"Tiempos recios" Mario Vargas Llosa
«¿Cómo era posible que periódicos tan prestigiosos como The New York Times, The Washington Post, Time Magazine, Newsweek, Chicago Tribune se hubieran inventado semejante fantasma: ¡el comunismo en Guatemala!? Una mentira de pies a cabeza, que caricaturizaba de manera indigna unas reformas sociales que, precisamente, querían impedir que la pobreza, las injusticias y desigualdades sociales empujaran a los guatemaltecos hacia el comunismo [...] la Reforma Agraria no había nacionalizado un solo pedacito de tierra sembrada por la Frutera, es decir, la United Fruit, o los latifundistas guatemaltecos. Sólo habían sido afectadas las tierras ociosas, aquéllas sin sembrar. Y las tierras nacionalizadas eran pagadas a sus dueños al precio que ellos mismos las habían valorizado en su declaración de impuestos». Y por fin, la United Fruit Company y otras grandes empresas exentas de ello iban a empezar a pagar impuestos también.
En realidad lo que el presidente Árbenz pretendía era fundar en Guatemala una democracia capitalista moderna a imagen de Estados Unidos. Y para ello primero quería terminar con la pobreza de una gran parte de la población formada por todos los indios que malvivían entre el hambre y la miseria. Quería una Guatemala sin pobres ni explotados, sin explotadores, con ciudadanos libres y con capacidad de decisión. Por eso Árbenz no entendía lo que le pasaba al embajador estadounidense Peurifoy y por qué ponía tantas trabas a todas sus decisiones y se empeñaba en tachar a su gobierno de comunista y en exigirle que detuviera a todos los comunistas que había en Guatemala. «En esta lista hay sólo los cuatro diputados del Partido Guatemalteco del Trabajo, que se declara comunista, aunque la mayoría de sus dirigentes y su puñadito de militantes no sepan muy bien qué es eso del comunismo. Los demás son tan anticomunistas como usted [...] ¿Se ha olvidado que Guatemala es un país soberano y usted sólo un embajador, no un virrey ni un procónsul?»
Lo que Árbenz no sabe como tampoco lo sabía Arévalo, su predecesor, es algo que sí conoce el lector porque el libro comienza contando la historia de dos hombres, Edward L. Bernays y Sam Zemurray. Ambos judíos, ambos de familias inmigrantes procedentes de Europa. Y ahí se acababan las semejanzas. Zemurray, un hombre sin estudios, hecho a sí mismo, fundó la United Fruit Company y con ello introdujo el banano en Estados Unidos e hizo que pasara a formar parte de la dieta de los estadounidenses. También lo hizo popular en Europa y otras zonas del mundo.
Bernays, por el contrario era un hombre formado y de clase alta. Entre sus prestigiosos parientes estaba Sigmund Freud. «[...] se jactaba de ser algo así como el Padre de las Relaciones Públicas, una especialidad que si no había inventado, él llevaría (a costa de Guatemala) a unas alturas inesperadas, hasta convertirla en la principal arma política, social y económica del siglo XX». Y del XXI. A nadie se le esconde el poder de la publicidad en el mundo moderno y en el capitalismo más salvaje.
La relación entre ambos personajes dispares, las estrategias que el segundo puso en marcha para que, a petición del primero, la United Fruit Company siguiera disfrutando los monopolios del banano en Centroamérica explotando trabajadores y recursos y enriqueciéndose sin medida, llevó a todos los males que asolaron Guatemala y que la narración posterior nos mostrará claramente en la novela.
Y la estrategia de Bernays para la United Fruit Company, encargada por Zemurray, fue perversa: convencer a los países occidentales, y a Estados Unidos principalmente, de que Guatemala había caído en la órbita del comunismo soviético con el peligro que eso conllevaba de infiltración en Centroamérica y tan cerca del canal de Panamá. «"El peligro de que Guatemala se vuelva comunista [...] es remoto, y yo diría que, por el momento, no existe, [...] Esto, caballeros, es bueno saberlo, no decirlo [...] Somos nosotros los que debemos ilustrar al gobierno y a la opinión pública sobre Guatemala, y hacerlo de tal modo que se convenzan de que el problema es tan serio, tan grave, que hay que conjurarlo de inmediato"». En una palabra, impedir, no ya que Guatemala se convierta en un país comunista, sino en una democracia moderna. Y para ello, nada mejor que convencer a la opinión pública de que Guatemala es «el caballo de Troya de la Unión Soviética infiltrado en el patio trasero de los Estados Unidos». Aun acabando de comprobar que tal cosa no es cierta.
Cómo se llevó a cabo la estrategia de Bernays es lo que nos cuenta Tiempos recios en un repaso novelado de la historia guatemalteca que va aproximadamente de 1944, cuando la Revolución de Octubre terminó con la dictadura del general Jorge Ubico y dio paso a los diez años de mayor democracia en el país, hasta bien entrada la década de los sesenta. En 1954 el Ejército Liberacionista de Carlos Alberto Castillo Armas (apodado CACA) ayudado por Estados Unidos, la República Dominicana de Trujillo, la Nicaragua de Somoza y cuanto dictadorzuelo había en la zona, invadió el país terminando con sus sueños demócratas. La historia sigue una década más entre intrigas de todo tipo en las que cobran protagonismo Trujillo y su infiltrado en el país centroamericano, Johnny Abbes García; Martita Borrero Parra, llamada Miss Guatemala aunque nunca llegó a serlo. La mayoría son históricos; algunos, ficticios, como Martita Borrero que nunca existió aunque sí lo hizo la persona en la que seguramente se basa, Gloria Bolaños Pons, amante real de Castillo Armas.
Muchos personajes pasan por esta novela y, como he dicho, casi todos son históricos, porque Tiempos recios cuenta hechos que sucedieron en la realidad. La década de democracia que gozó Guatemala entre 1944 y 1954, llamada La primavera democrática y sobre todo su final con la invasión del país y el derrocamiento de Árbenz por Castillo Armas, es parte de la historia que se cuenta, pero también se nos narra el propio asesinato de Castillo Armas para el que la Historia no tiene un responsable claro. De las varias hipótesis que existen, Vargas Llosa hace suya la que posiblemente tiene más probabilidades de ser cierta. Porque si el libro tiene mucho de Historia, puede que tenga más de novela. Pero una novela muy pegada a la realidad.
La narración no es literal. Los capítulos se alternan contando las vidas de distintos personajes y, aunque estos se entremezclan, los episodios que se destacan de sus vidas no suceden en el mismo momento, por lo que los saltos en el tiempo, el espacio y los protagonistas son continuos, pero en conjunto dibujan una narración coherente y compacta que atrapa e interesa desde la primera línea.
Si el libro comienza con un Antes en el que se nos pone en antecedentes del trato entre Bernays y Zemurray para lograr sus objetivos en Guatemala, finaliza con un Después en el que el autor, presuntamente, consigue una entrevista con Miss Guatemala que, ya octogenaria, vive y recuerda en su piso «entre Washington D. C. y Virginia, no muy lejos de Langley, donde, y esto podría ser mera casualidad, está la casa matriz de la CIA».
Yo desconocía mayormente la historia de Guatemala. Imagino que como mucha gente. Con esta novela Vargas Llosa me ha enseñado una pequeña parte de dicha historia y creo que se ha sacado la espina al desbaratar la mentira de que Árbenz era un comunista a las órdenes de la URSS. Termina el libro: «Hechas las sumas y las restas, la intervención norteamericana en Guatemala retrasó decenas de años la democratización del continente y costó millares de muertos, pues contribuyó a popularizar el mito de la revolución armada y el socialismo en toda América Latina. Jóvenes de por lo menos tres generaciones mataron y se hicieron matar por otro sueño imposible, más radical y trágico todavía que el de Jacobo Árbenz». Puede que Vargas Llosa dejara de ser comunista hace muchos años, pero nunca ha dejado de ser demócrata.
La maestría de Vargas Llosa se vuelve a manifestar en esta novela en la que vuelve sobre temas ya tratados, y muy bien tratados. Puede que no alcance las altas cotas de La fiesta del chivo, pero le anda muy cerca.
Este libro participa en el Reto Escritores de la A a la Z que organiza el blog Lecturápolis. Con él relleno la letra V.
Título del libro: Tiempos recios
Autor: Mario Vargas Llosa
Nacionalidad: Perú
Editorial: Alfaguara
Nacionalidad: Perú
Editorial: Alfaguara
Año de publicación: 2019
Año de publicación original: 2019
Nº de páginas: 360
Lo bueno de este tipo de novelas es que nos acercan a lugares y sucesos que desconocemos. La historia de Guatemala nos queda un poco lejos, es verdad, pero no está de más adentrarnos en ella y conocerla mejor. El conocer nunca sobra. Tomo nota del libro, aunque con la lista enorme de pendientes que tengo no sé cuándo le tocará el turno!!
ResponderEliminarUn besito!
No sé qué me ha gustado más, si lo que he aprendido de la historia de Guatemala o la maravillosa forma de escribir y de narrar de Vargas Llosa. Muy recomendable.
EliminarUn beso y bienvenida de nuevo a este blog.
¡Hola!
ResponderEliminarLlevaba mucho sin pasar por aquí y ya me has creado unanecesidad. Es o sí, el gran maestro en mi casa se leeen invierno, bien concentrada.
Yo tampoco sé mucho, más bien nada, de la historia de Guatemala, y como el saber nunca ocupa lugar tomo buenanota.
Muy feliz martes y gracias por la reseña.
Bienvenida, Gemma. ¿Qué tal ese descanso? Ya he visto en Instagram fotos de sitios cercanos al paraíso.
EliminarEs una novela con la que se aprende y además se disfruta. Ojalá te guste.
Un beso.
Me parece un forma estupenda para adentrarse en la historia de Guatemala y comprender como se forjaron tantas décadas de plomo, miseria o huida de aquellos que podían. La manera de escribir de Vargas Llosa es tan natural y la vez tan didáctica que siempre es un gusto leerle.
ResponderEliminarUn beso, Rosa.
Siempre he pensado que se aprende más historia con una buena novela que con un manual. En plan aficionado claro.
EliminarSiempre me ha gustado mucho Vargas Llosa, tanto las historias que cuenta como su forma de contarlas y con este libro recupera su forma típica de escribir que se había desdibujado un poco en algún libro anterior.
Un beso.
Los guatemaltecos deben sentirse orgullosos porque cuando habían dictaduras en América Latina, aquí hubo una democracia, elecciones limpias y el presidente que los guatemaltecos eligieron quiso hacer reformas sociales en democracia, con libertad, críticas y resistencias de quienes se veían afectados por esas reformas, eso es lo civilizado. Guatemala tuvo el honor de ser en ese momento una especie de faro. Era un joven universitario en ese época y veía a Guatemala con una enorme admiración...
ResponderEliminarAndas perdida pero veo que andas bien
saludos querida un abrazo desde el calor de Miami Te dejo mis huellas para que no te piierdas
Ando bien. Gracias.
EliminarLo poco que sé de Guatemala me ha llegado gracias a autores del país que he leído, como Miguel Ángel Asturias, Augusto Monterroso o el fascinante Hugo Ak' abal, un triplete con mucha enjundia.
ResponderEliminarQué te voy a decir de Vargas Llosa, uno de mis escritores predilectos, me da igual el tema que aborde, su extraordinaria prosa hace que me resulte atractiva la propuesta y disfrute como te ocurre a ti.
Huelga decir que ya tenía apuntado el título, pero leer tu teseña para mí es un plus.
Beso, Rosa.
Escribe de una forma totalmente cautivadora. A mí me atrapa desde la primera página.
EliminarHa sido todo un descubrimiento esta novela sobre Guatemala y sobre su época democrática y de reformas en busca de la igualdad y cómo se terminó con ese intento por los intereses de una gran empresa. Hay mucho de ficción en la novela, pero también hay mucha realidad y puedo decir que he aprendido y disfrutado.
Un beso.
No me lo llevo, Rosa. Confieso que el autor me da muchísima pereza tras alguna mala experiencia con su lectura y, por otro lado, el tema no me me interesa especialmente.
ResponderEliminarBesos.
Pues siento tu mala experiencia porque la verdad es que lo he leído casi al completo y lo he disfrutado muchísimo. Pero ya sabes que las experiencias lectoras dependen de muchas cosas y cuando un autor no entra, no entra y y no hay que darle más vueltas.
EliminarUn beso.
¡Hola, Rosa! Esta es otra gran obra del gran escritor Mario Vargas Llosa que nos acerca a una época en la historia de Guatemala, la cual me gustaría conocer mucho más. Gracias por tan buena reseña y de más está decirte que me la llevo apuntada, pues MVLL es uno de mis escritores favoritos. ¡Besos!
ResponderEliminarSí, es una novela que recuerda a alguna de las mejores del autor porque aunque he leído casi todas sus novelas y me han gustado, hay algunas que son monumentales y esta, para mí, casi está a esa altura.
EliminarNo la dejes pasar.
Un beso.
Interesantísima esta reseña, Rosa. Hace mucho que no leo a Vargas Llosa pero es cierto que nunca defrauda. Esta novela puede ser una buena opción para retomarlo, me ha gustado mucho todo lo que cuentas sobre ella. Un beso.
ResponderEliminarDe las dos o tres últimas novelas que ha publicado esta es la que más me ha gustado. Ha sido como recuperar al Vargas Llosa de los mejores tiempos. No hay que perdérselo.
EliminarUn beso.
Pues eso estaba pensando, en "La fiesta del chivo" y seguro que Vargas Llosa resuelve esta historia con parecida solvencia. Me interesa mucho, el intervencionismo yanqui cometió verdaderos desmanes en Latinoamérica durante la Guerra Fría, en lo que consideraban (o consideran) su "patio trasero". El de Chile, por películas como Missing es bastante conocido, no tanto el caso de Guatemala, así que me parece oportuna esta novela. Sobre todo viendo la que han liado en Afganistán...
ResponderEliminarUn abrazo.
El hecho de que ande por ahí Trujillo haciendo de las suyas hace que sea inevitable pensar en La fiesta del chivo.
EliminarLa administración estadounidense juega con el mundo entero como si fuera su patio trasero. Lo hacía en 1954 en Guatemala, lo hizo en Chile en 1973 y mucho después en Irak o Afganistán. Y lo seguirá haciendo imagino. Lo bueno es que haya escritores y cineastas que nos lo cuenten (y confieso que soy una enamorada de lo estadounidense que pero no se debe dejar que el amor nos ciegue)
Un beso.
¡Hola Rosa!
ResponderEliminarVargas Llosa escribe muy bien, es uno de los grandes, sin duda. Lo sé porque hace tiempo empecé a leer una novela suya, pero si te soy sincera (siempre lo soy, en mi blog y en mis comentarios) lo abandoné, porque recuerdo que aunque disfrutaba mucho de su forma de escribir, la historia que contaba no me enganchó (ya sabes que soy algo rarita con mis gustos literarios). Puede que en algún momento me decida a intentarlo de nuevo.
Respecto a esta novela que nos presentas hoy, me parece una buena manera de adentrarse en la historia de Guatemala (yo tampoco conozco mucho, la verdad)
Me alegra que lo hayas disfrutado. Por cierto, he terminado el de El palacio de hielo, me ha gustado mucho, tengo pendiente meterlo en alguna reseña 2x1
Besos
Pues he de decir que salvo La ciudad y los perros que la abandoné un par de veces en mi juventud (conseguí leerla hace unos años y me entusiasmó), jamás he abandonado un libro de Vargas Llosa. Me han encantado y atrapado todos.
EliminarMe alegro de que te haya gustado El Palacio de hielo. Me encantará leer tu reseña.
Un beso.
Juraría que había publicado un comentario en esta entrada hace una horas. Menos mal que dejé el navegador abierto en el ordenador y al volver me he dado cuenta de que no ha sido así. Puede ser que se me haya olvidado darle a publicar pero lo extraño es que me ha pasado lo mismo en otro blog. Bueno, no sé, torpezas mías o misterios de blogger.
ResponderEliminarTe contaba que me declaro una completa ignorante acerca de la historia de Guatemala y también algo así como que me parece terrible tanto lo que puede desencadenar como lo que puede impedir que se realice los tejemanejes de un interés comercial.
Vargas Llosa es un autor aún pendiente para mí. Supongo que es algo imperdonable por mi parte. Espero no tardar mucho en hacerme perdonar.
Besos
Lo de escribir un comentario y que desaparezca es algo que me pasa de continuo.
EliminarVargas Llosa es un autor que merece la pena leer. Conversación en la Catedral lo he leído tres veces y cada una me ha gustado más que las anteriores. He leído todas sus novelas y casi todas (alguna flojea) son muy buenas. Esta es de las buenas y encima se aprende acerca de un país cuya historia es bastante desconocida por estos pagos.
Un beso.
Hola Rosa este autor es un claro ejemplo de escritores que son una maravilla y que como persona (para mi) deja mucho que desear y aunque sé que debería olvidar a la persona y centrarme en el escritor no lo consigo y no me apetece nada, con todo lo que tengo que leer pues a Vargas Llosa lo voy a dejar en la cola y eso que me gustaria descubrir más sobre Guatemala pero de momento no me atrae lo suficiente.
ResponderEliminarBesos
No tengo datos suficientes para juzgarlo como persona, pero como escritor es fantástico. De todas formas, afortunadamente, siempre he separado a la persona del artista y así he disfrutado mucho de escritores y directores de cine que de otra forma hubieran quedado en el limbo. Desde luego por nada hubiera querido perderme a Vargas Llosa.
EliminarUn beso.
La fiesta del chico es una genialidad pero te deja hecha polvo. Qué crueldad de historia y cómo impacta. También he leído El sueño del celta y es interesante, aunqueuy cruenta. Pero no pasé nunca del primer capítulo de las travesuras de la niña mala y el último que leí fue el de las esquinas que me dejó en plan, pero ¡qué hace este señor?
ResponderEliminarAsí que a estos tiempos recios no le había hecho caso pero me he quedado pegada a tu reseña. Ni idea por supuesto de la historia de Guatemala, y me parece muy interesante. Me apunto sin dudar a pesar de que seguro que de mano me hago lío con los personajes y los hilos temporales.
Besos
A mucha gente le disgustó Las travesuras de la niña mala. A mí recuerdo que me gustó, tal vez porque después de tantas críticas, me pareció que no era para tanto.
EliminarLa fiesta del chivo, Conversación en la Catedral y La ciudad y los perros, lo mejor sin duda.
Tiempos recios me ha gustado mucho también. De las dos o tres ultimas es la mejor.
Un beso.
¡Hola, Rosa! Espero que hayas disfrutado tanto de las lecturas como del sol en este verano. Vargas Llosa es uno de los Escritores con mayúsculas que comienzan a escasear en estos tiempos de narradores. Una novela potente la que nos muestras y que desde luego puede ser la puerta de entrada para quienes como yo somos ignorantes de la historia de Guatemala. De todas formas, el argumento es universal, la manipulación de la opinión pública es la primera lección de cualquier aspirante al poder. Un fuerte abrazo!
ResponderEliminarRazón tienes. Es un narrador de los que van escaseando. Un Nobel muy merecido. Creo que últimamente se da el premio no tanto por calidad literaria sino por lo que toca, (continente, género literario, sexo, etc)
EliminarEsta novela enseña, hace crítica y entretiene y está escrita con un gusto exquisito como corresponde a Vargas Llosa. Poco más se puede pedir.
Un beso.
Hola Rosa, pues yo tampoco conozco casi nada de la historia de Guatemala y por eso la novela me parece muy interesante y si encima esta casi a la altura de la Fiesta del chivo, una historia que me gustó mucho. Me la llevo sin dudar. Besos.
ResponderEliminarDesconocemos mucho en general de todo Centroamérica y con esta novela se aprende bastante de una época concreta y muy interesante.
EliminarQuizás no alcanza la grandeza de La fiesta del chivo, pero la recuerda mucho.
Un beso.
Hola, Rosa. Mil gracias por la reseña, cuando estudié filología me enamore de las letras de este escritor y la verdad que hace muchísimo tiempo que no lo leo y por lo que nos cuentas es una obra que no debemos dejar pasar.
ResponderEliminarBesos y felices lecturas.
Yo caí rendida a la prosa de Vargas Llosa en 1979 a raíz de Conversación en la Catedral que he leído tres veces y a día de hoy sigue siendo una de mis favoritas.
EliminarYo voy leyendo todo lo que publica (de novela; los ensayos los tengo pendientes) y y este es de los que más me han gustado de los últimos.
Un beso.
La verdad desconozco la historia de Guatemala y parece que con este libro puedo conoce rmejor ese hecho concreto de la historia y ciertamente leer a Mario Vargas LLosa es un plus pues es un escritor que desde luego nunca defrauda, de modo que tomo nota y lo leeré en algún momento, y de paso se lo recomendaré a mi hijo que creo que con muy buen lector estoy segura que no le va a defraudar y de paso que también aprenda que eso a esta juventud no le vienen nada pero que nada mal.
ResponderEliminarUn beso y espero que hayas disfrutado del verano.
Seguro que a tu hijo le gusta este libro. Vargas Llosa siempre es una apuesta segura y este libro me ha recordado a sus mejores novelas.
EliminarEspero que la disfrutes si te decides a leerla.
Un beso.