"Precioso veneno" Mary Webb

Ahora quiero contar la historia de todos los habitantes de Sarn, de madre, Gideon y yo misma, de Jancis —que era tan bonita—, del brujo Beguildy y de las dos o tres personas que vivían por ahí. Siempre hubo poca gente, y a lo mejor seguirá siempre así, pues es un sitio un poco triste. Quizás sea por el rumor del agua, año tras año: mires donde mires, oigas lo que oigas, el agua está siempre presente; o quizás sea por los grandes árboles que esperan y meditan a izquierda y derecha; o por la imperturbable calma del lugar, como si lo hubieran creado para tiempos pasados y no para nosotros. O quizás se deba a que la tierra es pobre y pantanosa, con hierba escasa y poco nutritiva, como suele suceder ahí donde los juncos, las cañas y las primaveras crecen en abundancia. Quizás las conozcan con el nombre de prímulas, pero aquí siempre las hemos llamado primaveras.

Es empezar Precioso veneno y verme asaltada por recuerdos de otros libros y otros autores. Primero las hermanas Brontë, Emily sobre todo, tal vez porque tengo reciente la relectura de Cumbres borrascosas; enseguida Thomas Hardy del que solo he leído Lejos del mundanal ruido. Luego veo que estos autores son también mencionados por el editor y por la traductora (aunque la Nota de la traductora está al principio del libro, no la leo hasta el final), pero con todo, no es a esos autores a los que más me recuerda. Las que más me vienen a la mente son Nell Leyshon y su El color de la leche, y Hannah Kent con sus novelas Ritos funerarios, Los buenos y Devoción, los tres leídos y disfrutados a cada cual más. 

Precioso veneno es una preciosa historia contada por una joven que arrastra una maldición y es que cuando su madre estaba embarazada de ella, se cruzó con una liebre. «"Pero ¿qué culpa tengo yo de que una liebre se cruzara en mi camino? ¿Cómo iba a evitarlo?"». Así se lamenta la madre a lo largo del libro, pero de nada le sirve, la liebre se cruzó con ella y ahora Prudence Sarn, llamada Prue, está marcada con un signo que la maldice y hace que nunca pueda aspirar al amor ni a la maternidad ni a nada de lo que las otras jóvenes aspiran desde niñas. ¿Quién va a querer casarse con ella y su maldición leporina?

Estamos en el condado de Shropshire, Inglaterra, en 1811 cuando empieza la novela. Prue tiene quince años y vive con sus padres y su hermano Gideon, dos años mayor. Es entonces cuando el padre muere de repente y se desata la locura de Gideon. Empieza por comerse los pecados de su padre antes del entierro.

«En aquella época, en nuestra región todavía se acostumbraba a pagar a algún pobre para que, tras un fallecimiento, comiera pan y vino al pie del ataúd y dijera estas palabras: "Te doy ahora paz y reposo, pobre hombre, para que no vuelvas a caminar por los campos ni senderos. Y, para que tengas paz, empeño mi alma" [...] —Vamos a ahorrarnos ese dinero —dijo Gideon—. ¿Pa’ qué sirve un comepecados?».

Pero viendo el disgusto de la madre que piensa que su marido al haber muerto de repente y lleno de ira necesita mucho un comepecados, se ofrece él para asumir todos los pecados de su padre. Y no sabemos si fue eso lo que le volvió loco o si la locura ya venía de antes, pero Gideon enloqueció de avaricia, empezó a contarse a sí mismo el cuento de la lechera y de paso convenció con él a Prue. Habría que trabajar mucho para ganar dinero con la granja, luego venderla y comprarse una casa en Lullingford, el pueblo más cercano, y ser ricos y tener criados. Para convencer a la joven le recordó que debido a su maldición nuca podría casarse y más le valía ser rica. 

Prue no tenía mayor interés en ser rica, pero juró trabajar y obedecer en todo a su hermano aunque se quedó pensando en en la rareza del mundo. «[...] pensé que este era un mundo muy raro, en el que enterrabas a tu padre por la noche y al amanecer te ponías a pensar en desayunos, casas y oro; en el que tenías que cargar con una maldición toda la vida porque una pobre liebre había mirado a tu madre antes de que nacieras; en el que un hijo, al comer el pan y beber el vino que había hecho su madre, cargaba sobre su pobre alma con todos los pecados de su padre». Lo que más le gustó a Prue de toda esa historia es que su hermano había decidido que ella aprendiera a leer y a escribir para llevar las cuentas de la casa y eso sí que le atraía.

A partir de entonces la vida de los hermanos adquiere un ritmo frenético. Ellos trabajan en la granja, van a vender al mercado, la madre lleva la casa y envejece sin ver ninguna de las ventajas a que aspira su hijo. Pasan los años, Gideon cada vez pone más alto el listón, trabaja y hace trabajar a toda la casa, pero la fortuna siempre se le escapa de las manos cuando ya parece que la tiene encima. Y Prue empieza a pensar que lo que su hermano siembra y cosecha es el precioso veneno del que habla el libro que le prestó el vicario. No hay descanso ni riqueza ni felicidad. Todo se deja a un futuro que cada vez se aleja más en el horizonte, mucho, en todo caso, para la madre. 

«Me habría resultado llevadero si no hubiera sido todo por dinero, si hubiera podido estar orgullosa de mi casa y si la idea de Gideon hubiera sido mejorar la granja. En cambio, su plan era ir sacando dinero de nuestra granja para marcharnos luego».

Pero no todo es trabajo, en realidad. La novela, siempre en primera persona por boca de Prue, nos muestra mercados, fiestas de todo tipo, costumbres más o menos curiosas, supersticiones y creencias religiosas en lucha en una sociedad que aún se debatía entre la brujería y la ciencia. Aparecen personajes muy variados y destacan los Beguildy en cuya casa aprendió a leer y escribir de mano del señor Beguildy, el brujo del lugar contra el que predicaba el pastor. Y fue con la preciosa hija de Beguildy con quien se prometió Gideon. Y fue en la Fiesta del hilado con motivo del compromiso cuando Prue conoció a Kester. Y no voy a contar más. Tendréis que leer el libro si queréis saber la historia que es tan dura como preciosa y que está llena de magia.

Mary Webb

No conocía a Mary Webb quien escribió Precioso veneno en 1924. En el prefacio de la novela, la autora escribía ese mismo año:

«Invocar la nostalgia del pasado, aunque sea solo por instantes, es como tratar de apresar entre los brazos el color jacintino de la distancia. [...]  Lo que para ellos fue presente, ¡qué difuso es ahora! El pasado es un presente convertido en mudo e invisible; y puesto que es mudo e invisible, el recuerdo de sus miradas y sus murmullos es infinitamente precioso. Somos el pasado del mañana. En este mismo momento nos vamos borrando como las imágenes pintadas en las esferas móviles de los relojes antiguos: un barco, una cabaña, el sol y la luna, un ramillete de flores. La esfera gira, el barco asciende y se hunde, el sol pintado de amarillo se pone, y nosotros, que éramos lo nuevo, vamos adquiriendo un carácter mágico. El zumbido de las ruecas de hilar ha cesado en las casas, y ya no oímos los pedales del telar, el rumor rápido y sedoso de la lanzadera, el golpe sordo intermitente del batán. Pero la imaginación lo oye todo, y esa es la melodía del romanticismo».

Pero para conocer a la autora nada como la Nota del editor al final del libro. Jan Arimany, el editor de Trotalibros, es un hombre que ama los libros, ama la literatura y no hay más que seguir en YouTube alguna de sus reseñas para darse cuenta de ello. Voy a terminar mis impresiones sobre Precioso veneno con varias citas de dicha Nota que completarán mucho mejor de lo que yo lo haría, la visión de la novela que pretendo transmitir. 

«Como en las mejores novelas de Carson McCullers, todos sus personajes aparecen marcados por un defecto, una condena, su perdición. En el caso de Prue es físico —su labio leporino, su particular marca de Caín—, pero en otros afecta al alma, como la infelicidad de su madre, la ambición desmedida de Gideon o la ira de Beguildy. A medida que exploraba Shropshire con la mirada de su protagonista, el corazón me latía cada vez más rápido, estaba sobrecogido ante esa naturaleza exuberante, maravillosa, extraña, cargada de simbolismo y supersticiones. ¿Cómo era posible que este libro no se encontrara en español?». 

«[...] cuando empecé a investigar sobre Mary Meredith, descubrí lo mucho que tiene de autobiográfico precioso veneno. Como Prue, Mary era una niña sensible, solitaria y soñadora que creció en la región de Shropshire, su querido hogar y refugio. Creo que, si nos hubiéramos conocido de pequeños, nos habríamos llevado bien. Sin duda poseía la llave de la imaginación»

«Mary Webb no tuvo una vida feliz. No alcanzó el éxito con ninguno de los libros que escribió. [...] El fracaso literario se sumó al fracaso matrimonial, y este al sufrimiento y la soledad a la que la condenó la enfermedad autoinmune de Graves-Basedow que padecía y cuyos síntomas incluyen ojos hinchados, insomnio, nerviosismo y temblores. [...] No tardó en morir de anemia perniciosa a los cuarenta y seis años».

Título del libro: Precioso veneno
Autora: Mary Webb
Nacionalidad: Reino Unido
Título original: 
Precious Bane
Traducción: Carmen Francí
Editorial: Trotalibros
Año de publicación: 2023
Año de publicación original: 1924
Nº de páginas: 360
 

Comentarios

  1. Pues no conocía a Mary Webb, Rosa. Esas fechas de escritura -me refiero a los años 20 y 30 del siglo pasado- han dado novelas que en general me gustan. Tomo nota de este título. Veo en wikipedia que al poco de morir (al año siguiente o así) el primer ministro inglés del momento prologó esta novela y dio a conocer al mundo la excelente literatura de Mary Webb. Mira que hay ocasiones en que el éxito llega después de muerto. Es injusto para el escritor, pero al menos los lectores posteriores nos beneficiamos de su enorme talento.
    Un beso,

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    1. Si, lo cuenta Jan Arimany en esa Nota del editor que comento. Fue gracias ese prólogo de Stanley Baldwin que la novela y la autora llegaron a ser célebres. Las ediciones de Trotalibros, además de muy bonitas, son muy completas y dan mucha y muy buena información
      No dejes de leer la novela porque creo que te gustará.
      Un beso.

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  2. La introducción que haces de la reseña es una maravilla. Esos autores, esos libros...y ese centenario de la novela reseñada invitan sin dudarlo a la lectura. Respecto a esa enfermedad leporina lo cierto es que el destino puede marcar una vida que al final en muchas ocasiones está en la propia suerte por no decir en las casualidades del destino.
    Besos, Rosa.

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    1. Pues te diré que no me había dado cuenta de ese centenario que mencionas, pero bien está saberlo.
      Tienes razón, finalmente, a pesar del labio leporino, el destino de Prue no sale tan mal como le vaticinaban, al menos hasta lo que cuenta la novela. Después... todo puede pasar.
      Un beso.

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  3. Querida Rosa.
    No sé si te acuerdas, pero yo reseñé este texto hace un par de meses. Eso sí, en edición de Libros de Seda, que lo tituló Perdición. Creo que es una de mis lecturas favoritas de lo que llevamos de año, es posible que la número uno en mi Top de lecturas. El personaje de Prue es entrañable y posee un colorido inmenso, creo que ella se ha aposentado en mi corazón de manera permanente. Ojalá alguna editorial se decida a publicar algún otro libro de Mary Webb, estoy segura que nos deleitaremos con muchos momentos estelares leyéndola.

    Un abrazo, y enhorabuena por tu emocionante reseña!!

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    1. Buenos días, Undine.
      Te diré que mientras leía la novela algunas cosas me sonaban y me sonaba sobre todo el nombre de la autora y lo de su enfermedad cuando leí la nota del editor. Es curioso porque esta novela se había publicado en España a mediados del siglo XX con diferentes títulos, por lo menos otras dos veces: en 1944 como Ponzoña Mortal y en 1950, con el título La dorada ponzoña. Imagino que ya lo sabías. Ahora se hacen dos ediciones a la vez. Imagino que es por ese centenario de la publicación original en el que yo no había caído y me ha señalado Miguel.
      Efectivamente, Perdición está en mi lista de pendientes, pero lo tenía traspapelado. Precioso veneno me llamó la atención porque me encantan los libros de Trotalibros y me atrajo la sinopsis de este que, con razón, me sonaba.
      Sea como sea, magnífica historia y me quedan ganas de echar un vistazo a la de Libros de seda a ver cómo es esa traducción, pero con todo lo pendiente no voy a leer otra vez la novela. Al menos de momento. De todas formas no saco Perdición de la lista.
      Un beso.

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  4. ¡Hola, Rosa!
    No conocía a la autora, veo que nos traes otra joya, sin duda una preciosa historia, entrañable, mágica y emotiva, si te ha recordado a Nell Leyshon y su El color de la leche y a Hannah Kent con su Devoción... dos novelas que amo.
    Pobre Prue, la superstición condicionó su infancia, no me imagino lo que significó tener labios leporinos en esa época. Condenada al rechazo y a no poder casarse, y además sometida al trabajo duro por su hermano Gideon que, cegado por la avaricia, solo tenía un objetivo, hacer dinero a costa de lo que sea y de quien sea :(
    Me apetece leer "Precioso veneno", por lo que nos cuentas y por los párrafos publicados, estoy casi segura de que caeré rendida ante la prosa de la autora.
    Me alegra saber que has disfrutado mucho de esta novela, gracias por tu reseña y por tan maravillosa sugerencia ;)
    Besos.

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    1. Las tramas de esas dos novelas que mencionas y de las otras dos que menciono yo de Hannah Kent (que si no has leído te recomiendo) tienen poco que ver con la trama de Precioso veneno, pero el ambiente rural, el modo de vida de los personajes, etc. me las ha recordado mucho.
      No dejes de leer la novela que casi has resumido de maravilla. Lo más notable de ella es la sumisión a su hermano y sus avariciosos sentimientos. Pero además, alrededor, hay muchas historias, algunas terribles y otras esperanzadoras. Seguro que lo disfrutas.
      Un beso.

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  5. ¡Hola!
    me has dejado 😳 con esta reseña, por que no conocía este libro, este clásico escrito a comienzos del siglo XX y porque la historia que nos cuentas creo que me fascinaría, además de que si te vino a la cabeza El color de la leche y los libros de Hannah Kent..., pues apaga y vámonos, jeje, adjudicado (igual lo leo con Mariana en nuestro club de lectura). Me encantan estas historias ambientadas en Inglaterra a comienzos del XIX, con esa mezcla de magia, supersticiones, falsas creencias y es curioso lo que se cuenta sobre la autora, que en cierta forma podría ser algo autobiográfico, porque la autora nunca fue reconocida literariamente hablando y creció en la misma región de Shropshire, donde está ambientada la novela.
    Por cierto que he recordado que en algún momento pensé en leer Los buenos de Hannah Kent y nunca lo hice, lo haré espero que muy pronto, porque me apetece mucho volver a la autora
    Besos

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    1. Me encantaría leer las opiniones de mariana y tuya en una doble reseña de esta novela. Sé que os va a gustar porque es una historia preciosa. Como le digo a Mariana no tiene mucho que ver su trama con las de Hannah Kent, pero las recuerda mucho por ese personaje femenino en medio rural en el siglo XIX, las vivencias, costumbres, supersticiones... la ambientación en general y el tono de la historia.
      Los buenos es el libro con el que descubrí a Hannah Kent y me encantó. Me dejó con adicción a la autora. Por cierto que un buen día recibí un correo de la editorial Alba para ver si me interesaba recibir el último libro de la autora. me quedé perpleja porque yo jamás me había puesto en contacto con la editorial. El libro en cuestión era Devoción. Imagínate la ilusión que me hizo.
      Un beso.

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    2. ¡Hola de nuevo!
      pues es bastante probable que Mariana y yo la leamos, a las dos nos llamó mucho la atención, así que seguramente tendrás reseña doble.
      Y Los buenos la voy a leer y más diciéndome que fue la novela que te dejó prendada de la autora
      Curioso, sí..., lo de la editorial, seguramente leyeron tu reseña e intuyeron que Devoción también iba a tener reseña muy positiva. Ida Gino la ilusión que te hizo
      Un beso.

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    3. Me imaginé que lo haríais. Es una lectura muy adecuada para esa iniciativa tan buena que tenéis.
      Los Buenos te encantará. Yo la leí para el Reto Serendipia recomienda, la primera vez que participé con lo que además de dejarme apuntada a la autora por siempre, también me dejó apuntada al reto. Pensé que si se descubrían cosas tales, no era cuestión de dejarlo pasar.
      Disfrutarás de ambas novelas.
      Un beso.

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  6. Ay, qué bonito, Rosa, todo lo que has contado sobre esta historia. No conocía la novela y mira que suelo estar pendiente de lo que publica Trotalibros pero esta se me había escapado. Me ha encantado tu reseña y las referencias que haces a las hermanas Brontë y Thomas Hardy, el tono en general que parece que tiene. Voy a ver si me hago con ella ya mismo. Un beso.

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    1. A mí me llamó la atención en un tweet y me llamó la atención. me encantan los libros de Trotalibros. El contenido porque suele estar muy bien seleccionado y el continente porque es precioso, muy cuidado. La verdad es que me tengo que reprimir porque me los compraría todos. Y sí, la novela es preciosa. No la dejes pasar.
      Un beso.

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  7. Cómo me atrae esta novela. Se ve una historia dura pero entrañable a su vez. Tomo buena nota, que además las ediciones de Trotalibros son siempre maravillosas.
    Besotes!!!

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    1. Sí, Trotalibros es una tentación irresistible. Apetece tener todos los libros con todos sus colores y lo buenos que son. Todos los que he leído me han gustado mucho. Y éste es de lo mejor. No lo dejes.
      Un beso.

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  8. A mí también me encantan esas notas finales de Jan Arimany. Raro es que en las reseñas de los libros de Trotalibros no haga mención a ellas. Este título, por cierto, no lo tenía apuntado, pero parece deparar una lectura deliciosa. Entiendo las referencias que haces a Del color de la leche y a Hanna Kent, pues leyéndote he pensado que la protagonista de esta novela recuerda a la Mary de Nell Leyshon y la ambientación a Ritos funerarios (la única novela de Kent que he leído). También me he acordado de La bendición de la tierra, de Knut Hamsun, pero eso ha sido por el labio leporino y la superstición sobre las liebres.
    Besos

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    1. Es una lectura cautivadora. No sé por qué me bastó ver la foto de la portada y un pequeño comentario en Twitter para querer leerlo y luego casualidad que lo encontré en la feria del libro de Santander que se celebró hace un par de semanas.
      Es una novela que no debes dejar pasar porque te va a gustar mucho.
      A mí me encanta Jan Arimany. Lo suelo seguir en YouTube. Tiene una gran naturalidad y una enorme perspicacia para reseñar libros.
      Un beso.

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  9. Pues las reminiscencias que te evocan esta lectura no pueden ser más buenas. Yo no conocía el libro pero me has convencido totalmente. No me importaría viajar en el tiempo para conocer a Prue. Besos

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    1. Sí, es un libro que me ha traído a la memoria otros varios y todos de una calidad indiscutible. Es una historia que enamora como ya me pasó con las de Hannah Kent y Nell Leyshon. Muy a tener en cuenta.
      Un beso.

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  10. Hola Rosa!! ¡Gracias por esta reseña tan detallada! Me ha dado una perspectiva clara sobre el libro y definitivamente lo añadiré a mi lista de lecturas. Besos!!

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  11. Hola, Rosa. Pues si no fuera porque la describes como preciosa y con magia. Porque el punto de partida es muy duro, y yo con Gideon me temía lo peor. Pero se ve que Prue le saca lo que puede a la vida y es un personaje que te gana desde el principio. Me la apunto. Esta editorial está recuperando libros preciosos.
    Besos

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    1. Hay varias editoriales pequeñas que están haciendo una labor magnífica de recuperación. Por lo que me dice Undine, hay otra edición, con un año de diferencia, de Libros de seda, que se titula Perdición.
      La novela tiene su parte dura, pero también magia y buenos momentos y resulta muy agradable de leer.
      Un beso.

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  12. Me apunto esta autora que, aunque sea de principios del XX me parece tiene cierto encanto decimonónico.
    Un beso.
    P.D. No sabía que las liebres si se te cruzan traen mala suerte, creí que eso era exclusivo de los gatos negros.

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    1. Parece ser que si te cruzas con una liebre estando embarazada la criatura nacerá con labio leporino. Cada bicho tiene su maldición, ja, ja.
      Ciertamente, la autora escribe muy al estilo decimonónico a pesar de pertenecer a los primeros años del siglo XX.
      Un beso.

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  13. Hola Rosa, no he leído nada de Mary Webb aunque si varias reseñas de Perdición.Que curioso que dos editoriales publiquen la misma novela con título diferente y con poco tiempo de diferencia!, esto lleva a confusión a los lectores, aunque también pone en valor a las editoriales que buscan clásicos poco conocidos, a ver si siguen en esa línea, tanto Trotalibros como Libros de seda tienen propuestas muy interesantes. Ya tengo apuntada la novela y estoy deseando conocer a Prue. Besos.

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    1. La fecha de publicación de la novela me imagino que sea por el centenario de la publicación original en 1924. Lo malo es que ahora me han quedado ganas de averiguar las diferencias entre ambas ediciones. Tendré que aguantarme porque no hay tiempo para tanto. Sea la que sea la edición que escojas, te recomiendo mucho esta historia.
      Un beso.

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