"El retorno" Dulce María Cardoso

"El tío Zé nos va a llevar al aeropuerto. Papá llegará después. Después de matar a Pirata y de prenderles fuego a la casa y a los camiones. No creo que papá mate a Pirata. Tampoco creo que papá haga arder la casa y los camiones. Creo que dice eso para que no pensemos que ellos se van a reír cuando nos vayamos... Ellos son los negros"

Algunas personas han perdido un paraíso; algunas personas preferían destruir su paraíso antes de que lo disfrutaran los mismos que se lo arrebataban. Algunas personas no son conscientes de que los paraísos que perdemos, a veces, se los hemos robado a otros y aun así, los disfrutamos por siglos.

Rui es un adolescente que ha nacido en Angola. Todo su mundo es Angola, aunque sueñe con las chicas de la metrópoli y sus aretes de cerezas en las orejas. En Angola no hay cerezas ni muchachas como las de la metrópoli. 

Rui y su hermana Milucha nacieron en Angola, para ellos no hay más tierra que esa aunque puedan soñar con otros lugares. Sus padres nacieron en Portugal y emigraron jóvenes. Sus padres ya habían perdido un paraíso. Primero el padre y más tarde, la madre. Para la madre hay dos tierras. En África enfermó y en Portugal... bueno, en Portugal todo era distinto y la madre también era distinta. En África toma medicamentos y tiene momentos en que pierde el control y parece poseída por los demonios de la locura. Para el padre solo hay una tierra: un hombre es de la tierra que le da trabajo y le permite mantener a su familia y mantener la dignidad; un hombre tiene que tener un corazón agradecido. El padre no sueña con Portugal.

Años de convivencia no han creado vínculos entre colonos y colonizados. Entre blancos y negros las distancias son insalvables. Lo fueron siempre, incluso cuando los negros se reían de los chistes de los blancos, incluso cuando las relaciones estaban en su sitio y cada uno ocupaba su lugar, "el negro es perezoso, les gusta echarse al sol como lagartos, el negro es arrogante, si caminan de cabeza gacha, es únicamente para no mirarnos a nosotros, el negro es tonto, no entiende lo que se le dice, el negro es abusivo, [...] el negro es ingrato, [...] podían pasar horas hablando del negro, pero a los blancos no les gustaba perder tiempo con eso, bastaba que se dijera, es negro, y ya se sabía de qué iba el cuento"Ahora, en Portugal ha habido una revolución y en las colonias los negros han perdido el miedo. Ya no caminan con la cabeza gacha, ahora han decidido recuperar su país y las distancias entre ellos y los blancos se han hecho más extensas y más peligrosas. 

Rui nos cuenta el último día pasado en Luanda, y cómo un episodio de última hora hizo que tuviera que dejar al padre atrás y salir hacia Portugal solo con la madre, la hermana y un exiguo equipaje en el que ni siquiera tuvieron tiempo de meter las pocas cosas que habían seleccionado para llevarse.

La llegada a Portugal les hace entender que las madres, a veces, son en realidad malas madrastras de las de cuento de hadas. La madre patria los relega a los cuidados de una avariciosa directora de hotel igual que la madrastra relegó a Cenicienta a la orilla de la chimenea (Sabina dixit). En Estoril, en un hotel de lujo, vivirán hacinados cerca de un año. Los hoteles de lujo pierden su glamour y su boato cuando los huéspedes dejan de pagar las enormes cantidades que el lujo cuesta. Cuando los huéspedes no son turistas adinerados, sino retornados de las colonias, la piscina se cierra, la comida es escasa y mala y hay que hacer grandes colas para conseguirla, las habitaciones se convierten en campamentos y el servicio pierde el respeto y el ansia por agradar y servir. La madre patria tiene problemas más acuciantes que ocuparse del medio millón de portugueses expulsados del paraíso.

En "El retorno" vemos, de la mano de Rui, las diferentes formas de ver la situación entre los diferentes refugiados. Juan Comunista pensaba que "aquellas tierras no nos pertenecían, es justo que se las devuelvan a quienes les fueron robadas". Así que el día que por la televisión se anuncia la independencia de Angola, el 11 de noviembre de 1975, Juan Comunista no se puso una cinta negra sobre la chaqueta. Sí se la puso en cambio Pacaças, "estoy de luto, hoy murió mi tierra, [...] hoy murieron mis muertos y mis hijos perdieron la tierra donde los hice nacer". Dos formas irreconciliables de entender la situación que la autora no pretende reconciliar. No hay juicios de valor en este libro, no hay buenos ni malos ni se juzga ni se adjetiva. La autora solo muestra: nos muestra hechos, sentimientos, formas de ver las cosas, distintos puntos de vista, distintas maneras de enfrentarse a los hechos, pero deja que nosotros leamos los hechos al desnudo, sin decirnos lo que debemos opinar. Aunque cada uno tengamos nuestra propia opinión.

Rui encuentra una terraza a la que nadie sube y se refugia allí para estar en soledad. Allí recuerda y se da cuenta de que los recuerdos alteran las sensaciones y los actos más inocuos de la vida. "No sé cuando dejé de sentir una sola cosa a la vez. Fumar un cigarrillo debía ser solo fumar un cigarrillo. Encender un cigarrillo con el encendedor Ronson Vareflame de papá también debía ser solo eso. No debía ponerme e pensar que es el encendedor con que papá quería prenderle fuego a nuestras cosas. No debía ponerme a ver nuestras cosas ardiendo". Lo que Rui aún no sabe es que los recuerdos que enturbian los actos simples y cotidianos no son el resultado de la pérdida del paraíso, a no ser que la pérdida del paraíso sea la pérdida de la infancia. No es el retorno a la metrópoli y el alejamiento de su Angola natal lo que llena sus actos de nostalgia y ansiedad, sino los recuerdos. Atesorar recuerdos empieza a teñir los actos de melancolía. Añora a su padre, añora su vida anterior, añora a sus amigos, añora su tierra rica en toda clase de cosas que añora en ese país frío, huraño y pobre. En Angola los camiones de su padre cargaban café, sisal, algodón. En Angola había aceite de palma, diamantes, petróleo, "aquí solo hay patatas y coles, cómo se puede hacer dinero solo con patatas y coles".

La torre más alta es la Sears Tower (Chicago, julio 2011)
Rui vivirá un año en una habitación con un balcón con vistas al mar que debería ser su casa, pero que no puede sentir como su casa. En ese año descubrirá el sexo, se sentirá adulto y se verá dominado, y un poco agobiado, por la responsabilidad de ser el hombre de la familia empeñado en llevar a su madre y a su hermana a América donde todo es posible. Sueña con América y sueña, en la azotea de sus sueños, cuando ya van a abandonar el hotel para instalarse en una casa pequeña, pero casa al fin, con que quedan 784 días para el último día de 1978. Ese día se subirá a otra azotea más alta; ese día, en esa azotea, quedó en verse con Gegé y Lee, sus amigos de Luanda. Se marcharon antes que él, uno a Sudáfrica, el otro a Brasil. Quedaron en verse el 31 de diciembre de 1978 en lo alto de la Sears Tower de Chicago.

Quedan aún 784 días para que se cumpla su sueño, pero no importa. Se van del hotel. "tal vez lo peor pueda estar aún por venir. [...] Nos vamos del hotel y yo tengo que estar contento y no pensar en otras cosas, el cuarto y el balcón con vista para el mar, no eran parte de nuestra casa, nuestra casa es un cuarto y una sala con las ventanas próximas al techo, nuestra casa no tiene balcón y está lejos del mar, pero es nuestra casa".

Dulce María Cardoso
Al principio de "El retorno", en una nota del traductor, se dice de la autora "Dulce María Cardoso es una autora que utiliza el mínimo posible de signos ortográficos. No encontrará el lector dos puntos ni punto y coma; tampoco signos de interrogación ni exclamación. las comillas también faltan, pues en el flujo de memoria que la autora intenta captar ese signo tipográfico no existe". También algunos tiempos verbales están proscritos en la prosa de esta autora. Todo ello y la peculiar forma de escribir, de memoria, recordando lo escrito previamente en borradores desechados, hace que el relato fluya como si de un monólogo improvisado y repentino se tratara. Parece que Rui está sentado al otro lado de la mesa, con una bica y unos pastéis de nata, rememorando sus vivencias para nosotros. 

Pero puede que esa sensación se deba a que, si bien no es Rui, es la propia autora la que está frente a nosotros, contándonos una etapa de su vida porque aunque Dulce María Cardoso nació en Portugal, pasó su infancia en Luanda. Tenía 11 años cuando se vio obligada a regresar con su familia.“Había triunfado la revolución de los claveles y en ese ambiente, éramos vistos como colonialistas, blancos que habíamos ido allá a explotar a los negros. Yo cogía el tren de Cascais a Estoril para ir a la escuela y recuerdo perfectamente que la gente me decía —con 11 años que tenía— que me fuera a mi tierra, que regresara a Angola a seguir explotando a los negros. La pérdida del hogar y la forma en que fuimos recibidos resultó una combinación explosiva”. (El País 27 de enero de 2019)

Título del libro: El retorno
Autor: Dulce María Cardoso
Título original: O Retorno
Traducción: Jerónimo Pizarro
Editorial: La umbría y la solana
Año de publicación: 2018
Año de publicación original: 2011
Nº de páginas: 248

Comentarios

  1. El tema del abandono forzoso de un país que ha sido tu hogar durante muchos años felices, sintiéndote odiado por los nativos, da para multitud de reflexiones y sentiientos por parte de sus protagonistas. Las relaciones entre colonizador y colonizado siempre han sido foco de tensión que no explota hasta que este último logra la independencia, como les sucedió a los españoles que tuvieron que abandonar Guinea Ecuatorial allá por los años 60. Hace muuuchos años leí una novela titulada Bajo el sol de Kenia, de Barbara Wood, que también trataba de la relacion entre los colonos británicos y los nativos y me gustó mucho (quizá si la leyera ahora no opinaría igual) por la descripción del estilo de vida de ambos y de la ira y violencia desatada por los nativos independentistas. Henning Mankell también trató, en Comedia infantil, el modo de vida y las relaciones entre los blancos y los negros en Mozambique, un libro que me entusiasmó.
    Así que esta novela que nos traes tiene, para mí, un gran interés, tanto humano como político.
    Un beso.

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    1. No he leído "Comedia infantil" y he leído muchas novelas de Mankell, pero esa en concreto, no. Debería hacerlo.
      Imagino que son relaciones, las del colono y el colonizado, que no pueden ser buenas. Al colonizado le han invadido su tierra y lógicamente no puede estar muy contento, encima el colono suele mostrar desprecio por el colonizado que suele ser de una raza considerada inferior. Entre el clasismo y el racismo de unos y el resentimiento, lógico, de los otros, desde el principio ya se está larvado el final.
      Lo que más me ha llamado la atención es que, cuando volvieron a Portugal, a los colonos los llamaban explotadores y negreros, como si la colonización hubiera sido cosa de ellos y el país hubiera quedado al margen.
      La verdad es que en este libro se cuenta de una forma original que me ha encantado.
      Un beso.

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  2. Fantástica historia, y contada de esa forma tan original que comentas en la reseña.
    Que bien quedan reflejados los distintos sentimientos de todos los protagonistas de esta historia, los colonos, los colonizados, los de la metrópoli,...
    He disfrutado con la lectura, me ha hecho pensar, me he alegrado de encontrar formas nuevas de narrar, y me ha gustado mucho tu reseña. Seguro que animas a mucha gente a leer. Un beso

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    1. Las posturas de todos quedan reflejadas con unas pinceladas sutiles, pero certeras y lo mejor es que no se juzga, solo se muestra.
      Creo que es un libro muy adecuado para esta época en la que la gente se mueve mucho y la convivencia con gente de otras razas y de otros lugares es un hecho cotidiano.
      La forma de narrar la hace muy dinámica, se tiene la sensación de que te están contando la historia en persona, lo que le da un mayor peso y hace que te impliques más.
      Ojalá mucha gente se anime con ella y ojalá todos aprendamos algo.
      Un beso.

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  3. Hola.
    Va directo a los primeros puestos d emi lista. Yo cogí el tren de Cascais a Estoril muchas veces, y de Cascais a Lisboa, de Carcabelo a Lisboa...adoro POrtugal y me encanta leer sobre África, asíq ue apuntadísima. Además me ha intrigado el poco uso de los signos ortográficos y esa sensación de monólogo.
    Qué preciosa reseña, y qué bonita esa promesa de encontrarse en las Torres Sears.
    Muy feliz día.

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    1. Pues parece un libro escrito a tu medida. Seguro que te gusta. Yo estoy descubriendo que las historias ambientadas en África me gustan cada vez más.
      A mí también me gusta mucho Portugal y los portugueses son, por lo general, de lo más amable que he encontrado. No entiendo por qué vivimos tan de espaldas a ellos (y ellos a nosotros) con lo cerquita que estamos.
      Un beso.

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  4. Leyendo tu reseña me doy cuenta que el país de cada cual es donde habita y no en el que nace.
    Lo penoso de las colonizaciones es que siempre se obliga al colonizado y se le maltrata y se le hace de menos. De tal manera, que cuando este ve la posibilidad de desquitarse, lo hace sin miramientos, sabiendo de antemano que el objetivo de sus perjuicios ya no es el mismo que el que originó en un principio los abusos y despropósitos.
    Con lo cual, el rencor, el odio y la venganza se trasmite de una generación a otra.
    "Ojo por ojo y el mundo se quedará ciego"
    Besos.

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    1. Yo creo que el país de cada cual depende de cada cual. La madre, por ejemplo, nunca llega a sentir África como su tierra, el padre, sin embargo, sí.
      Los rencores que se van larvando entre colonos y colonizados son normales (no deberían serlo, pero lo son y se entiende), lo que no logro entender es que los propios portugueses consideraran a los colonos explotadores de los negros. Al fin y al cabo, los colonos son el brazo del que se sirve la metrópoli para hacer efectiva la colonización; es la metrópoli la que se beneficia del trabajo de los colonos y de los recursos que extraen. Yo creo que es la propia vergüenza, tras la revolución de los claveles, la que les hace cerrar los ojos y buscar culpables ajenos a cada uno. Finalmente sobre los colonos cae todo: el odio de los colonizados y la vergüenza y la culpa de los propios portugueses.
      Y el mundo cada vez más ciego.
      Un beso.

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  5. Me toca esta historia, aún sin leerla, además de por curiosidad lectora, por ser la última generación de colonizadores en el llamado Sahara Occidental Español, capital El Aaiún, y por ser pequeña entre otras premisas, no tenía conciencia de ser "la invasora".
    Además de no haber leído nada de esta autora que utiliza el mínimo posible de signos ortográficos, y consigue ser expresiva.
    Gracias Rosa, tienes el virtuosismo de, con tus palabras y buen decir, desplegar un menú de lecturas que dan muuuchas ganas de comerse a bocaos.
    Ya tengo mi pedido del mes ¡ea!

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    1. ¡Qué interesante lo que cuentas! Te mataría a preguntas: Cómo era la vida allí, cuándo volviste, qué años tenías, naciste allí, cómo era la relación con los saharauis, qué sentiste al volver, cómo os recibió la metrópoli (en este caso, nosotros mismos)...
      Las colonizaciones no son buenas, pero a veces, las descolonizaciones son aún peores. Se deja todo manga por hombro, no se cierra bien el asunto y las víctimas son los propios colonizados y la gente que vive allí y tiene que volver, a veces de mala manera y para encontrar incomprensión en su tierra.
      Te gustaría este libro, seguro. No es que se utilicen pocos puntos de puntuación, es que hay algunos que no se utilizan. Quiero decir que hay frases cortas y largas; hay puntuación suficiente, pero nunca punto y coma o dos puntos. Es una cosa curiosa. Espero que le pegues un buen bocao.
      Un beso.

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    2. Ya te diré cuando me llegue y lo lea Rosa. Tengo la impresión de que me gustará, por la temática y porque vista tu experiencia de lectora, confío en tu criterio.

      Sobre el Sahara: viví 10 años en El Aaiún, capital del Sahara. Mis padres además se conocieron en Sidi Ifni y allí me gestaron. Nunca tuve la sensación de estar "de prestado" ni de ser colonizadora, al contrario, fui muy feliz y creo que es algo que le pasó a toda mi generación, "los últimos". Los niños y jóvenes de El Aaiún formamos un vínculo muy fuerte, muchos de nosostros aún mantenemos relación, tenemos una asociación de que además de reunirnos en diversos puntos de España al menos una vez al año (pues estamos desperdigados, aunque la mayor parte en Canarias). Además colaboramos en un sub grupo con la causa Saharahui. Pero, de jóvenes, ninguno fuimos conscientes de que estábamos en una situación de poder respecto a los saharahuis. Lo cierto es que bajo ala afable capa de cordialidad había una separación importante entre los saharahuis y los españoles....(casta, raza, religión, costumbres...) Existía una gran diferencia clasista entre los propios militares, entre los oficiales y suboficiales, todo regido por la mente rígida militarista de la época franquista, ¿cómo no va a haber diferencias entre los saharahuis y españoles?, sin entrar en materia política, que esa es otra y este no es el espacio para hablarlo. Sin embargo, mi experiencia personal (inconsciente y egoista), fue maravillosa a pesar de todo.

      Que me he enrollao ;)

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    3. Muchas gracias, Tara, por la información. No conozco el Sáhara pero me parece que tuvo que ser fabuloso pasar allí la infancia. Es lógico que no tuvieras sensación de estar invadiendo. Para ti era tu tierra.
      Es normal que haya diferencias entre unos y otros. Esas diferencias enriquecen. Lo malo es que se suelen utilizar como base del odio, del desprecio, del sentimiento de superioridad. Es caso es que nos fuimos de allí y más de cuarenta años después, siguen como siguen. Lo dicho, a veces, la descolonización se hace tan mal que es peor que la colonización.
      Un beso y gracias de nuevo.

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  6. La leeré, me ha interesado la historia, aunque me da un poco de miedo esa forma de escribir que comentas. La pérdida de paraísos, el retorno y la vida de los lugares colonizados desde un punto de vista 'portugués' me resulta muy atrayente y creo que será interesante. Gracias.
    Saludos.

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    1. Que no te dé miedo. Aunque lo que se dice acerca de su forma de escribir pueda hacernos creer que es un libro de difícil lectura, nada más lejos de la realidad. Se lee muy bien. Es como una historia que alguien te cuenta. Sobre todo, el hecho de escribir borradores, desecharlos y luego escribir de memoria lo que recuerda de lo desechado hace que la narración resulte fluida y muy natural.
      Seguro que te gusta.
      Un beso.

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  7. Respuestas
    1. Pues es mucho más fascinante la novela. Te la recomiendo.
      Un beso.

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  8. Me atrae el tema y la técnica narrativa. La leeré, sin duda.¡ Gracias!

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    1. Creo que te gustará mucho, Sara. Me da la impresión de que es una novela muy de tu estilo, más en el contenido que en la forma, pero seguro que la forma también te gusta. Ya me contarás.
      Un beso.

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  9. Desde luego parece de lo más interesante por la temática y también por la técnica que utiliza. No parece por lo que dices que resulte complicada de leer, supongo que porque es como si se estuviera escuchando un monólogo y no nos sorprende.
    Le echaré un vistazo.
    Besos

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    1. Has captado perfectamente la naturaleza formal de la novela. La forma peculiar de puntuar y de redactar en ningún momento hace difícil la lectura, por el contrario, le da la frescura de una charla en la que alguien te cuenta su historia mientras tomáis un café. No conocía a la autora y ha sido todo un descubrimiento.
      Un beso.

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  10. El deseo de esos retornados de marchar a América a construirse una mejor vida me ha recordado mucho la novela de NoViolet Bulawayo "Necesitamos nombres nuevos" en la que unos zimbabuenses desean ir a América -a Chicago, precisamente- para salir adelante pues en Zimbabue malviven y además hay un gobierno tiránico. No es la misma situación que la de los retornados de Angola y Mozambique a la metrópoli.
    Los problemas fueron increíbles en Portugal en ese momento. Lo que me deja boquiabierto es pensar que si a Dulce María Cardoso le decían que se fuera a África a pesar de ser ella blanca no quiero ni imaginarme lo que oirían decir de ellos los negros que siendo portugueses se acogieron a su derecho de retornar. Y digo esto porque sé de buena tinta a través de mis primos portugueses los choques que en su momento hubo. Hoy, ya pasados los años, todo se ha tranquilizado, pero cuando vienen mal dadas como en la última crisis estos problemas vuelven a aflorar.
    Un beso

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    1. Es lo que pasa siempre Portugal se llenó de retornados, colonos blancos y negros que no dejaban de ser portugueses.
      Eso siempre crea problemas. Primero logísticos por parte de los políticos que habían auspiciado la independencia tras la revolución de los claveles y que echaban toda clase de culpas sobre los colonos, a los que casi hacían sentirse responsables de la colonización. Después por parte de la población que tenía que cargar y compartir con un montón de gente venida de fuera. Portugal nunca ha, sido un país rico y mucha de la gente que se fue lo hizo huyendo de la miseria.
      Llama la atención que los familiares que se habían quedado en Portugal, casi en ningún caso se hacen cargo de los regresado.
      Como dices, en épocas de crisis, cualquiera es visto como un posible competidor, aunque se les necesite como es el caso actual de España.
      Un beso.

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  11. Un libro con un argumento muy interesante, además tiene parte autobiográfica, por lo que parece. Ese pacto entre amigos de encontrarse en Chicago tiempo después es muy dulce, ahora leería el libro para saber si al final se encuentran o no. También parece que la manera de escribir de la autora tiene una característica propia que hace encantador la narración.
    Muy buena reseña!! Un besito guapa!!

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    1. El libro deja el futuro bastante abierto y siento decirte que para el encuentro en Chicago quedan esos 784 días de los que habla. No es una novela que encierre finales deseados o secretos revelados. Es una historia que se va contando con sus luces y sus sombras. Eso sí, muy recomendable.
      Un beso.

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  12. Desde luego, narrativamente, me ha llamado la atención esa ausencia de puntos y comas, por otra parte, adecuada para reflejar ese monólogo interior. Me ha sugerido algo parecido a Delibes en Cinco horas con Mario.
    Parece que la autora vivió muy de cerca la situación que aborda la novela, eso le da un plus de emotividad de lo vivido.
    La historia es una rueda de civilizaciones y grupos sociales. Desde que salimos de Áfica el Sapiens ha conquistado territorios, culturas dominantes en una época fueron invadidas o subsumidas por otras. En África y en todas partes. Juzgar desde el punto de vista de hoy hechos acaecidos en el pasado siempre es injusto. La Historia siempre ha sido una sucesión de verdugos caídos en víctimas y de víctimas convertidas en verdugos. Por ello me parece muy de destacable que la autora se limite a mostrar, dejando los juicios de valor para los lectores.
    Eso para mí es algo que dice mucho de la novela.
    Un fuerte abrazo, Rosa!

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    1. Se puede considerar un monólogo igual que "Cinco horas con Mario" pero en este caso, se dirige al lector, al que le cuenta la historia, y no al marido muerto.
      Tienes toda la razón. No se puede juzgar los colonialismos de principios del siglo XX con la mentalidad del siglo XXI, y menos aún otros más pretéritos. Siempre han supuesto saqueo de recursos y no muy buen trato a la población nativa, pero la mentalidad de unos y otros ha ido cambiando mucho. Los españoles pensaban que les hacían un favor a los indios americanos al llevarles religión y cultura. Como si ellos no tuvieran ambas cosas, pero hacselo entender a aquellos conquistadores del siglo XVI.
      Ese dejar que opine el lector y limitarse a contar los hechos para mí también tiene mucho valor.
      Un beso.

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  13. Sobre el tema tratado en esta novela no he leído casi nada y me parece que sería muy interesante. Por otro me gusta que la autora, tal y como dices, nos muestre los hechos, las sensaciones, los sentimientos, y nos deje forjarnos nuestra propia opinión. Como bien dices todas las cosas tienen puntos de vista y, en general, no me gustan los que se ciñen a uno solo y lo dan por bueno, como el único verdadero y correcto porque es el suyo propio.
    No sé si su forma de escribir "peculiar" en algún momento llegaría a hacérseme extraña, pero no creo y de todas formas estoy dispuesta a comprobarlo.
    Vamos, que me ha parecido un novela estupenda que tengo desde ya ganas de leer :)

    Una reseña genial, Rosa, he disfrutado un montón leyéndote y dejándome llevar, párrafo tras párrafo, por tus letras. ¡Gracias!

    Un beso y feliz viernes, guapa.

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    1. Su forma de escribir no resulta extraña, sino, por el contrario, bastante cercana.
      Transmite muy bien todo lo que pretende: la sensación de pérdida y el miedo, la frustración y el desencanto, la esperanza... Y sobre todo, nos cuenta de una época y unos acontecimientos de los que yo, la verdad, sabía lo justo que es casi nada.
      Verdaderamente recomendable.
      Un beso y feliz finde.

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  14. Debe de ser complicado digerir esa situación de desarraigo por partida doble, no ser del todo de un lugar ni del otro. Me resulta muy atractiva la historia, ese choque de mundos, de culturas, y los recuerdos como un refugio, a veces consistente, otras frágil.
    Y me atrae ese estilo narrativo de la autora, desconocida para mí. Tomaré nota.
    Disfruta la Semana Santa, Rosa.

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    1. Una situación dura de verdad. Te echan de lo que consideras tu tierra porque has nacido allí y la metrópoli, con la que sueñas, te recibe de mala manera y con malas caras. Desarraigo como dices, desarraigo total. Esa suspicacia ante los que vienen de lejos, tal vez a quitarnos algo sin pensar en que fueron ellos los que tuvieron que irse y los que explotaron los recursos que dieron un poco de auge al país... Los propios familiares que quedaban en Portugal no se hacían cargo de ellos y hay un detalle estremecedor en el libro que queda a la interpretación del lector: uno de los retornados, fue llamado por sus familiares en Portugal para que fuera a vivir con ellos y poco después supieron que se había suicidado. ¿Con qué se encontraría para llegar a ese extremo? ¿sería solo nostalgia o una situación insoportable de desprecio o ninguneo?
      Un gran libro. Creo que te gustaría mucho.
      Un beso y feliz Semana Santa para ti también.

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  15. Qué tremendo y verdadero tu primer párrafo (el que sigue a la primera cita). Me ha hecho acordarme de 'El defecto' de Magdalena Tulli. Después me ha venido a la mente 'Verde agua' de Marisa Madieri, por ser una lectura más reciente para mí y por el tema de cómo han de vivir los refugiados. Pero esta novela que nos traes trata también el colonialismo, con esa especie de condescendencia hacia el colonizado y con la hipocresía del país colonizador que critica y a la vez se aprovecha de la situación. Y luego está también la forma en la que está escrita la historia, que, por lo que cuentas, parece ser muy especial. Ya te había dicho que me llamaba la atención y ahora, tras leerte, me la apunto sin dudar.
    Besos

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    1. Ha sido una gran experiencia leer este libro, ir paseando por la narración de Rui y verle casi crecer y madurar ante nuestros ojos, y ver esa relación, primero de colonos y colonizados y luego de portugueses y retornados.
      Es todo tan injusto. Los colonos son injustos con los nativos y luego padecen las injusticias en la metrópoli.
      Nunca se trata bien al que es diferente y se le considera inferior.
      Seguro que te gusta.
      Un beso.

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  16. Me interesa el tema y el punto de vista, también ese estilo donde se prescinde de cualquier elemento que frene el "flujo" narrativo. ¿Cómo descubres estos libros? De la editorial no tenía tampoco la menor idea, investigaré.
    Un abrazo.

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    1. Esos descubrimientos se los debo a la tertulia del instituto. Los dos últimos, sobre emigrantes, eran para mí totalmente desconocidos y me han gustado muchísimo los dos.
      Lo tuve que comprar en Amazon porque en la librería que suelo encargarlo, me dijeron que no tenían ni idea de qué editorial era y no sabían cómo ponerse en contacto. Ellos mismos me recomendaron que acudiera a Amazon.
      Un beso.

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  17. Acabo de terminar de leerlo y lo he disfrutado mucho. Emociona. No sabes como te agradezco esta lectura tan especial.

    Y acabo de empezar con Muñoz Molina "Como la sombra que se va"... ya te diré Rosa.

    Mil gracias compañera.

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    1. Vaya, Tara, me alegro muchísimo. Espero que "Como la sombra que se va" te deje igual de satisfecha.
      Yo tengo que empezar ya el último de Muñoz Molina, "Tus pasos en la escalera" para la tertulia del instituto.
      Te agradezco que me lo digas. Es todo un honor haberte aconsejado bien.
      Un beso.

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