"Apeirógono" Colum McCann
Es difícil explicar lo que es un apeirógono. Yo creo que es más un concepto geométrico imaginario, ideal, que no existe en la realidad. A ver cómo soy capaz de explicarlo. Una apeirógono es un polígono de infinitos lados de manera que se aproxima mucho a un círculo sin llegar a serlo aunque a primera vista lo pueda parecer. Bueno, si he dicho alguna barbaridad que el matemático de turno me corrija y se lo agradeceré.
Lo que sí sé es lo que esta novela de Colum McCann es para mí. Sé lo que es Apeirógono. Es un libro indefinible, inclasificable, que muestra los infinitos puntos de vista, los infinitos matices, las infinitas causas, consecuencias, culpabilidades que se esconden en un conflicto tan complejo como el palestino israelí.
Apeirógono se basa en dos personajes reales y en sus historias. Bassam Aramin y Rami Elhanan. Bassam es palestino. Pasó en la cárcel desde los diecisiete hasta los veinticuatro años. Rami es israelí. Participó en varias guerras mientras estaba en el ejército. Bassam vive en Cisjordania. Antes vivía en Anata. Ahora vive en Jericó. Rami vive en Jerusalén.
«Anata, que está en tierra de nadie, se revela un extraño archipiélago urbano, una ciudad palestina en plena Cisjordania bajo ocupación israelí y dentro del gobierno de Jerusalén. Está rodeada casi por completo por el Muro de Separación.
En los repliegues más altos se encaraman unas cuantas casas bien hechas —piedra blanca, columnas de mármol, altas arcadas, ventanales altos—, pero enseguida dan paso al caos de más abajo».
Rami y Bassam tienen todas las cartas para ser enemigos. Uno podría morir a casusa de un atentado suicida en un autobús o en la terraza de un bar. El otro podría caer víctima de las balas indiscriminadas de un soldado. Y sin embargo comparten charlas, conferencias, reuniones. Y cuando llegan a su casa después de separarse tras una de esas actividades, el primero que llega le manda un mensaje de texto al otro «En casa, hermano. Hasta mañana». Y poco después el otro le responde «En casa, hermano». En Israel y en los territorios ocupados el llegar a casa no es algo con lo que se pueda contar como seguro.
Rami Elhanan y Bassam Aramin |
Rami Elhanan y Bassam Aramin tienen algo en común. Ambos perdieron a una hija. Rami en 1997 y Bassam en 2007. En 2007 ya se conocían y eran amigos. Ambos participaban en la asociación Combatientes por la Paz fundada en 2005 por, entre otros, Bassam y Elik, uno de los hijos de Rami. Bassam aún no era capaz de asumir todo lo que la pérdida de una hija puede suponer. Lo sería dos años después. Abir Aramin nació el año que murió Smadar Elhanan. Smadar tenía catorce años cuando murió; Abir, diez.
«El día que mataron a Smadar, las cámaras de televisión llegaron allí antes incluso que los paramédicos de ZAKA.
Rami vio parte del metraje años después en un documental: el restaurante al aire libre, la luz de la tarde, los cuerpos apiñados, las sillas volcadas, las patas de las mesas, los candelabros hechos añicos, los manteles salpicados, el tronco partido de uno de los terroristas como un trozo de estatua griega en mitad de la calle.».
A sus cuarenta y ocho años, avanza a oscuras con una leve cojera y un cigarrillo en el hueco de la mano. Es delgado, enjuto, esbelto. La cojera lo imprime en el mundo: de lo contrario, prácticamente pasaría inadvertido».
Rami y Bassam ya tenían en su mente la semilla de la paz antes de la muerte de sus hijas. Rami era yerno de un militar israelí contrario a la Ocupación y su mujer, profesora, daba charlas y escribía libros a favor de la paz. Pero fue la muerte de Smadar el detonante que lo llevó a la lucha. Bassam ya estaba captado para la causa mucho antes de la muerte de Abir. Antes incluso de que naciera. Fue en la cárcel, ante un documental sobre el Holocausto. «Quería ver morir judíos. Uno tras otro. Verlos caer. Morirse de hambre. Caer en zanjas. Ver el gas saliendo a chorros del techo. Venganza. Experimentar su aniquilación.
Un Bassam de veinte años, allí tumbado en la cama, esperaba el momento de aplaudir. [...] Al día siguiente, a la hora del almuerzo, Bassam recorrió el suelo metálico de la cantina. Apenas era capaz de ver a través de la celosía de hierro: sus convicciones se tambaleaban».
Rami es un israelí que no cree en la Ocupación. «La Ocupación, dijo, era una corrupción. Y la ayuda de Estados Unidos en materia de equipamiento militar se había vuelto un fastidio. La libertad, decía, comienza entre las orejas». Bassam es un palestino que cree en el Holocausto. «[...] en la cárcel empecé a pensar en nuestras vidas, nuestra identidad, en ser árabe, y eso me llevó a pensar también en los judíos. Y supe entonces que el Holocausto había sido real, que había sucedido. Y empecé a pensar, con reticencias en un primer momento, que buena parte de la mentalidad israelí debía de haber salido de ahí, y entonces decidí que iba a intentar comprender quiénes eran aquellas personas en realidad».
Apeirógono es un libro inclasificable, como he dicho. No es una novela; no es un ensayo ni unas memorias ni una crónica. Y a la vez puede ser todo eso. Apeirógono tiene exactamente mil y un capítulos. Algunos tan solo constan de una palabra o una foto o una frase. Otros tiene varias páginas, no muchas.
La estructura del libro es como me imagino que sería un apeirógono. Infinitos (1001) lados y cerrándose sobre sí mismo. Del capítulo 1 al 500; luego, el 1001 y después del 500 al 1. Apeirógono habla de muchas cosas. Habla del funambulista francés Philip Petit, que «tendió un cable de acero de cuatro centímetros y medio de grosor [...] y cruzó, inclinado, el valle entero». Era el valle de Hinón o Gehena. Hacia la mitad de su recorrido, Petit soltó una paloma que llevaba en su bolsillo y que estuvo a punto de hacerlo zozobrar. La paz no es tan fácil de conseguir, se zozobra en el intento. Philip Petit tiene mucha importancia también en la otra novela de McCann que he leído, Que el vasto mundo siga girando.
Apeirógono cuenta leyendas antiguas. Algunas, tanto como la Biblia o Las mil y una noches. Historias de tiempos pasados de personajes pasados. Y habla del campo de concentración de Terezín. «Muchos ancianos judíos habían firmado contratos Heimeinkaufsvertrag en los que accedían a pagar ochenta mil marcos imperiales por el derecho de residencia en Terezín. Les dijeron que se trataba de un agradable centro vacacional bohemio con jardines, fuentes, casitas y paseos. Un lugar perfecto donde vivir tras la jubilación. Llevaron en sus equipajes toda clase de recuerdos, no menos preciosos espejos, peines, broches y cepillos». Lo que no sabían es que Terezín era la puerta hacia Auschwitz.
Y habla de pájaros, habla mucho de pájaros, de pájaros que migran y van de una parte del mundo a otra, aunque «Según cuenta el folclore, a fecha de hoy, las aves migratorias evitan volar sobre los campos de Terezín» y además «Hace mucho tiempo que la ruta migratoria sobre Palestina e Israel se considera una de las más jodidas del mundo».
Y termino con otra cita del libro porque lo mejor es dejar que Apeirógono se cuente a sí mismo.
«Devolvedme a Smadar. Entera. Regaládmela de nuevo, cosidita, hermosa y con sus ojos oscuros. No pido más. ¿Es demasiado? Se acabaron las quejas, se acabaron los lamentos, se acabaron los reproches. Unos puntos de sutura milagrosos, no pido más. Y traed de vuelta a Abir también, por Bassam, por mí, por Salwa, por Areen, por Hiba, por Nurit, por todos nosotros. Y ya que estáis, traednos de vuelta a Sivan, Ahuva, Dalia, Yamina, Lilly, Yael, Shulamit, Jalda, Sabah, Zahava, Rivka, Yasmina, Sarah, Nina, Mariam, Tamara, Zuhal, Riva y el resto de las personas asesinadas bajo este sol abrasador. ¿Es mucho pedir? ¿Sí?».
Este libro participa en el Reto Autores de la A a la Z que organiza el blog Lecturápolis. Con él relleno la letra M.
Título del libro: Apeirógono
Autor: Colum McCann
Nacionalidad: Irlanda
Título original: Apeirógono
Nacionalidad: Irlanda
Título original: Apeirógono
Traducción: Rubén Martín Giráldez
Editorial: Seix Barral
Año de publicación: 2021
Año de publicación original: 2020
Nº de páginas: 528
Procuraré responder a vuestros comentarios escuetamente. No me resigno a dejar sin contestación más comentarios de los que ya he dejado. Pido disculpas por ello.
ResponderEliminarMuchas gracias a todos.
Curioso libro sobre un conflicto enquistado cuya solución es más difícil que la cuadratura del círculo.
ResponderEliminar¡Espero que te mejores pronto!
Abrazos
Muchas gracias, Fernando. Un libro muy a tener en cuenta.
EliminarUn beso.
Interesante reseña. Ahora estoy leyendo "Diferente de Eloy Moreno". pongo en la cola el libro que compartes. Cuidate Rosa, te esperamos.
ResponderEliminarEs un libro raro y curioso, pero sumamente interesante.
EliminarUn beso.
Apuntadísimo. Un libro inclasificable pero tremendamente interesante, parece. Y necesario. Me ha encantado esta reseña, Rosa. Un beso y gracias por el descubrimiento, espero que vayas un poquito mejor.
ResponderEliminarMuy interesante, muy curioso y original. no lo dejes.
EliminarUn beso
Buenas noches, Rosa.
ResponderEliminarQué interesante el libro que nos traes hoy. Debe ser de esas lecturas que se hacen más con el ánimo de crecer como persona, que con la simple intención de leer. El ocio y la costumbre literaria aquí pasa a un lugar secundario. No sé si me he explicado, lo cierto es que ya tengo el título entre mis próximas compras.
Un abrazo, y gracias por mostrarnos siempre lecturas tan comprometidas!!
Espero que te guste. A mí me ha parecido magnífico.
EliminarUn beso.
La palabreja tiene tela je, je. Me parece bien dar un enfoque original -me refiero a los capítulos y al propio título- a un conflicto tan enquistado y de tan compleja resolución. Estupenda reseña, Rosa.
ResponderEliminarBesos.
Yo no había visto la palabra nunca. Tampoco el tipo de libro es de los acostumbrados.
EliminarUn beso.
Interesante este libro, por su temática y por la forma de tratarla. Tomo nota.
ResponderEliminarBesotes!!!
Ha resultado más interesante de lo que esperaba.
EliminarUn beso.
Hola, Rosa. Título y estructura ya atraen a todos los enamorados de las letras. Y también por lo que nos cuentas y por los textos que incluyes. Contenta de descubrir lecturas nuevas contigo. Gracias.
ResponderEliminarBesos y felices lecturas.
Este ha sido un gran descubrimiento. No te lo pierdas.
EliminarUn beso.
¡Hola! Intenté escribir un comentario antes y no sé que ocurrió, que se envió sin terminar....En fin, me has dejado con muchas ganas de leer este libro y aunque toca temas muy sensibles, siento que esta lectura me atrapará desde la primera página. Otra cosa que llamó mi atención es el título de libro y para serte sincera, nunca había escuchado esa palabra. Muchas gracias por la reseña y espero de corazón que te mejores pronto. ¡Un beso!
ResponderEliminarÚltimamente sucede. No sé a qué teclas se le da y sale volando el comentario. Es un libro muy a tener en cuenta. Gracias por tus deseos.
EliminarUn beso.
Lamento tu estado, Rosa; espero yo también tu pronta mejoría.
ResponderEliminarYendo al texto, tengo la obra completa de Colum en mi haber. He recogido cada uno de sus títulos porque me siento cercano al irlandés; hay muchas cosas que irlandeses y argentinos compartimos, y siempre me ha parecido un muy buen escritor, y una buena persona.
Tenía idea somera acerca de este libro pero, como te puedes imaginar, ni siquiera ha aparecido -y ya son varios los libros suyos que se niegan a pasearse por aquí...-.
Tomo en cuenta tus líneas. Pero deberá esperar algún tiempo, porque me he propuesto leer a McCann en orden -y recién estoy encarando 'El bailarín'-.
No obstante, quedan debidamente apuntadas tus apreciaciones.
Un beso grande, y que te mejores pronto.
Gracias, Marcello. Es el segundo libro que leo del autor, pero me iré haciendo con más porque es fantástico.
EliminarUn beso.
Me gustan los libros inclasificables. Me gusta la idea del apeirógono. Y me atrae adentrarme en el eterno conflicto entre palestinos e israelís a través de una lectura tan curiosa (y me atrevería a aventurar que reveladora, fascinante e incluso conmovedora). Tomo buena nota y me doy por contestada.
ResponderEliminarBesos
Para algunos lectores no será un libro fácil, pero a mí me ha atrapado totalmente. Creo que te gustará.
EliminarUn beso.
Hola, Rosa. Este es un conflicto en el que todavía no he sido capaz de aclararme de quién tiene razón y quién debería ceder. Es tan complicado...
ResponderEliminarMe gusta la propuesta de este autor del que leí Transatlántico que me gustó mucho. Me parece muy interesante aunque sea raro, pero me lo guardo para más adelante porque ahora estoy con otro también raro aunque es novela de ficción y estos hay que cogerlos de poco en poco.
Besos.
Mejórate pronto
En este libro se ve que nadie está libre de culpa y nadie está falto de sus razones. Ayuda a ver otra óptica del asunto.
EliminarUn beso.
Hola Rosa.
ResponderEliminarNo conocía el libro ni la historia, muchas gracias por traerlo.
Ahora mismo no podría leerlo, pero queda apuntado para épocas más alegres ( febrero me ahoga). Me ha parecido interesante, duro y muy cautivador. Gracias por la reseña y feliz día.
Un libro totalmente sorprendente y que me ha fascinado. Duro sí que es.
EliminarUn beso.
Unas historias entrañables como entrañable es que esos dos hombres puedan llegar a ser amigos a pesar de todo. Aun así creo que es una gota de agua en el desierto que es la confrontación israelí palestina.
ResponderEliminarSi la mayoría de los judíos y palestinos pensaran como Rami y Bassam, no gobernaría en Israel un tipo como Netanyahu ni Hamas tendría tantos adeptos.
Hay mucho odio en los lados, demasiadas muertes indiscriminadas y, siempre, como origen, la religión. Todos los dioses suelen proclamar el amor y la paz, pero lo cierto es que se mata mucha gente en su nombre.
Un beso, Rosa.
Sí que hay mucho odio en este conflicto y la solución no es fácil y no se ve cercana. Y no obstante, ver estos casos, que, ciertamente son minoritarios, pero que tampoco son únicos. De hecho ellos forman parte de una asociación, hace pensar que en algún momento la paz será posible.
EliminarCreo que la mayoría de las muertes que ha habido en la historia de la humanidad, se deben a diferencias religiosas y, sin embargo, no me parece que esa sea la causa principal en este conflicto. Hay más cosas y, desde luego, los intereses de terceros tampoco están ausentes.
Un beso.