"Bartleby y compañía" Enrique Vila-Matas

Hace unos meses publiqué una entrada sobre una novela que me gustó especialmente, "Bartleby, el escribiente", de Herman Melville. Sabía ya de este personaje mítico de la literatura, pero aún no había leído la novela en la que había sido creado. 
Bartleby es un ser habitado por la filosofía del "no", un hombre para el que la frase más repetida es "preferiría no hacerlo", eufemismo con el que quiere decir en realidad, "no lo haré aunque me aspen". Con esa actitud por bandera, Bartleby va renunciando a todo hasta renunciar a sí mismo y a su propia supervivencia.

En aquella reseña apuntaba yo el deseo de "leer un libro de Enrique Vila-Matas que duerme el sueño de los justos en mi estante de pendientes hace tiempo, Bartleby y compañía". Pues bien, ese momento ha llegado, aunque con más retraso del que imaginé, y por fin me he enfrentado al libro de Vila-Matas, un libro entre la novela y el ensayo.
La historia está narrada en primera persona por un personaje imaginario, Marcelo, del que sabremos muy poco, tan solo lo que él se decide a contarnos: que trabaja en una oficina, que es jorobado, que está solo, que simula una depresión para que le den de baja y "poder dedicar todo mi tiempo a estas queridas notas sobre el síndrome de Bartleby" que hace tiempo que ocupan su interés casi en exclusiva. No es la primera vez que Marcelo simula una depresión para poder abandonar la oficina con diferentes objetivos. 

Marcelo es también un poco Bartleby, lo que sucede es que él solo renuncia a aquello que no le gusta o que interfiere con lo que realmente le interesa. Las cosas que Marcelo "preferiría no hacer" son concretas; él no hace dejación total de todas las actividades hasta desaparecer en el espacio y en el tiempo como si nunca hubiera existido como hizo el verdadero Bartleby; él investiga, busca escritores aquejados de la literatura del No, y parece mentira la cantidad que nos muestra. Pero no pretende escribir un libro, sino las notas a pie de página de un libro que no piensa escribir. Él se dispone a dar a la luz un cuaderno de notas que comenten un texto invisible por inexistente. 

"Hace tiempo ya que rastreo el amplio espectro del síndrome de Bartleby en la literatura, hace tiempo que estudio la enfermedad, el mal endémico de las letras contemporáneas, la pulsión negativa o la atracción por la nada que hace que ciertos creadores, aun teniendo una conciencia literaria muy exigente (o quizás precisamente por eso), no lleguen a escribir nunca; o bien escriban uno o dos libros y luego renuncien a la escritura; o bien, tras poner en marcha sin problemas una obra en progreso, queden, un día, literalmente paralizados para siempre".

A Marcelo la idea para esta tarea le vino cuando estando en su oficina le pareció escuchar a la secretaria de su jefe decir que el señor Bartleby se hallaba reunido. Enseguida se dio cuenta de su error al confundir el apellido de su jefe, similar al del personaje de Melville. Eso hizo que nuestro Marcelo, después de veinticinco años, se decidiera de nuevo a escribir, tal cual uno de los autores de los que se dispone a hablarnos. Sí, Marcelo tiene mucho de esos Bartleby que él rastrea.

Salvo las propias características del narrador que nos va soltando de vez en cuando a lo largo de todo el libro, el resto es un ensayo dirigido a hablar de esos autores que por causas muy variadas escribieron muy poco o incluso nada. Algunos me son conocidos, y de ellos a la mayoría los he leído: Juan Rulfo, Salinger, Pynchon, Henry Roth, Rimbaud, Thomas de Quincey, el propio Melville y hasta Oscar Wilde en los dos últimos años de su vida. A otros no los había oído nombrar nunca, y los hay incluso imaginarios como Paranoico Pérez que no consiguió "escribir nunca ningún libro, porque cada vez que tenía una idea para uno y se disponía a hacerlo, Saramago lo escribía antes que él". Paranoico es el personaje de un relato del escritor santanderino Antonio de la Mota Ruiz, publicado a finales de los noventa en una recopilación de relatos titulada Guía de lacónicos.

Ha sido interesante leer las motivaciones que cada escritor tenía para caer preso de la literatura del No. Juan Rulfo es uno de los primeros mencionados. Como todo el mundo sabe Rulfo tan solo escribió un libro de relatos "El llano en llamas" (1953) y "Pedro Páramo" (1955), una de las mejores novelas de la narrativa universal. Nunca volvió a publicar nada. Cuando alguien le preguntaba por qué no había vuelto a escribir siempre contestaba lo mismo "Es que se me murió el tío Celerino, que era el que me contaba las historias". Aunque también echaba la culpa a los marihuanos y a los libros raros que publicaban y que hacían que él prefiriera guardar silencio. Una delicia leer la historia del tío Celerino narrada con las palabras de Vila-Matas en este libro.

Las razones de los distintos Bartlebys son tan peregrinas como literarias, pocas tan literarias como la del tío Celerino, pero mucho más peregrinas. Desde Felipe Alzau que dice que todas las complicaciones empiezan en cuanto aprendes inglés, o incluso si lo hablas de nacimiento. "Me parece genial el tío Celerino que se sacó de la manga Felipe Alfau. Creo que es muy ingenioso decir que uno ha renunciado a la escritura por culpa del trastorno de haber aprendido inglés y haberse hecho sensible a complejidades en las que nunca había reparado" manifiesta Vila-Matas; estoy de acuerdo.

Un tío Celerino muy interesante es el que aquejó a Kafka durante unos cuantos días y que él mismo confiesa en 1912: "«El entusiasmo ininterrumpido con que leo cosas sobre Goethe (conversaciones con Goethe, años de estudiante, horas con Goethe, una estancia de Goethe en Frankfurt) y que me impide totalmente escribir.»". Goethe como el tío Celerino que sirve de disculpa para no escribir me parece un pretexto maravilloso.

Enrique Vila-Matas
La cumbre de la literatura del No la pone Vila-Matas en Hofmannstahl y en su texto "Carta de Lord Chandos" donde el autor declara que no volverá a escribir porque siente haber perdido del todo la facultad de pensar o de hablar coherentemente de cualquier cosa. "Aunque el síndrome ya venía de lejos, con la Carta de Lord Chandos la literatura quedaba ya del todo expuesta a su insuficiencia e imposibilidad, haciendo de esta exposición —como se hace en estas notas sin texto— su cuestión fundamental, necesariamente trágica".

Y esa mención a la imposibiliadad e insuficiencia de la literatura para expresar, para pensar o hablar de forma coherente, me trae a la memoria a mi padre y me doy cuenta, no sin cierto regocijo, de que mi padre, durante varios años, fue un Bartleby lector. Durante varios años mi padre dejó de leer y cuando le preguntábamos el porqué de esa dejación, él que tanto había leído, decía que las novelas le cansaban, que ya ninguna contaba nada, que todo estaba repetido. Solo unos pocos años antes de su muerte recuperó de nuevo el hábito lector y volvimos a verle siempre con un libro entre las manos.

Y así transcurre "Bartleby y compañía", contando historias de escritores que no escribieron o escribieron muy poco, cada uno con sus razones para no hacerlo, investigados por este Marcelo objetor laboral y fingidor de depresiones que ha decidido escribir notas a pie de unas páginas que no existen para hablarnos de autores que no escribían (no al menos durante ciertos periodos de tiempo). Hombres que crearon a veces obras maestras y que un buen día de manera más o menos consciente, de manera más o menos voluntaria, decidieron dejar de escribir, hombres no creativos que, en el terreno del arte pueden "atribuirse una fuerza superior a la del creativo, ya que éste sólo posee el poder de crear mientras que [aquellos] disponen de este mismo poder pero, además, tienen el de poder renunciar a crear".

De la elegancia narrativa, de la forma preciosa y precisa, de la perfección gramatical y sintáctica de Vila-Matas, no hace falta hablar. Cualquiera que lo conozca y lo haya leído, sabe de sobra de lo que hablo. Un autor de los mejores que escriben en España en este momento, aunque sus libros nunca vayan a estar en las estanterías de los más vendidos ni entre los best seller.

Título del libro: Bartleby y compañía
Autor: Enrique Vila-Matas
Editorial: Anagrama
Año de publicación: 2006
Año de publicación original: 2001
Nº de páginas: 184

Comentarios

  1. Me lo apunto y lo pongo en prioritarios. "Bartleby el escribiente" es, junto con "El perseguidor" y "La muerte de Iván Ilich", mi relato favorito de todos los tiempos. Además, yo también he publicado dos novelas (la última en 2012) y, aunque este año publico libro de relatos, creo que nunca volveré a escribir una o retomaré la ficción.

    Un abrazo.

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    1. O sea que eres un Bartleby seducido por la literatura del No. No he leído "El perseguidor", pero sí "La muerte de Ivan Ilich". Suelo preferir las novelas a los relatos, pero hay que admitir que algunos relatos son estupendos.
      Este "Bartleby y compañía" es muy interesante y se encuentra una con escritores desconocidos y otros conocidos de los que nunca se pensó que tuvieran su parte Bartleby.
      Un beso.

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  2. Es de lo más original que he leído desde hace mucho tiempo, y me refiero al argumento pues la novela no la he leído, pero ganas me han entrado. Sí leí Bartleby el escribiente y me encantó. Y en cuanto al síndrome de Bartleby, creo que somos muchos los que nos sentimos, de un modo u otro, identificados.
    Y volviendo al tema de los escritores de una sola obra, merece, en mi opinión, mención especial John Kennedy Toole, autor de La conjura de los necios que, si no la has leído, te la recomiendo. Este autor, ante el fracaso que le supuso que nadie le publicara esta novela, que él consideraba una obra maestra, cayó en una depresión que le llevó al suicidio. Fue su madre quien, con mucha perseverancia, logró que se la publicaran años después, siendo merecedora del Premio Pulitzer de ficción. Si ya conocías esta novela y su historia, disculpa el rollo, jeje.
    Un beso.

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    1. Claro que leí "La conjura de los necios". Fue una de mis equivocaciones. Cuando salió levantó tanto furor que me mosqueé y no quise leerla. Tardé bastantes años en realidad, pues hasta 1995 no le leí. Efectivamente, era muy buena. Desde entonces, a veces me salto los pálpitos y me leo novelas muy mediáticas. He de decir que mis pálpitos casi siempre me resultan acertados, pero está ese "casi" que me hace recaer.
      Genial el "rollo" porque me ha recordado detalles olvidados, como que el autor se había suicidado. Casualidades que suelen darse, viene a sumarse a mi entrada anterior que da vueltas sobre el suicidio, lo que me hace tenerlo muy presente.
      Desde luego el libro de Vila-Matas es muy original. Todos sus libros lo son, al menos los que le he leído. Ya digo que lo considero uno de los mejores escritores españoles vivos.
      Un beso.

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  3. Me acuerdo de tu reseña sobre el Bartleby de H. Melville, novela que leí en los tiempos de la universidad, por mediación de un profesor, una lectura magnífica.

    De Vila-Matas solo he leído “París no se acaba nunca”, que anda por mi blog. Ma fascinó, Vila-Matas es un portento narrativo, para mí de lo mejor que hay en el panorama nacional actual. Has señalado una de sus claves; esa fusión tan lograda que hace entre literatura y ensayo, en la que de alguna manera escribe ensayo de forma literaria y, a la vez, literatura desde el ensayo… lo borda. Es un escritor que voy a frecuentar más veces, desde luego.

    Otra cosa que valoro de Vila-Matas, es un impagable prescriptor de magníficas obras y autores, tanto en sus artículos como a través de sus novelas, con esa querencia metaliteraria que poseen, gracias a él he leído a autores que me han encantado, el último si bien recuerdo fue Marcel Schow.

    Una reseña estupenda, Rosa, siempre jugosa en detalles literarios y aspectos de tu propia vida que hacen un maridaje perfecto.

    Lo de Juan Rulfo siempre me pareció… alucinante ;)
    Besos.

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    1. Pues ni Vila-Matas con su maravillosa "Dublinesca" ha sido capaz de hacerme leer "Ulises" de Joyce, aunque he de decir que ha sido el que más cerca ha estado. Una de mis espinitas ese "Ulises" que se me resiste.
      Yo tampoco he frecuentado al autor todo lo que se merece, pero es cierto que es de lo mejor que tenemos escribiendo en España en este momento.
      No he leído "París no se acaba nunca". Iré a fisgar en tu blog.
      He leído dos veces "Pedro Páramo", pero fíjate que no sabía lo del tío Celerino. Es absolutamente genial. Así es que fue Celerino quien le platicó "Pedro Páramo" a Juan Rulfo; Celerino el creador de Comala...
      A veces, casi siempre, las historias me traen a la mente episodios o sentimientos o emociones de mi propia biografía y unas veces las comparto y otras, no.
      Un beso.

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  4. No he leído nada del autor y Bartleby el escribiente lo tengo apuntado desde que vi tu reseña, así que nada, me apunto también este, no sé si me dará la vida para leer todo lo que tengo apuntado ;-)
    Besos

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    1. La vida no nos da seguro, pero teniendo mucho apuntado, siempre hay más donde elegir y no hay peligro de que se nos acabe. Yo tengo apuntado para dos o tres vidas de cien años.
      Un beso.

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  5. Las historias de escritores que fueron parcos en su obra por unos u otros motivos me resultan de lo más atractivo. El porqué, y el cómo llegaron a esta situación creo que se pueden vehicular tanto en la novela, como en el ensayo. Combinar ambas formas, más tu positiva valoración, me invitan a acercarme a conocer en profundidad este Bartleby y compañía.
    Un beso Rosa y buena semana lectora.

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    1. Si ya conoces a Vila-Matas sabes de lo que hablo. Si no le conoces lo conocerás con este libro y encontrarás un escritor exigente, culto, que no deja nada a la improvisación, que cuida sus textos con mimo exquisito; un auténtico amante de la estética y de la belleza literaria. Además inteligente y con sentido del humor.
      Lo tiene todo, la verdad.
      Sus libros siempre suelen estar entre la novela y el ensayo, y hay mucha metaliteratura en su obra.
      Un beso.

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  6. Opino que el que es escritor lo es, escribiendo solo un libro o incluso sin escribir ninguno. Así que me parece muy interesante la temática de esta novela tirando a ensayo.
    Tengo pendiente a Bartleby y tengo pendiente a Vilas-Matas. A ver si poco a poco voy cubriendo lagunas literarias.
    Besos

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    1. El Bartleby de Melville es un personaje enternecedor, de los que se te quedan pegados al recuerdo; el Bartleby de Vila-Matas, sus muchos Bartleby, es un intento de compilar escritores cautivados por el No y de analizar causas, situaciones, personalidades...
      Ambos Bartleby son difíciles de olvidar.
      Te recomiendo que colmates esa laguna. Yo estoy feliz de haberlo hecho aunque hay tantas que siguen inundadas...
      Un beso.

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  7. Vilas-Matas aborda un miedo tan íntimo, tan hondo, que puede acabar por ser paralizante. Me gustó su obra, como me encantó el personaje de Melville.

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    1. Tú como escritora entenderás mejor lo del miedo que paraliza, aunque yo creo que la mayoría de los Bartleby de Vila-Matas no dejaron de escribir por miedo (alguno sí hubo) sino porque llegaron a la conclusión de que era lo mejor que podían hacer, porque en realidad "preferiría no hacerlo".
      Dos obras maravillosas, las de Melville y Vila-Matas.
      Un beso.

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  8. Bartleby perdida como soy, y además entusiasta de Melville y de Vila-Matas, ¿qué puedo decirte, Rosa? Me ha encantado tu reseña. Y el apunte personal que haces en ella respecto a tu Bartleby querido: tu padre.
    Uno de los libros que tengo ahora en la sección de relectura es, precisamente, el que reseñas aquí. Ando detrás de Bartlebys y demás criaturas esquivas.
    Un fuerte abrazo, Rosa.

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    1. Yo procuro no ser Bartleby porque si me dejo llevar lo soy para siempre. Me incomoda no hacer las cosas hasta el final, dejarlas a medias, pero si las dejo pensando en retomarlas más adelante, nunca vuelvo sobre ellas y eso me crea problemas de arrepentimiento que es un sentimiento que aborrezco. Si yo descansara del blog en verano, sería incapaz de retomarlo.
      Yo quiero leer mucho más de Vila-Matas porque es un gran escritor, pero reconozco que me dejo llevar de cosas más fáciles de leer y me da pereza abordarlo. Luego siempre me arrepiento de haber dejado pasar tanto tiempo porque descubro que es una maravilla.
      Mi padre era un gran Bartleby, no solo en el asunto lector.
      Un beso.

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  9. Qué grande que es Vila-Matas. Es uno de mis escritores favoritos. Revitaliza mi entusiasmo por la literatura. Y "Bartleby y compañía" es uno de mis libros de cabecera que leo y releo de vez en cuando. Da igual por dónde lo abra, que siempre dice algo interesante. Es original y contiene grandes dosis de humor. Y la prosa de Vila-matas, como bien dices, es impecable.
    El año pasado fui a unas jornadas dedicadas a Vila-Matas y recuerdo que alguien dijo que Vila-Matas ponía el arte en movimiento y lo sacaba de los museos. Eso creo que es Bartleby, una manera de poner en movimiento la Literatura, haciendo un ensayo nada menos de los escritores que no escriben.
    No venderá, qué se yo, como Murakami, y tendrá sus detractores, que los tiene, pero creo que su nombre pasará a la Historia de la Literatura. Y ya veremos si no le cae el Nobel algún año de estos.
    Me ha encantado tu reseña.
    Un abrazo.

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    1. Hace un ensayo de gente que no escribe mediante un personaje que escribe notas a pie de página de un libro que no existe. La vuelta de tuerca completa. Una maravilla.
      Me encantan los juegos que hace con sus obras metaliterarias como "Dublinesca". Y su forma de escribir me parece perfecta en la forma y sumamente bella en el contenido.
      Conozco a muy poca gente que haya leído a Vila-Matas y me encanta ver que por aquí va saliendo más gente. Somos ya unos cuantos.
      Un beso.

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  10. hola! leimos, aprendimos y pensamos, que todo eso se logra viniendote a visitar, un lujo leerte! abrazosbuhos siempre con uma maravilla bajo el ala de tu parte.

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    1. Gracias, buhítos. Siempre estaré por aquí esperando vuestros vuelos nocturnos.
      Un beso.

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  11. Soy una especie de Bartleby con este libro, porque lo conozco bastante bien y he reflexionado sobre sus temas, incluso lo he recomendado pero no lo he leído. Todo construido a partir de conversaciones, extractos, citas de otros escritores y reseñas (a las que añado la tuya). Muy extraño todo, jaja, pero creo que a Vila Matas le gustaría este matiz.
    Un abrazo.

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    1. Creo que le gustaría mucho. Hasta le podía dar la idea para un libro. Reflexionar sobre temas y recomendar un libro que no se ha leído. Es genial.
      Yo he leído poco de Vila-Matas. Tan solo tres libros, pero tengo un par de ellos comprados y alguno más en la lista. No es un escritor fácil (tampoco es especialmente difícil) ni que entretenga (requiere un esfuerzo por parte del lector), pero cada vez que me pongo con él disfruto mucho de su prosa y de sus ideas.
      Ahora con mi reseña, tienes más datos y puedes recomendarlo con más conocimiento, pero yo que tú, me animaría a leerlo 😉
      Un beso.

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  12. Baterbly tiene la magia de otros tantos personajes-escritores que nos regalan historias que ofrecen tantas interpretaciones como lectores. Tantas referencias me dejan un poco confuso, pero le tengo ganas a Vila-Matas y más pronto que tarde te emularé con mi propia reseña.
    Saludos

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    1. Me encantará leer tu reseña y, a pesar de que tantas referencias pueden confundir, una lectura atenta lo evita. Estoy segura de que te gustará. Si no has leído a Vila-Matas, creo que será todo un descubrimiento para ti.
      Lo dicho, deseando leer tu reseña.
      Un beso.

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  13. Tengo pendiente Bartleby el escribiente aún, pero no me importaría leerla después =)

    Besotes

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    1. Es un buen complemento para la novela de Melville. Te las recomiendo.
      Un beso.

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  14. Yo conozco a algunos escritores del no, pero sus motivos para no escribir es que se han desencantado de las editoriales y todo el submundo que hay alrededor.
    Me ha conmovido la historia de tu padre porque yo estoy empezando a padecer esa variante del síndrome de Bartleby, y es que no me atrae nada de lo que se ofrece ahora mismo, al menos de lo que se oferta en las estanterías de una librería. De momento estoy combatiendo sus síntomas con la relectura de novelas que me gustaron mucho o leyendo las creaciones de algunos escritores noveles blogueros con los que me aventuro porque conozco su forma de escribir a través de sus blogs.
    Interesante libro que me apunto.
    Un beso.

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    1. Los Bartleby que por aquí pululan no hubieran tenido ningún problema con las editoriales. Cualquiera hubiera matado por publicar la nueva novela de Rulfo o de Salinger, o de cualquiera de los que aparecen.
      Pues fíjate que yo estoy en una época que ya se extiende a los dos últimos años, en que leo cosas que me satisfacen mucho. Las hay especialmente buenas y otras más normales, pero que me hacen disfrutar. Cosas malas han caído muy pocas en mis manos.
      No sé lo que será de mí en un futuro, pero hoy por hoy no veo posible que pueda entrarme desgana lectora. Espero que así sea, porque la lectura me cura casi todos los males.
      Un beso.

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  15. Me ha encantado la reseña, como siempre, pero ese recuerdo a tu padre...El mío siempre siempre estaba leyendo, y mi madre igual, y así sigue.
    Muy feliz día.

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    1. Mi padre era un poco Bartleby para algunas cosas. Había cosas que no le gustaba hacer (muchas las he heredado) y era realmente difícil conseguir que las hiciera.
      Lo de la lectura fue raro porque eso sí que le gustaba, pero Bartleby era complicado de entender.
      Espero que a mí no me pase.
      Un beso.

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  16. Admiro profundamente a Vila Matas, su estilo es muy personal y tal vez no apto para todos los públicos, esta novela es un botón de muestra claro de la literatura de Vila Matas.
    Saludos.

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    1. Desde luego, no es para todos los públicos. Yo solo he leído tres libros suyos, pero cada vez que lo abordo, me parece mejor. Hace unos juegos con la literatura que son originales y muy interesantes.
      Y escribe tan maravillosamente...
      Un beso.

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  17. Tuve una época en que me Vila-Matas me sedujo por completo. Me han encantado "París no se acaba nunca", "Doctor Pasavento", "Dublinesca" o "Manual de literatura portátil". Precisamente de este libro suyo me vino la idea para la 2ª cabecera de mi blog, la que ahora mismo tengo al final del mismo. Luego, no sé por qué, quizás por cierto cansancio, entré en modo Bartleby y dejé de leerle. "Bartleby y compañía" figura entre mis eternos pendientes; lo pienso -desde hace ya demasiado tiempo, je-jé- leer porque si hay algo que me encanta del autor es ese hablar de libros y autores dentro de sus libros creando un género de literatura novedosa, híbrido, mezcla de ensayo novelado y de crónica que surca los terrenos de la realidad y lo puramente inventado; y luego, claro, está ese peculiar humor de Enrique Vilá-Matas que hace que aunque sus obras no sean de lectura facilona ese tono de humor con que envuelve lo que dice por difícil o complicado que sea seduce al lector.
    Una obra importante la que reseñas de esa manera tan excelente a la que nos tienes acostumbrados. Mi enhorabuena, Rosa.
    Besos

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    1. Gracias, Juan Carlos. Estoy de acuerdo. No es fácil la literatura de Vila-Matas, por eso decía que nunca será un best seller, pero te metes en ella y te va envolviendo con lo que cuenta y con cómo lo cuenta. esas historias de otras novelas y otros autores y sus personajes, ese humor que se cuela entre episodios nada risueños, esa literatura tan exquisita, lo hacen un autor de los que pasarán a la Historia de la Literatura con todos los honores.
      Has leído algún título que tengo en mi estantería de pendientes, como "Doctor Pasavento", y alguno que está en lista como "París no se acaba nunca".
      Es genial esa portada. es como una caja que se abre y se cierra sobre sí misma dejando al aire muchas cosas. Nunca hubiera pensado que salió de una novela de Vila-Matas.
      Un beso.

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  18. Recuerdo bien aquella reseña de la que nos hablas, Rosa, y es que me impresionó el personaje y su "vicio" por el no. De ésta saco la conclusión de que es un libro original y a la vez instructivo. Siempre se habla sobre los autores que "producen", por eso encuentro tan novedoso centrarse en los que no (o no al menos por un tiempo) y en sus variopintos motivos. Después de haber sentido la pulsión de escribir en serio, algo importante tiene que pasar para decidir dejarlo.

    Muy entrañable la anécdota que cuentas sobre tu padre. Mi madre también era una gran lectora, sobre todo de biografías de mujeres célebres y de libros de historia. Desgraciadamente tuvo que dejarlo hace años a causa de la degeneración macular que sufre. Son cosas que pasan :(

    Me apunto este título, Rosa. Tu estupenda reseña no me deja otro remedio :)

    ¡Un beso!

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    1. Terrible lo de tu madre. Yo es a lo que más temo, a perder la vista y no poder leer. Creo que esa sería una de las causas que me harían pensar en el suicidio. Claro que es algo que imagino para cuando sea muy viejita y entonces a saber cuántas causas más de suicidio me acompañarán. Yo es que no sabría pasar mi tiempo libre con algo que no fuera leer o ver cine. Espero que ella lo lleve mejor de lo que to lo haría.
      Vila-Matas es un autor original donde los haya. Tan solo he leído tres de sus novelas y todas son muy especiales y con mucha metaliteratura. En todas trata de escritores, reales o imaginarios, de novelas conocidas, como esta o "Ulises" de James Joyce. Es desde luego, un autor a tener muy en cuenta. Yo creo que es merecedor del Nobel, pero eso son opiniones, claro.
      Bartleby es uno de los personajes más entrañables con los que me he encontrado.
      Un beso.

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  19. No he leído el libro de Melville, aunque sí 'Moby Dick'. Lo que resulta imperdonable es que no haya leído nada aún de Vila-Matas...
    Para colmo, si el protagonista es un tal 'Marcelo', me dejas pocas opciones para eludirlo. Igualmente, en mi lista del año lector, he incorporado algo del autor.
    Queda debidamente apuntado, aunque no se si no será necesario leer el de Melville primero. Tú me dirás.
    Un beso grande, Rosa.

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    1. Se puede leer a Vila-Matas sin haber leído el libro de Melville, pero habiéndolo leído creo que resulta mucho más completo todo. Además, Bartleby es un personaje inolvidable y al que merece mucho la pena acercarse. Pero si prefieres empezar por Vila-Matas, no vas a disfrutar mucho menos. Yo leí "Dublinesca" sin haber leído "Ulises", de Joyce, y me encantó. Hasta quise leer luego la obra maestra de Joyce, pero mira, no sé qué me pasa, que no soy capaz. He podido con obras mucho más extensas y, en principio, difíciles, pero el "Ulises" se me resiste tenazmente. Una lástima. Igual un día lo consigo.
      El personaje de este libro es un Marcelo muy peculiar.
      Un beso.

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  20. Luis Manteiga Pousa3 de marzo de 2023, 23:50

    Maravilloso "Bartleby el escribiente", como casi toda la obra de Melville, y con mucho de simbólico, tanto este relato como la obra general de Melville. También muy interesante "Bartleby y compañía" de Vila Matas. Cuantas veces en la vida preferiríamos no hacerlo...pero lo hacemos. Es el precio a pagar por vivir en sociedad, supongo. Y está bien que sea así siempre que no sea excesivamente represor. "El malestar en la cultura" de Freud lo refleja bien. Pero peor es, generalmente, la vida salvaje.

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    1. Leí También Bartleby y compañía. Vila Matas es uno de los mejores escritores vivos de este país. El Bartleby de Melville es un personaje genial. Ese empecinamiento que lo lleva a la muerte es conmovedor. Si todos nos negáramos a hacer las cosas que no queremos este mundo no funcionaría. Lo que demuestra la cantidad de cosas que hacemos forzados por las circunstancias. No he leído a Freud, pero el título que citas ya es bastante revelador. Lo que comentas de la vida salvaje me lleva a otro libro que también me removió bastante: El corazón de las tinieblas.

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