"Zuckerman encadenado" Philip Roth. II

Continúa la reseña sobre esta obra de Philip Roth.
Si en la entrada anterior comenté las dos primeras novelas de la "Trilogía (?) de Zuckerman": "La visita al maestro" (The ghost writer) y "Zuckerman desencadenado" (Zuckerman Unbound), en esta segunda trataré de "La lección de anatomía" (The Anatomy Lesson) y "La orgía de Praga" (The Prague Orgy).
Aunque , en principio, esta última, no forma parte de la trilogía, se suelen publicar las cuatro juntas o, de publicarlas por separado, "La orgía de Praga" se añade normalmente al tercer volumen junto a "La lección de anatomía".


"La lección de anatomía" (1983).
En 1973, Nathan sufre de intensos dolores en el cuello y los hombros. Hace dieciocho meses que no consigue espantar el dolor. Hace tres años que murió su madre, justo un año después de su padre, de manera repentina y mucho más rápida de lo que se podía esperar por el diagnóstico. "El neurólogo comunicó a Zuckerman por teléfono que el tumor cerebral podía tardar de dos a cuatro semanas en matarla, pero cuando el hijo entró en la habitación, recién llegado del aeropuerto, la cama ya estaba vacía". Era el 21 de diciembre de 1970. Hacía poco más de un año que había muerto su padre justo después de soltar la palabra maldita. Ahora, Zuckerman había perdido a su madre y, muerta ella, tampoco se mantiene la relación con su hermano, deteriorada sin remedio desde la muerte del padre. Pero la muerte de su madre le deja una orfandad que no había sentido un año antes al morir su padre. Ahora todas las culpas se materializan, porque después de tantas mujeres, esposas y amantes, Nathan se da cuenta de que su madre ha sido el amor de su vida. Y ese ansia de madre que le sigue acometiendo tres años después de su muerte, le sumerge en una duda acuciante ¿se debe dicha ansiedad a la debilidad en que lo tiene sometido su falta de salud y de inspiración literaria? ¿existiría la falta de salud de no ser por la ansiedad que le surge al no poder traer de nuevo a su vida a una madre a la que tanto necesita?
"En diciembre de 1973 ya había perdido toda esperanza de encontrar tratamiento, medicina, médico o cura. Por no encontrar, no encontraba ni siquiera una enfermedad como Dios manda". Además se le cae el pelo. Busca la solución a tanto dolor, tan sostenido en el tiempo. Acude a toda clase de remedios más o menos científicos. Nada le sirve a largo plazo. Sus médicos y su psicoanalista, tras vanos intentos de dar con la solución, lo achacan a un castigo autoinfligido. Tal vez, año y medio después de morir su madre, ha decidido por fin purgar por todas sus culpas: por el triunfo de Carnovsky y su enriquecimiento consecuente que le llevó a vivir a la mejor zona de Manhattan; por haber ofendido a millones de norteamericanos con su mal gusto; por haber avergonzado a su propio pueblo con su desvergüenza. "Si tu mano (escritora) te ofende, córtatela. Bajo el irónico caparazón de un espíritu tolerante, él era, entre todos los Yahvés, el más despiadado. ¿Quién podría haber escrito de un modo tan blasfemo sobre el sofoco moral de los judíos, si no un judío sofocado de sí mismo, como Nathan?".
Y para purgar los pecados cometidos mediante la escritura, Zuckerman se impide a sí mismo seguir escribiendo. O se lo prohíben las circunstancias. O él cree que las circunstancias ya no dan para seguir escribiendo y siente que, además de la salud y el pelo, ha perdido el tema: ni Newark es la ciudad que conoció, invadida por todo tipo de razas; ni existen padres judíos como aquellos padres judíos llenos de prejuicios, tabúes y dolores padecidos vicariamente en Europa más de treinta años antes. A lo largo de los tiempos ha perdido padre, madre, hermano, salud, pelo... "Y también su talento, según el crítico Milton Appel —y tampoco es que nunca hubiera tenido mucho que perder en ese aspecto, siempre según Appel"
Para enfrentarse a su decadencia como escritor y a la decadencia de su salud a los cuarenta años, decide hacerse médico y solicita la admisión en la Universidad de Chicago. Pero antes asistiremos a su enfrentamiento con Appel, el crítico que le consideró un niño prodigio cuando publicó sus primeros relatos y que tras el éxito de "Carnovsky" se ha vuelto contra él con toda la saña de su pluma judía y ofendida.
Y asistiremos a su encuentro con un viejo amigo de la universidad y su padre (de nuevo el padre) recientemente viudo.
"La lección de anatomía" ha sido considerada la novela más floja de la trilogía, sin embargo, no soy capaz de imaginar las otras dos sin las reflexiones que se hacen en esta y que vienen a cerrar la culpa con la expiación. Sentimientos muy judíos, pero también muy cristianos.


Philip Roth

"La orgía de Praga" (1985)
Esta es una novela corta que, en principio, no formaría parte de la "Trilogía de Zuckerman". Se trata de fragmentos de los cuadernos-diario de Zuckerman, concretamente los comprendidos entre el 11 de enero y el 5 de febrero de 1976. 
La novela cierra perfectamente la trilogía con guiños a la primera novela, "La visita al maestro". Como ella está escrita en primera persona, al contrario que las otras dos que lo están en tercera. Además, Nathan, que ahora tiene tiene cuarenta y dos años, a modo de un nuevo E. I. Lonoff, es el anfitrión que recibe en su casa a un joven escritor checo que lo admira y que ha tenido que huir de Praga donde tiene prohibido publicar sus obras desde la invasión de los rusos en 1968.
Hasta Praga viajará Zuckerman en busca de unos relatos escritos en yiddish por el padre del joven checo. Su estancia en Praga es la parte más disparatada y divertida. La situaciones son cómicas, esperpénticas algunas, rayanas en el surrealismo y la sátira que ya le hemos visto en alguna otra novela al autor. Una sátira surrealista que puede que sea el estilo crítico que más se adapta a aquellos tiempos, en aquellos lugares, bajo aquel régimen esperpéntico. 
Así, en boca de Nathan encontramos el sarcasmo cruel e irónico con que se reflejan las circunstancias (la falta de libertad, las triquiñuelas para saltarse las prohibiciones, las trampas con las que se consigue sobrevivir cada día, el espionajes por parte de vecinos, amigos, amantes...); la sinceridad con la que se critica también la condescendencia paternalista y teñida de superioridad de los escritores estadounidenses frente a sus colegas de más allá del telón de acero.
Un cierre perfecto de ciclo, con un Zuckerman ya maduro que, tratando de congraciarse con el padre, aunque sea reivindicando a otro padre, al padre de otro, vuelve a la Europa donde todo sucedió hace más de treinta años, a una Europa alejada de la cosmopolita, occidental y muy libre Europa; a una Europa donde "la cultura literaria es rehén del Estado, pero florece el arte de la narración oral. En Praga, las historias no son sencillamente historias: es lo que la gente posee en vez de la vida. Aquí, la gente se ha convertido en historias, ya que no tienen permitido ser otra cosa. Contar historias es la forma que ha adoptado su resistencia contra la coerción del poder existente".

Esta novela entra además en el II reto "Nos gustan los clásicos" por estar publicada antes de 1990, concretamente, las novelas que constituyen "Zuckerman encadenado" están escritas entre 1979 y 1985.



Comentarios

  1. ¡Estupendo repaso el que estás dando a Philip Roth! Es un más que merecido homenaje a este magnífico escritor recientemente desaparecido
    Un beso

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    1. La verdad es que, sin pretenderlo, me está saliendo un nutrido homenaje. Y espero que no quede ahí la cosa.
      Un beso.

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  2. No he leído nada del autor, pero me está entrando ganas.
    Besos

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  3. Ostras, Rosa, me acabo de quedar muerta con esa fecha exacta del 21/12. Para mi muy importante y el que aparezca en una novela ha hecho que me pique la curiosidad. Besos

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    1. Hay fechas que nos golpean desde un libro trayéndonos recuerdos y vivencias que nos ponen los pelos de punta. A veces parece que el hecho estuviera más allá de la casualidad. Me ha sucedido varias veces.
      Un beso.

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  4. Bonito homenaje a Philip Roth. Algún día tendré que leer algo de él, pero de momento creo que no. Leerte a ti, en cambio, sí lo hago y me ayuda a conocer a este escritor recientemente fallecido.
    Un besote.

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    1. Ja, ja, pues te aseguro que él escribe mucho mejor que yo y dice cosas más interesantes.
      Pero si no te animas con él, al menos sigue leyéndome a mí.
      Un beso.

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  5. Jo, ese "si tu mano de escritor te ofende, córtatela". Es tremendo, me ha recordado a cuando Cervantes estuvo a punto de perder la derecha, antes de escribir el Quijote, por una condena tras un duelo. Has conseguido que me quede atrapado a este autor, Rosa! Un fuerte abrazo!

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    1. Es un autor que merece que nos dejemos atrapar por él. Es muy bueno y tiene (tenía) mucho que contar. Estas cuatro novelas forman un todo que nos habla de la culpa y la expiación y de muchas cosas con las que no he podido (no se puede hablar de todo) o no he querido (hay que dejar espacio a la sorpresa) meterme.
      Un beso.

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  6. Seguimos aprendiendo con este homenaje a Philip Roth, y desde luego se puede decir que transmites un entusiasmo por su escritura casi enternecedor. La frase que señalado David es muy fuerte, pero terriblemente gráfica. La estrofa en rojo de cierre del autor es un broche perfecto a la reseña Rosa.
    Besos y feliz fin de semana.

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    1. Los libros de esta trilogía están llenos de reflexiones para pararse un rato en cada una. Como todos los buenos libros tiene varios niveles a los que se puede acceder o no según el gusto de cada cual. Siempre que leo libros de esta calidad, imagino los niveles que quedarán por encima del último al que yo he llegado, aunque es mera curiosidad que no me preocupa. Lo importante es leer, llegar a donde se llegue y disfrutar con ello. Pasa como con el buen cine. Te puedes quedar en la mera anécdota o seguir escarbando.
      Un beso.

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  7. Hola, Rosa, concuerdo con los comentarios anteriores, has abordado la figura de P. Roth, y parte de su obra, con un entusiasmo que me lo hace muy apetecible.

    Ese choque entre el hermetismo de la comunidad judía más vieja y los jóvenes descendientes me resulta muy atractivo. Y por supuesto el marco de ciudades como Nueva York... que tanto encanto literario, y real, desprende.

    Tendré que leerlo;)

    Un beso.

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    1. Hacía varios años que no leía nada de este autor que, por otra parte, siempre me ha fascinado y entusiasmado. Tras leer esta nueva obra (obras) el entusiasmo se ha confirmado y acrecentado hasta el punto de que tengo ganas de más. A ver cómo hago para dar abasto a todo lo que quiero abordar.
      Un beso.

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  8. Un servidor seguirá leyendo tusa reseñas con avidez, ya que no puede hacerlo con todos los libros que le presentas.
    Veo que este escritor te ha hecho mella literaria muy profunda. Tú como agradecida lectora le estás pagando con un rendido homenaje.
    Besos.

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    1. Sí que me ha dejado huella, sí. Entiendo que no es un autor que le guste a todo el mundo, pero toca muchos de los temas que para mí son imprescindibles como la culpa, propia o heredada, el arrepentimiento, lo que nos puede atar el pertenecer a un grupo determinado...
      En fin, para leerlo y releerlo.
      Un beso.

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