"Castillos de fuego" Ignacio Martínez de Pisón
«Eran cuatro los motoristas. Llegaron a la curva de la destilería y se detuvieron a esperar, cruzados en mitad del pavimento. De lo alto del silo colgaba una pancarta con la efigie de José Antonio y la palabra PRESENTE en letras muy grandes. La había puesto al mediodía un grupito de flechas, que ahora, medio dormidos y muertos de frío, se arracimaban en torno a una hoguera. Un jefecillo de Falange los espabiló a gritos: —¡Vamos, vamos! ¡Ya están aquí! [...] Todos, a su paso, contuvieron el aliento conmovidos. Luego, de forma casi unánime, levantaron el brazo para recibir el féretro, que venía una veintena de metros por detrás. Estaba colocado sobre dos largas andas y cubierto por una bandera de Falange. Cargaban con él dieciséis jóvenes que desafiaban el frío con sus camisas desabrochadas y sus mangas recogidas hasta el antebrazo. Valentín observó el paso de los portadores, de movimientos cortos pero rápidos, las rodillas apenas flexionadas, las suelas pegadas al terreno como si lo estuvieran midiendo. En el silencio de la noche se distinguía perfectamente el sonido agitado de sus respiraciones. El jefe de ruta, también con la camisa arremangada, caminaba en paralelo diciendo a media voz: —Izquierda, derecha, izquierda, derecha…».
Es noviembre de 1939, la Guerra Civil ha terminado hace apenas unos meses, aunque sus consecuencias y coletazos aún se harán sentir en España durante muchos años. De momento, hay alegría en las calles, al menos para los del bando vencedor. Se está trasladando el cuerpo de José Antonio Primo de Rivera desde Alicante hacia el Valle de los Caídos donde descansará por siempre. Ahora sabemos que ese siempre tenía fecha de caducidad y se ha cumplido el 24 de abril de este año.
Entre los que ven pasar el cortejo está Valentín que espera a Revilla.
«Valentín buscó con la mirada a Revilla, que no podía andar muy lejos. Lo reconoció por sus andares levemente bamboleantes, los hombros caídos, la cabeza gacha. Como había órdenes de respetar en todo momento un riguroso silencio, solo se atrevió a susurrar su nombre: —¡Don Matías…!
El hombre, que acababa de llevarse un pañuelo a la boca, le saludó con la mano libre. [...]
—¿Qué tal anda tu madre?
—Sigue muy desanimada, don Matías. Comprenderá usted que…
Les interrumpió el estruendo de las salvas de ordenanza.[...] Revilla aprovechó la pausa para examinar el pañuelo, sucio de sangre.
—Avitaminosis —dijo—. Tengo las encías podridas.
—Lo siento mucho.
—¡Bah!
—¿Alguna novedad sobre el estanco?
El otro se las arregló para elevar el tono sin subir la voz:
—¿Cómo tengo que decírtelo? Hay miles de viudas con más merecimientos.
Valentín agitó la cabeza, pesaroso, y Revilla remachó:
—Miles no: ¡millones!».
Valentín es un sujeto siniestro. Durante la Guerra no se sabe si fue comunista convencido o espía para la Quinta Columna. Así es como se vende ahora y por ello espera un estanco para su madre. Matías Revilla, falangista de primera hornada, no se libra de las malas condiciones del país y sufre una avitaminosis que le hace sangrar las encías, mientras él sangra los bienes que no le pertenecen y que nadie reclama.
Pero estos no son más que dos de los muchos personajes de Castillos de fuego, porque es esta una novela coral a la que solo le falta un café castizo en el que se reúnan todos para recordar a La Colmena. No hay tal café; hay cines, corralas, jardines, paseos, oficinas, pensiones, casas particulares, cárceles, burdeles... Y también hay personajes de muy distinta condición económica y muy distinta catadura moral.
Castillos de fuego es un friso largo, dividido en escenas, en el que podemos contemplar los años que van de 1939 a 1945 de la posguerra; en el que podemos ver a los vencedores y a los perdedores, incluso podemos ver a los perdedores de los que vencieron y a los ganadores de los que perdieron, porque en la guerra no todos en el bando vencedor se llevan las medallas ni todos los que cayeron del lado de los perdedores sufren la derrota de la misma manera. Hay buena gente a la que la victoria le sirve de poco; hay perdedores que saben arrimarse al árbol que deja caer sus frutos más dulces y terminan disfrutando del festín. «Conviene que te vean. Que tu cara les resulte familiar. Que sepan quién eres. Si todo consiste en ser un aprovechado y un oportunista… —Dejó la frase a medias y, al cabo de unos segundos, agregó—: ¿O no?».
Y entre todos ellos, una mezcla sutil de personajes reales y ficticios. Digo sutil porque esos personajes reales no son de los más conocidos (si exceptuamos a Franco, Serrano Suñer, Dionisio Ridruejo, Jesús Monzón...), sino que alguno hay que intuir que podría ser histórico y hacer una búsqueda para cerciorarse. Los ficticios los hay de todo pelaje y tendencia: los partidarios del régimen por causas variadas, ideología, interés, miedo...; los enemigos del régimen con distintas actitudes en su lucha, dispuestos a más o a menos para conseguir sus objetivos de libertad o de que la tortilla se dé la vuelta sin dejar de ser la misma tortilla.
No voy a hablar de todos esos personajes. Todos ellos evolucionan con los años transcurridos. También evoluciona en país. La Segunda Guerra Mundial llena a unos de esperanza y a otros de temores. Aunque bien es cierto que los primeros nunca perdieron la esperanza. Ya en 1939...
«La situación está a punto de saltar por los aires. En algunas ciudades, falangistas y requetés se enfrentan a tiro limpio por las calles. Y la guerra europea ha puesto en marcha varias conspiraciones contra Franco: servicios secretos, generales… ¡Dicen que Franco y Serrano Suñer se odian a muerte y que solo esperan la ocasión de traicionarse el uno al otro! Todo eso, por supuesto, no llega a la gente, al pueblo. ¡Menudos esfuerzos ha de hacer la censura para que no nos enteremos!».
Por su parte los segundos nunca sintieron muy reales esos temores. Ya supieron situarse donde la derrota ajena no pudiera salpicarlos. En 1944...
«Hasta Franco, adelantándose al desenlace del conflicto, había abandonado a Alemania para regresar a la neutralidad y ordenar la repatriación de la División Azul. Ahora España se definía como una democracia «orgánica», lo que, según los ideólogos del régimen, quería decir jerárquica, unitaria, nacionalsindicalista, cristiana, ordenada y justa».
Es difícil hablar de Castillos de fuego, una novela de más de setecientas páginas y más de... no sé cuántos personajes. No los he contado, pero hay de todo... hay espías de toda procedencia, guerrilleros, enlaces, falangistas, políticos caídos en desgracia o con estrella fulgurante y ascendente. Hay tantas cosas en esta novela... Es una novela sobre la Guerra Civil, o mejor dicho, sobre sus consecuencias. Sobre las dos Españas que vienen de tan lejos y, como no puede ser de otra manera en un escritor de la solvencia de Ignacio Martínez de Pisón, en ambas hay «mala gente que camina y va apestando la Tierra» y «buenas gentes que viven, laboran pasan y sueñan». No hay lugar para los sectarismos en las buenas novelas y Castillos de fuego lo es en grado sumo. Pero tampoco lo hay para las equidistancias. Hubo mala gente en ambos bandos, pero no eran iguales. Martínez de Pisón sabe dejar claras esas diferencias porque su conocimiento de la Historia de España es vasto y su capacidad para analizarla, muy perspicaz e inteligente. Buena prueba de ello ha ido dando en novelas anteriores.
Termino con una cita de Juan Cruz en una crítica sobre la novela:
«La nobleza y el
envilecimiento de los personajes de esta ficción (en modo alguno maniqueos)
forma parte de una poética narrativa a la que Martínez de Pisón no renuncia
porque la suya, impecable e implacablemente urdida, busca a toda costa rescatar
incluso de la mayor de las negruras unas briznas de verdad en el magma de una
historia no por repetida aprendida».
Novelas leídas de Ignacio Martínez de Pisón con fecha de lectura y enlace a la reseña cuando la hubiera.
"Enterrar a los muertos" (2006
"Dientes de leche" (2009
"El día de mañana" (2011)
"La buena reputación" (2014)
"María Bonita" (2014
"El tiempo de las mujeres" (2016)
"Derecho natural" (2017)
"El fin de los buenos tiempos" (2018)
"Fin de temporada". (2020)
Título del libro: Castillos de fuego
Autor: Ignacio Martínez de Pisón
Nacionalidad: España
Nacionalidad: España
Editorial: Seix Barral
Año de publicación: 2023
Año de publicación original: 2023
Nº de páginas: 704
Buenos días. Uno de los últimos libros que he leído, con una densidad tremenda no solo de personajes sino de detalles que nos van ambientando la novela, haciéndonos ver la posguerra desde el punto de vista de ambos bandos.
ResponderEliminarEfectivamente, el comienzo es donde se nos presenta el traslado de José Antonio a cuelga muros, lugar supuesto de descanso eterno. Que por otro lado no lo fue nunca. Por si no lo sabíais. los restos del finado hacia mucho que habían desaparecido entre mezclados con otros, en una fosa común, cuando Franco los reclamó para hacer de un sofisma, un referente simbólico para sus intereses políticos.
Por otro lado el personaje esquinado de Valentín, el que juega a dos bandas como buen oportunista chaquetero que medra con la desgracia ajena, esta basado en otro personaje real que llegó a inspector, el cuál se supone, fue el que denunció a las "Trece rosas."
¡En fin! una obra que dejará huella en todo aquel, que la lea con objetividad, y no pensando en rojos y azules (En realidad blancos) y en buenos y malos. Los individuos son los que caracterizan con sus acciones el bien y el mal.
Gracias por traerla en esta ocasión. Y yo aprovecho para recomendar la de "A sangre y fuego" de Chaves Nogales.
Un beso, amiga.
Hay tanto personaje real y ficticio que es difícil identificar a todos. Tuve que buscar a Quiñones porque no lo conocía, pero me sonaba a real, como así fue. Valentín como dices es uno de esos trepas que se arriman siempre al caballo ganador y no pensé que fuera real.
EliminarChaves Nogales es uno de mis eternos pendientes que algún día tendré que leer.
Es una pena que ya no hagas reseñas. Se ve que sabes mucho del tema y sería interesante leer más de lo que piensas.
Un beso.
"A sangre y fuego" de Chaves Nogales que cita Javier es un libro imprescindible. La verdad es que a este periodista sevillano al situarse en eso que se llamó la tercera España le dieron (le han dado) tortas por todas partes. En nuestro país hay un dicho que reza eso de que quien está en medio de una discusión (léase Guerra Civil) acaba llevándose todas las tortas. Además de ese libro también leí uno suyo sobre el torero Juan Belmonte. Cuando los toros formaban parte de los intereses de los poetas, escritores e intelectuales en general. Interesante de todas maneras.
EliminarA ver si por fin le llega la hora a A sangre y fuego que está en mi lista de pendientes hace mucho tiempo, tal vez demasiado. El de Belmonte también lo tengo apuntado, pero este sobre la Guerra me apetece más.
EliminarUn beso.
¡Hola Rosa!
ResponderEliminarcuando he visto que reseñabas la última novela de este autor, me he puesto muy contenta porque me encantó "Fin de temporada", ya lo sabes. Pero...,después de leerte con detenimiento, llego a la conclusión de que son muy muy distintas ambas novelas, no pensé que pudiera haber tanta diferencia de argumento. Esta es mas de corte histórico ambientada en la posguerra española y Fin de temporada es como mas intimista, tocando temas como la maternidad, la amistad... De esta, además de su extensión, me tira mucho para atrás el que haya tantos personajes, no suele gustarme, demasiados me agobian, prefiero pocos
Me gusta eso que dices de que "Martínez de Pisón sabe dejar claras esas diferencias porque su conocimiento de la Historia de España es vasto y su capacidad para analizarla, muy perspicaz e inteligente", así que me la llevo, no para leerla yo, pero sí para recomendarla, porque no sabes la de veces que me piden novelas ambientadas en la guerra civil
Un beso
Ignacio Martínez de Pisón es un autor muy versátil. Sus novelas son todas muy diferentes. Recorre muy distintas etapas de la Historia de España. A mí me gusta mucho y leo todo lo que publica hace ya muchos años. Me queda alguna de las antiguas.
EliminarPara los que estamos muy interesados en la Guerra Civil y la posguerra, y no somos sectarios (tampoco tibios o equidistantes).,es una novela quasi imprescindible.
Un beso.
¡Hola, Rosa!
ResponderEliminarNo he leído al autor. Muy interesante lo que cuentas acerca de "Castillos de fuego", a veces este tipo de novela me transmite más que muchos libros de historia. Apunto tu sugerencia, una trama ambientada en un período histórico que llama mucho mi atención.
Un besote y gracias por tu sugerencia ;)
Es un autor al que sigo desde hace muchos años. Sus novelas son siempre muy interesantes, ambientadas en diferentes épocas históricas y siempre con tramas muy bien elaboradas y originales. Esta novela, original puede que no sea, porque se ha escrito mucho sobre esa época, pero se mete en todos los ambientes y da un retrato muy digno y, sobre todo, nada tendencioso de la España de aquellos años tan negros. Además escribe de maravilla. Con ésta o con cualquier otra novela merece la pena acercarse a Ignacio Martínez de Pisón.
EliminarUn beso.
Un crisol de personajes y experiencias vividas por los que lucharon en cada bando. Un repaso a la historia relativamente reciente de nuestro país durante la posguerra. Me ha gustado mucho la descripción que haces de esta obra, que invita a leerla. La temática y la mezcla de personajes me ha recordado (y pido disculpas si lo consideras una aberración, je, je.) a los episodios de una guerra interminable, de la gran Almudena Grandes.
ResponderEliminarUn beso.
No, para nada aberración, de hecho yo también he recordado a Almudena Grandes porque hace poco releí Inés y la alegría, el primero de dichos episodios, y sale también Jesús Monzón, se habla del intento de invasión por el Valle de Arán, de las diferencias entre los comunistas "de dentro" y los de fuera... Sí, hay cosas en común aunque ella escribe varias novelas y aquí, Ignacio Martínez de Pisón realiza todo un juego malabar metiendo muchas cosas en la misma novela y haciéndolo de manera impecable como el gran escritor que es también.
EliminarUn eso.
Enorme fresco de la posguerra el que nos traes hoy a tu portal. Apetece leerlo. Sobre la Guerra Civil se ha escrito mucho, pero en mi opinión todavía está pendiente la obra verdaderamente imparcial y objetiva sobre esta contienda y sus consecuencias.
ResponderEliminarAbrazos.
Es difícil ser imparcial y objetivo, pero creo que Ignacio Martínez de Pisón se acerca bastante. Narra la realidad sin sectarismos ni tendenciosidad, pero teniendo claro que no todo es lo mismo, ni los dos bandos son iguales, aunque en ambos hubo errores y gente indeseable y gente honrada. Creo que es una obra muy recomendable.
EliminarUn beso.
Hola, Rosa, el último libro de Ignacio Martínez Pisón. Solo el autor ya es garantía de novela histórica de las buenas, porque hay mucha novela pseudohistórica, donde los datos están al servicio de los intereses de la historia que cuentan, sin contrastar. Las dos Españas, tan lejanas en el tiempo y tan vivas en la sociedad actual. Me ha admirado tu capacidad para hacer una reseña tan clara y a la vez breve de un libro tan complejo. Se nota que en reseñas eres una experta. Te felicito porque es un placer leerte.
ResponderEliminarBesos.
Muchas gracias por tus palabras. Es un placer recibir opiniones tan positivas.
EliminarNo es fácil reseñar una novela tan completa y con tantos personajes. Me alegro de que te haya gustado cómo lo he hecho.
La verdad es que Ignacio Martínez de Pisón es un gran autor que escribe de maravilla y que tiene muchas historias ambientadas en momentos muy interesantes de la Historia de España.
Es cierto que hay mucha novela mala y oportunista sobre la Guerra Civil y sobre la Segunda Guerra Mundial y el Holocausto. Hay que cribar para encontrar cosas buenas, pero este autor es siempre un gran acierto.
Un beso.
El odio destruye
ResponderEliminarSe feliz sin envidiar a nadie
Saludos y paz desde
la maravillosa Miami
Estoy leyendo
ResponderEliminarDientes de leche
Fascinante para mi
abrazos siempre
Mucho calor en Miami. Magnífica Dientes de leche.
EliminarUna temática sobre la que me gusta leer, así que me la apunto bien, que me dejas con ganas. Me atrae, sobre todo, su imparcialidad, algo que es difícil encontrar en este tipo de novelas.
ResponderEliminarBesotes!!!
A mí también me gusta mucho el tema de la Guerra Civil cuando está bien tratado y la verdad es que este autor lo hace muy bien. Te recomiendo la novela.
EliminarUn beso.
Me gusta lo que he leído de Ignacio Martínez de Pisón. Su imparcialidad, que destaca Margari, siempre me ha atraído. De este libro me echa para atrás su enorme número de páginas. ¿De verdad son 704? Madre mía, yo ya no estoy para tales maratones lectores (ja, ja...). De todos modos el verano puede que sea un buen momento para leerlo.
ResponderEliminarUn beso
Seguro que no tienes mayores problemas para leer este libro. Sí, son muchas páginas, pero te aseguro que merece la pena todas y cada una de ellas. En verano o en invierno.
EliminarEs un autor del que hace mucho que no me pierdo nada. Me gusta mucho.
Un beso.
Hola.
ResponderEliminarMenuda pintaza, la verdad. Me gusta para verano, un poco más adelante tendré más tiempo y me imagino leyendo bajo los árboles. Ahora mismo, con tantas páginas y personajes no me veo yo muy capaz, jajaja.
Gracias por la interesante reseña, como siempre.
Yo también imagino el placer que tiene que ser leer este libro en verano bajo los árboles. Si tienes oportunidad no lo dejes. Creo que es de los que disfrutarás.
EliminarUn beso.
Me parece una magnífica oportunidad para visitar o revisitar la historia de nuestra España. Se han escrito ríos de tinta sobre la Guerra Civil o sobre la posguerra, pero siempre quedan recovecos por narrar, episodios por transitar y reflexiones por encontrar. No es fácil reseñar una novela tan profunda y con tantos personajes por lo que he quedado encantado de que hayas encontrado el tono y la forma adecuada. Sin duda nos hallamos ante un escritor extraordinario.
ResponderEliminarUn beso, Rosa.
Un escritor extraordinario, en efecto. Y una novela magnífica también. Provoca reflexiones porque no hay malos a un lado y buenos al otro. Hay buenos, y sobre todo malos, en todas partes, pero no todos son iguales como algunos pretenden. Sin tendencia, pero sin equidistancia. Muy buena.
EliminarUn beso.
Hola Rosa, me gusta mucho este autor del que he leído varias novelas aunque últimamente lo tengo un poco abandonado. No sabía de la publicación de esta novela, me la apunto que la época en que se desarrolla me ha interesado siempre, aunque sea dura.Besos.
ResponderEliminarUna gran novela, en todos los sentidos. Si te interesa la época y el tema, te encantará. Se ha escrito mucho sobre la guerra y la posguerra y ahora parece volver a estar de moda, pero pocas novelas tan completas y compactas como ésta.
EliminarUn beso.
Una gran novela, por lo que dices. Sin demagogias y con reflexiones muy certeras. A mí también es un tema que me gusta mucho y además la trama parece entretenida con tanto personaje e historias cruzadas. La anoto para el verano. Un beso, Rosa.
ResponderEliminarEs una novela coral que recuerda a La colmena por los personajes y el tipo de mundo y sociedad que retrata. Lo disfrutarás en verano que se tiene más tiempo.
EliminarUn beso.
Buenas tardes, Rosa.
ResponderEliminarQué tremendísima novela debe ser ésta, y no sólo por sus dimensiones. Cuando te refieres a la cantidad de personajes y las diferentes personalidades, algunas reales y otras no, he hecho una inevitable asociación con la famosísima novela Doctor Zhivago de Pasternack. Otra país y diferente circunstancia política, pero fíjate cómo terminó. Apunto la novela, aunque no suele gustarme leer sobre nuestra historia reciente. Algún día debo romper con ello.
Un abrazo, y feliz inicio de semana!!
Si te animas a romper tu falta de atracción por la historia reciente de España, esta novela puede ser la ideal. Ignacio Martínez de Pisón es un autor que escribe muy bien, analiza mejor y cuyas novelas nunca decepcionan.
EliminarUn beso.
La tengo ya fichada. Me apetece mucho leer esta novela y así aprovecho para retomar de una vez a Ignacio Martínez Pisón, algo que siempre voy postergando. Probablemente no lo haga a corto plazo, pero no quiero dejarla pasar. Te agradezco la reseña, pues me había fijado en la novela pero no había leído aún ninguna opinión.
ResponderEliminarBesos
No, no debes dejar pasar esta novela ni postergar a Ignacio Martínez de Pisón, un gran autor del que hace muchos años que no me pierdo nada. Sus historias son siempre diferentes, pero todas tienen la marca de su autor: una gran calidad en la forma y en el contenido.
EliminarUn beso.
Hola, Rosa. Este libro es perfecto para mi artículo de Libros tochos para el verano 2023 que recientemente he publicado en mi blog, qué pena no haberlo incluido ya que a mi este escrito me gusta muchísimo. Te comparto en Twitter para ver si llega a más lectores. Gracias por tus impresiones. Besos y felices lecturas.
ResponderEliminarSí que hubiera estado bien incluirlo, pero no se puede meter todo y es imposible controlar y acordarse de todo. Lo que sí te recomiendo es que lo leas, aunque si el autor te gusta, seguro que lo harás. Muchas gracias por compartir.
EliminarUn beso.
Hola, Rosa.
ResponderEliminarMe gustó muchísimo El tiempo de las mujeres. Pero La buena reputación se me torció y no me acabó de gustar. Pero es un autor al que seguro que vuelvo.
Me ha hecho gracia lo de Primo Rivera en el valle descansando para siempre, pues para siempre no ha sido.
Menudo novelazo se ha marcado este hombre, en todos los sentidos.
Pero creo que ahora mismo me saturaría con ella. Aunque me gusta mucho eso de que haya de todo en todas partes. Personajes variopintos y complicados. Y también que el autor tome partido por un bando. Creo que los novelistas no tienen ninguna obligación de ser objetivos, para eso están otros géneros.
Es un sí pero no sé cuándo.
Besos
A mí La buena reputación me gustó mucho, aunque poco más recuerdo tras siete años de lectura. Me encantó Derecho natural y Enterrar a los muertos y... bueno todas me han gustado algunas especialmente, pero todas.
EliminarEsta novela es un estudio de lo más interesante sobre la vida en España entre 1939 y 1945, dos fechas claves, el final de nuestra guerra y el de la Segunda Guerra Mundial que fue también el final de las esperanzas de los que se oponían al franquismo. Creo que tengo bastante claro a quién hubiera apoyado el autor de haber estado en la contienda, pero eso no le impide ver los errores de todos y hacer una crítica muy interesante de todos.
Ojalá te animes en algún momento.
Un beso.
Martínez de Pisón es uno de mis escritores favoritos de la actual narrativa española, aún no la he leído aunque se la compré en la presentación del libro en Bilbao. Veo que es una vasta exposición de sucesos y personajes en un entorno del que siempre se pueden sacar conclusiones tanto episódicas como históricas sin dejar en el tintero realidades que no a todos gustan. De momento la tengo reservada para mis vacaciones pero después de la reseña me apetece más leerla aún.
ResponderEliminarUn beso.
También es uno de mis autores favoritos. Todas sus novelas son distintas y en todas da una visión acertada, crítica y con mucho análisis de la realidad. Y análisis de lo más interesante además.
EliminarÉsta es una novela coral con una visión de la posguerra muy realista. Viendo los fallos de todos, pero sin olvidar quién es cada uno y es que el hecho de que en ambos bandos se cometieran desmanes no implica que todos fueran lo mismo.
Un beso.