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Mostrando entradas de febrero, 2025

"Papá nos quiere" Leticia G. Domínguez

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A medida que pasa el tiempo y crezco, siento que mamá y papá han ido cosiendo una funda de colchón con los trocitos de piel que me arrancan con sus palabras y actos. Esa es la funda sobre la que depositan su peso al dormir, muy lejos el uno del otro, la que manchan con el sudor de sus pesadillas, la infección de sus enfermedades: ¿quedará algo de piel para esa mujer que vivirá lejos de esta casa y que llevo tantos años esperando ser? […] me doy cuenta de que, a pesar de mi juventud, a pesar de vivir independizada en Madrid, simplemente no puedo seguir. No puedo avanzar porque carezco de fuerzas, desconozco cuáles son mis deseos. No puedo sentir ni oír nada dentro de mí, allí no existe más que la noche guardada en un cuarto muy pequeño. Hay un cable telefónico cortado entre las preguntas que formula mi boca, y mi interior, que debería darme alguna respuesta. La narradora está a punto de cumplir veinticinco años cuando comienza la historia y cuando escribe las palabras citadas arrib...

"El hijo del asesino" Pablo Alaña

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La mujer irrumpió en el recibidor de la casona con el camisón manchado de sangre y el rostro contraído por el espanto. Sin perder un segundo, se abalanzó sobre el teléfono que reposaba en la cómoda y comenzó a marcar. Jadeaba. [...] Se estremeció al pensar en el cadáver del señor Orduña, en la bala que le había atravesado el pecho. A él ya no podrían salvarlo, pero a los demás… Uno, dos, tres. Los tonos se sucedían sin que nadie descolgara. Miró a su alrededor con desesperación y empezó a gritar. Necesitaba ayuda. Ya. Al fin, una voz masculina y ligeramente somnolienta se elevó al otro lado de la línea: —Guardia Civil de… —¡Han matado a Lorenzo Orduña! ¡Lo han matado! —chilló la mujer. En 1975 mataron a Lorenzo Orduña, el dueño de Aceros Campoo, en Reinosa. El supuesto asesino, Guillermo Somoza, estaba junto al revólver y se había herido al tratar de escalar el muro de la casona para huir. Por si quedaba alguna duda de su participación en los hechos, confesó el crimen y po...

"En el lado salvaje" Tiffany McDaniel

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El río conocía a las chicas de cuando eran niñas. Su agua las había bautizado, las había refrescado en los calurosos días de verano y les había servido de marco de sus primeros besos y saltos del alto árbol. El río llegó a considerarlas sus propias hijas, viendo cómo se hacían mujeres en una ciudad de hombres y fábricas. Era tarde cuando el río notó el chapoteo. Pensó que tal vez se había partido una rama. O quizá alguien había lanzado una piedra para ver si saltaba. Fue un chapoteo pesado. El río pensó en todas las posibles cosas pesadas. Entonces vio la cara de la chica cuando su cuerpo empezó a flotar. El río había vivido bastante, y no era el primer cadáver que tiraban en sus aguas. Pero cuando el viejo río miró a la joven a los ojos, no pudo evitar sentir una profunda pena al recordar que la había conocido y al rememorar la forma en que se salpicaba los pies en el agua cuando era niña. El río sabía que la chica tendría que recorrer un buen trecho hasta que la viesen. Lo que no s...

"Murciélagos blancos" Óscar Montoya

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Son dos cuevas excavadas al comienzo de la loma, si se viene por Pozo Águila. Son las diez, la loma está cubierta de nieve y la luna encala el rostro de mi prima Gloria y su amiga María Celeste. El ventanuco de la primera cueva, si se viene por Pozo Águila, está encendido porque la familia de Gloria, mi familia, está reunida alrededor del brasero en la primera sala de la vivienda. El ventanuco de la segunda cueva no está encendido porque la hermana de María Celeste comenzó a encontrarse mal por la mañana y hubo que ingresarla en el hospital de Bénar. Gloria y yo hemos decidido pasar la noche con María Celeste en su casa. Mi prima y su amiga tienen dieciséis, yo acabo de cumplirlos. Ellas son del pueblo, yo he llegado esta mañana para pasar las fiestas con la familia.   Desde que conocí a Óscar Montoya con Últimos días de maternidad (en realidad entonces firmaba como Montoya Jackson y así lo conocí) supe que era un autor con mucho que contar. Era su primera novela y en mi re...

"Expiación" Elizabeth von Arnim

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Aquella importante zona residencial del sur de Londres apreciaba a los Bott, familia de una sólida posición económica en continua y creciente prosperidad. Eran su columna vertebral. Donaban, presidían, daban discursos, inauguraban. Titford estaba lleno de Botts y todos y cada uno de ellos eran un orgullo para la vecindad. Cuando se casaban, cosa que hacían con absoluta puntualidad al llegar a la edad apropiada, o cuando tenían descendencia, también de forma puntual una vez casados —excepto Ernest, que no había tenido hijos—, Titford se regocijaba de corazón; cuando morían, cosa que hacían al llegar a la vejez y no antes —excepto Ernest, al que se lo había llevado un accidente de coche—, Titford lo sentía de corazón y de corazón compadecía a quien sobrevivía, en general, por esa extraña ley de la naturaleza que hace que la embarcación que parecía más frágil acabe por ser la más resistente, una viuda. Los Botts son muchos y muy respetados, en efecto. Ahora una desgracia ...

"Luna" Carlos Bassas del Rey

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En los pueblos las cosas suceden sin que pase nada, todo tiene lugar despacio y en silencio, como el magma que se acumula en las entrañas de la tierra antes de hallar la brecha por la que salir; en esta historia, esa grieta está a punto de abrirse; nadie lo sabe aún, ni siquiera lo intuye, tal vez Adoración, quizás también Luna, pero eso solo ellas lo conocen. Toño la ha invitado a dar un paseo, los dos solos, así que Javier se ha vuelto a enfurruñar. Al sereiferp a alle euq a ím, le ha dicho. No es eso, contigo puedo estar cada vez que quiera, pero ella se irá, no la volveré a ver más. Et atsug. Sí, es diferente.  Sí, Luna es diferente a cualquier otra joven del pueblo. Es una « niña-pija-de-ciudad» . También son diferentes su madre, Sara, y su abuela, Dora. Ambas están marcadas por la pérdida de Juan, padre y marido respectivamente que supuestamente se suicidó. Sara no cree en tal suicidio. Dora sabe, pero calla, aunque está a punto de descubrir cosas que tal vez le hagan habl...