"Derecho natural" Ignacio Martínez de Pisón
"Entre mis recuerdos más antiguos está el del primer regreso de mi padre, una madrugada del año 67". Entre los recuerdos más dolorosos de Ángel Ortega, el narrador de esta historia, siempre estará su padre, porque el de 1967 no fue más que el primero de muchos regresos precedidos de muchas huidas. Ángel Ortega, el padre del narrador de esta historia está siempre yendo y viniendo, entrando y saliendo de la vida familiar a conveniencia. Se trata de un hombre egoísta, caprichoso, dominante... pero que puede ser encantador. Está siempre yendo y viniendo, pero cuando aparece domina la vida de los suyos, se hace con el espacio, con el tiempo, con las vidas de todos, eclipsando a la madre y a cuanto no sea él mismo, sus necesidades y sus caprichos, "arrollador, egocéntrico, autoritario sin pretenderlo, volvía a ser el astro rey, y ella, que en su ausencia había ocupado el centro de nuestro pequeño sistema solar, se dejaba absorber por la fuerza incontenible de su gravitación. Al lado de mi padre sólo podíamos ser satélites".
Actor de reparto, nunca llegó a tener éxito, aunque llegó a codearse con personalidades de la escena y a su boda acudió Paco Rabal. Amante de los niños, hacía hijos con la inconsciencia de quien no tiene por qué cuidarlos ni encargarse de ellos, y no es que no les quisiera, es que se quería más a sí mismo.
Cuando empieza la novela y aparece por primera vez en la vida de Ángel, no tarda en volver a desaparecer, pero para entonces, Manolo ya está creciendo dentro de Luisa, la madre, y nacerá sin padre como nació Ángel y tardará en conocerlo varios años. Mientras tanto la familia solo sabe de él por medio de las películas en las que trabaja, películas de serie B en las que hace papeles de todo tipo.
Estará presente años después, cuando nazca Cristina, pero también por poco tiempo, y cuando esta vez desaparezca será aún peor pues se irá con otra mujer... para volver unos años después y volver acompañado.
Luisa lo aguanta todo, lo perdona todo. Con tal de tenerlo a su lado lo aceptará en condiciones que pocas mujeres aguantarían... hasta que finalmente se harte y sea ella quien ponga fin a la situación definitivamente y para siempre.
Luisa es quien lleva el peso de la familia, de la propia y de la que su, ya por fin, marido le ha añadido sin pedirle permiso.
Tanto cuando él está ausente, como cuando vive con ellos, es de Luisa de quien depende la estabilidad. Y sin embargo no tiene nada más que su trabajo y su familia. "Si mi padre tenía su irreal proyecto de película, sus deslavazadas ideas políticas, su círculo de amigos más o menos interesados, mi madre no tenía ni eso". Cuando finalmente decida tomar las riendas de su vida, no será sin pagar un alto precio y es que, a pesar de haberse levantado de sus propias cenizas y haber sacado adelante una empresa en solitario y con todo en contra, tanto abandono, humillación y sometimiento han hecho de ella una mujer tóxica para los que la rodean; una mujer de la que emana una inmensa necesidad de auxilio, un comprensible aunque molesto afán por acaparar ofensas que le permita intentar demostrar que nada la ofende; una mujer que absorbe la fuerza de los demás para darse fuerza a sí misma mientras los demás quedan agotados, débiles y deseando huir, que es lo que hacen en cuanto tienen oportunidad.
Pero además de la vida familiar también somos testigos de la vida de Ángel hijo, el narrador. De su huída a Madrid tras un amor imposible de adolescencia. De su encuentro con el Derecho y, más concretamente, con la Filosofía del Derecho. Encuentro que comienza por motivaciones económicas y deriva en un idilio motivado por su descubrimiento de todo lo que la ley, la justicia y el derecho nos pueden enseñar acerca de la vida, la naturaleza y la civilización ("En la naturaleza no existe la ley, que es privativa de la civilización"). Pero también en el derecho encontrará motivos de reflexión para entender o tratar de entender los conflictos surgidos entre sus padres a raíz del divorcio ("La cuestión era si la suma de dos injusticias de signo opuesto podía producir justicia. Para mi madre parecía evidente que sí: por eso había actuado como había actuado. Y tampoco mi padre, que se había limitado a seguirle el juego, debía de considerarlo disparatado").
Es en Madrid hacia 1980, cuando vuelve a coincidir con su padre como imitador de Demis Roussos, y es que el éxito que no tuvo como actor le llegó muchos años después como doble del cantante que, por aquella época, y sobre todo tras el secuestro del avión en el que viajaba, tenía mucha fama y gozaba de enorme popularidad. De hecho, la fama como doble de Demis Roussos y los kilos que con él compartía le durarán a Ángel más que al propio cantante griego como doble de sí mismo. "Mi padre no siempre se pareció a Demis Roussos [...] tal vez se cruzaran en alguna estación de paso, cuando todavía uno seguía siendo a medias el que había sido y el otro era ya a medias el que se había propuesto ser".
Con la familia y con Ángel, va evolucionando España. España es en esta historia un personaje secundario que acompaña a nuestro protagonista en su devenir y del que nuestro protagonista nos va contando los avatares y peripecias que le acontecen. Un personaje espacial e histórico que avanza desde el estupor de los tiempos tristes y derrotados del franquismo de 1967, no por decadente menos franquista, hasta el afianzamiento de la democracia, si es que alguna vez se puede considerar afianzada la democracia, de los primeros noventa. Pasamos por el asesinato de Carrero Blanco, la muerte de Franco, el 23-F, el triunfo de los socialistas, el nuevo auge del catalanismo; el divorcio, la emancipación, o los intentos de emancipación, de la mujer, la movida, la época turbia de la heroína. Todo ello vivido por nuestros personajes como el escenario accidental en el que transcurre lo verdaderamente importante que es su vida, y es que ellos, como todos por otra parte, están más preocupados por los acontecimientos privados y familiares que por lo que sucede a su alrededor... hasta que el alrededor se confunde y se enreda con el interior y pasa a ser tan privado y personal como lo que ocurre en el interior. Un interior que, con todas sus variables, evoluciones, y cambios siempre estará marcado por las idas y venidas del padre, incluso, o tal vez sobre todo, cuando ya se ha ido definitivamente de la familia. Y es que es muy difícil sustraerse a la influencia de un padre que "siempre había estado robándonos algo pero [que] sólo ahora me daba cuenta de que eso que nos robaba, fuera lo que fuese, era irrecuperable. No sabía en qué consistía el botín pero sabía que se había largado con él: ésa era su parte de culpa".
Actor de reparto, nunca llegó a tener éxito, aunque llegó a codearse con personalidades de la escena y a su boda acudió Paco Rabal. Amante de los niños, hacía hijos con la inconsciencia de quien no tiene por qué cuidarlos ni encargarse de ellos, y no es que no les quisiera, es que se quería más a sí mismo.
Cuando empieza la novela y aparece por primera vez en la vida de Ángel, no tarda en volver a desaparecer, pero para entonces, Manolo ya está creciendo dentro de Luisa, la madre, y nacerá sin padre como nació Ángel y tardará en conocerlo varios años. Mientras tanto la familia solo sabe de él por medio de las películas en las que trabaja, películas de serie B en las que hace papeles de todo tipo.
Estará presente años después, cuando nazca Cristina, pero también por poco tiempo, y cuando esta vez desaparezca será aún peor pues se irá con otra mujer... para volver unos años después y volver acompañado.
Luisa lo aguanta todo, lo perdona todo. Con tal de tenerlo a su lado lo aceptará en condiciones que pocas mujeres aguantarían... hasta que finalmente se harte y sea ella quien ponga fin a la situación definitivamente y para siempre.
Luisa es quien lleva el peso de la familia, de la propia y de la que su, ya por fin, marido le ha añadido sin pedirle permiso.
Tanto cuando él está ausente, como cuando vive con ellos, es de Luisa de quien depende la estabilidad. Y sin embargo no tiene nada más que su trabajo y su familia. "Si mi padre tenía su irreal proyecto de película, sus deslavazadas ideas políticas, su círculo de amigos más o menos interesados, mi madre no tenía ni eso". Cuando finalmente decida tomar las riendas de su vida, no será sin pagar un alto precio y es que, a pesar de haberse levantado de sus propias cenizas y haber sacado adelante una empresa en solitario y con todo en contra, tanto abandono, humillación y sometimiento han hecho de ella una mujer tóxica para los que la rodean; una mujer de la que emana una inmensa necesidad de auxilio, un comprensible aunque molesto afán por acaparar ofensas que le permita intentar demostrar que nada la ofende; una mujer que absorbe la fuerza de los demás para darse fuerza a sí misma mientras los demás quedan agotados, débiles y deseando huir, que es lo que hacen en cuanto tienen oportunidad.
Ignacio Martínez de Pisón |
Es en Madrid hacia 1980, cuando vuelve a coincidir con su padre como imitador de Demis Roussos, y es que el éxito que no tuvo como actor le llegó muchos años después como doble del cantante que, por aquella época, y sobre todo tras el secuestro del avión en el que viajaba, tenía mucha fama y gozaba de enorme popularidad. De hecho, la fama como doble de Demis Roussos y los kilos que con él compartía le durarán a Ángel más que al propio cantante griego como doble de sí mismo. "Mi padre no siempre se pareció a Demis Roussos [...] tal vez se cruzaran en alguna estación de paso, cuando todavía uno seguía siendo a medias el que había sido y el otro era ya a medias el que se había propuesto ser".
Con la familia y con Ángel, va evolucionando España. España es en esta historia un personaje secundario que acompaña a nuestro protagonista en su devenir y del que nuestro protagonista nos va contando los avatares y peripecias que le acontecen. Un personaje espacial e histórico que avanza desde el estupor de los tiempos tristes y derrotados del franquismo de 1967, no por decadente menos franquista, hasta el afianzamiento de la democracia, si es que alguna vez se puede considerar afianzada la democracia, de los primeros noventa. Pasamos por el asesinato de Carrero Blanco, la muerte de Franco, el 23-F, el triunfo de los socialistas, el nuevo auge del catalanismo; el divorcio, la emancipación, o los intentos de emancipación, de la mujer, la movida, la época turbia de la heroína. Todo ello vivido por nuestros personajes como el escenario accidental en el que transcurre lo verdaderamente importante que es su vida, y es que ellos, como todos por otra parte, están más preocupados por los acontecimientos privados y familiares que por lo que sucede a su alrededor... hasta que el alrededor se confunde y se enreda con el interior y pasa a ser tan privado y personal como lo que ocurre en el interior. Un interior que, con todas sus variables, evoluciones, y cambios siempre estará marcado por las idas y venidas del padre, incluso, o tal vez sobre todo, cuando ya se ha ido definitivamente de la familia. Y es que es muy difícil sustraerse a la influencia de un padre que "siempre había estado robándonos algo pero [que] sólo ahora me daba cuenta de que eso que nos robaba, fuera lo que fuese, era irrecuperable. No sabía en qué consistía el botín pero sabía que se había largado con él: ésa era su parte de culpa".
¡¡¡Hola Rosa!!!
ResponderEliminarEsta novela la tengo en espera porque he leído muy buenas referencias y sé que me va a gustar. Las historias familiares me gustan y si se desarrollan en épocas que me resultan conocidas y en España, ya ni te digo.
Como de costumbre has hecho una reseña estupenda, a ver si puedo ponerme pronto y te digo qué tal.
Besos y feliz jueves.
Vaya, quería corregir las erratas de esta mañana porque lo escribí con móvil y lo he borrado sin copiarlo así es que no puedo corregir, tengo que hacer un nuevo comentario.
EliminarTe decía que en la tertulia el libro gustó mucho, salvo a una persona que lo encontró más flojo.
Y te decía también que me gustaría que lo leyeras y saber tu opinión.
Un beso.
Las historias familiares me gustan, aunque en este caso se trate de una familia tan peculiary atípica. Lo que no me termina de convencer es el período histórico en el que está ambientada y por eso lo dejo pasar...por ahora. Besos
ResponderEliminarA mí esa ambientación histórica me ha gustado especialmente porque soy casi de la edad del narrador y reconozco todo lo que cuenta del contexto histórico como recuerdos propios. Me parece una etapa compleja e interesante.
EliminarUn beso.
No me canso de decirlo, Rosa: tus reseñas son tan buenas y están tan bien tratados y contextualizados los argumentos, que aún sin leer el libro son un disfrute. Esta, en particular, me ha parecido interesantísima y me ha encantado :)
ResponderEliminarEntre otras muchas ideas me queda la sensación de que la vida comete una gran injusticia con Luisa, la madre de Ángel. Después de todo lo que tuvo que aguantar y de todas las miserias que le tocó vivir, cuando al fin consigue lo que podría haberla hecho independiente y, en cierto modo, feliz, ya es tarde. Su forma de ser y su carácter son tales que nadie desea estar con ella. Es terrible...
El libro se plantea interesante, digno de leerse con calma para adentrarse en todos los vericuetos de la historia y los personajes. Me gustaría leerlo, aunque no sé si me alcanzará el tiempo en esta vida.
¡Un beso grande de jueves!
La vida fue injusta con todos los personajes, excepto con el padre. Aunque más bien, fue el padre el que fue injusto con toda la familia. Hizo de Luisa lo que termina siendo y que es lo que le cuesta la compañía de sus hijos; hizo de sus hijos, sobre todo de dos de ellos, personas inseguras y resentidas. Jugó con todos ellos según le interesaba y convenía en cada momento, sin tener en cuenta los sentimientos de cada uno... y no se puede decir que fuera un depravado o un sinvergüenza. En fin hay que leerlo para saber cómo era.
EliminarUn beso.
Cuando he leído el título de tu reseña (y del libro) lo primero que me ha venido a la mente es esa asignatura de Derecho, el Derecho Natural (creo que se daba en 1º), pero inmediatamente he descartado la idea.
ResponderEliminarResulta que sí, que el autor ha jugado con esos conocimientos adquiridos por Ángel al estudiar la carrera y encaja perfectamente con toda la historia que tan bien nos has contado en tu reseña y que me ha provocado pena por la pobre Luisa, que acaba siendo persona tóxica.
Excelente post, y apuntado queda el libro, Rosa.
Un beso
Nuestro narrador empieza en primero de carrera a estudiar la asignatura de "Derecho natural" y, por circunstancias económicas, se va metiendo mucho en ese Departamento. Sus reflexiones sobre la filosofía del Derecho, en general y aplicadas a su propia familia son muy interesantes y dan para pensar mucho.
EliminarMuy buen libro, de verdad. Ignacio Martínez de Pisón es un autor que, aunque tiene prestigio y premios, no es lo suficientemente conocido en este país.
Un beso.
Por lo que cuentas, el libro se me hace apeticible. Me interesa el tema y los personajes que retratas, al padre imitador de Demis Roussos y esa madre despechada que parece salír de las cenizas a costa de muchas cosas. Imagino que el modo en que está escrito es atractivo, sin alardes pedantes, que no hay fallos en la estructura y el ritmo es fluido. Si me lo confirmas, la busco de inmediato y la comienzo desde que pueda.
ResponderEliminarUn beso, Rosa.
Te lo confirmo totalmente. Si has leído algo suyo sabes que es un autor honesto y sencillo, que cuenta historias sin grandes alardes, pero muy humanas, con un estilo ágil y muy correcto. Si no lo conoces, te lo recomiendo. Yo he leído como media docena de novelas suyas. La que más me ha gustado es "El día de mañana". La anterior a la que reseño "La buena reputación", tiene el premio Nacional de Narrativa de 2015.
EliminarBueno igual te cuento todo esto y conoces al autor de sobra.
Un beso.
Lamento no haber estado esta tarde comentando la novela, seguro que ha dado lugar a muchos comentaros.
ResponderEliminarA mi las novelas que se centran en la vida de los padres no me convencen del todo, pero reconozco que está bien escrita y se lee con interés. Un beso
Se te echó de menos. Las opiniones, con excepciones contadas fueron muy favorables a la novela que, en general, gustó mucho.
EliminarA mí, por el contrario, las relaciones entre padres e hijos y familiares en general, me atraen muchísimo. Creo que dan mucho juego, incluso por encima del amor o la amistad.
Un beso.
Como siempre una novela interesante la que nos traes a través de una magnifica como siempre reseña.
ResponderEliminarDesde luego me seduce sobre todo no solo ya las relaciones familiares que se van transcurriendo a la vez que las distintas épocas de nuestros país, me da que debe ser interesante, aunque lógicamente muchos hemos vivido esa evolución, pero debe de estar muy bien, ver como lo enfoca el escritor, de modo que me la apunto.
Por otro lado, el debate de la afianza de la democracia sería mu discutible, pero viendo lo que se ve todos los días, tengo a veces mis serias dudas de si realmente la democracia de verdad se afianzado o solo me cuestiono si alguno de los políticos de este país se han aprovechado de ella de muy malas maneras y con muy malas artes, en fin daría para un café muy extenso sin duda.
un beso Rosa y muy buena reseña como siempre, ahora ando leyendo uno que me recomendó chari y me esta gustando d modo que cuando acabe igual comienzo con este, aunque también me ha regalado uno de relatos cortos de Andrea Calimieri, uno de mis escritores favoritos, en fin este se queda para la suma de mi lista. un beso y mil gracias como siempre. TERE.
De la Democracia, para qué hablar. Por eso añadí lo de "si es que alguna vez se puede considerar afianzada la democracia".Si tienes tiempo, no lo dejes escapar.
EliminarUn beso.
Qué quieres que te diga, Rosa, me voy de aquí absolutamente convencida. También he de decir que, como ya conozco al autor, venía predispuesta a dejarme convencer. Martínez de Pisón tiene una habilidad envidiable para presentar la complejidad de las relaciones familiares, los tiras y aflojas, los contigo ni sin ti. Y el contexto histórico y social supone siempre un aliciente. Veo que en esta última novela sigue por la misma línea. Apuntadísima queda. Y la lista ya es interminable.
ResponderEliminarBesos
Si conoces al autor, nada puedo añadir. Esta novela no es la que más me ha gustado, pero es muy buena. Los personajes, sobre todo el padre, son dignos de ser conocidos y las relaciones familiares, como muchas, como casi todas, agobiantes y edificantes, a veces, al mismo tiempo.
EliminarListas interminables... ¿te imaginas que se terminaran?
Un beso.
La anterior reseña fue de John Irving, ¿verdad? Parece que este libro es también tipo "gran novela americana", pero a la española. Lo cual es un punto a favor. No he leído nada de Martínez de Pisón, tomo nota además del resto de tus recomendaciones a otros compañeros. Espero que tengan alguno en la biblioteca.
ResponderEliminarQue pases buen fin de semana.
Un abrazo.
Tienes razón. Es una novela familiar que podría escribir Richard Russo o Michael Cunningham o Richard Yates, pero en español y a la española.
EliminarUno de los escritores españoles más reseñables. Merece más reconocimiento del que tiene. Yo lo sigo hace años. Te gustará.
Un beso.
De todos los personajes que nos describes, el que más me ha llamado la atención es el de la madre. Conozco a varias mujeres muy similares a ese personaje. Son mujeres decididas, con arrojo y valor, pero ante la presencia de un hombre que las encandila (y que generalmente valen mucho menos que ellas), se eclipsan, pasan a segundo plano y se dejan hasta humillar. Nunca he podido entender cómo mujeres inteligentes, con una gran preparación, permiten que un caradura abuse de ellas.
ResponderEliminarGenial reseña, apunto este libro a la lista interminable de pendientes.
Un abrazo, amiga.
La mujer de esta novela aguanta de todo y cuando ya se harta lo pone en la calle (trabajo le cuesta que se vaya), pero para entonces ya está demasiado resentida. Lo que pasa es que eran los años sesenta y setenta en que una mujer no estaba preparada para enfrentarse a toda una sociedad y ella hizo bastante, pero lo sufrido le dejó huella y al final era insufrible para los que la rodeaban. Creo que te gustaría esta novela.
EliminarUn beso.
una hermosa historia y el hilo te enreda con facilidad, muy buena en verdad...
ResponderEliminarDesde la primera frase me encontré enredada en la historia.
EliminarUn beso.
Podriais hacer un pequeño análisis de los personajes de la historia?
ResponderEliminarPodría, pero no es algo que yo suela hacer en mis comentarios de libros. Mis entradas, que no son reseñas en realidad, van más por mostrar lo que me han transmitido los libros, lo que he sentido al leerlos y a veces incluso olvido decir si me han gustado o no y por qué, cosa que hago más como concesión al lector curioso que por otra cosa. Y sí, es una opción analizar los personajes, pero no suele ser mi opción.
EliminarUn saludo.
Rosa, me ha gustado mucho esta entrada. Ahora leo yo "Derecho natural" un libro que me ha traído memoria de un pasado común, lugares comunes en la memoria, de una España que ahora parece lejana. Mi primera lectura de esta autor y creo que volveré, he disfrutado mucho con esta historia. Un abrazo.
ResponderEliminarEs un autor fantástico y casualmente ahora estoy yo leyendo su última novela, Castillos de fuego. Yo lo leo mucho. Lo sigo en todas sus publicaciones desde hace muchos años, aunque he de reconocer que me quedan algunos de sus libros antiguos más famosos.
EliminarDerecho natural es una de sus obras más notables de los últimos tiempos. Bueno, no tan últimos, ¡¡madre mía, seis años ya!!
Un beso.