"Herederos del universo" Ruy Vega

Si en "El proyecto Dream" Ruy Vega nos ponía ante los peligros que podían derivarse de encontrar vida extraterrestre (y no me refiero, ni se refiere Ruy Vega, a la simpleza de encontrar seres hostiles, verdes y con antenas, sino a algo mucho más sutil y verosímil); si en "La señal" abre el camino a lo que podía significar la mítica señal Wow de 1977, fuera de las explicaciones científicas, en "Herederos del universo", son el Proyecto Rosetta y las esferas de Klerksdorp los que reciben un tratamiento especial que también se sale de lo que la Ciencia nos dice de ellos.

Si en "El proyecto Dream" se analizaba el grado de sinceridad para con sus habitantes a la hora de enfrentarse a los problemas los diferentes estados de la Tierra dependiendo de su nivel económico y democrático; si en "La señal" se dirime la conveniencia de poner ciertas realidades en conocimiento del público o mantenerlas en secreto como mal menor, en "Herederos del universo" se puede decir aquello de con la Iglesia hemos topado y nos encontramos con algo que preocupa a la cúspide católica desde hace siglos: demasiada ciencia puede hacer innecesaria le existencia de un Dios que explique lo que ha dejado de ser inexplicable y puede que se les derrumbe el chiringuito por lo que es mejor que las cosas estén lo más ocultas posible. "Lo han ocultado porque temen por los cimientos de la religión. Si se demostrase que la vida llegó a lomos de una civilización extraterrestre, sus creencias se tambalearían. ¿Cómo creer en un Dios que lo creó todo cuando la vida vino gracias a seres de otros mundos?".

En 2023 cuando contratan al psiquiatra James Douglas para tratar a Mark Patinson en el Centro psiquiátrico de alta seguridad de Washington, le dicen que él es el primero que va a tratar al paciente, un antiguo trabajador de la NASA. Pronto empiezan las presiones para que se olvide del encargo y, finalmente, James se entera de que, antes que él, otra psiquiatra, Helena Ford, atendió a Patinson. También se entera de que Helena Ford murió en un accidente de tráfico hace dos meses.

Alrededor de James Douglas empiezan a sucederse las presiones y las muertes, y hasta su presunto paciente, Mark Patinson, trata de convencerle de que se olvide del caso por su propio bien. "Escuche, esta no es su guerra. Si tiene aprecio por su carrera y por usted mismo, hágase cargo de otro paciente [...] Yo no necesito nada de todo esto. Mi caso solo le traerá desgracias". Pero el doctor Douglas no es un hombre que abandone a sus pacientes. Ya lo hizo una vez hace años y no ha dejado de arrepentirse. Además es demasiado tozudo como para que alguien le obligue a hacer algo en contra de su voluntad. 

Con muchas trabas y poca ayuda, James Douglas continúa su ardua labor para sacar algo en limpio de Patinson que se muestra muy poco colaborador y llega a creer que el psiquiatra trabaja para los mismos que le han encerrado. Y es que enseguida vemos que hay un complot para que nadie llegue a saber nada real de las actividades de Patinson: la gerente del psiquiátrico, Elena Sawvert, trata de convencer a Douglas de que se encargue de otro paciente y abandone a Patinson. El comisario de policía, Sam Rakitic, que aparece a partir del primer asesinato que se produce, pone toda clase de trabas e intenta culpar del crimen al psiquiatra. 
"Diario del psiquiatra james Douglas
12 de junio de 2023
23:13 h
Hoy me ha llamado el comisario Rakitic. Es policía, pero no es de fiar. No, no lo es. Cada vez que hablo con él tengo la sensación de que me está amenazando. Creo que está metido en todo esto".

La ayuda es escasa y con pocos recursos. Victoria Muller, otra psiquiatra que tuvo en el pasado una relación con James Douglas, ya está acostumbrada a que este solo se ponga en contacto con ella cuando la necesita y aun así, no duda en ayudarle poniendo en peligro su propia vida y llegando incluso a cometer chantaje. El padre de la desparecida Helena Ford, se resistirá hasta que James le convence con argumentos que le tocan la fibra sentimental y se persuade de las buenas intenciones del psiquiatra que ha sustituido a su hija en el tratamiento de Mark Patinson. 

Pero la verdadera ayuda vendrá de una fuente anónima que se cuela en el teléfono y en el correo electrónico de James y le va dando datos que le ponen en la pista de varios asuntos, algunos reales, históricos, como el Proyecto Rosetta o las esferas de Kerksdorp, pero otros que se nos escapan y que no dejan de ser la parte de ficción de la novela, como el Proyecto Vitae.

Refresco mi memoria sobre el Proyecto Rosetta que me suena mucho de informativos pretéritos (tampoco tanto) y recuerdo que fue una sonda que la Agencia Espacial Europea envió a un cometa, el 67P/Churiumov-Guerasimenko, resumido, 67P. El largo nombre se debe a su descubridor,  Churiumov, y a que lo descubrió utilizando imágenes de Guerasimenko que, por cierto, era una mujer de nombre Svetlana. La sonda envió al cometa un módulo de aterrizaje provisto de toda clase de aparatos para un estudio minucioso del mismo.

Esferas de Klerksdorp
Sobre las esferas de Klerksdorp no tenía ni idea por lo que me informo por primera vez. Son unas esferas metálicas, de pirita, de un diámetro de entre 2 y 10 centímetros, que se encontraron en Sudáfrica, en estratos de hace 2800 millones de años. Son de esos objetos clasificados como Oopart (Out of place artifact) es decir, objetos que contradicen la edad que los estratos en que se han hallado les adjudican, en este caso 2800 millones de años. Los científicos las atribuyen a nódulos metamórficos de pirita de origen totalmente natural, pero su forma y los surcos perfectos de su perímetro, así como otros datos que se leen por la red y que no sé si son ciertos (como el hecho de que "albergan en su interior un material esponjoso que al entrar en contacto con el oxígeno del aire, se desvanece rápidamente"), hace que se desaten toda clase de teorías en el sentido de que no pueden ser de origen natural por lo que habrían sido formadas por vida inteligente. 

Con estos mimbres y mucha imaginación, Ruy Vega fabrica una historia intrigante por momentos. De Washington nos llevará a París y al Vaticano, porque la Iglesia aparece como parte interesada en que las cosas sigan como están y en que nada de lo sucedido en el Proyecto Vitae (parte secreta del Rosetta) vea la luz. Y es que los planteamientos de Ruy Vega nunca son inocentes. No se conforma con entretener e intrigar al lector. Va más allá. En este caso, plantea la polémica histórica entre Ciencia y Religión: la Ciencia necesita saber y mostrar lo que se descubre, "No les entiendo. permitan que se conozca la verdad, entonces la gente podrá optar por el camino que desean ir"; la Religión necesita ocultar, necesita misterios que mantengan la fe y la necesidad de un Dios que por momentos se difumina sumido en la más absoluta inanidad. Y necesita convencer y convencerse de que lo hace por el bien de las personas. "Las cosas están bien así, no las compliquemos. Ofrecer caminos que son falsos, creo que me entiende, no es ayudar a la sociedad"

Y sin embargo, no debería haber esa dicotomía. Y lo digo yo, que soy agnóstica total. Cuando en clase explico el origen del universo o de la vida, si algún alumno me habla de la creación y de Dios, siempre les digo lo mismo. "Yo no creo, pero estas teorías no se contradicen con Dios y su creación. Se puede pensar que Dios ha permitido la evolución hacia el ser humano o que él hizo explotar el huevo primigenio". Veo que Ruy Vega tiene una idea muy similar, o al menos la tiene uno de sus personajes, "La teoría del Big Bang no la niego, pero dígame, ¿acaso no debió alguien crear lo que dio origen a todo? [...] y ese alguien, como sabe, es Dios"

Ruy Vega
Como en sus anteriores novelas, la forma narrativa se construye en capítulos muy cortos, a base de llamadas de teléfono, correos electrónicos, mensajes de voz, noticias de prensa y radio, diarios personales, etc. Estos medios se detallan en el título del capítulo junto a la fecha y la hora.
"Correo del psiquiatra James Douglas
18 de junio de 2023
9:10 h"
Pero cada vez más, utiliza como título una ubicación en la que se desarrollará una conversación entre distintos personajes. Va abundando también más en sus novelas, la narración en tercera persona. 
"Hotel San Gotier-París
8 de julio de 2023
11:15 h (horario de París)"

Y así se construyen las historias de Ruy Vega, poco a poco, con retazos de todo tipo de información, avanzando lento, pero seguro. Como seguro es que ya estará preparando la siguiente. Y yo, esperándola.

Título del libro: Herederos del universo
Autor: Ruy Vega
Editorial: Atlantis
Año de publicación: 2019
Año de publicación original: 2019
Nº de páginas: 360


Comentarios

  1. La iglesia no debería ponerse tan nerviosa con la existencia de extraterrestres porque a esos también puede haberlos creado Dios, digo yo.
    El tema en sí no me atrae mucho, pero esos conceptos de los que habla y tú citas, me suscitan curiosidad y puede que le eche un vistazo aunque solamente sea por eso.
    Gracias por tan fantástica reseña.

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    1. A mí ya sabes que la novela de ciencia ficción tampoco me encanta, pero las tres que he leído de Ruy Vega me han resultado muy interesantes.
      Yo también creo, como pongo en la entrada, que la Iglesia debería tomarse la realidad con calma. Si explicara todo según un deseo divino en vez de ocultar las verdades, resultaría mucho más creíble, pero el miedo les puede. Tienen demasiado que perder.
      Un beso.

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  2. Hola Rosa!! Esta temática me llama mucho, aunque por el momento no me atrevo con la novela, que desconocía por completo, quizás más adelante. ¡Genial reseña y gracias por el descubrimiento! Besos!!

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    1. Es una novela fácil de leer y muy entretenida. Si te decides a darle una oportunidad, espero que te guste.
      Un beso.

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  3. Ciencia y Religión, fe o razón, vida extraterrestre o no. Todos temas muy interesantes. Me gusta el tipo de narración. Debe ser muy ameno de leer y además da pie a aprender sobre las citadas esferas que desconocía por completo. Otra estupenda reseña y un feliz descubrimiento para mí.
    Un beso Rosa.

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    1. Ruy Vega siempre mete en sus novelas detalles reales a los que se les puede dar (y de hecho se les da desde distintos estamentos) una explicación muy inquietante.
      Es cierto que resulta fácil y ameno de leer y siempre se aprende algo. Yo tampoco tenía idea de las esferas de Klerksdorp y del Proyecto Rosetta tenía una vaga noción de haber oído en su día alguna noticia. Ahora sé un poco más.
      Un beso.

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  4. Hola, Rosa.
    Compartimos esa postura agnóstica, no sé… lo prefiero antes que ateo, que me parece una visión más radical, una rotundidad que implica certezas que yo, sencillamente, no tengo, afortunado quien las posea. No tengo fe en un Dios, no en ese ser del judeocristianismo ( y otras religiones con procedimiento similar) omnipotente y todopoderoso al que debemos obediencia absoluta… me sobra algo así. Pero percibo una conexión íntima entre todo, sin explicármelo de manera racional.

    No he leído mucha Ciencia Ficción, siendo muy joven lo hacía más, aunque lo entendía menos, ahora ya adulto, lo leo mucho menos aunque obviamente lo entendería más, somos un manojo de paradojas.

    En favor del género diría que no se puede desdeñar aquello que nuestra lógica (muy limitada, huelga decirlo) para interpretar el mundo no puede escudriñar. En ese sentido la Ciencia Ficción me parece estimulante, siempre plantea interrogantes que así mismo se hace la Filosofía, en el fondo es un género que tiene una evidente dimensión filosófica, pero muy amena en su forma de proponerla.

    Seguro que es el caso de este escritor de quien no sabía nada, ni tampoco, uno más, de esas esferas de Kierksdorp, se ve interesante.
    Besos.

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    1. Esa conexión la explica de maravilla uno de mis héroes, Neil de Grasse Tyson cuando dice (más o menos) que estamos unidos culturalmente al resto de los seres humanos; biológicamente, al resto de los seres vivos; molecularmente, a toda la Tierra y atómicamente a todo el Universo (ya sabes, lo de somos polvo de estrellas).
      Yo no me considero atea ni me dejo de considerar. Creo que las religiones son el gran invento al que tuvo que agarrarse el primer homínido que se supo mortal. Respeto las religiones siempre que me respeten y como suelo decir, “Yo no me meto con Dios y él no se mete conmigo”. Eso creo que es ser agnóstica y también lo prefiero a atea, pues no pienso hacer militancia del asunto.
      Los buenos autores de Ciencia Ficción siempre están cerca de la filosofía. El género ha salido de las guerras con marcianos verdes y asesinos para ponernos delante de nuestros propios interrogantes y de nuestras contradicciones por medio de lo que puede haber por ahí fuera.
      Todos esos fenómenos difíciles de entender y que tienen una interpretación científica, pero que no termina de convencer a todos, encuentran otras explicaciones que son las que Ruy nos plantea con sus novelas.
      Un beso.

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  5. ¡Hola Rosa!
    Me has sembrado dudas. La temática no me llama, pero hay detalles que apetecen. A veces las temátcas que no nos gustan mucho pueden sorprender, me paso con Los demonios exteriores, de David Ruio, que me atrapó.
    Y la iglesia, ovbiamente mira por lo suyo, hay que mantener el imperio.

    Como siempre una reseña genial, me ha encantado leerte.
    Muy feliz semana.

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    1. A mí me pasa lo mismo. La Ciencia ficción no es un tema que, en principio me atraiga, pero con las novelas de Ruy Vega o con “Los demonios exteriores” de David Rubio hay que reconocer que el género adquiere una dimensión que cada vez me gusta más.
      Las polémicas entre Iglesia y Ciencia siempre son interesantes, aunque creo que la Iglesia se mete donde no debe y además para su propio perjuicio, pero tienen demasiado miedo a perder poder y eso se puede volver en su contra. Deberían aceptar la Ciencia y explicarla desde su punto de vista en lugar de tratar de negar lo evidente.
      Un beso.

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  6. ¡Hola, Rosa!
    Sobre el autor, en la lista de libros pendientes sigo teniendo La señal, después de tu comentario me di cuenta que tenía que abrir miras a un género que no leo, aunque ahora al leer esta reseña me he dado cuenta que se ha quedó allí en ‘la mira’ así que deberé ponerle remedio. Me parece muy interesante que el argumento tenga una base en la eterna pregunta o rivalidad de la fe y ciencia.
    Un beso, y feliz sábado.

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    1. Yo tampoco soy de ciencia ficción o, mejor dicho, no era, porque entre las novelas de Ruy Vega y la de David Rubio, aparte de algún clásico insoslayable, me voy haciendo y es que en cualquier género se encuentran verdaderas joyas.
      Si te animas, espero que Ruy Vega te resulte interesante y ameno.
      Un beso.

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