"Sabotaje" Arturo Pérez-Reverte
Termino con esta novela la trilogía sobre Lorenzo Falcó, una trilogía que me ha gustado mucho y de cuyas dos novelas anteriores, "Falcó" y "Eva", ya di cuenta en el blog. Lorenzo Falcó, al que yo siempre, desde la primera novela, no puedo poner otra cara que la de Rick Blaine en Casablanca, que no es otra que la cara de Humphrey Bogart, es un espía del bando nacional durante la Guerra Civil española. Trabaja para un personaje bastante enigmático y curioso al que llama el Almirante que es el jefe del SNIO, el Servicio Nacional de Información y Operaciones. Y digo bastante enigmático porque tiene salidas que no pegan mucho con sus afinidades a Franco, la Cruzada y el Nacional Catolicismo.
"—La Piquer.
—¿Qué pasa con la Piquer?
—¿No oyes la letra?... Acaba de cantar: Apoyá en la puerta / de mi casa un día.
—¿Y qué?
—Que siempre ha sido: Apoyá en el quicio / de la mancebía.
Sonrió Falcó, burlón.
—Se moraliza España, señor. Las putas ya no salen en las coplas.
—Ay, Dios... A veces no estoy seguro de si conviene que ganemos esta guerra".
Así como siempre he dudado de las simpatías de Falcó hacia el bando que le paga, esta es la primera vez que me entran dudas de las afinidades del Almirante, a pesar de las críticas que ha podido manifestar otras veces. Por su parte, Falcó sigue siendo el cínico que siempre ha sido, pero al que se le adivina algo de humanidad por debajo de su aparente indiferencia hacia todo lo que no sea él mismo. Nos lo imaginamos dando la vida para salvar a un niño de un incendio o dejándose matar por un falangista para salvar a su amante comunista Eva Neretva. De hecho, él nunca hubiera sido capaz de matarla como sí intentó ella con él en entregas anteriores. Falcó sigue siendo un enigma después de tres novelas con sus aventuras y es que, como le dice el Almirante "qué poca vergüenza tienes. Has conseguido lo que pocos consiguen en la vida: aparentar exactamente lo que eres, y que parezca que lo aparentas". Frase de la que, en realidad se pueden sacar muchas conclusiones. Cuando alguien le pregunta en el libro a Falcó si puede saberse en qué bando está, me doy cuenta de que yo tampoco lo sé. De todo se pueden sacar muchas conclusiones, pero Lorenzo Falcó mantiene el misterio. Puede que como él mismo dice no sea necesario estar en alguno, pero...
Como en las entregas anteriores, cuando empieza "Sabotaje" encontramos a Falcó en el final de una misión. Está en Biarritz en la primavera de 1937. España está en plena guerra entre los rebeldes golpistas y los defensores de la República, pero también hay una guerra dentro del bando republicano entre trotskistas y anarquistas por un lado, que pretenden aprovechar la guerra para hacer la revolución, y los comunistas por otro, afectos a la URSS y a Stalin y que prefieren ganar primero la guerra y dedicarse después a la revolución; en Checoslovaquia cada vez se siente más fuerte la amenaza de Hitler y las purgas de Stalin están en su punto más álgido, pero estamos en el casino de Biarritz y en "Francia gobernaba el Frente Popular, los obreros tenían vacaciones pagadas, y quienes mordisqueaban un habano o alargaban el cuello rodeado de perlas, pendientes del chemin de fer o del trente et quarante, eran clase media acomodada que se codeaba con restos de otra época".
Terminada su misión en Biarritz con éxito y con la ayuda de una bella mujer de nombre Malena, Falcó regresa a zona nacional, concretamente a San Sebastián, y a recibir las órdenes del Almirante que en este caso le llevarán a París. El encargo es deshacerse de un aviador que es partidario de la República y ha combatido en España al mando de una escuadrilla de voluntarios. Leo Bayard es además simpatizante comunista, aventurero y escritor. Ahora vive en París "en plan héroe de guerra, dando conferencias, escribiendo artículos y pavoneándose de su pasado fresco de luchador por la libertad... Prepara un libro y una película sobre su experiencia española y presiona al gobierno Blum para que Francia deje de estar al margen y apoye a la República". Falcó tendrá que infiltrase en el círculo de Bayard con nombre supuesto y torcer las cosas de tal manera que a Bayard lo eliminen sus propios amigos comunistas. Encaje de bolillos en el que Arturo Pérez-Reverte es un maestro indiscutible.
Pero no queda ahí la cosa porque un pintor español afincado en París ha recibido el encargo de pintar un cuadro para el pabellón español en la Exposición Internacional de París de 1937 que se va a inaugurar en junio. La República quiere atraer las simpatías internacionales hacia su causa porque "por miedo a enfrentarse a Hitler y a Mussolini, las democracias europeas están abandonando a la República". Esa es la causa por la que quieren quedar bien en la Exposición y le han encargado el cuadro a uno de sus pintores más famosos. Falcó tendrá que sabotear la pintura para que no pueda estar presente en la Exposición.
Mientras en Barcelona tienen lugar los sucesos de mayo que llenarán de sangre las calles por la lucha entre distintas facciones republicanas, Falcó, con el nombre de Ignacio Gazán, se infiltrará en los ambientes de izquierdas y entre los artistas de París.
En sus andanzas, estará apunto de perder la vida, se enredará con dos chicas norteamericanas bastante liberales, se preguntará que ha sido de Eva Neretva y frecuentará un cabaret de Pigalle, Mauvaises Filles, en el que se encontrará con una cantante y un pianista que había conocido en Berlín en otro cabaret. Ambos tuvieron que huir desde el momento en que una cantante negra y un pianista negro y homosexual dejaron de ser un toque exótico en algún cabaret berlinés para convertirse en enemigos del pueblo y en un insulto para la palidez más pura de la raza aria. Y más teniendo en cuenta que interpretan una música degenerada. En un cabaret de Pigalle, ambos están cómodos, pero Falcó les dará un baño de realidad "—Francia está podrida —opinó—. Que no os despiste que ahora gobierne el Frente Popular. Sus generales son reaccionarios y antisemitas. Si los alemanes atacan, la mitad de los franceses se pasará al enemigo. Y tendréis que largaros de nuevo".
Me da pena que se termine la serie sobre Lorenzo Falcó porque me gustaría saber mucho más de él. En mi reseña de "Falcó" decía del personaje: "es un hombre con un pasado que merecería una precuela de esas que ahora están tan de moda". Terminada la serie, lo sigo diciendo. Me gustaría conocer sus aventuras desde que lo expulsan de la Academia Naval de Marín por pegarse en clase con un profesor con cuya mujer tenía un asunto; me gustaría saber de sus andanzas por medio mundo dedicado al tráfico de armas y como asesino a sueldo. También me gustaría saber a ciencia cierta qué pasó con Eva Neretva, aunque eso resultaría más inverosímil. Y, por supuesto, aunque si yo fuera el autor tampoco sería complaciente en este terreno, me gustaría saber cuál de los dos bandos se llevan las simpatías de Falcó en la guerra en la que él desempeña un papel tan arriesgado.
Título del libro: Sabotaje
"—La Piquer.
—¿Qué pasa con la Piquer?
—¿No oyes la letra?... Acaba de cantar: Apoyá en la puerta / de mi casa un día.
—¿Y qué?
—Que siempre ha sido: Apoyá en el quicio / de la mancebía.
Sonrió Falcó, burlón.
—Se moraliza España, señor. Las putas ya no salen en las coplas.
—Ay, Dios... A veces no estoy seguro de si conviene que ganemos esta guerra".
Así como siempre he dudado de las simpatías de Falcó hacia el bando que le paga, esta es la primera vez que me entran dudas de las afinidades del Almirante, a pesar de las críticas que ha podido manifestar otras veces. Por su parte, Falcó sigue siendo el cínico que siempre ha sido, pero al que se le adivina algo de humanidad por debajo de su aparente indiferencia hacia todo lo que no sea él mismo. Nos lo imaginamos dando la vida para salvar a un niño de un incendio o dejándose matar por un falangista para salvar a su amante comunista Eva Neretva. De hecho, él nunca hubiera sido capaz de matarla como sí intentó ella con él en entregas anteriores. Falcó sigue siendo un enigma después de tres novelas con sus aventuras y es que, como le dice el Almirante "qué poca vergüenza tienes. Has conseguido lo que pocos consiguen en la vida: aparentar exactamente lo que eres, y que parezca que lo aparentas". Frase de la que, en realidad se pueden sacar muchas conclusiones. Cuando alguien le pregunta en el libro a Falcó si puede saberse en qué bando está, me doy cuenta de que yo tampoco lo sé. De todo se pueden sacar muchas conclusiones, pero Lorenzo Falcó mantiene el misterio. Puede que como él mismo dice no sea necesario estar en alguno, pero...
Como en las entregas anteriores, cuando empieza "Sabotaje" encontramos a Falcó en el final de una misión. Está en Biarritz en la primavera de 1937. España está en plena guerra entre los rebeldes golpistas y los defensores de la República, pero también hay una guerra dentro del bando republicano entre trotskistas y anarquistas por un lado, que pretenden aprovechar la guerra para hacer la revolución, y los comunistas por otro, afectos a la URSS y a Stalin y que prefieren ganar primero la guerra y dedicarse después a la revolución; en Checoslovaquia cada vez se siente más fuerte la amenaza de Hitler y las purgas de Stalin están en su punto más álgido, pero estamos en el casino de Biarritz y en "Francia gobernaba el Frente Popular, los obreros tenían vacaciones pagadas, y quienes mordisqueaban un habano o alargaban el cuello rodeado de perlas, pendientes del chemin de fer o del trente et quarante, eran clase media acomodada que se codeaba con restos de otra época".
Terminada su misión en Biarritz con éxito y con la ayuda de una bella mujer de nombre Malena, Falcó regresa a zona nacional, concretamente a San Sebastián, y a recibir las órdenes del Almirante que en este caso le llevarán a París. El encargo es deshacerse de un aviador que es partidario de la República y ha combatido en España al mando de una escuadrilla de voluntarios. Leo Bayard es además simpatizante comunista, aventurero y escritor. Ahora vive en París "en plan héroe de guerra, dando conferencias, escribiendo artículos y pavoneándose de su pasado fresco de luchador por la libertad... Prepara un libro y una película sobre su experiencia española y presiona al gobierno Blum para que Francia deje de estar al margen y apoye a la República". Falcó tendrá que infiltrase en el círculo de Bayard con nombre supuesto y torcer las cosas de tal manera que a Bayard lo eliminen sus propios amigos comunistas. Encaje de bolillos en el que Arturo Pérez-Reverte es un maestro indiscutible.
Pero no queda ahí la cosa porque un pintor español afincado en París ha recibido el encargo de pintar un cuadro para el pabellón español en la Exposición Internacional de París de 1937 que se va a inaugurar en junio. La República quiere atraer las simpatías internacionales hacia su causa porque "por miedo a enfrentarse a Hitler y a Mussolini, las democracias europeas están abandonando a la República". Esa es la causa por la que quieren quedar bien en la Exposición y le han encargado el cuadro a uno de sus pintores más famosos. Falcó tendrá que sabotear la pintura para que no pueda estar presente en la Exposición.
Mientras en Barcelona tienen lugar los sucesos de mayo que llenarán de sangre las calles por la lucha entre distintas facciones republicanas, Falcó, con el nombre de Ignacio Gazán, se infiltrará en los ambientes de izquierdas y entre los artistas de París.
En sus andanzas, estará apunto de perder la vida, se enredará con dos chicas norteamericanas bastante liberales, se preguntará que ha sido de Eva Neretva y frecuentará un cabaret de Pigalle, Mauvaises Filles, en el que se encontrará con una cantante y un pianista que había conocido en Berlín en otro cabaret. Ambos tuvieron que huir desde el momento en que una cantante negra y un pianista negro y homosexual dejaron de ser un toque exótico en algún cabaret berlinés para convertirse en enemigos del pueblo y en un insulto para la palidez más pura de la raza aria. Y más teniendo en cuenta que interpretan una música degenerada. En un cabaret de Pigalle, ambos están cómodos, pero Falcó les dará un baño de realidad "—Francia está podrida —opinó—. Que no os despiste que ahora gobierne el Frente Popular. Sus generales son reaccionarios y antisemitas. Si los alemanes atacan, la mitad de los franceses se pasará al enemigo. Y tendréis que largaros de nuevo".
Arturo Pérez-Reverte |
Título del libro: Sabotaje
Autor: Arturo Pérz-Reverte
Nacionalidad: España
Editorial: Alfaguara
Nacionalidad: España
Editorial: Alfaguara
Año de publicación: 2018
Año de publicación original: 2018
Nº de páginas: 376
Hola Rosa. Con Pérez-Reverte voy pasito a pasito. Lo había leído mucho, dejó de interesarme y ahora estoy retomando en pequeñas dosis.
ResponderEliminarMientras te leía pensaba en esas otras historias de las que a veces queremos saber. Me ha pasado muchas veces que cuando estoy con alguna novela me quedo con las ganas de saber todo lo que no se ha contado de algún personaje, lo que ha llevado a esos personajes a ser cómo son, su manera de pensar y de vivir, esa curiosidad que muchas veces no queda satisfecha. Supongo que tiene que ver con la construcción del personaje.Hay personajes que están tan bien documentados y que su historia se ha construido tan bien que hacen que quieras saber mucho más de él, no quieres perderlo de vista, quieres más. Y saber hacer eso no tiene que ser nada fácil.
Un beso y muy feliz semana
Yo creo que ese es el secreto. Pérez-Reverte ha creado un personaje tan compacto que más que un personaje es casi una persona y uno desea saber cosas sobre él porque además el autor ha tenido la habilidad de hacerlo enigmático y de dar pinceladas que llevan al deseo de conocerlo mejor. A mí me parece un narrador excepcional y un constructor de personajes maravillosos. Por más años que pasen nunca olvidaré a El Potro del Mantelete, Don Ibrahim y La Niña de los Peines, tres de los personajes de "La piel del tambor" una de las novelas que más me han gustado del autor.
EliminarUn beso y buena semana también para ti.
Hola Rosa, la verdad es que no me apetecía esta serie cuando salió, estaba un poco desengañada del autor, pero he leído tus reseñas de la trilogía y he decidido animarme este año, que además la he visto en la biblioteca. Besinos.
ResponderEliminarTan solo ha habido un libro del autor que me haya decepcionado y es "El francotirador paciente". Le hice una reseña bastante negativa, pero el resto, y he leído casi todas sus novelas (creo que me quedan solo dos), me ha encantado siempre.
EliminarLorenzo Falcó es como el Rick de "Casablanca" o el Reth Buttler de "Lo que el viento se llevó": cínico, sin escrúpulos, sin otros principios que no sean ellos mismos, pero que en cualquier momento nos sorprenden.
A mí me ha gustado mucho. Me gustará saber tu opinión.
Un beso.
¡Hola, Rosa! De este verano no pasa que no le hinque el diente a esta trilogía. Solo con esa imagen de Bogart con Falcó ya casi nos lo has dicho todo respecto a lo que nos vamos a encontrar, y que a mi personalmente me atrae mucho. Me parece un gran acierto que no se sepa de "qué pie cojea el personaje", la realidad y las propias convicciones suelen ser mucho más complejas que cualquier ideología, que siempre se suelen mover entre los blancos y los negros. ¡Fantástico cierre de reseñas de la obra de Pérez Reverte! Un tipo que por cierto me cae bien, con independencia de sus "cosillas", pero es alguien con voz propia y ello siempre es de agradecer en un mundo en el que la Libertad de expresión suele ser propugnada solo para lo que reafirma nuestras convicciones, pero no para lo que las pone en duda. Un fuerte abrazo!!
ResponderEliminarYo también creo que es un gran acierto del autor dejar un poco en el limbo los verdaderos sentimientos de Falcó y sus simpatías en la Guerra, pero es que me mata la curiosidad, no puedo evitarlo.
EliminarA mí también me cae bien Pérez-Reverte. Cierto que a veces es un poco borde, pero es que hay cosas que requieren serlo y los demás nos quedamos con las ganas. Él es una persona bastante 𝘴𝘶𝘪 𝘨𝘦𝘯𝘦𝘳𝘪𝘴, que no se casa con nadie y que ha vivido demasiados horrores como para ir pactando con las buenas costumbres.
De todas formas, sea cual sea la personalidad del autor, ya sabes que yo lo separo siempre de la obra y la obra de Pérez-Reverte, con alguna excepción rara, me encanta. Creo que es un gran narrador.
No dejes la serie. Al menos el primero a ver si te gusta.
Un beso.
Hola, Rosa. Yo también tengo pendiente esta trilogía pero me ha encantado lo que cuentas, así que a ver si puedo ponerme con ella. Coincido con David en lo que dice sobre Pérez Reverte, es algo provocador en ocasiones pero sin duda tiene voz propia y un estilo muy personal. Muy buena reseña. Un beso.
ResponderEliminarA mí me encanta como escribe. he leído casi todas sus novelas y salvo una, me han gustado todas, aunque tenga mis preferencias como "La piel del tambor", "El maestro de esgrima" o "Hombres buenos".
EliminarMe gustó mucho Alatriste y me ha gustado mucho Falcó. En la primera entrega de este último me pareció que ambos tenían mucho en común. Ahora ya no lo veo así, pero ambos son personajes muy atractivos.
Espero que te guste.
Un beso.
El espionaje y la vida del espía siempre me ha llamado poderosamente la atención, aunque sea en la ficción (John Le Carré me gusta mucho), aunque probablemente en las novelas resulten más atractivos y simpáticos que en la realidad. Si, además, se los maquilla de duros, sinvergüenzas y canallas, mejos que mejor, je,je.
ResponderEliminarNo he leído esta trilogía y me apetecería, a pesar de la pluma de la que ha salido, pues a diferencia de algunos comentaristas no puedo evitar la antipatía que le tengo a Pérez-Reverte, je,je. Le veo un poco como ese tal Falcó en la vida real, que no sabes bien de qué lado está. De todos modos, como he dicho en alguna otra ocasión, debo obligarme a diferenciar al escritor del personaje de carne y hueso.
Un beso.
P.D.- Que conste que hace años leí a Pérez-Reverte (El maestro de esgrima, La tabla de Flandes, La piel del tambor y alguna otra que ahora no recuerdo) y me gustó mucho. Pero eso era antes de conocer su faceta de polemista lanzador de exabruptos de mal gusto, de pensador autocomplaciente (de los que creen estar en posesión de la verdad y la razón) y con ramalazos anti-catalanistas. Pero, como se dice en literatura, esta ya es otra historia.
Pues he de decirte que, a pesar de esa faceta de "polemista lanzador de exabruptos de mal gusto, de pensador autocomplaciente" sigue escribiendo igual de bien y sus novelas siguen siendo muy buenas. Las novelas que mencionas están entre mis favoritas del autor, pero también me han encantado "Hombres buenos", "El tango de la Guardia Vieja", sus series de Alatriste y Falcó... Vamos que no sé si él habrá cambiado, pero su literatura, no, salvo alguna excepción como "El francotirador paciente" que no me gustó.
EliminarNo he leído su novela protagonizada por un perro ni tampoco la que termina de publicar sobre El Cid. Son personajes que no me atraen, aunque el Cid, visto por él, puede resultar interesante. Tampoco he leído "Cabo Trafalgar" ni "Un día de cólera" porque son historias que he leído en Los episodios nacionales de Galdós y tampoco me apetecían mucho. El resto de sus novelas, están todas leídas.
En fin, ya sabes que pienso que se debe separar al autor de su obra, y creo que este caso lo merece.
Un beso.
Supongo que todas esas cosas que te gustaría saber sobre Falcó, son resultado de la inteligencia desplegada por Reverte en la construcción de esta trilogía, dejando determinadas puertas abiertas para que el personaje cobre fuerza en el imaginario del lector, como indicas en tus comentarios.
ResponderEliminarTampoco me cae mal Pérez Reverte, esa faceta de provocador no deja de ser una pose mediática, y él la explota a conveniencia, y da la cara… lo que sí es repugnante son los que sueltan bilis y veneno bajo nicks, seudónimos etc, etc. No comparto todo lo que opina Reverte, soy crítico con varias cuestiones que expone, en otras cosas sí podemos confluir, pero es un tío que no se esconde, es mucho más de lo que pueden decir bastantes “opinadores” por llamarlos de algún modo.
Tengo que animarme con Reverte, sin duda.
Un beso, Rosa.
Pérez-Reverte tiene la capacidad de crear personajes inolvidables. Su retrato de Alatriste, en las primeras lineas del primer libro de la serie, me parece un ejemplo de precisión y austeridad increíbles y encima con tono poético. No me resisto a ponerlo:
Eliminar"No era el hombre más honesto ni el más piadoso, pero era un hombre valiente. Se llamaba Diego Alatriste y Tenorio, y había luchado como soldado de los tercios viejos en las guerras de Flandes. Cuando lo conocí malvivía en Madrid, alquilándose por cuatro maravedís en trabajos de poco lustre, a menudo en calidad de espadachín por cuenta de otros que no tenían la destreza o los arrestos para solventar sus propias querellas".
Veo que estamos de acuerdo en nuestra apreciación del autor. Yo tampoco estoy de acuerdo con todo lo que dice, pero es que no creo que haya nadie con quien se pueda estar de acuerdo en todo. Y como bien afirmas, él al menos se atreve a decirlo a las claras.
Creo que sí deberías animarte con el autor. Tiene novelas fabulosas.
Un beso.
Hola, Rosa.
ResponderEliminarReverte es en mi opinión uno de los escritores que escribe en modo cine y sin embargo nada de lo que he visto de él adaptado a la cinematografía ha conseguido plasmar su narrativa con rotundidad. Esta trilogía y este Bogart/Falcó bien podrían dar para realizar un gran película. A ver si van a tener que venir los estadounidenses a enmendarnos la plana sobre un guión adaptado del autor.
Besos.
Yo he dicho lo mismo acerca de las películas basadas en los libros de Pérez-Reverte, y entonces recuerdo "El maestro de esgrima" y veo la excepción. Pilar Miró hizo una muy buena adaptación de la novela. Se salva un poco (solo un poco) la basada en Alatriste, pero solo un poco. Recuerdo que la primera escena me fascinó, luego tiene un pasar, pero poco más. Entretenida y correcta. Buena la actuación de Viggo Mortensen. El resto son malas de llorar. Y no lo entiendo porque como dices, ya casi les da el guión escrito.
EliminarSucede lo mismo con Muñoz Molina al que curiosamente su única buena adaptación, "Beltenebros", también se la hizo Pilar Miró. Claro que Pilar Miró era muy buena.
Un beso.
De Pérez Reverte solo leí La reina del sur -una novela negra que me gustó mucho, aunque cuando vi el primer capítulo de la serie, creí que me daba algo porque la habían convertido en un verdadero culebrón infumable-, y La sombra del águila. En su día empecé La tabla de flandes, pero abandoné su lectura porque no me enganchaba. La trilogía de la que forma parte Sabotaje quiero leerla sí o sí, aprovechando además que la tienen en eBliblio, al igual que Sidi. Veo que quienes habéis leído la saga llegáis a la misma conclusión, pues el que apene su final es señal de que Falcó es un personaje que cala mucho en el lector. Besos.
ResponderEliminarLas películas y series basadas en obras de Pérez-Revert suelen ser bastante malas, a excepción de "El maestro de esgrima", como ya he comentado.
EliminarA mí "La tabla de Flandes" sí que me enganchó porque además me gusta el ajedrez. Solía jugar con mi padre.
Esta trilogía está muy bien y la verdad es que he disfrutado mucho con ella y creo que te gustará.
Un beso.
Con este autor tengo mis más y mis menos. No pude con su serie de Alatriste, solo leí el primero y no me convenció. Pero sus libros como reportero de guerra, son muy buenos.
ResponderEliminarSobre el que comentas, de leerlo, empezaría por el primero y a ver qué tal.
Un abrazo
Bueno, a mí me gustó mucho Alatriste por lo que puede que no coincidamos en gustos y tampoco te guste Falcó. De todas formas, no son novelas muy largas y puedes probar con el primero.
EliminarA mí me gusta todo lo que escribe con una única excepción, "El francotirador paciente". El resto de sus novelas me han gustado. Unas más y otras menos, pero todas me han gustado.
Un beso.