"Iqbal Masih. Lágrimas, sorpresas y coraje" Miguel Griot

Hoy, 16 de abril, se celebra a instancias de Unicef el Día Internacional contra la Esclavitud Infantil. Y se celebra en esta fecha porque tal día como hoy de 1995 murió asesinado de cuatro disparos Iqbal Masih, un niño con el tesón y la valentía suficientes como para librarse, y librar a muchos otros niños, de su trabajo de esclavos en fábricas de todo el mundo.

Cuando hace unas semanas me encontré en el blog de Carmen Calatrava, Libros en mi biblioteca, con esta novela supe desde el principio que, seguramente, me gustaría y me resultaría interesante. Dos días después de dejar mi comentario en el blog de Carmen, recibí un correo del autor, Miguel Griot, ofreciéndome la novela. Por supuesto acepté y, cosa rara en mí que siempre tengo mucho qué leer entre manos, me puse a leerla en cuanto la recibí. casualmente, la terminé a tiempo para poder publicar hoy la entrada y rendir de esta manera mi pequeño homenaje a Iqbal Masih.

Sí, presentía que iba a gustarme y a interesarme. Lo que no sabía es que me iba a atrapar de tal modo que sería incapaz de soltarla y me la leería en dos tardes. Y es que si lo que cuenta es esclarecedor y terriblemente interesante, la forma de contarlo es dinámica y arrastra. 

«Esta historia no te la voy a contar yo sola. Imagínatela como una habitación. Mis palabras van a ser una de las muchas ventanas desde las cuales te vas a asomar. Ahí fuera, es decir, aquí dentro, entre las páginas de este libro, te espera Iqbal Masih. Lástima que no puedas entrar y conocerlo tú personalmente. Seguro que estaría encantado de verte. Contestaría a todas tus preguntas. Si hay algo en lo que los de aquí dentro están de acuerdo..., bueno, lo único en lo que están de acuerdo es en que Iqbal no callaba ni debajo del agua. [...] La vida de Iqbal Masih te será contada como perlas esparcidas sin ordenar. Será tú quien las una y convierta en collar».

Así empieza esta novela. Así nos introduce en ella Mudena, la narradora que más veces va a aparecer y también la que cerrará la historia. Para entonces ya sabremos quién es ella y lo que tuvo que ver en la vida de Iqbal. Y es que en esta novela hablan muchas personas que fueron conociendo al niño a lo largo de su vida. Cada uno de los narradores, en capítulos cortos, nos irá haciendo partícipes de distintos aspectos de la vida de Iqbal, las distintas perlas, y con cada uno, con cada perla, la historia irá avanzando hasta llegar a un final no por esperado menos estremecedor. Un collar precioso con un siniestro broche final.  

Estamos en Pakistán, en un pueblo cerca de Lahore, en algún momento indeterminado del año 1982. La madre de Iqbal nos contará el parto tras la apertura de Mudena y sus primos nos darán noticia de sus travesuras y andanzas de niño, antes de que, demasiado pronto, perdiera la infancia. Una infancia que solo duró hasta que sus dedos pudieron hacer nudos. «Hasta que la arcilla que amasaba en sus juegos ya se ponía dura. Hasta que abría las pipas de girasol con los dientes. Hasta que sus piernas podían sostener más peso que el suyo». Entonces fue el momento escogido por su padre para ofrecerlo a un fabricante de alfombras y así poder mantener a la familia. 

Iqbal Masih

Los distintos testigos nos irán hablando de la rebeldía de Iqbal, sus escapadas y fugas del trabajo, sus ansias de libertad, los castigos que todo ello le supuso, los cambios de trabajo hasta terminar en la fábrica de Arshad prisionero de un paishgee, un sistema de préstamo que esclavizaba a los niños por tiempo indefinido. La familia de Iqbal solicita un préstamo a Arshad para poder costear la boda del hermano mayor. Ese préstamo lo tendrá que pagar Iqbal con su trabajo. Arshad también nos dará su punto de vista.  «El sistema de paishgee es muy justo y feneficioso para ellos [...] A camfio del tlafajo de sus hijos, yo les doy un pléstamo, muy intelesante [...] ese pléstamo no lo da ningún fanco. Si, dios no lo quiela, algo les pasa a sus hijos, yo me quedo sin nada. Y cuando el pléstamo ya se ha pagado, todo el dinelo que ganen es pala ellos y ya son lifles si quielen malchalse». Por qué Arshad habla tan raro imagino que se debe a un acento de fuera de Pakistán. 

No será Arshad el único patrón que hable en este libro. Varios más lo harán y todos ellos pondrán de manifiesto el favor que les hacen a los pobres dándoles la oportunidad de trabajar, de aprender un oficio, de tener un medio de subsistencia sin el cual sus familias no saldrían adelante; su generosidad al castigarlos por su bien para que aprendan y no olviden las consecuencias de hacer las cosas mal; la ventaja de estar fuera de la calle donde no aprenderían nada útil y sí muchas cosas perniciosas. El colmo del cinismo, la perversión de la realidad en la que el esclavo tiene que dar las gracias al amo hasta por el último latigazo recibido.  

Arshad fue el último jefe que tuvo. Iqbal se encontró con el BFLL «que traducido significa algo así como Frente de Liberación del Trabajo Forzado», una asociación fundada por Eshan Khan para luchar contra el trabajo infantil. La asociación trataba de concienciar a los patronos y a los trabajadores. A unos para que entendieraan la necesidad de rebelarse y luchar por sus derechos, a los otros, para que se dieran cuenta de que no se puede romper la infancia de los niños esclavizándolos atados a una máquina. También Eshan Khan nos cuenta su intervención, cómo Iqbal supo que en Pakistán había una ley que prohibía el trabajo infantil, cómo esa ley «ni se cumple ni nadie está en condiciones de hacérsela cumplir a los patronos»

Hasta que Iqbal decidió que, en su caso, se iba a cumplir. Con su empeño y su desparpajo (ya nos han dicho que Iqbal no callaba ni debajo del agua) se convertirá dentro y fuera de Pakistán en la voz de todos los niños esclavos. Viajará a Suecia y a Estados Unidos, participará en un documental, pondrá tan en peligro las fortunas de muchos, que se verán en la necesidad de hacerle callar de la forma que sea. Y se le advierte al lector. Se le advierte de las amenazas y de lo que suponen. «Cuando las oí, sentí que las amenazas de los tapiceros eran proféticas. Un escalofrío me recorrió la espalda cuando dijeron que el mundo no pararía de girar sin Iqbal. Me gustaría advertírtelo antes de que sigas leyendo».

Miguel Griot

El último testigo, antes de que Mudena cierre la historia definitivamente con una carta que le envió Iqbal desde Estados Unidos haciendo así que sea él mismo es que se despida de nosotros, es Buba, un niño que juega y va a la escuela. Esa escuela lleva el nombre de Iqbal Masih y se construyó gracias al dinero que se recolectó  en el extranjero con su ayuda. Muchos niños estudian en escuelas similares gracias a Iqbal y no obstante, veintiséis años después de su muerte sigue habiendo niños esclavos en el mundo. Es posible que a nadie le interese terminar con ese estado de cosas. ¿Estaríamos dispuestos a pagar los precios reales que tendrían las cosas si a los trabajadores que las fabrican se les pagaran los sueldos del primer mundo? ¿Creemos que los precios tan bajos (cada vez más) de la ropa, los muebles, los electrodomésticos, la tecnología es el precio real que tendrían esas cosas fabricadas en Europa por trabajadores blancos, autóctonos y bien pagados? Clamamos por la vergüenza de la explotación, infantil y adulta, pero compramos los productos que se fabrican mediante la misma sin pararnos a pensar en su origen. 

Y es que, como dice otro de los narradores, «Iqbal Masih no es más que un producto que habéis creado en Occidente para limpiar vuestra conciencia. he oído que una universidad le ha ofrecido una beca para que estudie gratis en ella [...] A esa universidad solo le interesa que se la asocie con el nombre de Iqbal y las buenas causas. Pero no está realmente interesada en la raíz de la causa. Si así fuera, construiría [...] una escuela en uno de los miles de pueblos humildes de Pakistán: pero claro, así te quedas sin la estrella, sin la publicidad». Y aunque quién lo dice es un fabricante de alfombras, hay que reconocer que razón no le falta. Clamamos contra la esclavitud infantil y a continuación nos compramos unos vaqueros, fabricados en la India, por veinte euros.

Hoy hace veintiséis años que asesinaron a Iqbal. Tenía trece años y había conseguido más de lo que muchos consiguen en toda una vida: había conseguido la libertad. Es su primo Lyakat el encargado de poner punto y final si no a la novela, sí a la historia de Iqbal y lo hace dirigiéndose al lector. «Has acompañado a aquellos a los que Iqbal conoció. has escuchado a todos los que desempeñaron un papel en su vida, grande o pequeño, positivo o negativo. [...] Ya estás al final de su camino. Jamás sabremos qué fue lo último que pensó antes de irse, pero tú sí puedes elegir, entre todo lo que has leído, la frase, el momento, la anécdota con que quedarte. Recuerda, por favor, tómate unos instantes».

Título del libro: Iqbal Masih. Lágrimas, sorpresas y coraje.
Autor: Miguel Griot
Nacionalidad: España
Editorial: Oxford University Press
Año de publicación: 2010
Año de publicación original: 2008
Nº de páginas: 280

Comentarios

  1. ¡Hola, Rosa! Una muy interesante propuesta y desde luego que muy apropiada la fecha de la reseña. Se me ha quedado grabado especialmente esa parte final en la que se dice que Occidente ha creado a Iqbal para lavar su conciencia. Y es que, últimamente, algo que me repugna en lo personal, vemos cómo se utiliza la técnica de márquetin de imagen de buena marca que consiste en el simple pancarterismo de promoción. La buena marca que protege el ambiente, la buena empresa que se suma al Día de la mujer trabajadora, la buena marca que... A veces pienso que no sé por qué se siguen denunciando cosas cuando parece que todo el mundo está en contra de ellas. ¿Hasta qué punto es honesto usar una de estas campañas para promocionarse? Quizá sea motivo de debate. Aunque creo que me fui un poquito de tu estupenda reseña y novela. Un abrazo!!

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    1. No te has ido de la reseña ni de la novela para nada. En realidad yo también pienso que las buenas causas sirven para lavarnos las conciencias a todos y a algunos para forrarse aún más. No quiero dar nombres, pero hay quien hace donativos a hospitales, mientras fabrica sus productos en países que permiten la explotación de trabajadores y el trabajo infantil.
      Mis alumnos se quedaban muy sorprendidos cuando les mostraba la responsabilidad que todos tenemos en estas cosas que ellos ven tan lejanas en el espacio y en la culpa. Cuando les hacía ver que muchos de los lujos que nos podemos permitir derivan del bajo precio de algunos productos gracias a ese trabajo esclavo, se quedaban muy sorprendidos. A continuación les decía, «es poco lo que podemos hacer y eso poco no estamos dispuestos a hacerlo, pero al menos seamos conscientes de lo que hay».
      Un tema complejo del que nadie puede quitarse culpas.
      Un beso.

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  2. La leí hace unos años y me gustó mucho. Una lectura muy necesaria. Hemos creado una sociedad tan consumista que nos indignamos cuando somos conscientes de todo ese trabajo esclavo que hay detrás, pero no podemos evitar comprar y consumir, hasta cosas innecesarias. También es cierto que ya aquí hay gente que no puede permitirse comprar otra ropa... Aunque también hay mucho engaño en las altas firmas, que te cobran un dineral presumiendo de calidad, pero luego todo está hecho en el mismo sitio, por la misma gente y por los mismos míseros salarios. Yo creo que a muchos no les interesa terminar con este estado de cosas. Sólo les interesa amasar dinero sin importarles absolutamente nada. Luego hacen una buena donación, con muy buena foto y encima les ayuda a pagar menos a hacienda... En fin... Es la sociedad en la que nos ha tocado vivir.
    Besotes!!!

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    1. Tienes toda la razón y creo muy pertinente tu observación de esa gente que, en este primer mundo solo puede consumir cosas fabricadas con la explotación y que salen a muy buen precio. De esa forma los grandes capitales se benefician doblemente :oagan sueldos de miseria y consiguen que aquí siga consumiendo hasta la gente más desfavorecida.
      También está muy bien tu aportación de productos de grandes marcas, muy caros y que también se fabrican con esos métodos. De nuevo m, doble ganancia para el capital..
      En todo caso, una realidad muy triste e injusta en todo caso, sobre la que conviene llamar la atención.
      Un beso.

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  3. Impresionante esta historia, Rosa. No la conocía, la verdad, pero me apunto el libro porque parece una de esas lecturas absolutamente necesarias. Me ha hecho pensar, aunque no es el mismo tema, en Khaled Hosseini y sus "Cometas en el cielo ". Es cierto que todos tenemos parte de culpa en estas cuestiones pero afrontarlo incomoda y apartamos la mirada... Una reseña estupenda. Besos y buen finde.

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    1. Ah, Cometas en el cielo, qué gran novela. Todas las novelas de Khaled Hosseini lo son.
      Todos somos culpables, pero para terminar con esas lacras habría que cambiar totalmente nuestro sistema de vida y ninguno, no nos engañemos, estamos dispuestos a hacerlo. Al menos debemos ser conscientes y dejarnos de tanta autocomplacencia.
      Un beso.

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  4. Hola Rosa!! Una gran historia la de Iqbal, me encantó conocerla aunque fue una pena tremenda la vida y el final que tuvo. ¡Fantástica reseña! Besos!!

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    1. Sí, es una historia conmovedora y terrible. Para mí también ha sido toda una experiencia y un descubrimiento conocerla. Supe en su día del asesinato del niño, pero nada más. me alegro de que te haya gustado la reseña.
      Un beso.

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  5. Hola... casi siempre leo reseñas de libro y siendo sincera primera vez que leo una que me atrapa, me conmueve y me hace querer tener para leerla ya. Sin duda es una realidad mundial que no para y es muy triste que nadie haga nada por solucionar este grave problema. Hace unos días hice un post en mi blog titulado "cuando dejarán de sufrir los niños? Y por supuesto la esclavitud es sin duda una de las tantas formas de maltratarlos y hacerles daño. Gracias por compartir esta historia. Anhelo rl día en que ningún niño sufra. Saluditos cordiales

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    1. Muchas gracias por tus palabras. El libro sí que conmueve y atrapa. Seguro que esta novela te gusta. Respecto a que algún día ningún niño sufra esclavitud y necesidad de trabajar, tendría que cambiar nuestra vida hasta un punto que ninguno, o casi ninguno, estaríamos dispuestos a soportar. Es muy triste, pero es una triste realidad.
      Me paso por tu blog a leer esa entrada que dices.
      Un beso.

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  6. Una terrible y durisima historia que se repite y seguirá repitiéndose mientras todos, quiero pensar que incoscientemente, colaboramos en el mantenimiento de ese sistema de esclavitud infantil.
    Estas obras de denuncia deberían trasladarse a otro formato, ya sea documental o película de largometraje, para que, de este modo, pudiera dársele mucha más difusión y la oportunidad de concienciar a mucha más gente.
    Un beso.

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    1. Pues yo creo que por lo menos tenemos que ser conscientes y sufrir un poco de cosquilleo molesto. Es lo menos que les debemos a los que tanto sufren para mantener nuestro ritmo de vida absurdo. Documentales hay. Iqbal participó en uno. Y películas seguro que también, pero lo más probables es que nunca sean un éxito de taquilla. No son temas que vendan en esceso.
      Un beso.

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  7. A pesar de las muchísimas reseñas positivas de este libro, yo no me veo con él, no estoy para sufrimientos y probablemente sea una actitud muy egoísta por mi parte, pero es que no me apetece leer sobre realidades incómodas en las que de un modo y otro soy partícipe.
    Besos.

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    1. Todos somos partícipes y todos somos egoístas, leamos o no sobre los temas. Aparte de eso, cada uno sobrevive como puede y se protege del dolor, unos no profundizando en él y otros, con mucho ruido que al final, se queda en eso, ruido. Y luego están los que verdaderamente se dejan la piel en la defensa de la Justicia y la igualdad, pero esos son héroes y a ninguno se nos puede exigir tanto. Incluso algunos héroes lo son egoístamente y tratan de ganar algo: el cielo, su propia tranquilidad. Quien más quien menos...
      Un beso.

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  8. ¡Hola Rosa!

    Ay no sabía que ayer fue el aniversario de la muerte de Iqbal.
    Lo leí hace tiempo, si no recuerdo mal me lo envió el autor y la verdad es que me sorprendió y me conmovió conocer esta historia, de la que no tenía ni idea.
    Desde luego te hace reflexionar y plantearte cosas, aunque también es cierto que me da pena pensar que en el fondo nada cambia, que por mucho que leamos historias como estas... al poco las olvidamos y no hacemos nada al respecto, porque es más cómodo seguir viviendo como hasta ahora. En fin, muy buena entrada ^^

    ¡besos!

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    1. Yo terminé el libro el 11 de abril y entonces me enteré de que Iqbal había muerto el 16. Aunque tenía otras novelas a las que les tocaba antes, las pospuse para que la publicación sobre este libro coincidiera con esa fecha.
      Nada cambia porque a los poderosos no les interesa y como tienen el poder...pues ya está todo dicho. pero lo más triste es que a nadie, ni a nosotros mismos, nos interesa realmente. No solo es más cómodo seguir viviendo así es que no sabríamos ni querríamos vivir de otra manera.
      Un beso.

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  9. Rosa, si supieras la de tiempo que lleva este libro en casa... madre mía. Qué rabia me da no llegar a todo. De todos modos, el libro es durillo, por lo que veo. Pero también pienso que es uno de esos libros necesarios. Te ha quedado muy emotiva. A ver si algún día de estos puedo sentarme a leerla, pero necesito hacerme primero al cuerpo, como decimos aquí. Besos

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    1. Es una historia dura, pero está contada de una forma que hace que resulte bastante digerible. Por supuesto, son libros necesarios, aunque me temo que la mayoría de los que nos acercamos a ellos ya vamos convencidos.
      Yo no sabía del libro (vergüenza me da) hasta que leí la reseña de Carmen y vino el ofrecimiento del autor. Sí recuerdo vagamente la noticia de la muerte de Iqbal, pero hace tantos años que el recuerdo es eso, muy vago.
      Un beso.

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  10. ¡Hola Rosa!
    Maravillosa tu reseña..., y un maravillosos homenaje. Es espeluznante todo. La tenemos en la biblioteca, pero si te soy sincera, aunque estoy convencida de que me gustaría su lectura, no consigo encontrar la motivación suficiente para ponerme con ella, más que nada porque siempre tengo en mente otras lecturas que me apetecen más.
    Un beso

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    1. Gracias por tus palabras, Marian. Como dice Marisa arriba, no llegamos a todo. Tú en la Biblioteca verás tantas cosas que los ojos te tienen que hacer guiños. Madre mía, si encima de todos los blogs me encontrara con la oferta de una biblioteca me volvería loca del todo. Igual en un momento dado, sientes la necesidad de escoger este entre otros muchos y si no, pues disfrutarás de otras cosas.
      Un beso.

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  11. La historia de Iqbal es una historia que no debemos olvidar. Leí este libro hace un tiempo, me gustó su manera de contarnos la vida de Iqbal. Gracias por recordarla.

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    1. La forma de contar las cosas puede ser más importante que lo que se cuenta y una historia sin grandes atractivos puede convertirse en una gran novela, pero es que además, está historia es buena por sí misma. Si a eso unimos la forma de contarse el resultado es más que satisfactorio. Algo que, efectivamente, no debemos olvidar.
      Un beso.

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  12. Hola Rosa, una novela que tengo apuntada desde que salió, aunque fue quedando atrás por otras lecturas, una historia dura pero necesaria, con tu reseña vuelvo a tenerla presente. Besos.

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    1. Pues yo no sabía de ella hasta hace unas semanas. Sabía levemente de Iqbal y su asesinato, pero nada más. Leer esta novela ha sido un descubrimiento muy grato.
      Sé lee muy fácil porque los capítulos son cortos y escritos desde distintos puntos de vista. Uno tras otro te arrastran y cuesta dejar la novela.
      Un beso.

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  13. Una historia muy dura y que tristemente no es una historia única. Me gusta el enfoque a través de varios narradores y me gusta también la autocrítica que plantea. Todos participamos en mayor o menor medida en la explotación de esos niños. Estamos tan metidos en el sistema que no sabemos salir de él. Así, supongo que la historia de Iqbal es una historia que conmueve, indigna e incomoda a partes iguales.
    Besos

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    1. Vivimos en un mundo que se basa en el consumo y para ello los precios tienen que ser bajos y eso pasa por trabajo esclavo de niños y de adultos.
      Quien no sea consciente de esto es que no sabe en qué mundo vive. Y me temo que hay mucha gente. Mis alumnos no tenían ni idea hasta que les contaba ciertas cosas.
      La novela es un toque de atención para que se sepa y para que se sea consciente de la responsabilidad de todos.
      Un beso.

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  14. Este libro me lo leí hace mucho tiempo, tanto, que data de cuando aún hacía reseñas en el blog. Por ahí estará mi apreciación sobre esta historia que como a ti me atrapó desde el principio.
    La realidad es mucho más intensa que la ficción. Prueba de ello ersta lectura tan intensa y emotiva.
    Un beso Rosa.

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    1. La realidad tiene la ventaja de que no necesita ser verosímil porque no tiene nada que demostrar. Así que sí, es más intensa y más dura que lo más duro que se pueda imaginar. Lo que cuenta esta novela es para pensarlo con calma e interiorizarlo despacio. Entonces se convierte en una historia de terror.
      Un beso.

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  15. Tomo ya nota de este libro que después de leer tu reseña ciertamente me ha encantado descubrirlo. Nunca me ha gustado consumir productos de multinacionales que abusan de la explotación infantil, debido a la marginación social en la que vive inmersa su familia.
    Un beso.

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    1. Y lo peor de todo es que sin esa explotación infantil muchas familias no podrían subsistir, con lo que nos encontramos ante la disyuntiva de que trabajen los niños o la familia entera perezca de. Y es que la solución es global y pasa por cosas que no se contemplan en su totalidad.
      Habría que romper este mundo y fabricar otro más justo que no sé si nos gustaría a los privilegiados de este en el que vivimos.
      Un beso.

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  16. Recuerdo que leí varias reseñas de este libro diría que hace unnpar de años, mi sensación es que me causaría sufrimiento su lectura y tal vez sea el momento pero ahora no me apetece, no sé, como se suele decir "estoy más blanda que un higo" y no quiero meterme
    conscientemente en un libro que me resultará doloroso.
    Besos

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    1. Cada lectura tiene momentos propicios y encontrarás el de este libro o no lo encontrarás. No se puede leer todo y una lee para disfrutar con ello, que para sufrir ya hay otras cosas fuera de la lectura. Hay que leer lo que creamos que nos va a hacer bien y a dar alguna satisfacción.
      Un beso.

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  17. La verdad es que haciendo un curso sobre ventas, no me había puesto a pensar en esta cruda y cruel realidad y es así, pero no nos paramos a pensar cuando compramos o queremos en mi caso vender algo, y es algo uqe nos deberiamos de parar a pensar. ¿cuantos países viven así para que nosotros podamos comprar un vaquero por 20euros? ¿cuantos niños como este? pero vivimso y no nos paramos a pensar en ello y con tu reseña me has hecho recordarlo.
    Cuando pueda y deje el curso, no no voy a dejarlo por tu reseña jeje, lo siento, leeré este libro tan tan duro pero a la vez interesante, porque hemso de conocer la otra realidad del consumismo del cual todos somos participes sin ser conscientes de esta dura realidad.
    Un beso.

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    1. Normalmente vivimos ajenos a esta realidad y mucha gente no ha sido consciente en la vida. Vivimos y compramos sin pensar en estas cosas, pero, aunque sea poco lo que podemos hacer y no estemos dispuestos a hacerlo, al menos, es bueno ser consciente de lo que hay y dela hipocresía en la que estamos inmersos.
      Un beso.

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