"Ethan Frome" Edith Wharton

Ethan sabía que aquella palabra tenía una importancia excepcional. Por allí casi todo el mundo tenía «problemas» claramente localizados y definidos, pero sólo los elegidos tenían «complicaciones». Tenerlas era en sí mismo una distinción, aunque significara también en la mayoría de los casos una sentencia de muerte. La gente se debatía durante años con sus «problemas», pero casi siempre sucumbía a las «complicaciones».

 El corazón de Ethan se debatía entre dos sentimientos extremos; pero de momento prevaleció la compasión. Su mujer parecía tan dura y solitaria, allí sentada en la oscuridad, entregada a aquellos pensamientos...

Ethan Frome nunca pensó lo que le depararía la vida. Tras estudiar en la Escuela Técnica de Worcester, en un laboratorio de Física, tuvo que volver al pueblo. La muerte de su padre le hizo abandonar unos estudió que, si bien «no habían sido lo bastante amplios para serle de gran utilidad práctica, habían nutrido su fantasía y le habían convencido de que había inmensos y nebulosos significados tras la cara cotidiana de las cosas». 

Pero a la mala suerte que supuso la muerte de su padre, le siguió una mala idea y al morirse su madre Ethan pensó que la soledad sería peor que el matrimonio con Zeena.

«Tras el funeral, cuando la vio haciendo los preparativos para irse, le había asaltado un miedo irracional a quedarse solo en la casa; y, antes de que comprendiera lo que hacía, le había pedido que se quedara con él. Después Ethan se diría muchas veces que aquello no habría sucedido si su madre se hubiera muerto en primavera y no en invierno».

Tras el matrimonio, Zeena empezó a mostrarse como una mujer enfermiza, malhumorada y resentida con su marido por mantenerla alejada de la vida en la ciudad con la que había soñado y que él le había prometido. 

También la vida de Ethan está muy alejada de lo que había soñado. Zeena tiene siete años más que él, es huraña y silenciosa y se muestra sumamente exigente con todos los que la rodean. Es hipocondríaca, egoísta, celosa y, aun así, Ethan sentirá que le debe fidelidad y cuidados por ser su esposa, y agradecimiento por haber cuidado a su madre.

No es extraño que Ethan se enamore de Mattie, una prima de Zeena que viene a ayudarla en la casa. Mattie tiene veinte años, es alegre y está deseosa de amar, disfrutar y vivir la vida. La tentación es grande, pero Ethan es ante todo una buena persona. Cuando por fin la felicidad parece volver sus ojos hacia él, su sentido del honor y de la honradez hará que renuncie de nuevo y ni siquiera esa renuncia le será recompensada sino que se volverá contra él en forma de un castigo aún mayor. No destripo nada. Desde el principio vemos a Ethan recogiendo en correos los medicamentos para Zeena.

Creo que el tema básico de Ethan Frome, si lo tuviera que resumir en una palabra, sería la renuncia. Etham ha renunciado a dos cosas básicas para cualquier persona: sus estudios, con lo que habrían traído consigo (buen trabajo, vida en la ciudad, un buen sueldo), y el amor. Aunque subyace la idea de que la renuncia se deba más a la indecisión y la cobardía que a la verdadera entrega a sus deberes.

«Al comprender de golpe a lo que le había arrastrado su locura, ésta se esfumó y vio ante sí su propia vida tal como era: era un pobre hombre, casado con una mujer enferma a la que su abandono dejaría sola y desamparada y, aunque hubiera tenido el valor de abandonarla, sólo podría haberlo hecho engañando a dos personas buenas que se habían compadecido de él. Dio la vuelta y regresó lentamente a la granja».

Unido a este tema fundamental encontraríamos la tentación, los celos, la soberbia y el despotismo de quien se siente merecedora de todo a costa de lo que sea y con mentiras por medio, el chantaje de la enfermedad y la exigencia de agradecimiento.

El narrador, del que aún no he hablado, es el que nos cuenta la historia que a su vez le contó a él el protagonista. Es un hombre que ha tenido que viajar a Starkfield, el pueblo donde vive Ethan, enviado por la Compañía Eléctrica. Sabremos poco de él, tan solo cómo fue conociendo a Ethan y cómo llegó a interesarse por él y a enterarse de la historia que esconde.

En el presente de la novela, cuando el narrador llega a Starkfield, Ethan tiene cincuenta y dos años. A nuestro narrador le parece el personaje más sorprendente del pueblo «pese a ser ya sólo una ruina de hombre». La gente le cuenta cosas, pero nadie está muy dispuesto a desvelarle el misterio que envuelve al hombre ni a la cojera que padece derivada de un misterioso accidente del que nadie habla. 

«Esta historia me la contaron, fragmentariamente, varias personas y, como suele suceder en tales casos, cada vez era una historia distinta.

Si conoce usted Starkfield, Massachussetts, sabrá dónde está la oficina de correos. Si conoce la oficina de correos, tiene que haber visto subir hasta allí a Ethan Frome, soltar las riendas de su bayo de hundido lomo y cruzar cansinamente el suelo de ladrillo hasta la columnata blanca: y seguro que alguna vez se ha preguntado quién es».

Esto lo cuenta el narrador en primera persona en la Nota introductoria que antecede a los capítulos. También nos cuenta cómo el propio Ethan Frome le narra su historia una noche en la que una fuerte tormenta hace que el hombre le ofrezca su hospitalidad. Allí conocerá también a Zeena. 

A partir de la Nota introductoria, la historia está contada en tercera persona por el narrador a partir de lo que a él mismo le contó Ethan. En el último capítulo se recupera la primera persona para narrar lo que él mismo vio en la casa de Ethan y Zeena y el final de la historia. 

Edith Wharton

En el prólogo Soledad Puértolas compara Ethan Frome con Cumbres Borrascosas. No es de extrañar. También en la novela de Emily Brontë la historia le es contada al narrador, Lookwood, por Nelly Dean, la mujer en cuya casa se hospeda, y por el propio Heathcliff. Sí, la recuerda. Creo que me la habría recordado aún sin el prólogo. Pero tampoco se pueden negar las diferencias entre ambas. Para empezar, esta novela es mucho menos extensa y en ella no hay personajes que amen hasta más allá de la muerte, decididos a todo para conseguir al objeto de su pasión. Al contrario, estamos ante personajes calmados, insatisfechos, pero sin atreverse a dar el paso hacia lo que anhelan, analizados con mayor realismo y perspicacia, con más profundidad. En lo que sí me la recuerda es en la descripción del paisaje. Según la prologuista, la propia autora escribió en su autobiografía Una mirada atrás:

«Emily Brontë [...] hubiera descubierto tragedias tan salvajes en nuestros remotos valles como en sus brezales de Yorkshire[...] En aquellos días, los pueblos del oeste de Massachusetts, aprisionados la mayor parte del año por la nieve, eran todavía lugares macabros tanto física como moralmente: locura, incesto y el lento pero progresivo empobrecimiento moral e intelectual permanecían ocultos detrás de las fachadas de madera sin pintar de la larga calle del pueblo o de las granjas aisladas de las colinas más próximas.»

No sabemos qué fue lo que salvó a Ethan de la locura y la inmoralidad. Tal vez sus estudios en Worcester le dieron una visión más amplia de los deberes humanos. O tal vez fuera sencillamente una falta de decisión y carácter o las propias circunstancias cuando convirtieron la historia en tragedia.

Otras novelas de Edith Wharton que he leído con fecha de lectura y enlace a la reseña cuando la hubiera:

"La edad de la inocencia" (1996)

"La solterona" (2016)

"Las hermanas Bunner" (2019)

"Los niños" (2020)

"La casa de la alegría" (2022)

"Madame de Treymes" (2023)

Este libro lo he leído recomendado por Marta Navarro en su blog Cuentos vagabundos. Dicha recomendación me llegó a través del Reto Serendipia Recomienda 2024. Si queréis saber cuáles son las otras dos que he elegido y las que he recomendado a mi vez podéis verlo en esta entrada de mi blog.

Título del libro: Ethan Frome

Autora: Edith Wharton
Nacionalidad: Estados Unidos
Título original: Ethan Frome

Traducción: Ángela Pérez y José Manuel Álvarez Flórez

Editorial: Alba

Año de publicación: 2007

Año de publicación original: 1911

Nº de páginas: 168