"El linaje de las estrellas" Daniel Fopiani

—Ahora vamos a conocer uno de los rincones más conmovedores de todo el templo. Nos dirigimos hacia la nava del cenotafio, o salón de símbolos, que suena así como más misterioso. —Labios que se estiran y crean sonrisas—. Venid, venid, pasad por aquí; id avanzando sin miedo. Ya veréis por qué siempre la dejo para el final. Cuidado, que no hay mucho espacio dentro de la sala. En su centro encontraréis un gran estanque circular que contiene agua de los cinco océanos, construido en memoria de los marinos que yacen en sus profundidades.

Sergio se quedó a unos pasos del gran pórtico de madera, como siempre, para entrar en último lugar […] pero algo distrajo su atención en la zona de la entrada. La fila de visitantes dejó de avanzar de golpe. La joven que encabezaba el grupo permanecía inmóvil […] sin ser capaz de digerir la información que le llegaba como a través de un cristal rojo. Un mar de sangre. Cuando comenzaron a perfilarse algunas teselas de realidad, las manos se le fueron solas a la boca, como para taparse el espanto. En el estanque del cenotafio, flotaba el cuerpo mutilado de un cadáver que la observaba con un solo ojo. De la garganta de la chica escapó un alarido devastador. Y las risas, que aún revoloteaban en forma de eco entre las bóvedas del templo, huyeron espantadas con un aleteo apresurado.


No solo la falta de un ojo mostraba el cadáver. En su frente tenía, marcada con un hierro al rojo, una figura muy similar al signo del zodiaco de Tauro y, lo más terrible, en su abdomen, donde debía estar el ombligo, unas aberturas que en conjunto dibujaban una cruz gamada se habían utilizado como salida para unos intestinos así convertidos en una especie de cordón umbilical. 

«El sacerdote se quedó hipnotizado durante unos instantes por el contoneo de aquel apéndice, que brillaba bajo la luz titilante de las velas y recordaba a un cordón umbilical perdiéndose en las profundidades de un mar rojo. Cuando descubrió que se trataba de los intestinos extraídos del abdomen a través de la herida con forma de esvástica, quiso hacer la señal mecánica de la cruz.
Pero fue incapaz.
La mano se le quedó a medio camino».

El sacerdote es Ezequiel Expósito, el párroco castrense titular del Panteón de Marinos Ilustres, la iglesia de la Escuela de Suboficiales de la Armada de San Fernando. El cadáver pronto será identificado como David Lucero Fernández, soldado de la citada Escuela. 

Ezequiel se verá movido a investigar el suceso, al margen de la investigación policial o además de ella, empujado por la madre del chico y por su propia relación con el muchacho, en cuya cara, ya cadáver, reconoce a un joven con el que había hablado tan solo en una ocasión. Fue el único soldado que respondió a su oferta de preparar para el bautismo a aquellos soldados que estuvieran interesados. Después el soldado partió para una misión en Mali y nunca volvió a saber de él. Una especie de culpa, de haber dejado a medias algo con aquel chico, hace que Exequiel no pueda dejar el asunto exclusivamente en manos de la policía. 

La sorpresa mayúscula se la lleva Lorenzo Gargallo, el juez instructor, cuando le llega un informe con unas fotografías aéreas anexas. Unas fotografías en las que aparecen relacionados el zodíaco, tauro y la cruz gamada. «Patrones geométricos perfectos trazados en campos de cultivo, como mensajes cifrados que la naturaleza misma hubiese bordado sobre la tierra. Fotografías provenientes de Argentina, Dinamarca, Suecia, Italia, Reino Unido, Canadá, Australia… el mismo patrón repetido una y otra vez en diferentes campos de cultivo a lo largo de todo el mundo»

Algunos capítulos diseminados por la novela nos llevan a los años treinta y cuarenta, dejándonos conocer a una hermandad de mujeres, las Mujeres Vril, astrólogas muy relacionadas con los nazis que «escuchaban a las estrellas y hablaban con los planetas», y se dejaban crecer los cabellos indefinidamente. ¿Pueden haber llagado esas Mujeres Vril hasta nuestros días?

Ezequiel es un cura atípico. De los que son capaces de ayudar a los más miserables. Es de los hombres buenos que decía Machado que siempre tienen «cual venta del camino, para el sediento, el agua; para el borracho, el vino». Además es un hombre estudioso y admirador de la Ciencia y la Filosofía, porque este libro trata de aunar los conocimientos con las creencias. 

« —En algunas ocasiones, la ciencia, la filosofía y la teología deben unirse para intentar responder ciertas preguntas. Cuando se tratan temas especialmente complejos, es necesario estudiar las diferentes formas de entender el mundo y, probablemente, la incógnita que más se ha discutido desde estos tres puntos de vista es el origen del universo.
Ezequiel se giró para señalar con el puntero láser la pantalla gigantesca que quedaba a su espalda, donde se proyectaba la primera diapositiva de PowerPoint de la conferencia. «EL ORIGEN DEL ESPACIO-TIEMPO». En letras mayúsculas y blancas, colocadas sobre un fondo oscuro con algunas motas de colores: una fotografía del espacio profundo realizada por el nuevo telescopio James Webb».

Y es que Ezequiel, a pesar de su humildad de carácter y de su apariencia austera, casi pobre, tiene un máster en Astrofísica, física de partículas y cosmología en la Universidad de Barcelona. Eso aparte de sus estudios de Lenguas Clásicas. 

La investigación nos llevará a seguir al padre del muerto, un neonazi traficante de drogas; a la madre, una inmigrante venezolana que le dejó a su hijo en herencia una piel más oscura que la del resto de sus compañeros; las peripecias de un juez de instrucción que tiene a su familia insatisfecha por el mucho tiempo que dedica a su trabajo; un bloguero que alimenta su obesidad y mala salud con comida basura y muchas horas frente a la pantalla de su ordenador; un subinspector de policía enfrentándose a una banda neonazi en la que estuvo infiltrado; abogados, inspectores de policía,  policía científica, forenses... Iremos pasando por todas las instancias dedicadas a la investigación del caso y veremos que todo se complica mucho. 

Daniel Fopiani

He seguido la carrera literaria de Daniel Fopiani desde que publicó La carcoma, su primera novela que me sorprendió por su calidad, rara para una opera prima. A partir de entonces, en cada novela lo he visto crecer y afianzar su quehacer narrativo tanto en la forma como en el contenido. Con El linaje de las estrellas sigue el ascenso y el autor nos entrega una historia dura, sin paños calientes; una historia crítica, sin concesiones, y un personaje multifacético, fascinante, contradictorio a primera vista, pero perfectamente creíble y entendible cuando lo vamos conociendo.

Y además, Daniel Fopiani es un tío simpático, ocurrente, accesible. Desde el 7 de abril, más de un mes antes de la publicación del libro, estoy recibiendo (y muchísimas personas más) correos suyos que, a modo de promoción, ha ido enviando. En ellos relata cosas de su vida, de su quehacer literario, de su carrera en el ejército, de su infancia, adolescencia y juventud: Me he reído muchísimo, a veces le he contestado y jamás me ha dejado sin su respuesta. 

A quien le guste la novela negra le recomiendo, mucho, a Daniel Fopiani. 

Otras novelas de Daniel Fopiani leídas con el año de lectura. 
"La Carcoma" (2017)
"El linaje de las estrellas" (2024)

Título del libro: El linaje de las estrellas
Autor: Daniel Fopiani
Nacionalidad: España
Editorial: Espasa
Año de publicación: 2024
Año de publicación original: 2024
Nº de páginas: 344

Comentarios

  1. Una historia dura con un título muy poético, sin embargo. La novela toca muchos temas y, por lo que cuentas, la trama debe ser muy adictiva pero me ha gustado especialmente ese episodio que comentas sobre las mujeres astrólogas del nazismo. Nunca había oído hablar de ellas y me ha parecido algo muy curioso. Genial tu reseña, Rosa. Un beso.

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    1. Además esas Mujeres de Vril son reales. Después de leer los libros suelo indagar y esta vez me encontré con eso. No me había quedado claro si eran ficción o no. Daniel Fopiani se toma su tiempo entre libro y libro lo que hace que suela documentarse muy bien.
      Un beso.

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  2. Me atrae eso de difuminar los límites entre ciencia, filosofía y teología, y creo que ese cura tan atípico podría acabar cayéndome bien, pero creo que esta novela no es para mí. Ya sabes, cuestión de preferencias.
    Besos

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    1. Es que creo que, como a mí, todo eso de la ciencia cuando se transforma en filosofía, y la astrofísica lo suele hacer, te tiene atrapada. he sabido que el autor de la novela también es muy aficionado a todo eso de la Relatividad, la Mecánica Cuántica, el origen del Universo etc., y como yo antes de jubilarme (ahora muchísimo menos) leer libros de divulgación científica. pero también sé que este no es tu tipo de lectura favorito.
      Un beso.

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  3. ¡Hola! me gustó mucho El corazón de los ahogados (esta me la ha recordado por el tema de la marina) y la novela que reseñas parece muy interesante. Más que curas, he conocido alguna monja atípica también de esas que ayudan al prójimo por encima de todas las cosas y de las creencias y mis dos mejores amigas son Tauro, así que como siempre quise regresar a Fopiani, es muy probable que me anime con esta, así que me la llevo
    Un beso.

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    1. Ya sabrás que el autor es Sargento de Infantería de Marina y ha participado en misiones en el norte de Europa, el golfo Pérsico, el mar Rojo, Turquía, Egipto Irak... Por todo ello sabe de lo que habla. Aquí vuelve a la Infantería de Marina, pero sin salir de la Escuela y San Fernando. Lo más lejos que llega es a Cádiz. eso en el tiempo actual. En los años cuarenta nos lleva un poco más lejos. Una novela que te recomiendo porque lo merece.
      Un beso.

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  4. Justo la estoy leyendo ahora y me está gustando muchísimo. Se nota en cada novela como el autor se crece. Esta me parece más compleja comparada con las anteriores en su trama, y lo está solventando con soltura y muy buen ritmo. Y que se desarrolle gran parte de la historia por calles que conozco muy bien es un plus.
    Besotes!!!

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    1. Ay, cuánto se disfruta cuando las novelas transcurren por ciudades y calles que nos son familiares. Sí, es cierto que el autor mejora en cada novela y eso que ya partía de una gran calidad en La carcoma. me alegro de que te esté gustando. Es un autor que creo que nos va a dar muchas alegrías literarias, aparte de las que ya nos ha dado.
      Un beso.

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  5. Por un lado me llama mucho su argumento y los temas que trata pero por otro lado que sea algo dura, no me apetece mucho ahora. La apuntaré para más adelante. Besos.

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    1. Tiene sus escenas duras, pero a mí no me lo ha resultado especialmente, claro que tengo mucho aguante para la violencia, mucho menos para el dolor de la pérdida. Un libro de un hijo que muere me cuesta mucho más que estas novelas de violencia y sangre. Me ha gustado que el autor no haga concesiones y sea crudo y duro con la historia.
      Un beso.

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  6. ¡Hola, Rosa!
    No he leído al autor, el género me gusta y viajar también, aunque este viaje pinta ser bastante perturbador por todo lo que nos cuentas. Me dejas queriendo ahondar en la historia, tocará acompañar al cura Ezequiel en su investigación, todo indica que debo leer este thriller... esa figura muy similar al signo del zodiaco de Tauro y una madre inmigrante venezolana. No se diga más, ja, ja, ja.
    Feliz fin de semana, una abrazo ;)

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    1. Sí, creo que es una novela que te va a gustar mucho. La pobre madre tuvo que aguantar al bestia del padre (se volvió neonazi, no te digo más), y luego el dolor de perder a su hijo. Ella es la que espolea (si es que le hacía falta) a Ezequiel a indagar en el asesinato. Ezequiel es un personaje que me ha cautivado. Ya nos contarás si te animas a leer El linaje de las estrellas.
      Un beso y feliz fin de semana también para ti.

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  7. Hola, Rosa. Pintan bastos por aquí. Sí que se presenta dura la situación, muchos elementos representantes del mal. Me gusta cuando la Iglesia o alguien de la Iglesia se mete por medio en la investigación.
    Ahora mismo, y después de mi última lectura, necesito libros más amables. Pero me la guardo.
    Oye, y qué majo el escritor, manteniendo contacto con sus lectores.
    Besos

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    1. Ésta es un a novela dura, pero para mí ha resultado también muy entretenida. El cura es un personaje fantástico, es un hombre humilde que va a acompañar y dar conversación a un sin techo, pero tiene carreras, masters, etc. Es un enamorado de la Astrofísica y compagina muy bien la ciencia y las creencias.
      Daniel Fopiani es un hombre simpático, con mucho gracejo gaditano y, sobre todo, muy cercano. Me he reído muchísimo con sus correos. Nunca había visto a nadie hacer así la promoción de un libro. Claro, el primer día se agotó la edición.
      Un beso.

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  8. Buenas tardes, Rosa.

    Qué buen principio argumental tiene esta novela, la historia que relata me atrae un montón. Ya sabes que no leo frecuentemente este género, pero siempre encuentro hueco para las obras que me han llamado la atención, como es el caso.

    Por otro lado, me encanta que el autor esté en contacto con sus lectores. Esto genera una complicidad positiva y auténtica, muy lejos de esa afectación que lucen algunos literatos endiosados.

    Un abrazo, y gracias por la interesante reseña!!

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    1. Buenos días, Undine.
      Aunque yo también tengo mis géneros favoritos y aquellos que raramente visito, siempre he dicho que lo que importa es cómo te cuentan una historia, más que lo que te cuentan o a que género pertenezca. Ojalá te guste la novela si te animas con ella.
      Todavía ayer he recibido un correo del autor con el que me he reído muchísimo. Desde luego, Daniel Fopiani ha tenido una curiosa, y efectiva, forma de hacer promoción de su libro.
      Un beso.

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  9. Suspense puro y duro, y una tarma un tanto enrevesada pero fascinante, tal como a mí me gusta. Otra novela que pasa a engrosar mi "wishlist" de obras a leer, je, je.
    Un beso.

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    1. La trama es un tanto compleja, pero está narrada de tal forma que resulta sencilla. Y sí, también resulta fascinante. Espero que te guste y que te mantenga pegado a sus páginas como me ha sucedido a mí.
      Un beso.

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  10. ¡Hola, Rosa! ¿Quién se puede resistir a un asesinato envuelto de una simbología astrológica y nazi? Desde luego es de esas novelas que uno busca para el verano. Me llamó la atención que el investigador sea un cura y por lo que comentas parece haberse inspirado en el Padre Brown. Me parece un acierto dado que la trama intenta unir ciencia y filosofía. Un abrazo!!

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    1. Perdona el retraso en contestar, David, pero te acabo de rescatar del spam. He de confesar que nunca leí novelas del Padre Brown por lo que no he hallado paralelismos, ahora bien, si mezclaba Ciencia y Filosofía, puede que sí. Aunque el autor confiesa haberse inspirado en los curas militares que ha ido conociendo y en su afición por la Física teórica, la Astrofísica y todo lo relacionado con el universo.
      Un beso.

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  11. Daniel se gana cada lector con esfuerzo y dedicación. Es sencillo, humilde, natural. Sólo quiere escribir y compartir lo que escribe con los demás. No sabe de ínfulas ni de egos. Y eso es algo maravilloso que espero que jamás pierda. Sus novelas están trabajadas, ofrece al lector lo que el lector espera, y siempre nos trae alguna historia interesante. Las últimas, centradas en el mundo del ejército, ese mundo que el conoce tan bien y al que ha dedicado tantos años de su vida. Gracias al ejército ha recorrido el mundo y no como turista, sino en labores humanitarias. Lo que han visto sus ojos seguro que lo han hecho más humano todavía. A mí me gusta leer sus novelas y también me gusta conversar con él. Daniel es como Benito Olmo, gente de Cádiz (detalle importantísimo) que tiene sueños pero saben que deben mantener los pies en la tierra. Me alegra que hayas disfrutado de la novela. Yo también lo hice. Esta semana que entra publicaré la entrevista que le hice. Siempre es un placer conversar con él. Besos, Rosa.

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    1. Pues estoy deseando leer la entrevista porque comparto al cien por cien contigo todo lo que dices de Daniel Fopiani. De lo poco que le cono(esos correos y lo que le he leído) deduzco que es sencillo, natural, encantador y muy humano.
      Leí La carcoma animada por el prólogo que le hacía Benito Olmo precisamente, al que acababa de conocer con La maniobra de la tortuga. Otro autor que me parece tan buena persona como buen escritor. Y sí ambos son de Cádiz y es que la gente de Cádiz es encantadora y con una gracia especial.
      Un beso.

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  12. Hola Rosa!! No conocía este título y la temática me llama, ya que me apetecen lecturas de este tipo. Tomo buena nota de tus impresiones y me la apunto. ¡Genial reseña y gracias por el descubrimiento! Besos!!

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    1. Te resultará una novela muy entretenida y con la que creo que disfrutarás.
      Un beso.

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