Dos clásicos de amor y desamor.


A esta etiqueta de Dos de... que hacía tiempo que no aparecía por el blog, traigo hoy dos novelas deliciosas. Dos clásicos que hablan de amor y desamor, de dos autoras europeas de las que una me era totalmente desconocida y la otra es ya una vieja amiga. Ambas son novelas cortas de las que no se puede escribir mucho por no contar más de lo que ya cuenta la propia obra y, casualmente, las he leído las dos seguidas. Espero que disfrutéis de la entrada, pero sobre todo os animo a disfrutar con las novelas si no lo habéis hecho ya.


"La polilla y la herrumbre". Mary Cholmondeley.
Janet Black estaba feliz. Totalmente enamorada de George Trefusis, este le correspond
ía a pesar de la oposición de su madre y es que Janet no era aristócrata y además no tenía educación. «Era verdad. Janet no tenía educación. Pero la belleza se posaba sobre ella como descansa sobre el cuello de una paloma». Belleza que había sido suficiente para que George se enamorara de ella a pesar de que no estaba a la altura que la posición del joven exigía. A fin de cuentas no era más que la hermana de Fred Black, un domador de caballos más aficionado al alcohol de lo que era recomendable.

En un viaje a Londres, Janet se compromete con una vieja amiga mediante un juramento que pondrá en entredicho su honradez. A pesar de todo, a pesar de lo mucho que puede perder, el amor de George entre otras cosas, se mantiene fiel a lo prometido. La fidelidad de Janet hacia su amiga y su necesidad de guardar un secreto, contrastan con la confianza de George en su prometida que, si en principio se mantiene, pronto se derrumbará ante las pruebas, las murmuraciones y la insistencia materna 

«Las advertencias de su madre empezaron a actuar sobre él como la levadura. ¿Cuántas veces le había dicho: «Ha mentido a otros. Llegará el día en que te mienta a ti»? Aquel día había llegado. Después de todo, quizá tuviera razón su madre. [...] 
Y George, que en otras circunstancias habría defendido a Janet con la última gota de su sangre, que habría cargado con ella atravesando desiertos abrasadores hasta caer muerto de sed... George, que era capaz de cualquier heroicidad en su defensa... flaqueó».

Lady Anne Varney sería una nuera mucho más deseable que Janet, pero Lady Anne también está enamorada y de un hombre que su madre, experta casamentera, ve con muy buenos ojos. Y sin embargo Anne no se decide a comprometerse con su amado hasta no estar segura de que su amor es verdadero, de que no pretende casarse con ella pese a quien pese sino con un amor libre y genuino que no suponga una imposición para nadie. Y es que Anne intuye los sentimientos de Stephen: «Anne lo aceptaría, tanto si sentía afecto por él como si no. Si el dinero podía comprarla, la compraría».

La polilla y la herrumbre es una novela
llena de reflexiones interesantes sobre el amor, la lealtad, la confianza, las clases sociales, etc. Una historia que bebe de la literatura británica de los siglos XVIII y XIX. Personajes que conozco de autores que conozco, (Walter Scott, Charlotte Brontë, Jane Austen) 
y otros que no me suenan son mencionados por la autora que en ciertos momentos se muestra al lector para hacer alguna reflexión . «Así pues, con una moderada confianza en las aptitudes de mi heroína la presento ahora al lector desprovista de sus progenitores y domiciliada bajo el techo de un hermano cuya reputación no era dudosa tan sólo en la imaginación de la señora Trefusis, sino que, dado que odio las medias tintas, era mala de verdad».

Una deliciosa novela que recomiendo sin dudar. Y para terminar, una cita en la que de nuevo la autora asoma la patita por debajo de la historia:

«Ninguno de nosotros alcanza la madurez sin haber presenciado algunos melodramas violentos, cuyo principal interés se encuentra mucho más allá de su moraleja de lo que en nuestra tierna juventud nos hubiéramos atrevido a sospechar. Fuera del escenario hemos visto obras mejores incluso que las que el propio Shakespeare puso en escena. Pero Shakespeare puso fin a las suyas y bajó el telón, mientras que con las que contemplamos en la vida nos da tiempo a encanecer entre un acto y otro; y sólo sabemos que ha llegado el final, cuando por fin llega, porque las luces han ido apagándose paulatinamente, una a una, y nos descubrimos al fin solos en la oscuridad».

Este libro participa en el Reto Autores de la A a la Z que organiza el blog  Lecturápolis. Con él relleno la letra CH.

Título del libro: La polilla y la herrumbre
Autora: Mary Cholmondeley
Nacionalidad: Reino Unido
Título original: Moth and Rust
Traducción: Ricardo García Pérez
Editorial: Periférica
Año de publicación: 2008
Año de publicación original: 1912
Nº de páginas: 208


"El ardor de la sangre". Irène Némirovsky.
Repasando mis lecturas de Irène Némirovski para poner el listado al final, descubro que ya había leído esta novela en 2009. Mi memoria es tan defectuosa que mientras lo leía ahora nada me ha hecho pensar que fuera una relectura. Lo he disfrutado y me he sorprendido con cada suceso como si fuera la primera vez. Lo bueno que tienen estos olvidos es que te permiten gozar varias veces de... una primera lectura que no es tal. 

El ardor de la sangre es una historia reposada, muy rural, muy francesa. Narra las vivencias de Silvio, un hombre soltero, ya con sesenta años, que se describe perfectamente a sí mismo. «Soy viejo y pobre, y estoy soltero; vivo encerrado en una casa de labranza en medio del bosque. Saben que he viajado; que me comí la herencia; hijo pródigo, cuando volví a mi tierra natal, hasta el becerro cebado se había muerto de viejo, tras esperarme en vano tanto tiempo».

Vive solo, sí, pero cerca de sus primos, Hélène y François Érard y los hijos de estos. De hecho, cuando empieza la novela, están todos reunidos en casa de Silvio junto al prometido de Colette, la mayor de los niños Érard. Colette está a punto de casarse y trata de indagar en el pasado de sus padres, en cómo se conocieron y llegaron a convertirse en esa pareja perfecta que forman aún después de tantos años. Hélène y François contarán a sus hijos las vicisitudes de su amor, que no fueron pocas, desde que se conocieron hasta que por fin lograron casarse.

Colette también se casará con su prometido, pero la tranquila felicidad del matrimonio de sus padres no acompañará al suyo. Entre la calma y los atardeceres, pausados como pasan pausadas las estaciones; entre la contemplación de las partidas en el bar mientras degusta un buen vino, Silvio nos irá haciendo partícipes de los acontecimientos que, también pausadamente, terminarán deviniendo en tragedia. Y a tenor de la tragedia se nos susurrará un secreto largamente guardado. Un secreto más turbio y oscuro que el secreto de la felicidad, claro y luminoso en apariencia, que Hélène le cuenta a Silvio a propósito de su matrimonio y el de su hija.

«—Lo tienen todo para ser felices. Vivirán, como hemos vivido François y yo, una vida tranquila, sin sobresaltos, digna… Sobre todo, tranquila… sin vaivenes, sin disputas… ¿Tan difícil es ser feliz? Yo creo que el Molino Nuevo tiene algo que calma. Siempre he soñado con una casa junto al río, despertarme por la noche, bien calentita en mi cama, y oír el agua. Y pronto, un niño —añadió soñando en voz alta—. Dios mío, si a los veinte años supieras lo sencilla que es la vida…».

Pero ¿son realmente tan felices Hélène y François? ¿Es suficiente esa felicidad para Colette?

Además de los primos Érard, y sus vicisitudes, Silvio, el narrador, nos irá mostrando otros curiosos personajes, algunos ya desaparecidos, otros muy vivos, pero que tienen su importancia en la trama. Una trama muy rural, en la que las granjas tienen tanta importancia que los dueños toman los nombres de sus propiedades y las propiedades tienen nombres tan propios como si de pueblos se tratara. 

Y para muestra de la prosa inigualable de Irène Némirovski, si con lo mostrado no es suficiente, esta reflexión de Silvio que me ha emocionado por su belleza más que por su contenido (que tampoco tiene desperdicio):

«[...] a veces tengo la sensación de que la vida me ha escupido como un mar encrespado y he ido a parar a una orilla triste, como una barca vieja aunque todavía resistente, pero con los colores desteñidos por el agua y corroídos por la sal».

El ardor de la sangre es una de las novelas póstumas de Irène Némirovsky. Los biógrafos de la autora, Olivier Philipponnat y Patrick Lienhardt encontraron unos manuscritos que Némirovsky había confiado a su editor y amigo, 
André Sabatier, 1942. Según los biógrafos en Nota del editor que precede a la novela, «Constatado el hecho de que entre aquellos papeles se encontraba una novela completa[...] cuyo principio se correspondía con las dos cuartillas mecanografiadas que estaban en poder de Denise Epstein, hija de Némirovsky, Philipponnat y Lienhardt anunciaron al mundo literario su pequeño gran descubrimiento».

Más grande que pequeño, porque la novela que hoy traigo es de lo mejor de la autora que he leído. Sé que no es mucho y que aún me quedan unas cuantas en mi lista de pendientes, pero dudo mucho que, tras haberlas leído, esta llegue a bajarse del pedestal. 

Los libros que he leído de Irène Nemirovsky con año de lectura entre paréntesis y enlace al blog, en su caso.
"Suite francesa" (2006)
"El baile" (2007)
"David Golder" (2023)
"El ardor de la sangre" (2009 y 2024)

Este libro participa en el Reto Autores de la A a la Z que organiza el blog  Lecturápolis. Con él relleno la letra N.

Título del libro: El ardor de la sangre
Autora: Irène Nemirovsky
Nacionalidad: Francia
Título original: Chaleur du sang
Traducción: José Antonio Soriano Marco
Editorial: Salamandra
Año de publicación: 2007
Año de publicación original: 2007 (obra póstuma)
Nº de páginas: 160

Comentarios

  1. Hola, Rosa. Pues no conocía ninguna de las dos novelas y me ha gustado muchísimo lo que cuentas sobre ellas. Ya están anotadas. Sé que me van a gustar las dos. Mil gracias por la recomendación.

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  2. Hola, Rosa.
    Las murmuraciones siempre hacen daño en cualquier tipo de relación, pero lo hará por aquellas en las que las bases no son sólidas, y si al principio no existe confianza, mejor que no prospere antes de que se degrade con otros sentimientos y comportamientos nocivos. La primera la he buscado en Kindle, pero no me sale, la buscaré mejor.
    Sobre la segunda, no te preocupes, me sucede lo mismo, es más, he vuelto a leer libros de nuevo y me sonaba tanto el argumento que hasta descubrir la razón me creía visionaria, ja, ja, ja Supongo que es porque hay lecturas que hay momentos que no nos corresponden, y luego en otro momento las vuelves a leer y ahí se quedan para siempre.
    Las dos apuntadas.
    Besos, y feliz fin de semana.

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  3. Hola, Rosa.
    Coincido contigo en todo lo que dices de La Polilla... , en realidad quería leer otra novela de la autora y me encontré esta en la biblio. Es una historia mucho más profunda de lo que parece. Y la trama, de lo más entretenida.
    Respecto a Némirovsky, creo que no tiene novela mala, igual no todas son súper brillantes y casi perfectas, pero sí merece la pena leerlas. Por suerte aún me queda un buen puñado por leer, incluida esta que me parece muy buena idea. Me gusta que sea muy rural, es un ambiente que en lo literario me encanta.
    Mi favorita de las que he leído hasta ahora es Los bienes de este mundo.
    Y a mí también me ha pasado eso de no acordarme de que había leído un libro, de hecho saqué dos veces el mismo pensando que llevaba uno nuevo.
    Besos

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