Alguien puede llegar a la política
por muchos motivos. Unos más legítimos, otros menos. También por error, por
desidia, por no saber decir que no. Por estar en el lugar preciso, en el
momento preciso. O en el lugar equivocado, en el momento equivocado. Porque de
algo hay que vivir, y ése sí que era para mí un motivo legítimo en aquel
entonces, cinco años atrás: los pocos pesos con los que había llegado a Buenos
Aires no iban a alcanzarme más que para vivir, con lo justo, a lo sumo un par
de meses.
[...] Y todo
porque una mañana, sin pensarlo demasiado, acompañé a Sebastián Petit, el amigo
con quien compartía el cuarto de la pensión, a una entrevista de trabajo. Así
es como llegué yo a la política. O mejor dicho a los políticos. A la política,
debo reconocer, no creo haberme ni acercado.
Quien así habla es Román Sabaté un joven de Santa Fe que llegó a Buenos Aires cumpliendo así «una idea peregrina, un deseo dicho en voz alta que no tenía fecha cierta; sería en algún momento, no sabía cuándo». Pero de pronto, cuando menos lo esperaba, la posibilidad se presentó ante él y la cazó al vuelo. Ahora, de forma también casual y totalmente inesperada, se encuentra trabajando como mano derecha de Fernando Rovira, el fundador de Pragma, un político carismático que le ha confiado incluso el cuidado de su hijo de tres años porque hace un año que la mujer de Rovira murió asesinada dejando al niño sin madre y con un padre demasiado ocupado como para cuidar de él.
Román no entiende cómo pudo ser elegido para entrar en el partido por delante de otros, entre ellos su amigo Sebastián Petit que era quien realmente tenía interés en formar parte de Pragma. Pero el hecho es que Sebastián fue rechazado y él aceptado, aunque también el amigo acabaría entrando recomendado por Román.
«Apenas entré a Pragma debería haber sospechado que me habían elegido por alguna circunstancia que no estaba detallada en mi pobre currículum. No conocía al resto de los muchos postulantes que se presentaron aquel día. Pero al menos conocía a uno, Sebastián Petit. Y era evidente a los ojos de cualquiera que él estaba mucho más capacitado que yo para hacer carrera dentro de un partido político como ése. Sin embargo, tuve la arrogancia de pensar que de verdad habían descubierto en mí un potencial que yo todavía no advertía. Me eligieron, son los que saben, no hice preguntas».
Los motivos reales por los que Román fue elegido entre muchos postulantes mejor preparados y más interesados que él los iremos conociendo en boca del propio Román, que toma la voz narradora en primera persona en varios capítulos. También nos contará la historia de su familia, sobre todo del tío Adolfo, el hermano mayor de su padre que «había sido concejal por la Unión Cívica Radical en dos oportunidades, en San Nicolás, su pueblo» y en una ocasión le había salvado la vida a Raúl Alfonsín.
Pero hay otra narradora, la China, una periodista que toma voz para contarnos acerca de un libro que está escribiendo: La maldición de Alsina. Es esta una maldición (histórica por otra parte) según la cual, desde 1862 en que sucedió por última vez, ningún gobernador de la provincia de Buenos Aires llegará nunca a presidente del país. Y Fernando Rovira quiere romper esa maldición porque aspira a detentar ambos cargos. Y esa es la causa, según la China, por la que el político está empeñado en dividir la provincia de Buenos Aires «yo sostenía, arbitrariamente y sin más fundamento que querer que mi editor me contratara el libro, que el proyecto de división de la provincia de Buenos Aires propuesto por Rovira se basaba menos en cuestiones técnicas, demográficas, institucionales, económicas o políticas y más en su temor a la famosa maldición».
Y justo el día en que Rovira va a presentar ante la prensa su proyecto de división de la provincia, Román se da a la fuga con Joaquín, el hijo de tres años del político. Esa huida es la que marca el comienzo de la novela y a partir de ella, hacia atrás, vamos conociendo los hechos del pasado, llenos de misterio y secretos que se irán desvelando; y hacia adelante avanzaremos en la historia para ver cómo sale Román de la situación comprometida en la que se ha metido. No en vano ha secuestrado al hijo de un líder político en alza.
Pero hay más personajes y más narradores. Hay un narrador en tercera persona que nos presenta a un personaje inquietante, Irene, una especie de bruja, sanadora, equilibradora de energías y limpiadora de auras. Este personaje irá ganando importancia sobre todo a partir de que conozcamos su relación con otro no menos importante.
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Claudia Piñeiro |
Las maldiciones es una novela que atrapa al lector y lo pone en situación de avanzar deprisa para descubrir los entresijos de la historia. Como todas las de su autora tiene intriga, misterio, secretos, incluso un asesinato por resolver, pero sobre todo tiene reflexiones, crítica, personajes que nos atraen o nos repelen o las dos cosas a la vez. En ella se habla del abuso de poder, de las cosas que uno se ve obligado a hacer por agradecimiento, del valor que se necesita para librarse de ciertas cadenas, de cómo hay comportamientos que pueden dar la vuelta a los conceptos de amo y esclavo «Bueno, este tipo es el amo, y vos su esclavo. Pero atención, no te dejes llevar por la brutalidad de esas dos palabras: amo-esclavo. Porque el amo depende en todo, escúchame bien, en todo, del esclavo. El esclavo le provee su comida, su abrigo, su diversión, absolutamente todo lo que necesita. El amo termina siendo un vago que depende del trabajo del esclavo. Y el esclavo aprende a trabajar y dominar la naturaleza, y eso, a su debido tiempo, lo hará libre».
Las maldiciones es uno de los libros de Claudia Piñeiro que más me han gustado. Jamás, con ninguna de sus novelas, de las que tan solo me queda Un comunista en calzoncillos, me ha decepcionado. Ni una sola me ha parecido menor, pero ésta me ha resultado especialmente sugerente y, al día en que escribo esta reseña, muy ilustrativa de lo que son los abusos de poder de todo tipo. Aunque escrita en 2017 sigue totalmente de actualidad.
Libros de Claudia Piñeiro que he leído con fecha de lectura y enlace si lo hubiere:
"Tuya" (2013 y 2023)
"Betibú" (2014)
"Elena sabe" (2015)
"Las maldiciones" (2024)
Título del libro: Las maldiciones
Autora: Claudia Piñeiro
Nacionalidad: Argentina
Editorial: Alfaguara
Año de publicación: 2017
Año de publicación original: 2017
Nº de páginas: 320
¡Ay! Esos abusos de poder... Una historia adictiva llena de reflexiones muy potentes y muy actuales también, por lo que cuentas. He leído poco a Claudia Piñero pero sí que la tenía en mente. Tu reseña, desde luego, invita a leerla. Un beso, Rosa. Estupenda recomendación.
ResponderEliminarAy, Marta, acabo de sacarte del spam. A mí me gusta mucho Claudia Piñeiro y he leído unas cuantas novelas suyas. Me han gustado todas, pero esta es de las que más, por lo que la recomiendo sin dudar. Seguro que la disfrutas.
EliminarUn beso.
Ese nunca se sabe cómo se llega a la política y sus consecuencias me ha recordado en algo al caso Nevenka aunque luego la historia no tenga nada que ver. Y el uso de varios narradores más el contexto histórico ya valen la novela a lo que si sumamos a una autora de prestigio tenemos el combo completo.
ResponderEliminarBesos, Rosa.
Algo tiene que ver con el caso de Nevenka en lo que se refiere al poder exigiendo servicios que van mucho más allá de lo razonable, aunque en este caso el poder se ejerza de muy distinta manera. En cuanto a la estructura tiene cosas muy interesantes como las notas que la periodista va recopilando para su libro sobre la maldición de Alsina que tampoco tienen desperdicio.
EliminarUn beso.
¡Hola, Rosa!
ResponderEliminarMe encanta Claudia Piñeiro, la conocí en el 2023 con "Catedrales" y en abril de este año he leído "Una suerte pequeña", sin duda leerla es siempre un acierto.
Me llevo apuntada "Las maldiciones", pinta bien esa mezcla de suspenso con misterio y política, el todo aderezado con brujería y superstición.
Aunque te cuento que a veces los thrillers políticos ambientados en Latinoamérica se quedan un poco cortos... lamentablemente, como bien sabes, la realidad en ese terreno suele superar con creces a la ficción :(
Un beso y feliz fin de semana ;)
Aquí no se tratan sucesos de gran Historia como todos los sucesos terribles que tuvieron lugar durante la dictadura militar (la última). Pero tampoco se echan de menos porque la novela trata algo más concreto como es el desempeño del poder en ámbitos más domésticos por así decir, con un hombre de confianza, con los más cercanos. Y trata de cómo la rebelión contra ese poder puede poner al poderoso en una situación muy delicada. Ya solo me queda una novela de Caudia Piñeiro que espero leer antes de que publique otra nueva. A mí me encanta. También he visto cuatro películas basadas en novelas suyas y he de decir que todas ellas son muy dignas.
EliminarUn beso.
¡Hola Rosa!
ResponderEliminarClaudia Piñeiro es una de mis autoras favoritas de todos los tiempos y eso que solo he leído tres de sus novelas y como a ti ninguna me decepcionó, todo lo contrario, me encantaron.
Había visto la publicación de Las maldiciones, pero cuando supe que iba de política, pues eso me echó un poco para atrás. La verdad que tu reseña me ha animado mucho a leerla, porque sí bien el tema de fondo es la política, pues hay mucho más, todos eso temas que comentas, abuso de poder de todo tipo, pero sobre todo en la política (de mucha actualidad, bueno, siempre está de actualidad, por desgracia). Y esos personajes que la autora construye siempre con maestría, ademas de esos secretos y toque de misterio que suele tener siempre (aquí veo que también) , con asesinato y todo.
Por cierto, sospecho que uno de los motivos por los que Román fue elegido igual ¿tuvo que ver bastante con el tío Adolfo, el que le había salvado la vida a Raúl Alfonsín?
En fin, que este lo tengo que leer, lo voy a leer aunque no se cuando
Un beso.
No, querida Marian, nada que ver con la relación del tío Adolfo con Alfonsín de la que creo que Rovira no llega a enterarse y si lo hace es mucho después. La verdadera razón es alucinantemente... alucinante. Pero ya te enterarás si lees la novela. Es que además las historias de Claudia Piñeiro son originales y siempre hay algún detalle por el que sorprenden mucho. Esta, como digo en la entrada, es una de las mejores desde mi punto de vista. Seguro que te atrapa y que te encanta.
EliminarUn beso.
Política y suspense, dos ingredientes que casan muy bien, sobre todo en literatura. Me parece una novela muy interesante y me gustan particularmente las historias que se desarrollan del presente al pasado, para mostrar el origen de los acontecimientos.
ResponderEliminarUn beso.
Política y suspense muy bien tratados, muy bien encajados y con más cosas que hacen que esta novela sea de lo más recomendable.
EliminarUn beso.
De Claudia Piñeiro solo he leído Catedrales. Me gustó, pero a la vez que fui avanzando en su lectura no pude evitar la sensación de que necesitaba de ella algo más que lo que me estaba aportando. Me gustaría leer algo más suyo para poder decantarme o no por esta escritora. Hay novelas suyas que a priori me apetecen más que esta que reseñas, pero el hecho de que sea una de las que más te han gustado de la autora bien hace que merezca ser tenida en cuenta.
ResponderEliminarBesos
A mí Catedrales no es de los libros que más me han gustado de la autora. Betibú, Las grietas de Jara, El tiempo de las moscas, la novela de la que es continuación, Tuya (aunque no sea necesario haberla leído para disfrutar de esta) o esta misma que traigo hoy, creo que son de lo mejor. Todas tienen su toque de intriga, pero pierde su importancia frente a los personajes y sus circunstancias.
EliminarUn beso.
Hola Rosa, Claudia Piñeiro es una autora que me encanta, este año quiero leer Tuya como paso previo a El tiempo de las moscas. Me gusta los temas que trata y su manera de enfocarlos, conecto muy bien con ellos y siempre me deja con ganas de ir más allá. Esta la he visto en la biblioteca, así que la tengo en mi lista de pendientes. Besos.
ResponderEliminarLeí El tiempo de las oscas sin saber que era la continuación de Tuya. Luego, lógicamente, releí Tuya de la que no recordaba casi nada y las disfruté muchísimo con esa lectura inversa. Esas dos son también de lo que más me ha gustado, pero creo que Las maldiciones me ha gustado más aún. No la dejes pasar.
EliminarUn beso.
De primeras el tema político no me llamaba mucho, tengo que admitirlo. Pero viendo cómo lo has disfrutado y si encima para ti es una de las mejores de la autora, voy a tener que tenerla en cuenta. Todavía no me he estrenado con ella. Ya va siendo hora.
ResponderEliminarBesotes!!!
Es que el tema político es un pretexto para la manifestación de ese poder y para tratar sobre esas maldiciones que no se sabe si existen o si su invención es la que crea su realidad. No se siente el peso de la política en esta novela, creo yo.
EliminarUn beso.
Hola Rosa, me encanta esta autora. He leído cuatro de sus novelas, he visto las adaptaciones -la que más me gusta, Las viudas de los jueves-, y pude hablar con ella por Catedrales, que también me maravilló. Esta no la conocía pero la anoto. Oye, envidio y admiro a partes iguales que consigas leer toda la producción de un autor. Besos
ResponderEliminarEn realidad solo he leído sus novelas y me queda una. Tampoco son muchas así es que con los años han ido cayendo todas. La verdad es que ha tenido suerte con las adaptaciones al cine de sus libros porque todas son muy dignas. Espero que pronto haya una nueva novela que ya hace un tiempo d ela anterior.
EliminarUn beso.
Buenas noches, Rosa.
ResponderEliminarA día de hoy, domingo 3 de noviembre, tengo el corazón encogido con el panorama que tenemos en nuestro país. Por ello entiendo tus palabras y creo entender todo lo que no dices con palabras en tu reseña. Apunto tu recomendación. Muchas gracias!!
Un abrazo grande!!
Hola, Undine.
EliminarSí, es terrible lo que está sucediendo estos días en este país. Es que hay temas que siempre están de actualidad. El abuso del poder, el poder mal administrado, es algo que, de multitud de formas distintas, se manifiesta continuamente. En la novela lo hace de una forma muy concreta (o de varias), pero hay tantas como imaginación se le eche.
Un beso.
Hola, Rosa.
ResponderEliminarLo del amo-esclavo, espeluzna, pero es cierto que visto desde fuera ambas figuras se retroalimentan por necesidad o sequia de estas, el miedo y el poder hacen que hasta la simpleza quede corrompida.
Me ha encantado como lo has reseñado.
Se anticipará a otros seguro.
Besos, y feliz semana.
El abuso de poder es algo que corrompe, como bien dices. La sumisión a veces adopta formas perversas que a su vez se vuelven abuso frente a terceros. En la novela, toda sumisión se rompe a partir de un momento dado y es todo un alivio. Una novela muy recomendable. Todas las de la autora lo son, pero esta especialmente.
EliminarUn beso.
Hola, Rosa.
ResponderEliminarNo me atraía especialmente esta novela por el mundo político pero por lo que veo, hay mucho tejemaneje por ahí detrás y personajes muy interesantes.
Me apunto. Todavía me quedan bastantes por leer de Claudia, mi favorita es la de los jueves y también me lo pasé muy bien con las moscas. Betibú se me hizo un poco pesada a ratos aunque la historia me gustaba.
Besos
Yo creo que las novelas de Claudia Piñeiro que menos me han gustado son Catedrales y Elena sabe. Y ojo, que me han gustado, aunque menos que otras. Las maldiciones, sin embargo, es de mis favoritas. Se ambienta en el mundo de la política, pero, como dices, tiene mucha miga por detrás. Te la recomiendo.
EliminarUn beso.