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[…] cuando llegaba a casa, Birgit
solía estar ya acostada; o se la encontraba tumbada en el sofá o en el suelo, y
la llevaba a la cama.
Después se sentaba en el taburete
del tocador y la miraba. El rostro arrugado, la piel marchita, pelos en la
nariz, la boca abierta, baba en la comisura de los labios. A veces le temblaban
los párpados, movía las manos nerviosa, decía cosas sin sentido, resollaba o
suspiraba. Roncaba, no tan fuerte como para no poder dormir cuando se acostaba
a su lado, pero lo bastante para que le costase conciliar el sueño.
Tampoco le resultaba fácil
soportar el olor. Birgit olía a alcohol y a acidez; a veces, lo penetrante de
ese olor le recordaba las bolas de naftalina que su abuela ponía en los
armarios. […]
La encontró en el cuarto de baño.
En la bañera, la cabeza bajo el agua, el pelo oscuro en el borde. Le levantó la
cabeza, el agua estaba fría, Birgit debía de llevar horas ahí.
Hacía tiempo que Birgit tenía depresiones y Kaspar trataba de convencerla para que buscase ayuda, pero ella no creía en las depresiones. Se consideraba sencillamente una persona melancólica y no quería que las pastillas la convirtiesen en alguien que no era. Pero existieran o no las depresiones, el hecho es que ella se refugiaba en el alcohol más de lo conveniente y vivía con una pena que terminaremos por descubrir a la vez que Kaspar.
La primera parte de la novela nos habla del pasado desde el punto de vista de Kaspar y, cuando éste encuentra los escritos de Birgit, sabremos también, desde el punto de vista de la mujer, lo que ella ha ocultado durante tanto tiempo. Por los recuerdos de Kaspar sabremos cómo se conocieron en 1964 en una Brigada de Estudiantes en que se mezclaron estudiantes de Berlín occidental y de Berlín oriental. Él procedía del oeste; ella, del este. Se conocen, se enamoran y en enero de 1965 ella logra salir de la RDA. «Birgit había aterrizado en Tempelhof el 16 de enero de 1965. Había llegado a Berlín, había llegado a él».
Los escritos de Birgit nos desvelarán un secreto, y se lo desvelarán al propio Kaspar. Y así terminará la primera parte del libro y comienza la segunda.
«Terminó de leer los apuntes de Birgit a primera hora de la tarde. Hubo momentos en que tuvo que interrumpir la lectura; se quedaba sentado e intentaba asimilar lo leído, trataba de comprenderlo, de ordenarlo. ¿De verdad había hecho eso Birgit? ¿Era así como ella lo veía? ¿Era así como se había sentido? ¿Y él no se había dado cuenta? ¿Había pensado Birgit, en el fondo de su alma, que él lo sabía todo? ¿Era una señal de su amor? ¿O solo eludía su responsabilidad, se tomaba las cosas a la ligera y creía no estar obligada a decirle nada porque él ya lo sabía todo?».
No voy a entrar en detalles porque no quiero contar más de la cuenta, pero el hecho es que, después de la sorpresa inicial, el hombre se dedica a tirar de los hilos que Birgit ha dejado en sus textos hasta encontrar una hijastra y, lo que es mejor, una nietastra. Lo malo es que la nueva familia postiza no es la que Kaspar hubiera soñado, la que habría elegido si le hubieran dado a escoger. Svenja, la hijastra; Björn, su marido; y Sigrun, la nieta, viven en un mundo muy alejado de lo que Kaspar ama y conforma su propia realidad, una comunidad cerrada, con una ideología a medio camino entre la nostalgia de un pasado incierto y el rechazo a un presente que se escapa a su comprensión y a lo que están dispuestos a tolerar. Un ideario hecho a base de negar la realidad y fabricar una a su propia conveniencia; de despreciar lo que no entienden o lo que les puede resultar inquietante. ¿Será eso lo que termina por caracterizar los nacionalismos y las ideas de extrema derecha? ¿Se resumirá todo en miedo e inseguridad? ¿Necesitarán fabricar un "otro" contra el que afianzar su propia fragilidad?
Con cierto engaño y mucha generosidad por su parte, Kaspar logra convencer a Svenja y a Björn de que dejen a Sigrun pasar con él «cinco semanas al año, tres en verano y dos semanas a repartir entre otoño, invierno o primavera». La joven tiene catorce años cuando empieza a pasar sus semanas de vacaciones con Kaspar. Es una joven cerrada, que tan solo sabe lo que ha oído contar a sus padres y a los habitantes de la cerrada población en la que vive. Las estancias en Berlín, la música, los museos, las conversaciones con su abuelo y, sobre todo, la lectura irán abriendo su cabeza poco a poco y con esfuerzo.
«Yo no he dicho que solo los alemanes sepan componer. Según mi padre, siempre hay excepciones, incluso entre los judíos.
—Incluso entre…
—Hay buenos músicos judíos, y artistas y científicos también. Papá dice que negarlo sería una estupidez, pero los músicos judíos tocan lo que han compuesto otros. Los judíos siempre se aprovechan de lo que han hecho otros. Así se hacen ricos, pero no son originales de verdad».
Contra esos prejuicios y otros tendrá que luchar Kaspar y lo hará con una paciencia infinita y una intuición muy inteligente. Irá consiguiendo grandes cosas en Sigrun hasta que... Imposible contar más. Hay que leer esta magnífica novela para saber la historia entera y los derroteros que va siguiendo Sigrun a medida que crece.
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Bernhard Schlink |
Pero más allá de la evolución de Sigrun, la novela trata otros temas y nos presenta otros personajes. Son sumamente interesantes las reflexiones acerca de la diferencia entre dos mundos que se muestran irreconciliables, pero que ofrecen cosas distintas y todas necesarias. Esos mundos del Este y del Oeste sobre los que Birgit tanto reflexiona «¿Quién habría llegado a ser si me hubiese quedado? ¿Si no hubiese conocido a Kaspar, si no me hubiera enamorado de él, si no lo hubiera elegido? ¿Si no hubiera pensado en irme, si no hubiese tenido más remedio que quedarme?».
Ese desarraigo que Kaspar percibe en Birgit, la sensación, tras leer sus escritos, de que no llegó a encontrar su lugar en el mundo.
«Después recordó que Birgit había empezado a beber mientras, durante los estudios, se sintió por primera vez una extraña en el Oeste. ¿Fue esa sensación de ser una extraña el principio del desarraigo? ¿Había ahogado esa sensación en alcohol? ¿Y había ahogado también el desarraigo?».
Tras la muerte de Birgit, Kaspar se entera de tantas cosas que tiene que replantearse su idea sobre la mujer y sobre la relación que han mantenido durante todos esos años.
Todo lo que cuenta y las reflexiones a las que da lugar hacen de La nieta una historia muy valiosa. Como todo lo que he leído hasta la fecha del autor este hace una lectura sumamente interesante de la historia de Alemania y sus particulares circunstancias. No hay disculpas complacientes, pero tampoco ensañamiento cruel. El empeño del autor es siempre mostrar que la bondad y la maldad conviven en cualquier circunstancia y hasta en cualquier persona. En sus novelas siempre nos enfrentamos a las contradicciones narradas mediante magníficas y originales historias. No disculpa las lacras de su país, los horrores que se han cometido en diferentes épocas históricas, pero sí es capaz de mostrarnos pequeños rayos de luz asomando entre las más atroces tinieblas. Esta su última novela me ha gustado tanto como las tres que ya le había leído y la recomiendo como recomiendo cualquiera de las otras.
Novelas de Bernhard Schlink leídas con el año de lectura entre paréntesis.
"Le lector" (2007)
"El regreso" (2008)
"La nieta" (2025)
Buenos días, Rosa.
ResponderEliminarMe interesa mucho todo lo que cuentas de esta novela. De hecho, conozco al autor por El lector, obra que impactó mucho por su estilo y la tremenda historia que narra. Me llevo sin dudarlo La nieta.
Un abrazo desde este Madrid envuelto en la confusión!!
Buenos días, Undine.
Eliminar¿Sigue la confusión en Madrid? En León, donde me encuentro, todo parece haber vuelto a la normalidad, aunque no he salido de casa aún.
Yo también conocí a este autor por El lector, novela impactante sobre todo en aquel momento. Luego se han hecho más en ese estilo. Todas las que he leído de Schlink analizan la historia de Alemania en distintos momentos del siglo XX y resultan de los más ilustrativo.
Un beso.
Hola,Rosa. No podía fallar,ya intuía que te tenía que haber gustado mucho. Es genial cómo teje la historia. Kaspar es un personaje absolutamente maravilloso. Y lo mejor, cómo reconcilia opiniones y habla de tolerancia y respeto en vez de imponer un pensamiento a las bravas y con insulto como se hace ahora. Y aunque el cambio que intenta en Sigrun es lo más importante, qué bonita es la parte sentimental.
ResponderEliminarLectura imprescindible, estoy de acuerdo.
Aún te falta disfrutar de Mujer bajando una escalera.
Besos
Me quedan varios libros del autor que espero ir leyendo poco a poco y esa Mujer bajando la escalera será uno de los primeros. Me ha sorprendido la paciencia de Kaspar y su forma de hablar con su nieta. A mí a veces me daban ganas de pegarle cuatro gritos cuando decía esas barbaridades tan sinsentido. Fue tu reseña la que me dio el empujón final para leer esta novela y no sabes cuánto te lo agradezco porque me ha encantado. Es un autor que me gusta mucho y no sé por qué no he leído más cosas suyas. Espero ponerle remedio como te digo.
EliminarUn beso.
Hola, Rosa. Pues otra novela que apunto. Me ha gustado mucho lo que cuentas sobre ella y en especial ese empeño del autor por mostrar la convivencia entre bondad y maldad y que todo siempre está teñido de claroscuros. No he leído nada de él pero voy a buscarlo. Un beso y gracias por la recomendación.
ResponderEliminarSi no has leído nada es un autor que te recomiendo conocer. Todo lo que he leído, cuatro novelas, me ha gustado mucho y estoy segura de que, si te animas, también te gustará.
EliminarUn beso.
Del autor sólo he leído El lector, que me impactó muchísimo. Tomo buena nota de esta que la temática me llama muchísimo. Y parece además que no baja el nivel.
ResponderEliminarBesotes!!!
Yo creo que aquí en España se le conoció con El lector. Yo también fue la primera novela que leí suya y ya me gustó mucho y me sorprendió. Todas las que he leído después me han gustado también y no, no baja el nivel. De hecho, no es El lector la novela que más me ha gustado de todas ellas.
EliminarUn beso.
¡Hola, Rosa!
ResponderEliminarConozco la prosa del autor, escribe maravillosamente bien, leí "Mujer bajando una escalera" y me gustó mucho, una novela sutil y muy melancólica. "La nieta" la tengo apuntada desde que leí la reseña de Norah, la ambientación en las dos Alemania y los tema tratados me tientan bastante, nunca suelo resistirme a las tramas que tocan ese pasado histórico y más en estos tiempos que corren.
Me contenta ver que tú también la has disfrutado un montón, así que me dejas con más ganas de conocer tanto a este abuelo como a su nieta. Sin duda una historia que deja poso y suscita interesantes reflexiones, me has metido el gusanillo :)
Un beso.
Mujer bajando la escalera es lo próximo que quiero leer del autor. me lo ha recomendado mucho Norah en su comentario. La nieta yo la tenía de una reseña que no recuerdo de quien era, pero la de Norah fue la que definitivamente me decidió a leerlo. Todo un acierto. La historia y los temas tratados, en efecto, resultan sumamente atractivos y dan lugar a reflexiones muy interesantes.
EliminarUn beso.
Dos libros he leído de Bernhard Schlink -El lector y Olga- y los dos me gustaron. Quizás más El lector que Olga, pero creo que fue porque lo leí antes y también porque lo recuerdo más y mejor gracias a la magnífica película de Stephen Daldry con esa Kate Winslet que tanto me gusta y a la que tanto admiro. Tenía un poco olvidado a Bernhard Schlink, pero me apunto La nieta para una futura lectura pues el análisis del autor sobre la historia de su país siempre me resulta acertado y equilibrado.
ResponderEliminarUn beso
El lector fue lo primero que leí del autor, pero alguna novela que he leído después, esta por ejemplo y Olga, me han gustado más aún. Es un autor que a mí también se me olvida y hasta que no leo una reseña o veo que publica algo nuevo no me vuelvo a acordar. Ahora tengo varios en mi lista de pendientes, entre otros, los primeros que escribió que son policíacos y tratan de un detective privado llamado Gerhard Selb. Es una trilogía y el primero lo escribió a cuatro manos con Walter Popp, un autor al que no conozco de nada más.
EliminarUn autor de lo más recomendable.
Un beso.
¡Hola!
ResponderEliminarlo primero decirte que has hecho una reseña magnífica. He leído dos libros del autor que me fliparon, Olga y Mujer bajando una escalera, es un autor que me gusta mucho, pero te cuento también que en algún momento empecé La nieta y no me enganchó (aunque este, recuerdo que solo lo comencé, no fue abandono como tal), pero igual no era el momento porque después de leerte me dan ganas de volver a él con esta novela, porque todo lo que cuentas me llama mucho la atención. Por cierto que buena tu reflexión sobre "lo que termina por caracterizar los nacionalismos y las ideas de extrema derecha" idearios a base de negar realidades y desprecio hacia lo que no se comprende, inquietante..., sí.
Y curioso como tras convivir con el abuelo, esa nieta cambia su forma de ver las cosas y abre su mente, sin duda una muestra de que el entorno y la educación que se reciba es importante para forjar ideas y formas de pensar
La tendré muy en cuenta.
Un beso.
Es curioso que no hayas leído El lector que yo creo que es el libro que le hizo famoso en España y por el que casi todos hemos empezado. Olga me gustó mucho y también El regreso, aunque de este último como lo leí ya hace años y no tengo reseña, recuerdo muy poco. El lector lo recuerdo más porque hay película y porque al ser el primero que leía del autor me sorprendió bastante. Quiero leer Mujer bajando la escalera y Un fin de semana. Bueno, quiero leer todos, incluso los relatos, pero esos dos son mies favoritos. Y la trilogía policíaca de Selb, claro. Vamos, que tengo labor por delante.
EliminarRespecto a esa reflexión sobre nacionalismos y la extrema derecha es que no soy capaz de entender ese empeño en que todos vivamos como ellos consideran correcto si no es por propia inseguridad, una especie de miedo de que los otros vivan mejor y sean más felices que les hace sentir la necesidad de reprimir y dictar sus propias normas. Creo que no hay nada que me resulte más despreciable que ese afán por decirles a los demás cómo deben vivir, cuando los demás solo aspiran a hacer su vida sin meterse con nadie. Como siempre digo, lo único que no merece respeto es la falta de respeto.
Dele otra oportunidad al libro porque merece la pena.
Un beso.
Bueno, El lector no la he leído porque vi la peli, y cuando ya veo la peli antes, pues luego no suelo leer el libro (lo hago al revés), pero estoy segura de que la novela al igual que la peli me encantaría. Mujer bajando la escalera es muy buena, sí, tienes que leerla, ya te la hemos recomendado unas cuantas, jeje. ¿Sabes que desconocía la existencia de esa trilogía policiaca que comentas?
EliminarRespecto a lo de los nacionalismos... pues de acuerdo contigo en todo, odio que me digan como tengo que vivir y qué tengo que hacer
Otro beso!
Te pasa como a mí. Si veo la película me da mucha pereza leer el libro. Al revés, no. Me encanta ver películas basadas en libros que he leído, aunque los haya leído hace dos días. El lector lo leí antes de que hubiera película.
EliminarMás besos.
Al margen de lo que esta novela puede desvelar poco a poco, tu estilo narrativo para resumir su contenido en forma de reseña, incrementa su interés, dejándonos con ganas de saber más e ir descubriendo esos secretos que has estado ocultos en Birgit. Y no solo esto, pues también me resulta muy interesante conocer el punto de vista del protagonista (=autor) sobre las dos Alemanias tras la Segunda Guerra Mundial. Así que me imagino que con la lectura de La nieta, descubriremoa la historia de una familia y de un país dividido. Me la apunto.
ResponderEliminarUn beso.
Pues si con mi reseña consigo aumentar el interés y las ganas de saber más, en resumen, ganas de leer la novela, objetivo cumplido. Es una novela que merece mucho la pena. Da una visión de las dos Alemanias interesante, analiza el desarraigo de Birgit que abandona una para trasladarse a la otra donde presumiblemente se vive mejor, pero siempre tiene la duda de lo que habría sucedido de haberse quedado. Nos muestra también la nostalgia por lo que no se ha conocido más que de oídas y por imágenes más o menos supuestas. Es muy interesante de verdad y te la recomiendo sin dudar. Esta o cualquiera del autor.
EliminarUn beso.
Me apunto las novelas, no solo esta, del autor. No sé cuándo ni cómo me voy a poner al día con la lista de espera, pero tu manera de reseñar es atrayente y hace apetecibles todos los libros que comentas.
ResponderEliminarEsas dos Alemanias y las consecuencias de la separación tras la guerra creo que dan mucho de sí y también heridas difíciles de cerrar.
Un beso.
Yo ya tengo asumido que jamás me pondré al día con mi lista de espera. Voy leyendo y disfrutando y lo que quede por leer pues ahí quedará. A quien le interese la historia de Europa, y más concretamente de Alemania, en el siglo XX le gustará este autor. En sus novelas trata distintas épocas y distintos temas y siempre de una manera que hace que leerle sea un placer muy interesante.
EliminarUn beso.
Hola, Rosa. Al ver el título de la novela la he confundido con la de Caudel pero esa tiene un título más largo. A mí me gusta mucho lo que cuentas de esta novela. No he leído nada del autor, así que tomo nota. Besos
ResponderEliminarYa la recuerdo yo también. Aquella era La nieta del señor Linh, una preciosa novela también. Esta de Schlink no tiene nada que ver, pero es también muy buena. Anímate porque es un autor que creo que merece mucho la pena.
EliminarUn beso.
Hola Rosa, de este autor leí en 2013 El lector ( de hecho fui a mirar en el blog porque me parecía tenía reseñada) y fue una novela que me encantó; luego no seguí leyendo más, no sé porqué, ya que me quedé con un recuerdo imborrable de la historia y de la magnífica pelicula, ahora con tu reseña me has recordado al autor, y me has dejado con muchas de leer La nieta, ya que todo lo que cuentas de esta novela me parece muy interesante. Tomo buena nota. Besos
ResponderEliminarEl lector es una gran novela, a mí también me gustó mucho. Después he leído las tres que pongo al final del blog y me han gustado tanto o más. Son muy diferentes y es difícil compararlas, pero en todas trata distintos momentos de la historia de Alemania y de Europa y claro depende de cuáles sean los momentos que más interesan a cada cual. Te recomiendo cualquier novela del autor.
EliminarUn beso.
Hola, Rosa.
ResponderEliminarEl alcoholismo es una enfermedad que a veces camufla otras, como en este caso la depresión. La evasión u ocultamiento de una realidad que supera a la persona. Es triste que alguien no quiera medicarse, pero si lo haga con la bebida.
Es verdad, o yo lo veo así, nadie es bueno completamente como tampoco es malo, a veces, simplemente es intentar posicionarse en el contexto de otros para ver un poco más allá de lo que se ve a simple vista. Quienes somos o como actuamos mucho tiene que ver en la sociedad en la que habitamos, sea correcto o no, eso nos hace previsibles en actuaciones.
Cuando leo historias de este tipo, doy gracias a la época que me ha tocado y, sobre todo, dónde.
Me la apunto.
Besos, y feliz semana.
Más que a la época, hay que dar gracias por el donde, porque la época no es que esté siendo muy benigna. Aparte de las guerras de las que se habla continuamente, hay otras cuantas por ahí olvidadas por los medios y vivir en esos sitios no debe de ser como para dar gracias.
EliminarEl alcohol no cura nada, tan solo lo camufla durante unas horas y la vuelta a la sobriedad debe de ser terrible después da haber tenido la conciencia adormecida.
Los análisis que hace el autor en sus novelas son muy interesantes y muestran los grises que hay en las personas porque aunque sea muy cómodo pensar en blanco y negro, el gris matiza mucho los extremos.
Un beso.