Piso compartido
Con este micro colaboro en el reto de marzo de 2025 de El tintero de oro.
¿Y en qué consiste el reto de este mes? Nos lo explica Bruno en la convocatoria y es bastante sencillo como se ve en la banner: hay que escribir un micro relato sobre el desamor. Aprovechando que febrero es el mes en que se celebró el amor, en marzo hacemos un homenaje al desamor. Por si alguien quiere saber más acerca del reto lo podéis leer aquí.
Sus huellas, por todas partes. Procuro no cruzarme con él. Me paso días sin verle, pero su rastro ha conquistado toda la casa. Había dejado el tabaco y ahora hay olor a humo y colillas debajo de los muebles. Encuentro envases vacíos de comida preparada en los lugares más insospechados.
Friega lo que mancha, pero siempre deja huellas
asquerosamente sospechosas para que yo las vea. Echo en falta cosas en mi parte
del frigorífico, pero siempre con la duda de si habré sido yo quien lo ha usado.
Limpia cuando le toca, pero cuando me toca a mí siempre está
todo mucho más sucio y desordenado.
Cuando estoy en mi parte del salón viendo alguna serie o película,
él, en su parte, pone su televisión a suficiente volumen para molestar. A pesar
del acuerdo al que habíamos llegado siempre soy yo la que tiene que usar los
auriculares.
Oigo sus ronquidos a través del delgado tabique que separa
las habitaciones. Pero si nunca roncó.
Tengo sospechas de que me está haciendo la vida imposible a
propósito, pero ¿para qué? Tampoco estoy segura y no puedo demostrar nada. Aunque
se aprobó el divorcio se decidió que deberíamos compartir el piso puesto que el
alquiler, renta antigua inimaginable hoy, está a mi nombre y él está en paro.
Sí, está en paro, pero todas las mañanas sale bien vestido y
los caprichos que se permite no son propios de quien no tiene trabajo.
Por más que lo intento no llego a entenderlo…
¡Hola Rosa!
ResponderEliminarme ha encantado tu microrelato. La verdad que me parece imposible que dos personas que se han querido mucho y se han divorciado o separado, pues tengan que vivir juntos bajo el mismo techo, seguir conviviendo, harto complicado... Salvo excepciones, que seguro haberlas las hay, esas cosas no pueden acabar bien, ni creo que sean muy recomendables.
Y en este caso, pues encima hay mentiras, igual el tipo sí tiene trabajo y se está aprovechando de la de la situación
Un beso.
Convivir bajo el mismo techo cuando lo que unía a la pareja ya se ha terminado, aun cuando la relación siga siendo amistosa y se mantenga el cariño, es terrible. Siempre he pensado que no hay nada peor que la soledad compartida. No me quiero imaginar lo que tiene que ser cuando, encima, una parte intenta hacerle la vida imposible a la otra.
EliminarYo sé lo que le pasa al tipo (no siempre sé lo que les pasa a mis personajes, pero esta vez, sí), pero lo dejo a la elección o a la imaginación de cada cual.
Un beso.
Hola, Rosa.
ResponderEliminarFantástico. Has creado misterio en el desamor, y generas dudas, un cebo para que quieras saber más, de dónde sale el dinero para los caprichos, qué hace cada día cuando sale bien vestido de casa. ¿Dónde va? Te imaginas algo turbio. Y te pones en la piel de la protagonista y te dan ganas de decirle: renuncia a la renta antigua o mejor, denúncialo a la policía, seguro que algo esconde, ja, ja, ja.
Besos.
Lo malo es que no tiene muchos datos para denunciarlo. Ni siquiera ella está segura de las intenciones (o de la inocencia) del hombre. Una situación difícil y cómo va a renunciar a una renta antigua tal y como están los alquileres... Ja, ja. Una situación un tanto claustrofóbica la de esta pobre mujer.
EliminarUn beso.
Rosa, me gusta. Parece fácil escribir 250 palabras pero no lo es, ni mucho menos. Has conseguido intriga, has conseguido humor, genial. Nos quedamos con ganas de conocer que pasó, quien se acabó quedando con el piso, donde iba él cada mañana, si los ronquidos estaban en una grabación... Y no conocía "Tintero de oro", una forma estupenda de invitar a la gente a escribir, de tener una rutina escritora. Un abrazo.
ResponderEliminarEl Tintero de oro lleva años provocando a sus seguidores la creación de historias. Bueno, a la mayoría no hace falta que nadie les provoque porque son de por sí escritores de ficción, pero yo que no suelo decantarme por la creación, suelo dejarme engatusar por ese reto bimensual. El que me den un tema me libra de tener que inventarlo yo, que es lo que más me cuesta.
EliminarLo bueno de limitarse a 250 palabras es que no te puedes ir por las ramas. Todo lo escrito tiene que ser necesario para la historia.
Un beso.
Me gusta ese toque de humor que le pones a una situación que es insostenible y que sin embargo no es la más rara del mundo debido al precio de la vivienda. Conozco parejas que han pasado por eso e incluso hay una peli española llamada 'Bajo el mismo techo' que afronta la situación. Eso sí, la incógnita a despejar es que hará el tipo por las mañanas...
ResponderEliminarUn beso, Rosa.
Un poco de humor siempre ayuda a digerir los hechos. Yo no he conocido ese tipo de situación, no al menos en su faceta más cruda, pero imagino que tiene que ser desesperante. Aunque no tanto como para dejar el alquiler de renta antigua tal y como están las cosas.
EliminarNo conozco esa película. Tomo nota.
Un beso.
Hola.
ResponderEliminarQué buen micro, con humor y un tema que, por desgracia, ocurre.
Enhorabuena.
Sí que debe de ocurrir. No sé cuan frecuente será, pero sé que se han dado casos..
EliminarUn beso.
LLegado a este punto, habrá de echar mano de una solución imaginativa, hacer algo que, por ejemplo, le repugne tanto que prefiera dormir al raso que bajo el mismo techo que ella. Pero ¿qué? Pues como este es un relato con final abierto, que cada uno invente lo que quiera, porque lo de la patada en el culo es quizá deamasiado agresivo, je, je.
ResponderEliminarUn beso.
Creo que esa mujer no es capaz de estrategias tan arteras como las de su exmarido. La pobre ni siquiera tiene claro lo que puede estar tramando el hombre. La veo yo muy confiada. Hasta duda de si será todo cosa suya. No sé cómo van a terminar, pero lo que está pasando lo tengo claro...
EliminarUn beso.
Compartir piso ya es un asunto poco agradable, especialmente según vamos cumpliendo años. Pero es que si además es casi una obligación -¡y con el o la ex!- por eso de mantener el buen precio del alquiler la cuestión de la escasa gracia que tiene crece y engorda muchos enteros. Me sumo a la propuesta de Josep, aunque la misma sea algo expeditiva, pero es que si el tío es un poco guarro, faltón y molestón habrá que ir a soluciones definitivas, ¿no te parece?
ResponderEliminarUn beso
Ja, ja, qué bien lo has descrito, "guarro, faltón y molestón". Yo nunca he tenido que compartir piso. De estudiante viví en casa. En aquella época no me habría importado, incluso me habría gustado. Creo que la primera juventud es el momento para esas cosas. Ya cuando una crece lo menos que se puede pedir es poder vivir una sola hasta que se decida compartir la vida con alguien. Pero el colmo de lo imaginable es tener que compartir el piso con el enemigo, por así decir, que encima no se muestra nada respetuoso. Es como para contratar un par de mafiosos del este. O del oeste, pero mafiosos.
EliminarUn beso.
Un relato muy turbador. Me ha recordado la canción "¿Qué será?" de Chico Buarque, aparte de la película coreana "Hierro 3". Cosas de la cultura de masas. Lo cierto es que convivir sin tener más relación que el rastro que se deja puede hasta volverte loco, pues ya no sabes si hay dos conviviendo o si hay más gente por medio. Además de que, como no hay que aparentar, puede que te hayas dado cuenta de que él no era como se te mostraba, te dé o no la razón para romper con él. Muy grata lectura. Estimula la imaginación. Gracias.
ResponderEliminarNo he visto la película, pero tomo nota. Tener que compartir tu casa y tus cosas con una persona a la que, en el mejor de los casos, ya no quieres y en el peor, no soportas, tiene que ser totalmente desesperante. Si encima te hace la vida imposible con intenciones bastante turbias, no lo quiero ni imaginar.
EliminarUn abrazo y gracias a ti por pasarte.
Estupendo, Rosa. Tocas un tema de lo más actual: esos divorcios en que la pareja ha de seguir conviviendo por motivos económicos. Qué duro y cuánto desgaste debe producir eso. Tu micro lo muestra perfectamente. Me ha gustado también la pizca de incertidumbre que pones en los pensamientos de la protagonista cuestionando sus sospechas. Muy buena historia.
ResponderEliminarEs que el hombre debe de ser muy listo y sutil para dar mucho guerra y que casi no se note si es premeditado o no. La pobre mujer no sabe a qué atenerse ni siquiera sabe si no será ella la culpable de algunas cosas. Un poco verde la veo en desconfianza...
EliminarUn beso.
Nooooo, no nos dejes así. ¿De dónde sale el dinero? Está claro que ese personaje trabaja en B para seguir oficialmente en paro y amargándole la vida. Súper cruel. Me ha gustado porque sin describirlo al uso, has conseguido que nos caiga fatal. Y eso que no nos has contado nada del baño.
ResponderEliminarExcelente.
Besos
Has imaginado perfectamente. Quería dar una idea del personaje sin describirlo explícitamente y por las opiniones de la mujer. Me alegro si lo he conseguido. Lo del baño lo he dejado en el aire para no ponerme escatológica, ja, ja.
EliminarUn beso.
Hola Rosa, un relato estupendo. Y que desagradable tener que vivir en esa compañía forzada porque no pueden hacer frente a otro alquiler. Para mí, que el exmarido trabaja y cobra en negro, y así obliga a su exesposa a soportarlo. Pero que necesidad!. Hay gente para todo. Como el final es abierto, espero que lo descubran y pague por ello. Besos.
ResponderEliminarYo creo también que el exmarido es un jeta. Esconde sus ingresos y pretende quedarse con el piso de alquiler a costa de echar de él a la mujer de pura desesperación. Ojalá resista y sea ella la que termine poniéndolo en la calle.
EliminarUn beso.
Hola, Rosa. Ya he subido el enlace de tu relato. Perdona pero es que se me ha pasado.
ResponderEliminarUn abrazo muy fuerte.
Nada que perdonar, Bruno. Solo faltaría, encima del trabajo y el esfuerzo de organizar todo esto, que no pudieras tener un despiste. Bastante pocos tienes.
EliminarUn beso.
Buenas, Rosa.
ResponderEliminarUn relato muy chulo. Crea intriga con esos detalles que vas dando para, al final, explicar la situación. No me gustaría verme en esa escena.
Un saludo.
Irene
Yo tampoco querría verme en esa situación. Demasiado fuerte.
EliminarUn beso.
Difícil situación la de compartir piso con alguien al que ya nada te une, eso de que está en paro no se lo cree nadie, por lo que cuentas a saber que hace el susodicho señor.
ResponderEliminarUn abrazo Rosa
Puri
No es muy creíble lo del paro. Y convivir con alguien empeñado en hacerte la vida imposible para echarte de tu casa no es lo más agradable de soportar.
EliminarUn abrazo.
Madre mía, así si que es imposible... Por eso, cuando a veces aparece como una especie de añoranza hacia mi última pareja, pienso en las cosas que hicieron a que me decidiera a dejarlo, y se me pasa.
ResponderEliminarNo hay como recordar la realidad tal y como fue para curarse de nostalgias que suelen estar basadas en situaciones imaginarias y más amables que las reales. Cuando mi personaje se libre del ex, si es que se libra, creo que tendrá muy poca base para la nostalgia.
EliminarUn abrazo.
A algo turbio se dedica seguro. Si no trabaja... Qué difícil tiene que ser compartir piso con tu pareja cuando ya has roto, cuando todo se ha acabado... Y también dependiendo de los motivos de la ruptura. Qué buen relato!
ResponderEliminarBesotes!!!
Ya sabes que en este país hay mucha gente que trabaja en negro, ja, ja. Convivir con tu expareja, aunque sea en condiciones normales tiene que ser muy incómodo. Si encima se empeña en hacerlo más incómodo aún, ya no te cuento.
EliminarUn beso.
Este tipo claramente es un sirvenguenza aprovechando las circunstancias favorables que le brinda la ley. Yo le haría un seguimiento en toda regla para ver que oculta, después una buena denuncia con pruebas probatorias y a tomar por C... de casa y de su vida de pareja obligada. Y que busque curro, que es lo que toca.
ResponderEliminarUn abrazo, amiga.
Si, yo también creo que la mujer debería contratar un detective que demuestre que el hombre no está tan necesitado como hace creer, aunque un detective tampoco debe de ser barato y no sé cuál es la situación económica de la mujer.
EliminarUn beso.
¡Hola, Rosa!
ResponderEliminarMadre mía, la situación no pinta nada bien. Definitivamente compartir piso con tu ex pareja es una pésima idea, yo lo veo antinatural, ja, ja, ja. La convivencia es un drama y los roces seguro irán a más y al final uno de los dos terminará buscando una habitación de alquiler... y sinceramente espero que sea él, el que salga en volandas del piso. Debemos hacerle la vida de cuadritos a ese capullo. Ja, ja, ja.
Un micro genial, has conseguido poner a volar la imaginación de todos nosotros 👏🏻
Un beso.
Pinta mal, pinta muy mal. Por lo menos quiero imaginar que no ha habido maltrato porque entonces sí que el juez lo habría mandado a cualquier sitio menos a la casa con la mujer. Pero sí, esperemos que se vaya pronto y que ella pueda disfrutar de su piso de renta antigua, un lujo ya muy escaso.
EliminarUn beso.
Hola Rosa, me gusta cómo has abordado el tema del reto. A mí una vez me tocó un "acuerdo" parecido, solo que mi contraparte no era nefasto en absoluto. Hasta creo que lo llevamos bien. Pero puedo pensar que hay casos donde verdaderamente sea un problema. Convivir con alguien que diariamente se desquite haciendo pequeños actos terroristas domésticos, haciéndote la vida difícil, tener que aguantar su presencia, debe ser terrible. El desamor armado con bombas, diría yo. Me gustó tu relato. Saludos.
ResponderEliminarSi no hay agravios excesivos en la separación se puede llevar bien, más o menos, pero cuando ha habido sucesos que han creado resentimientos y encima el personaje se dedica a boicotear la convivencia con una finalidad espuria, ya la cosa se pone dura.
EliminarUn beso.
Hola Rosa, ufff, un relato que muestra lo difícil que es una convivencia de este tipo, que por desgracia debido a la economía está viviendo muchas parejas. Excelente relato, me encantó. Un abrazo
ResponderEliminarLa economía hace que muchas parejas se planteen la separación por imposibilidad de afrontar los gastos que supone. Y uno de esos gastos más gravosos es el alquiler. No me extraña que la mujer se agarre a su renta antigua y el hombre se la quiera quitar del medio para aprovecharse él de tal bicoca.
EliminarUn abrazo.
¡Hola, Rosa! Qué buena idea has tenido para el reto. Eso de que dos divorciados compartan el mismo techo es sin duda una situación muy, pero que muy chunga... aunque, por qué no, también puede dar lugar un nuevo reencuentro. En este micro, por ejemplo, has acertado de pleno con el narrador subjetivo. De esa forma, el lector puede interpretar que el tipo se está vengando o todo lo contrario. Que el problema es que ella está todo el día pendiente de él. Sin duda que es una situación que se puede estirar. Qué pasará el día en el que uno de los dos encuentre de nuevo el amor, cómo será cuando uno escuche al otro yacer con otra pareja... Bueno, ya me has hecho dispararme con la historia, ja, ja, ja... Un abrazo!
ResponderEliminarLo bueno de la limitación a doscientas cincuenta palabras es que hay que ser muy conciso y no irse por las ramas lo que da lugar a que queden cosas a la imaginación del lector (y del escritor, ja, ja). La verdad es que no se me había ocurrido, pero sí que se puede interpretar como que la mujer está obsesionada con el hombre y ve más de lo que hay. Es una interpretación muy válida.
EliminarLo del reencuentro lo veo difícil. Una vez has decidido separarte, ese reencuentro no es fácil. Se da a veces, pero pocas. Y sobre todo cuando una parte le hace la vida imposible a la otra se vuelve totalmente imposible. Sí que podría continuar con un buen asesinato... no sabemos por parte de quién.
Un beso.
Narras muy bien una situación triste e incómoda de dos seres que deberían estarn bien lejos el uno del otro. Da la sensación de que el hombre sólo quiere vengarse, pues aunque esté en paro, no le faltan recursos económicos. Quizá la ama aun de un modo posesivo y ha decidido que si no le corresponde, al menos la obliga a pensar en él cada día, aunque sea odiándolo.
ResponderEliminarDa mucho que pensar... Ha sido bueno que nos dejes estrujarnos los sesos porque es... como la realidad misma.
Un abrazo!
Como le digo a David, hay interpretaciones que a mí no se me han ocurrido. Sí que da para pensar. me alegro de haberlo conseguido porque no me gustan esos autores que lo dejan todo tan claro que parece que toman al lector por idiota.
EliminarUn abrazo.