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Mostrando entradas de septiembre, 2023

Tres eran tres 28

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La entrega veintiocho de Tres eran tres nos trae una novela negra, otra con tintes de terror y mucha intriga y la última, policíaca perteneciente a una serie. Dos son españolas y una, estadounidense; dos son actuales y otra, de la década de los setenta del pasado siglo. Las tres muy recomendables.  " El ciervo y la sombra ". Diego Ameixeiras. «Los últimos días de mi vida arden bajo mis párpados. Mi ansia de Dios explota. Volvemos a aquella noche. Cuando Silvio, mi ángel de la guarda, hunde su nariz en la raya de cocaína con ansiedad de oso hormiguero. El tipo que lo acompaña, al que llaman el Acacio, me mira mal. Pero no le he dado motivos» . Así empieza esta extraña y magnífica novela que nos va a llevar en su no muy largo recorrido a contemplar a un Mateo que nos va hablando de sus pérdidas y de sus reencuentros. Se ha librado de las drogas, pero no del mundo en que estas habitan. Sobrevive vendiendo cocaína que le proporciona el Pucho y que él vende a unos pocos clientes

No hay que olvidar la letra pequeña

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  Empieza una nueva temporada de concursos y retos en El tintero de oro  y comienza con un reto para escribir un micro relato.  Para esta temporada, El tintero de oro se ha  hermanado con el  VadeReto , un reto que es una iniciativa de escritura propuesta por  JascNet  en su blog  Acervo de Letras ,   cuya entrevista podéis leer  AQUÍ . Se han fusionado los dos retos literarios en uno. Para ello, se han unido características de ambos, el  Tintero de Oro y el  VadeReto. ¿Y en qué consiste el reto de este mes? Nos lo explica M. A. Álvarez en la convocatoria: «El reto consistirá en escribir un microrrelato protagonizado por  un escritor/a desesperado/a por su falta de inspiración que se encuentra un Tintero de Oro  con un mensaje grabado: « pídeme un deseo y lo verás por escrito », aunque este contrato tiene una letra pequeña: « pero todo tiene un precio », por lo que quien pida el deseo deberá atenerse a las consecuencias…» Como ya es costumbre, el relato no deberá superar las 250 pala

"La señora Dalton" Alicia Lakatos

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Conseguir llegar hasta el tercer piso de la calle Rivera número 125 era ya un éxito. De allí habían salido las grandes voces que en la actualidad llenaban los mejores coliseos de ópera. Fiorenza Dalton fue, en su juventud, una mediocre cantante que nunca llegó a actuar más allá de su ciudad y alrededores. Cantante con enormes dificultades vocales, que suplía gracias a su temperamento y dotes de actriz. ¿Cómo es posible que una persona así pudiera llegar a convertirse en la mejor maestra de canto de Italia? Gracias a su humildad. Una humildad que la ayudó a reconocer todos sus errores y defectos y, lo más importante, la ayudó (aunque ya demasiado tarde para ella) a aprender de dónde derivaban todos ellos, consiguiendo solucionarlos. Por eso, cuando se encontraba frente a frente con algún nuevo estudiante, enseguida veía cuáles iban a ser sus luchas si quería alcanzar aquello que tanto anhelaba. Fiorenza Dalton no triunfó como cantante de ópera, pero como profesora de canto no le pued

"Algo en lo que creer" Nickolas Butler

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Nada hay tan pesado en el mundo como el féretro que porta el cuerpo de un niño pequeño, pues ningún adulto que haya soportado alguna vez esa carga puede olvidarla jamás. Enterrar a un hijo es una tragedia a la que muchos padres no logran sobreponerse nunca. Oscurece el sol, arrebata el color, apaga la música. Disuelve los matrimonios como un ácido, desangra la felicidad y no deja tras de sí más que un rastro inerme de gris desesperación. Nadie lo sabía mejor que Lyle y Peg, quienes recordarían siempre, con perfecta claridad, el desfile de dolientes que se formó desde San Olaf hasta el cementerio de la iglesia, situado a poca distancia, mientras dos viejos tíos de Lyle portaban el féretro de su hijo. Cuando empieza la novela hace ya muchos años que Lyle y Peg perdieron a su hijo Peter de nueve meses  y no obstante encontramos a Lyle con su nieto limpiando la tumba del niño cadáver en el cementerio de  Redford, un pequeño pueblo de Wisconsin próximo a la frontera con Minnesota.  Lyle

"El final del affaire" Graham Greene

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«Una historia no tiene ni principio ni fin: uno elige arbitrariamente un momento de la experiencia desde el cual mirar hacia delante o hacia atrás. He dicho "uno elige" con el impreciso orgullo del escritor profesional al que, en las pocas ocasiones en que se le ha tomado en serio, se le ha elogiado por su pericia técnica, pero ¿elijo por voluntad propia la oscura noche de enero de 1946, cuando vi a Henry Miles cruzando el parque bajo un vasto río de lluvia, o más bien esa imagen me ha elegido a mí? Según las reglas de mi oficio, lo apropiado, y lo correcto, es empezar justo ahí, pero si en aquel momento hubiera creído en Dios, también debería haber creído en una mano que me daba un golpecito en el codo y me insinuaba: "Habla con él, aún no te ha visto"». Esa cita con la que empiezo esta entrada, y que es también el inicio de la novela, es según Mario Vargas Llosa, autor del epílogo a la misma, «uno de los mejores con que haya empezado jamás una novela ("Una h

"Las cosas que perdimos en el fuego" Mariana Enríquez

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Hace años que Lala decidió ser mujer y brasileña, pero había nacido varón y uruguayo. Ahora es la mejor peluquera travesti del barrio y ya no se prostituye; fingir el acento portugués le resultaba muy útil para seducir hombres cuando era puta en la calle, pero ahora no tiene  sentido. Igual, está tan acostumbrada que a veces habla por teléfono en portugués o, cuando se enoja, levanta los brazos hacia el techo y le reclama venganza o piedad a la Pomba Gira, su exú personal, para quien tiene un pequeño altar en el rincón de la sala donde corta el pelo, justo al lado de la computadora, que está encendida en chat perpetuo. No todas las mujeres de los relatos de este libro son capaces de decidir su destino como Lala. Algunas lo deciden de forma mucho más dramática como las mujeres quemadas de Las cosas que perdimos en el fuego , el último relato y el que da nombre al libro, esas mujeres que deciden quemarse en solidaridad con las mujeres quemadas por sus parejas y exparejas, rociadas de al