"Fin de temporada" Ignacio Martínez de Pisón.

En Junio de 1977, Rosa y Juan emprenden un viaje hacia Portugal. Ella tiene diecisiete años y él pocos más. Están enamorados han mentido en casa para ausentarse ese fin de semana y pasarlo en Portugal. Pero algo nos hace ver que no son una simples jornadas de asueto las que han decidido cogerse para ellos solos. Juan le ha pedido prestado el coche a su primo Alberto. Rosa tiene nauseas, arcadas, necesitan parar en algún sitio, pero Juan esquiva aquellos en los que tiene familiares cerca que puedan reconocerlo. Rosa se va enfadando, la suspicacia hace mella en su ánimo y finalmente estalla confirmando nuestras sospechas. "¿He hecho algo mal? ¿Eh? ¿He hecho algo mal? Dime, dime qué es lo que he hecho mal. O mejor: dime por qué crees tú que, si alguien ha hecho algo mal, he sido yo. ¡Digo yo que la culpa la tendremos los dos por igual...! [...] Cuando más fuerte tengo que ser, más débil me haces sentir. ¿Has intentado al menos ponerte en mi lugar? No, tú todo lo ves desde fuera y a lo mejor hasta te consideras una víctima del destino. ¿Por qué te tiene que pasar esto a ti, pobrecito? ¿Qué habrás hecho tú, tan bueno, tan estudioso, tan formal, para verte metido en este lío?".

Pero no voy a contar nada más del prólogo. Las sospechas del lector nunca son explícitamente confirmadas, aunque tampoco hay mucho lugar para la duda. Cuando empieza el primer capítulo, tras el prólogo, encontramos a Rosa y a su hijo Iván regentando un camping en Tarragona con la ayuda de Mabel. Iván tiene diecinueve años y la vida va a empezar a abrirse ante sus ojos con una presencia que le fascinará por inesperada y le dolerá por lo que le exige. La vida nunca ofrece nada sin exigir algo a cambio.

La vida de Iván no ha sido la de un chico normal. Ha vivido siempre con su madre y no conoce más familiares ni amigos. Nació en Bilbao, donde su madre trabajaba, pero nunca duraron mucho en ningún sitio. Bilbao, Logroño, Torrelavega, Gijón, Jaca. De todas esas ciudades dan fe las fotos que hay diseminadas por el bungalow en el que vive su madre. "En todos esos lugares y alguno más había vivido con su madre, y en ninguno de ellos habían soñado jamás con permanecer tanto tiempo como llevaban ya en el camping: ¡seis años y medio! ¿Qué era normal y qué no lo era? ¿Era normal seguir dando tumbos de aquí para allá? ¿Era normal tener por fin un sitio donde quedarse a vivir?". Ese bungalow que compartió con ella hasta que hace un año, con dieciocho, decidió trasladarse a una roulotte que algún veraneante había abandonado entes de que ellos llegaran al camping. 

La novela podría haber seguido las peripecias de Rosa e Iván después del prólogo. Mostrarnos todas esas aventuras en distintas ciudades todas muy alejadas de la Plasencia natal de la mujer. Pero la novela empieza justo cuando debe. Justo cuando Iván, cumplida la mayoría de edad, decide empezar a escapar del control materno. Rosa ha hecho de Iván el eje de su vida. Ha vivido por él y para él. Qué terror me causan esas palabras cuando las profiere una madre. Esa presunta entrega, solo es entrega cuando se hace en silencio. No hay palabras más egoístas que las que recuerdan a un hijo todo lo que su madre ha hecho por él, lo que una sacrificado, lo que ha dejado de hacer, la vida a la que ha renunciado... Esas pretendidas muestras de generosidad solo lo son si no se reivindican. En caso contrario se convierten en exigencia, en afán por crear culpabilidades, deudas, limitación de la libertad. Ninguna madre hace nada por sus hijos porque los hijos son una misma. Todo lo que hacemos por los hijos lo hacemos por nosotras. 

Pero entre Rosa e Iván el vínculo es más cerrado. Durante años han vivido el uno para el otro, sin más familiares ni amigos ni conocidos. Hasta que llegó Mabel y se dio cuenta y lo puso en palabras cuando Rosa se quejó de que Iván se iba a vivir a la roulotte abandonando el bungalow que habían compartido durante años. "Se iba aquí al lado, a sólo unos metros de ti, no a Australia. ¡Pero cómo te lo tomaste! ¡Como una auténtica ofensa! ¡Parecía que te estuviera abandonando! Y ya no era un crío. Tenía dieciocho años. Era mayor de edad. Podía presentarse a presidente del gobierno pero tenía que seguir durmiendo a tu ladito, como un niño de teta...".

Y eso fue solo el principio, porque ahora, un año después, Iván está planeando dejar el instituto para entrar a trabajar en las labores de desmantelamiento de la central nuclear de Vandellós I. Además se ha enamorado de una chica de Toulouse que conoció en el cámping y, para colmo, recibe una carta de Plasencia, de alguien que dice ser su tío paterno. Y es que Rosa, no solo le ha robado el presente de un niño normal con sus amigos y abuelos y tíos y primos, sino que también le ha robado el pasado. Le ha ocultado los secretos de sus orígenes, la identidad de su padre, el pueblo del que proceden, la existencia de familiares tanto paternos como maternos. Ha secuestrado su infancia y la ha puesto a su propio servicio y encima con una total apariencia de entrega y altruismo. Ha robado la vida de su hijo mientras se convencía, y le convencía a él, de que estaba entregando su propia vida al interés del hijo.

Cuando Iván se empieza a dar cuenta del engaño al ver que su madre le ha ocultado cartas que llegaban a su nombre, las preguntas se suceden en doloroso estruendo. "¿Su madre no sólo no se las había entregado sino que además las había destruido? Y si había hecho eso con esas cartas, ¿con qué otras cosas se habría comportado de igual modo? ¿Qué más le había ocultado a lo largo de los años?". Lo malo de las mentiras descubiertas es que abren la sospecha de cuántas más habrá de las que uno no se ha percatado aún. 

La vida risueña y cariñosa de madre e hijo se altera. Iván es incapaz de perdonar el engaño. El amor lo va trocando por odio y resentimiento. Rosa, sintiéndose abandonada, carga en Mabel sus frustraciones y se comporta con la rabieta de una niña a la que se le niega un capricho. La novela avanza, Iván ya no es el mismo porque el conocimiento de lo que ignoraba altera la propia personalidad, pone en marcha mecanismos que estaban trabados "Porque había como un maleficio que no podía cumplirse mientras yo lo ignorara... ¡Empezó a cumplirse en el momento en que supe! Ésa es la cuestión: no eres el mismo si sabes unas cosas que si no las sabes. Saber nos hace diferentes, nos convierte en otras personas. ¡Cómo me gustaría a mí no saber algunas cosas que ahora sé y seguir siendo el mismo!".  Iván tratará de salir adelante solo y libre, y Rosa seguirá enfangándose cada vez más en la rabia de ver sus anhelos frustrados. 

Ignacio Martínez de Pisón

Con "Fin de temporada", Ignacio Martínez de Pisón ha escrito una novela de las más duras que he leído en mucho tiempo. Y es posible que a cualquiera esta afirmación mía le resulte excesiva. Lo entiendo. No deja de ser una opinión muy dirigida por mi propia subjetividad, pero para mí lo ha sido. Su final es tan desalentador, tan terrible, tan triste, que me ha dejado con el alma hecha un gurruño. Y repito que lo más probable es que poca gente compartirá conmigo esta visión, pero siempre he pensado que los hijos dejan de pertenecer a los padres desde que los piensan por primera vez, que los hijos merecen vida propia y libertad y no sentir que les deben nada a sus progenitores. No quiere decir eso que yo haya abandonado a mis padres ni mucho menos. Es algo que se piensa más en relación a los hijos que a los propios padres. Y es inevitable que cada uno se cree sus propias culpabilidades respecto a sus padres. Lo que es imperdonable es que les sean creadas. Yo siempre quise que mi hijo fuera libre y no se sintiera nunca invadido por el sentimiento de una deuda debida. Si yo le di la vida, él nunca me la pidió. Yo soy quien, en todo caso, está en deuda con él.

Explico todo esto para que se entienda mi sensación de horror ante el final de "Fin de temporada", una novela que como todas y cada una de las de Ignacio Martínez de Pisón recomiendo sin dudar. Creo que es uno de los mejores narradores que tenemos por estos pagos.

Otras novelas de Ignacio Martínez de Pisón reseñadas en el blog:

Título del libro: Fin de temporada
Autor: Ignacio Martínez de Pisón
Nacionalidad: España
Editorial: Seix Barral
Año de publicación: 2020
Año de publicación original: 2020
Nº de páginas: 376

Comentarios

  1. Esperaba una reseña tuya antes de fin de año y aquí esta.
    La verdad es que con ese final uf no se si animarme pero se que es buen escritor y que merecería una oportunidad, me lo pensaré, aunque ya te digo ese final uf, no se.
    En cuanto a los hijos, te diré que siempre he pensado que los padres, en este caso como madre desde que nació mi hijo pensé que si lo educaría y le daría todo el cariño del mundo que hiciera falta para que no carencia sin carencia afectiva, ya que bastante tenia por parte de su padre (mejor no te lo cuento porque habría para mil capitulos) pero yo le iba a dar toda la mundo y así lo hice, pero si tenía claro que nunca iba a impedir que volara cuando llegará el momento y así a sido, vive en Madrid y hace su vida, d emodo que creo que es lo que deben de pensar todos los padres, que los hijos los quieres con locura pero cuando llega una edad hay que dejar que vuelan, crezcan, tengan sus propias equivocaciones y fracasos y ahí estarás tu, siempre, pero ellos han de vivir su vida y tu te alegrarás por supuesto de todo lo bueno que les pase en la vida, y yo lo tuve claro desde el minuto cero que Jorge creció en mi vientre.
    Un beso y gracias una vez más por la recomendación.

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    1. Pues todavía queda otra reseña para salir antes de fin de año. Sigo con mi rutina de publicar un día sí y dos no, y toca de nuevo el 29.
      Hay que tener muy clara la independencia de los hijos y que se deben a sí mismos, pero, por desgracia, hay mucha gente que ve en ellos la forma de superar sus propias frustraciones y sus fracasos.
      El final, ha sido duro para mí, pero no hay nada truculento. es un final de lo más sencillo. El horror para mí, está en lo que significa, no en los acontecimientos que ocurren que ya te digo que son sencillos. Las novelas de Ignacio Martínez de Pisón no suelen tener grandes sucesos, pero cuentan cosas muy interesantes precisamente porque son sencillas y le pueden pasar a cualquiera. Creo que puedes leerla sin miedo.
      Un beso.

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  2. ¡Uf! ¡Cuánta expectación generas con ese modo de concluir la reseña! Entiendo lo que dices y comparto también la reflexión que haces sobre generosidad y culpa de los padres. Tomo nota de la novela, Rosa. Realmente parece estupenda.

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    1. Espero no crear grandes expectativas de un final espectacular, porque no lo es. A mí me ha conmocionado, pero por lo que significa, más que por lo que pasa. Como le digo a Tere, no hay truculencias ni nada parecido, solo hay la vida que sigue y a mí no me gusta nada cómo sigue, aunque sea muy real.
      Es una novela estupenda, de un autor estupendo.
      Un beso.

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  3. Ayyyy ¡madre mía! me dejas con una duda tremenda Rosa. Es que, "mea culpa", esta novela la empecé hace unas semanas y la verdad es que hice como muchas veces, al poco de empezarla no me enganchó del todo y la abandoné (es mi gran deuda lectora, que abandono a la primera de cambio, puede que influya el trabajar en una biblioteca y tener tantas estanterías llenas de posibles lecturas para elegir, es como que me entran ansias por engancharme a alguna novela cuanto antes, para mí llega a ser una necesidad, menos mal que es un cuelgue sano, jeje) y ahora me vienes con estas...
    Que si una novela muy dura (ya sabes que me gustan las novelas duras), que si el final es tremendo...
    Creo que igual le doy una segunda oportunidad, porque ya me presentaste en su día a Oates y es algo que te agradezco mucho, ya lo sabes
    Besos

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    1. También explico que ese final es tremendo para mí, que es "una opinión muy dirigida por mi propia subjetividad". No hay sucesos tremebundos ni mucho menos. hay cosas que para unos pueden ser normales y hasta sosas y a mí causarme una gran emoción por causas diversas o por pensar en lo que significa ese final.
      Cada uno es lector con diferentes exigencias. Puede que a ti la novela no te diera lo que estabas buscando. A mí me gusta mucho el autor y me ha gustado la novela. También diré que tiene otras que me han gustado más.
      Ojalá leas esta respuesta y si vuelves sobre la novela, entiendas que es dura y con final tremendo para mí. Puede que a mucha gente le parezca una novela sin demasiados acontecimientos reseñables. No digo más porque no quiero destripar la trama.
      Un beso.

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    2. ¡Hola de nuevo!
      Sí, si entendí que el final era duro y tremendo para ti, tengo claro que cada uno percibimos lo tremendo de diversas formas y no a todos nos afectan las mismas cosas. Entiendo que es una novela en la que no suceden demasiadas cosas importantes, pero he leído muchas novelas así, pero si consiguen transmitirte emociones de diversos tipos, merecen la pena.
      Bueno, la verdad es que ahora mismo tengo ganas de volver a empezarla y probar (me ha pasado más de una vez, empezar de nuevo una novela que abandoné y la segunda vez disfrutarla mucho, ya ves que soy un poco rara en ese aspecto, pero ¿que le voy a hacer?,lo importante es disfrutar leyendo y eso lo cumplo a rajatabla)
      Si al final lo leo ya te contaré
      Otro beso!

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    3. Me pasa a menudo que después de hablar de un libro que me ha gustado mucho, hablo de un pequeño fallo o una pega sin importancia (o con muy poca) y la gente se queda solo con eso y en los comentarios muchos, descartan el libro (me temo que puede pasar con el que voy a reseñar en la entrada de mañana). Con "Fin de temporada", por el contrario, creo que mucha gente se va a esperar un final de esos de infarto y para nada es así. Por eso he querido dejarlo claro (en lo posible) que luego vienen las decepciones.
      Me encantará saber tu opinión si lo intentas de nuevo.

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    4. Me pasa lo mismo, de hecho a veces me planteo si contar aquellas pequeñas cositas que no me convencen de una novela, pero que son insignificantes a la hora de evaluarlas en su conjunto, entiendo lo que dices. Pero se trata de ser totalmente sincera y si se trata de destripar un argumento, creo que hay que contar todas tus percepciones. Pero me alucina que algunos parecen quedarse solo con lo malo que cuentas, o lo que no es tan bueno y aveces me da hasta cierta rabia. Pero bueno, en este caso, me ha quedado claro que el final no es de infarto, pero por lo que sea, a ti te ha impactado en cierta forma

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    5. Eso es exactamente. me ha impactado a mí, pero a otras personas puede parecerles algo normal y hasta una sosada de final.

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  4. Ya veo a qué novela te referías cuando dejaste tu comentario en mi último relato de este año. Este es otro ejemplo, quizá menos exagerado que el mío, de una madre posesiva y absorbente, tratando a su único hijo como una posesión y que debe agradecerle todo lo que ha hecho por él desde que nació. Una relación que se convierte en tóxica con el tiempo. Y si, además, ha habido una ocultación deliberada de hechos de obligado conocimiento por parte del hijo, el drama está servido.
    El único detalle que me resulta chocante (seguro que leyendo la novela se me desvelaría el misterio) es cómo pueden llegarles esas cartas de la familia si madre e hijo son prácticamente unos nómadas que no paran quietos en ningún lugar de la península por mucho tiempo.
    Desconocía a este autor, pero, por lo que comentas, tomo nota de él y de sus novelas. Muchas gracias.
    Un beso.
    P.D.- Sobre recomendaciones, creo que tú (o quizá fue Paloma o Conxita, o todas a la vez) que hablasteis muy bien de Carmen Mola y de su "Novia gitana". Pues bien, Papá Noël me ha traído su trilogía "La novia gitana-La red púrpura-La nena". Espero disfrutarlas.

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    1. Es un autor muy bueno al que sigo la pista hace muchos años (2006). A mí, por lo menos, me gusta mucho.
      Respecto a Carmen Mola, te diré que la primera y la tercera novelas me gustaron mucho. La segunda me pareció bastante mediocre e inverosímil y, de no haber leído muchas opiniones que coincidían conmigo, pero que luego ponían muy bien la tercera, no la habría leído. El balance es bueno, ahora, ahí sí que hay violencia, truculencia y todo tipo en encias. Creo que las disfrutarás. Porque lo que no se le puede negar a la trilogía es que es entretenida.
      Por cierto, aún habrá otra reseña. Ya sabes que publico cada tres días y el 29, fiel a mi rutina, habrá más.
      Un beso.

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  5. Parece una relación un tanto tóxica la que Rosa establece con su hijo. Hay padres que ya no es que hagan a sus hijos dependientes de ellos sino que ellos mismos son dependientes de sus hijos y no se dan cuenta del daño que hacen con sus exigencias y el sentimiento de culpabilidad que crean. También creo que tener hijos consiste en ir soltándoles la mano cada día un poco más, aunque en mi caso, como no los tengo, es muy fácil opinar desde afuera.
    Leí de Martínez de Pisón hace ya algún tiempo La buena reputación y me gustó mucho. Inexplicablemente siempre acabo postergando mi reencuentro con este autor. Me apetece mucho este título, así que a ver si de esta va.
    Besos

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    1. El problema es que los padres o madres (generalmente estas últimas si están solas con el hijo) dependientes tienen que conseguir que el hijo también lo sea para que no se marche de su lado y se consigue una relación tóxica como dices. En todo caso el hijo, dependiente o no, siempre se ve empujado hacia la culpabilidad por un progenitor que le recuerda de continuo lo mucho que ha hecho por él. No soporto esa actitud. Los padres que realmente se han sacrificado por los hijos y han dado mucho, nunca lo echan en cara. Suelen hacerlo los que en realidad no se han visto obligados a tanta renuncia. Me estoy liando, pero es que es un tema que me puede.
      Lo primero que leí de Martínez de Pisón fue "Enterrar a los muertos" sobre el asesinato en plena guerra civil de José Robles, traductor de "Manhattan Transfer" al español y amigo personal de John Dos Pasos. A medio camino entre la novela y el ensayo, trata de los intentos del autor americano por averiguar lo que sucedió con su amigo secuestrado al parecer por los soviéticos. Aparece también Hemingway. Yo la recuerdo como una obra apasionante que me dejó para siempre abonada al autor. También me gustó mucho "El día de mañana".
      Te animo a que lo leas. Es un gran autor.
      Un beso.

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  6. Hola. Qué ganas tengo de leer esta novela. Te he leído y me la acabo de comprar en digital. Mil gracias.

    Besos y felices lecturas.

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    1. Espero que te guste. Yo no me pierdo ningún libro de Martínez de Pisón, ni novela ni ensayo. Creo que es un autor muy bueno y jamás me ha decepcionado.
      Un beso.

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  7. Acabo de leer "La buena reputación", y me ha gustado el estilo narrativo de este autor.
    Un abrazo

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    1. "La buena reputación" me gustó mucho, pero hay alguno que me ha gustado más aún. Yo me quedo con "Enterrar a los muertos" y, sobre todo, con "El día de mañana". Este último es mi preferido, aunque eso es muy personal.
      Un beso.

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  8. Mis hijos son todavía muy pequeños y solo pensar en el día que se independicen me produce una mezcla de ilusión y miedo. Supongo que el egoísmo de algunos padres se nutre precisamente de ese miedo. Leí en su día "Derecho natural", animado por tu reseña, pero creo que me sigo quedando con las novelas cortas ("El fin de los buenos tiempos"). Aprovecho para felicitarte las fiestas, tengo la blogosfera un tanto descuidada.
    Un abrazo.

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    1. Cuando mi hijo se fue a estudiar fuera de casa con dieciocho recién cumplidos, me pasé una semana llorando. Luego de repente dejé de llorar y seguí viviendo. Es lógico que cueste separarse de ellos, pero es que hay casos en que se les tiene como rehenes de lo mucho que una ha hecho por ellos. El caso se suele ver más en madres solas, por viudedad o por abandono, y con un solo hijo.
      Yo sigo prefiriendo su novela "El día de mañana", pero todas me gustan mucho.
      Felices fiestas para ti también y a ver si te animas a volver que se te echa de menos.
      Un beso.

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  9. Pues no, yo personalemnte estoy totalmente de acuerdo con tu conclusión final. No me corto en decir que posiblemente esta haya sido la novela que más me ha gustado de las que he leído en este año (publicadas en 2020), me gusta el autor pero creo que aquí consigue una obra realmente notable, donde a la historia que se nos cuenta se une una reflexión en torno al papel de madre (padre) que entiendo que concluyes con mucho acierto en la reseña.
    Feliz navidad y sigo por aquí porque tengo muchos posts pendientes.
    Un beso.

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    1. Veo que has leído la novela. eres el único en comentar que lo ha hecho y me alegro de que estés de acuerdo con lo que comento al final. Así me queda la idea de que no son exageraciones mías. Para mí es un final terrible porque prefigura el futuro que van a tener esas dos personas... y no digo más que se destripa el final.
      Un beso y feliz Navidad también para ti.

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  10. Pues no he leído aún nada del autor, pero me lo apunto ya en mi lista de pendientes y lo pongo entre los primeros, que me has dejado con muchas ganas.
    Besotes!!!

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    1. Es un autor al que merece la pena conocer. Creo que es poco conocido para lo bueno que es. Yo me enganché desde lo primero que le leí y ya no me pierdo nada de lo que publica.
      Un beso.

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  11. De este autor leí El tiempo de las mujeres y me gustó mucho, también La buena reputación y ese ya no tanto, se me quedó un poco plano.
    Este me hubiera gustado pero ahora mismo no tengo ganas de esos finales que te dejan con mal cuerpo, por mucho que "solo sea un libro". Es que vaya manía que les ha dado ahora con robarnos los finales felices, que es ficción no un documental.
    Besos

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    1. El final tampoco es desgraciado para todos. Para algún personaje puede ser hasta felicísimo. Lo que decía que ese final es muy triste desde mi punto de vista, pero tampoco esperes grandes desgracias.
      Yo te recomendaría "El día de mañana". Siempre lo hago porque para mí es el mejor. Es curioso, "La buena reputación" es uno de los más famosos tras llevarse el Premio Nacional de Narrativa, sin embargo para mí tampoco es de los mejores, aunque reconozco que aprendí cosas sobre las que no sabía nada. Yo no me pierdo nada del autor.
      Un beso.

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  12. Hola Rosa, he dejado atrás reseñas de historias que no me han cautivado, reconozco tu motivación en compartirlas, y te las agradezco. En este caso, sí comento. Por que recientemente estuve con una familia de mi marido y una de las adolescentes es adoptada, ahora con 18 años se ha enterado que es adoptada. No sé porqué me ha venido esto a la cabeza. Tal vez por lo que cuentas que la vida de los hijos no pertenecen a los padres. Has dejado alguna reseña de otras obras de este autor. Las considero. Sigo por aquí.

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    1. Mi hermana tiene una niña adoptada de catorce años. la adoptaron con unos meses y desde siempre lo ha sabido. Todos pensamos que era mejor que lo supiera porque esas sorpresas a una edad ya más avanzada pueden ser muy traumáticas. No sé cómo se lo tomaría la chica familiar de tu marido. Mi sobrina habla con toda naturalidad de su madre biológica (cuando lo hace que es de forma anecdótica). Imagino que la forma de enfrentar la cuestión y el resultado de la misma también dependerá de cómo sea la persona en cuestión.
      Un beso muy fuerte y ánimo con el autor que es muy bueno.

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  13. Hola Rosa, me gusta mucho este autor, he leído María bonita, Carreteras secundarias, y Derecho Natural. Esta que traes me da un poco de miedo, si dices que es muy dura, aunque me dejas con mucha curiosidad. Veremos si al final me animo a leerla. Besinos.

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    1. No es una historia excesivamente dura en el sentido tradicional. En ese sentido, la dureza está más bien al principio. Sin embargo a mí me ha impresionado más el final, pero ya aviso de que es algo totalmente subjetivo. Que no sea la dureza de la historia lo que te disuada de leer la novela porque ya te digo que no lo es especialmente (en el sentido tradicional.
      Un beso.

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