Es que con lo que tú adoras Rayuela ya estás tardando en ir a París. Por cierto te recomiendo que leas la segunda entrada de este post, la del relato que ganó el famoso concurso. Estoy segura de que te entusiasmará. Un beso.
"De pronto fue consciente de lo agotado que estaba, como sin fuerzas, tanto por las pasadas semanas de desasosiego como por los pasados treinta años anhelando y deseando ardientemente un momento así, al mismo tiempo que se repetía que no le importaba" . Jude St Francis lleva mucha vida por detrás cuando, a los treinta años, por fin consigue algo que nunca ha tenido, pero que siempre ha deseado sin atreverse siquiera a confesárselo a sí mismo. Para entonces nosotros llevamos ya una cuarta parte de la novela leída y respiramos con alivio, porque aunque no sabemos en profundidad el pasado de Jude, sí sabemos de lo que siempre ha carecido e intuimos que su pasado es turbio y muy muy triste y sórdido. Tampoco su presente es un camino de rosas, pero sabemos que ese presente deriva de aquel pasado: sus piernas débiles y doloridas que le obligan a usar silla de ruedas en ocasiones; su propensión a buscar el dolor, no sabemos bien si como sustituto del placer o como expiación de a
" La bue na letra " es una de esas raras novelas escritas en segunda persona, pero también es una novela escrita en primera persona. " La buena letra " es una novela en la que una mujer, una madre, se cuenta a sí misma en primera persona en un monólogo dedicado a su hijo. La vida de Ana ha estado marcada por las pérdidas . Como todas las vidas, por otra parte. Los años se van llevando sensaciones, recuerdos, historias... y muchas veces las personas que los habitaron y les dieron calor y significado se van tras ellos, nos dejan despojados y despoblados de ellos y, un poco cada vez, de nosotros mismos. Ana ha perdido mucho a lo largo de los años. Ana se ha perdido a sí misma en cada pérdida. Cuando recién muerto su marido encuentra la foto de la boda se da cuenta de que "todos habían ido muriendo a lo largo de los años que separaban el día de la boda de aquél, ya marchito, en que quemé la fotografía" . Y aunque fueron protagonistas de épocas muy du
En la entrega 34 de Tres eran tres, encontraréis tres libros españoles. Uno es un ensayo, género que viene esta sección por primera vez, un ensayo muy negro que narra crímenes reales contados por un periodista que los investigó. Otra es un thriller negro sobre una familia que se las trae. El tercero es un policíaco que es la segunda, y última por ahora, entrega de una serie. Las tres obras son muy recomendables, entretenidas e interesantes. " La ley del padre ". Carlos Augusto Casas. «La educación es la rama de la hipocresía que hace soportable el hecho repulsivo de tener que vivir los unos con los otros» . Pero ni siquiera la educación consigue que en el grande y lujoso piso de los Gómez-Arjona se viva de manera soportable. Los Gómez-Arjona son los dueños de Grupo9 Media , un imperio mediático que cuenta con canales de televisión, editoriales, periódicos, emisoras de radio... La familia la forman el padre, Arturo, y sus cuatro hijos, Alonso, Mencía, Bobby y Sonia. A ellos
Comprendiendo que un hombre debe dominar sus circunstancias para que estas no lo dominen a él, el conde pensó que valía la pena plantearse cuál era la mejor manera de conseguir su objetivo, tras haber sido condenado a un confinamiento de por vida. A Edmond Dantès, en el Château d’If, era pensar en la venganza lo que le mantenía la mente despierta […] A Cervantes, esclavizado por los piratas en Argel, era la promesa de las páginas por escribir lo que lo estimulaba. […] En cambio, el conde no tenía carácter para la venganza; no tenía imaginación para la épica […] Como Robinson Crusoe varado en la Isla de la Desesperación, el conde mantendría su resolución dedicándose a los asuntos prácticos. En 1922 el Conde Aleksandr Ilich Rostov es condenado por el Comité de Emergencia del Comisariado Político de Asuntos Internos . El hecho de haber nacido aristócrata le llevaría al paredón. Le salva la vida el haber escrito un poema de juventud de espíritu revolucionario. Por ello, en lugar de ll
Eran los primeros días de 1999 cuando se produjo en mí uno de esos fenómenos literarios tan personales como es el enamorarme de un autor. Estaba a punto de suceder en mi vida el advenimiento de Paul Auster. Su novela Leviatán fue la que hizo de cupido y disparó la flecha que me dejaría para siempre rendida a su pluma. Después vinieron otros muchos libros, novelas y ensayos; memorias y hasta algún guion de cine que me compré en libro. Unos me gustaron más y otros menos, todos lo suficiente, ninguno me llegó a decepcionar. Curiosamente es un autor que ha venido solo una vez al blog y lo hizo en 2017 con una novela que me resultó fascinante, 4 3 2 1 . Para entonces, llevaba varios años sin leerlo, desde su novela anterior, Sunset Park , leída en 2012, antes de tener el blog. Pero no solo de la literatura conocía a este autor porque también fue autor de guiones de grandes películas e incluso dirigió alguna, en pareja o en solitario. Smoke , Lulu on the bridge o Blue in the face son las
El primer recuerdo de la vieja Singer que me viene a la cabeza es del día que murió Franco. Me levanté antes que de costumbre por el trajín que se oía en nuestro pequeño piso a las afueras de Oviedo, pero no fui al colegio. Mi padre tampoco acudió a trabajar. Tengo grabada en la memoria su imagen mientras fumaba un puro frente al televisor. Se había servido una copa de coñac, como la que se bebía en la sobremesa de los domingos. La radio sonaba en el cuarto de costura, donde me encontraba con mi madre y con la abuela Aurora, las tres solas, porque aquel día las aprendices de modista no llegaron. Mi primer recuerdo es de mucho antes, antes en el tiempo y antes en mi edad. Ana debía tener unos seis o siete años cuando murió Franco en 1975. De esa edad es su primer recuerdo de la Singer. Yo no recuerdo mi edad porque la Singer, mejor dicho Las Singer, están en mi memoria desde que tengo uso de razón y calculo que pudo ser en 1963, con unos cuatro años. También puede que fuera antes. Mi
Fue una de esas noches cuando desatravesó las piernas, descruzó los brazos y abrió mucho los ojos, por ese orden. A continuación, se levantó y, con gran convicción, cogió un bolígrafo y una hoja de papel. Entonces empezó a escribir lo que acabaría siendo una invitación al diablo. El primer día de verano esa invitación se publicó en el periódico de nuestro pueblo, The Breathanian. Estábamos desayunando, y mamá puso el diario en medio de la mesa. Con la leche matutina goteándonos por la barbilla, contemplamos la invitación publicada en primera página. Mamá le dijo a papá que era demasiado atrevido. Tenía razón. Hasta los ateos tenían que reconocer que había que ser un hombre valiente para poner a prueba la existencia del Príncipe de las Tinieblas. Todavía tengo esa invitación en alguna parte. Poco se imaginaba Autopsy Bliss lo que iba a desencadenar cuando se le ocurrió publicar esa invitación en el diario de Breathed, Ohio, una invitación al diablo para que visitase el pueblo.
Con este microrreto colaboro en la convocatoria de marzo de El tintero de oro , en la que se nos reta a escribir un microrrelato basado en la escena de una película. Se trata de poner en palabras escritas, una escena de alguna película que nos haya gustado. Lo normal es pasar las novelas a escenas de cine. En este caso haremos lo contrario. La escena elegida por mí, que no deberá superar las 250 palabras, pertenece a una de mis películas favoritas, Érase una vez en América (Sergio Leone, 1984). Cuando decidimos independizarnos de Bugsy, pensamos que la vida nos empezaba a sonreír. Manejábamos dinero, vestíamos buenos trajes y por fin Deborah había dejado de mirarme como a una cucaracha. Aquella mañana era como si Brooklyn hubiera sido puesto allí para nosotros. Íbamos felices tras haber metido otra buena cantidad de dinero en la consigna de la estación. Cockeye tocaba la flauta y el puente de Manhattan se dibujaba en toda su belleza al fondo del callejón. Dominick iba delante salta
"¿Cuántos años de mi vida transcurrieron antes de que mi cuerpo y mi persona llegaran a ser realmente míos, para poder disponer de ellos a mi gusto? ¿Cuántos años de mi vida perdí antes de conseguir arrebatar mi cuerpo y mi persona del control de las personas que me habían mantenido sujeta desde el primer día de mi vida? A partir de aquel momento, pude decidir qué quería comer, en qué casa prefería vivir, pude rechazar al hombre que por cualquier motivo me inspiraba repulsión y escoger a aquel cuya compañía estaba dispuesta a aceptar, aunque solo fuera porque iba limpio y con las uñas bien cuidadas" . Tuvieron que pasar exactamente veinticinco años para que Firdaus pudiera disponer de apartamento propio y cuenta corriente; pudiera decidir lo que comía y tener a alguien que se lo cocinara. Hasta entonces su vida había ido saltando de la propiedad de un hombre a la de otro y a la de alguna mujer inclusive. Primero el padre y el tío, luego el marido y finalmente Sharifa. Nawal E
Tal vez sea porque no había ido a Gran Bretaña hasta ahora, pero nunca se había sentido tan aislado ni tan lejos de Hong Kong, ni de todo lo que conoce, de todo lo que le gusta, de todo lo que forma parte de su vida y de él. Lo que le inquieta de verdad es que este es el país de su madre —y de su padre, por cierto—, el país cuyo sello figura en la cubierta de su pasaporte, y que nunca se haya sentido tan ajeno. No acaba de superar que aquí todo el mundo sea blanco. Jamás en su vida había estado entre una multitud de gente cuyos rostros fueran todos blancos. No entiende que aquí la gente no lo mire fijamente, que no le dediquen más que la ojeada de rigor cuando pasa a su lado por la calle, ¿por qué no se quedan parados, boquiabiertos? Él tiene la sensación de ser un extraterrestre. Lo que más lo desconcierta es la idea de ser exactamente igual que todos. Jake es británico. Su pasaporte lo es, su madre lo es, su padre lo es (o lo era). Pero Jake no ha estado nunca en Reino Unido. Ha
A mí me encantaria tomarme una foto en un café de París, mientras leo. Sentirme como del Club de la Serpiente.
ResponderEliminarEs que con lo que tú adoras Rayuela ya estás tardando en ir a París. Por cierto te recomiendo que leas la segunda entrada de este post, la del relato que ganó el famoso concurso. Estoy segura de que te entusiasmará.
EliminarUn beso.