Tres eran tres 42
Terminé el año con la penúltima novela de Andreu Martín, Lo que solo les pasa a los demás, y nada más empezar este 2025 vuelvo sobre el autor para leer la última, Dinero para los muertos. Tengo la costumbre de no leer muy seguido libros escritos por la misma persona, pero creo que es una costumbre a desterrar porque a veces apetece mucho repetir.
Comienza la historia con una introducción en la que una mujer nos habla de sus padres, de su separación antes de nacer ella misma y de la marcha de su padre, Larraz, un famoso periodista, «se fue de casa a finales de 1998 y yo nací en mayo de 2000». Nos cuenta cómo recientemente ha muerto el padre tras padecer una COVID que lo dejó bastante afectado y cómo encontró en su ordenador un archivo de Word fechado en 1999.
«Leí todo el manuscrito, que me pareció incompleto y algo disperso, como si lo hubiera comenzado sin saber muy bien cómo iba a organizar el relato, y me quedé al final con tres palabras, tres únicas palabras inquietantes, que creí —y todavía creo— que merecían algún tipo de explicación que todavía no he obtenido. Por eso recurrí a la ayuda de la única persona que me pareció que podía llenar los huecos de la historia que mi padre no había atendido».
Y la hija de Larraz acude a esa persona que tendrá que rellenar los huecos. Y eso es lo que nos cuenta Dinero para los muertos, lo que se cuenta en ese archivo, titulado El butrón de la Magdalena 1999, más lo que va relatando esa persona a la que ha acudido es mujer, el policía que llevó a cabo la investigación y que es quien tiene que rellenar los huecos.
Los hechos se sucedieron con alarmante velocidad entre febrero y marzo de 1999. Un robo con escalo, una casa okupada por un grupo ácrata, un butrón para acceder al banco de Valencia mientras se celebran las fiestas de la Magdalena, unos asesinatos... Demasiados delitos para una ciudad como Castellón. «Castellón, en 1999, no era el destino más recomendable si uno deseaba ascender. En aquella comisaría solo había tres tipos de policías: los inútiles, los castigados y los que veníamos del País Vasco, supongo que para que nos relajáramos, en una especie de descompresión para quitarnos lo que se llamaba «el síndrome del Norte».
Francisco Largo es el policía venido del Norte, Rafael Larraz es el periodista autor del manuscrito. Entre los dos nos irán narrando la investigación de estos hechos que cada uno en su papel, de policía o periodista, llevarán a cabo de forma independiente, pero colaborando. Enseguida se darán cuenta de que escalo, butrón y asesinatos no son delitos independientes, como ya sospechaban, y se embarcarán en un caso con múltiples hilos de los que tirar. Larraz recibirá la ayuda insospechada, pero sospechosa, de una mujer y las pesquisas que llevarán a cabo pondrán en peligro la vida de ambos.
Al final vuelve a aparecer la hija de Larraz y nos desvelará cuáles fueron esas tres palabas y cómo aquellos sucesos de hace más de veinte años afectaron a su vida aunque ella no lo haya sabido hasta ahora.
No tardaré en volver a Andreu Martín. Son muchos los libros suyos que se me acumulan en la lista de pendientes y demasiado lo que me gustan cada vez que los abordo.
Título del libro: Dinero para los muertos
Autor: Andreu Martín
Nacionalidad: España
Nacionalidad: España
Editorial: Alrevés
Año de publicación: 2024
Año de publicación original: 2024
Nº de páginas: 310
"Un reflejo velado en el cristal". Helen McCloy.
Faustina Crayle es despedida de Brereton, el colegio en el que trabaja, un internado para chicas en Connecticut. Lo extraño es que hasta hace poco ha recibido elogios por su labor de la misma persona que ahora la despide, la directora Lightfoot. Lo extraño es que tan solo lleva cinco semanas en el colegio y le van a pagar seis meses por su despido. Lo extraño es, por si algo extraño faltaba, que la directora se niega a darle un motivo para ese despido, más allá de que «no encaja en el modelo de Brereton. Ya sabe que hay ciertos colores que desentonan entre sí, el rojo tomate con el rojo vino, por ejemplo. Pues es lo mismo, señorita Crayle. Su sitio no está aquí. Pero no debe desanimarse: aún puede resultar útil y ser feliz en otro tipo de escuela. En esta no encontrará su lugar».
Hace días que Faustina ha notado un ambiente extraño a su alrededor. Algunas niñas la miran y cuchichean, una criada se comporta como si le tuviera miedo. Faustina solo tiene una amiga en el internado, Gisela von Hohenems, quien también despierta recelos. Un apellido alemán con la guerra tan reciente no es lo más recomendable «La escuela me tolera porque mi alemán es correcto y mi acento vienés resulta más agradable a vuestros oídos que la forma de hablar de los berlineses».
Tal vez ese distanciamiento que ambas sufren del resto del personal es lo que las ha hecho entablar amistad. Gisela es la prometida del doctor Basil Willing, psiquiatra y asesor médico de la Fiscalía de Distrito del Condado de Nueva York. Basil es también detective aficionado. De hecho, esta novela pertenece a una serie protagonizada por el doctor Willing. Es la octava de la serie, aunque eso para nada le quita interés ni dificulta la comprensión.
Gisela le cuenta a Basil el caso de Faustina, y es que Gisela sí sabe a qué se deben las suspicacias que la joven levanta. Pero quién le puede contar a nadie algo semejante. Basil se interesa por el caso y comienza a investigar. Lo que se va a encontrar, aparentemente es algo que traspasa los límites de la realidad y tiene visos de gótico, de sobrenatural, de terrorífico; pero también hay intereses y la dura realidad y hasta alguna muerte inexplicable.
No quiero destripar la trama por si aún queda alguien que no sepa de qué va, pero hubo un caso similar a mediados del siglo XIX, un caso que ha inspirado otras novelas, una de las cuales leí hace unos años. No voy a decir más. Me ha gustado el libro, lo he disfrutado y lo recomiendo. No sé si leeré más de la serie, tal vez el primero, Bajo la nieve, que también ha publicado Hoja de lata. No es una serie que me plantee seguir, pero un par de libros resultan interesantes para conocer a una autora que ya es todo un clásico de la literatura estadounidense de misterio.
Título del libro: Un reflejo velado en el cristal
Autora: Helen McCloy
Nacionalidad: Estados Unidos
Título original: Through a glass, darkly
Nacionalidad: Estados Unidos
Título original: Through a glass, darkly
Traducción: Raquel García Rojas
Editorial: Hoja de lata
Año de publicación: 2021
Año de publicación original: 1950
Nº de páginas: 240
"Golpes". Pere Cervantes.
Poco a poco voy leyendo los libros de Pere Cervantes que me quedan. Ninguno me ha decepcionado. Este tampoco lo ha hecho.
Alfa ha sido boxeador y policía y ahora, expresidiario. Es esa condición de exconvicto la que lo tiene malviviendo con una nómina recortada de ochocientos euros y unas perspectivas de futuro complicadas porque el juicio no se espera antes de unos seis años y tendría que salir inocente para recuperar su puesto y su sueldo. A esa penosa situación ha llegado desde jefe de un grupo de Estupefacientes de la Policía Nacional. Y además, injustamente.
Por eso cuando su anterior confidente le propone hacerse con un alijo de cincuenta kilos de cocaína, piensa que se está cobrando las injusticias a las que ha sido sometido y sus 444 noches en prisión. Para ello deberá volver a Castellón, vigilar la guardería en la que se esconde la droga mientras es entregada a sus destinatarios finales y buscar el momento más adecuado para hacerse con ella. «una guardería es aquel establecimiento nada educativo en el que se prestan cuidados y atención a una importante partida de droga que necesita de unas horas de cobijo. Existe todo un mercado de naves industriales para ello».
La novela está estructurada en doce capítulos llamados Round (Round 1, Round 2, etc.) y nombrados con términos de boxeo (Suena la campana, Knockout, etc.) A lo largo de ellos veremos a Alfa vigilando la guardería y alternando esa vigilancia con distintas visitas a personas importantes de su vida, en especial a las que él llama sus esquinas, esas personas que son o han sido imprescindibles en su vida, las que siempre están ahí para lo que pueda suceder, esas esquinas en las que se refugia el púgil entre un round y el siguiente: Joan Cufat, el amigo de la infancia; Suso Castro, el policía veterano que le apadrinó y le formó, amigo y mentor; el padre, el más importante, el que se fue antes de tiempo y sin despedirse. Visitará a los dos primeros y recordará al tercero. Alternan los capítulos también la narración del presente con la del pasado.
También se encontrará con otro personaje, Pol, un cameo del autor, aunque no sea una de las esquinas. «El ahora escritor y un servidor pertenecíamos a esa generación perdida de policías que ya no tienen lugar. Pol Pascual no ha estado nunca en una de las esquinas del cuadrilátero de mi vida, para eso necesitaría haber sufrido más trienios a mi vera, pero siempre estuvo allí». Incluso le mandó a prisión su última novela Tres minutos de color.
Sí, Pol Pascual es Pere Cervantes y, al parecer, la novela está basada en hechos reales. En una entrevista al autor a propósito de este libro dice cosas que deberían hacernos reflexionar:
«[...] más que hacer una crítica al sistema social y judicial, pongámonos a analizar lo que contiene el Código Penal para poder modificarlo. Lo que sí critico es el concepto de que a la sociedad no le gusta ver cómo se limpia la mierda».
«A estos policías les decimos: “Ocúpate de la limpieza con los medios que creas oportuno y, luego, si cometes una acción que está dentro del código penal no queremos saber nada de ti”».
«Si para incautar 500 kilos de coca, tengo que regalarle 50 kilos al informador, los voy a dar porque quitaré esos 450 kilos. Esa era su manera de pensar. Claro, en un código penal eso es tráfico de drogas».
Sí, queremos que nos limpien la mierda y seguir inmaculados. No queremos saber lo que eso cuesta y menos, pagar el precio.
¡Hola! No conocía ninguno de los tres libros, pero me parecen todos igual de interesante. Besos :)
ResponderEliminarCualquiera de ellos merece mucho la pena.
EliminarUn beso.
Quizás por la cercanía temporal el primero y el tercer libro que reseñas son los que más me han llamado la atención de esta nueva entrega de tres eran tres. Había leído sobre el término "guardería" de drogas y efectivamente todo lo que rodea a esto puede dar para novelas o películas magníficas. Agradecerte estos repasos que le das al mundo editorial.
ResponderEliminarUn beso, Rosa.
Yo no tenía ni idea de ese término, pero me ha parecido muy ingenioso. Andreu Martín y Pere Cervantes son dos autores muy a tener en cuenta. De Pere Cervantes voy poco a poco leyendo todos sus libros y creo que de ficción (también tiene ensayo) solo me quedan dos novelas. Andreu Martín es otra historia porque tiene una lista de novelas inmensa, y eso sin añadir lo que tiene para público infantil y juvenil.
EliminarUn beso.
Pues mira, me ha llamado la atención un reflejo velado en el cristal. Me ha dado por acordarme de la novela de José C. Vales El pensionado de Neuwelke. No sé si va por ahí lo que comentas de que hubo un caso similar en el siglo XIX que inspiró otras novelas, pero, en cualquier caso, me apunto esta de Helen McCloy para cuando me apetezca descansar de mis lecturas más habitales.
ResponderEliminarTambién me parecen muy interesantes las reflexiones que dejas al final de tu reseña sobre Golpes.
Besos
Sí, justamente a esa novela me refería. Iba leyendo y me iba sonando hasta que se menciona ese pensionado. El planteamiento de Golpes es muy interesante porque ataca esa hipocresía del público en general. Hay que pagar un precio por casi todo, pero por algunas cosas preferimos que lo paguen los otros, aunque el beneficio sea para todos y seamos nosotros mismo quienes contribuimos a hacérselo pagar. me resultó muy interesante y muy sincera esa entrevista a Pere Cervantes que además sabe de qué habla porque él mismo ha sido policía.
EliminarUn beso.
¡Hola!
ResponderEliminarentiendo que destierres esa costumbre de no leer mismos autores e seguido, porque sí apetece... Me he armado un pequeño lío porque por lo que dices al comienzo, pensaba que las pondrías en ese orden, y veo que al única que forma parte de saga es la segunda, la de la autora, así que esa, de primeras ya la descarto, aunque te diré que es quizás la que mas me atrae, con ese despido misterioso sin motivo alguno y ese caso similar real que comentas
Andreu Martín es una autor que me gusta, aunque solo haya leído una de sus novelas que según creo recordar no eran saga y los demás autores no los he leído, aunque a Pere Cervantes siempre le he tenido en el punto de mira y estas dos, que son sueltas pues son opciones de futuro
Veo que disfrutaste las tres, es genial. También me pareciere interesantes tus reflexiones de la novela final
Un beso.
Es cierto que a veces apetece mucho leer una novela de un autor del que acabas de leer otra. Suelo dejar pasar tiempo, pero la verdad es que cada vez menos.
EliminarLa introducción que hago en estas entradas de Tres eran tres no suelen mencionar los libros en orden. En este caso, hablaba de novelas españolas y no españolas y casualmente las dos españolas no eran de serie. La novela de Helen McCloy aunque pertenezca a una se puede leer totalmente independiente. De hecho, yo no he leído ninguna más y no he tenido el más mínimo problema. Andreu Martín me gusta mucho. Yo creo que tan solo tiene una serie en literatura juvenil, pero tampoco estoy segura. Bueno, tiene también las de el Harén que son dos y que no he leído, pero el resto creo que son independientes.
Un beso.
Buenos días, Rosa.
ResponderEliminarMuy interesante tu Tres eran tres. Evidentemente, ya sabes cuales son mis preferencias, Un reflejo velado sobre el cristal es la novela que más me interesa. Sin embargo, el principio argumental de Dinero para los muertos me ha parecido muy interesante, y no descarto leer esta novela en verano. Muchas gracias por esta sección del blog tan estupenda!!
Un abrazo, y feliz comienzo de semana!!
Hola, Undine.
EliminarDesde luego si hubiera tenido que averiguar tu novela preferida de esta entrada no lo hubiera dudado. Un reflejo velado en el cristal es una novela ambientada en la posguerra de la Segunda Guerra Mundial y tiene su parte de misterio e intriga, su parte de terror y hasta su parte gótica diría yo. Pero todo termina siendo muy lógico, lo que hace que me haya gustado más aún.
Un beso.
Hola, Rosa. Siempre, o casi siempre, me pones en el brete de tener que decidir cuál de las tres novelas que compone tu "Tres eran tres" es la que más me atrae, je, je. En este caso, si me apuras, te diré que la segunda, Un reflejo velado en el cristal, me ha dejado más intrigado, aunque las otras dos también me parecen muy interesantes.
ResponderEliminarDe Pere Cervantes, he leído El chico de las bobinas y Me olvidé del cielo, y ambas me gustaron mucho, así que tendré que probar con Golpes, pues a mí también me gusta ir leyendo, poco a poco, las novelas de un autor que me ha atrapado. Ahora mismo, estoy leyendo Alex, de Pierre Lemaitre, perteneciente a la tetralogía sobre el comisario Camille Verhoeven, y antes leí la trilogía que se inició con Nos veremos allá arriba. Este autor me ha atrapado tanto, que seguramente seguiré leyendo otras novelas suyas.
Un beso.
La tetralogía de Camille Verhoeven y la trilogía de entreguerras que se llama ahora las leí hace tiempo. También he leído las novelas sueltas que tiene. Me encanta. Ahora estoy con su nueva trilogía, Los años gloriosos, en la que recupera algún personaje de la otra. He leído solo el primero, pero en breve leeré los otros dos. Este es uno de esos autores de los que he leído todo lo que se ha traducido.
EliminarDe Pere Cervantes me queda una novela y un par de libros de ensayo sobre los peligros de Internet que firma con otro autor.
Un reflejo velado en el cristal es muy interesante y creo que te gustará.
Un beso.
Por poquito hago pleno y me llevo los tres. El único que no me llevo es Golpes y porque ya lo leí. ¡Cómo la disfruté! Con el primer libro me recuerdas que me tengo que estrenar con su autor. Y el segundo, me resulta muy tentadora su trama.
ResponderEliminarBesotes!!!
Andreu Martín es muy bueno. Yo tardé en estrenarme con él, pero me enganchó por completo. Tiene muchísimas novelas por lo que hay de sobra para no quedarse sin libros del autor que, además, sigue publicando con regularidad frecuente.
EliminarGolpes me ha gustado mucho y Un reflejo velado en el cristal es distinto a lo que estamos acostumbrados ahora, pero eso le da un toque muy especial.
Un beso.
¡Hola, Rosa! De los libros que mencionas, me llevo apuntado: Un reflejo velado en el cristal, ya que la ambientación y la trama se ven interesantes, además no conozco a la autora, por lo que sería un buen comienzo. Con respecto a leer seguido libros escritos por un mismo autor, a mi me ha pasado pocas veces, con Mario Vargas Llosa y Stefan Zweig, este último, gracias a ti, ya que lo conocí a través de tu blog y después de leer el primer libro, no pude parar...je je :D Espero tengas una linda semana. ¡Besos!
ResponderEliminarCreo que una de las cosas por las que el blog merece la pena es por esa divulgación que hace que conozcamos autores nuevos para nosotros a través de las reseñas. Stefan Zweig es uno de los mejores escritores del siglo XX y es todo un orgullo que lo hayas conocido por mí. Yo tengo unos cuantos autores que también debo a los blogs, como esta Helen McCloy que espero que te guste.
EliminarUn beso.
¡Hola, Rosa!
ResponderEliminarPara variar no he leído a ninguno de los tres autores, creo que igual me decanto por "Un reflejo velado en el cristal", de Helen McCloy, hasta la cubierta me ha llamado la atención. Me has dejado con las ganas de saber el motivo del despido de Faustina :)
De Andreu Martín tengo apuntada "Lo que solo les pasa a los demás" y de Pere Cervantes ""Me olvidé del cielo", da gusto pasar por tu blog y encontrar tantas opciones de lectura, aunque también tengo que admitir que estas excursiones se han tornado muy peligrosas, ja, ja, ja.
¡Qué difícil es salir de él sin llevarse nada apuntado! 😊
Me contenta saber que has disfrutado de los tres títulos ;)
Un beso.
La portada de Un reflejo velado en el cristal es preciosa como suele suceder con los libros de la editorial Hoja de Lata. El despido de Faustina también me tenía muy intrigada a mí a pesar de haber leído esa otra novela donde se trata un caso muy similar, histórico y acontecido en el siglo XIX. Pero no se me había ocurrido relacionarlos hasta que ya supe esa causa de despido y me vino todo a la cabeza.
EliminarDe Andreu Martín y de Pere Cervantes, cualquier cosa de las que he leído me han gustado mucho por lo que puedes escoger. las dos que mencionas son muy buenas, interesantes y entretenidas.
Un beso.
Pues estupendas las tres propuestas, Rosa. Me llama la atención especialmente la de Helen McCloy por la época y la ambientación y porque en su momento leí El pensionado de Neuwelke y me gustó mucho, aunque la de Pere Cervantes también parece interesante. Anotadas están. Un beso.
ResponderEliminarEl pensionado de Neuwelke me encantó y en este libro, hay referencias a aquel caso, aunque lo que aquí sucede es muy distinto. Muy interesante en todo caso.
EliminarEl libro de Pere Cervantes, como todos sus libros, da para pensar y a la vez entretiene. Tres muy buenos libros los que vienen a esta edición de Tres eran tres.
Un beso.
A mi, como a Lorena, de los tres que traes el título que más ha llamado mi atención es Un reflejo velado en el cristal de Helen McCloy. Ese misterio, esa extraña despedida, ese saber y no saber por qué, ese aire en ocasiones hasta gótico..., no sé por qué, pero llama mucho mi atención; así que me lo apunto. De los otros, a Pere Cervantes le he leído un título por recomendación tuya y no sé por qué pero aún no he dicho nada sobre él; la verdad es que las lecturas se amontonan y superponen, quizás deba hacer algo parecido a un Tres eran tres que en mi caso sería otro "A pares". En fin ya veré. Del de Andreu Martín nada puedo decirte salvo que la historia parece atractiva de leer.
ResponderEliminarUn beso
Hay demasiados libros leídos y si encima pretendemos decir algo de todos en los blogs es una locura. Yo ahora con las reseñas que solo hago en Instagram estoy dando salida a algunos libros que de no ser así se quedarían en el limbo, pero hay otros muchos que ahí se quedan. No da una para todo.
EliminarCualquiera de los tres libros que escojas, creo que te gustará.
Un beso.
Hola Rosa poco a poco voy a ir poniéndome al día y de paso me sirve de entretenimiento, entre todo lo que supone arreglar todo lo que viene ahora, en fin ya sabes papeleo y mas papeleo , pero todo poco a poco y a su tiempo y sin alterarme, eso si, en ratitos intentaré pasarme y comentar.
ResponderEliminarLa verdad es que un poco antes de Navidad empecé a leer y tengo un libro casi a medias, pero entre que falleció Chari y el empeoramiento de mi madre, se me habían quitado las ganas pero me estoy replanteando volver a coger un libro, espero hacerlo pronto.
De los tres que nos traes, me atraen mucho el primero y el último y ya están puestos en una nueva lista de pendientes para cuando pueda hacerme con alguno de ellos.
Muchas gracias como siempre por esta sección.
Un beso.
A mí no me ha pasado, pero la gente que sufre pérdidas importantes suele tardar en recuperar el gusto por la lectura. Dicen que les cuesta concentrarse. Y es una faena porque leer viene muy bien para sacarnos de nuestro propio dolor y meternos en vidas y en mundos ajenos que nos distraigan. Ojalá pronto puedas volver a leer y a disfrutar con la lectura. Esos dos libros que has apuntado son dos muy buenas novelas negras que además son muy entretenidas. Espero que pronto puedas disfrutar de ellas.
EliminarUn beso muy fuerte.
¡Hola, Rosa! Pues de la terna negra de hoy el que me ha llamado la atención es el de Pere Cervantes, tanto por tu reseña, como la portada, algo habitual en esta estupenda editorial, como por la entrevista. En efecto, la vida real tiene unos códigos muy diferentes a las chácharas habituales de las tertulias televisivas que, desde el plató, juzgan con una ingenuidad tremenda. Ese Pol es de esos personajes complejos y reales que a mí me interesan. Un fuerte abrazo!
ResponderEliminarPere Cervantes es un autor al que poco a poco he ido leyendo, compaginando lo que va publicando con lo antiguo y cada vez me ha ido convenciendo más. Esa entrevista me encantó porque deja de manifiesto la hipocresía que impera en este mundo. Tú lo llamas ingenuidad, pero yo creo que es hipocresía. Pol sale poco en la novela, pero está claro que es el alter ego del autor.
EliminarUn beso.