Mis fantasmas son muy vívidos, muy
reales. He cambiado algunos de sus nombres, pero no he cambiado nada en
relación con la esencia que hace únicos a esos fantasmas.
Puedo ver fantasmas, pero no todo
el mundo puede verlos. Sin embargo, en lo que respecta a esas apariciones, ¿qué
es lo que les sucedió? Quiero decir, ¿qué fue lo que los convirtió en
fantasmas? Porque no todas las personas que mueren se convierten en fantasmas.
Y, en mi caso, la cosa se complica
aún más, porque no todos los fantasmas que veo son personas muertas. En algunas
ocasiones, se trata de fantasmas que todavía están medio vivos; es decir, es
posible que tan solo haya muerto una parte significativa de su persona. No
tengo claro cuántos de esos fantasmas medio vivos son conscientes de qué parte
de ellos ha muerto, y si, tanto si están vivos como muertos, deben seguir
obligatoriamente alguna clase de normas al convertirse en fantasmas.
No, no estamos ante una novela de fantasía o de fenómenos sobrenaturales. Todo lo contrario. Se trata de una novela muy realista, crudamente realista, que retrata la situación en Estados Unidos desde mediados del siglo XX hasta nuestros días.
Adam nos cuenta su vida desde su nacimiento en 1941 e incluso antes, desde que su madre lo concibió con diecinueve años en Aspen, a donde había ido a participar en el Campeonato Nacional de Descenso y Eslalon, y de padre desconocido. Rachel Brewster, Pequeña Ray esquiaba desde muy joven, aunque no era buena en competición; su escasa estatura y su poco peso le impedían ganar velocidad. Terminó dedicándose a ser monitora de esquí y a enseñar a niños. Para su desgracia, no consiguió hacer de Adam más que un esquiador mediocre. Él no quiso aprender a esquiar en serio.
Mucho tiempo le llevó a Adam descubrir quién era su padre y descubrir, además, que era uno de los fantasmas que veía en sus sueños, esos sueños que eran como fotografías en blanco y negro.
«Desde el primer momento, tuvieron el aspecto de lo que parecían ser: fotografías en blanco y negro de gente, lugares y situaciones reales. Pero no se trataba de personas a las que yo conociese ni de sitios en los que hubiese estado ni de cosas que yo hubiese visto. ¿Cómo podía saber entonces que eran algo real? No tenía ni idea de que se trataba de fantasmas. Aquellas primeras imágenes no parecían propias de una pesadilla».
Y sí, en uno de aquellos sueños, en una de aquellas figuras fantasmales, estaba su padre, pero faltaban muchos años para que Adam lo supiera. De momento es un niño que vive en Exeter, New Hampshire, privado de su madre durante toda la temporada de esquí que ella pasa en su trabajo de monitora lejos de casa. De manera que seis meses al año, Adam vive con sus abuelos, sus estiradas tías y sus maridos, los tíos noruegos, y sus primos, Henrik y Nora, hijos cada uno de una de sus tías. En Exeter es en donde conocerá al hombre de las raquetas de nieve porque si bien Adam no tuvo interés en aprender a esquiar sí que se interesó por los paseos con raquetas.
Elliot Barlow, el hombre de las raquetas, era profesor de inglés en la Academia Phillips Exeter, donde también el abuelo de Adam había sido profesor antes de jubilarse. Era un hombre muy pequeño. Más pequeño aún que la madre de Adam con la que llegaría a casarse. Y es en la boda de Pequeña Ray y Elliot donde descubriremos la realidad de todos los personajes que serán la clave de esta novela. Rachel y Elliot, por supuesto, pero también Nora y Em, y Molly.
Ellos vendrán a sustituir en importancia, en la vida de un Adam de catorce años, a la abuela Mildred, Nana, la que le leyó Moby-Dick cuando aún, tal vez, ni siquiera era capaz de entenderlo («Ni siquiera había alcanzado la adolescencia —diez, once, doce años— cuando mi abuela me leyó Moby-Dick»), y al abuelo, Lewis Brewster, el profesor emérito que dejó de hablar para siempre el día que se enteró de que Rachel estaba embarazada.
Con la boda de su madre cuando Adam tiene catorce años, un mundo de relaciones no admitidas, de las que ni siquiera se hablaba, se abre ante el joven. Un mundo que en 1955, cuando se produce la boda, se mantenía oculto, en la trastienda de la sociedad biempensante que lo ignoraba, en bares que no se mencionaban o en el escenario de algunos clubs como El Club de Comedia Gallows Lounge, donde Nora y Em tuvieron durante años su espectáculo Dos tortilleras, una que habla. Y es que Adam vive en un mundo de gais, lesbianas y transexuales. Un mundo en el que el respeto, la diferencia, el amor, están por encima de todo. En ese mundo, Adam crece rodeado de cariño, de libros, de cine... En ese mundo Adam se hace escritor y guionista y busca a su padre y lo encuentra y nos narra sus visitas a Aspen y al Hotel Jerome, donde fue concebido y donde llegará a encontrase con sus fantasmas y a vivir experiencias que nos contará en forma de guion.
Pero esta historia le sirve a John Irving para revisitar la historia de Estados Unidos desde mediados del siglo XX:
«No digo que los años setenta fueran geniales, pero en los ochenta presté más atención a todo ello; y me resulta una época mucho más odiosa en ese sentido. Como no podía ser de otro modo, cada vez que declaraba que odiaba esa década, Nora me corregía. Decía que era a Ronald Reagan a quien odiábamos, pero que Em lo había odiado antes. En los años ochenta, las bromas de Nora y Em cuando subían al escenario acostumbraban a centrarse en Reagan y el sida. Dos tortilleras, una que habla también puso el grito en el cielo contra Jerry Falwell y la Mayoría Moral, y aquellas dos furiosas mujeres atacaron descaradamente al cardenal John Joseph O’Connor».
Aunque tampoco se olvida del XXI.
«Trump no es más que otro tirano, más déspota que presidente. Piensa en los reyes malvados de Shakespeare —dijo Em—. Macbeth nació para sentir lástima de sí mismo. Lo único que hace es lloriquear. "La vida no es más que una sombra que camina" y más mierda autocompasiva —dijo Em. Pero Giuseppe había dejado de apuntar—. Los perdedores nunca dejan de lloriquear. "Un cuento contado por un idiota, lleno de ruido y furia, que no significa nada." Lo único que hará Trump es lloriquear».
Y es que sí, El último telesilla llega hasta nuestros días. Con un Adam divorciado y con un hijo, un Adam que ha ido perdiendo seres queridos, alguno de los cuales se ha convertido en fantasma. Un Adam en su séptima década que sigue disfrutando de esos fantasmas tan queridos.
«Cuanto mayor me hago, esto es lo que mejor recuerdo de mi madre. Le dije que no me gustaba la oscuridad. A los niños, por lo general, no les gusta la oscuridad, ¿no es cierto? Le dije que no me gustaba la oscuridad o algo parecido.
—Abraza a la oscuridad, cariño, y la oscuridad te devolverá el abrazo —me dijo mi madre—. Pero la oscuridad tiene otras citas con las que cumplir, cariño, así que si no la abrazas fuerte, no te esperará toda la noche.
—¿La oscuridad es femenina? —le pregunté, pero mi madre ya no estaba. Pequeña Ray no quiso esperar. Simplemente se esfumó, como un fantasma».
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John Irving |
Es una historia larga, pero una historia preciosa y conmovedora, alejada de sentimentalismos, pero con mucho sentimiento, con escenas que arañan el alma a la vez que la reconcilian con el mundo. Una historia en la que John Irving nos deja muchas pinceladas de su propia vida. Una historia que ha ganado en el recuerdo en estos días que han pasado desde que la terminé y es que cada una de sus más de mil páginas está compensada por la fuerza y la belleza con que nos deslumbra.
John Irving es uno de mis autores favoritos de todos los tiempos y, sin embargo, ha aparecido muy poco por este blog. Ello se debe a que todas las novelas leídas, excepto las dos últimas, lo fueron antes de haber creado Cuéntame una historia. Lo conocí como guionista. En 2000 obtuvo el Oscar al mejor guion adaptado por la película Las normas de la casa de la sidra (Lasse Hallström, 1999) basada en su novela Príncipes de Maine, reyes de Nueva Inglaterra. La película me gustó muchísimo y me interesé por el autor, aunque antes de esa novela leí alguna otra.
Libros que he leído de John Irving con la fecha de lectura entre paréntesis:
"Una mujer difícil" (2000 y 2005)
"El mundo según Garp" (2000)
"La cuarta mano" (2001)
"El hotel New Hampshire" (2002)
"Hasta que te encuentre" (2006)
"Personas como yo" (2013)
"Oración por Owen" (2014)
Título del libro: El último telesilla
Autor: John Irving
Nacionalidad: Estados Unidos
Título original: The last chairlift
Traducción: Juan Trejo Álvarez
Editorial: Tusquets
Año de publicación: 2023
Año de publicación original: 2022
Nº de páginas: 1056
Gracias por tan interesante artículo, tomo nota. Besos
ResponderEliminarGracias a ti por pasarte. Un abrazo.
EliminarUna reseña preciosa, Rosa. Se nota, especialmente por tu penúltimo párrafo, lo mucho que te ha gustado esta novela y lo especial que ha sido para ti esta lectura. Veo que bien merece la pena animarse con ella a pesar de su extensión. De John Irving solo he leído y hace ya mil años Príncipes de Maine, Reyes de Nueva Inglaterra. Uno de esos autores con los que, inexplicablemente, no he vuelto a repetir.
ResponderEliminarBesos
No lo he comentado en la reseña porque luego hay gente que se agarra a ello y parece que no he dicho nada más. No es de las novelas que más me han gustado del autor, pero es muy buena y es cierto que ha ganado en el recuerdo. Está poblada por personajes llenos de amor, de respeto, de comprensión hacia los que son diferentes; los trata con tanta naturalidad que reconcilia efectivamente con un mundo en que cada vez la gente se vuelve más intransigente y monocroma e incapaz de aceptar nada que se salga de la despótica norma. Un autor al que te recomiendo volver, con esta o con alguna de mis favoritas que son, lógicamente, las que he releído.
EliminarUn beso.
Hola Rosa, bonita reseña de tan estupendo libro. Una vez más, el autor nos mezcla una bonita historia con una feroz crítica social de su país.
ResponderEliminarLamentablemente, podemos extender la crítica a nuestro mundo más cercano y ver qué, a pesar de los avances sociales de nuestro gobierno, todavía queda mucho camino por andar. Felicidades, sigue orientándonos con tus opiniones. Piluca
Lo malo no es que quede mucho por recorrer, lo malo es lo que está retrocediendo en los últimos tiempos. La gente que no se atrevía a hablar en contra de ciertas formas de vida, ahora, alentada por una corriente política que le da la sensación de tener derecho a todo, dice las mayores burradas y se siente, por fin, realizada.
EliminarHay tantas cosas en este libro, que me ha costado mucho entresacar y resumir. me ha encantado, aunque ya sabes tú que mis favoritos del autor son otros.
Un beso.
Hola Rosa, del autor he leído Una mujer difícil y El hotel de New Hampshire, antes de tener el blog, las dos me gustaron mucho pero no he vuelto a leer nada más. También he visto varias películas basadas en sus novelas, entre ellas Las normas de la casa de la sidra. La verdad es que John Irving es un escritor magnífico que no sé porque no frecuento más. Tras tu estupenda reseña me llevo apuntada esta novela, a ver si me animo con ella el próximo año. Besos.
ResponderEliminarUna mujer difícil fue mi primer acercamiento a John Irving y ya quedé enganchada. Mi siguiente favorita es La última noche en Twisted River, que considero una maravilla. Es un autor del que no me pierdo nada de lo que sale. El último telesilla es una novela muy larga, pero, como digo, merece la pena. Aunque, con esta o con otra, vuelve a él. Merece la pena.
EliminarUn beso.
¡Hola, Rosa!
ResponderEliminarDe John Irving he leído "Hasta que te encuentre", otra novela con tintes autobiográficos y con bastantes páginas que leer :)
Fue hace años, recuerdo que me gustó aunque hubo momentos en que la historia se me hizo un poco repetitiva. No he vuelto al autor así que no descarto repetir con él, no sé si con "El último telesilla", la verdad es que me ha gustado lo que nos cuentas de este libro.
Pero veo que has leído bastante al autor y que está entre tus autores favoritos de todos los tiempos, así que, si tienes alguna sugerencia, soy todo oídos ;)
¡Excelente reseña!
Un beso.
Casi todas las novelas de John Irving tienen machas páginas para leer, pero se leen muy a gusto. Hasta que te encuentre es para mí "la novela de los tatuajes". Me encantó. Por si quieres sugerencias, las dos que he releído, Una mujer difícil (tiene una buena película del mismo título) y La última noche en Twisted River. También es muy buena Príncipes de Maine, reyes de Nueva Inglaterra, en la que se basa Las normas de la casa de la sidra. Te recomiendo ambas; libro, primero y película, después.
EliminarLas novelas son largas y alguna, en algún momento, te puede parecer que decae, pero si le das la oportunidad, enseguida se levanta de nuevo. hay escritores, y este es uno de ellos, a los que se lo perdono todo porque siempre me acaban compensando.
Un beso.
Pues yo no he leido nada de este autor e ignoraba que una de sus novelas diera pie a la bellísima película Las normas de la casa de la sidra, que he visto unas tres veces. La novela que aquí nos traes es realmente especial y, a pesar de su longitud, me da que tiene que ser muy interesante. Me gustan de forma especial las historias que explican y muestran la evolución de sus personajes, de la vida en general y de la sociedad a lo largo de varias décadas.
ResponderEliminarUn beso.
Las normas de la casa de la sidra es una película para ver y ver, y el libro es igual de maravilloso. Es un autor con mucha sensibilidad para contar historias trágicas y duras. Sus personajes siempre se levantan y se superan, aunque arrastren las cicatrices de sus heridas por siempre.
EliminarTe recomiendo mucho a John Irving. Es de los que hay que conocer.
Un beso.
Una reseña preciosa, Rosa. Contagia entusiasmo y esa sensibilidad tan especial con que el autor enfrenta determinadas historias. También a mí me gusta mucho Irving aunque esta novela no la he leído. La apunto sin dudar porque me ha encantado todo lo que cuentas. Un beso.
ResponderEliminarSi te gusta John Irving y llevas siete años esperando su nueva novela, seguro que no tardarás en leerla. Está llena de sensibilidad y de respeto y simpatía hacia los que no se pliegan a las normas y viven a su manera. Ya podían hacer muchos lo mismo: vivir y dejar vivir.
EliminarUn beso.
Pues te reconozco que no he leído nada de Irving, aunque conocerle, claro, le conozco, en la biblio es un autor muy leído y sus novelas muy prestadas y varios usuarios me lo han recomendado. Pero te diré que nunca me atrajo de forma especial aunque después de leerte también debo reconocer que no me importaría leer esta novela si no fuera por esas mil páginas o mas que tiene. Bueno, es cuestión de animarse y tirar para adelante sin pensar en la extensión y también es cierto que cuando algo gusta mucho, pues no quieres que acabe y cuanto mas páginas mejor .
ResponderEliminarLas normas de la casa de la sidra la vi en su día y me pareció una peli magnífica (se me ocurre que estaría genial volver a verla). Que se refleje la historia de EEUU es algo que me resulta atractivo, así que no te digo yo que en algún momento caiga
A mi también me pasa con muchísimos autores y novelas que son especiales y que quedaron por desgracia fuera del blog por ser anteriores a tenerlo
Me alegra que la hayas disfrutado
Un beso
Se merece la recomendación de los usuarios de la biblioteca porque es muy bueno, aunque yo no escogería esta novela para empezar con él. Lee más bien Una mujer difícil o La última noche en Twisted River o incluso Príncipes de Maine, la novela en la que se basa las normas de la casa de la sidra. Una mujer difícil también tiene una buena película con el mismo título.
EliminarEl último telesilla me ha encantado y, como digo, ha ganado en el recuerdo, pero creo que es una novela para aficionados al autor, para los que ya lo conocen y lo siguen y saben un poco de su mundo (que es una constante en muchas de sus novelas). Empezar con el autor con esta novela puede ser contraproducente. Es curioso porque nunca había dicho (ni pensado) algo así.
Un beso.
Buenos días, Rosa.
ResponderEliminarHoy me has conquistado desde el principio con esta novela. La historia que narra me parece fascinante. Creo que el escritor ha elegido muy bien cómo enfocar la temática que quería tratar, y que, por otro lado, se puede aplicar a todos nosotros. Quién no guarda en su interior pequeños fantasmas. Apuntado queda ya este título, que me regalaré a mí misma esta Navidad.
Un abrazo, y gracias por compartir esta estupenda recomendación!!
Buenos días, Undine.
EliminarSí que es una buena recomendación. Todo John Irving lo es. Lo sigo desde hace muchos años y cada una de sus novelas me ha resultado muy buena y encima de las que enganchan. Los fantasmas de Adam son envidiables (aunque no todos). Sería magnífico contar con la visita de los seres queridos que hemos ido perdiendo, aunque fuera en forma fantasmal. Ojalá disfrutes con el libro.
Un beso.
Hola, Rosa. Tengo el libro, sin leer. Es que soy una compradora compulsiva de libros, mi profesión me lo pide y es mi gran vicio. Bueno, espero leerlo pronto y tu reseña me anima. Besos y felices lecturas.
ResponderEliminarEs un gran libro en todos los sentidos. Espero que te guste. Qué maravilla de profesión la que obliga a comprar novelas.
EliminarUn beso.
Desde luego tu reseña me deja con ganas de hacerle hueco de una vez a este autor. No he leído nada de él. Ni siquiera sabía que Las normas de la casa de la sidra estaba basada en una novela suya. A ver si me animo prontito.
ResponderEliminarBesotes!!!
No lo dejes. Es un autor de los que se quedan con una porque sus historias son muy buenas Y sus guiones también. No hay más que ver el peliculón que es Las normas de la casa de la sidra.
EliminarUn beso.
¡Hola, Rosa! Madre mía, ¡1000 páginas! Sin duda dice mucho del autor que ante tamaña extensión haya sido capaz de mantener tu interés. Cada uno somos nosotros y la circunstancia que nos toca vivir en cada momento y las personas que compartimos ese momento que una vez pasado pasa a formar parte del recuerdo y los recuerdos ocupan el mismo lugar que la fantasía. Pero siempre queda ese eco, ese fantasma de quien en un momento dado fue alguien importante en tu vida. Estupenda reseña. Un abrazo!
ResponderEliminarEs un autor que te atrapa y no te suelta. Esta novela está llena de sentimiento y de respeto por todas las personas que viven su vida sin preocuparse por lo que los demás consideran la norma y es que no hay normas para vivir. Tan solo la que dice que dejes vivir en paz a los demás. Y sí, todos esos fantasmas con los que se va encontrando Adam forman parte de su fantasía y de sus deseos, aunque alguno termina siendo muy real.
EliminarUn beso.
Una estupenda reseña, como todas las tuyas, Rosa. El recorrido que hace este Adam por la historia de EEUU me resulta muy atractiva. Sé que te gusta muchísimo la novela norteamericana y esta reseña de El último telesilla de John Irving así lo atestigua. De este escritor aunque en casa tengo algún libro suyo, sin embargo nada a día de hoy he leído. La película que citas me encantó y esa despedida que el cuidador del dormitorio de niños les hacía cada noche, «Príncipes de Maine, reyes de Nueva Inglaterra», no sabía que era precisamente el título de la novela en la que la película se inspira.
ResponderEliminarUn beso
Teniendo en cuenta que a ti también te gusta mucho la literatura estadounidense, este autor te gustaría. Príncipes de Maine, reyes de Nueva Inglaterra es una novela muy indicada para empezar con el autor, así como la última noche en Twisted River. Anímate que no te vas a arrepentir.
EliminarUn beso.
Ay, Rosa. Empecé muy bien con este autor, Príncipes de Maine y La mujer difícil me gustaron muchísimo. La última noche de Twisted River al principio también pero luego se me hizo pesada igual que hasta que te encuentre. Compré Avenida de los Milagros porque tenía un pintón estupendo y confié pero otra vez y aunque ese sí lo terminé, tampoco me cuajó.
ResponderEliminarEste del telesilla lo he visto en las librerías y justo pensé, si lo traen a la biblio lo vuelvo a intentar. Me pasa con autores que algún momento me han gustado mucho, siempre puede haber otra que me guste. La historia y el ambiente tienen muy buena pinta.
Habrá que probar.
Besos
Avenida de los milagros no me entusiasmó, pero me gustó. La última noche en Twisted River es mi favorito de todos los libros del autor. Lo he leído dos veces y me parece fantástico. Me resulta extraño que se te hiciera pesado porque me parece muy entretenido y con una historia que engancha. Hasta que te encuentre recuerdo que me gustó, pero recuerdo muy poco.
EliminarEl último telesilla me ha encantado y ha ganado mucho en el recuerdo. Es cierto que son muchas páginas y algunos momentos son más densos, pero el balance global es muy positivo. Ya nos contarás si te animas.
Un beso.
Hola, Rosa, qué gran reseña. Nada menos que John Irving. Me ha encantado y me ha sorprendido. Hace tiempo era un autor de referencia para mí, pero un día lo dejé y lo había olvidado. Ha sido empezar a leer tu reseña y agolpárseme los recuerdos de lo que me gustaba leerlo. Con todos los libros que has puesto, ya tengo deberes para una temporada. Gracias, Rosa.
ResponderEliminarUn beso.
John Irving nos ha obligado a estar unos años sin leerlo. Menos mal que después de siete años por fin se ha decidido a publicar una nueva novela. Yo no me pierdo un solo libro suyo. El último telesilla ha ido ganando en mi recuerdo desde que lo terminé hace ya tres semanas. Ahora diría que es uno de sus mejores libros. Tan grande en extensión como en calidad. Disfrutarás con él.
EliminarUn beso.