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"El hijo de Caín" Jon Vendon

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«Antonio Martínez, el capitán médico, caminaba con premura hacia el barracón de mando de la base Miguel de Cervantes. Si lo que suponía era cierto, todo el personal de la base se hallaba en grave peligro. Se detuvo para plantearse cómo explicar lo que debía contar, también si no estaba exagerando. Recapituló de nuevo lo sucedido y no albergaba ninguna duda. Lo que había matado a ese hombre solo tenía un nombre» . Y ese nombre, tan temido hace años, era ya casi historia, una de esas plagas antiguas, de cuando el mundo era antiguo y primitivo, allá por los años cincuenta del siglo XX, años setenta en algunas zonas más primitivas y antiguas como Somalia. Pero estamos en los años veinte del siglo XXI, y lo que el capitán médico Antonio Martínez le va a contar a Javier Ramírez, general al mando de la base Miguel de Cervantes en el distrito  de Marjayoun, en el Líbano, más parece una historia distópica que la realidad a la que tendrán que enfrentarse.  «—Este hombre ha llegado hace algo más

"Castillos de fuego" Ignacio Martínez de Pisón

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«Eran cuatro los motoristas. Llegaron a la curva de la destilería y se detuvieron a esperar, cruzados en mitad del pavimento. De lo alto del silo colgaba una pancarta con la efigie de José Antonio y la palabra PRESENTE en letras muy grandes. La había puesto al mediodía un grupito de flechas, que ahora, medio dormidos y muertos de frío, se arracimaban en torno a una hoguera. Un jefecillo de Falange los espabiló a gritos: —¡Vamos, vamos! ¡Ya están aquí! [...]  Todos, a su paso, contuvieron el aliento conmovidos. Luego, de forma casi unánime, levantaron el brazo para recibir el féretro, que venía una veintena de metros por detrás. Estaba colocado sobre dos largas andas y cubierto por una bandera de Falange. Cargaban con él dieciséis jóvenes que desafiaban el frío con sus camisas desabrochadas y sus mangas recogidas hasta el antebrazo. Valentín observó el paso de los portadores, de movimientos cortos pero rápidos, las rodillas apenas flexionadas, las suelas pegadas al terreno como si lo es

"Antes mueren los que no aman" Inés Plana

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«En la mañana del 23 de diciembre, una funcionaria de la Tesorería de la Seguridad Social yacía en el suelo decapitada. Se llamaba Pepa Ordovás. Junto con otros compañeros, había invertido el tiempo del desayuno para recoger firmas en la puerta de la delegación de Uvés de San Juan, una localidad madrileña cercana a Torrelodones y El Escorial. Se avecinaban para el próximo año recortes salariales a los trabajadores públicos» . Era 23 de diciembre y era 2009. La crisis hacía estragos y se anunciaba una bajada de los sueldos de los funcionarios. Pepa Ordovás tuvo muy mala suerte. Lo único que pretendía aquella mujer era desquitarse del mal trato que sentía haber recibido por parte de la funcionaria. Un escupitajo, un empujón y nada más. Pero la suerte les fue adversa a las dos. Una cristalera mal situada, un fragmento de cristal que cae justo donde no debe, y lo que pudo saldarse con unos cortes o, de no haberse roto la cristalera de la puerta, con una caída sin más, se convirtió en una m

Feliz cumpleaños

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Con este microrreto colaboro en la convocatoria de mayo de  El tintero de oro , en la que se nos reta a escribir un microrrelato inspirado en una o varias emociones de las interesantes paletas de emociones que se exponen en el artículo, debidas a   Robert Plutchik. Él clasificó las emociones. En principio eran ocho, pero teniendo en cuenta la intensidad, la mezcla de unas y otras, etc. salieron bastantes más. Os invito a leer el artículo del enlace anterior si queréis saber más acerca de la variedad de emociones. Siguiendo el consejo de David Rubio en su convocatoria, he escogido siete emociones de las mencionadas y voy a hacer pasar a mi personaje por cada una de ellas. Las emociones son: sorpresa , alegría , decepción , ansiedad , miedo , enojo y agresividad . Espero haberlo conseguido. Mamá me ha dicho que vamos a celebrar mi cumpleaños, aunque papá no pueda estar. ¡¡¡Genial!!! Por fin, una fiesta de cumpleaños. Y solo faltan dos semanas.  ¡¡¡Voy a hacer la lista de invitados

"El retrato de casada" Maggie O'Farrell

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«Lucrezia se sienta a la larga mesa del comedor, tan pulida que reluce como el agua y cubierta de fuentes, tazas invertidas y una coronita de ramas de abeto trenzadas. Su marido ocupa una silla, pero no en su sitio de costumbre, en la otra punta, sino a su lado [...]  Ha cumplido dieciséis años, no hace ni uno que contrajo matrimonio. Han pasado gran parte de la jornada en los caminos, aprovechando las pocas horas de luz propias de la estación, después de salir de Ferrara al amanecer y cabalgar hacia lo que, según él, era un refugio de caza, lejos, al noroeste de la provincia. Pero esto no es un refugio de caza, le habría gustado decir cuando llegaron a su destino: [...] ¿por qué me has traído aquí? [...]  Lucrezia agarra el borde del plato con los dedos. La certeza de que él pretende acabar con su vida es como una presencia a su lado, como si un ave rapaz de negro plumaje se hubiera posado en el brazo de su silla. He ahí la razón del repentino viaje a un sitio tan agreste y solitario.

Tres eran tres de viaje

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En este Tres eran tres , al que no numero por considerarlo un Especial viaje, recopilo tres novelas que he leído o terminado durante el viaje que he hecho en los once últimos días y del que regresé ayer.  Yo leo bastante en los viajes. Leo en el viaje en sí, siempre que no sea en coche porque me mareo; leo a veces en esos descansos de andar y andar, sentada en una terraza con una caña o un vino, en un parque o donde toque descansar; si estamos en una ciudad no muy grande, solemos volver al hotel después de comer y ahí también leo y, sobre todo, leo en la cama por la noche, antes de dormir o en vez de dormir, según le dé por portarse al insomnio. En este viaje he terminado un libro que ya llevaba más que mediado y he leído otros dos, el último casualmente lo terminé ayer en el avión durante la vuelta a casa. Son tres libros españoles, dos policíacos y otro de difícil clasificación: negro, histórico, fantástico, de misterio... Son tres novelas aptas para viajar porque son entretenidas y

"Pureza" Jonathan Franzen

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«—Ay, preciosa, cuánto me alegro de oír tu voz —dijo la madre de la chica por teléfono—. Me está traicionando el cuerpo otra vez. A veces creo que mi vida no es más que un largo proceso de traiciones del cuerpo. —Como todas las vidas, ¿no? —dijo Pip. Había adoptado la costumbre de llamar a su madre desde Renewable Solutions durante la pausa de la comida. Esto mitigaba en parte su sensación de no valer para ese trabajo, de tener un trabajo para el que nadie podía valer, o de ser una persona que en realidad no valía para ningún trabajo; y además, al cabo de veinte minutos, podía decir con sinceridad que tenía que seguir trabajando» . Pip no está contenta con su trabajo ni con su vida en general. Adora a su madre, pero le aburre hablar con ella y oír sus quejas. Por eso la ha dejado sola en su cabaña de Felton, en el Valle de San Lorenzo, California, y se ha ido a Oakland donde vive de okupa en una casa embargada cuyo propietario ha vuelto a ocupar ilegalmente. Lo único que Pip querría oí