"Las fieras" Clara Usón

Esto es lo que me contaron. Una tarde de septiembre del año 1985 un hombre fue tiroteado en el umbral de su casa, en una ciudad de Bizkaia. Su hijo, de diez años de edad, también resultó herido y murió en el hospital dos días después, sin haber recuperado el conocimiento. La mujer del difunto, y madre del niño, los encontró al regresar del supermercado; el hombre caído de bruces sobre un charco de sangre en el zaguán, frente a la puerta de entrada; a pocos metros el niño, tendido de espaldas. El hombre presentaba seis impactos de bala, dos de ellos mortales; tenía la cara completamente desfigurada. Al niño le alcanzó una única bala en la frente. La mujer sufrió una crisis nerviosa y tuvo que ser hospitalizada. No supo, no le dijeron, que su hijo había fallecido hasta al cabo de una semana. El niño agonizó, solo, durante cuarenta y ocho horas en la unidad de cuidados intensivos. La otra hija del matrimonio se hallaba en el extranjero cuando sucedieron los hechos. 

Así empieza Las fieras, la última novela de Clara Usón. Como en todas las suyas, la realidad se mezcla con la ficción o, directamente, se convierte en novela. En el caso de la que nos ocupa es la mezcla lo que de nuevo ensaya la autora con más que palmario acierto. 

La narradora de la cita que encabeza esta entrada, y de gran parte de la novela, es María Ortega, un personaje ficticio, inspectora de ascensores. Con ella entrará en cursiva y le dará la réplica Idoia López Riaño, la etarra a la que se llamó la Tigresa, aquella que nos sorprendía desde los noticiarios con sus enormes ojos azules y su pelo rizado.

«Me pone los pelos de punta el lema «Patria o muerte», quien está dispuesto a morir por la patria suele estarlo a matar por ella. Eso hizo Idoia. ¿Qué sé de ella?». Eso nos dice María Ortega y la Tigresa le responde:

«Qué sabes tú de mí, María Ortega, no sabes nada; los tópicos que repiten los medios, que soy una psicópata, una mujer sanguinaria y calculadora, una vampiresa, seductora de policías, una traidora, una terrorista, aunque hasta ahora nadie me había comparado con Torquemada. Yo no maté a ese hombre ni a ese niño (yo nunca he matado a un niño), no tengo idea de quiénes eran»

Y es que ETA jamás reivindicó ese atentado, atentado por otra parte ficticio y por tanto ficticia la falta de reivindicación. 

Este diálogo en forma de monólogos entre ambas mujeres, se alterna con una historia contada en tercera persona. La historia de una chica de quince años, nacida en Baracaldo, pero de familia de fuera del País Vasco, hija de un policía, un txakurra, como bien le recuerdan por doquier a cada paso. La joven trata de integrarse en un mundo que no entiende, pero que necesita asimilar como propio para no quedarse aislada. «Y eran rojos estos ricos, comunistas y separatistas, no había quien lo entendiera».

Estamos en 1981, en un día clave, 23 de febrero. Esa noche la joven conoce a Julen y se enamora. Una relación que arrastrará a lo largo de los años, aunque no sean muchas las veces que se verán en todo ese tiempo. Mientras tanto, la vida en casa se vuelve cada vez más difícil. El padre es maltratador y violento, la madre soporta los malos tratos y hacia la hija solo tiene una actitud controladora, sobre la ropa que se pone, los amigos con los que se junta, lo que debe hacer con su futuro.

Pero no solo tenemos el diálogo María/Idoia y la historia de la joven inmigrante. Narrada en primera persona tenemos la historia que nos cuenta Amadeo. Amadeo es otro policía, compañero de Paco, el padre de la joven. Un hombre metido en las cloacas del Estado, es decir en la Guerra Sucia que los diferentes gobiernos de la democracia opusieron a ETA y que se materializó con los GAL, ya con el gobierno socialista. Por medio de Amadeo sabremos más de la personalidad de Paco. «[...] no sé cómo, consiguieron enchufarlo en la policía. [...] su carrera en el cuerpo fue todo menos gloriosa, lo expedientaron no sé cuántas veces por todo tipo de infracciones, además de vago e indisciplinado se ve que también tenía la mano larga».

Es sobre todo con las palabras de Amadeo como la Historia se abre paso en la novela. La historia de ETA y de los GAL. Los crímenes fanáticos de quienes se creían llamados por el destino o por la Historia para salvar a su pueblo y los crímenes de los que se creyeron que todo era lícito con tal de terminar con la lacra del terrorismo, incluso imitarlo y recrearlo. Si los primeros tenían como objetivos a policías y políticos, no tuvieron empacho en matar niños como víctimas colaterales. Si los segundos querían hacer daño entre los etarras, también justifican las muertes de los que nada tenían que ver con ETA.

«En poco más de dos años, los GAL mataron a veintisiete personas e hirieron a unas cincuenta, el balance no está mal, aunque hubo alguna metedura de pata, nueve de los muertos eran civiles sin ninguna relación con ETA, que estaban donde no tenían que estar, pero en el fondo daba lo mismo, porque lo que se buscaba era crear el caos en el sur de Francia, que no solo los etarras, sino todo dios anduviera acojonado, para que el Gobierno francés comprendiera que los españoles íbamos muy en serio y estábamos muy locos, y se consiguió».

Es también Amadeo quien mejor es capaz de mezclar realidad y ficción. Él y su amigo Paco se mueven entre personajes a los que todos recordamos: «Lo que yo no le perdono a Pepe Amedo es el mal ejemplo que dio, y estoy pensando en Paco, cuánto llegué a arrepentirme de habérmelo llevado a Bilbao. Él quería ser como Amedo y Domínguez, que los jefes iban al Kursaal a jugarse hasta la camisa, él también, putas, cocaína, él también, ¿orgías?, que no falten: una orgía en un puticlub, a tanto por señorita, te cuesta un riñón»

Como es lógico y esperable, las tres historias tienen su relación. Desde el principio sabemos que Amadeo es el amigo de Paco y, más tarde, amante de Nieves, los padres de la joven cuya historia se cuenta en tercera persona. Poco a poco iremos intuyendo por dónde se va a relacionar todo esto con María Ortega e Idoia López Riaño. Ambas representan, cada una a su manera, uno de los temas más interesantes de la novela (y un tema literario insuperable): la culpa. María carga con su culpa (de la que no puedo hablar) a la que no renuncia y con la que aprende a vivir «La culpa no admite redención ni restablecimiento, the deed is done, lo hecho no se puede deshacer, como mucho aceptarlo, convivir con ello».

Pero es la Tigresa quien mejor encarna la culpa. Ella no se reconcilia con su culpa. No aprende a vivir con ella. Se desentiende de casi todos sus crímenes y tan solo admite dos. Dos fácilmente justificables desde su punto de vista. El resto se los sacude de encima. «[...] no reconoce a veintiuna de las víctimas que se le atribuyen y justifica las dos que sí admite, porque una colaboraba con los GAL y la otra vendía heroína a los niños»

Clara Usón

En Las fieras Clara Usón vuelve a investigar sobre la tiranía de los Estados, los nacionalismos, como ya hiciera en La hija de este, pero como ella misma declara en una entrevista: «hay una gran diferencia entre Las fieras y mis anteriores novelas: la protagonista ya no es una víctima, sino es la victimaria». Pero esos victimarios son a su vez víctimas de otro victimario. 

Se trata de una novela inquietante en la que el lector se topa con sus propios fantasmas y sus contradicciones y en la misma entrevista, me encuentro con una explicación de Clara Usón que resume perfectamente esa sensación que he tenido a menudo mientras leía la novela.

«[...] uno encuentra puntos en común y no puede dejar de preguntarse cómo se puede estar de acuerdo con algo que dice una mujer que ha asesinado a 23 personas. Yo misma me lo preguntaba mientras escribía. Me preguntaba cómo podía estar de acuerdo en algunas de las cosas que decía un policía franquista metido en los GAL. Y esto es posible solo si retratas a este personaje sin caricaturizarlo, mostrando las contradicciones de la condición humana. Las fieras es, en este sentido, una novela de ventriloquía. Las voces explican los hechos y describen a los personajes, a los que te imaginas a través de sus voces. Mientras escribía había momentos en que me sentía como la niña del exorcista. Cuando habla Amadeo, me sorprendía que fuera yo la que estuviera escribiendo aquellas cosas tan terribles. Ha sido divertido este ejercicio, que era imprescindible para evitar sentar cátedra. Yo no quería contar la historia tal y como aconteció, sino hacer pensar».


Estas son las novelas que he leído de la autora con el año de lectura entre paréntesis.
La hija del este (2012)
Valor (2021)
Las fieras (2024)

Este libro participa en el Reto Autores de la A a la Z que organiza el blog  Lecturápolis. Con él relleno la letra U.

Título del libro: Las fieras
Autora: Clara Usón
Nacionalidad: España
Editorial: Seix Barral
Año de publicación: 2024
Año de publicación original: 2024
Nº de páginas: 376
 

Comentarios

  1. Tremendamente inquietante, sí, parece esta historia. El de la culpa es un gran tema e introducirlo en el mundo de Eta sin tratar de sentar cátedra, como dice la autora, complicadísimo. Me gusta que dé voz a los personajes para mostrar lo que ocurre sin explicarlo, que muestre sus contradicciones y los matices que tiene siempre cualquier situación. Algo mucho más difícil de lo que parece. Muy buena recomendación, Rosa. Un beso.

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    1. Hablar de ETA y de los GAL sin caer en el sectarismo, en la equidistancia, en el deseo de venganza, y todo ello sin abandonar la crítica, es algo sumamente difícil y las novelas o ensayos que lo consiguen me encantan. Como con todos los hechos terribles que comete el ser humano necesito leer y ver cine, tratar de entender un poco más cada vez, aunque sé que nunca llegaré a entenderlo del todo. Clara Usón es una autora que siempre me fascina. Esta es una de las pocas novelas suyas, tal vez la única, en la que no habla del suicidio. Aunque ¿no es la culpa una forma de suicidio mental?
      Un beso.

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  2. ¡Hola!
    pues creo que pensar sí que hace a los lectores esta novela, por lo que cuentas. Mira que ya leyendo tu párrafo del inicio sabía que la cosa iba con ETA. Veo que también de los GAL, dos lacras tal para cual de nuestra historia ya pasada. Veo también que la historia que relata Usón es ficticia totalmente (aunque basada en la realidad etarra y del terrorismo asfixiante de aquella época tan terrible que vivimos
    Fíjate que nunca he leído a Clara Usón y siempre la he tenido en mente, pero hay tanto siempre en nuestra mente lectora...
    Un beso.

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    1. Yo no diría que es ficticia totalmente. A ver, tiene su parte de ficción, pero mezclada con mucha realidad. Hay hechos que sucedieron realmente. Se basa mucho en libros escritos por etarras en los que cuentan los hechos de aquellos años. Las andanzas de Idoia López Riaño son auténticas y basadas en esos libros.
      Es una autora que casi siempre mezcla realidad y ficción y lo hace de una manera que me engancha totalmente. Además es muy honesta. Creo que te encantaría.
      Un beso.

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  3. Complejo el tema tratado por la autora porque inevitablemente alguien podría por sentado la equiparación de los GAL y de la ETA. Y muy bueno el título que deja claro que no vamos a asistir a una narración entre angelitos. En definitiva una historia ficticia que pudo ser totalmente real.
    Estupenda reseña, Rosa.
    Besos.

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    1. Como le digo a Marian, hay mucha realidad en esta novela. Los atentados, tanto de ETA como de los GAL que se cuentan son estrictamente reales. Otra cosa es lo que forma parte de la ficción que también hay mucha. Recomiendo mucho a esta autora y recomiendo mucho este libro.
      Un beso.

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  4. Hola, Rosa. Reconozco que la novela pinta muy interesante aunque da la sensación de que la etarra se considera a sí misma una especie de justiciera. Si cuando se trata de guerras me cuesta un montón pero acabo cediendo cuando pienso que el libro merece la pena, con el terrorismo no cedo. Debo ser la única que no ha leído Patria ni ha visto Maixabel. Aunque alguna película sí he visto pero fue hace muchísimo tiempo, Lobo o El lobo creo que era.
    Voy a ver si me encaja otro de la autora.
    Besos

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    1. Cualquiera de la autora que leas es muy bueno. la terrorista aparece como una justiciera, pero en su propia conciencia. Lo deja muy claro la narradora de esa parte, María Ortega: ante la culpa por los asesinatos realizados, Idoia López Riaño termina por admitir solo dos, aquellos en los que la víctima podía merecer (si es que eso existe) la muerte. Clara Usón es muy crítica con el tema del terrorismo y del nacionalismo.
      Un beso.

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  5. Buenas noches, Rosa.
    Muy interesantes las impresiones que nos trasladas de esta novela. Sin embargo, la temática que maneja esta historia me provoca rechazo. Por esta razón, y sin que sirva de precedente, hoy no me llevo apuntado el título que nos compartes. Muchas gracias por tu trabajada reseña!!

    Un abrazo, y feliz comienzo de semana!!

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    1. Hola, Undine.
      Está bien salir de un blog sin haber apuntado nada y si el tema no te atrae, lo encuentro lógico. A mí por el contrario es un tema que me atrapa totalmente. No pierdo la esperanza de entender cada vez un poco más por qué el ser humano se comporta de manera tan inhumana, ¿o es que lo que llamamos inhumano es precisamente un rasgo del ser humano? Yo ahí lo dejo.
      Un beso

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  6. ¡Hola, Rosa!
    No he leído a la autora, por lo que nos cuentas, una trama entretejida en un periodo histórico importante, los años ochenta en una Euskadi turbulenta en la que la violencia política lo impregnaba todo. Llama la atención esa narración a varias voces, María Ortega, la Tigresa, la joven inmigrante y Amadeo, tres historias que luego se entrelazan para dar sentido a todo lo que se está narrando.
    Entre ficción y realidad seguro que la novela lleva a reflexionar sobre lo que significó vivir en esa época, entre la banda terrorista ETA por un lado y los GAL por el otro :(
    Una lectura interesante, gracias por recomendarla, creo que esas épocas conflictivas nunca deben olvidarse.
    Besos.

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    1. Es una lectura apasionante. Lo es la época, años ochenta; lo es el lugar, el País Vasco; lo es el tema, el terrorismo de ETA y el terrorismo de Estado. Y lo mejor es que está contado de forma que atrapa desde el principio. Las tres historias se van uniendo (dos lo están desde el principio porque Amadeo es amigo y compañero del padre de Miren) y al final cierran un círculo perfecto. Mi marido que es de Bilbao y está leyendo la novela está fascinado por cómo la autora describe el Bilbao de aquellos años, los bares, las calles; ambientes en los que él se movió pues los ochenta coincidieron con nuestros veinte. vamos que el libro lo tiene todo.
      Un beso.

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  7. Hola, Rosa.
    La culpa se cimienta y enclaustra y por mucho que la lógica impere, termina manejando los hilos. Pero supongo que es nuestra propia conciencia, que haya alguien que no sienta remordimiento sobre sus actos, en este caso atroces, y que encima pueda decir a viva voz cuales eran sus propósitos, como si estos fueran válidos, no sé cómo catalogarlo, la verdad.
    Estupenda recomendación.
    Besos.

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    1. Hay gente que cuando algo le araña la conciencia es capaz de borrarlo y olvidarse de que sucedió. Es capaz, como la terrorista de esta novela (aunque todo está tomado de escritos y diarios y entrevistas y es real), de escoger los asesinatos que en su imaginario son disculpables y borrar el resto. Suerte tienen. Algunos somos incapaces de borrar nada de la conciencia y hasta nos echamos encima cosas que no debería estar ahí.
      Un beso.

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  8. Un tema que atrapa desde un inicio. Esa época terrible en la que ETA asesinaba sin cesar y el GAL hacía lo propio sin temor a equivocarse de objetivo. Víctimas inocentes en ambos lados y un estado perpétuo de alarma social.
    Me gusta esa diversidad de relatores y de personajes clave, por no hablar de la reflexión que suscita todos estos hechos que, afortunadamente, ya forman parte del pasado, aunque hay algún aspecto, como el maltrato, que sigue teniendo actualidad.
    Solo me llama la atención que, si bien la autora mezcla la realidad con la ficción, utilice la figura de la etarra Idoia López como voz activa en la trama. ¿Acaso el doble crimen que se describe al inicio sucedió realmente y se le imputó a Idoia y de ahí que ella participe negándolo?
    Una novela, desde luego, digna de leer.
    Un beso.

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    1. El doble crimen del principio es ficción, por eso se dice que ETA nunca lo reivindicó. la narradora se lo atribuye al comando en el que estaba Idoia López Riaño por las declaraciones de un testigo. Pero todo lo que Idoia dice (ficcionado para dar lugar al diálogo) o lo que la narradora ficticia dice de ella, está tomado de libros, diarios, entrevistas, etc., por lo que tiene mucha realidad.
      Te recomiendo esta novela porque creo que disfrutarás mucho con ella. Es entretenida, crítica, reflexiva... Para mí es una autora imprescindible.
      Un beso.

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  9. Una historia ficticia que bien podría ser muy real... Y que da para pensar y debatir mucho. De la autora sólo he leído La hija del este, que me gustó mucho. Tomo buena nota de esta novela.
    Besotes!!!

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    1. Si te gustó La hija del este, creo que Las fieras te gustará también. Trata como aquel, del nacionalismo y de las barbaridades que se pueden hacer en su nombre; de la culpa, en aquel vicaria y en este, propia. Y es ficción, pero tiene mucho de realidad. No la dejes.
      Un beso.

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  10. ¡Hola, Rosa! Es la primera vez que escucho el nombre de la autora y al leer tu reseña, veo que esta novela es bastante dura y muestra esas épocas en las que el terrorismo sembró el terror en España. Tema interesante que me gustaría conocer más, otra cosa que me gusta, es que esté ambientado en los ochentas y que las historias se entrelazan. Muy buena recomendación y excelente reseña. ¡Un beso!

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    1. La época de la novela, el lugar en el que se desarrolla con todo lo que vivió en aquellos años, y la historia en sí, son apasionantes. La autora en general lo es. cada una de sus novelas me ha sorprendido y gustado muchísimo.
      Un beso.

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  11. Solo por esa última cita sacada de una entrevista a la autora y que refleja en gran parte las sensaciones que te ha ido produciendo esta lectura ya me apuntaría esta novela. Si no la apunto es porque ya la tengo apuntada y espero además que no tarde mucho en caer. La mezcla entre realidad y ficción, el tema de la culpa y el contexto ETA/GAL merecen sin duda mi reencuentro con Clara Usón.
    Besos

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    1. Como ves, he recuperado tu comentario del spam y he suprimido el otro que decía lo mismo. Yo soy una entusiasta de Clara Usón. Esta novela creo que es... iba a poner de lo mejor que le he leído, pero la verdad es que son todas tan buenas que es difícil escoger una. Salvo por una cuetión de gustos personales o de interés por los temas, es difícil decir cuál es mejor o peor.
      La mezcla de realidad y ficción Clara Usón la domina con una solvencia sorprendente. Sus novelas son duras y hacen pensar mucho y los pensamientos a veces duelen, pero enganchan y entretienen, más bien apasionan. No dejes esta novela mucho tiempo más.
      Un beso.

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  12. Uy, uy, uy, Rosa. Esta no sé si la tengo en casa. De Usón tengo alguna pero no sé si esta. Y es que yo leo ETA en un libro y enseguida se me encienden las alarmas. Aunque sea una cuestión colateral, no sé por qué me gusta leer sobre este asunto y esa parte de la historia de España. Voy a mirar entre mis libros a ver si la encuentro. Besos

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    1. Yo procuro leer todo lo que cae en mis manos sobre el tema, siempre que tenga calidad. Imagino que necesitamos entender el qué puede hacer que el ser humano se comporte con tanta crueldad. Entenderlo del todo nunca llegaremos a conseguirlo, pero al menos entender un poco más. Ojalá lo tengas entre los tuyos.
      Un beso.

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