"El hilo azul" Anne Tyler

Abby tenía un truquillo que empleaba cada vez que Red se comportaba como un viejo cascarrabias. Evocaba el día en que se había enamorado de él. «Era una hermosa tarde amarilla y verde, y soplaba una suave brisa…», decía, y todos los recuerdos volvían a ella: la novedad de la situación, un mundo entero de descubrimientos que se abrió por arte de magia ante ella cuando se dio cuenta por primera vez de que esa persona en la que apenas se había fijado durante todos esos años era en realidad un tesoro. Era «perfecto», así lo veía Abby. Y entonces ese chico de ojos claros y rostro apacible resplandecía entre las arrugas y el decaimiento de Red, entre sus párpados caídos y las mejillas hundidas, entre las dos hendiduras profundas que se le formaban en la comisura de la boca, y Abby restaba importancia a su obstinación general, a su tozudez, a su irritante creencia de que la simple y fría lógica podría resolver todos los problemas de su vida. Y en ese momento Abby se sentía tan feliz por haber acabado casada con él que se quedaba sin palabras.

Podría parecer que El hilo azul es la historia de una familia asentada en Baltimore, los Whitshank, pero cuando  transcurre cierto tiempo en la lectura me di cuenta de que, en realidad, es la historia de una casa.  La casa en la que Red había vivido casi toda su vida, donde habían vivido sus hijos y donde seguían viviendo él y Abby tras la marcha de los chicos. 

No era su casa, no estaba destinada a ser su casa, pero él fue su constructor y desde el principio la edificó con tanto mimo como si fuera a ser para su familia. Junior Whitshank era constructor y la casa de Bouton Road, fue un encargo de Ernest Brill, un fabricante textil de Baltimore. De alguna manera a la señora Brill la casa se le hizo demasiado hostil y cuando decidieron venderla, allí estaba Junior dispuesto a comprar la casa que siempre consideró suya. Esa era al menos la historia que se contaba en la familia.

«En 1936, se enamoró de una casa.
No, primero debió de enamorarse de su mujer, porque por esas fechas ya estaba casado. Se casó con Linnie Mae Inman en algún momento. Pero nunca contaba casi nada sobre Linnie, mientras que no paraba de hablar, y hablaba por los codos, de la casa de Bouton Road».

Esa era una de las dos historias que se contaban de la familia Whitshank. La otra, la de como Merrick se hizo con su marido de buena familia tiene menos importancia, aunque es igual de interesante.

Cuando empieza la novela, como decía, Abby y Red viven solos en la casa. Los hijos viven cerca, al menos tres de ellos: Mandy, Jeannie y Brote. Brote, el más pequeño, trabaja con su padre en la empresa de construcción que ya fuera de Junior. El otro hijo, Denny, vive... bueno, en realidad no se sabe donde vive. Va y viene, deja estudios y trabajo con más frecuencia de la que sus padres pueden seguir;  desaparece del mapa durante meses o años en los que nadie sabe de su paradero; tan pronto se declara gay como se casa con una mujer y da a sus padres su primera nieta. Denny es tan imprevisible como seguros y fiables son sus hermanos. 

En la segunda parte saltamos del siglo XXI al año 1959, cuando llegó aquella   hermosa tarde amarilla y verde, en la que soplaba una suave brisa y en la que Abby se enamoró de Red. Tan solo consta de un capítulo y está dedicado a contarnos lo que sucedió aquel día.

La tercera parte se remonta más aún en el tiempo y nos lleva a la mudanza de Junior y Linnie Mae a la casa de Bouton Road y todo lo que sucedió con el columpio del porche que nunca debió ser azul. Pero lo fue y es que, como nos dice Junior, y nos sorprende: «Ella era la ruina de su existencia»

Enseguida nos llevará aún más atrás, para contarnos cómo se conocieron Junior y Linnie Mae, cómo tuvieron que separarse y cómo, años después, Linnie Mae fue a buscar a Junior a Baltimore, a donde se había trasladado. Cuando lo llamó y le dijo que estaba en la estación, Junior se vio aquejado por las dudas y los temores más profundos.

«No, no tenía que ir a buscarla. Ella no tenía el menor derecho sobre él. No había nada entre los dos. O mejor dicho, lo único que había entre los dos era la peor experiencia de su vida.
Sin embargo, ya empezaba a admitir ante sí mismo que no podía dejarla allí sin más. Era tan indefensa como un polluelo.
Además, empezaba a picarle la curiosidad por verla. Alguien de su pueblo. ¡Allí, en Baltimore!».

Era a principios de los años treinta. La Gran Depresión estaba en todo su apogeo. Poco después se casarían y tendrían a sus dos hijos, Red y Merrick. 

La cuarta parte nos lleva de nuevo al siglo XXI, justo en donde terminó la primera. En ella encontraremos por fin el hilo azul, tan azul como el columpio. En ella descubrí que la novela no era la historia de los Whitshank, sino la de la casa de Bouton Road, aunque eso pueda ser una interpretación mía y no ser así para todos los lectores. 

El hilo azul nos cuenta una historia, varias historias, de amor y desamor. Secretos familiares, resentimiento entre hermanos, el heroísmo de aguantar el desamor tal vez por más amor del que se cree sentir, la pérdida, el desarraigo, los celos... La memoria de tres generaciones a lo largo de casi un siglo, una memoria que pasa de padres a hijos, tanto en los hechos que se conocen y/o se recuerdan, como en los que son totalmente desconocidos, pero que van conformando las historias familiares y haciendo de cada cual quien llega a ser.

Anne Tyler

Como las anteriores novelas que he leído de Anne Tyler, El hilo azul es un retrato fiel, sencillo y sin grandes acontecimientos, de la vida en pareja y de las familias. Como otras novelas estadounidenses, no necesita de sucesos luctuosos para atrapar al lector, porque los mejores autores del país lo saben hacer con la sencillez de la vida común. 

Puede que los temas se repitan, pero la distinta manera de abordarlos hace que esta autora nunca me resulte repetitiva. Es cierto que tan solo he leído cuatro novelas suyas y que aún me quedan muchas en mi lista de pendientes. Espero ir añadiendo libros a los leídos y espero que me sigan atrapando como hasta ahora. 

Anne Tyler es una autora muy conocida y reconocida, aunque no acepta entrevistas ni suele hacer giras promocionales de sus libros. Nació en 1941 en una comunidad cuáquera de Carolina del Norte y se trasladó a Baltimore en 1967, allí vive desde entonces y allí se ambientan casi todas sus historias. Algunas de sus novelas se han llevado al cine con bastante éxito, como El turista accidental (1985), novela que había sido finalista del Pulitzer y obtenido el National Book Critics Circle. Su novela Ejercicios respiratorios obtuvo el Premio Pulitzer en 1989. 

Una autora muy recomendable de la que no tardaré en traer más historias al blog.

Novelas de Anne Tyler leídas, con año de lectura y enlace a la reseña.
"El hilo azul" (2024)

Título del libro: El hilo azul
Autor: Anne Tyler
Nacionalidad: Estados Unidos
Título original: 
A Spool of Blue Thread
Traducción: Ana Mata Buil
Editorial: Lumen
Año de publicación: 2015
Año de publicación original: 2015
Nº de páginas: 480
 

Comentarios

  1. De El turista accidental sé por la película. Y es que de Anne Tyler, a pesar de tenerla apuntada en muchas de mis listas de libros para leer, aun nada he leído. Sí, así es, no tengo perdón, pero es así y nada se puede hacer para borrar el pasado. Sí para enmendar la falta y ponerme con ella en el futuro. Seleccionaré una de sus novelas que no sea muy extensa, esas 480 páginas que señalas para El hilo azul me parecen muchas páginas, y eso que por lo que te he leído la obra paraece apetecible. En fin, ya veré.
    Un beso grande, Rosa

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    1. Sabiendo que eres, como yo, muy fan de la literatura estadounidense, creo que Anne Tyler te gustará tanto como a mí. Todas sus novelas tiene una cierta extensión, pero enganchan y no se hacen nada pesadas. tela recomiendo.
      Un beso.

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  2. Pues no he leído nada de la autora aún. Y debo admitir que, hasta ahora, no la tenía ni en mi lista de pendientes. Pero ahora me vas a hacer que la apunte en esta infinita lista y a ver si consigo leerla. Por lo que cuentas, me va a gustar. A ver si me animo.
    Besotes!!!

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    1. Yo creo que cualquiera de los libros de la autora te gustaría.es muy entretenida y encima, interesante.
      Un beso.

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  3. Hola, Rosa.
    Con lo que me gusta la literatura norteamericana, tanto los autores como sus historias y todavía no he leído nada de esta mujer. Tengo ya en la lista un par que además me recomendaste la otra vez. Es que las historias familiares, donde vuelan trapos de todo tipo, me encantan. Ya estoy tardando. Me llevo también este hilo azul, que me gusta la historia de la casa.
    Besos

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    1. Te pasa como a mí. las historias familiares nos gustan y esta autora trata ese asunto de maravilla. Todas sus novelas son de familias y en todas se ven temas distintos y muy bien tratados.
      Un beso.

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  4. ¡Hola Rosa!
    no he leído a la autora, aunque claro que sé de ella y de lo que gusta en general. Resulta atractivo todo lo que nos cuentas sobre esta novela que como a Juan Carlos me resulta quizás demasiado larga, aunque si consigue engancharme, pues sin problema. Me pasa una cosa con los autores americanos, y es que a veces su literatura me resulta demasiado comercial (aunque no todos, claro, algunos autores me gustan mucho, pero me da miedo empezar a conocerlos), no sé..., cosas mías, ya sabes lo rara que soy literariamente hablando, jeje.
    Me llama mucho el personaje de Denny, lo que nos cuentas sobre él y esos enredos de familia que siempre me atrapan. También me parece curioso eso de que hayas pensado que la novela trata sobre la historia de una casa
    Ya veré sí me animo
    Un beso.

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    1. Hay autores estadounidenses muy comerciales, pero los hay geniales. Y algunos son geniales y comerciales. Yo tengo fichados unos cuantos que me encantan. Algunos como Richard Russo hace mucho que no publican nada; otros, como John Irving, se toman su tiempo, pero son bastante fiables, ja, ja.
      Y sí, de repente me di cuenta de que más que de le familia, o además de la familia, hablaba sobre la casa. Es cierto que el libro es extenso, pero de verdad que engancha.
      Un beso.

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  5. Hola.
    De esta autora he leído "Propios y extraños", pero hace tanto tiempo que no recuerdo gran cosa.
    Me has creado una necesidad, adoro estás historias de casas, familias y saltos en el tiempo.
    Muy feliz jueves.

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    1. Propios y extraños fue lo anterior que leí y me encantó. Te recomiendo esta novela si te gustan los líos familiares.
      Un beso.

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  6. Me ocurre como a Juan Carlos, pues lo único que conozco de esta autora es la versión cinematográfica de El tutista accidental (que, por cierto, me gustó mucho y la he visto dos veces) y tengo en la lista de lecturas pendientes una novela suya que creo que reseñaste tú hace tiempo: El baile del reloj, y si la tengo en la lista es, sin duda, porque lo que leí me atrapó. Así que no tardaré mucho en hacerme con ella. Y si me satisface, como creo, volveré a intentarlo con El hilo azul.
    Un beso.

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    1. Creo que he visto El turista accidental, pero tampoco sería capaz de asegurarlo. Espero verla pronto si la encuentro en alguna plataforma. El baile del reloj la tengo en mi lista de pendientes, pero no la he leído. No dejes a la autora. cualquiera de sus novelas creo que será de tu agrado.
      Un beso.

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  7. Anotada, Rosa. Me ha gustado mucho lo que cuentas sobre esta novela y esa historia familiar a saltos en el tiempo. La época y la ambientación, esa casa siempre de telón de fondo y casi protagonista como dices, también me parecen muy atractivas así que la tengo en cuenta. Estupenda tu reseña. Un beso.

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  8. Hola Rosa, de Anne Taylor solo he leído El turista accidental y hace un montón de tiempo, aunque cada vez que leo una reseña de alguna de sus novelas me digo que tengo que retomarla, siempre se va quedando atrás. El hilo azul que traes hoy, me llama la atención, me gustan las historias de secretos familiares y en las que parece no pasar nada y pasa todo. Me la llevo apuntada. Besos.

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