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Mostrando entradas de junio, 2024

Tres eran tres 36

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Tres novelas muy distintas para este Tres eran tres en su entrega 36. Una escrita por un hombre y que es ya un clásico pues fue escrita en 1975. Las otras dos son actuales y escritas por dos mujeres. Una, Tana French, a la que ya conozco de otras obras y que siempre me gusta; la otra era desconocida para mí, pero trataré de conocerla mejor. Una de las historias es española, las otras dos son europeas; una, ambientada en Oxford y otra, en Dublín. Las tres muy recomendables.  " Un lugar secreto ". Tana French. Este es el quinto libro que leo de la serie Garda , de Tana French, una autora que aunque es nacida en estados Unidos, es de origen irlandés y vive en Dublín desde 1990, cuando tenía diecisiete años. Garda es el nombre que recibe la policía irlandesa. Las novelas de esta serie son novelas policiales independientes, protagonizadas por distintos policías, generalmente, de la brigada de homicidios. En este caso, no obstante, el protagonista y narrador de buena parte de la

"Hierro viejo" Marto Pariente

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El viejo sepulturero de Balanegra aún tardaría un par de horas en deshacer el camino de vuelta a casa. De vacío. Lo recorrió sin prisa, con el sol de la mañana a su espalda cada vez más alto encogiendo su sombra. Bordeó la hondonada y abandonó las estribaciones de la sierra donde las zarzas negruzcas y la oscuridad del granito y la pizarra daban paso al dorado de la siega salpicado de encinas. Al cabo de unos minutos, colina abajo, los angostos pasos de animales y los húmedos pedregales bajo la maleza terminaron por desaparecer. En su lugar, anduvo por la linde de un campo de cultivo, con la paja del trigo empacada a la espera de ser recogida. Se detuvo y se acomodó la cincha de la escopeta en el hombro. Colocó la punta de la lengua bajo los paletos, escupió seco por entre los dientes y se limpió con la manga de la camisa el sudor de la frente. Coveiro vuelve de caza sin haber cazado nada. Y no es porque no haya tenido el jabalí a tiro, pero detrás aparecieron un par de jabatos y al

"La luz difícil" Tomás González

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En este momento, a pesar de los hechos que voy escribiendo, o tal vez por eso mismo, veo que tiendo a divertirme. La verdad es que ha pasado mucho tiempo desde aquello, diecinueve años, y la pena en mi corazón sólo en ciertos instantes se hace tan punzante como fue entonces; las llamas y el agobio, sólo por momentos, tan asfixiantes como en esos días. Todavía me abruma lo ocurrido, por supuesto, y me hace fumar y acostarme a dormir un poco, pues fue duro, pero la alegría aflora siempre, o casi siempre, como trozo de madera en el agua, no importa lo profundo del horror de lo vivido. En este momento, David, el narrador, es un anciano. Estamos en 2018 y nos narra sus vivencias de hombre viejo, solo, casi ciego, atendido por tres personas de la misma familia, que ya son también su propia familia, la única que le queda: Ángela, cocinera, limpiadora, mujer para todo en la vida del narrador; Juan Pablo (o José Luis), jardinero y marido de Ángela; José Luis (o Juan Pablo, nunca se ha aclara

"Todas las familias felices" Hervé Le Tellier

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Sería un escándalo no haber querido a tus padres. […] Sonó el teléfono. Lo primero que pensé fue: es la policía, ha habido un accidente de coche, mis padres han muerto. Digo «mis padres» para simplificar (siempre hay que simplificar), pues se trataba de mi madre y de mi padrastro. No era la policía. Era mi madre. Se habían entretenido, llamaba para que no me preocupara. Colgué. Acababa de descubrir que no había sentido ninguna inquietud. Me había imaginado su desaparición sin angustia ni tristeza. Estaba sorprendido por haber aceptado tan pronto mi condición de huérfano, incluso asustado por la punzada de decepción que había sentido al reconocer la voz de mi madre. Fue entonces cuando supe que era un monstruo. ¿Se puede considerar un monstruo a alguien solo por no querer a sus padres? ¿Y si el padre desapareció muy pronto claudicando de los deberes paternales antes de haberlos asumido?  ¿Y si la madre es un ser egoísta, ocupado más en mantener las apariencias que en asumir a

"Después de la derrota" Paco Gómez Escribano

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Al Chule le había cambiado la vida en muy poco tiempo. Tanto, que aquella misma mañana lo habían incinerado en el cementerio de la Almudena. Una mañana que no había sido ni soleada ni nublada del todo. Hizo amago de llover, pero la lluvia, seguramente ocupada en repartir agua por otras latitudes, no había creído conveniente aparecer por un sepelio que tampoco es que hubiese importado a mucha gente salvo a los cuatro amigos matados que aparecimos por allí, al único hermano que le quedaba, el Floren, y a la Marga, su piba de toda la vida. Su hijo, el Nico, tampoco había creído pertinente aparecer por el crematorio del cementerio de la Almudena. [...] Su hijo es el cabronazo que en este momento empuña la pipa, coloca a sus dos colegas a ambos lados del banco y grita cosas que parecen sacadas de un periódico de sucesos de los años setenta. —¡Que no se mueva nadie, por mis muertos! ¡Esto es un puto palo al banco y al que se mueva le reviento la cabeza de un tiro, que estoy mu loco!

"La casa de la orilla" Daphne du Maurier

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En ese momento me di cuenta con más intensidad que nunca de lo fantástica e incluso macabra que era mi presencia, sin ser visto, sin haber nacido todavía: un extraño en el tiempo contemplando acontecimientos olvidados, ignotos, de siglos pasados; y en lo alto de las escaleras, mirando, invisible, me sentí totalmente implicado, preocupado por esos amores y esas muertes. El hombre que agonizaba podía haber sido un familiar de mi propia juventud perdida... mi padre, incluso, que había muerto en primavera cuando yo tenía más o menos la edad del joven William. El telegrama del Extremo Oriente –había muerto luchando contra los japoneses– llegó justo cuando mi madre y yo terminamos de comer en el hotel de Gales en el que pasábamos las vacaciones de Semana Santa.  Esta es una novela sobre viajes en el tiempo. Un viaje que lleva a la cuarta década del siglo XIV, allá entre los años 1331 y 1335. No me atrae la fantasía de viajar en el tiempo. No me atraen las historias remotas ambientadas en