"El verano que lo derritió todo" Tiffany McDaniel

Fue una de esas noches cuando desatravesó las piernas, descruzó los brazos y abrió mucho los ojos, por ese orden. A continuación, se levantó y, con gran convicción, cogió un bolígrafo y una hoja de papel. Entonces empezó a escribir lo que acabaría siendo una invitación al diablo.

El primer día de verano esa invitación se publicó en el periódico de nuestro pueblo, The Breathanian. Estábamos desayunando, y mamá puso el diario en medio de la mesa. Con la leche matutina goteándonos por la barbilla, contemplamos la invitación publicada en primera página. Mamá le dijo a papá que era demasiado atrevido. Tenía razón. Hasta los ateos tenían que reconocer que había que ser un hombre valiente para poner a prueba la existencia del Príncipe de las Tinieblas.

Todavía tengo esa invitación en alguna parte. 

Poco se imaginaba Autopsy Bliss lo que iba a desencadenar cuando se le ocurrió publicar esa invitación en el diario de Breathed, Ohio, una invitación al diablo para que visitase el pueblo. Autopsy, haciendo honor a su nombre que deriva de autopsia y que «en griego antiguo significa "ver con los propios ojos"», quería ver el mal, ese mal que se esconde a veces entre el bien y que le había hecho cometer algunas injusticias en su papel de abogado y fiscal. Y el diablo llegó, aunque no era quien pensaban que era. 

Estamos en el verano de 1984, el verano en que llegaron el diablo y el calor. «Era un calor que no solo derritió las cosas tangibles como el hielo, el chocolate o los helados. También derritió todas las cosas intangibles. El miedo, la fe, la ira y esas guías tan fiables del sentido común. Pero además derritió vidas y dejó a su paso un futuro que enterrar con la tierra de la pala del enterrador».

El diablo llegó de la mano de un niño negro de trece años vestido con mono vaquero y que enseguida se hizo amigo de Fielding, el hijo pequeño de Autopsy y narrador de la historia. Más que amigo se hizo hermano porque en espera de que aparecieran sus familiares o alguien que lo reclamara, se quedó en casa de los Bliss como uno más de la familia. Fielding también tenía trece años, como Sal que es el nombre del niño negro que se autoproclamó el diablo invitado a visitar el pueblo. Muchos de los acontecimientos de este libro suceden a los trece años. 

Ese verano estuvo marcado por el calor y por las desgracias en el pueblo. Los acontecimientos luctuosos se sucedían con extraña frecuencia, pero ¿cómo no iba a ser así con el diablo campando libre por las calles? Eso al menos pensaron algunos de los habitantes de Breathed, Ohio, presididos por Elohim, un hombre amargado desde que perdió a su mujer y dispuesto a ver al diablo en aquello que no entendía ni le gustaba, y a Elohim no le gustaban los negros. Y mucha gente se dejó convencer de que había que expulsar al diablo y terminar con la maldición que había caído sobre el pueblo. 

Sal se incorpora con toda naturalidad a la familia Bliss, una familia peculiar que nos es descrita por Fielding con la misma naturalidad, esa con la que se habla de lo que es cercano y familiar. Autopsy, el padre, capaz de invitar al diablo porque «quería ver con mis propios ojos». La madre, una mujer que jamás sale más allá del porche porque tiene miedo a la lluvia. Grand, el hermano mayor, destacado jugador de béisbol, siempre dispuesto a defender a los más débiles, bien sea un compañero judío o el niño negro que se ha convertido en su nuevo hermano; un joven que esconde sus secretos y que formará una parte muy importante en aquel desastroso verano en que el diablo visitó Breathed, Ohio. Grand conseguirá hacer sentir a su hermano pequeño «la tragedia helada de la herida que llamábamos ser hermanos».

Cuando Sal llegó, era el diablo el que había sido invitado y tal vez Sal pensó que la única forma de entrar en aquella familia era pasándose por el invitado

«Quizá temía que la única forma de poder quedarse era ser el diablo.

Ser el diablo lo convertía en un objetivo, pero también implicaba que tenía un poder del que carecía cuando solo era un niño. La gente lo miraba y escuchaba lo que decía. Ser el diablo lo hacía importante. Lo hacía visible. ¿Y acaso no es esa la mayor tragedia de todas? ¿Cuando un niño tiene que ser el diablo para ser importante?».

Aquel verano fue tan importante, marcó tanto la vida de Fielding que, setenta años después, cuando nos cuenta la historia, lo vemos dejando atrás una vida destrozada, una vida de la que nos irá dando los detalles suficientes para entender que todo lo que podría haber sido lo trastocó aquel verano en que el diablo visitó Breathed, Ohio, invitado por un hombre justo que quería ver con sus ojos la verdadera maldad. «Quería conocer al diablo, y ese encuentro me permitiría saber con seguridad si lo había visto en la sala de justicia, en los hombres y las mujeres a los que había metido entre rejas». Quería saber si realmente había sido justo.

Tiffany McDaniel

En mi anterior reseña calificaba Un caballero en Moscú como una novela deliciosa, con su fina ironía y sus toques de humor. El verano que lo derritió todo es una deliciosa novela en la que no hay nada de humor ni de ironía. Es una novela dura que muestra de lo que somos capaces cuando nuestros miedos encuentran una víctima propiciatoria a la que culpar de todo lo que nos duele, desde el calor, que nos enloquece, hasta las pérdidas más crueles que nos sumergen en una densa necesidad de revancha. A veces el diablo se manifiesta como lo hizo en Breathed, Ohio, pero, contra lo que pudiera parecer, no llegó de fuera en la persona de Sal. Siempre estuvo allí, dormido, esperando a despertar ante el miedo y la desazón que produce la falta de entendimiento de la realidad. 

Con unos personajes que se nos pegan a la piel y a los que no podemos dejar de querer; con una historia (unas historias) que, por momentos, nos estremece de dolor o de ternura o de ambos; con un ambiente denso de calor, de odio, de violencia, pero también de amor, de comprensión, de lealtad, El verano que lo derritió todo es una novela que ya pasa a formar parte de mis lecturas favoritas de todos los tiempos y, por supuesto, de 2024.

Título del libro: El verano que lo derritió todo

Autora: Tiffany McDaniel
Nacionalidad: Estados Unidos
Título original: The summer that melted everything

Traducción: Ignacio Gómez Calvo

Editorial: Hoja de lata

Año de publicación: 2023

Año de publicación original: 2016

Nº de páginas: 352