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Mostrando entradas de mayo, 2025

"La bastarda de Estambul" Elif Shafak

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Últimamente había decidido eliminar de su vocabulario ciertas palabras, y ahora que recordaba aquella decisión, ¿por qué no empezar por la palabra «vergüenza»? Aun así no tuvo la sangre fría de pronunciar en voz alta lo que a esas alturas sabían ya todas las presentes: que no había marido que pudiera dar consentimiento a aquel aborto. El feto no tenía padre. En lugar de un BA-BA, un padre, lo que había era NADA. Por suerte para Zeliha, el hecho de no tener marido resultó ser una ventaja en lo que a las formalidades se refiere. Por lo visto, no necesitaba la aprobación escrita de nadie. Las normas burocráticas ponían menos empeño en rescatar a los niños nacidos fuera del matrimonio que a los de parejas casadas. En Estambul, un niño sin padre no era más que otro bastardo, y un bastardo no era más que otro diente podrido en las fauces de la ciudad, listo para caerse en cualquier momento. Y por suerte para Asya, su madre se arrepintió en el último momento. Así llegó ella al mundo, una...

Dos de... Leïla Slimani

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Le pays des autres es una bilogía escrita por Leïla Slimani. Consta de dos libros: La guerre, la guerre, la guerre y Regardez nous danser . En castellano no se han traducido los títulos literalmente. La primera entrega se ha titulado como la bilogía, El país de los otros , mientras que la segunda sí que se ha traducido literalmente: Miradnos bailar .   Confieso que cuando empecé la lectura de El país de los otros no sabía que había una continuación. Lo supe al terminar la lectura, que es cuando me dedico a indagar e investigar sobre lo leído. Me había gustado tanto esa novela que decidí leer la otra a continuación y hacer una entrada para la sección Dos de... que la tengo un poco abandonada.  " El país de los otros ".  Leïla  Slimani.   Ante aquella mujer desnuda y vaciada de sus fuerzas, imaginó la intimidad que compartía con aquel moro tempestuoso. Se la imaginaba claramente después de haber visto en el pasillo el fruto asqueroso de esa unión, y le pr...

"Al este del Edén" John Steinbeck

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—Recuerdo que me sentía algo resentido con Dios —explicó Adam—. Tanto Caín como Abel ofrecieron lo que poseían, pero Dios aceptó el presente de Abel y rechazó el de Caín. Eso siempre me pareció injusto. Jamás lo comprendí. ¿Y usted? —Acaso lo consideramos desde diferentes puntos de vista —replicó Lee—. Me parece recordar que esta historia fue escrita por y para un pueblo de pastores, que nada tenían de agricultores. ¿No es natural que el dios de los pastores encontrase más valioso un rollizo cordero que una gavilla de cebada? Siempre se debe sacrificar lo mejor y más valioso. —Sí, eso lo entiendo —dijo Samuel—. Pero, Lee, permítame advertirle que vaya usted con cuidado y procure no llamar la atención de Liza con sus razonamientos orientales. —Sí —intervino Adam con fogosidad—. Pero ¿por qué condenó Dios a Caín? Eso fue una injusticia. La cita con la que comienzo es una de las conversaciones más apasionantes que aparecen en esta novela. Aunque no lo parezca.  Recuerdo que de ...

"Donde enmudece el silencio" Sara Mañero

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Se llamaba Matilde Fernández y temía por sus hijas. Por la belleza de Paquita, la mayor, la que había salido a la madre y a la abuela en complexión, a la que no le gustaba cantar, y con ese rechazar el alivio de unos acordes y unos estribillos buscaba ahuyentar la desgracia. -Pues si usted canta para no estar angustiada, madre, yo prefiero hacerlo al revés; no pienso estar triste nunca y así no necesitaré cantar. Con lo mal que lo hago, es lo mejor, ¿no cree? Y no, no lo creía, aunque jamás se lo dijo. Nunca le explicó que la tristeza y la desgracia llegan aunque no se las busque, y si se las busca, más. Temía por la valentía de Maruja, su Mari, la pequeña -que tenía las manos de Anselma, pero había salido al padre-, la que se pasaba la vida pensando. Sí, temía por ambas, y al hacerlo se olvidaba de sus propios miedos, como si hubiese dejado de existir en el momento de parirlas. Se llamaba Matilde Fernández y es la primera de las tres mujeres de tres generaciones de mujeres ...

"La cartera" Francesca Giannone

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El autobús de línea azul oscuro, destartalado y oxidado, se detuvo chirriando en el asfalto ardiente de primera hora de la tarde. El viento, húmedo y bochornoso, hacía ondear las hojas de la gran palmera que se alzaba en el centro de la plaza desierta. Los tres únicos pasajeros que había a bordo bajaron: Carlo el primero, con el puro apagado entre los dientes, vestido de punta en blanco con chaleco y los oxford de piel marrón bien lustrados, impolutos después de un viaje que, primero en tren y después en autobús, había durado dos días. […] Se quitó el sombrero de fieltro y lo usó a modo de abanico, pero solo consiguió mover el aire caliente. En verano, el siroco que soplaba de África era tan despiadado como recordaba. Anna lo percibió en cuanto puso un pie en el suelo. Llevaba un vestido negro largo, señal del luto que se obstinaba en mantener desde hacía ya tres años, y sostenía a duras penas a Roberto, un niño de un año de mirada avispada. Era junio de 1934 cuando Carlo Greco, s...

Tres eran tres 43

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Tres eran tres en su entrega 43 nos trae tres novelas muy distintas. La primera entrega de una serie de un autor sevillano que jamás me decepciona desde que leí su trilogía Negra y recortada y lo descubrí con gran sorpresa; una novela de un autor argentino afincado en España que, aunque tiene una serie, en esta novela nos entrega una historia independiente ambientada en la dictadura militar que asoló su país de origen entre 1976 y 1983; y para terminar, la primera novela escrita por un autor francés que había permanecido sin publicar, pero que ya dejaba adivinar el gran narrador que iba a ser.  Es 2011 y estamos en Sevilla. Diferentes escenarios y personajes nos van llevando por la ciudad. Aparentemente nada tienen que ver un yonqui sin hogar, una subinspectora de la Policía Nacional y una joven que busca un empleo como periodista. Aparentemente nada tienen que ver al asesinato de una madre cuando volvía a casa con su hijo y el de un camello que surte de heroína a lo más depauper...