Pero ese domingo iba a suceder algo que pondría en marcha el fin del silencio, iba a despertar al cárabo y vendría una gran tormenta, y ya se sabe que «Cada tempestad que viene del mar se lleva un alma».
Era un domingo como cualquier otro. Primero, la misa en la que iremos conociendo a algunos personajes. Allí llegarán Sole y Joxean y empezarán las murmuraciones.
«Los feligreses empezaban a murmurar en cuanto madre e hijo asomaban por la puerta de la iglesia. "Vaya pareja de muertos de hambre", susurraba una. "El chaval da miedo, cada día parece más atontado", comentaba la otra.
Joxean se desenganchó del brazo de su madre, cogió el cancionero y, pisando ruidosamente el reclinatorio de madera, se sentó sonriendo. Quería cantar.
—¡Qué valor! —se indignó Miren Huarte—. Hay que hablar con don Eusebio, ésa no puede seguir trayendo al retrasado a la casa de Dios».
Una decisión que Don Eusebio, el cura, hubiera estado muy dispuesto a tomar si no hubiera sido porque Joxean conocía su secreto y podría revelarlo. Don Eusebio carecía de la caridad cristiana que se le suponía, pero no de secretos, como casi todo el pueblo.
Tras la misa la acción se trasladaba a la taberna donde Consuelo, la viuda del tabernero, y su suegra, Rosarito, guardaban también sus secretos desde hacía muchos años. En la taberna se encontraron todos los personajes, los que ya conocimos y los que estamos a punto de conocer, todos los que guardaban los secretos, algunos, la mayoría, de sobra conocidos. Era difícil mantener los secretos en Sopuerta, un pueblo pequeño de las Encartaciones. Todo el mundo sabía, por ejemplo alguno de los secretos de Ángel, el alcalde.
«El ritual se repetía con cada víctima. Las madres acudían a la consulta, las chicas ocultaban la agresión y, al llegar a casa, les daban una infusión. Según las viejas parteras, era una mezcla ancestral de ajenjo, caléndula y ruda que evitaba que quedasen embarazadas. Lo cierto es que el brebaje no funcionaba. Sopuerta se fue emponzoñando de un secreto a gritos que el médico contribuyó a silenciar. No fue difícil. Las madres de las víctimas fueron las primeras en colaborar. Las primeras interesadas en ocultar a los bastardos».
Secretos a voces, secretos que no lo son, pero se hacen pasar por tales.
En la taberna conocemos al alcalde. A su mesa se sientan el cura y el médico del pueblo, Iñaki Loizaga. Tampoco el médico estaba libre de misterios. Su amistad con el alcalde venía desde la niñez y había ido tejiendo a su alrededor toda una trama de hechos que tenía que ocultar, aunque cada vez estaba más espantado. Poco después entró en la taberna Basilia, la mujer del alcalde. Los mayores secretos de Basilia se escondían en el pasado, aunque tampoco en el presente se libraba de ellos. A la mesa de Basilia se sientan Miren y Angelita, la maestra. Nos queda sólo Loli, la prima de Basilia, «que la esperaba a las cinco para arreglarle un par de blusas». Pero antes de las cinco algo pasó que alteró los planes de todos estos personajes. Algo terrible que formaba parte del secreto de algunos de ellos y se lo desveló al resto del pueblo.
Ese domingo alguien murió, lo que movilizó a mucha gente en Sopuerta. Al médico, en primer lugar y, después, tras la llegada de algún conocido que desde su ventana percibió algo raro, llegó Sole, la amortajadora. Sole no solo era la madre del tonto del pueblo, era la que preparaba a los muertos y eso contribuía a establecer una especie de leyenda negra, más negra aún, a su alrededor. Así, se certificó la muerte y se empezó a preparar el cadáver para su velatorio y entierro. Todo sería especial en aquella muerte: la víctima, la causa, la mortaja y, por supuesto, lo que vino después. «La amortajadora conocía la tradición. El ánima que busca venganza no puede descansar. Atrae a la tormenta para que, con su fuerza, abra grietas en el cementerio por las que pueda escapar. Libre de la tierra, volará a lomos del viento y esperará el canto del búho cárabo».
El ánima del muerto de ese domingo, recién enterrado el cuerpo un par de días después, volvería al pueblo reclamada por el cárabo y a lomos de una tormenta para vengarse. ¿Superstición pueblerina de gente poco formada como piensa la maestra? ¿Por qué el sacerdote, con estudios y formado lejos del pueblo, está convencido de su verismo? ¿Vendrá realmente el ánima del último muerto del pueblo a cobrarse su venganza?
Mientras todo esto sucede y alternando con los hechos, se nos van revelando los sucesos del pasado de todos los personajes. Asistimos así a varias decenas de años atrás en el tiempo y tendremos un fresco completo de la vida del pueblo y de sus habitantes. Historias del pasado que nos explicarán el presente y nos ayudarán a entender los pecados y las culpas de cada cual. Sabremos cómo se han ido gestando el miedo, el odio, el rencor; las historias duras y hasta siniestras que se ocultan en Sopuerta y que terminarán explotando ante nuestros ojos perplejos y espantados en una noche de tormenta mientras canta el cárabo.
No hay tiempo en el que encuadrar la historia. Ningún dato nos sitúa en una época concreta. No hay móviles ni ordenadores y los hechos destilan el aroma de un tiempo anterior, un tiempo de creencias y supersticiones, sobre todo en los pueblos en momentos en que había poca comunicación con las capitales; un tiempo carente de corrección política. Sí había automóviles. Se pueden encuadrar los sucesos desde mediados del siglo XX hasta los años setenta. Así lo he imaginado yo. No importa, la historia nos envuelve con los hechos y el momento en que éstos se producen carece de interés para el lector, pierde importancia ante la fuerza de los mismos.
 |
Silvia Intxaurrondo |
Silvia Intxaurrondo es de sobra conocida de todos los que sigan los noticiarios en radio y televisión y estén un poco al día de las polémicas políticas. No voy a contarlas, basta con mirar en Google para saberlo todo. Fiel a mi costumbre de no leer novelas escritas por personajes muy mediáticos no me hubiera fijado en esta novelas de no haberme venido muy recomendada por mi hermana. Ha sido todo un acierto. Es una opera prima que envuelve con sus personajes atormentados, víctimas y victimarios a veces en la misma persona; con los pecados del pasado y las afrentas que esos pecados produjeron; con su sabor de historias antiguas en lugares cerrados; con su prosa sencilla, muy directa y expresiva. Algún fallo menor le he encontrado a la hora de cuadrar tiempos y ubicar sucesos de manera que algunos cómputos de años no nos cuadran del todo. Nada de importancia en todo caso o que impida disfrutar de una novela que, por si algo le faltaba, resulta sumamente entretenida, de las que enganchan desde antes de empezar, con esas frases que aparecen al principio bajo el título de Dedicatoria y que ya nos impiden abandonar el libro hasta el final:
«En Sopuerta, un manto de silencio cómplice permite que los vecinos sobrevivan al infierno. Cada casa esconde su desgracia y mira de reojo a la ajena sin pronunciar palabra. Es un pacto antiguo que se transmite con el ejemplo de generación en generación.
Quien se asome a un infierno que no es el suyo arderá entre sus llamas.
Quien se atreva a buscar justicia pagará con la vida.
Quien lea esta historia tendrá que comportarse como un vecino más.
Callad. Que nada cambie».
Qué casualidad! Precisamente la estoy leyendo y llevo tres cuartas partes leídas de esta novela que también me ha enganchado desde un buen principio. A mí tampoco me atraen las novelas escritas por personajes públicos, pues suelen estar arropadas de puro marketing. En este caso fue mi mujer, una gran admiradora de Silvia Intxaurrondo por su buen hacer como periodista, a quien le picó la curiosidad y la compró el Dia de Sant Jordi.
ResponderEliminarDesde los primeros párrafos, me sorprendió la calidad narrativa de esta autora y el tema del que trata. Así que Silvia no solo es una gran periodista sino que estoy seguro que también destacará como novelista.
Un beso.
Mi hermana quedó maravillada y me la recomendó mucho. Es que es una novela que me ha sorprendido mucho. Tiene el sabor de otros tiempos, pero un sabor maravilloso. Podría estar escrita en los años cincuenta o sesenta del pasado siglo, Tanto por la forma como por el tema (o los temas) que trata. Tiene una prosa sobria, con un toque de magia o de realismo mágico que me ha encantado. Desde luego es una autora a la que seguiré en todo lo que escriba porque esta su primera novela me ha gustado mucho.
EliminarUn beso.
Hola, Rosa. Pues conocía esta novela y no me daba mala impresión por lo que había oído en alguna entrevista, pero también tenía ese prejuicio del autor mediático y no me decidía con ella. Por lo que dices está bien escrita y la historia vale mucho la pena así que la tendré en cuenta. Un beso y gracias por la recomendación.
ResponderEliminarYo la he leído muy a gusto y me ha recordado otros escritores, españoles o latinoamericanos, de tiempos pasados, pero con sus propias características. Merece la pena en este caso romper prejuicios.
EliminarUn beso.
Pues un libro que tiene los ingredientes necesarios para triunfar: una periodista que admiro, un número de páginas para mí perfecto y sobre toda esa historia que me ha resultado intrigante.
ResponderEliminarTomo nota.
Un beso, Rosa.
Juro que te había contestado, pero he tenido problemas en la wifi y a lo mejor no se publicó. Te decía que no la dejes pasar ya que tiene mimbres para ser de las que te gustan. Es dura, pero de las que atrapan.
EliminarUn beso.
Hola.
ResponderEliminarNo sabía que Silvia había escrito una novela. Opino como tú, no suelo leer obras de personajes mediáticos, pero está tiene pintaza, y además, la autora es periodista ( la descubrí en 2028 en un programa de Paco Lobatón) y no es exactamente mediática.
Gracias por compartirlo y feliz día.
Yo que soy muy poco de ver televisión (por no decir nada), apenas la conocía y me enteré del libro por mi hermana. Me ha gustado mucho.
EliminarUn beso.
Perdona las erratas, está con tilde, puse 2028... Por eso no suelo comentar desde el móvil, soy vieja para esto 🤣🤣
EliminarGracias, estoy a puntito de terminarlo, sin duda una lectura diferente que me está enganchando. Besos
ResponderEliminarEngancha desde el principio y sí, resulta diferente.
EliminarUn beso.
Hola Rosa, yo tampoco soy de leer novelas de personajes mediáticos pero salvo algún tropezón, la mayoría me han sorprendido para bien. Por lo que se desprende de tu reseña la novela es solvente ( con algunos fallos lógicos en una opera prima) y además a mí siempre me han gustado los personajes atormentados ( bien llevados), y las historias que enganchan desde el principio. La he visto en los fondos de la biblioteca, así que posiblemente me anime con ella. Besos.
ResponderEliminarSi la tienes en la biblioteca, no la dejes pasar. Creo que te gustará. Es una historia que hasta se podría clasificar en negro rural, aunque no es exactamente eso. Me ha sorprendido porque no sabía de esta nueva faceta de la periodista y de su faceta de periodista, muy poco porque como le digo a Gema veo poquísima televisión.
EliminarUn beso.
¡Hola, Rosa!
ResponderEliminarComo bien sabes, estaba esperando esta reseña :)
La verdad es que en principio no sabía quien era Silvia Intxaurrondo, pero la cubierta me llamó mucho la atención, la vi en Instagram y después pasé por tu blog y me di cuenta que tú la estabas leyendo.
Por todo lo que nos cuentas y por el párrafo que citas al final, me apetece mucho viajar a Sopuerta de la mano de la autora, ese pequeño pueblo del País Vasco con sus propias reglas que marcan el destino de todos sus habitantes...
Me encanta saber que te ha gustado, me la llevo apuntada ;)
Un beso.
Te diré que a mí me sonaba mucho el nombre de la autora y cuando la busqué reconocí la cara como algo familiar, pero la verdad es que tampoco sabía demasiado de ella. La mayor parte la he sabido ahora, tras investigar un poco. Es una historia oscura, de secretos de los que se van forjando en el silencio de los pueblos, secretos que no siempre se pueden ocultar, que a veces se saben, aunque no siempre como son en realidad. Toda una sorpresa esta nueva opera prima y van unas cuantas este año, todas muy buenas.
EliminarUn beso.
Buenos días, Rosa.
ResponderEliminarA mí me ocurre como a ti, no leo obras firmadas por personajes mediáticos. Tomo nota de tus impresiones positivas sobre esta novela que, en un principio, jamás me hubiera llamado la atención. Ya te contaré. Gracias por el descubrimiento.
Feliz miércoles!!
Buenos días, Undine.
EliminarA veces conviene romper con los prejuicios porque se descubren cosas interesantes. De no haber sido porque me venía muy bien recomendada, nunca hubiera reparado en esta novela que me ha encantado y que merece mucho la pena.
Un beso.
¡Hola!
ResponderEliminarclaro, conozco a Silvia Intxaurrondo (¿y quién no, en España?). Pues me pasa como a ti, que las novelas que se publican de gente muy conocida y famosa que de repente se pone a escribir, suelo desecharlas, ya sé, prejuicios tontos porque seguro que alguna cosa buena me andaré perdiendo, como este caso, pero este libro no me lo voy a perder.
Mientras te leía también me situé como en los sesenta, veo que no andaba desatinada. Me llama la atención mucho esta novela, tantos secretos en una ambiente de pueblo cerrado donde todos se conocen y ocultan cosas, ese cura que de cura tiene poco según lo que debería ser para mí un cura y bueno..., todos los personajes en general, me resultan atractivos
La voy a leer, si no es por ti creo que nunca me hubiera fijado en ella, pero ahora sé que la leeré, aunque no se cuando
Me alegra que te haya enganchado tanto y que la hayas disfrutado
Un beso.
Pues no te creas que yo la conocía mucho. Me sonaba el nombre y nada más. Yo es que la tele solo la uso para series y películas, también el telediario de las tres y algunos días el de las nueve, pero nunca los ha presentado. Ahora ya sí, me he enterado de sus polémicas y de sus simpatías un tanto de izquierdas que comparto.
EliminarEste libro merece que rompamos con nuestros prejuicios. Creo que te gustará esta historia de secretos ambientada en un momento indeterminado que puede ir desde la llegada del automóvil a España hasta poco antes de la aparición de los ordenadores. Ojalá tú también la disfrutes.
Un beso.
Hola, Rosa.
ResponderEliminarEstoy creando una historia entre portales, así que cuando he empezado a leer digo, a ver de qué va. Ya me has enganchado.
Hay mucha crueldad, de una sociedad poco empática, y tirana; la verdad es que hay personas que se les debería parar los pies, no sé qué derecho creen que tienen para ser tan inhumanos.
Como tampoco comprendo como otros ven el horror y cierran los ojos.
El poder de los secretos, del silencio. Un pueblo del que nadie se salva.
Siempre me atrae este tipo de lectura, la culpa y la razón del comportamiento, del porqué exista o no, supongo que espero que de algún modo las víctimas sean salvadas.
Me la apunto.
Besos.
Nadie se salva, en efecto. Hay gente muy mala en esta historia, pero la mayoría son como todos, gente capaz de buenas obras y de actos muy censurables, gente normal con muchos claroscuros. El único inocente del todo es Joxeán. Él está incapacitado para la maldad. Es una novela muy recomendable.
EliminarUn beso.