Sin reseña XXI

"Los buenos suicidas". Toni Hill.

En este viaje que me he propuesto para este año por las series negras y/o policíacas españolas, abordo la segunda entrega del inspector Héctor Salgado. Empieza con un prólogo que reproduce una artículo de periódico donde se da cuenta de un terrible crimen en el que un padre, tímido pero amable al decir de todos los que le conocían, "se levantó del lecho conyugal, entró en la habitación de su única hija, le puso una almohada sobre la cara y apretó con todas sus fuerzas. [...] Susana murió poco después, de un solo disparo en el corazón. Luego, como mandan los cánones del asesino machista, Gaspar se dio a sí mismo el tiro de gracia". Uno de esos crímenes que nadie se explica, pero que abundan, por desgracia.
Lo extraño es que cuatro meses después, la noche de Reyes, una mujer se tira ante el metro en la estación de Urquinaona y esa mujer trabajaba en la misma empresa que Gaspar, el hombre que había matado a su mujer Susana y a su hija de catorce meses a principios de septiembre.
La investigación lleva a Héctor Salgado a investigar la empresa y a encontrar una foto en la que aparecen ocho trabajadores de la misma, entre ellos los dos que se han suicidado. 
Una historia de ocultación, pactos y remordimientos que se irá alternando con otra que tiene mucho que ver con la propia vida personal del inspector Salgado y que llevará a cabo, de forma extraoficial, la agente Leire Castro, su compañera ahora de baja por embarazo.
Queda una única entrega de esta trilogía que espero leer en breve. 

"Lo que callan los muertos" Ana Lena Rivera.
Gracia San Sebastián es la protagonista de esta serie ambientada en Oviedo y que comienza con esta novela. Gracia y su marido Jorge han vivido en Nueva York hasta hace no mucho. De allí volvieron para establecerse en Oviedo, ciudad natal de Gracia. En Nueva York, Gracia tenía un trabajo estresante en el FiDi, el distrito financiero "dando forma legal a productos financieros que rozaban tanto la ilegalidad, que hacerlos pasar por buenos era uno de los trabajos mejor pagados". La pérdida de su hijo en condiciones que en ningún momento llegan a aclararse, imagino que se deje para entregas posteriores, hace que el matrimonio decida volver a España.
Aquí trabaja por su cuenta investigando fraudes para la Seguridad Social. En la actualidad investiga el cobro de una pensión cuyo beneficiario debería tener ciento doce años y en los últimos treinta y cuatro no ha recibido ninguna atención médica por parte de la sanidad pública. Todo hace pensar en un fraude con el que alguien se está beneficiando de la suculenta pensión del fallecido.
A ese trabajo se suma el suicidio de una vecina de su madre a la que conocen de toda la vida y de la que nadie hubiera pensado que pudiera llegar a quitarse la vida.
La historia tiene tintes muy familiares, las relaciones con la madre, la hermana, las amigas, etc, así como sus recuerdos y su relación de pareja tienen tanta importancia como los casos que se investigan.
Sin haberme entusiasmado, tampoco descarto leer otra entrega por lo menos. Después, a la vista del resultado, decidiré si sigo o no con la serie.

"Black, black, black". Marta Sanz.

Recientemente supe que Marta Sanz tenía una trilogía sobre un detective, Arturo Zarco, y en mi tarea de indagar en las series españolas, decidí conocerlo. Había leído de la autora "Farándula" y "Clavícula", dos novelas que me gustaron mucho y no podía dejar de indagar en su faceta de autora de series de detectives. Como me esperaba, no me ha defraudado porque la primera novela de la serie es muy original, está muy bien escrita y cuenta una historia que se aleja de lo que son las historias de detectives al uso.
Cristina Esquivel murió hace un año estrangulada en su casa. Ahora su padre, que sospecha del yerno, contrata a Arturo Zarco para que investigue. O más bien para que demuestre que el asesino fue el marido. No le gustan a Arturo los padres de la muerta ni su obsesión en culpar al marido, marroquí por más señas."[...] en la casa de los Esquivel no hay literatura, sino dinero. Invertido con mal gusto, pero dinero".
La investigación se centra en el edificio donde vivía Cristina y donde aún vive su marido, Yalal Hussein. De arriba a abajo y de los pisos exteriores a los interiores, el edificio se convierte en una especie de 13 rue del Percebe donde las vidas de sus inquilinos se nos abren para dejar al descubierto lacras, miserias y bondades.
La historia está contada a través de tres personajes. El primero es Arturo quien narra la primera parte contándole sus pesquisas por teléfono a Paula, su ex mujer. Arturo Zarco es homosexual, pero como él mismo nos confiesa "no soy valiente para los asuntos personales. Disimulé durante mucho tiempo y me casé con Paula, aunque nos divorciáramos en menos de dos años y ella sea ahora una de esas mejores amigas que me llaman al orden en cuanto cometo un error". 
Luz, una de las vecinas del edificio, nos cuenta la segunda parte mediante el diario que escribe a requerimiento de su psiquiatra. Un diario que nos pone los pelos de punta ante los sentimientos que se esconden tras personas aparentemente normales y algunos de los acontecimientos que nos narra.

La tercera parte nos la cuenta Paula que toma el relevo a Arturo en la investigación cuando este se ve impedido para seguir con ella, y que será quien finalmente resuelva el caso. 
Una novela diferente con todas las buenas cualidades que Marta Sanz ya me había mostrado en sus otras obras. Una novela de detectives poco corriente en la que las reflexiones y las enumeraciones, tan caras a la autora, tienen más importancia que los hechos en sí.

"1793". Niklas Natt Och Dag.

Este es un libro que nos sumerge en un mundo húmedo; húmedo de nieve, de deshielo, de lagos putrefactos, de islas rodeadas por brazos del mar Báltico, de niebla impenetrable, de lluvia. Es un mundo sórdido y miserable. Ni siquiera los ricos pueden sustraerse a una cierta sordidez. No hay luminosidad ni en los espacios ni en los personajes. "Ya no alcanza a ver dónde acaba el horizonte y empieza el firmamento. Sólo en lo más alto las estrellas que van apareciendo delatan al cielo. Así es el mundo: mucha oscuridad, poca luz. Con el rabillo del ojo, capta una estrella fugaz cruzando el ángulo superior de la ventana, una línea de luz que recorre la bóveda celeste en un abrir y cerrar de ojos". 

Cuando en el lago Fatburen aparece un cadáver sin brazos ni piernas, sin ojos ni lengua, Mickel Cardell, el guardia que lo rescata, se da cuenta de que los horrores vividos en la guerra aún pueden ser superados. Por su parte, Cecil Winge a quien la tuberculosis amenaza de muerte cuando aún no ha cumplido los treinta años, se tomará como un reto personal, su último reto, descubrir quien es el asesino cuando su amigo Johan Gustaf Norlin, jefe de la policía, le pide su ayuda para investigar el caso.

Mickel Cardell y Cecil Winge comienzan una colaboración que termina desembocando en amistad para descubrir lo que se esconde detrás de tan horrible crimen.

La novela comienza en el otoño de 1793. El rey Gustavo III ha muerto asesinado hace algo más de un año y la Revolución Francesa, ocurrida tan solo cuatro años antes, amenaza con contagiarse y terminar enviando a las monarquías europeas a la guillotina o al presidio en el mejor de los casos.

La trama se irá contando de adelante hacia atrás de forma que, tras el primer capítulo, retrocedemos unos meses, al verano del mismo 1793, y después a la primavera y de nuevo saltamos a noviembre. A medida que se van viendo los acontecimientos previos a la aparición del cadáver, el propio lector irá descubriendo las claves aunque habrá que esperar al final para tener el tapiz completo, una imagen del horror y de la locura a la que ese horror puede conducir.

La segunda parte, "1794", ya está publicada en sueco y parece ser que "1795" ya se está escribiendo. No sé si hubiera empezado a leer la novela de haber sabido que iba a formar parte de una trilogía, bastante tengo ya con las series españolas y todas las extranjeras que tengo pendientes, pero me alegro de haber empezado porque la historia es muy compacta y original, y el mundo y los ambientes que recrea son tan negros como subyugantes.

"La última noche en Tremor Beach". Mikel Santiago. 

Esta novela llevaba mucho tiempo en mi estantería de pendientes y por fin me decidí a leerla. Es de esas que apunto no muy convencida, pero que por algún detalle me crean curiosidad. He tardado mucho tiempo en leerla, pero finalmente me he decidido y mi impresión inicial ha quedado confirmada. Me ha parecido una novela entretenida sin más. 
Peter Harper, un famoso músico en horas bajas tras su divorcio, se refugia en una casa en la costa irlandesa. La casa está en la playa de Tremor Beach donde tan solo hay otros vecinos a varios kilómetros. Una noche en que se aproxima una gran tormenta, Peter va a cenar a la casa vecina donde viven los Kogan, Marie y Leo. Cuando horas después emprende el regreso, con la tormenta en su apogeo, es atravesado por un rayo aunque, afortunadamente consigue sobrevivir y salir tan solo con fuertes y persistentes dolores de cabeza. Aunque no solo, porque a partir de ese momento, empezará a sufrir extrañas pesadillas sumamente reales, que le hacen pensar que lo que en realidad ve en esos sueños puede ser el futuro.
La novela, como he dicho, es entretenida y se lee bien, pero poco más tiene para aportar. Para mi gusto, alarga demasiado la trama y el final es, de todos los que había imaginado, el más fácil y previsible. Aparte de alguna cosa más que no puedo contar en beneficio de la trama y de la intriga de los que aún no han leído el libro.