"Filek. El estafador que engañó a Franco". Ignacio Martínez de Pisón
De Ignacio Martínez de Pisón solo había leído novelas y siempre me habían gustado mucho. Creo que es un gran narrador. Cuando vi su nuevo libro, he de confesar que pensé que se trataba de otra obra de ficción. El nombre del personaje del título y el episodio en sí, son tan poco conocidos que no me sonaban de nada. Enseguida descubrí que era un ensayo en el que se contaba la historia de lo que pudo ser una de las mayores estafas en que hubiera caído todo un Gobierno y todo un Jefe de Estado.
Albert Eduard Wladimir Fülek Edler von Wittinghausen había nacido en 1889 en Carintia una región situada al sur de Austria. Su partida de nacimiento también revela otra cosa; al dejar en blanco la casilla correspondiente al progenitor, nos informa de que a pesar de aparecer en su documentación española como hijo de Vladimiro y María, Filek era hijo ilegítimo. A esa vergüenza (lo fue para él y puede que nunca llegara a superarla) añade la de haber perdido la Gran Guerra sin haber caído en combate. "Hasta sus parientes más cercanos le desdeñan porque no ha cumplido con el deber de ganar la guerra o al menos de caer en combate: mientras un hijo muerto siempre habría sido el orgullo de la familia, un teniente desmovilizado no es más que un lastre...".
Cuando Albert von Filek llegó a España en 1931 ya venía huyendo de toda una serie de robos, mentiras y timos en Austria y no fue menos en España.
Poco después de llegar, en septiembre de 1931, ya tenía una denuncia por estafa y a ella siguió un puñado más. Lo que le pondría en camino de hacerse famoso fueron sus intentos de patentes para un "«procedimiento para la obtención de gasolina sintética»". En cada intento se presentaba con un socio distinto y de cada uno se olvidaba de pagar los derechos de inscripción, con lo que poco después, las patentes quedaban anuladas... hasta que volvía a intentarlo con otro socio.
Políticamente estaría más cerca de los enemigos del Régimen que de las autoridades republicanas del bienio reformista de Azaña. No debemos olvidar que había sido militar durante la Gran Guerra, componente del ejército de un gran imperio que el Tratado de Versalles había finiquitado. Por todo ello es lógico pensar que buscaría la compañía de los militares que suspiraban por ese otro gran imperio, un poco más antiguo pero también más glorioso, que había sido el español. De hecho, poco después del intento de golpe militar de Sanjurjo (la sanjurjada), Filek se movía en círculos próximos al militar golpista encarcelado. Incluso intentó hacer negocios con ellos. Queda así probado que Filek buscaba sus amistades entre los "militares que se mantenían leales a la fenecida monarquía, muchos de ellos apartados del ejército por la llamada Ley Azaña, que había enviado a la reserva a casi nueve mil oficiales".
Pero sus lealtades no le impiden renunciar al trato con personas menos afines si con ello consigue algún beneficio. En su afán de grandeza y en su avaricia, le pareció poco la estafa a particulares y lo intentó con el Gobierno de la República. No se sabe muy bien con cual de sus inventos porque no solo intentó patentar la gasolina. "¿Cuál de sus inventos intentó venderle? ¿El procedimiento químico de soldadura de metales? ¿La tan traída y llevada gasolina sintética? ¿El sistema para la obtención de líquido gaseoso?". Como vemos ingenio no le faltaba. Ni osadía.
No lo logró con el gobierno de la república con quien lo intentó en 1932. A poco que Joaquín Fanjul, subsecretario del Ministerio de la Guerra, con el que intentó negociar, conociera sus antecedentes no estaría muy dispuesto a fiarse del austriaco. O tal vez fue por falta de tiempo: tanto Gil Robles, ministro de la Guerra, como Fanjul, no duraron mucho tiempo en sus cargos. Poco más de seis meses.
En 1936 lo volvió a intentar con Largo Caballero, pero en aquellos momentos el ministro estaba ocupado y preocupado con la Guerra Civil que había empezado tres meses antes y no le hizo demasiado caso. Eso además de que si con Gil Robles y Fanjul le podía unir alguna afinidad ideológica, ninguna tenía en común con el socialista Largo Caballero. Es extraño por eso que, tan solo cinco días después de ser nombrado para el ministerio, Filek se atreviera a presentarse en su despacho con pretensiones fraudulentas. No podía salir bien. "O confiaba mucho Filek en su capacidad de persuasión o estaba verdaderamente desesperado, porque un movimiento como ése entrañaba riesgos muy serios y ofrecía muy escasas perspectivas de éxito. La mejor prueba de que estaba arriesgándose demasiado es que fue detenido allí mismo, en la entrada del ministerio".
No podía salir bien y no salió bien, pero unos años más tarde, con Franco estuvo a punto de conseguirlo.
Sus credenciales eran impecables. Había pasado la guerra prisionero de los republicanos en distintas cárceles. Desde que fue detenido tras intentar estafar a Largo Caballero, no volvería a salir en libertad hasta terminada la Guerra Civil.
Cuando se produjo la entrada de los sublevados en Madrid, en marzo de 1939, se mostró como el más fiel seguidor de la causa franquista.
No voy a contar más. A partir de aquí, vienen los hechos que realmente le hicieron conocido y que han llevado a Ignacio Martínez de Pisón a indagar en su historia y escribir este ensayo biográfico, pero esos hechos los dejo para que cada lector los descubra por sí mismo. También hay mucho que descubrir en la época a la que me he referido y de la que he contado sucesos y aventuras de Filek, un personaje sin duda muy interesante y que da mucho juego literario, tal vez porque su vida es muy literaria. Si bien nada heroica: Filek llega a manifestarse como un ser bastante miserable, pero habrá que acercarse a este libro para descubrir el porqué.
Este es el octavo libro que leo de Martínez de Pisón, aunque solo uno haya aparecido en mi blog, concretamente su última novela "Derecho Natural". Supe de él a raíz de ver una película que me gustó mucho. Era la tarde de Navidad de 1997 y, aunque no suelo ir al cine en esas fechas, quería ver "Carreteras secundarias" estrenada con éxito hacía poco tiempo y de la que se hablaba mucho. Luego supe que se basaba en una novela de un autor del que nunca había oído hablar. Es extraño, pero tuvieron que pasar aún nueve años para que me decidiera a leer un libro de Ignacio Martínez de Pisón y, curiosamente, no fue "Carreteras secundarias", de hecho nunca lo he leído, aunque forma parte de mi montón de pendientes desde hace más años de los que puedo recordar.
Hace ya tiempo que le sigo y leo todo lo que publica y "Filek. El estafador que engañó a Franco", tal vez hubiera quedado fuera de ese seguimiento de haber sabido que era un ensayo, pero no lo sabía cuando compré el libro y me alegro porque una vez en casa, no podía dejar de leerlo. Como sé que no puedo dejar de leer todos los que aún me faltan del autor, entre ellos, claro está, "Carreteras secundarias"
Albert Eduard Wladimir Fülek Edler von Wittinghausen había nacido en 1889 en Carintia una región situada al sur de Austria. Su partida de nacimiento también revela otra cosa; al dejar en blanco la casilla correspondiente al progenitor, nos informa de que a pesar de aparecer en su documentación española como hijo de Vladimiro y María, Filek era hijo ilegítimo. A esa vergüenza (lo fue para él y puede que nunca llegara a superarla) añade la de haber perdido la Gran Guerra sin haber caído en combate. "Hasta sus parientes más cercanos le desdeñan porque no ha cumplido con el deber de ganar la guerra o al menos de caer en combate: mientras un hijo muerto siempre habría sido el orgullo de la familia, un teniente desmovilizado no es más que un lastre...".
Cuando Albert von Filek llegó a España en 1931 ya venía huyendo de toda una serie de robos, mentiras y timos en Austria y no fue menos en España.
Poco después de llegar, en septiembre de 1931, ya tenía una denuncia por estafa y a ella siguió un puñado más. Lo que le pondría en camino de hacerse famoso fueron sus intentos de patentes para un "«procedimiento para la obtención de gasolina sintética»". En cada intento se presentaba con un socio distinto y de cada uno se olvidaba de pagar los derechos de inscripción, con lo que poco después, las patentes quedaban anuladas... hasta que volvía a intentarlo con otro socio.
Políticamente estaría más cerca de los enemigos del Régimen que de las autoridades republicanas del bienio reformista de Azaña. No debemos olvidar que había sido militar durante la Gran Guerra, componente del ejército de un gran imperio que el Tratado de Versalles había finiquitado. Por todo ello es lógico pensar que buscaría la compañía de los militares que suspiraban por ese otro gran imperio, un poco más antiguo pero también más glorioso, que había sido el español. De hecho, poco después del intento de golpe militar de Sanjurjo (la sanjurjada), Filek se movía en círculos próximos al militar golpista encarcelado. Incluso intentó hacer negocios con ellos. Queda así probado que Filek buscaba sus amistades entre los "militares que se mantenían leales a la fenecida monarquía, muchos de ellos apartados del ejército por la llamada Ley Azaña, que había enviado a la reserva a casi nueve mil oficiales".
Pero sus lealtades no le impiden renunciar al trato con personas menos afines si con ello consigue algún beneficio. En su afán de grandeza y en su avaricia, le pareció poco la estafa a particulares y lo intentó con el Gobierno de la República. No se sabe muy bien con cual de sus inventos porque no solo intentó patentar la gasolina. "¿Cuál de sus inventos intentó venderle? ¿El procedimiento químico de soldadura de metales? ¿La tan traída y llevada gasolina sintética? ¿El sistema para la obtención de líquido gaseoso?". Como vemos ingenio no le faltaba. Ni osadía.
Ignacio Martínez de Pisón |
En 1936 lo volvió a intentar con Largo Caballero, pero en aquellos momentos el ministro estaba ocupado y preocupado con la Guerra Civil que había empezado tres meses antes y no le hizo demasiado caso. Eso además de que si con Gil Robles y Fanjul le podía unir alguna afinidad ideológica, ninguna tenía en común con el socialista Largo Caballero. Es extraño por eso que, tan solo cinco días después de ser nombrado para el ministerio, Filek se atreviera a presentarse en su despacho con pretensiones fraudulentas. No podía salir bien. "O confiaba mucho Filek en su capacidad de persuasión o estaba verdaderamente desesperado, porque un movimiento como ése entrañaba riesgos muy serios y ofrecía muy escasas perspectivas de éxito. La mejor prueba de que estaba arriesgándose demasiado es que fue detenido allí mismo, en la entrada del ministerio".
No podía salir bien y no salió bien, pero unos años más tarde, con Franco estuvo a punto de conseguirlo.
Sus credenciales eran impecables. Había pasado la guerra prisionero de los republicanos en distintas cárceles. Desde que fue detenido tras intentar estafar a Largo Caballero, no volvería a salir en libertad hasta terminada la Guerra Civil.
Cuando se produjo la entrada de los sublevados en Madrid, en marzo de 1939, se mostró como el más fiel seguidor de la causa franquista.
No voy a contar más. A partir de aquí, vienen los hechos que realmente le hicieron conocido y que han llevado a Ignacio Martínez de Pisón a indagar en su historia y escribir este ensayo biográfico, pero esos hechos los dejo para que cada lector los descubra por sí mismo. También hay mucho que descubrir en la época a la que me he referido y de la que he contado sucesos y aventuras de Filek, un personaje sin duda muy interesante y que da mucho juego literario, tal vez porque su vida es muy literaria. Si bien nada heroica: Filek llega a manifestarse como un ser bastante miserable, pero habrá que acercarse a este libro para descubrir el porqué.
Este es el octavo libro que leo de Martínez de Pisón, aunque solo uno haya aparecido en mi blog, concretamente su última novela "Derecho Natural". Supe de él a raíz de ver una película que me gustó mucho. Era la tarde de Navidad de 1997 y, aunque no suelo ir al cine en esas fechas, quería ver "Carreteras secundarias" estrenada con éxito hacía poco tiempo y de la que se hablaba mucho. Luego supe que se basaba en una novela de un autor del que nunca había oído hablar. Es extraño, pero tuvieron que pasar aún nueve años para que me decidiera a leer un libro de Ignacio Martínez de Pisón y, curiosamente, no fue "Carreteras secundarias", de hecho nunca lo he leído, aunque forma parte de mi montón de pendientes desde hace más años de los que puedo recordar.
Hace ya tiempo que le sigo y leo todo lo que publica y "Filek. El estafador que engañó a Franco", tal vez hubiera quedado fuera de ese seguimiento de haber sabido que era un ensayo, pero no lo sabía cuando compré el libro y me alegro porque una vez en casa, no podía dejar de leerlo. Como sé que no puedo dejar de leer todos los que aún me faltan del autor, entre ellos, claro está, "Carreteras secundarias"
A mí me pasó lo mismo. Encontré el libro paseando por la feria y, al ver el nombre del autor pensé que sería su última novela y lo compré.
ResponderEliminarAl llegar a casa y leer la reseña me decepcionó un poco, pero yo si recordaba haber leído algo sobre el personaje (quizás alguna entrevista con el autor, no sé), y me intrigó, así que lo cogí con ganas.
Es una buena lectura, interesante, bien contada y muy bien documentada.
Besos
Cuando un autor es bueno, la verdad es que da lo mismo que escriba novela o ensayo. Lo suele hacer muy bien y Martínez de Pisón es uno de los buenos escritores que tenemos en este país.
EliminarAunque es un ensayo, se lee como una novela porque, como dices, está muy bien contado, muy bien documentado, la historia resulta de lo más interesante y el personaje... bueno el personaje se termina manifestando como un auténtico canalla.
Un beso.
hola Rosa! nos encanta que te sumes al ruedo , con penas encimas pero con tu amor por los libros intacto, lamento decirte que no lo conocemos de lecturas al autor y lo aprendemos contigo,besazo enorme, gracias!!!!!!
ResponderEliminarSe trata de un escritor muy interesante. Tiene dos de los Premios más importantes en la literatura española: el Premio de la Crítica de narrativa castellana en 2011 y el Premio Nacional de Narrativa en 2015. Además es guionista y la película que menciono en la entrada, basada en su novela "Carreteras secundarias", tiene el guión escrito por él mismo. Os lo recomiendo.
EliminarMe suena algo la historia. Los estafadores siempre me han encantado, eso sí con principios. Los Robin Hood. Un abrazo.
ResponderEliminarPues siento desilusionarte, Josevi, pero este no tiene el más mínimo principio y el autor no duda en dejarlo de manifiesto cuando lo descubre. Aun así, la historia es muy recomendable.
EliminarUn beso.
Hola Rosa, pues me traes un especial y muy interesante descubrimiento en forma de ensayo que probablemente sea mi género preferido en la literatura. Y además, es que el mundo de los estafadores es genial para leer; otra cosa es padecerlos en carne propia :-). Respecto a la película de Emilio Martínez Lázaro, la recuerdo con especial cariño y de hecho creo que es buen momento para volverla ver y comprobobar como ha envejecido 20 años después de su estreno. Leer el libro también me parece interesante para poder completar la visión de la historia.
ResponderEliminarUn beso Rosa y gracias por tan agradable recomendación.
Solo he visto una vez la película que, desde luego es bastante buena (tendría que verla otra vez para ver si ese "bastante" se convierte en "muy"), además con guión del propio novelista.
EliminarEste estafador se acaba descubriendo como un mal bicho, hasta el punto de que el escritor se pregunta si su personaje le es simpático o no.
Si te gusta el ensayo, como veo, este libro te gustará.
Un beso.
No será una novela, pero desde luego es una historia muy, pero que muy potente. ¡Menudo personaje! Me da que si hubiera vivido en la actualidad, más de uno de sus chanchullos hubieran tenido éxito. Jo, intentar patentar la gasolina...
ResponderEliminarUna recomendación muy de agradecer puesto que es de esos libros que se suelen pasar por alto. Un fortísimo abrazo!
Era una gasolina muy especial. Su componente mayoritario era agua.
EliminarResulta una historia muy interesante y entretenida. Ignacio Martínez de Pisón es un gran narrador tanto de ficción como de ensayo.
Te lo recomiendo.
Un beso.
Como ya me conoces, sabes que no me la apunto y, aunque hace tiempo que no te lo digo, me ha bastado con leer atentamente tu reseña y saber de qué va el libro.
ResponderEliminarY no es que no me gusten los ensayos, qué va... Es más bien la temática.
Un abrazo fuerte, Rosa
Yo he contado un poco de qué va, pero la magia de la historia está en el libro. Su magia y su miseria que también la tiene.
EliminarNo oye de atraernos todo, no obstante.
Un beso.
Las vidas de las personas astutas o, como en este caso, bribones, granujas, sinvergüenzas, etc., etc., etc., suelen ser sorprendentemente interesantes, de película, como suele decirse. No me extraña, pues, que este libro te haya resultado tan interesante. Las biografías noveladas me gustan mucho, aunque hace tiempo que no leo ninguna, pero no sé si este sería el caso, tratándose de un ensayo. No obstante, tal como lo defines, tiene muy buena pinta.
ResponderEliminarDesde luego, este hombre era un pájaro de mucho cuidado y supongo que su vida fue muy ajetreada y repleta de anécdotas increíbles.
Y me resulta sorprendente tu buena memoria. Recordar la fecha exacta en que fuiste a ver Carreteras secundarias tiene su mérito.
Un abrazo.
Te contaré el secreto de mi buena memoria. Era la tarde de Navidad. Hacía las seis. Llegamos mi marido, mi hermana, mi cuñado y yo al cine con la comida navideña todavía atravesada y nos encontramos al público con paquetes ingentes de palomitas y demás golosinas. Nosotros nos preguntábamos "¿nadie celebra la Navidad en su casa?". Lo dec1997 lo he deducido de la fecha de estreno de la película:noviembre de 1997.
EliminarEl personaje resulta aceptable como persona hasta un determinado punto en que se manifiesta como un mal bicho. Pero no quiero contar más de la cuenta. No es una biografía novelada, sino un ensayo, pero resulta muy atractivo de leer. Te lo recomiendo.
Un beso.
No me gusta mucho leer ensayo, aunque este libro tiene una historia interesante.
ResponderEliminarBesos
Yo soy más de novela, pero he de reconocer que he leído ensayos apasionantes. Este es muy bueno.
EliminarUn beso.
Hola, Rosa. Nunca llueve a gusto de todos.... pues lo que podría decidirme para leer esta historia es, precisamente, estar escrita como ensayo, género al que siempre regreso, necesito ir cambiando de escenarios, soy culo inquieto con la lectura, de hecho antes leía más ensayo que narrativa, pero ahora la balanza está más equilibrada.
ResponderEliminarNo sabía nada de ese estrafalario estafador austríaco... la picaresca florece en cualquier parte. No he leído a Pisón, aunque parece un escritor muy interesante.
Un beso ;)
No es que me disguste el ensayo. He leído muchos, sobre todo, científicos e históricos, pero debo reconocer que lo que realmente me gusta es la novela.
EliminarPisón es, como dices, un escritor muy interesante. Este es el segundo ensayo que leo, el otro, "Enterrar a los muertos", creo que aún me gustó más, pues trata del traductor en España de John Dos Passos, José Robles, asesinado en la Guerra Civil por los Servicios secretos soviéticos en la misma campaña de terminar con la disidencia que también se llevó a Andrés Nin. "Enterrar a los muertos" puede que esté novelado. No lo recuerdo bien. En todo caso, al autor se le da igual de bien la novela que el ensayo.
Te lo recomiendo.
Un beso.
Siempre resultan muy interesante tus reseñas pero cuando además descubres y aprendes cosas que no sabes, da mas gusto todavía. Gracias por traernos este libro en forma de ensayo, que el tema es muy interesante, pero la verdad no me siento yo atraída por este ensayo, aunque desde luego tendré que animarme a leer algo de este autor, del cual hablas muy bien, creo recordar que ya has hecho alguna reseña de él, de modo que lo leeré pero este no.
ResponderEliminarUn beso
Cualquiera de sus novelas te puede gustar mucho si no te atrae el ensayo. Las tiene muy buenas y todas son entretenidas y se leen muy bien.
EliminarEspero que leas algo y me cuentes qué te ha parecido.
Un beso.
la hstoria pinta muy interesante! besitos!
ResponderEliminarLa verdad es que es muy interesante.
EliminarUn beso.
Hola Rosa,
ResponderEliminarMenudo personaje, y peor época. Lo bueno es que en la actualidad la información una vez se conoce, vuela y corre como la pólvora, no como en el pasado.
Cuando has finalizado con que no pudiste dejar de leerlo, ya lo he decidido; a la lista.
Me parece muy interesante.
Un beso y feliz fin de semana.
Desde luego hoy en día, si hacer alguna fechoría en cualquier sitio, al día siguiente te persiguen por medio mundo. Entonces la cosa era más complicada, pero aun así, se comunicaban de un país a otro algunas cosas. Lo malo es que se tardaba mucho. Los medios de comunicación tienen su parte buena y su parte mala, también para los delincuentes.
Eliminara mí me ha resultado muy interesante esta historia de la que además no sabía nada en absoluto.
Un beso.
Hola, Rosa. El ensayo no es mi género favorito, pero lo que has contado sobre el libro me anima a leerlo, me parece muy interesante y me has dejado con la curiosidad por saber de qué modo trató de engañar a Franco.
ResponderEliminarNo he leído nada de este autor aún, aunque sí he leído críticas muy positivas de sus libros, así que me lo apunto
Mil besos
Él intentaba engañar a Franco y Franco estaba deseando caer en el engaño porque lo que le ofrecía era muy goloso. menos mal que había gente alrededor más espabilada que él y que se dio cuenta del fraude.
EliminarA mí, Martínez de Pisón me parece un escritor muy bueno y le sigo desde hace muchos años. Te recomiendo sus novelas si, como a mí, te gusta más la novela que el ensayo. Aunque este es de los que se leen sin sentir.
Un beso.
Reconozco que siempre quiero leer más ensayos y al final nunca lo hago. Este libro parece interesante en cuanto a toda la información que aporta!!
ResponderEliminarUn besito guapa!
Este es un ensayo que, yo al menos, lo he leído como si de una novela se tratara. Es muy entretenido y te va enganchando. Una vez empiezas te atrapa y no te suelta hasta el final.
EliminarUn beso.
Hola Rosa
ResponderEliminarYo he leído todas las novelas de Martínez de Pisón y confieso que esta última de Filek me ha decepcionado. Me ha parecido un trabajo demasiado acelerado que queda deshilado. Tiene una novela llamada Enterrar a los muertos en la que usa la misma técnica que ha vuelto a utilizar ahora de ficción fingida que, para mi gusto, es mucho más completa y atractiva, pero, claro eso va a gustos. Si tuviese que elegir una novela de entre las suyas destacaría El día de mañana, aunque también me quedaría con Derecho natural. Por cierto, pronto van a estrenar una serie basada en El día de mañana.
Enhorabuena por tu blog. Nos pones al día de todas las novedades literarias. Un abrazo.
"El día de mañana" es mi novela favorita de Pisón y "Derecho natural" puede que la segunda. "Enterrar a los muertos" me gustó más que esta, pero es que el tema también me interesa más. La leí hace muchos años y no recuerdo la técnica. No sé si es ensayo o docuficción.
EliminarDesde luego creo que Filek no es ficción fingida sino puro ensayo biográfico y me ha gustado mucho también. Muchas gracias por tus palabras. Mi blog y yo te lo agradecemos.
Un beso.
Vaya personaje, qué pícaro. Interesante lectura Rosa nos traes, diferente a lo que suele caer en mis manos, la tendré en cuenta.
ResponderEliminarAbrazos.
Pícaro, canalla y sinvergüenza, se le va descubriendo poco a poco. Hasta el autor termina abominando de su personaje, pero la historia merece la pena.
EliminarUn beso.
Me entra congoja el leer tus reseñas y saber que te ha gustado la obra, que el autor es fabuloso y que te estas leyendo todo lo que publica. de verdad Rosa, no se si pasas la vida solo en lecturas (Que tristemente se que no) o que tienes una rapidez lectora fuera de lo normal.
ResponderEliminarA mi no me da el tiempo para tanta proeza literaria.
El caso es que mi congoja viene al saberme incapaz de leer tanto libro recomendado por ti.
"Ego mortalis"
Mi abrazo, amiga. Como siento no poder verte el sábado Si es que a pesar de todo puedo asistir a la quedada.
De Ignacio Martínez de Pisón me queda mucho por leer, aunque es cierto que desde hace unos años, le sigo puntualmente.
EliminarLeo todo lo que puedo que es menos de lo que me gustaría, aunque espero que no tardando mucho eso tenga una solución al menos parcial (nunca leeré todo lo que quiero). Yo también "mortalis" y en mi lista de pendientes ya hay más de lo que se puede leer en una vida.
Un beso, amigo.