peQ/s1920/Febrero%202023.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1080" data-original-width="1920" height="360" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjMcyml1M4Giuuoubx6V_LpqL-_nyhkwz3dGvh0bm-V-y78zoKzUHbadUvck3M39-8iaFKXOTiwhe4eM4tc3nwpkT7uMUdv0RbiTzGqN7KpQnJbqdzRfEecuWuvP7VWTHWjxOHJRikHbTWBA6OrGeIHIMCBsngjdHK_ldWSL-MvK-4hsM9PLP6ELW2peQ/w640-h360/Febrero%202023.jpg" width="640" /></a></div></span></li><li>"<b style="font-family: "EB Garamond";"><a href="https://elblogdelafabula.blogspot.com/2023/03/laura-vera-caspary.html" target="_blank">Laura</a></b><span style="font-family: "EB Garamond";">". Vera Caspary.</span></li><li><span style="font-family: EB Garamond;">"<b><a href="https://elblogdelafabula.blogspot.com/2023/03/hijas-y-esposas-elizabeth-gaskell.html" target="_blank">Hijas y esposas</a></b>". Elizabeth Gaskell.</span></li><li><span style="font-family: EB Garamond;">"<b>La dama</b>". Ragnar Jónasson.</span></li><li><span style="font-family: EB Garamond;">**"<b><a href="https://elblogdelafabula.blogspot.com/2023/03/dos-sobre-la-familia.html" target="_blank">Carcoma</a></b>". Layla Martínez.</span></li><li><span style="font-family: EB Garamond;">"<b><a href="https://elblogdelafabula.blogspot.com/2023/03/aunque-todo-se-acabe-miguel-pasquau.html" target="_blank">Aunque todo se acabe</a></b>". Miguel Pasquau Liaño.</span></li><li><span style="font-family: EB Garamond;">"<b><a href="https://elblogdelafabula.blogspot.com/2023/03/narcopiso-paco-gomez-escribano.html" target="_blank">Narcopiso</a></b>". Paco Gómez Escribano.</span></li><li><span style="font-family: EB Garamond;"><span>"<b><a href="https://elblogdelafabula.blogspot.com/2023/03/dos-sobre-la-familia.html" target="_blank">La herencia</a></b>". </span>Vigdis Hjorth.</span></li><li><span style="font-family: EB Garamond;">"<b><a href="https://elblogdelafabula.blogspot.com/2023/04/la-sospecha-eterna-pablo-alana.html" target="_blank">La sospecha eterna</a></b>". Pablo Alaña.</span></li><li><span style="font-family: EB Garamond;">"<b><a href="https://elblogdelafabula.blogspot.com/2023/04/el-rodar-de-un-agua-interminable-sara.html" target="_blank">El rodar de un agua interminable</a></b>". Sara Mañero.</span></li><li><span style="font-family: EB Garamond;">**"<b><a href="https://elblogdelafabula.blogspot.com/2023/04/mira-esa-chica-cristina-araujo-gamir.html" target="_blank">Mira a esa chica</a></b>". Cristina Araújo Gámir.</span></li><li><span style="font-family: EB Garamond;">**"<b><a href="https://elblogdelafabula.blogspot.com/2023/04/tres-eran-tres-25.html" target="_blank">Me llamaré Silver Stardust</a></b>". Nuria M. Deaño.</span></li><li><span style="font-family: EB Garamond;">"<b><a href="https://elblogdelafabula.blogspot.com/2023/04/dos-clasicos-escritos-por-mujeres.html" target="_blank">Madame de Treymes</a></b>". Edith Wharton. <div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhbQk0p0FlvLrTptG1MHMlNJKifBBcixn5jmsSSpUcs2Gk4LD3glUsRGzb1GBJNCDcnb-bJ5-4fnjkcmxj7oqxPOIZ0U_iaHMzITbXkYYn87pRe1ZuP5jNRoIueVFQpYKaDU4Zu4smzCWqTHveklc-ytY04CM_wSGUpFaBYrMeRkPpjuL8EEP8K7U-PXg/s720/Marzo%202023.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="405" data-original-width="720" height="360" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhbQk0p0FlvLrTptG1MHMlNJKifBBcixn5jmsSSpUcs2Gk4LD3glUsRGzb1GBJNCDcnb-bJ5-4fnjkcmxj7oqxPOIZ0U_iaHMzITbXkYYn87pRe1ZuP5jNRoIueVFQpYKaDU4Zu4smzCWqTHveklc-ytY04CM_wSGUpFaBYrMeRkPpjuL8EEP8K7U-PXg/w640-h360/Marzo%202023.jpg" width="640" /></a></div></span></li><li><span style="font-family: EB Garamond;">"<b><a href="https://elblogdelafabula.blogspot.com/2023/04/la-primera-mano-que-sostuvo-la-mia.html" target="_blank">La primera mano que sostuvo la mía</a></b>". Maggie O'Farrell.</span></li><li><span style="font-family: EB Garamond;">"<b><a href="https://elblogdelafabula.blogspot.com/2023/04/dos-clasicos-escritos-por-mujeres.html" target="_blank">La prima Phillis</a></b>". Elizabeth Gaskell.</span></li><li><span style="font-family: EB Garamond;">**"<b><a href="https://elblogdelafabula.blogspot.com/2023/04/el-corazon-de-yamato-aki-shimazaki.html" target="_blank">El corazón de Yamato</a></b>". Aki Shimazaki.</span></li><li><span style="font-family: EB Garamond;">"<b><a href="https://elblogdelafabula.blogspot.com/2023/04/tres-eran-tres-25.html" target="_blank">La cuarta chica por la izquierda</a></b>". Andreu Martín.</span></li><li><span style="font-family: EB Garamond;">"<b>Desgracia</b>". J. M. Coetzee.</span></li><li><span style="font-family: EB Garamond;">**"<b><a href="https://elblogdelafabula.blogspot.com/2023/04/la-hija-de-la-espanola-karina-sainz.html" target="_blank">La hija de la española</a></b>". Karina Sainz Borgo.</span></li><li><span style="font-family: EB Garamond;">"<b><a href="https://elblogdelafabula.blogspot.com/2023/04/lo-que-arrastra-la-lluvia-men-marias.html" target="_blank">Lo que arrastra la lluvia</a></b>". Men Marías.</span></li><li><span style="font-family: EB Garamond;">"<b><a href="https://elblogdelafabula.blogspot.com/2023/04/todo-ful-por-ahora.html" target="_blank">Ful</a></b>". Rafa Melero Rojo.</span></li><li><span style="font-family: EB Garamond;">"<b><a href="https://elblogdelafabula.blogspot.com/2023/04/todo-ful-por-ahora.html" target="_blank">Todos me llaman Ful</a></b>". Rafa Melero Rojo.</span></li><li><span style="font-family: EB Garamond;">"<b><a href="https://elblogdelafabula.blogspot.com/2023/05/pureza-jonathan-franzen.html" target="_blank">Pureza</a></b>". Jonathan Franzen.<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi-IhlwuVmG3VecCcdYr-tNXSbgxpza1Cl6xH4yvQxKliS8ozE1vytIYaT_JyPx3QDDc2l2t6hU0IDDL7ExYYbwmn5-I_Wtl246Ij5eR03Ww9zJ_HxJLfBsT60LmMyyGcuMAPNocZvU_R9GT3cMVCE99fnChJcFatuNstSJq6CUdQGrp65qYl9W0D-DdA/s960/343857551_1393766598129618_7376823990781199493_n.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="540" data-original-width="960" height="360" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi-IhlwuVmG3VecCcdYr-tNXSbgxpza1Cl6xH4yvQxKliS8ozE1vytIYaT_JyPx3QDDc2l2t6hU0IDDL7ExYYbwmn5-I_Wtl246Ij5eR03Ww9zJ_HxJLfBsT60LmMyyGcuMAPNocZvU_R9GT3cMVCE99fnChJcFatuNstSJq6CUdQGrp65qYl9W0D-DdA/w640-h360/343857551_1393766598129618_7376823990781199493_n.jpg" width="640" /></a></div></span></li><li><span style="font-family: EB Garamond;">"<b><a href="https://elblogdelafabula.blogspot.com/2023/05/tres-eran-tres-de-viaje.html" target="_blank">Crisanta</a></b>". Juan Ramón Biedma.</span></li><li><span style="font-family: EB Garamond;">"<b><a href="https://elblogdelafabula.blogspot.com/2023/05/tres-eran-tres-de-viaje.html" target="_blank">Belleza roja</a></b>". Arantza Portabales.</span></li><li><span style="font-family: EB Garamond;">"<b><a href="https://elblogdelafabula.blogspot.com/2023/05/tres-eran-tres-de-viaje.html" target="_blank">Malart</a></b>". Aro Sáinz de la Maza.</span></li><li><span style="font-family: EB Garamond;">"<b><a href="https://elblogdelafabula.blogspot.com/2023/05/el-retrato-de-casada-maggie-ofarrell.html" target="_blank">El retrato de casada</a></b>". Maggie O'Farrell.</span></li><li><span style="font-family: EB Garamond;">"<b><a href="https://elblogdelafabula.blogspot.com/2023/05/antes-mueren-los-que-no-aman-ines-plana.html" target="_blank">Antes mueren los que no aman</a></b>". Inés Plana.</span></li><li><span style="font-family: EB Garamond;">"<b><a href="https://elblogdelafabula.blogspot.com/2023/07/tres-eran-tres-26.html" target="_blank">Las hermanas de Crest</a></b>". Sandrine Destombes.</span></li><li><span style="font-family: EB Garamond;">"<b><a href="https://elblogdelafabula.blogspot.com/2023/06/castillos-de-fuego-ignacio-martinez-de.html" target="_blank">Castillos de fuego</a></b>". Ignacio Martínez de Pisón.</span></li><li><span style="font-family: EB Garamond;">"<b><a href="https://elblogdelafabula.blogspot.com/2023/06/el-hijo-de-cain-jon-vendon.html" target="_blank">El hijo de Caín</a></b>". John Vendon.<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjnvvLcmE1i3y06_j0vJO25dZPvBT-UWosChO5meA0bJmQO8kkFP0_7PzdeWQd1jtUb_OW46X-LZNTxNuabnN1mY6Jilwt2Cw-PEXO7stv0IkCzAmECT95rzLf7r5gNZH73GvaO9oSwijxYqwRsxgKjsf43p3msCJXPtmO2chij5x2LjLckjiUTH5lePA/s720/Mayo%202023.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="405" data-original-width="720" height="360" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjnvvLcmE1i3y06_j0vJO25dZPvBT-UWosChO5meA0bJmQO8kkFP0_7PzdeWQd1jtUb_OW46X-LZNTxNuabnN1mY6Jilwt2Cw-PEXO7stv0IkCzAmECT95rzLf7r5gNZH73GvaO9oSwijxYqwRsxgKjsf43p3msCJXPtmO2chij5x2LjLckjiUTH5lePA/w640-h360/Mayo%202023.jpg" width="640" /></a></div></span></li><li><span style="font-family: EB Garamond;">**"<b><a href="https://elblogdelafabula.blogspot.com/2023/06/todos-estabamos-vivos-enrique-llamas.html" target="_blank">Todos estábamos vivos</a></b>". Enrique Llamas.</span></li><li><span style="font-family: EB Garamond;">"<b><a href="https://elblogdelafabula.blogspot.com/2023/06/obsesion-en-venecia-amalia-hoya.html" target="_blank">Obsesión en Venecia</a></b>". Amalia Hoya.</span></li><li><span style="font-family: EB Garamond;">"<b>Un amor cualquiera</b>". Jane Smiley.</span></li><li><span style="font-family: EB Garamond;">"<b><a href="https://elblogdelafabula.blogspot.com/2023/07/tres-eran-tres-26.html" target="_blank">No soy un monstruo</a></b>". Carme Chaparro.</span></li><li><span style="font-family: EB Garamond;">"<b><a href="https://elblogdelafabula.blogspot.com/2023/06/desde-rusia-con-amor-ian-fleming.html" target="_blank">Desde Rusia, con amor</a></b>". Ian Fleming.</span></li><li><span style="font-family: EB Garamond;">**"<b><a href="https://elblogdelafabula.blogspot.com/2023/06/salir-robar-caballos-per-petterson.html" target="_blank">Salir a robar caballos</a></b>". Per Petterson.</span></li><li><span style="font-family: EB Garamond;">"<b><a href="https://elblogdelafabula.blogspot.com/2023/06/un-matrimonio-de-provincias-marquesa.html#" target="_blank">Un matrimonio de provincias</a></b>". Marquesa Colombi.</span></li><li><span style="font-family: EB Garamond;">"<b><a href="https://elblogdelafabula.blogspot.com/2023/07/tres-eran-tres-26.html" target="_blank">Los ojos cerrados</a></b>". Edurne Portela.</span></li><li><span style="font-family: EB Garamond;">"<b><a href="https://elblogdelafabula.blogspot.com/2023/07/dos-de-joyce-carol-oates.html" target="_blank">Violación: una historia de amor</a></b>". Joyce Carol Oates.</span></li><li><span style="font-family: EB Garamond;">"<b><a href="https://elblogdelafabula.blogspot.com/2023/07/los-perseguidos-fernando-benzo.html" target="_blank">Los perseguidos</a></b>". Fernendo Benzo.</span></li><li><span style="font-family: EB Garamond;">"<b><a href="https://elblogdelafabula.blogspot.com/2023/07/dos-de-joyce-carol-oates.html" target="_blank">Monstruo de ojos verdes</a></b>". Joyce Carol Oates.</span></li><li><span style="font-family: EB Garamond;">"<b><a href="https://elblogdelafabula.blogspot.com/2023/07/amor-fou-marta-sanz.html" target="_blank">Amor fou</a></b>". Marta Sanz.</span></li><li><span style="font-family: EB Garamond;">"<b><a href="https://elblogdelafabula.blogspot.com/2023/07/el-ultimo-verdugo-toni-hill.html" target="_blank">El último verdugo</a></b>". Toni Hill.<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjdF5bK7VscWEptT_KU1sYMHOKn8UQ3ayViQEz_y8ytIo6myqaCnaeXSHYBme9vf2TpyxeXgi5Aq2OmzvzegEnUYtAhSxUA3NuIy6pfAKH4GnbDfcJFdHPvuNYPVhiIXBks4PlQTF3r97OpukVx8kjSggNGxl0DcwsefK-He1w6I5CbLByy5c5sopvx4sjz/s720/Junio%202023.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="405" data-original-width="720" height="360" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjdF5bK7VscWEptT_KU1sYMHOKn8UQ3ayViQEz_y8ytIo6myqaCnaeXSHYBme9vf2TpyxeXgi5Aq2OmzvzegEnUYtAhSxUA3NuIy6pfAKH4GnbDfcJFdHPvuNYPVhiIXBks4PlQTF3r97OpukVx8kjSggNGxl0DcwsefK-He1w6I5CbLByy5c5sopvx4sjz/w640-h360/Junio%202023.jpg" width="640" /></a></div></span></li><li><span style="font-family: EB Garamond;">"<b>La letra escarlata</b>". Nathaniel Hawthorne.</span></li><li><span style="font-family: EB Garamond;">"<b><a href="https://elblogdelafabula.blogspot.com/2023/07/dos-de-elizabeth-strout-2.html" target="_blank">Ay, William</a></b>". Elizabeth Strout.</span></li><li><span style="font-family: EB Garamond;">"<b><a href="https://elblogdelafabula.blogspot.com/2023/07/dos-de-elizabeth-strout-2.html" target="_blank">Lucy y el mar</a></b>". </span><span style="font-family: EB Garamond;">Elizabeth Strout.</span></li><li><span style="font-family: EB Garamond;">"<b><a href="https://elblogdelafabula.blogspot.com/2023/07/las-horas-crueles-marto-pariente.html" target="_blank">Las horas crueles</a></b>". Marto Priente.</span></li><li><span style="font-family: EB Garamond;">"<b><a href="https://elblogdelafabula.blogspot.com/2023/07/un-angel-en-mi-mesa-janet-frame.html" target="_blank">Un ángel en mi mesa</a></b>". Janet Frame.</span></li><li><span style="font-family: EB Garamond;">**"<b><a href="https://elblogdelafabula.blogspot.com/2023/08/dos-de-pauline-delabroy-allard.html" target="_blank">La hija</a></b>". Pauline Delabroy-Allard.</span></li><li><span style="font-family: EB Garamond;">"<b><a href="https://elblogdelafabula.blogspot.com/2023/08/tres-eran-tres-27.html" target="_blank">Vista por última vez</a></b>". Colin Dexter.</span></li><li><span style="font-family: EB Garamond;">"<b><a href="https://elblogdelafabula.blogspot.com/2023/08/dos-de-pauline-delabroy-allard.html" target="_blank">Voy a hablar de Sarah</a></b>". </span><span style="font-family: EB Garamond;">Pauline Delabroy-Allard.</span></li><li><span style="font-family: EB Garamond;">"<b><a href="https://elblogdelafabula.blogspot.com/2023/08/tres-eran-tres-27.html" target="_blank">Uno de los nuestros</a></b>". Fiona Barton.</span></li><li><span style="font-family: EB Garamond;">"<b><a href="https://elblogdelafabula.blogspot.com/2023/08/david-golder-irene-nemirovsky.html" target="_blank">David Golder</a></b>". Irène Nemirovsky.</span></li><li><span style="font-family: EB Garamond;">"<b><a href="https://elblogdelafabula.blogspot.com/2023/08/delfines-de-plata-felix-garcia-hernan.html" target="_blank">Delfines de plata</a></b>". Félix García Hernán. <div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi7qV9AR2rjNvRKa1IFMSlIsJvNkbAjVY4xB822j05WGSlD3OnkZ8oGdGg2WwLJYIj0oj59cWjsinZOST6glet3J91tehUmXirdUcGesI7I_9D81615a4ELkZn3g7SD97L5CeZRZP6cPWprup5VLPsFfwb08pwPjoABbPWRlTE4x-hWagYbIzqZ2PUB0LzI/s720/Julio%202023.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="405" data-original-width="720" height="360" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi7qV9AR2rjNvRKa1IFMSlIsJvNkbAjVY4xB822j05WGSlD3OnkZ8oGdGg2WwLJYIj0oj59cWjsinZOST6glet3J91tehUmXirdUcGesI7I_9D81615a4ELkZn3g7SD97L5CeZRZP6cPWprup5VLPsFfwb08pwPjoABbPWRlTE4x-hWagYbIzqZ2PUB0LzI/w640-h360/Julio%202023.jpg" width="640" /></a></div></span></li><li><span style="font-family: EB Garamond;">"<b><a href="https://elblogdelafabula.blogspot.com/2023/08/tres-eran-tres-27.html" target="_blank">El último caso de William Parker</a></b>". Alexandre Escrivá.</span></li><li><span style="font-family: EB Garamond;">"<b>La desconocida</b>". Rosa Montero & Olivier Truc.</span></li><li><span style="font-family: EB Garamond;">"<b><a href="https://elblogdelafabula.blogspot.com/2023/08/noche-sueno-muerte-las-estrellas-joyce.html" target="_blank">Noche. Sueño. Muerte. Las estrellas</a></b>". Joyce Carol Oates.</span></li><li><span style="font-family: EB Garamond;">"<b><a href="https://elblogdelafabula.blogspot.com/2023/09/tres-eran-tres-28.html#" target="_blank">El ciervo y la sombra</a></b>". Diego Ameixeiras.</span></li><li><span style="font-family: EB Garamond;">"<b><a href="https://elblogdelafabula.blogspot.com/2023/08/dos-de-mariana-travacio.html" target="_blank">Quebrada</a></b>". Mariana Travacio.</span></li><li><span style="font-family: EB Garamond;">"<b><a href="https://elblogdelafabula.blogspot.com/2023/08/dos-de-mariana-travacio.html" target="_blank">Como si existiese el perdón</a></b>". Mariana Travacio.</span></li><li><span style="font-family: EB Garamond;">"<b><a href="https://elblogdelafabula.blogspot.com/2023/08/litio-imanol-caneyada.html" target="_blank">Litio</a></b>". Imanol Caneyada.</span></li><li><span style="font-family: EB Garamond;">"<b><a href="https://elblogdelafabula.blogspot.com/2023/09/la-mansion-william-faulkner.html" target="_blank">La mansión</a></b>". William Faulkner.</span></li><li><span style="font-family: EB Garamond;">"<b><a href="https://elblogdelafabula.blogspot.com/2023/09/el-final-del-affaire-graham-greene.html" target="_blank">El final del affaire</a></b>". Graham Greene.</span></li><li><span style="font-family: EB Garamond;">"<b><a href="http://elblogdelafabula.blogspot.com/2023/09/las-cosas-que-perdimos-en-el-fuego.html" target="_blank">Las cosas que perdimos en el fuego</a></b>". Mariana Enríquez.</span></li><li><span style="font-family: EB Garamond;">"<b><a href="https://elblogdelafabula.blogspot.com/2023/09/tres-eran-tres-28.html#" target="_blank">La chica que vive al final del camino</a></b>". Laird Koening.</span></li><li><span style="font-family: EB Garamond;">"<b><a href="https://elblogdelafabula.blogspot.com/2023/09/algo-en-lo-que-creer-nickolas-butler.html" target="_blank">Algo en lo que creer</a></b>". Nickolas Butler.<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg6ucBP6ZmsUIT2rUQyqNbsBguKibfOsfu5Wx8cLVbi7FjYJwDniu9w_elxqF8GyOcPNZbVvPADzIjhELhUK8RPTRPsysqUw2vbgHrFqmx4kqyWYXji_0UpAxaaS0BLlO8SpF5MZhdgzhXBgKkBRaGFCjsn3XZ_IIMjNHP_NDMBy2Jwnd_nL8TOIREysNtg/s1920/Agosto%202023.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1080" data-original-width="1920" height="360" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg6ucBP6ZmsUIT2rUQyqNbsBguKibfOsfu5Wx8cLVbi7FjYJwDniu9w_elxqF8GyOcPNZbVvPADzIjhELhUK8RPTRPsysqUw2vbgHrFqmx4kqyWYXji_0UpAxaaS0BLlO8SpF5MZhdgzhXBgKkBRaGFCjsn3XZ_IIMjNHP_NDMBy2Jwnd_nL8TOIREysNtg/w640-h360/Agosto%202023.jpg" width="640" /></a></div></span></li><li><span style="font-family: EB Garamond;">"<b><a href="https://elblogdelafabula.blogspot.com/2023/09/la-senora-dalton-alicia-lakatos.html" target="_blank">La señora Dalton</a></b>". Alicia Lakatos.</span></li><li><span style="font-family: EB Garamond;">"<b><a href="https://elblogdelafabula.blogspot.com/2023/09/tres-eran-tres-28.html#" target="_blank">La ira del Fénix</a></b>". Rafa Melero.</span></li><li><span style="font-family: EB Garamond;">"<b>Volver a dónde</b>". Antonio Muñoz Molina. </span></li><li><span style="font-family: EB Garamond;">"<b><a href="https://elblogdelafabula.blogspot.com/2023/10/londres-1891-juan-ramon-biedma.html" target="_blank">Londres, 1891</a></b>". Juan Ramón Biedma.</span></li><li><span style="font-family: EB Garamond;">"<b><a href="https://elblogdelafabula.blogspot.com/2023/10/luz-de-agosto-william-faulkner.html" target="_blank">Luz de agosto</a></b>". William Faulkner.</span></li><li><span style="font-family: EB Garamond;">"<b>Abandonar el mundo</b>". Douglas Kennedy.</span></li><li><span style="font-family: EB Garamond;">"<b><a href="https://elblogdelafabula.blogspot.com/2023/10/tres-eran-tres-29.html" target="_blank">La vida privada de Úrsula Bas</a></b>". Arantza Portabales.</span></li><li><span style="font-family: EB Garamond;">"<b><a href="https://elblogdelafabula.blogspot.com/2023/10/quedate-conmigo-elizabeth-strout.html" target="_blank">Quédate conmigo</a></b>". Elizabeth Strout.</span></li><li><span style="font-family: EB Garamond;">"<b><a href="https://elblogdelafabula.blogspot.com/2023/10/tres-eran-tres-29.html" target="_blank">Todos en mi familia han matado a alguien</a></b>". Benjamin Stevenson.<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjflncbaui0n7i621fgNFBts1IfwmV0-ndYaLdY4FB1x_Wym89-xEJQlUVItV4NmbJt-dyPmHMrqP8JbEpeTzT7q4kDxCY44eSu74X_OQa8t12g35-VDdgNN7DQ-olVW-vYcQcsrREQZx991Z-IOvQfsRPxec86cmPvN5ZTDNahca3YgHo_F1_3BZa9YYud/s1920/Septiembre%202023.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1080" data-original-width="1920" height="360" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjflncbaui0n7i621fgNFBts1IfwmV0-ndYaLdY4FB1x_Wym89-xEJQlUVItV4NmbJt-dyPmHMrqP8JbEpeTzT7q4kDxCY44eSu74X_OQa8t12g35-VDdgNN7DQ-olVW-vYcQcsrREQZx991Z-IOvQfsRPxec86cmPvN5ZTDNahca3YgHo_F1_3BZa9YYud/w640-h360/Septiembre%202023.jpg" width="640" /></a></div></span></li><li><span style="font-family: EB Garamond;">**"<b><a href="https://elblogdelafabula.blogspot.com/2023/10/una-temporada-en-el-purgatorio-dominick.html" target="_blank">Una temporada en el purgatorio</a></b>". Dominick Dunne.</span></li><li><span style="font-family: EB Garamond;">"<b><a href="https://elblogdelafabula.blogspot.com/2023/10/tres-eran-tres-29.html" target="_blank">Los días felices</a></b>". Benito Olmo.</span></li><li><span style="font-family: EB Garamond;">**"<b><a href="https://elblogdelafabula.blogspot.com/2023/10/no-te-vere-morir-antonio-munoz-molina.html" target="_blank">No te veré morir</a></b>". Antonio Muñoz Molina.</span></li><li><span style="font-family: EB Garamond;">"<b><a href="https://elblogdelafabula.blogspot.com/2023/10/islandia-2004-ezequias-blanco.html" target="_blank">Islandia 2004</a></b>". Ezequías Blanco.</span></li><li><span style="font-family: EB Garamond;">"<b><a href="https://elblogdelafabula.blogspot.com/2023/12/tres-eran-tres-30.html" target="_blank">La muerte blanca</a></b>". Ragnar Jónasson.</span></li><li><span style="font-family: EB Garamond;">"<b><a href="https://elblogdelafabula.blogspot.com/2023/10/treblinka-chil-rajchman.html" target="_blank">Treblinka</a></b>". Chil Rajchman.</span></li><li><span style="font-family: EB Garamond;">"<b>Dentro de casa</b>". Lisa Jewell.</span></li><li><span style="font-family: EB Garamond;">"<b><a href="https://elblogdelafabula.blogspot.com/2023/10/el-comensal-gabriela-ybarra.html" target="_blank">El comensal</a></b>". Gabriela Ybarra.</span></li><li><span style="font-family: EB Garamond;">"<b><a href="https://elblogdelafabula.blogspot.com/2023/12/tres-eran-tres-30.html" target="_blank">Cuando el rojo es negro</a></b>". Qiu Xiaolong.</span></li><li><span style="font-family: EB Garamond;">"<b><a href="https://elblogdelafabula.blogspot.com/2023/11/la-isla-del-arbol-perdido-elif-shafak.html" target="_blank">La isla del árbol perdido</a></b>". Elif Shafak.</span></li><li><span style="font-family: EB Garamond;">"<b>Confesiones verdaderas</b>". John Gregory Dunne.</span></li><li><span style="font-family: EB Garamond;">"<b><a href="https://elblogdelafabula.blogspot.com/2023/11/la-marca-del-agua-montserrat-iglesias.html" target="_blank">La marca del agua</a></b>". Montserrat Iglesias.</span></li><li><span style="font-family: EB Garamond;">"<b>Días sin escuela</b>". Francisco Umbral.</span></li><li><span style="font-family: EB Garamond;">"<b><a href="https://elblogdelafabula.blogspot.com/2023/12/tres-eran-tres-30.html" target="_blank">Mujer equivocada</a></b>". Mercedes Rosende.<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiOFYpqykelCpxx7zMXOAbBLn1CxrSYW-4bzflprzRa-AqjTGijO8cCKBSUNu51-lCj583qT9lHEDp30uthsshiYCaCJuv3oqhVL_QPVlcogpGhJWm_L1igtfW7AkBOqKV-hOlBBCGlLpKYQ_iDzR1bsENSXka9qVUgcE42Me9s0sHME9asul6OEgi2Cfgt/s1920/Octubre%202023.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1080" data-original-width="1920" height="360" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiOFYpqykelCpxx7zMXOAbBLn1CxrSYW-4bzflprzRa-AqjTGijO8cCKBSUNu51-lCj583qT9lHEDp30uthsshiYCaCJuv3oqhVL_QPVlcogpGhJWm_L1igtfW7AkBOqKV-hOlBBCGlLpKYQ_iDzR1bsENSXka9qVUgcE42Me9s0sHME9asul6OEgi2Cfgt/w640-h360/Octubre%202023.jpg" width="640" /></a></div></span></li><li><span style="font-family: EB Garamond;">"<b><a href="https://elblogdelafabula.blogspot.com/2023/12/tres-eran-tres-31.html" target="_blank">Nuestros muertos</a></b>". Rosa Ribas.</span></li><li><span style="font-family: EB Garamond;">"<b>A sangre y fuego</b>". Manuel Chaves Nogales.</span></li><li><span style="font-family: EB Garamond;">"<b><a href="https://elblogdelafabula.blogspot.com/2023/11/estado-del-malestar-nina-lykke.html" target="_blank">Estado del malestar</a></b>". Nina Lykke.</span></li><li><span style="font-family: EB Garamond;">"<b><a href="https://elblogdelafabula.blogspot.com/2023/12/tres-eran-tres-31.html" target="_blank">El castillo de Barbazul</a></b>". Javier Cercas.</span></li><li><span style="font-family: EB Garamond;">"<b><a href="https://elblogdelafabula.blogspot.com/2023/11/perseguidoras-clara-uson.html" target="_blank">Perseguidoras</a></b>". Clara Usón.</span></li><li><span style="font-family: EB Garamond;">**"<b><a href="https://elblogdelafabula.blogspot.com/2023/12/la-perra-pilar-quintana.html" target="_blank">La perra</a></b>". Pilar Quintana.</span></li><li><span style="font-family: EB Garamond;">"<b><a href="https://elblogdelafabula.blogspot.com/2023/12/tres-eran-tres-31.html" target="_blank">En la sangre</a></b>". Susana Rodríguez Lezaun.</span></li><li><span style="font-family: EB Garamond;">**"<b><a href="https://elblogdelafabula.blogspot.com/2023/12/el-ultimo-telesilla-john-irving.html" target="_blank">El último telesilla</a></b>". John Irving.</span></li><li><span style="font-family: EB Garamond;">"<b><a href="https://elblogdelafabula.blogspot.com/2024/02/tres-eran-tres-32.html" target="_blank">Hontoria</a></b>". Juan Carlos Galindo.<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgbedprzQA5mVm8TgrraBFyGaITfg0NG4ObVl0c1L6H4bf0bKllSQ-C57HOt5EsSBGbOy7nBQ2vjjG_CQTmAvBtkqlmHvOmeMcXRYsaJhjLmcy3wU46gDzx7PgHSXXtwSNAPirKUQ38Y9S71SfzmEFYxw09N2RClhJskxhf-VIAMn8GM0LSQBKzo8evpXh2/s1920/Noviembre%2023.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1080" data-original-width="1920" height="360" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgbedprzQA5mVm8TgrraBFyGaITfg0NG4ObVl0c1L6H4bf0bKllSQ-C57HOt5EsSBGbOy7nBQ2vjjG_CQTmAvBtkqlmHvOmeMcXRYsaJhjLmcy3wU46gDzx7PgHSXXtwSNAPirKUQ38Y9S71SfzmEFYxw09N2RClhJskxhf-VIAMn8GM0LSQBKzo8evpXh2/w640-h360/Noviembre%2023.jpg" width="640" /></a></div></span></li><li><span style="font-family: EB Garamond;">"<b><a href="https://elblogdelafabula.blogspot.com/2024/02/tres-eran-tres-32.html" target="_blank">Sin aditivos</a></b>". C. J. Nieto.</span></li><li><span style="font-family: EB Garamond;">**"<b><a href="https://elblogdelafabula.blogspot.com/2023/12/trio-william-boyd.html" target="_blank">Trío</a></b>". William Boyd.</span></li><li><span style="font-family: EB Garamond;">"<b>La carne del cisne</b>". Teresa Carmona.</span></li><li><span style="font-family: EB Garamond;">"<b><a href="https://elblogdelafabula.blogspot.com/2023/12/lo-nuestro-enrique-llamas.html" target="_blank">Lo nuestro</a></b>". Enrique Llamas.</span></li><li><span style="font-family: EB Garamond;">"<b><a href="https://elblogdelafabula.blogspot.com/2024/02/tres-eran-tres-32.html" target="_blank">Lucía</a></b>". Bernard Minier.</span></li><li><span style="font-family: EB Garamond;">"<b>Confesiones de un burgués</b>". Sándor Márai.</span></li><li><span style="font-family: EB Garamond;">"<b><a href="https://elblogdelafabula.blogspot.com/2024/01/la-pena-maxima-santiago-roncagliolo.html" target="_blank">La pena máxima</a></b>". Santiago Roncagliolo.</span></li><li><span style="font-family: EB Garamond;">"<b>La paradoja del bibliotecario ciego</b>". Ana Ballabriga y David Zaplana.</span></li><li><span style="font-family: EB Garamond;">"<b><a href="https://elblogdelafabula.blogspot.com/2024/01/el-miedo-en-el-cuerpo-empar-fernandez.html" target="_blank">El miedo en el cuerpo</a></b>". Empar Fernández.</span></li><li><span style="font-family: EB Garamond;">"<b><a href="https://elblogdelafabula.blogspot.com/2024/01/una-mujer-inoportuna-dominick-dunne.html" target="_blank">Una mujer inoportuna</a></b>". Dominick Dunne.</span></li><li><span style="font-family: EB Garamond;">"<b>Angélique</b>". Guillaume Musso.<br /></span><span style="font-family: EB Garamond;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhIMz70xx2PyHxmmspOxIlVWPHNMVI4WeToZ43j7AIlkIL5h_EeFeXqKlRbduuhIrLepzn7Fq5QBRSDMMwqBOprszLr0vuS8fVcqzJAz76CuFVK2ZKp70xoK01-bQfAJR3reMHNMy93UdlPPmAnVmgGlohzLEZl6i4NaO_zR6kTnrmHlMKL9n1Mq9OiTw9A/s920/Diciembre%202023.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="517" data-original-width="920" height="360" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhIMz70xx2PyHxmmspOxIlVWPHNMVI4WeToZ43j7AIlkIL5h_EeFeXqKlRbduuhIrLepzn7Fq5QBRSDMMwqBOprszLr0vuS8fVcqzJAz76CuFVK2ZKp70xoK01-bQfAJR3reMHNMy93UdlPPmAnVmgGlohzLEZl6i4NaO_zR6kTnrmHlMKL9n1Mq9OiTw9A/w640-h360/Diciembre%202023.jpg" width="640" /></a></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div></span></li></ol><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjpklPsrH2pfZqnIdVGSOgZfLcXLmNsisRacArQHk7lFOtfBbYreYAULV3S9fQMlMBiClRgoPb6mOBVBpi_3DInObdmDS19xiB-d39p-szuHpBF29uxhNP0D0A8nwZC_v-dYRP0K2Vv9b8HYWTPTImP8r176GUHS8gQZdzb-ByUSIVTF2zJznG-m1w2zxwD/s1904/Imagen4.png" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="496" data-original-width="1904" height="166" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjpklPsrH2pfZqnIdVGSOgZfLcXLmNsisRacArQHk7lFOtfBbYreYAULV3S9fQMlMBiClRgoPb6mOBVBpi_3DInObdmDS19xiB-d39p-szuHpBF29uxhNP0D0A8nwZC_v-dYRP0K2Vv9b8HYWTPTImP8r176GUHS8gQZdzb-ByUSIVTF2zJznG-m1w2zxwD/w640-h166/Imagen4.png" width="640" /></a></div></div>Rosa Berros Canuriahttp://www.blogger.com/profile/14919887931785201154noreply@blogger.com30tag:blogger.com,1999:blog-5705397617957177167.post-37384562409380850982023-12-26T10:35:00.000+01:002023-12-26T10:35:16.749+01:00Tres eran tres 31 <div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi-Pda_2lDUF4ID0gyB67lhAqOaH6OPteiJz-4TpaS49ZwnAFnuew83s902Wgj6Xym7Z2NiC1lOFOCXRogB8ZC1x53qkD19c6v3-y47SaWA_Ebvy1f8cgixgpix5AzdhfUbx8j6BI0I2IwPgC0Gf1kxXQWLxdkVgX52FNqTMvgcuvSD0WlcTYU1rI3e8b1Q/s859/Imagen1.png" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="511" data-original-width="859" height="380" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi-Pda_2lDUF4ID0gyB67lhAqOaH6OPteiJz-4TpaS49ZwnAFnuew83s902Wgj6Xym7Z2NiC1lOFOCXRogB8ZC1x53qkD19c6v3-y47SaWA_Ebvy1f8cgixgpix5AzdhfUbx8j6BI0I2IwPgC0Gf1kxXQWLxdkVgX52FNqTMvgcuvSD0WlcTYU1rI3e8b1Q/w640-h380/Imagen1.png" width="640" /></a></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><span style="font-family: inherit;">La entrada treinta y uno de <i>Tres eran tres</i> viene con ñ. Son tres novelas españolas, las tres pertenecientes a series. La familia Hernández, Melchor Martín y Marcela Pieldelobo nos deleitan con nuevas aventuras que ponen en peligro su vida, profesión o ambas, según el caso. Se trata de tres novelas interesantes, entretenidas, muy bien escritas y con tramas bien diseñadas y bien resueltas, como ya es habitual en estos autores.</span></div>
<span><div><div class="separator" style="clear: both; font-family: inherit; text-align: center;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; font-family: inherit; text-align: center;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiOaLd3gQ8azb8SOiJ3ecAHLdoPhUMXzyYyJMNrqh4vKTDP02L18pZ8NtvCVoyEbnudvYTb5I70Ma7det7rYFwxr-1gKSNsIcE-enUlh59hTwxP9lcPDwobA91Uv_3iWrlMRRTvfPypqTkiHKc-irMWcjG_lDdMSWX-UwuNdTnu2JRqhyZcrvX2TCQ58W8U/s1920/christmas-garland-wreath-png.webp" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="818" data-original-width="1920" height="85" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiOaLd3gQ8azb8SOiJ3ecAHLdoPhUMXzyYyJMNrqh4vKTDP02L18pZ8NtvCVoyEbnudvYTb5I70Ma7det7rYFwxr-1gKSNsIcE-enUlh59hTwxP9lcPDwobA91Uv_3iWrlMRRTvfPypqTkiHKc-irMWcjG_lDdMSWX-UwuNdTnu2JRqhyZcrvX2TCQ58W8U/w200-h85/christmas-garland-wreath-png.webp" width="200" /></a></div></div><br /><span style="font-family: EB Garamond;">"<b>Nuestros muertos</b>". Rosa Ribas.</span></div><div><span style="font-family: EB Garamond;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEisEqRWMfHwk6Z0aDBR6zRwZVzike5dY7YZO6ikvp30oCEGiS9JkoL5TRV3HxrzRt3pjzpH4tH8VCwJHdn5LPa_Da3jA82jaUe2DWzzMbZVx4BA3Ps6ytCkbPOz2WeiYa8bLJtaS0sAOFspp2u09ysRgQApzgwPe9v-O94m4Jyqk8aXOfsE-l6o33XNNlsH/s1000/61Ld+3xx8-L._AC_UF1000,1000_QL80_.jpg" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1000" data-original-width="667" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEisEqRWMfHwk6Z0aDBR6zRwZVzike5dY7YZO6ikvp30oCEGiS9JkoL5TRV3HxrzRt3pjzpH4tH8VCwJHdn5LPa_Da3jA82jaUe2DWzzMbZVx4BA3Ps6ytCkbPOz2WeiYa8bLJtaS0sAOFspp2u09ysRgQApzgwPe9v-O94m4Jyqk8aXOfsE-l6o33XNNlsH/s320/61Ld+3xx8-L._AC_UF1000,1000_QL80_.jpg" width="213" /></a></div>La tercera entrega de la familia Hernández sucede varios años después de la anterior, <b>Los buenos hijos</b>. Tras los hechos trágicos que vivieron en ella, han cerrado la agencia de detectives familiar y cada uno se gana la vida por separado. El padre, Mateo, trabaja para una agencia, <span style="color: #990000;">«la agencia de detectives WHO —Walker, Huarte y Olesa—»</span>; Nora ha abandonado la actividad investigadora y da clases en una Academia; Amalia trabaja en una agencia de seguridad que ha abierto con su pareja y antiguo empleado de su padre, Daniel Ayala. Respecto a Lola, la madre, sigue con su medicación, sigue luchando contra los demonios de la enfermedad mental y contra el dolor de lo vivido, y sigue siendo la conciencia de la familia, la que les recuerda algunos hechos que querrían olvidar. </span></div><div><span style="font-family: EB Garamond;"><br /></span></div><div><span style="font-family: EB Garamond;">Mateo investiga para la Agencia </span><span style="font-family: "EB Garamond";">WHO el encargo que les ha hec</span><span style="font-family: EB Garamond;">ho <span style="orphans: 3; text-align: justify; text-indent: 32px; widows: 3;">Ramón Sempere, un conocido presentador de televisión. Sospecha que su mujer, Cristina Abreu, le es infiel. Un trabajo aburrido en una agencia que no le compensa como debiera. Huarte, la H de la agencia <span style="color: #990000;">«</span></span><span style="orphans: 3; text-align: justify; text-indent: 2em; widows: 3;"><span style="color: #990000;">había muerto el año anterior en un accidente de coche. </span></span><span style="orphans: 3; text-align: justify; text-indent: 2em; widows: 3;"><span style="color: #990000;">Faltaba, pues, la hache y no se la ofrecían a Mateo Hernández»</span>. </span></span></div><div><span style="font-family: EB Garamond;"><span style="orphans: 3; text-align: justify; text-indent: 2em; widows: 3;"><br /></span></span></div><div><span style="font-family: EB Garamond;"><span style="orphans: 3; text-align: justify; text-indent: 2em; widows: 3;">Así es que, aburrido y decepcionado, no puede dejar de atender a otro encargo que le hacen a él en particular y que le atrae mucho más. La búsqueda de Armand Rocamora del que sus padres no saben nada desde hace varios días. Armand tiene entre manos un proyecto muy ambicioso al que ha sumado a varios amigos, empresarios y gente de renombre de Barcelona, un proyecto sumamente beneficioso para la ciudad.</span></span></div><div><span style="font-family: EB Garamond;"><span style="orphans: 3; text-align: justify; text-indent: 2em; widows: 3;"><br /></span></span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: EB Garamond;"><span style="orphans: 3; text-align: justify; text-indent: 2em; widows: 3;">«</span></span><span style="color: #990000;"><span style="font-family: "EB Garamond"; orphans: 3; text-align: justify; text-indent: 32px; widows: 3;">— [...] </span><span style="font-family: "EB Garamond";">Algo que la transformará como lo hicieron los Juegos Olímpicos del 92.</span></span></div><div style="orphans: 3; text-align: center; text-indent: 32px; widows: 3;"><span style="font-family: "EB Garamond";"><span style="color: #990000;">Los padres de Armand se miraron como preguntándose si debían revelarle a Mateo de qué se trataba. Decidieron a la par que sí.</span></span></div><div style="orphans: 3; text-align: center; text-indent: 32px; widows: 3;"><span style="font-family: "EB Garamond";"><span style="color: #990000;">—Armand quiere volver a traer una exposición universal a Barcelona —dijo la madre.</span></span></div><div style="text-align: center;"><span style="color: #990000; font-family: EB Garamond;"><span style="orphans: 3; text-align: justify; text-indent: 32px; widows: 3;">—Como en 1888 y 1929 —completó el padre.</span></span></div><div style="text-align: center;"><span style="orphans: 3; text-align: justify; text-indent: 2em; widows: 3;"><span style="color: #990000; font-family: EB Garamond;">—Para que esta vuelva a ser la ciudad de los prodigios.</span></span></div><p style="line-height: 1.25; margin: 0em; orphans: 3; padding: 0em; text-align: center; text-indent: 2em; widows: 3;"><span style="font-family: EB Garamond;"><span style="color: #990000;">—Para que vuelva a brillar como antes»</span>.</span></p><div style="font-family: inherit; text-align: left;"><br /></div><div style="text-align: left;"><span style="font-family: EB Garamond;">La investigación de la desaparición de Armand, sacará a la luz muchos secretos y volverá a poner en peligro la relación de los miembros de la familia Hernández. Secretos de Armand y su proyecto de Exposición Universal 2029, pero también secretos de la familia, hechos que tuvieron lugar en la novela anterior y que los persiguen en ésta, hechos que hacen que, aunque tiene que trabajar, tenga que hacerlo por cuenta ajena. </span></div><div style="text-align: center;"><br /></div><div style="text-align: center;"><span style="color: #990000;"><span style="font-family: EB Garamond;">«</span><span style="orphans: 3; text-align: justify; text-indent: 2em; widows: 3;"><span style="font-family: EB Garamond;">Tenía, pues, que trabajar. Pero no en Detectives Hernández.</span></span></span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: "EB Garamond"; orphans: 3; text-align: justify; text-indent: 2em; widows: 3;"><span style="color: #990000;">Porque estaba lo de Lola. Lo que había hecho Lola.</span></span></div><div style="text-align: center;"><span style="color: #990000; font-family: EB Garamond; orphans: 3; text-align: justify; text-indent: 2em; widows: 3;">Y lo que habían hecho ellos, todos ellos»</span><span style="font-family: serif; orphans: 3; text-align: justify; text-indent: 2em; widows: 3;">.</span></div><div><span style="font-family: EB Garamond;"><br /></span></div><div><span style="font-family: EB Garamond;">Aviso de que esta novela tiene que leerse como continuación de las otras dos. Si bien en todas ellas, los casos que se investigan se cierran, las vivencias de la familia Hernández deben seguirse desde el principio. </span></div><div><br /></div><span style="font-family: EB Garamond; font-size: medium;"><b>Título del libro: </b>Nuestros muertos<o:p></o:p></span></span><span style="font-family: EB Garamond; font-size: medium;"></span><div class="MsoNormal">
<span style="font-family: EB Garamond; font-size: medium;"><span><b>Autora: </b>Rosa Ribas<o:p></o:p></span><br />
<span><b>Nacionalidad: </b>España</span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: EB Garamond; font-size: medium;"><b>Editorial: </b>Tusquets<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: EB Garamond; font-size: medium;"><b>Año de publicación: </b>2023<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: EB Garamond; font-size: medium;"><b>Año de publicación original: </b>2023<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: EB Garamond; font-size: medium;"><b>Nº de páginas: </b>328</span><o:p></o:p></div>
<br /><div style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiOaLd3gQ8azb8SOiJ3ecAHLdoPhUMXzyYyJMNrqh4vKTDP02L18pZ8NtvCVoyEbnudvYTb5I70Ma7det7rYFwxr-1gKSNsIcE-enUlh59hTwxP9lcPDwobA91Uv_3iWrlMRRTvfPypqTkiHKc-irMWcjG_lDdMSWX-UwuNdTnu2JRqhyZcrvX2TCQ58W8U/s1920/christmas-garland-wreath-png.webp" style="font-size: x-large; margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="818" data-original-width="1920" height="85" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiOaLd3gQ8azb8SOiJ3ecAHLdoPhUMXzyYyJMNrqh4vKTDP02L18pZ8NtvCVoyEbnudvYTb5I70Ma7det7rYFwxr-1gKSNsIcE-enUlh59hTwxP9lcPDwobA91Uv_3iWrlMRRTvfPypqTkiHKc-irMWcjG_lDdMSWX-UwuNdTnu2JRqhyZcrvX2TCQ58W8U/w200-h85/christmas-garland-wreath-png.webp" width="200" /></a></div><div style="text-align: left;"><br /></div><div style="text-align: left;"><span style="font-family: EB Garamond;">"<b>El castillo de Barbazul</b>". Javier Cercas.</span></div><div style="text-align: left;"><span style="font-family: EB Garamond;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgYTTGJEPcqFn771YtycY1eevt_5ekL_HeWb481L557DJxryUU1cgjBTUeBW_CeFnEz7s3AxCxQ6wzrpHQfn7M0VnCjyCYiCxp5WfhoFK8TZSvU62XyUmI3jhuynGO3aHMHTXmZ_u9TcKq44gZEHcDOaIcWzFqpqSaH88ih3LBR3AdFrFNww4b1Z7ZZSVEB/s1000/61ubxukUH9L._AC_UF1000,1000_QL80_.jpg" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" data-original-height="1000" data-original-width="650" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgYTTGJEPcqFn771YtycY1eevt_5ekL_HeWb481L557DJxryUU1cgjBTUeBW_CeFnEz7s3AxCxQ6wzrpHQfn7M0VnCjyCYiCxp5WfhoFK8TZSvU62XyUmI3jhuynGO3aHMHTXmZ_u9TcKq44gZEHcDOaIcWzFqpqSaH88ih3LBR3AdFrFNww4b1Z7ZZSVEB/s320/61ubxukUH9L._AC_UF1000,1000_QL80_.jpg" width="208" /></a></div>También en <b>El castillo de Barbazul </b>han pasado varios años desde la entrega anterior y también su protagonista, Melchor Marín, ha dejado su trabajo habitual en los <i>mossos d'esquadra</i> y ahora trabaja de bibliotecario en Gandesa, en la misma biblioteca en la que trabajó su mujer y donde la conoció. Cossette, la hija del matrimonio, ya es una adolescente y acaba de enterarse de cómo murió su madre. Ante lo que considera una traición y una mentira por parte de su padre, tras pasar unos días en Mallorca con su amiga de la infancia, </span><span style="orphans: 3; text-align: justify; text-indent: 32px; widows: 3;"><span style="font-family: EB Garamond;">Elisa Climent, </span></span><span style="font-family: "EB Garamond";">decide quedarse sola en la isla un par de días más para poner sus ideas en claro. Lo malo es que de pronto, al día siguiente de la vuelta de Elisa, deja de estar accesible, tanto para su padre como para su amiga. </span></div><div style="text-align: left;"><span style="font-family: "EB Garamond";"><br /></span></div><div style="text-align: left;"><span style="font-family: EB Garamond;">Cuando el silencio de Cossette se prolonga lo suficiente como para considerar que la joven ha desaparecido, Melchor decide viajar a Mallorca, concretamente a Pollença, donde quedó su hija.</span></div><div style="text-align: left;"><span style="font-family: "EB Garamond";"><br /></span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: "EB Garamond";"><span style="color: #990000;">«</span></span><span style="font-family: EB Garamond;"><span style="color: #990000;">El jueves de madrugada Melchor se despierta sobresaltado por el pálpito de que Cosette ha muerto. Mataron a su madre, mataron a su mujer y ahora han matado a su hija. La transpiración empapa su cuerpo»</span>.</span></div><div style="text-align: left;"><span style="font-family: "EB Garamond";"><br /></span></div><div style="text-align: left;"><span style="font-family: "EB Garamond";"> Una vez en Pollença, se enfrentará a la inexplicable actitud de la Guardia Civil y del juzgado, y descubrirá una trama de corrupción y de posibles abusos a menores, algunas de las cuales han desaparecido para siempre. Desmontar el sutil y complejo entramado en el que está implicada gente muy poderosa, será toda una hazaña trepidante en la que se verán envueltos amigos actuales y antiguos de Melchor. </span></div><div style="text-align: left;"><span style="font-family: "EB Garamond";"><br /></span></div><div style="text-align: left;"><span style="font-family: EB Garamond;">Aunque en esta novela se necesitan conocer hechos anteriores narrados en las otras dos, los más importantes se nos van contando en cursiva al principio de cada una de las cuatro partes de que consta la novela. </span></div><div style="text-align: left;"><br /></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: EB Garamond;"><span style="color: #990000;">«El primer recuerdo que Cosette conservaba de su padre era muy vívido: estaba hundida en una sillita anatómica infantil, en el asiento trasero de un coche, y, frente a ella, al volante, él le anunciaba que su madre había muerto. Se disponían a salir de la Terra Alta y su padre ni siquiera la miraba por el espejo retrovisor, sólo miraba hacia sus adentros o hacia delante, hacia aquella cinta de asfalto que los alejaba en dirección a Barcelona. Luego su padre intentaba explicarle qué significaba lo que había dicho, hasta que ella entendía que no iba a volver a ver a su madre y que, a partir de aquel momento, estaban solos y deberían valerse por sí mismos»</span>. </span></div><div style="text-align: left;"><br /></div><div style="text-align: left;"><span style="font-family: EB Garamond;">Todas las novelas de Terra Alta se ambientan en el futuro. La primera, <b><a href="https://elblogdelafabula.blogspot.com/2019/11/terra-alta-javier-cercas.html" target="_blank">Terra Alta</a></b>, escrita en 2019, comienza en 2021; la segunda, <b><a href="https://elblogdelafabula.blogspot.com/2021/06/independencia-javier-cercas.html" target="_blank">Independencia</a></b>, sucede en 2026 y <b>El castillo de Barbazul</b> nos lleva hasta 2035. </span></div><div style="text-align: left;"><span style="font-family: EB Garamond;"><br /></span></div><div style="text-align: left;"><span style="font-family: EB Garamond;">Me han gustado las tres novelas y creo que Javier Cercas domina el género policíaco con la maestría con la que se desenvuelve siempre en la literatura, pero he de decir que echo de menos y estoy deseando reencontrarme con el autor de <b><a href="https://elblogdelafabula.blogspot.com/2015/05/el-impostor-javier-cercas.html" target="_blank">El impostor</a></b>, <b><a href="https://elblogdelafabula.blogspot.com/2017/03/el-monarca-de-las-sombras-javier-cercas.html" target="_blank">El monarca de las sombras</a>, Soldados de Salamina</b> o <b>Anatomía de un instante</b>, por poner algún ejemplo de los muchos que podría. </span></div><div style="text-align: left;"><br /></div><div style="text-align: left;"><span><span style="font-family: EB Garamond; font-size: medium;"><b>Título del libro: </b>El castillo de Barbazul<o:p></o:p></span></span><span style="font-family: EB Garamond; font-size: medium;"></span><div class="MsoNormal"><span style="font-family: EB Garamond; font-size: medium;"><span><b>Autor: </b>Javier Cercas<o:p></o:p></span><br /><span><b>Nacionalidad: </b>España</span></span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: EB Garamond; font-size: medium;"><b>Editorial: </b>Tusquets<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: EB Garamond; font-size: medium;"><b>Año de publicación: </b>2022<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: EB Garamond; font-size: medium;"><b>Año de publicación original: </b>2022<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: EB Garamond; font-size: medium;"><b>Nº de páginas: </b>400</span></div></div><div style="text-align: left;"><br /></div><div style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiOaLd3gQ8azb8SOiJ3ecAHLdoPhUMXzyYyJMNrqh4vKTDP02L18pZ8NtvCVoyEbnudvYTb5I70Ma7det7rYFwxr-1gKSNsIcE-enUlh59hTwxP9lcPDwobA91Uv_3iWrlMRRTvfPypqTkiHKc-irMWcjG_lDdMSWX-UwuNdTnu2JRqhyZcrvX2TCQ58W8U/s1920/christmas-garland-wreath-png.webp" style="font-size: x-large; margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="818" data-original-width="1920" height="85" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiOaLd3gQ8azb8SOiJ3ecAHLdoPhUMXzyYyJMNrqh4vKTDP02L18pZ8NtvCVoyEbnudvYTb5I70Ma7det7rYFwxr-1gKSNsIcE-enUlh59hTwxP9lcPDwobA91Uv_3iWrlMRRTvfPypqTkiHKc-irMWcjG_lDdMSWX-UwuNdTnu2JRqhyZcrvX2TCQ58W8U/w200-h85/christmas-garland-wreath-png.webp" width="200" /></a></div><div style="text-align: left;"><br /></div><div style="text-align: left;"><span style="font-family: EB Garamond;">"<b>En la sangre</b>". Susana Rodríguez Lezaun.</span></div><div style="text-align: left;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjtLWGGyK0dOkjgrv00Qd4HgBYdQraVAlzb6CK7U7IPjOvIjOQbtxASQPe6aoW36raJJFzDKVbTG4ds2VsOfJbra8DEC_I9VvnVFGVXtP52h5uMRhOQzqTgAHrNblZZEzYno9SqQbL9XNlEAJVeIRxfSS2l2JMewbJPQ_ipe7VJLpim5IMQbAE31OZ6djkW/s1000/81jZxzt-qcL._AC_UF1000,1000_QL80_.jpg" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1000" data-original-width="683" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjtLWGGyK0dOkjgrv00Qd4HgBYdQraVAlzb6CK7U7IPjOvIjOQbtxASQPe6aoW36raJJFzDKVbTG4ds2VsOfJbra8DEC_I9VvnVFGVXtP52h5uMRhOQzqTgAHrNblZZEzYno9SqQbL9XNlEAJVeIRxfSS2l2JMewbJPQ_ipe7VJLpim5IMQbAE31OZ6djkW/s320/81jZxzt-qcL._AC_UF1000,1000_QL80_.jpg" width="219" /></a></div><span style="font-family: EB Garamond;">Si la serie de David Vázquez, de Susana Rodríguez Lezaun, me gustó, la de Marcela Pieldelobo no se queda atrás. La entrega anterior, <b><a href="https://www.moonmagazine.info/bajo-la-piel-susana-rodriguez-lezaun-marcela-pieldelobo/" target="_blank">Bajo la piel</a></b>, me hizo conocer a un personaje fascinante. Como decía en la reseña, no sé si me gusta, pero me fascina porque Marcela hace cosas que chocan conmigo, chocan con mi sistema de valores, no digamos ya con el de este mundo pacato en que vivimos, pero, no puedo dejar de pensar que a veces alguien tiene que establecer la justicia que la Justicia entorpece. Marcela se encuentra en sus investigaciones con personas muy importantes, con gente poderosa de la que sale con bien de todas sus tropelías porque el poder es lo que tiene: poder para conseguir siempre lo que se propone.</span></div><div style="text-align: left;"><span style="font-family: EB Garamond;"><br /></span></div><div style="text-align: left;"><span style="font-family: EB Garamond;">En <b>En la sangre</b> encontramos a Marcela inmersa en un caso de asesinato y tráfico de drogas en el que parece estar involucrado como culpable su antiguo mentor y amante, Fernando Ribas. Él niega tener nada que ver con el caso y las pruebas son tan evidentes que casi lo exculpan puesto que si Ribas carece de algo, es de la imbecilidad necesaria para dejar tantos rastros de su culpabilidad si tal fuera el caso. <span style="color: #990000;">«</span></span><span style="text-align: justify; text-indent: 22.4px;"><span style="color: #990000; font-family: EB Garamond;">El inspector Fernando Ribas levantó la cabeza y trató de imaginar qué iba a ocurrir a partir de ese momento, intentando prepararse para lo peor, pero no lograba ponerse en una situación más jodidamente incomprensible, disparatada y surrealista que la que estaba viviendo en ese momento»</span>.</span></div><div style="text-align: left;"><span style="font-family: EB Garamond;"><br /></span></div><div style="text-align: left;"><span style="font-family: EB Garamond;">Marcela y su subordinado y amigo el subinspector </span><span style="text-align: justify; text-indent: 22.4px;"><span style="font-family: EB Garamond;">Miguel Bonachera se verán envueltos en esta trama que se escenifica entre Bera de Bidasoa y Pamplona con dos pequeños saltos a Madrid y Valencia. Una trama en la que los dos se verán afectados personalmente y amenazará su vida y su reputación. Miguel, porque tiene que pagar sus pecados actuales y Marcela, porque le persiguen los actos ilegales y hasta inmorales que cometió en el caso del que trata la novela anterior.</span></span></div><div style="text-align: left;"><span style="font-family: EB Garamond;"><br /></span></div><div style="text-align: center;"><span style="color: #990000; font-family: EB Garamond;">«Tenía que reconocer que no fue muy inteligente por su parte pedir un favor sin saber quién se lo iba a hacer ni a cambio de qué [...] </span><span style="font-family: "EB Garamond";"><span style="color: #990000;">dos mujeres muertas, un bebé asfixiado en su cuna… Todo aquello fue demasiado para ella. El comisario ordenándole no «molestar» a los Aguirre, no remover el avispero, no incomodar al Opus Dei. La apartó del caso, la echó a un lado, pero ella no podía consentirlo. Era policía, su trabajo era capturar a los culpables. La ley. La justicia. Manos que a veces no se encuentran»</span>.</span></div><div style="text-align: left;"><span style="font-family: EB Garamond;"><br /></span></div><div style="text-align: left;"><span style="font-family: EB Garamond;">Sirviéndose de los fallos actuales y pasados de Miguel y de Marcela, hay quien pretende exculpar ahora también a los culpables, pero ambos sabrán enfrentarse a sus demonios. </span></div><div style="text-align: left;"><span style="font-family: EB Garamond;"><br /></span></div><div style="text-align: left;"><span style="font-family: EB Garamond;">Además del caso enrevesado que tiene entre manos, Marcela deberá lidiar con su vida personal. La aparición de su padre, violento y maltratador, tras la muerte de la madre, sigue coleando en esta segunda entrega. Y también colea su relación con Damen, inspector de la Policía Foral y la pareja que más le ha durado desde que se divorció de Héctor, quien por cierto, también tiene su importancia en esta segunda entrega.</span></div><div style="text-align: left;"><span style="font-family: EB Garamond;"><br /></span></div><div style="text-align: left;"><span style="font-family: EB Garamond;">Me gusta mucho cómo escribe Susana Rodríguez Lezaun de quien he leído todas sus novelas. Esta segunda entrega de la serie sobre Marcela Pieldelobo, se disfruta más si se ha leído la primera, pero tampoco resulta imprescindible por lo que si alguien se ve tentado, que no lo deje por ese motivo.</span></div><div style="text-align: left;"><br /></div><div style="text-align: left;"><span><span style="font-family: EB Garamond; font-size: medium;"><b>Título del libro: </b>En la sangre<o:p></o:p></span></span><span style="font-family: EB Garamond; font-size: medium;"></span><div class="MsoNormal"><span style="font-family: EB Garamond; font-size: medium;"><span><b>Autora: </b>Susana Rodríguez Lezaun<o:p></o:p></span><br /><span><b>Nacionalidad: </b>España</span></span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: EB Garamond; font-size: medium;"><b>Editorial: </b>harper Collins<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: EB Garamond; font-size: medium;"><b>Año de publicación: </b>2023<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: EB Garamond; font-size: medium;"><b>Año de publicación original: </b>2023<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: EB Garamond; font-size: medium;"><b>Nº de páginas: </b>368</span></div></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg5TU1h6X7uc97qGLXPtmTMEvR4suyg3-KxQ4T34tANa6rxRnuag1jlbCS6SeRMhTY7yV3GFyVhXr83mrY6V2-h0GVktYDF0ZZ3_Zt-LIa4qSOwPbHDYyQ0mZ5NethdXhi-vmTmVB8nu-saa61MeOvASfp3M8i_FGJBrPGYe6oHG5Pn0REX6NOSWTeQC2-X/s2489/Imagen123.png" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><br /><img border="0" data-original-height="461" data-original-width="2489" height="118" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg5TU1h6X7uc97qGLXPtmTMEvR4suyg3-KxQ4T34tANa6rxRnuag1jlbCS6SeRMhTY7yV3GFyVhXr83mrY6V2-h0GVktYDF0ZZ3_Zt-LIa4qSOwPbHDYyQ0mZ5NethdXhi-vmTmVB8nu-saa61MeOvASfp3M8i_FGJBrPGYe6oHG5Pn0REX6NOSWTeQC2-X/w640-h118/Imagen123.png" width="640" /></a></div>Rosa Berros Canuriahttp://www.blogger.com/profile/14919887931785201154noreply@blogger.com18tag:blogger.com,1999:blog-5705397617957177167.post-54886504603816270412023-12-24T10:53:00.001+01:002023-12-24T10:53:26.201+01:00Felices Fiestas
<div style="border-color: rgb(108, 194, 234); border-style: inset; border-width: 10px; padding: 10px;"><p align="center" class="MsoNormal" style="line-height: 200%; mso-margin-bottom-alt: auto; mso-margin-top-alt: auto; text-align: center;"><span style="font-size: xxx-large;"><span style="color: #5399ba; font-family: "Great Vibes",serif; line-height: 200%; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES; mso-font-kerning: 0pt; mso-ligatures: none;"></span></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><span style="font-size: xxx-large;"><span style="color: #5399ba; font-family: "Great Vibes",serif; line-height: 200%; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES; mso-font-kerning: 0pt; mso-ligatures: none;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgJ41mrqv644aet_JrxC9bNC6u_AOqIpDyKjqB18aZSsQz3XVl1AcR8flUIsR7yfDTiIe0NPgklSNlK31sAH9OIDBHfxuRuLXhh8v-gQ6LA9OGYhcOp8PiDdNAaa2bk3hR7yi9x3MqVzVHGCspIZDU5rUNbrUq3hxoX-tPs46zNhCt_obnjwppcy5fYJQI6/s1177/redes%20sociales.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="720" data-original-width="1177" height="392" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgJ41mrqv644aet_JrxC9bNC6u_AOqIpDyKjqB18aZSsQz3XVl1AcR8flUIsR7yfDTiIe0NPgklSNlK31sAH9OIDBHfxuRuLXhh8v-gQ6LA9OGYhcOp8PiDdNAaa2bk3hR7yi9x3MqVzVHGCspIZDU5rUNbrUq3hxoX-tPs46zNhCt_obnjwppcy5fYJQI6/w640-h392/redes%20sociales.jpg" width="640" /></a></span></span></div><span style="font-size: xxx-large;"><span style="color: #5399ba; font-family: "Great Vibes",serif; line-height: 200%; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES; mso-font-kerning: 0pt; mso-ligatures: none;">Como sé que andáis muy liados
preparando cenas y comidas, y con reuniones familiares, hoy sólo vengo a
desearos una muy feliz Nochebuena y un más feliz, si cabe, día de Navidad.</span><span style="font-family: "Times New Roman", serif; line-height: 200%;"><o:p></o:p></span></span><p></p><p align="center" class="MsoNormal" style="line-height: normal; mso-margin-bottom-alt: auto; mso-margin-top-alt: auto; text-align: center;"><span style="font-size: xxx-large;"><span style="color: #5399ba; font-family: "Great Vibes",serif; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES; mso-font-kerning: 0pt; mso-ligatures: none;">Pues eso,</span><span style="font-family: "Times New Roman", serif;"><o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: center;">
</p><p align="center" class="MsoNormal" style="line-height: normal; mso-margin-bottom-alt: auto; mso-margin-top-alt: auto; text-align: center;"><span style="color: #5399ba; font-family: "Great Vibes",serif; font-size: xxx-large; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES; mso-font-kerning: 0pt; mso-ligatures: none;">Muchas Felicidades.</span></p></div>Rosa Berros Canuriahttp://www.blogger.com/profile/14919887931785201154noreply@blogger.com13tag:blogger.com,1999:blog-5705397617957177167.post-35353473752515555192023-12-20T10:36:00.000+01:002023-12-20T10:36:15.474+01:00"Lo nuestro" Enrique Llamas<div style="border-color: rgb(242, 170, 84); border-style: inset; border-width: 10px; padding: 10px;"><p class="MsoNormal"><span style="color: #b45f06; font-family: Shadows Into Light; font-size: x-large;">En el palco presidencial las sonrisas les desbordan las
caras. Ellos son los responsables del avance. De la modernidad. De ser el
centro del mundo. La popularidad de la que gozan solo la habían imaginado en
sueños. Allí están don Juan Carlos de Borbón, doña Sofía de Grecia, Felipe
González, Jordi Pujol, Pasqual Maragall, Juan Antonio Samaranch […] <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span style="color: #b45f06; font-family: Shadows Into Light; font-size: x-large;">La esperanza nuestra, piensan en el palco, está resuelta.
Los demás, los de abajo, los que solo aplauden y no saludan, creen que ya está
hecho, que este es el fin de la historia de España, que todo está logrado. Es
esta muchedumbre la que, aunque no lo sepa, tendrá que buscar otras esperanzas
cuando acabe la bonanza en los salones de sus casas, en las televisiones de los
bares donde celebran que hoy se consagra un nuevo modelo de país. Desde el
palco piensan que allí abajo hay unas expectativas ya cumplidas. Pero no es
nuestra esperanza, barruntan, es la suya y ya caducará.</span><o:p></o:p></p></div>
<b></b><div><br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhSdbJKw8iZ82kPdzj9Dr_qvsx2ePcvt2I3lXLyRi4NKjGmwN7Wae6EC7y3oCI0QJZP3vgWYrAYq0rbQzDMgtHOYAsptDkYkBrWlmjHODeWNoAKC5uvhVInDGmZk2B7SjooJVC6x5Fij9QPJXJiZ8U0r29fH4U0NN6YyN30qOT5rYZ2_gbX6O0G2bVBMDgZ/s1000/7120n2vM0qL._AC_UF1000,1000_QL80_.jpg" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1000" data-original-width="668" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhSdbJKw8iZ82kPdzj9Dr_qvsx2ePcvt2I3lXLyRi4NKjGmwN7Wae6EC7y3oCI0QJZP3vgWYrAYq0rbQzDMgtHOYAsptDkYkBrWlmjHODeWNoAKC5uvhVInDGmZk2B7SjooJVC6x5Fij9QPJXJiZ8U0r29fH4U0NN6YyN30qOT5rYZ2_gbX6O0G2bVBMDgZ/w268-h400/7120n2vM0qL._AC_UF1000,1000_QL80_.jpg" width="268" /></a></div><span style="font-family: Garamond;">Si en <b><a href="https://elblogdelafabula.blogspot.com/2022/11/los-cain-enrique-llamas.html" target="_blank">Los Caín</a></b> Enrique Llamas nos llevó a los primeros setenta, con algún viaje a los cincuenta, y en <b><a href="https://elblogdelafabula.blogspot.com/2023/06/todos-estabamos-vivos-enrique-llamas.html" target="_blank">Todos estábamos vivos</a></b> nos puso en los inicios de la <i>Movida madrileña</i>, en <b>Lo nuestro</b> nos traslada a la España de 1992. </span><span style="font-family: Garamond;">Enrique Llamas n</span><span style="font-family: Garamond;">o se siente a gusto, literariamente hablando, en el presente. Como él mismo ha confesado en alguna entrevista, no es capaz de escribir sobre el presente porque no termina de entenderlo. Además de eso, sus referentes literarios y cinematográficos están todos en el pasado: Miguel Delibes, Ana María Matute, Carmen Martín Gaite, Gabriel García Márquez Camilo José Cela, Eloy de la Iglesia, Pilar Miró...</span><div><span style="font-family: Garamond;"><br /></span></div><div><span style="font-family: Garamond;">Y así, un autor nacido en 1989 se convierte en narrador de hitos importantes de la España del último tercio del siglo XX, momentos que no vivió o que vivió siendo tan niño que no puede recordarlos. Y lo hace con la maestría del testigo ocular y con la perspicacia del mejor analista de "su" época, aunque de suya tenga muy poco. </span></div><div><span style="font-family: Garamond;"><br /></span></div><div><span style="font-family: Garamond;">Polo es periodista y está en Barcelona cubriendo los Juegos Olímpicos. Bueno más bien está allí para hacer una entrevista a Arantxa Sánchez Vicario promovida por la marca de pasta que patrocina a la tenista. Es Polo quien nos cuenta esa inauguración de los Juegos con el Príncipe de abanderado del equipo español y la Familia Real y autoridades aplaudiendo desde las tribunas. Y a la vez que nos cuenta su aventura en Barcelona, nos relata su llegada a Madrid tras esa aventura, cuando se encuentra su piso en un estado de orden y limpieza que no reconoce y su compañero, Jaime, le da una noticia que no esperaba. </span></div><div><span style="font-family: Garamond;"><br /></span></div><div><span style="font-family: Garamond;">Ambas narraciones están escritas en primera persona sin solución de continuidad, una se mezcla con otra aunque no resulta nada complicado situarse en cada momento. </span></div><div style="text-align: center;"><span style="color: #990000; font-family: Garamond;"><br /></span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: Garamond;"><span style="text-align: justify; text-indent: 20px;"><span style="color: #990000;">«Voy a mi habitación y me fijo en que incluso la bandera de mi Atleti parece estar planchada, en consonancia con el extraño silencio, rimando con la luz que entra en diagonal a través de las rendijas de la persiana. Ni siquiera hay polvo en el aire. Tampoco parecía haberlo en Barcelona, era imposible con semejante ir y venir de banderas, de luz, de sonidos. La claridad del aire resplandecía y nosotros éramos inmunes al vacío, porque no existía. Habíamos salido del aeropuerto casi sin darnos cuenta, siguiendo las indicaciones. Teníamos ya delante un autobús nuevo, que brillaba»</span></span><span style="font-family: serif; text-align: justify; text-indent: 20px;">.</span></span></div><div><span style="font-family: Garamond;"><br /></span></div><div><span style="font-family: Garamond;">Pero la historia de Polo no es la única que conocemos. Los capítulos titulados <i>Polo</i> se van alternando con los titulados <i>Clara</i>. Clara es una adolescente de trece años, casi una niña, que se escapa de su casa en Madrid para viajar a Barcelona y ver de cerca a su ídolo que no es otro que Arantxa Sánchez Vicario. En Barcelona, por un encuentro casual, la niña caerá en una familia bien de la ciudad y se verá rodeada de lujos con los que jamás podría soñar en su casa. Pero terminará por darse cuenta de que el brillo a veces esconde un metal sin valor que asoma su aspecto gris y feo a poco que se rasca la superficie. </span><span style="font-family: Garamond;">Los capítulos de Clara, contados en tercera persona, mezclan la aventura de la niña en su escapada con la vida de la familia en el extrarradio de Madrid. </span></div><div><span style="font-family: Garamond;"><br /></span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: Garamond;"><span style="color: #990000;">«En la nevera se alineaban perfectamente imanes que reproducían piezas de museo. Los habían comprado en distintos viajes: Venecia, París, Londres, Niza… Nada tenían que ver con los que decoraban el frigorífico de su casa. Uno con el teléfono de Pizza Hut sujetaba la factura de la luz; otro, en el que se podía leer la palabra «Benidorm» y al que le faltaba una esquina, sostenía la lista de la compra. Aceite de girasol, huevos, sopa de sobre, patatas, Oscar Mayer. Nescafé»</span>.</span></div><div style="text-align: left; text-indent: 20px;"><br /></div><div style="text-align: left;"><span style="font-family: Garamond;"><div><span style="font-family: Garamond; text-indent: 20px;">En aquellos Juegos Olímpicos, como los llamaba Polo (<span style="color: #990000;">«</span><span style="text-align: justify;"><span style="color: #990000;">Juegos Olímpicos. Las Olimpiadas son los años que van de unos Juegos Olímpicos a otros»</span>) estaban todos efectivamente. </span></span><span style="font-family: Garamond; text-indent: 20px;">Como ha declarado el autor en otra entrevista: «</span><span style="color: #0b5394; text-align: center; text-indent: 20px;">Estaban Puyol, Samaranch, Felipe González y, por supuesto, la familia real. Hoy casi todos están procesados por la justicia y salpicados por la corrupción por haber querido vivir a expensas del Estado. En aquel momento esa imagen fue diseñada para hacernos ver que el camino hacia la democracia y hacia una España moderna ya habían culminado, y, cómo luego resultó ser todo una mentira»</span><span style="text-align: center; text-indent: 20px;">.</span></div><div><div><span style="text-align: center;"><br /></span></div></div><div><div><span style="text-align: center;">Y es que </span>1992 fue un año culminante para España. Se celebraban los Juegos Olímpicos en Barcelona, mientras en Sevilla tenía lugar una Exposición Universal. Y España había consolidado aquella democracia que se veía lejana en los primeros setenta y que pretendió ser devorada hasta atragantarse en los ochenta. En el 92 España estaba a punto de morir de éxito. Luego vendrían las crisis en el 93 y en el 2008 y la realidad asomaría su cara más antipática.</div><div><br /></div></div><div>El verano de 1992 supuso un momento culminante también para nuestros protagonistas. A partir de entonces el tiempo irá avanzando y cada uno de ellos irá viviendo su vida. Sabremos de ella porque la historia llega casi <span style="font-family: Garamond;">hasta nuestros días, pero lo hace deprisa, tan deprisa como debió de pasar para ellos mismos porque, </span>como le pasó a España,<span style="font-family: Garamond;"> no se dieron cuenta de que, en realidad, </span>sus esperanzas, sus sueños, los momentos de felicidad máxima que esperaban de la vida se estaban cumpliendo en ese verano mágico lleno de promesas que se agotaron en sí mismas.</div><div><br /></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: Garamond;"><span style="color: #990000;"><span><span style="text-align: justify;">«Porque en la España posterior a las Olimpiadas estaba todo hecho, no iba a pasar nada. Pero sí pasará. Algo que ocurría más veces, algo que en ocasiones salía en los periódicos. Algo que muy pocas veces tiene un final feliz. La vida, ya </span></span>saben ustedes, una vez más demuestra que te lo puede dar y te lo puede quitar todo»</span>. </span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: Garamond;"><br /></span></div><div style="text-align: left;"><span style="font-family: Garamond;">Y fueron ocurriendo cosas. Se nos dan pinceladas, a medida que la vida de los personajes devora años, para que podamos situarnos: los crímenes de Alcaser, el triunfo del PP en 1996, Miguel Ángel Blanco, la crisis de 2008, el 15M... </span></div></span></div><div><br /></div><div><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgSijk5ER85fYZNrCLlyKvCjDVMy29uALmclaVwuczjTvYLnmNXQxyisJGQYXLGeC996HHHMwmQ2L0d4WcIO355b-3zE4sSw6Z1ucd6McvBI7JrzCkWX9M9xhYQIFKb17F05GRJ-Ior3lA3sl2YlJghuZQ_h7mYLNLWo5NU3Wc1EdUed94WXBKfCajuCH_S/s2289/enrique-llamas-libro-movida.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="1500" data-original-width="2289" height="420" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgSijk5ER85fYZNrCLlyKvCjDVMy29uALmclaVwuczjTvYLnmNXQxyisJGQYXLGeC996HHHMwmQ2L0d4WcIO355b-3zE4sSw6Z1ucd6McvBI7JrzCkWX9M9xhYQIFKb17F05GRJ-Ior3lA3sl2YlJghuZQ_h7mYLNLWo5NU3Wc1EdUed94WXBKfCajuCH_S/w640-h420/enrique-llamas-libro-movida.jpg" width="640" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="font-family: Garamond; font-size: medium;"><b>Enrique Llamas</b></span></td></tr></tbody></table></div><div><br /></div><div><span style="font-family: Garamond;"><b>Lo nuestro</b> es otra novela de Enrique Llamas que hay que leer. En ella encontramos nuestro pasado más reciente, unos momentos que el autor vivió de muy niño, tanto que ni siquiera se puede decir que los viviera, pero, como ya hizo en sus dos novelas anteriores, su labor de documentación es tan minuciosa y perspicaz, analiza los hechos con tal inteligencia, que podría hacernos creer que ha sido protagonista privilegiado de todos los momentos que nos cuenta. Tres de tres es una garantía suficiente. Creo que este autor nos va a dar muchas alegrías a los lectores. </span></div><div style="text-align: left;"><br /></div><div><div class="MsoNormal">
<span style="font-family: EB Garamond; font-size: medium;"><b>Título del libro: </b>Lo nuestro<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: EB Garamond; font-size: medium;"><span><b>Autor: </b>Enrique Llamas<o:p></o:p></span><br />
<span><b>Nacionalidad:</b> España</span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: EB Garamond; font-size: medium;"><b>Editorial: </b>Alianza<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: EB Garamond; font-size: medium;"><b>Año de publicación: </b>2023<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: EB Garamond; font-size: medium;"><b>Año de publicación original: </b>2023<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: EB Garamond; font-size: medium;"><b>Nº de páginas: </b>264</span><o:p></o:p></div>
<br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgqlksHzBy_tGne-5J_llPHJsi0kdZhkEiydGu0VqK6g6CnmP3tx1CWe3hq58NqSjoSUXZwdiXBXZOaLBbmE7x35JngbKP-jm02x4JYbEkOOPFDBODsLV8JTL6mtaOHaVMB3awINdnG3kh5C_d7d72IDTizI-7SKGLi6ElBZc5aNJ8pfxG2NsPsUZtVRmna/s3327/Imagen1.png" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="832" data-original-width="3327" height="160" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgqlksHzBy_tGne-5J_llPHJsi0kdZhkEiydGu0VqK6g6CnmP3tx1CWe3hq58NqSjoSUXZwdiXBXZOaLBbmE7x35JngbKP-jm02x4JYbEkOOPFDBODsLV8JTL6mtaOHaVMB3awINdnG3kh5C_d7d72IDTizI-7SKGLi6ElBZc5aNJ8pfxG2NsPsUZtVRmna/w640-h160/Imagen1.png" width="640" /></a></div>Rosa Berros Canuriahttp://www.blogger.com/profile/14919887931785201154noreply@blogger.com26