"El corazón es un cazador solitario" Carson McCullers

Poco después de que Singer regresara a su habitación de la casa de huéspedes, Mick y Jake Blount y el doctor Copeland empezaron a venir nuevamente. Todos querían saber dónde había estado y por qué no les había advertido de sus planes. Pero Singer fingió que no entendía las preguntas, y su sonrisa era inescrutable.

Uno a uno iban llegando a la habitación de Singer para pasar las tardes con él. El mudo se mostraba siempre pensativo y tranquilo. Sus ojos, tan llenos de matices, aparecían graves como los de un hechicero. Mick Kelly y Jake Blount y el doctor Copeland llegaban y se ponían a hablar en la silenciosa habitación porque sentían que el mudo siempre comprendía, fuera lo que fuera lo que quisieran decirle. Y tal vez incluso más.


Y aún habrá un visitante más en la habitación de John Singer: el dueño del café Nueva York, Biff Brannon. Y son esos personajes los que, unidos y amalgamados por el mudo Singer, van dejando ver su vida a lo largo de la novela. Se puede decir que John Singer es el protagonista, aunque no es el personaje principal. No es el que más sale, pero su sombra alargada está siempre presente. 

Cuando empieza el libro estamos en los años treinta del pasado siglo, probablemente 1937 o 1938, en una ciudad indeterminada del Sur de Estados Unidos. John Singer vive con Spiros Antonapoulos, un griego también mudo. 

La relación entre ambos trasciende lo que es una mera amistad y  ambos son felices juntos, siempre juntos excepto cuando están trabajando. «En casa se sentían contentos de comer y beber, y Singer no dejaba de hablar ansiosamente con las manos a su amigo sobre todo lo que le pasaba por la mente. De modo que los años pasaron de esta tranquila manera hasta que Singer llegó a la edad de treinta y dos años, después de diez de vivir con Antonapoulos en la ciudad». Pero la tranquilidad de los amigos llegó a su fin cuando Antonapoulos enfermó y, tras superar la enfermedad, se volvió irritable e impredecible. Algo lo había trastornado y su comportamiento hizo que su primo decidiera internarlo en un manicomio a trescientos kilómetros de la ciudad. 

Es entonces cuando Singer se traslada a la pensión de los Kelly donde alquila una habitación. Es esa habitación la que se convertirá en el centro de reunión de un grupo de gente variopinta, cada uno con sus problemas. Problemas que le irán contando a Singer quien mira y sonríe y no llegamos a saber si se entera de algo, pero no importa, el hecho de estar allí y escuchar lo convierte en el soporte al que se agarran aquellas personas para sentir que su vida no se derrumba. 

Mick Kelly es la hija de trece años de los Kelly. Adora la música y almacena las piezas escuchadas en su cabeza. Su ilusión es comprarse un piano y asistir a la habitación de Singer a contarle sus problemas y a escuchar la radio. Mick tiene una vida muy rica y muy organizada.

«En ella es como si hubiera dos lugares: el cuarto interior y el cuarto exterior. La escuela, la familia y las cosas que sucedían a diario se situaban en el cuarto exterior. Mister Singer estaba en los dos cuartos. Los países extranjeros y los proyectos y la música estaban en el cuarto interior. También las canciones que ella componía. Y la sinfonía. Cuando estaba sola en aquel cuarto interior, la música que había oído aquella noche después de la fiesta volvía a su memoria, y crecía lentamente como una gran flor en su mente».

Jake Blount es uno de esos hombres que «saben». Él ve la explotación del mundo, los millones de obreros explotados por los ricos, los trabajadores de las hilanderías de la ciudad, sin ir más lejos. Cuando empieza la novela está acogido en el café Nueva York, pero Alice Brannon, la mujer de Biff no está dispuesta a soportarlo más. Allí, en el café, es donde conoce a Singer en cuya habitación terminará cuando lo echen del café y a aquella habitación seguirá acudiendo cuando ya tenga su casa y su trabajo. Ha descubierto que Singer también «sabe» si bien no sabemos si Singer se ha enterado. 

Benedict Mady Copeland, el doctor Copeland, es para mí, tal vez, el personaje más llamativo de toda la novela. Se trata de un médico negro, viudo, al que sus hijos han repudiado. Los tres varones hace años que no le hablan y la única que lo visita es Portia, la hija que es además la cocinera de los Kelly. El doctor Copeland también lucha contra la explotación (uno de sus hijos se llama Karl Marx, aunque todos, salvo su padre, le llaman Buddy). Lo que pasa es que Copeland fija su atención en la explotación de los negros por los blancos. 

«—Los nazis roban a los judíos su vida legal, económica y cultural. Aquí el negro siempre ha estado privado de estas cosas. Y si no ha tenido lugar un robo total y democrático de dinero y artículos, como en Alemania, es simplemente porque a los negros jamás se les ha permitido reunir riquezas.
—Ése es el sistema —dijo Jake.
—Judíos y negros —dijo el doctor Copeland amargamente—. La historia de mi pueblo será comparable con la interminable historia de los judíos…, sólo que más sangrienta y más violenta».

Biff Brannon parece un buen hombre aunque puede que esconda impulsos un poco turbios. Regenta el café Nueva York donde Singer almuerza y cena cada día. Es el último en incorporarse a la habitación de Singer y solo lo hace cuando se queda solo al perder a su mujer. Es el personaje que cierra la novela en uno de esos finales que no se olvidan fácilmente. Un final que no será del agrado de quienes gustan de finales cerrados y perfectamente rematados, pero es que ¿cómo se pueden rematar unas vidas que siguen su curso? ¿cómo se puede rematar la historia de una ciudad?

Porque de la ciudad se nos habla mucho también. Singer la recorre por las noches cuando no tiene visita, pero también la recorren Mick y el doctor Coppeland y Jake Blount. Biff no, porque Biff siempre está en su bar, salvo las esporádicas visitas a Singer o a su cuñada que viven muy cerca del café. Es una ciudad que, como he dicho, no se nombra, pero es una ciudad del Sur, tal vez la misma Columbus, Georgia, en la que nació la autora. Una ciudad con sus barrios, ricos y pobres, blancos y negros

«Singer paseaba por los lugares más apartados y perfumados de la ciudad donde se apiñaban los negros. Había aquí más alegría y también más violencia [...] Casitas confortables levantadas en parcelas de pardo césped… también por estos lugares paseaba Singer. Aquí los niños eran más fuertes y más amistosos con los extraños. Vagaba por los barrios de los ricos. En ellos había casas grandes y viejas, de blancas columnas e intrincadas cercas de hierro forjado [...] Y llegaba hasta el borde mismo de las carreteras que llevaban de la ciudad a los almacenes generales donde los granjeros, los sábados por la noche, se sentaban alrededor de la estufa. Deambulaba a menudo por entre las cuatro manzanas principales de actividad comercial de la ciudad que estaban brillantemente iluminadas y luego por los oscuros y desiertos callejones de detrás. No había parte de la ciudad que Singer no conociera».

Y está el propio Singer, ese personaje tan enigmático como magnético. Tan solo Antonapoulos, a quien visita en varias ocasiones en el manicomio, parece inmune al poder atractivo de su antiguo amigo. Para los demás Singer es tan atractivo que todos quieren asimilarse a él. O asimilarlo a sí mismos. Los judíos creen que es judío, los descontentos revoltosos creen que es sindicalista, los ricos creen que es rico, los campesinos, campesino. Hasta los turcos creen que es turco. Y realmente no sabemos quién es Singer ni de donde viene, pero es que en la vida hay incógnitas que nunca se revelan, pero que sirven para mostrarnos todo un mundo.

Carson McCullers

Hacía veinticinco años que no me acercaba a las letras de Carson McCullers. Fue en 1999 cuando leí Frankie y la boda. Anteriormente había leído Reloj sin manecillas en 1993. Hacía tiempo que tenía este libro en mi estantería de pendientes y siempre había otro que le pasaba por delante. Esta vez me dije que sí o sí iba a leer esta primera novela de la autora. 

El corazón es un cazador solitario nos habla de soledad como ya se avisa en el título. Es la historia de unos personajes que se buscan en una ciudad llena de gente, pero aunque se encuentran, nunca dejan de estar solos. Ese hombre mudo que los concentra a su alrededor tan solo nos ha dejado constancia de su entendimiento con Antonapoulos. No vemos que entienda a nadie más. Sonríe, eso sí, porque es un hombre eminentemente amable, pero nos deja muchas dudas y abre más interrogantes de los que cierra. Esa es una de las grandezas del libro.

Los temas que trata en esta novela la autora tienen mucho que ver con su propia vida cosa que suele pasar en una primera novela como lo es ésta. La homosexualidad, el suicidio, el racismo, la explotación, el alcohol... son temas que pueden estar basados en su propia vida personal o en el ambiente del Sur y de la Depresión que marcó la década de los años treinta. 

El corazón es un cazador solitario es una novela preciosa y un testimonio muy valioso de un lugar y de una época que no dejan de fascinarme. 

Título del libro: El corazón es un cazador solitario
Autora: Carson McCullers
Nacionalidad: Estados Unidos
Título original: 
The heart is a lonely hunter
Traducción: Rosa María Bassols Camarasa
Editorial: Seix Barral
Año de publicación: 2001
Año de publicación original: 1940
Nº de páginas: 384

Comentarios

  1. Hola, Rosa. Me encanta el título de este libro y los temas que trata. También ese enfoque tan particular que ha elegido la autora para contar la historia y el modo de aglutinar tantos personajes en torno al protagonista. Sí que parece una gran novela. Besos y gracias por la recomendación. Una reseña estupenda.

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    1. El título es precioso y muy descriptivo. Una historia de las que no debí dejar tanto tiempo en el estante.
      Un beso.

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  2. Buenas tardes, Rosa.
    A mí me ha ocurrido lo mismo con Carson McCullers. Hace mucho tiempo que la descubrí, la admiré y, por alguna razón absurda, me olvidé de ella. De hecho, cuando leí esta conmovedora novela quise seguir avanzando en la narrativa de la autora. Quizá, y gracias a ti, sea este el momento para rescatarla en mis lecturas. Apuntada queda para la próxima temporada.

    Un abrazo, y gracias por tu estupenda reseña!!

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    1. Buenos días, Undine.
      Imagino que hay tantos estímulos literarios, tantos autores, géneros, etc., que no podemos abarcarlo todo y hay muchas cosas interesantes que se van quedando relegadas, al menos por un tiempo. Lo que más me asusta es pensar en las cosas interesantes que quedarán sin leer para siempre. Bueno, no se puede abarcar todo. Al menos Carson McCullers no quedará en el limbo. Es fantástica.
      Un beso.

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  3. Tú último párrafo es una invitación en toda regla a leer esta novela. Creo también cierto en que las óperas primas tienen mucho rasgos de la personalidad del autor y eso las hace aún más interesantes. Y por supuesto hay una historia por conocer.
    Besos.

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    1. Sí, ha sido una novela que me ha dejado cautivada. Parece mentira cómo algunas primeras novelas tienen ya la impronta de quien va a ser un autor consagrado. Esta opera prima es de ésas. Muy recomendable. Por cierto, he sabido gracias a Mariana por ahí abajo, que hay una película. Es de 1968 y tiene bastante buena calificación en Filmaffinity.
      Un beso.

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  4. Hola, Rosa. Ya sabía que íbamos a coincidir, es más, es que el final del libro, que ya he leído dos veces, me parece perfecto. Sí, a mí que siempre me quejo de finales poco contundentes, este me ha parecido genial. Y es que la Carson me tiene ganada por la mano.
    Mi personaje favorito por supuesto Singer y también la chica, Mick. Me gusta cómo esta escritora profundiza en sentimientos y la sensibilidad que tiene.
    Mi favorito de la autora sigue siendo La Balada del café triste. Aunque me gusta todo lo que he leído de ella.
    Besos

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    1. Es cierto que este final no me parece apto para personas a las que les gustan los finales cerrados. Ya sabes que a mí no me importa que no se cierren a la perfección, siempre que sean buenos y tengan coherencia, pero éste es de los que cierran la historia a la vez que la dejan abierta porque la vida sigue. Al menos para la mayoría de los personajes.
      Un beso.

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  5. ¡Hola, Rosa!
    No he leído aún a la autora, conozco esta novela por su adaptación cinematográfica, aunque tampoco he visto la peli. ¿Menudo título, verdad? Una novela coral nada común, y qué personaje tan peculiar ese señor Singer, un sordomudo que escucha a todos y a su vez nadie puede escucharlo a él, digamos que se convierte en el eje central de todo un pueblo. Creo que la gente buena tiene un don para irradiar cariño y así producir campos de fuerza donde poder cobijar a los demás. Es así como he imaginado al señor Singer mientras te leía.
    Sin duda que la novela trata algunos temas complicados para la época y aún más para el entorno sureño, racismo, homosexualidad, desigualdades, injusticia, pobreza...
    Me la apunto, espero leerla en algún momento, gracias por hablarnos de esta joya literaria ;)
    Un beso.

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    1. Pues gracia a ti me entero de que hay una película sobre esta novela. Ya he indagado y es de 1968. a ver si puedo hacerme con ella en alguna plataforma o en DVD
      Singer es un personaje fantástico. No es el que más aparece, pues las vidas de los demás están más presentes en el libro. Casi siempre aparece como referencia de otros personajes, salvo cuando está con Antonapoulos en cuyo caso sí que es el protagonista y se cuenta su propia historia. Y sí, se manifiesta como una persona buena que atrae a todos hacia sí y a la que todos quieren parecerse. Una magnífica historia que te recomiendo sin dudar.
      Un beso.

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  6. ¡Hola, Rosa! Dados los temas que mencionas y tratándose de una ópera prima seguro que hay mucho de de la vida de la autora en ella, además veo que se publicó en los cuarenta, con lo que estamos ante un testimonio de primera mano de la época. Es muy posible que esa sea la razón de la fuerza de la historia, más allá del trabajo de edición que se realizara.
    Fantástica reseña con la que aprovecho para desearte un mes de agosto fantástico.
    Un abrazo!!

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    1. Por lo que he leído de la vida de Carson McCullers, sí que hay mucho de su vida y del ambiente en el que vivió. Lo sorprendente no es eso, porque es lógico que un autor se inspire en sí mismo la hora de escribir su primer libro. Lo asombroso es cómo lo hace, cómo trata a los personajes y sus peripecias y cómo los amalgama a todos alrededor de Singer y nos cuenta la vida pasada y presente de todos, pero no la de Singer, más allá de ciertos episodios muy concretos. La técnica y los recursos son de un autor con muchas tablas. Al menos, a mí, en mi inexperiencia escritora, así me lo parece.
      Un beso y un buen agosto también para ti.

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  7. La leí hace algo más de seis años. Me fascinó. Llegué hasta ella por los elogios que me hicieron muchos comentaristas a la reseña que sobre otra obra suya, La balada del café triste, había hecho un año antes. Desde entonces -tampoco sé por qué- no he vuelto a esta magnífica escritora. Me ha ocurrido como a ti y como tantas veces nos sucede a quienes somos aficionados a la literatura, que vamos y venimos como las mareas. En mi caso no tengo perdón de Dios pues hace como dos o tres años que me hice con un grueso volumen de sus cuentos en una de esas expurgaciones que hacen las bibliotecas públicas. Pues, oye, ahí sigue el libraco, mirándome todos los días y yo nada leyendo a veces libros de escritores que no llegan ni de lejos al nivel de la McCullers. A ver si tu reseña me anima y vuelvo a ella.
    Un beso grande

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    1. No he leído La balada del café triste. El ser de relatos hace que prefiera pasar por delante las novelas. Me queda tan solo una novela, Reflejos en un ojo dorado, pero leís hace tanto las otras dos que creo que una relectura no vendría mal.
      Como le digo a Undine más arriba, hay mucho que leer, muchos autores, y como no se puede atender a todo, algunos quedan relegados, aunque no siempre sean los que más merecen la relegación, como en este caso.
      Un beso.

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  8. Ay, qué ganas tenía de leerte esta reseña. Estoy teniendo un verano un poco accidentado, pero ya estoy volviendo poco a poco a la normalidad.
    Bueno, ya sabes que me encanta Carson McCullers. Además, esta novela me parece una maravilla. Es una de las mejores obras de la autora y una de esas lecturas que te alegras sinceramente de haber leído y de que contribuyan a tu bagaje lector. Cuanto más pienso en ella más me gusta y más buena me parece, y eso que hace casi ya seis años que la he leído. Conociendo tus gustos literarios, estaba segura de que te iba a gustar, y me alegro mucho de que haya sido así.
    Besos

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    1. Vaya, espero que no te haya sucedido nada serio. Yo ando con un problemilla en un hombro que me tiene un poco harta y que hace que no pueda estar demasiado tiempo al ordenador. Afortunadamente, para leer en el Kindle no me molesta.
      Tienes razón en que esta novela es una maravilla. El personaje de Singer, tan discreto, tan misterioso, tan presente y a la vez tan desconocido, me ha resultado fascinante. Los demás giran a su alrededor, pero son los que componen la verdadera historia, o historias, del libro. Y esa ciudad tan... del Sur. Es una novela que muestra una extraña madurez para ser la primera y estar escrita cuando la autora tenía veintitrés años. Tu reseña, que veo que es de 2018, me animó mucho a volver sobre la Carson McCullers con esta novela, pero ya ves, fue pasando el tiempo y mi ánimo se enfrió. Pero me quedó la cosa y ahora, por fin, he cumplido con esta historia. Muchas gracias por la parte de "culpabilidad" que te corresponde.
      Un beso.

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  9. ¡Hola Rosa!
    de la autora leí hace ya bastante "Reflejos en un ojo dorado", me gustó, me gustó la prosa de la autora y lo que contaba y cómo lo contaba, aunque nunca más volví a ella.
    El personaje de Singer me parece por lo que nos cuentas, una maravilla, de esos que quedan grabados a fuego en nuestra mentes lectoras. Me lo imagino y me resulta atrayente: un mudo en una habitación visitado por otros personajes que le cuentan sus cosas, como un hombro al que ir a llorar, y al final no sabes lo que piensa de lo que le constaste, una especie de psicólogo al que ir a contarle tus problemas solo que de este no obtienes respuestas, curioso, sí...
    No te digo que no me voy a animar en algún momento, porque además los temas que suele tocar la autora me llaman mucho, ya lo sabes.
    Por cierto me ha encantado esta reflexión que haces sobre esos finales inacabados, o parcialmente rematados que a más de uno y una desagradan (no es mi caso) "¿cómo se pueden rematar unas vidas que siguen su curso? ¿cómo se puede rematar la historia de una ciudad?"
    me alegra que por fin sacaras este libro de tu lista de pendientes y te animaras a leerlo, ya que se ve que lo disfrutaste
    Un beso.

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    1. Lo he disfrutado muchísimo. Ya me imaginaba que sería una buena lectura para mí, pero me ha sorprendido lo realmente buena que ha sido. Singer es todo eso que dices y más aún, porque también hay partes, pocas, en las que él es el protagonista y piensa y actúa y se hace dueño de la acción.
      Yo no he leído Reflejos en un ojo dorado. He visto la película un par de veces y me ha gustado mucho, aunque entonces no sabía que se basaba en una novela de la autora. Lo tengo pendiente en mi lista, así como sus libros de relatos que, como siempre me dan más pereza.
      Respecto a esos finales no cerrados me gustan cuando son buenos, cuando realmente ponen fin a la historia aunque no cierren nada. Son como los relatos de Raymond Carver que se puede decir que no tienen ni principio ni fin. Son un episodio concreto de unas vidas que habían empezado mucho antes y terminarán mucho después. No sé si me explico.
      Un beso.

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    2. Sí, sí, claro que te explicas perfectamente. Es lo que yo pienso también, yo los llamo "trozos de vida" y si la cosa es interesante en general, pues me gusta, no me importa que no se cierre nada en particular. Yo la peli no la vi, pero igual también la busco
      Otro beso.

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    3. Creo que los malos finales son aquellos que son increíbles o el resultado de no saber cerrar la historia o de sacarse un personaje o un acontecimiento de la manga que no viene a cuento o los que quieren dejar la historia tan cerrada y encajada que lo explican todo y parece que toman al lector por idiota. Esos finales los odio, pero estos que dejan las cosas pendientes del transcurrir normal de la vida, esos "trozos de vida" que tú dices, me encantan.
      Otro beso.

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  10. Hola, Rosa.
    A veces uno solo necesita que lo escuchen, poder expresarse sin que nadie interceda o juzguen es catártico. El personaje es desde luego llamativo, como un sacerdote y el secreto de confesión.
    Me la apunto.
    Un beso.

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    1. Sí, tienes razón, Singer es el catalizador en el que encuentran su catarsis estos cuatro personajes. El simple hecho de hablar, de tomar unas cervezas o jugar una partida de ajedrez les da la sensación de que alguien les escucha, de que no están solos. Y eso aunque al lector le quede la duda de si Singer, a pesar de saber leer los labios, está realmente enterándose de lo que le cuentan o tan solo sonríe. Una gran novela de una gran autora.
      Un beso.

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  11. Hola, Rosa.
    Tengo una amiga que justo lo está leyendo ahora y tengo muy presente este título por eso (lo tengo en pendientes desde hace mogollón, pero aún no he iniciado con nada de la autora y mira que le tengo ganas). La cosa es que, esta amiga que te menciono, ya me ha abierto la curiosidad justo hace unos días, y ahora te he leído a ti y lo mismo se cuela entre mis próximas lecturas. ¡Ya se verá! Al menos tanto ella como tú, me lo habéis traído a la mente con gran fuerza. Me interesa mucho lo que parece tratar (y cómo lo hace), personajes llamativos también veo. Pienso que me va a parecer buena lectura a mí también.
    Un abrazo.

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    1. Creo que te gustará mucho. la verdad es que no narra grandes sucesos, pero todo lo que cuenta, está contado de forma que resulta muy interesante. Las vidas de los cuatro visitantes de Singer son muy distintas, pero todas se pueden resumir en soledad, grandes esperanzas y anhelos, búsqueda de algo que se les escapa. Y Singer, se ha quedado conmigo como personaje entrañable al que apetece salvar de todo lo que le sucede. Y luego está ese ambiente del Sur que a mí me encanta, tanto en la forma, que es común a casi todos los autores nacidos allí (al menos a los que he leído), como en el contenido. Ya nos contarás.
      Un beso.

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  12. Hola Rosa, de esta autora solo he leído Frankie y la boda hace años y me gustó mucho. En la biblioteca hay varios libros de la autora y este me llama especialmente la atención por lo que tiene de autobiográfica y por los temas que trata ( además de su título que nos dice mucho). Las primeras novelas suelen ser muy significativas porque muchas veces son claves para señalarnos el camino a recorrer. Ahora que ando entre clásicos me la llevo apuntado. Besos.

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    1. Es curioso porque somos varios los que habíamos leído a la autora hace tiempo, nos había gustado y no habíamos vuelto sobre ella. Esta novela es una historia preciosa, muy bien contada y con una calidad que se hace extraña para una opera prima. Y sí, dice mucho de la autora y de lo que escribiría con posterioridad.
      Un beso.

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