"La sombra del cardo" Aki Shimazaki.
Tras los quintetos de Aki Shimazaki, El quinteto de Nagasaki y El corazón de Yamato, acaba de publicarse en español la quinta entrega del nuevo quinteto, La sombra del cardo (no sé si cuando se publique en español se mantendrá el título, pero así lo ha titulado la autora en francés: L'ombre du chardon).
No sé cuándo saldrán las cinco novelas en un solo volumen. El quinteto de Nagasaki tardó catorce años, al menos en España, y El corazón de Yamato, seis. Previendo que se tarden varios años, en el Debate a tres de Los libros de Mava, Marian lee más libros y Cuéntame una historia hemos decidido leer los cinco libros uno tras otro (pinchando en los nombres de sus blogs encontraréis sus reseñas de estas novelas).
"Azami, el club de Mitsuko"
Azami es el nombre de la flor del cardo. Y es también el nombre que recibe la joven Mitsuko en su faceta de chica de alterne.
«—Aquí la llaman Azami.
—¡Azami!
Me quedo estupefacto. Yo llamaba así a Mitsuko en mi diario íntimo. "¡Qué coincidencia!". Repito en mi cabeza: "Azami…". Al instante me viene a la mente la nana de mi abuela: "… ¿Con quién sueñas? Ven, ven a mí. Me llamo Azami. Soy la flor que mece la noche"».
El narrador y protagonista de Azami es Mitsuo. Él, Mitsuko y Gorô fueron compañeros en la escuela primaria. Gorô y Mitsuo se acaban de encontrar en Nagoya. No eran muy amigos en la escuela y será Gorô el artífice del encuentro entre Mitsuo y Mitsuko. Él había estado enamorado de Mitsuko en la escuela, pero ella solo permaneció un año. Después desapareció y no había vuelto a saber de ella. Encontrarla como chica de alterne y saber que también ha ejercido la prostitución, sorprende mucho a Mitsuo.
Pero hay más personajes. También conoceremos a la mujer de Mitsuo, Atsuko, y a sus dos hijos. Sabremos de los problemas que aquejan al matrimonio y de los deseos de Atsuko de dedicarse a la granja que ha heredado de su padre. Allí pasa Atsuko parte de las vacaciones y los fines de semana con los dos hijos del matrimonio, de siete y cuatro años (insisto en los años de los niños porque serán dato importante para situar la acción en las sucesivas novelas del quinteto). Sabremos también de Tarô, el hijo de cuatro años de Mitsuko, al que nunca se ve, pero cuya presencia es constante en la vida de la mujer. «Todavía no he tenido ocasión de conocer a Tarô, su hijo de cuatro años, que duerme en la habitación contigua al despacho. Ella tampoco conoce mi vida».
Así habla Mitsuo porque Mitsuo y Mitsuko comenzarán una relación y verán de esa manera realizado el amor de su infancia. A dónde llevará esa relación a los distintos personajes lo dejo para los posibles lectores.
"Hozûki, la librería de Mitsuko"
No entiendo muy bien por qué esta novela se publicó en 2017, mucho antes que el resto del quinteto que lo ha hecho en 2023 y 2024. De hecho ya había leído Hôzuki de la que dejé reseña en el blog. La editó también Nórdica y la traducción fue asimismo de Íñigo Jaúregui. He vuelto a leer la novela en la nueva edición de Nórdica y a cargo del mismo traductor y creo que ambas ediciones son idénticas, aunque confieso que tampoco me he puesto a compararlas.
Han pasado dos años desde Azami. Ahora los protagonistas son Mitsuko y Tarô. Ella ha comprado una librería de lance y vive de vender libros viejos, pero especiales y caros. Él es un niño mestizo y sordomudo.
La librería se llama Kitô, y casi todo el mundo cree que el nombre significa oración, pero en realidad significa hôzuki, el fruto del Physalis. A eso es a lo que se quiso referir Mitsuko al darle nombre. En mi reseña anterior de esta novela escribí: «Los tipos de escritura japoneses son algo que se me escapa y aunque está bien explicado, yo no puedo hacerme a la idea. No puedo distinguir entre hiragana (escritura silábica japonesa) y kanji (ideogramas chinos), ni soy capaz de entender que una misma palabra se pueda escribir con diferentes ideogramas o con diferentes sílabas y significar distintas cosas. El caso es que el significado oculto del nombre de la librería, el que su dueña no ha confesado a nadie, es hôzuki».
Mitsuko tiene un sueño recurrente «corro en la nieve estrechando a un bebé entre los brazos. Es un recién nacido y está envuelto en una manta beige. Su manita sostiene firmemente un tallo de hôzuki con dos frutos».
La visita de la señora Sato, en busca de unos libros para su marido, y de su hija Hanako de cuatro años, dos menos que Tarô, alterará la vida de ambos. La señora Sato quiere trabar amistad con Mitsuko, cosa a la que ésta no está dispuesta. No sucede lo mismo con los niños que se hacen muy amigos y se disgustarán mucho cuando Hanako y su madre se vayan a Alemania a reunirse con el señor Sato que trabaja allí en el cuerpo diplomático.
Pero antes de irse la señora Sato le hará una revelación sorprendente y turbadora a Mitsuko y así descubriremos también el secreto que ésta guarda.
"Suisen, el gato de Gorô"
Como ya podemos deducir por el título, aquí el protagonismo recae sobre Gorô, personaje que tuvo su importancia en el primer volumen y que tan solo fue mencionado de pasada en el segundo. Gorô es además el narrador. De nuevo se nos sitúa en el tiempo relativo a las otras novelas mediante las edades de sus hijos y deducimos que han pasado quince años desde Azami y unos trece desde Hözuki.
Gorô es un personaje del que ya habíamos vislumbrado una faceta turbia en Azami, pero ahora se va a mostrar ante nosotros como un ser... bastante despreciable. Nos contará su infancia de abandono y postergación, pero jamás llegaremos a justificar con ella su vida adulta de persona vanidosa, prepotente, machista, autoritario, manipulador y un tanto siniestro en tanto en cuanto interviene en las vidas ajenas sin importarle los destrozos que pueda provocar en ellas.
«Soy sensible a la belleza. En este momento, aparte de la actriz Yuri, tengo otra amante, O., una viuda. Acostumbro verme con dos, por lo menos. No siento remordimientos. Es la prerrogativa de los hombres viriles y poderosos, y hay que aprovecharse. Necesito amantes para que nuestro matrimonio permanezca estable».
No sabemos si lo que le va a suceder se debe al gato negro que desde hace unos días se encuentra con frecuencia o si es que la vida tiende a gastar estas bromas pesadas, pero el caso es que Gorô se encontrará en una situación en la que jamás hubiera pensado poder llegar a estar.
Por cierto, suisen no es gato (aunque un gato pueda terminar llamándose así), sino narciso. Unos narcisos muy presentes en toda la novela, el dibujo de una corbata que Sayoko, una de sus novias de juventud, le regaló a Gorô en la víspera de su boda con la que aún es su esposa y cuyo nombre, salvo despiste mío, no se menciona.
"Fuki-No-Tô, la granja de Atsuko"
Con la cuarta entrega de la sombra del cardo retrocedemos unos años respecto a Gorô. Otra vez las edades de los hijos nos lo indican. Han pasado seis años desde Azami; cuatro, desde Hôzuki, aún quedan ocho para llegar a Suisen.
De nuevo el protagonismo recae en Mitsuo y su familia, aunque en este caso es su esposa, Atsuko, quien nos lo cuenta todo. Ella ha hecho prosperar la granja que heredó de su padre y se dedica a ella a tiempo completo. Surte de vegetales a los restaurantes y tiendas de los alrededores y le va muy bien. Sobre todo le piden fuki, petasita, una planta muy apreciada en la época en que brotan los tallos
Mitsuo ha abierto su propia revista, a la que ha llamado Azami, en la ciudad de M., aunque la familia vive en U., donde se sitúa la granja. Atsuko se encarga además de la granja y de su contabilidad y administración, de la casa y la familia. Demasiado trabajo que hace que vea la necesidad de contratar una ayudante. La candidata que finalmente resultará elegida, Fukiko, es una antigua amiga de la época del instituto.
«Las dos íbamos a institutos diferentes, el suyo privado y el mío público. Las dos escuelas estaban situadas en el mismo barrio de una ciudad dormitorio de Nagoya. Yo iba desde mi ciudad en autobús y en tren. Nos intercambiábamos mensajes escritos en un cuaderno común. Esto duró un año, hasta el final de la escuela [...] En el cuaderno, cada una anotaba sus pensamientos sobre la vida y la filosofía, comentarios sobre una película o un libro. Y sobre todo sus sentimientos hacia la otra».
La presencia constante de Fukiko en la vida de Atsuko pondrá patas arriba la estabilidad de la familia.
"Maïmaï, el caracol de Tarô"
Esta es la parte más adelantada en el tiempo. La protagoniza Tarô, el hijo de Mitsuko que en Azami tenía cuatro años, cumplió siete en Hôzuki, y ahora ya tiene veintiséis. Vive por su cuenta, se dedica a la pintura y tiene una novia, Mina, con la que no es que lo tenga muy claro. Mina ni siquiera es capaz de tomarse la molestia de aprender la lengua de signos para poder comunicarse con Tarô. «Llevamos seis meses saliendo. Ella tiene veinticuatro años, dos menos que yo. Me gusta mucho, pero no puedo imaginar un futuro en pareja, casados o no. Sean cuales sean sus intenciones, debo hablarle con franqueza de mis sentimientos».
Pero un suceso mucho más importante vendrá a sustituir en la cabeza de Tarô el asunto de su noviazgo con Mina. Aunque se menciona en las primeras páginas de Maïmaï, no quiero destripar algo que sucede al final del quinteto. Solo diré que tras casi veinte años, Tarô y Hanako vuelven a encontrarse. Hanako luce una joya, «un pequeño broche con forma de caracol» que Mitsuko le había regalado cuando se conocieron los cuatro en aquella época. Pero hay más referencias al caracol porque a Tarô siempre le recuerda una canción que le cantaba su madre de niño y es uno de los motivos recurrentes de su pintura. «Estoy de pie delante de la ventana y observo la acuarela que acabo de terminar. Un caracol se arrastra sobre una hoja de fisalis. Con los tentáculos extendidos, se dirige hacia el tallo, del que cuelgan frutos de cáscara verde».
Ese encuentro entre los dos jóvenes reavivará el secreto que la señora Sato le reveló a Mitsuko en Hôzuki. También Tarô descubrirá los secretos que su madre le ha ocultado durante toda su vida. El final de Maïmaï, que es también el final de La sombra del cardo, me ha parecido inigualable. Pocas maneras había de terminarlo mejor. Y en ese final tiene mucho que ver la canción que Mitsuko le cantaba a Tarô de pequeño.
«Maïmaï, maïmaï,
¿a dónde vas tan trabajosamente?
¿Qué acarreas en tu casa, tan grande?
¿Un pesar o una carga, o bien ambos?
Ah, no te queda otra que avanzar, como la vida.
Ánimo, maïmaï. ¡Adiós!»
Así como en los dos quintetos anteriores siempre supimos en qué año transcurría la acción pues la autora se encargaba de dar pistas para ello, La sombra del cardo es una obra atemporal. Sabemos el tiempo que pasa entre una novela y otra, sabemos cuál sucede antes y cuál, después, y sabemos el tiempo transcurrido entre todas ellas, pero no sabemos en qué momento, en qué año, tienen lugar. Sabemos que es en momentos actuales o cercanos a la actualidad por la forma de vida y la tecnología que se mencionan. Tal vez lo que la autora ha querido que impere son los sentimientos, las relaciones entre las personas independientemente del momento en que suceden.
Como en los quintetos anteriores, cada libro puede ser independiente, pero se mezclan personajes y episodios y, en conjunto, terminan conformando una única historia que se cierra (o se completa) tras leer los cinco libros. Y también como en los quintetos anteriores, sospecho (pero no lo he comprobado) que da igual el orden en que se lean porque la historia resultará la misma.
Título del libro: La sombra del cardo
Autora: Aki Shimazaki
Nacionalidad: Canadá (Origen japonés)
Título original: L'ombre du chardon (Azami, Hôzuki, Suisen, Fuki-No-Tô, Maïmaï)
Nacionalidad: Canadá (Origen japonés)
Título original: L'ombre du chardon (Azami, Hôzuki, Suisen, Fuki-No-Tô, Maïmaï)
Traducción: Íñigo Jáuregui
Editorial: Nórdica
Año de publicación: 2023, 2017, 2023, 2024, 2024
Año de publicación original: 2014, 2015, 2016, 2017, 2018
Nº de páginas: 176, 112, 144, 144, 188.
Me encantó El corazón de Yamato y tras leer tu reseña sé que también me va a gustar este último quinteto. Me echa un poco para atrás comprobar que las cinco novelas unidas en un volumen, La sombra del cardo, suman 764 páginas. pero bueno es tal la belleza de la literatura de esta escritora que todo es poco y que casi mejor que su libro dure y dure porque así será uno más feliz durante más tiempo.
ResponderEliminarUn beso
Te diré que de los tres quintetos de Aki Shimazaki leídos, El corazón de Yamato es el que "menos" me ha gustado. Y pongo menos entre comillas porque me gustó mucho. De hecho, me enganchó a la autora, pero El quinteto de Nagasaki y La sombra del cardo me han gustado más. Puede ser solo una opinión personal que no tenga nada que ver con la calidad de las obras, pero sea como sea, lo dejo apuntado para que os hagáis una idea.
EliminarTe aseguro que no se notan para nada las más de setecientas páginas. Te pones a leer y cada libro te dura dos tardes cortas.
Un beso.
¡Querida Rosa!
ResponderEliminarya sabes que te estoy muy agradecida por la ocurrencia que tuviste al proponernos esta lectura para nuestro Debate, fue acertadísima. Por mí misma, estoy segura, no la habría elegido más que nada por el hecho de ser 5, por esa pereza absurda que a veces tenemos los lectores y que cuando la superamos, la mayoría de las veces agradecemos.
Con el quinteto, ha sido acabar uno de los libros y ya estar deseando seguir con el siguiente, y el final como a ti me ha gustado mucho, me ha parecido también el mejor posible, una maravilla...
Tengo claro que yo con la autora voy a repetir, creo que em animaré a leer otro de sus quintetos, porque como te dice Juan Carlos, aunque juntas sumen sus páginas, pues el disfrute dura más y no hay que andar pensando que se va a leer después
Ha sido un verdadero placer leerlo juntas, las tres
Un beso.
Los otros quintetos, al estar en un solo volumen, se nota menos el número de páginas, además de que tienen menos. El quinteto de Nagasaki tiene 448 y El corazón de Yamato, 528. Son muy asequibles y como la lectura de cada parte te arrastra hacia la siguiente es que se leen sin sentir. Bueno, sin sentir no porque se leen disfrutando muchísimo, lo cual es un gran sentimiento.
EliminarLas perezas son muy tontas la verdad. Con toda la que me daba a mí la literatura japonesa, en poco tiempo he leído a Murakami a Yoko Ogawa y a Aki Shimazaki y los tres me han encantado.
Leerlo y comentarlo en ese Debate a tres ha sido fabuloso. Todo un disfrute.
Un beso.
¡Hola, Rosa!
ResponderEliminarGenial tu sugerencia de lectura para nuestro "Debate a tres", me ha fascinado un montón y la verdad es que esta historia se presta para compartirla, hablar de los distintos personajes, de sus vidas y de sus secretos inconfesables. Cinco novelas maravillosas que las tres hemos disfrutado a plenitud.
Te cuento que Aki Shimazaki me ha atrapado, seguiré con los otros quintetos, da gusto leerla, su escritura ligera y fresca mola un montón.
La reseña te ha quedado muy bien, completa, detallada y magníficamente ilustrada 👏🏻
Ha sido todo un gusto leerte. Pues, a seguir debatiendo lecturas tan maravillosas como estas ;)
Un beso.
La verdad es que cuando la propuse sabía que nos iba a gustar a las tres. Habiendo leído los otros dos quintetos, e incluso la segunda parte de este, sabía que iba a ser una experiencia tan grata como lo habían sido El corazón de Yamato y El quinteto de Nagasaki. No me equivoqué y el hecho de comentarlo en el Debate a tres le ha dotado a la lectura de un placer añadido por lo interesante de las reflexiones compartidas.
EliminarA ver qué debatimos a continuación.
Un beso.
Hola, Rosa. Parece una historia preciosa, emocional y contada con esa delicadeza tan propia de la literatura oriental. Me ha gustado muchísimo tu reseña. Cuesta un poco decidirse por novelas que forman parte de una serie tan larga pero les haré un hueco en algún momento porque sé que me van a gustar. Un beso y mil gracias por el descubrimiento.
ResponderEliminarEn cuanto empiezas a leer no puedes parar y vas de un libro al siguiente casi sin darte cuenta. Seguro que cuando lo saquen en un solo volumen (cosa que harán antes o después) las páginas son menos que las más de setecientas (las ha contado Juan Carlos) que suman estos cinco libros. Estoy segura de que lo vas a disfrutar muchísimo, este o cualquiera de los otros dos quintetos.
EliminarUn beso.
Hola, Rosa.
ResponderEliminarHistorias cotidianas, la vida en sí misma. Problemas, anhelos, todos nos podemos sentir reflejados. Yo tampoco me hago a la idea que tenga varios significados, pero se percibe como algo harmonioso. Sobre el personaje de Gorô, es cierto, siempre hay razones para que uno sea como es, pero no todo vale, y menos se justifica. La vida es circular en el camino nos reencontramos más de una vez con aquellas personas que en algún momento nos despedimos.
Estupenda y melódica reseña.
Un beso.
La verdad es que los quintetos de Aki Shimazaki narran la vida tal y como es. Los años pasan, los personajes evolucionan, avanzan, les pasan cosas... Es eso lo que atrapa de ella. Las cosas que cuenta, salvo algún detalle concreto, no son espectaculares, pero en toda vida hay hechos más o menos notables que marcan un antes y un después. La autora los mezcla con la vida cotidiana y nos ofrece una obra magistral.
EliminarUn beso.
Acabo de leer la reseña de Marian y ahora leo la tuya y me voy convencídisima de que tengo que leer estas novelas. Además, ya disfruté hace unos años de Hōzuki, la librería de Mitsuko, pero no tenía ni idea de que formara parte de una serie. No me entero de "ná".
ResponderEliminarBesotes!!!