Tres eran tres 18

En esta entrega de Tres eran tres tenemos tres novelas negras de muy distinto signo. La primera es la tercera entrega protagonizada por el detective Touré y es la historia más dura, triste y escalofriante de las que he leído hasta ahora del detective burquinés afincado en el barrio de San Francisco de Bilbao. La segunda, una historia de asesinatos inspirados por la Biblia que tratan de enmendarle la plana al mismísimo Dios. Es finalista del Premio Cartagena Negra. Y para terminar, la historia de un asesino en serie aquejado de un principio de alzhéimer que le va desdibujando los recuerdos del pasado y del futuro.

Españolas las dos primeras y coreana la tercera. Tres buenas propuestas para escoger.

"Sombras de la nada". Jon Arretxe.

«[...] es evidente que Europa no es el paraíso que muchos imaginábamos al salir de África. Bebés negros para consolar a parejas blancas, criaturas arrancadas de los brazos maternos para saciar los caprichos sexuales de degenerados, órganos de niños pobres para salvar la vida de niños ricos… ¿qué clase de mundo es este?».

Este es un mundo de mierda, pero los hay tan terriblemente peores que muchos seres humanos quieren venir a este mundo de mierda como solución a sus problemas. Touré es uno de esos seres, como lo son casi todos sus amigos y conocidos que viven en el barrio de San Francisco de Bilbao, antes Las Cortes. Tan terrible es el mundo del que salió que con lo poco que gana malviviendo por la ciudad sobrevive él y ayuda a sobrevivir, en Gorom-Gorom, Burkina Faso, a su mujer y a los dos hijos que quedaron allí. Con lo que gana él y con lo que envía desde París la hija mayor, Sira, salen todos adelante y «Aunque ciertamente han vivido algo mejor que otras familias, nunca les ha sobrado nada, más bien al contrario».

Esta es la tercera entrega de la serie sobre Touré, un inmigrante sin papeles procedente de Burkina Faso que sin comerlo ni beberlo se ve metido a hacer de detective oficioso a petición de los más desfavorecidos, los que no esperan mucho de la policía y carecen de dinero para un detective de verdad. En este caso, Touré buscará al bebé que le quitaron las mafias nigerianas a Uwa, una prostituta de la misma nacionalidad y, a la vez, se verá obligado a investigar el paradero de su hija, Sira. Tras años sin verla ha anunciado su visita a Bilbao, pero no aparece en la estación de Hendaya en la que había quedado con su padre. 

Touré acompañado de Osmán y de Sa Kené buscará a Sira por Hendaya, Burdeos y Bayona y descubrirá que el paraíso de Europa se puede convertir en un infierno. Buscará al bebé de Uwa, buscará a Sira, tratará de responder, sin comprometerse demasiado, a las exigencias de los agentes de la Ertzaintza que lo presionan aprovechando la necesidad del hombre de conseguir sus papeles... Y veremos a otros personajes del barrio de San Francisco, los que padecen la explotación y la injusticia y los que las provocan. 

Esta ha sido de las tres que he leído, la más dura y desencantada historia de Touré. Poca cabida hay en ella para el humor, ácido y muy negro, que solía acompañar a las dos anteriores. Tan solo al principio se deja ver porque luego todo es negro y no es humor precisamente. Una lectura muy recomendable y hasta necesaria. Así viven y padecen muchos de esos inmigrantes que nos cruzamos cada día y a los que miramos con indiferencia o desdén; con desprecio y rechazo, y hasta con violencia en los casos más sangrantes.

Título del libro: Sombras de la nada

Autor: Jon Arretxe
Nacionalidad: España
Título original: Hutsaren itzalak

Traducción: Cristina Fernández Blanco (del euskera)

Editorial: Erein

Año de publicación: 2014

Año de publicación original: 2014

Nº de páginas: 248

"Donde haya tinieblas". Manuel Ríos San Martín.

«Las redes sociales son una mierda. Lo sé bien porque las tengo todas. Tres cuentas de Twitter, tan solo una de ellas a mi nombre, la que no uso; dos perfiles de Instagram, uno para cuando hay que investigar a adolescentes (cincuenta y tres seguidores), en el otro subo fotos oscuras y extrañas con las que saco mi lado artístico (diecisiete seguidores). Ayer perdí uno. Snapchat, para mandarme tonterías con mis hijos. Pinterest no me dice nada».  

El inspector Martínez tiene lapsus de este tipo en medio de las investigaciones más complejas y ahora le ha tocado una complicada de verdad. Ha desaparecido una modelo do origen ruso cuando se disponía a hacer la presentación de una tienda de lencería. La modelo además tiene diecisiete años aunque declare diecinueve y no es su estilo el escapar justo antes de un trabajo. Es demasiado profesional para ello.

Por si el caso no era lo suficientemente difícil, a Martínez le ponen de compañera a la inspectora Pieldelobo, una feminista recalcitrante con la que no se lleva nada bien y que podría ser su hija. Y para colmo, la investigación los llevará lejos de Madrid en un periplo que irá de ermita a iglesia y de iglesia a colegiata. Martínez y Pieldelobo deberán pasar mucho tiempo fuera de casa. Ella no parece haber dejado a nadie, pero Martínez deja a su mujer y sus tres hijos a los que echa mucho de menos, sobre todo a la mujer a la que envía largos mensajes de audio. 

A una serie de asesinatos con inspiración religiosa, se unirá la mafia rusa, la prostitución de lujo, la culpa, el miedo al pecado... y Martínez, un creyente educado con los marianistas, hará frecuentes reflexiones con las que Pieldelobo, a la que la religión no ha interesado nunca, se pierde y además se cabrea. 

 «El hombre y la mujer decidirían por sí solos lo que estaba bien y mal. Sin necesidad de intervención divina. Por eso los amenaza con matarlos, ¿no te jode? Y Eva le echa un par de ovarios y desafía a Dios mientras que Adán es un cobarde acusica: «Ha sido ella, ha sido ella». Asume tus actos, colega. Has comido porque has querido. Ya entenderás nuestra desconfianza hacia vosotros».

Y sí, Martínez termina entendiendo muchas cosas y también Pieldelobo va perdiendo mala hostia y haciéndose más comprensiva.

Donde haya tinieblas es una novela que he leído por ser finalista al Premio Cartagena Negra 2022 y ser además la única de las cuatro que me quedaba por leer. Por si a alguien le interesa, las otras son: El buen Padre  de Santiago Díaz, La última paloma de Men Marías y Pastores del mal de Félix García Hernán, mi favorita indiscutible y la única que ha aparecido en el blog. Aunque he de decir que cualquiera de las tres resulta entretenida, hace pasar un buen rato y merece ser leída.

Título del libro: Donde haya tinieblas

Autor: Manuel Ríos San Martín
Nacionalidad: España

Editorial: Planeta

Año de publicación: 2021

Año de publicación original: 2021

Nº de páginas: 528

"Quién sabe si mañana seguiremos aquí". Kim Young-ha

«Mi vida. Puedo dividirla en tres partes. Mi niñez, antes de matar a mi padre. La juventud, viviendo como un asesino. Y una madurez tranquila, sin muertes de por medio».

Así comienza una novela distinta, original y muy adictiva; que nos va poniendo en la tesitura de no saber cuánto de lo que leemos es cierto, tan solo recordado o imaginado. Kim Byeongsu se debate ante los primeros signos del alzhéimer. Teme olvidarlo todo y teme que su hija, Ungi, lo meta en un hogar de ancianos. Ungi acaba de conocer a un hombre, Park Yute, y ese hombre no le gusta nada a Kim. Sabe que lo conoce, pero no recuerda de qué o de cuándo y tampoco es que se fíe mucho de su memoria, pero los ojos de Park Yute le recuerdan a los de un asesino. Kim está convencido de que  es el asesino en serie que lleva un tiempo matando jóvenes mujeres por la zona y empieza a temer por su hija por lo que decide volver a ejercer y salvar así a Ungi.

Las memorias del pasado se enredan con la narración de los planes para el futuro y todo ello con la confusión del presente. «Olvidar el pasado es olvidarme de mí mismo y olvidar el futuro, permanecer por siempre en el presente. ¿Qué sentido puede tener el presente sin un pasado ni un futuro?». A medida que el narrador olvida, la historia va cambiando de signo y pocas cosas son lo que parecían al principio. 

Escrita a base de capítulos muy cortos, la lectura se precipita. Las reflexiones acerca del recuerdo y del olvido, la enfermedad y su forma de luchar contra ella, los deseos y lo posible, se hacen cada vez más importantes. El lector avanza saltando del pasado al presente y hasta al futuro, de los hechos a lo imaginado, y todo va cambiando y la novela negra de asesino en  serie, sin dejar de serlo, se convierte en la lucha de un hombre por mantener sus recuerdos, tanto los del pasado como los del futuro. Y es que los recuerdos del pasado pasaron y no importa que se vayan o no importa tanto porque lo que representan ya está cumplido, pero los del futuro son los que conviene mantener porque representan lo que aún está por hacer. «[...] Odiseo pierde la memoria y se olvida de que debe regresar a Ítaca, igual que todos sus hombres. ¿Qué es lo que olvidan? La meta del viaje. Ítaca pertenece al pasado, pero los planes de volver a ella representan el futuro».

Título del libro: Quién sabe si mañana seguiremos aquí

Autor: Kim Young-ha
Nacionalidad: Corea
Título original: Salinja-ui gieokbeop

Traducción: Seong Cholim, Kwon Eunhee

Editorial: Temas de hoy

Año de publicación: 2019

Año de publicación original: 2013

Nº de páginas: 160