"Hôzuki, la librería de Mitsuko" Aki Shimazaki.

La librería de Mitsuko se llama Kitô. No es su apellido como la gente suele creer y tampoco significa oración (rezo) como también se puede interpretar. Los tipos de escritura japoneses son algo que se me escapa y aunque está bien explicado, yo no puedo hacerme a la idea. No puedo distinguir entre hiragana (escritura silábica japonesa) y kanji (ideogramas chinos), ni soy capaz de entender que una misma palabra se pueda escribir con diferentes ideogramas o con diferentes sílabas y significar distintas cosas. El caso es que el significado oculto del nombre de la librería, el que su dueña no ha confesado a nadie, es hôzuki y es que en sus sueños o más bien en sus ensoñaciones hay una visión recurrente relacionada con la nieve. "Sigue nevando [...] corro en la nieve estrechando a un bebé entre los brazos. Es un recién nacido y está envuelto en una manta beige. Su manita sostiene firmemente un tallo de hôzuki con dos frutos"

Indago y descubro que el nombre de hôzuki corresponde a la planta perteneciente al género Physalis y entiendo la belleza que se esconde tras ese nombre y esas ensoñaciones. Y además recuerdo que ya lo sabía aunque lo había olvidado. Lo sabía de otra reseña de esta novela leída hace meses y que es la que me hizo apuntar este libro.

Vistas del fruto de distintas especies del género Physalishôzuki.

Mitsuko vive tranquilamente con su madre y su hijo en la vivienda que hay sobre la librería de lance en la que vende libros de Filosofía e Historia. Mitsuko compagina con su madre el cuidado de su hijo Tarô que es sordomudo. En la librería, solo descansa los lunes. Los viernes por la noche, además, complementa con un trabajo extra que le proporciona los ingresos necesarios para el colegio especial al que asiste Tarô, aunque no solo trabaja por dinero los viernes. "Gano más de cien mil yenes por noche, más de cuatrocientos mil yenes al mes. Estos ingresos son muy importantes para pagar el préstamo hipotecario y el colegio de mi hijo [...] Aquí aprovecho para hablar con clientes interesantes porque necesito estímulos intelectuales". Y es que Mitsuko, a pesar de no tener estudios tiene enormes ansias de saber y ha leído una buena porción de los libros que exhibe en su librería.

Mitsuko ha tenido muchos amantes, pero el más importante fue Shôji. Él fue quien le puso Sócrates al gato que aún acompaña a Mitsuko a pasear por la orilla del río. "Shôji hacía un posdoctorado en Filosofía. Lo conocí en una librería de lance donde estaba empleada. [...] Siempre que iba, charlaba con mi jefe, un viejo sabio. Una vez, estando éste ausente, Shôji me hizo algunas preguntas sobre un libro de filosofía. Yo lo había leído y le di mi opinión". Su último amante, el señor K., fue el que le consiguió el trabajo de los viernes.

La vida tranquila y previsible de Mitsuko con su hijo y con su madre se verá alterada con la llegada, el día de la primera nevada, de la señora Sato y su hija Hanako, un poco más pequeña que Tarô. Entre ambos niños se establece una curiosa relación de entendimiento dado el problema del niño.

Poco a poco, y a pesar de Mitsuko que se muestra recelosa y poco comunicativa, la amistad de los niños hará que las madres también lleguen si no a intimar sí a pasar muchos momentos juntas. Mientras la relación de las dos mujeres avanza hacia una revelación inesperada, Mitsuko nos va contando su pasado y todo lo referente al nacimiento de Tarô. 

Se conforma esta historia con la vida de tres mujeres. Mitsuko, su madre y la señora Sato tienen muchas cosas escondidas. En la vida de estas tres mujeres los secretos forman una parte importante del pasado. Unos secretos que se irán descubriendo gracias a o a pesar de sus protagonistas.

Aki Shimazaki

No sé si ha terminado de convencerme esta historia a pesar de estar escrita de una forma muy hermosa, acorde casi con el delicado fruto del hôzuki; a pesar de transmitir sensaciones y sentimientos precisos y muy humanos; a pesar de la filosofía que esconde y de Sócrates, el gato de Mitsuko. A pesar de todo ello, algo se me ha descolocado porque el final se sustenta en una casualidad tan increíble que solo la vida real se puede permitir. Pero no estamos ante la vida real sino ante una novela, y no tengo claro ( de verdad, no lo tengo claro) si se le debe pedir más verosimilitud a la ficción que a la propia vida o si hay que admitir lo increíble que a veces resulta lo real y hacer con ello literatura. Hay cosas que con novelas como esta se me descolocan del todo. Sobre todo cuando me encuentro con diálogos como este con el que quiero terminar esta entrada.
"—¿El budismo es una religión o una filosofía? —pregunto.
—Es una religión —responde.
—Pero no tiene dios.
Se echa a reír.
—Mitsuko, ¿sabes cuál es el fin de las religiones? Liberar del dolor de la vida y la muerte. El budismo no es una excepción. En lo que se diferencia de otras religiones es en que los budistas tratan de alcanzar el despertar por sí mismos, mientras que los monoteístas cuentan con su dios para llegar al paraíso.
—Entonces, ¿cuál es el fin de la filosofía?
—Preguntarse cómo vivir hasta la muerte, por qué hemos nacido en este mundo, sobre todo comprender qué significa el mundo.
Le pincho.
—¿Por qué complicarse tanto?
—Entonces, dime qué piensas tú.
—La diferencia es simple. La religión consiste en creer y la filosofía, en dudar".

Título del libro: Hôzuki, la librería de Mitsuko
Autora: Aki Shimazaki
Nacionalidad: Canadá (nacida en Japón))
Título original: Hôzuki
Traducción: Íñigo Jáuregui
Editorial: Nórdica
Año de publicación: 2017
Año de publicación original: 2015
Nº de páginas: 128


Comentarios

  1. Yo también apunté este título después de verlo en otro blog. Me llamó mucho la atención, la verdad, aunque me he quedado un poco chafada con el final de tu reseña, jeje. Por el momento lo mantengo en la lista y a ver qué me transmite cuando lo vea en persona. :)

    Besos!

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    1. Es que las novelas tan cortas, si no son muy contundentes se me quedan demasiado inconsistentes. Y luego a las novelas orientales a veces me da la impresión de que se les va mucho en la forma y el contenido queda flojo. Y además, ese final que para mucha gente será una de las virtudes de la novela me ha parecido que era demasiado... demasiado. No se puede destripar.
      Si lo lees me gustará saber tu opinión.
      Un beso.

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  2. Hola.
    Lo primero, en mi finca tengo unos frutos muy parecidos, lichis, que no sé ni como irán con esto del confinamiento, ainnnns, qué desastre todo.

    Me gusta todo lo que cuentas excepto lo del final. Yo misma he pasado una situación de esas en las que en una novela parecerían demasiadas casualidades, por eso me pasa un poco como a ti, pido una verosimilitud que quizás en la vida no habría.
    Me gusta mucho que la protagonista sepa tanto aunque no tenga estudios, me recuerda a mis abuelas, que ahora pasarían de los 100 años, que leían y sabían mucho aunque solo habían ido a la escuela lo justo paa aprender a leer, escribir y hacer operaciones matemáticas básicas. Según mis padres, ella eran casi analfabetas pero no eran ignorantes.

    Y mi abuela tenía una hermana sordomuda que crió ella al quedarse huérfana de niña, por lo que en cierto modo este caso también me recuerda a ella. En plenos años 30 y 40 la enviaron a una escuela especial para aprender la lengua de signos, y eso no era barato precisamente, que la posguerra trajo mucha pobreza.

    Tomo nota a pesar de ese final.
    Muy feliz semana.

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    1. Los lichis que yo conozco no tiene nada que ver. El fruto es rojo y rugoso y carece de esa cápsula que tienen los de Physalis.
      Ese final que a mí me ha resultado excesivo es para muchos lectores lo bueno de la novela que tiene un éxito rotundo. A mí me ha parecido que distorsiona el ritmo y el tono general de la historia, pero es mi opinión.
      Mi bisabuela que murió con más de noventa años en 1979 leía el periódico sin gafas y jamás fue a la escuela. No sé dónde aprendería a leer y seguro que me lo contó cuando era pequeña, pero no consigo recordar.
      Esta es una novela ligera que se lee en un par de horas y tiene aspectos positivos. Yo la leí muy a gusto y sin ese final me hubiera gustado mucho más, pero ya te digo que es mi opinión y a casi todo el mundo le ha gustado sin objeciones.
      Un beso.

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    2. Los que yo tengo son casi iguales, con una cápsula igualita. Te deo un link deun post donde los saqué, aunque el color es terrible, lo siento, fue hace mucho con un móvil malo, pero es un color transparente como el de tu foto. https://saldelapuro.blogspot.com/2016/02/diy-lavadora.html
      Me declaro muy fan de tu bisabuela.
      Feliz tarde.

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    3. Esos de tu foto sí son Physalis, pero entonces no son lichis. Si pones en Google lichis y das a imágenes, verás que son muy distintos.
      Esos tuyos son preciosos.
      Un beso.

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    4. ¡Gracias! Pues nosotros no sabíamos lo que eran porque el arbol fue un regalo de alguien a quien se lo habían regalado y los llevé a una frutería que los vendían como lichis y que son conocidos nuestros, para que nos audaran, y nos dijeron que si eran lichis. LLevamos años llamándolos mal, y los de la frutería también, jejejeej.

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    5. Igual aquí en España es a ese a lo que se llama lichis, pero bueno, sea como sea, son preciosos.

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  3. Creo que no será de los que engrosen mi lista de libros. No me acaban de convencer ni los chinos ni los japoneses con sus historias. En su momento les di una oportunidad a algunos de ellos y aunque su manera de escribir se podría decir que es delicada y hasta poética, la sustancia no me convence. Quizá de los que he leído Ryū Murakami sea el que más me convenza.
    Un beso de lunes.

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    1. No conozco a ese Murakami ni lo he leído, pero al otro, a Haruki Murakami es de los escritores orientales que más he leído. Yo tampoco soy muy aficionada a la literatura oriental. Es como demasiado simbólica y metafórica. Como digo más arriba, me da la sensación de que son demasiado poéticos, como dices, más formas que fondo como digo más arriba, pero puede ser también que yo no los entienda. Esta novela es hermosa en su delicadeza y en su lenguaje y la historia es buena, pero ese final...
      Un beso.

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  4. Hola, Rosa.

    Las sensaciones al leer tu reseña me llevan a pensar que es un libro muy bien escrito pero que tampoco aporta nada muy especial para hacerlo atractivo. También me ha llamado la atención como una novela de 128 páginas no haya conseguido la potencia necesaria.

    Un beso y buena semana.

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    1. Te advierto que ha gustado muchísimo y que casi todas las opiniones son muy favorables. para mí es una de esas novelas muy cortas, muy bien escritas, con mucho gusto y con una historia bonita, pero que quieren ganar casi todo su mérito con un final muy sorprendente y ahí es donde me ha hecho surgir muchas suspicacias. Porque además me parece que el tono de la novela no llevaba por ahí, sino por una historia sencilla, sin muchas alaracas, pero, para mi gusto, más valiosa.
      Un beso.

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  5. ¿Buenos dias, qué tal? Soy brasileño y estoy buscando nuevos seguidores para mi blog. Yo también puedo seguirte. https://viagenspelobrasilerio.blogspot.com/?m=1

    Si me sigues, envía el enlace a mi blog y te seguiré de vuelta.

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  6. La palabra que se me viene a la cabeza para definir esta novela es "delicadeza", no sé por qué. Quizás porque es una historia muy humana, quizás porque los protagonistas son mujeres y niños, quizás porque tengo en la cabeza ciertos rituales japoneses que los son, delicados quiero decir. No sé. Pero el caso es que, a pesar de las posibles objeciones al final, creo que me gustaría mucho. Me apunto el título aunque no sé si llegaré a leerle dado que mi lista de pendientes no deja de crecer a ritmo vertiginoso...

    Por cierto, las fotos del fruto, absolutamente preciosas :))

    ¡Un beso grande, Rosa!

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    1. Sí, esa es la palabra. Una historia delicada contada con mucha delicadeza, con la poesía que caracteriza la literatura oriental y, en especial, la japonesa (aunque la autora sea de nacionalidad canadiense y lleve años viviendo en Canadá).
      A mí me ha gustado, a pesar de las objeciones que le pongo. Puede que me hubiera gustado más con otro final, pero aun así no puedo desaconsejarla.
      Esta novela es de las que no importa mucho que haga crecer la lista porque se lee en un par de horas.
      Un beso.

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  7. No me llama la atención así que lo dejo pasar.
    Probé un día el physalis ese y no me gustó nada jajaja.
    Besotes.

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    1. Yo no sé si lo he probado. Si es lo que aquí llaman lichis, como hemos comentado más arriba con Marigem, los he probado en conserva y tampoco me han dicho mucho.
      Un beso.

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  8. Leí hace poco una reseña de este mismo libro que nos traes, creo que en casa de Margalida (Libros, excursiones, exposiciones...) si no recuerdo mal, y coincidía contigo en señalar que la narración era bellísima y que era una lectura que aportaba mucha paz. Aunque veo que a ti te ha faltado algo para convencerte del todo... Besos.

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    1. Más que faltarme, me ha sobrado un final sorprendente, toda una vuelta de tuerca inesperada que si en otro tipo de novelas es un acierto, en esta creo que rompe con el tono y que está de más, pero desde luego la forma de escribir es muy hermosa y se lee muy a gusto.
      Un beso.

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  9. Hola Rosa, yo también tengo esta novela apuntada por una reseña. A mi suele gustarme la literatura oriental, principalmente la japonesa que es la que más he leído, aunque supongo que por cuestiones culturales algo siempre se nos escapa. Pero suelen dejarme con una agradable sensación y mucho en lo que pensar.
    En cuanto al Phisalys, a mi me encanta tanto solo como en Ensalada, mi tía lo cultiva en su huerta y me parece una delicia. Besinos.

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    1. Pues te gustará esta novela. A mí no me ha disgustado del todo y eso que yo no soy de mucha literatura oriental. Esta es toda ella muy agradable. Lo es la historia y lo es la forma en que esta escrita. Tan solo ese final...
      Por cierto, ¿sabéis tú o tu tía si el Physalis es lo que aquí se llama lichi? Tenemos por ahí arriba Marigem y yo una duda que no hemos solventado.
      Un beso.

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  10. Lo que más me ha gustado de esta reseña son esos diálogos finales. Cuando leo cosas así, me da la impresión de que en cada japonés habita un filósofo, je,je.
    Obras (novelas) japonesas solo he leido dos, y ambas del afamado, casi idolatrado, Murakami y quedé muy decepcionado, no sé si porque no conecto con la forma de escribir de este autor o con la literatura japonesa en general. Sé que es disparatado generalizar de este modo por dos novelas leídas de un mismo autor, que, si no estoy equivocado, es bastante controvetido. Te gusta o no te gusta. No hay término medio.
    Pero en lo referente a esta novela que nos presentas, sí que se me antoja fácil de leer y comprender, a diferencia de Murakami, pero quiza resulte un pelín insulsa y lenta en su transcurrir. Y si, además, tiene un final desoncertante en cuanto a su credibilidad, puede llegar a ser decepcionante por su falta de realismo. Pero creo que ya estamos acostumbrados a finales irreales, por lo menos en el cine. Quizá aquí le pegue aquello de "irreal como la vida misma", ja,ja,ja.
    Un beso.

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    1. Tampoco soy yo entusiasta de la literatura oriental, pero curiosamente a Murakami es al que más he leído. Es cierto que resulta a veces un tanto críptico, pero a mí me arrastra sin remedio. Prefiero sus novelas largas a sus cuentos, aunque estos son también fascinantes.
      Esta novela es todo lo contrario, como ya intuyes. Es fácil de leer y de comprender y ese final un tanto inverosímil por la casualidad en la que se basa no lo sería tanto de haber tenido la novela otro tono que preparara para él.
      Pero bueno, las sensaciones que cada uno obtiene de la lectura de un libro son muy personales y la novela ha causado verdadero entusiasmo y, así como con otras no, con esta lo entiendo porque es muy bella, está muy bien escrita y tiene diálogos como ese del final que son fantásticos.
      Un beso.

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  11. Puede que esa inverosimilitud no sea tal, ten en cuenta que los japoneses son raros y les pueden pasar cosas que a los demás nos parecen extrañas o irreales.
    Fuera bromas, yo tampoco tengo claro cuánta verosimilitud se le puede pedir a una novela de ficción, pero creo que si no es de fantasía o de ciencia ficción debe ajustarse a lo probable, pero es que la vida es ante todo asombrosa, así que... no lo tengo claro.
    De todas maneras, a mí la literatura nipona siempre me descoloca y no me llega a convencer, no le pillo el tranquillo y eso que lo he intentado con varios autores.
    Un besote.

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    1. Pues veo que tienes las mismas dudas que yo ante la verosimilitud que se le debe exigir a la literatura teniendo en cuenta lo inverosímil que llega a ser la realidad.
      A mí tampoco me termina de convencer la literatura japonesa, aunque es cierto que cada vez entro más en ella y por ella, y esta novela es fácil de leer y hasta transmite cierta sensación de paz. Pero es que hay coincidencias...
      Un beso.

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  12. Por cosas como ese diálogo que dejas al final con esa frase de «la religión consiste en creer y la filosofía en dudar» amo esta novela. Por eso y por su sutileza (delicadeza, apuntan más arriba en otro comentario, y tal vez sea más certera esa palabra para describir este libro que sutileza). Me pareció una lectura exquisita. Se me han olvidado ya detalles de la trama y eso que tampoco hace tanto que lo he leído pero sigo guardando lo que me transmitió como si lo hubiera acabado de leer ayer. Este título junto a algunas de mis últimas incursiones por la literatura japonesa han sido los que me han reconciliado con ella y me han animado a no descartarla de mis lecturas. Me pasa a veces con la literatura de ese país un poco como te ha pasado a ti con esta novela, que es un sí pero no o un no pero sí. Y estoy de acuerdo contigo respecto a lo de los nombres y los sistemas de escritura: aunque en la novela se explica muy bien nos falta algo, iba a decir innato pero supongo que es más bien cultural, para entenderlo plenamente, o más bien lo que nos falta es la capacidad de entenderlo sin que nos lo tengan que explicar.
    Besos

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    1. Recuerdo que esa frase me llamó la atención cuando la leí en tu blog. Cuando volví a leerla en esta ocasión me acordé.
      Es cierto que el libro es delicado, sutil, que constituye una lectura exquisita, que es de lo que más a gusto he leído de literatura japonesa, mejor en todo caso que "La dependienta", que leí a continuación y publicaré en un par de días. Todo eso es cierto y de no haber tenido ese final con esa vuelta de tuerca tan sorprendente, me habría dejado mucho más satisfecha. No tenía necesidad de dar ese salto con el que nos deja a todos con la boca abierta un palmo; la historia era buena, se sustentaba por sí sola sin necesidad de más. Al darle ese final, para mi gusto, se sirve del recurso fácil de epatar con el asombro, y eso es lo que yo le reprocho y lo que impide que, para mí, sea una lectura redonda.
      Un beso.

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  13. Me estaba preguntando donde había leído algo sobre este libro, y al ver el comentario de Lorena he salido de dudas, en su blog. Desde luego, ese párrafo con el que cierras tu entrada tiene su enjundia, y son el tipo de fragmentos que consiguen apartarme la vista del libro durante unos momentos y reflexionar sobre lo leído con sumo interés. A veces un párrafo del libro es tan valioso que vale por páginas enteras, este es un caso bajo mi punto de vista. Otros libros tienen páginas y páginas sin gran cosa que aportar.
    Además, el budismo me atrae como indagación de uno mismo, me interesa más esa posición que la del cristianismo, en donde el camino es hacia Dios, pero en el Budismo el camino es hacia uno mismo, y sin embargo es el camino más difícil, no hay una entidad que te lleve de la mano, un Dios cristiano poderoso y sabio que te acompañe, no estás en ese rebaño que custodia Dios (que dicen los curas); el budismo te conmina a tener conciencia de tu propia existencia en este mundo, algo que tendría que ser obvio... pero tantos y tantos transitan por el mundo sin conciencia, pero sí con plena inconsciencia...
    Beso, Rosa. Cuídate.

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    1. Hay muchos diálogos muy interesantes en este libro. Ese es deslumbrante y me gusta sobre todo esa diferencia entre religión como acto de fe y filosofía como acto de duda y búsqueda de la verdad. En ese sentido, el budismo es más una filosofía que una religión.
      Es cierto que mucha gente pasa por la vida, pero es como si la vida no pasara por ellos, es como si se sustentaran en una mera existencia que tiene muy poco de verdadera vida consciente. Unas pequeñas nociones de budismo podrían venir muy bien en este mundo tan echado hacia fuera y que tan poco se detienen a escuchar lo que sale de su interior, lo que le pide su propio yo. En ese sentido, esta novela tiene fragmentos muy bellos e intimistas.
      Un beso.

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  14. En las últimas semanas he leído varias reseñas de este libro y cada vez me llama más la atención. Muchos besos.

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    1. Pues si te animas, espero a saber tu opinión porque casi todas las reseñas son muy favorables y la mía disiente un poco.
      Un beso.

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  15. ¡Hola, Rosa! Pues la verdad es que la última frase del diálogo final me ha cautivado. La religión trata de creer, la filosofía de dudar. Es curioso, pero leyendo la reseña, las fotos de ese precioso fruto... Me ha traído a Bradbury, con ese señor K. incluido. También me ha llevado al mito más fascinante de la historia como es el episodio de la manzana del Génesis. Ese pecado original al comer el fruto del árbol de la ciencia, el fruto que nos hace humanos y mortales con todas las consecuencias. Y ello en contraposición al árbol de la vida. No sé si la novela va por ahí, pero desde luego es lo que me ha inspirado. Un fuerte abrazo!!

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    1. No puedo hablar de Bradbury y el señor K. porque no he leído "Crónicas marcianas", pero a mí también me fascina el mito de la manzana porque es explicar con un mito la realidad de la evolución humana. En un momento dado el ser humano sufre un click en su cerebro que lo hace consciente de sí mismo y de su capacidad para alterar el entorno, surge lo que podemos llamar inteligencia y aunque viene acompañada de la consciencia de la muerte y por tanto de la inevitable angustia vital (un regalo envenenado lo llama Arsuaga), no puede sustraerse a ella. Acaba de pegarle un mordisco a la manzana y ya se ha envenenado aunque la escupa rápidamente.
      No se me había ocurrido, pero en algunos aspectos sí que la novela puede ir por ahí porque se puede decir que Mitsuko ha sacado parte de su sabiduría del "pecado". Me resulta muy interesante que hayas llegado a esa conclusión solo con leer mi reseña. A veces en nuestros escritos se esconden cosas que no sabíamos que existían.
      Un beso.

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  16. A mí me cuesta mucho la literatura oriental. Esta no estoy segura de que sea para mí y a ti tampoco es que te vea convencida totalmente. Lo que sí es preciosa la planta y esos frutos. Me suena tanto haber visto de pequeña algo similar, pero diferente, me refiero a una semilla como esa que se hace como un globo, era verde, aunque no recuerdo que tenía dentro.
    Besos

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    1. Es cierto que con otro final podría haberme gustado más, pero es una novela con muchos puntos interesantes que no disuadiría a nadie de leer.
      La planta, con sus frutos, es muy bonita y cuando se sabe el significado que tiene para Mitsuko, más aún.
      También me cuesta la literatura oriental, aunque últimamente, he leído varias cosas y mayormente me han gustado bastante.
      Un beso.

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  17. Suelo encajar bien estas lecturas, Japón me atrae mucho y de hecho es uno de los países que me gustaría visitar algún día (si me dieran a elegir solo uno, sería el elegido). No como turista, sino como viajero. Es un sueño imposible, por tanto y esos son los mejores. La novela me ha recordado a "Una pastelería en Tokyo", preciosa película basada en una novela que por desgracia no ha sido traducida aquí (la leí en inglés). Vamos, que la tengo en cuenta, lo inverosímil para mi no es problema (hasta cierto punto). Fíjate, el Gobierno acaba de recomendar el aprobado general, ¿quién lo hubiera esperado?
    Un abrazo.

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    1. Me pilla ya un poco ausente, pero dadas las circunstancias, lo del aprobado general tampoco lo veo tan mal. Si estuviera extendida la costumbre de las tareas on line, sería una aberración, pero teniendo en cuenta que ni muchos alumnos ni muchos profesores saben trabajar con ellas, que muchos (alumnos mayormente) aunque sepan no tienen acceso desde su casa, etc, no lo veo mal, ya te digo. Otra cosa es cómo solventar la EBAU porque lo que está claro es que, por poner un ejemplo muy concreto, la Facultad de Medicina de Santander no puede asumir a todos los alumnos que querrán entrar al año que viene y de alguna forma hay que seleccionar.
      Yo tampoco sé hasta qué punto pedirle verosimilitud a la literatura cuando la realidad nos la escatima con tamaño descaro, pero es que, aparte de la verosimilitud, que también, está el hacho de sorprender de pronto con un final excesivo para mi gusto, pero vamos que es un gusto leer la novela y si te va la literatura japonesa, más aún.
      Un beso.

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  18. Ay pues qué pena más espantosa al leer que no te ha llenado lo suficiente. Iba muy bien la cosa. A mí, los libros en los que hay librerías de por medio es que me encantan. Aunque también te tengo que reconocer que no soy mucho de literatura oriental. He leído algo y me ha gustado pero no es una de mis prioridades. En cualquier caso, si me topo con esta novela en la librería le echaré un ojo a las primeras páginas. Besos

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    1. No ha terminado de llenarme, pero como digo en algún comentario, me ha gustado. está escrita con un hermoso y sencillo lenguaje y la historia es interesante. tan solo le pongo objeciones al final, pero también he de decirte que el final puede ser de lo que más le gusta a otras personas. En este caso, entiendo que en mi falta de entusiasmo total hay mucho de subjetividad.
      Un beso.

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  19. Tengo este libro desde hace bastante, esperando su oportunidad, como otros de la misma autora. Debe ser que aún no se me ha dado por visitar sus letras.
    De quien lo apunté en su momento también parecía perplejo ante el final. Creo que lo tildaba de melodramático y previsible. No obstante, lo recomendaba porque se leía de un sentón.
    Gracias por la reseña.
    Un beso.

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    1. Es cierto que el final resulta un tanto melodramático, pero a mí no me pareció previsible. La verdad es que no esperaba ese giro y me hubiera gustado un final sin sorpresas. Por lo demás, no desaconsejo su lectura pues tiene muchas cosas positivas y está escrito con mucho gusto. Y es cierto que se lee rápido por lo que el tiempo invertido, independientemente de que guste más o menos, tampoco es excesivo.
      Un beso.

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