Octubre 2017


Si de verdad les interesa lo que voy a contarles, lo primero que querrán saber es dónde nací, cómo fue todo ese rollo de mi infancia, qué hacían mis padres antes de tenerme a mí, y demás puñetas estilo David Copperfield, pero no tengo ganas de contarles nada de eso. Primero porque es una lata, y, segundo, porque a mis padres les daría un ataque si yo me pusiera aquí a hablarles de su vida privada. Para esas cosas son muy especiales, sobre todo mi padre. Son buena gente, no digo que no, pero a quisquillosos no hay quien les gane. Además, no crean que voy a contarles mi autobiografía con pelos y señales. Sólo voy a hablarles de una cosa de locos que me pasó durante las Navidades pasadas, antes de que me quedara tan débil que tuvieran que mandarme aquí a reponerme un poco.

Creo que esta vez lo he puesto fácil. La gorra roja me habrá delatado y ya todo el mundo sabrá que quien habla no es otro que Holden Caulfield, ese joven, más bien adolescente, a quien lo único que verdaderamente le gustaría ser es encargado de agarrar a los miles de niños que, en su imaginación, juegan en un campo de centeno al borde de un precipicio. Él sería el encargado de agarrarlos (el catcher) si se acercaran demasiado al vacío para evitar que se precipitaran al abismo "Te parecerá una tontería, pero es lo único que de verdad me gustaría hacer. Sé que es una locura". Así surge el título en inglés "The catcher in the rye" y, el precioso y evocador título en castellano: "El guardián entre el centeno".
Aunque J. D. Salinger publicó esta novela como tal en 1951, ya entre 1945 y 1946, se había publicado en forma de serie, por capítulos. La novela se ha convertido en todo un símbolo de la rebeldía adolescente. 
Desde el primer momento, fue una novela polémica pues el relato crudo de los impulsos adolescentes que hace Holden Caulfield, tanto sexuales como de repulsa del mundo que le rodea, supuso un escándalo para la sociedad de la época.
Además, por si fuera poco, una especie de leyenda negra ha acompañado a la novela a lo largo del tiempo. El asesino de John Lennon, estaba leyéndola mientras esperaba a que lo fueran a arrestar después de asesinar al cantante. En la novela había escrito "esta es mi declaración". El asesino de la actriz Rebecca Schaeffer tenía en su poder un ejemplar de la novela, mientras terminaba con la vida de la actriz. El hombre que intentó asesinar a Ronald Reagan a poco de acceder a la presidencia de Estados Unidos, además de pretender llamar la atención de la actriz Jodie Foster, declaró ser un fan incondicional de la novela que, decía, le tenía obsesionado.
Pero polémicas y leyendas negras aparte, es esta una novela que las veces que la he leído, me ha producido una enorme ternura hacia su protagonista, un ser perdido y desorientado, expulsado de varios colegios, inerme ante un mundo que no entiende, pero en el que se sumerge a pulmón libre y sin salvavidas.  
Cuando comienza la novela acaban de expulsarle del último colegio, la Pencey Prep, por lo que decide escapar y no esperar los pocos días que aún quedan para las vacaciones de Navidad.
Irá deambulando por Nueva York: bares, hoteles, calles y parques, mientras nos va contando su historia y sus pensamientos, su postura ante la vida; con un lenguaje tan sincero como espontáneo, con tal inocencia dentro de su pesimista visión del mundo, que nos cautiva y que cuesta trabajo pensar que no es autobiográfico. 
Holden Caulfield es un adolescente reflexivo que está descubriendo que el mundo no es el lugar encantado que nos venden en la infancia ni él, el niño adorable que se pudo creer durante unos años. Se enfrenta al desengaño de la realidad, a la hipocresía y el fingimiento, a la complacencia de un mundo capaz de defraudarle hasta pensar en ofrecerse voluntario para hacer pruebas bajo una bomba atómica, pero capaz de conmoverle hasta producirle preocupación por el destino de los patos de Central Park cuando llega el invierno y el lago se congela. "Me acordé del lago que hay en Central Park, cerca de Central Park South. Me pregunté si estaría ya helado y, si lo estaba, adonde habrían ido los patos. Me pregunté dónde se meterían los patos cuando venía el frío y se helaba la superficie del agua, si vendría un hombre a recogerlos en un camión para llevarlos al zoológico, o si se irían ellos a algún sitio por su cuenta".
No sabemos si Holden es Salinger, o una leve imagen del autor, o no tiene que ver en absoluto con él. Pero teniendo en cuenta que J. D. Salinger desapareció de la vida pública y literaria (tras "El guardián entre el centeno" solo publicó un par de libros de cuentos y algunas novelas cortas), se refugió en su casa y se negó a dar entrevistas y a publicar lo que siguió escribiendo, no podemos dejar de ver un rechazo al mundo y a la sociedad similar al que nos transmite el joven protagonista de la novela y, como él, nos imaginamos a J. D. Salinger afirmando, "Si yo fuera pianista, tocaría dentro de un maldito armario".
No es pianista, es novelista, pero igual huye como Holden de la notoriedad, de la fama, de ser reconocido por un mundo que él no reconoce. Y, en lugar de tocar desde un armario, se refugia en New Hampshire y deja de publicar. Da la espalda a un mundo que considera lleno de farsantes y así se evita el tener que vivir en una farsa.

Las novelas que aparecen en esta sección, "Bienvenido nuevo mes literario", no están recién leídas, pero están leídas. Se trata de novelas que empleo para comenzar cada mes. Por ello comienza la entrada con el inicio del libro. No pretende ser una reseña, sino el comentario sobre una historia que me marcó lo suficiente como para poder hablar de ella aunque haga ya muchos años que la leí. Por ello, espero que me perdonéis si incurro en algún error.





Comentarios

  1. Intenté leer este libro un par de veces sin éxito. No conseguía enganchar con el protagonista, al contrario que tú.
    El que fuera la lectura preferida de algunos asesinos famosos quizá explica el comentario de un viajero en el metro cuando me vio con un ejemplar: "es una lectura para psicópatas". Lo dijo y se quedó tan ancho. La impresión que tuve yo es que ese señor sí estaba mal de la cabeza, pero que muy mal.
    Quizás con esta publicación me anime a leerlo entero de una vez por todas.
    Besos, amiga.

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    1. Es un libro que yo leí gracias a mi hijo. En su libro de Lengua y Literatura de 3º de ESO, creo, venía este comienzo y le gustó tanto que se lo aprendió de memoria y se leyó el libro y me insistió tanto que lo leí yo también. Me arrastró enseguida el lenguaje y el carácter entre ingenuo y escéptico del protagonista. Después lo leí otra vez más.
      Seguro que ese señor del metro, no lo había leído jamás. El personal oye campanas a lo lejos y se cree campanero. Nada más lejos de Holden que ser un psicópata. Lo que es es un adolescente con una visión bastante real y desencantada del mundo en el que vive. Anímate. Además te lo lees en dos tardes.
      Un beso.

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  2. !Cómo me ha gustado tu comentario! La leí hace mucho tiempo, me encantó; y volverla a recordar a través de tus palabras, ha sido un placer.
    Gracias, Rosa.
    Un beso

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    1. Es una novela muy tierna, dentro de su pesimismo y desencanto. Es un adolescente desengañado y defraudado por un mundo que no entiende, pero que aún no ha perdido la ingenuidad del niño ante lo que la vida le puede ofrecer. Me parece maravillosa.
      Gracias a ti, guapa.
      Un beso.

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  3. Ya echaba en falta esta novela en tus inicios de mes.
    No es que sea de mis preferidas, pero tiene su hueco reservado entre mis lecturas de adolescencia. No tengo claro si ahora me gustaría igual.
    Así todo, entiendo que es una lectura obligada y que no te deja indiferente.
    Gracias por recordárnosla.

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    1. Yo la leí ya mayor. Tenía mi hijo trece o catorce años cuando me la recomendó. Hasta entonces, no me había animado, no sé muy bien por qué.
      La he leído un par de veces y creo que a un adolescente se le tienen que escapar muchos matices. Es una lectura para adultos creo yo.
      Un beso.

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  4. Coincido contigo, a mi también me produjo una gran ternura. Además, mi yo adolescente se vio casi en un espejo. Lamenté mucho no haberla leído antes, con quince o dieciséis años. Como curiosidad, en 2006 (he tenido que buscar el año, no soy ningún erudito) se publicó una nueva traducción más ajustada y veraz, actualizando algunas expresiones juveniles. Recordaba esto y buscando, he dado con este documento único, te paso el link: http://novelas.rodriguezalvarez.com/pdfs/Salinger,%20J.%20D.%20%20%27%27The%20Catcher%20in%20the%20Rye%27%27-Xx-En-Sp-Sp.pdf.
    Un abrazo.

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    1. Como digo más arriba, no creo que sea una novela para leer de adolescente. se puede leer y a mi hijo le fascinó (era cuando aún leía), pero creo que no se capta en todo su significado hasta que no se lee ya de mayor.
      ¿Verdad que es muy tierna?
      Muchas gracias por el documento, es una pasada. Dos traducciones distintas, el original y encima con anotaciones. Un tesoro.
      Un beso y gracias de nuevo.

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  5. Como siempre, querida Rosa, son tantas las emociones y evocaciones que transmites cuando una novela te gusta, que consigues automáticamente que nos interese, que nos enamoremos de ella. Esta que has elegido para comenzar el mes de octubre no es una excepción. Lo tuyo es un don, estoy segura. ¡Muchas gracias por compartir tus impresiones y gran cultura literaria con nosotros!

    Un beso grande.

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    1. Gracias, Julia, tú sí que sabes sacarle a una los colores. Es una novela tan tierna y transmite tantas cosas que mi mérito queda en casi nada.
      Si no la has leído te la recomiendo. Espero que la disfrutes. En dos tardes un poco dedicadas, la terminas.
      Un beso.

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  6. Hola Rosa, un título mítico que ha tenido la mala suerte de ser asociado a psicópatas y desequilibrados.
    La leí hace años pero supongo que necesito hacer una lectura de adulta para captar todos esos matices que se me escaparon cuando la leí hace años.
    Eso sí me ha encantado la pasión que pones para describirla, transmites lo mucho que te gusta y eso se contagia.
    Besos

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    1. Pues tardé mucho en leerla, no sé muy bien por qué; prejuicios me figuro.
      Se puede disfrutar mucho de adolescente. A mi hijo le encantó, pero creo que de adulto, la lectura es más completa y enriquecedora.
      Me alegra el hecho de contagiar entusiasmo lector.
      Un beso.

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  7. ¡Hola, Rosa! Este es uno de esos libros que o lo amas o lo odias. En mi caso me encantó y quedé atrapada en sus páginas desde el comienzo, de hecho, creo que lo leí en un día porque no podía soltarlo. A todo lo que has contado se une la polémica de la traducción de Carmen Criado...
    ¡Un beso!

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    1. Sí, desde luego, no es un libro que deje indiferente a nadie.
      Lo leí dos veces, en 2001 y en 2012, pero me temos que en ambos casos leí la misma edición, por lo que desconozco la nueva, pero me haré con ella, pues por el documento enviado por Gerardo, las diferencias hacen que varíe bastante el estilo.
      Un beso.

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  8. ¡Hola, Rosa! Una reseña que demuestra tu sensibilidad y amor por la lectura. Solo el inicio muestra el porqué esta novela se ha convertido en un clásico. Esa narración en primera persona, con ese tono conversacional atrapa a cualquiera. Puede parecer sencillo, pero desde luego conseguirlo supone que el autor se ha mimetizado con el personaje. ¿Cuánto tiene del autor? Es muy difícil que los personajes no tengan algo del autor, bien relacionado con sus demonios, bien relacionado con su personalidad.
    Pienso que esas referencias de distintos psicópatas han influido para que este libro se convirtiera en un clásico. Aunque desde luego no tiene nada que ver con ellos, ese aura puede haber atraído a varios lectores.
    Un abrazo!!!

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    1. Ese tono coloquial, desenfadado, conversacional, como dices, te atrapa desde el principio y no te suelta hasta que terminas el libro.
      Holden es cualquier cosa menos un psicópata, puede convertirse en un sociópata y alejarse del mundo como Salinger, pero no me lo imagino matando ni una mosca, más bien lo imagino como víctima de un mundo que no entiende. Con su ingenuidad es carne de psiquiátrico, pero no por asesino, sino por víctima.
      Un beso.

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  9. Guapa! Aún no lo he leído pero lo tengo pendiente de leer desde hace tiempo. Comprado y en la estantería, esperándome jejeje Con tu reseña se me han acelerado las ganas! Un besito :)

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    1. Pues espero que te decidas. Se lee rápido, con lo que tampoco es demasiado tiempo ni trabajo y creo que merece la pena.
      Sería genial que mi entrada te animara a leerlo.
      Un beso.

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  10. Hola Rosa.
    Qué recuerdos... Pero tienes razón, merece volver a leerse con la mente de un adulto. Ahora voy a buscarlo, estará lleno de polvo seguro!
    Abrazos

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    1. Seguro que es otro el Guardián que lees ahora porque tú eres otra. Puede que te sorprenda menos por ser la segunda lectura y por haber perdido la capacidad de asombro de la adolescencia, pero lo disfrutarás con la capacidad de comprensión de los adultos. Además del placer de reencontrate con tu viejo volumen polvoriento.
      Un beso.

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  11. Tengo ganas de leer esta novela desde hace mucho tiempo. Por su argumento en sí, por las leyendas negras que la rodean y por todas esas emociones que ha despertado en ti esta lectura. Para mí es importante lograr una conexión con el protagonista, más cuando se trata de un joven que se replantea el mundo que lo rodea.
    Un estupenda reseña para empezar este mes otoñal.
    Un abrazo.

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    1. Es una lectura obligatoria en Estados Unidos en las escuelas o institutos, y creo que para cualquier joven es una lectura muy recomendable, pero pienso que debería volver a leerse de adulto para sacarle todo el jugo posible.
      No la dejes pasar, es un clásico que se lee en dos trades.
      Un beso.

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  12. Créeme si te digo que no la he leído a pesar de todas las polémicas surgidas alrededor de esta novela ¡Eso sí! quizá por saturación de tanto oír hablar de ella me he negado a hacerlo de momento. No dogo yo que en su día no lo haga aunque únicamente sea por curiosidad.
    Me basta de momento con la presentación que has hecho de ella con la entrada del reciente mes de octubre.
    Besos.

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    1. No la dejes pasar, Francisco, que es todo un clasico y un icono de rebeldía. A mí me pasa un poco como a ti; si se habla mucho de un libro, me saturo y se me quitan las ganas de leerlo. Por culpa de eso, he tardado mucho en leer cosas maravillosas y alguna aún no la habré leído. A saber lo que me perderé por esas cosas.
      Un beso.

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