Alexis Ravelo, In Memoriam

Nunca el título de una reseña me había dolido tanto. Nunca pensé que tuviera que escribirlo. Al fin y al cabo, él era mucho más joven que yo. Nos conocíamos virtualmente, de esa manera que ahora se conoce mucha gente. Cada vez que publicaba la reseña de uno de sus libros y lo etiquetaba en Facebook o en Twitter, siempre me respondía de manera similar, «me mimas demasiado» , y yo le respondía que no, que le mimaba lo justo porque su novela así lo merecía. Y fueron diecisiete, diecisiete novelas que disfruté sin reservas. Ninguna me decepcionó. En todas comprobé que nuestra manera de ver la vida era muy similar. Todas eran buenas, muy buenas. Sus novelas eran muy negras, eran muy críticas. Siempre tomaba partido por los más débiles, los desfavorecidos. Siempre se ponía en contra de los poderosos, los corruptos, los que convierten el mundo en ese lugar injusto y despiadado en el que habitamos. Creó un personaje tan entrañable como él mismo. Eladio Monroy fue el que me lo dio a conocer