"Un libro de mártires americanos" Joyce Carol Oates
En esta ocasión, al placer de leer otra novela de Joyce Carol Oates, se ha unido un estímulo más: la preciosa portada que ilustra la edición de Alfaguara. Según la vi, pensé en Edward Hopper, uno de mis pintores favoritos, pero algo no terminada de cuadrarme. Era Hopper, pero no era Hopper. En cuanto tuve el libro en mis manos, busqué información acerca de la imagen y me encontré con que pertenece a Laetitia Molenaar, una fotógrafa holandesa. Confieso mi ignorancia, no la conocía. Menos mal que Google nos salva del desconocimiento si sabemos utilizarlo.
Laetitia Molenaar es como yo amante de Hopper, pero, al contrario que yo, es una artista y se ha dedicado a recrear el mundo del pintor estadounidense... ¡¡en fotografía!! O sea que la imagen de la cubierta de "Un libro de mártires americanos" no es un cuadro, es una foto. La fotógrafa reinterpreta el mundo de Hopper recreando espacios y luces en maquetas de madera tridimensionales. Su serie Here Comes The Sun [It is alright] está formada por un conjunto de fotografías que no copian las pinturas de Hopper, recrean el mundo de Hopper.
Pero ya me he emocionado y se me ha ido la mente por vericuetos inesperados, porque de lo que quiero hablar aquí es de la última novela de Joyce Carol Oates.
"Un libro de mártires americanos" es la historia de dos hombres, de dos familias, de dos mujeres.
Dos hombres: Augustus Voorhees y Luther Dunphy.
Augustus Voorhees fue un hombre entregado a sus profundas convicciones sociales. Para él "una mujer debe tener control sobre su cuerpo: se trata de un derecho humano fundamental". Era un hombre muy progresista que pudo aspirar a un puesto bien pagado en algún hospital, pero prefirió dedicarse a la medicina social y a ayudar a las mujeres a decidir por ellas mismas. En esa empresa sacrificó también a su familia, siempre temerosa de lo que pudiera pasarle, de lo que finalmente le pasó.
Luther Dunphy quiso ser ministro de la Iglesia de San Pablo Misionero, pero no tuvo paciencia para soportar las clases necesarias y se quedó en ministro seglar, un simple ayudante del pastor. La asistencia a una charla del profesor Wohlman dio un nuevo sentido a su vida. "Declaramos nuestra adhesión a la Palabra de Jesús y no a la Ley del Hombre. Declaramos que no renunciaremos a emprender todas las acciones concretas que sean necesarias para defender vidas humanas inocentes, incluido el uso de la fuerza". Estas palabras le dieron a Luther un nuevo objetivo, un objetivo que determinaría la vida de las dos familias.
Ambos hombres morirán de forma violenta y traumática. El 2 de noviembre de 1999, cuando llegaba con su coche al Centro para Mujeres de Broome County en Muskegee Falls, Ohio, Voorhees y su chófer fueron asesinados por Luther Dunphy quien después de abatirles se quedó de rodillas esperando a que la policía viniera a detenerle. Años después, Dunphy sería ejecutado mediante inyección letal, condenado por dos homicidios.
Las familias son los Voorhees y los Dunphy, dos familias despojadas del marido y padre, dos familias destruidas.
Los Voorhees eran una familia feliz hasta noviembre de 1999. Padres liberales y con estudios (la madre, Jenna, es abogada), muy progresistas y muy comprometidos con los derechos civiles, especialmente los de las mujeres, especialmente su derecho a disponer de su propio cuerpo. Eso fue lo que llevó a Gus Voorhees a dedicarse a trabajar en Centros de Planificación Familiar interrumpiendo embarazos no deseados y ayudando a conseguir embarazos a gente que lo tenía difícil. La vida de la familia se configuró alrededor del trabajo del padre y de las distintas ciudades en las que fueron solicitando sus servicios. A su último destino Jenna se negó a seguirle y a seguir poniendo en peligro a la familia. Las amenazas eran constantes; los ataques a clínicas donde se practicaban abortos, cada vez más frecuentes; el número de médicos asesinados, en aumento.
Los Dunphy son una familia profundamente religiosa del Medio Oeste. El matrimonio, Luther y Edna Mae, viven con sus cuatro hijos en Ohio, donde él trabaja de techador. La religión lo impregna todo en la familia Dunphy. No hay música, salvo los salmos religiosos; no hay maquillaje, ni escotes, ni libros, salvo la Biblia. Nada de abortos aunque venga una criatura con síndrome de Down; nada de métodos anticonceptivos aunque los hijos se acumulen y a duras penas se les pueda dar lo necesario.
De estas dos familias salieron dos hijas: Naomi Voorhees y Dawn Dunphy. Muy diferentes, pero más parecidas de lo que se podría imaginar. Ambas desarraigadas, ambas resentidas, ambas rotas y reconstruidas a base de pura necesidad de supervivencia. Han perdido a sus padres, pero también a las madres que, aturdidas por el dolor, se han visto incapaces de seguir haciéndose cargo de sus hijos. Los hermanos mayores se han buscado la propia salida al caos y se han ido
de casa. Las dos muchachas saldrán adelante con esfuerzo, por sí mismas; odiándose sin conocerse para llegar a encontrarse y darse cuenta de que la desgracia se abatió sobre ellas sin sentido y sin culpa, haciéndolas herederas de causas ajenas que las han marcado para siempre.
"Un libro de mártires americanos" es la historia de dos mártires, dos víctimas inmoladas en aras de sus ideologías, unas ideologías al servicio de las cuales se creyeron imprescindibles; con la soberbia de los elegidos, sometieron a su causa cualquier otra consideración: bienestar, familia, vida.
A lo largo de 824 páginas, Joyce Carol Oates se mete en la piel de un médico que practica abortos y de un hombre que ve en ellos una agresión homicida a un ser indefenso. Durante 824 páginas la autora nos habla con las palabras de estos dos personajes y sus familias, y lo hace con gran profundidad... y he terminado el libro sin saber si ella misma es partidaria del aborto o no lo es (tal vez sí, pero no; un tema espinoso para tomar partido al cien por cien). Lo que me ha quedado más claro es que no es partidaria de la pena de muerte.
Y es que esta novela no es una novela neutral aunque la autora no tome partido (al menos de manera explícita). El sueño americano, los fanatismos (el religioso y el laico), las relaciones familiares, el dolor, el abandono, la violencia... son diseccionados y echados sobre la conciencia del lector para que sea él quien les ponga nombre y los califique.
"Un libro de mártires americanos" es una novela sobre la vida y la muerte y sobre el hecho de que alguien pueda, en un momento dado, arrogarse el derecho a decidir sobre ellas, porque "una vez que se acepta que una clase de seres humanos tiene derecho a juzgar a todos los demás, a decidir quiénes son «personas» y quiénes no, se ha abierto la puerta para el Holocausto nazi, para el genocidio, para que el Estado pueda decidir sobre nuestra vida. No se puede permitir que suceda algo así" (confieso que estoy siendo maniquea con esta frase. No puedo ni quiero decir más, pero si alguien lee la novela sabrá a qué me refiero).
Con "Un libro de mártires americanos", una de las mejores novelas que he leído de ella, Joyce Carol Oates nos sumerge, con escenas a veces muy duras (las palabras pueden sugerir mil imágenes), en dos temas muy candentes: el aborto y la pena de muerte, "dos cuestiones que generan esa violencia que obsesionó a su admirado Norman Mailer y a otros narradores americanos como Don DeLillo o Cormac McCarthy, que tiñe de sangre la bandera americana y que tarde o temprano conduce a una forma de martirio sin redención" (El País, Babelia. Javier Aparicio Maydeu)
Laetitia Molenaar es como yo amante de Hopper, pero, al contrario que yo, es una artista y se ha dedicado a recrear el mundo del pintor estadounidense... ¡¡en fotografía!! O sea que la imagen de la cubierta de "Un libro de mártires americanos" no es un cuadro, es una foto. La fotógrafa reinterpreta el mundo de Hopper recreando espacios y luces en maquetas de madera tridimensionales. Su serie Here Comes The Sun [It is alright] está formada por un conjunto de fotografías que no copian las pinturas de Hopper, recrean el mundo de Hopper.
Here Comes The Sun [It is allright] Laetitia Molenaar (2010) |
Pero ya me he emocionado y se me ha ido la mente por vericuetos inesperados, porque de lo que quiero hablar aquí es de la última novela de Joyce Carol Oates.
"Un libro de mártires americanos" es la historia de dos hombres, de dos familias, de dos mujeres.
Dos hombres: Augustus Voorhees y Luther Dunphy.
Augustus Voorhees fue un hombre entregado a sus profundas convicciones sociales. Para él "una mujer debe tener control sobre su cuerpo: se trata de un derecho humano fundamental". Era un hombre muy progresista que pudo aspirar a un puesto bien pagado en algún hospital, pero prefirió dedicarse a la medicina social y a ayudar a las mujeres a decidir por ellas mismas. En esa empresa sacrificó también a su familia, siempre temerosa de lo que pudiera pasarle, de lo que finalmente le pasó.
Luther Dunphy quiso ser ministro de la Iglesia de San Pablo Misionero, pero no tuvo paciencia para soportar las clases necesarias y se quedó en ministro seglar, un simple ayudante del pastor. La asistencia a una charla del profesor Wohlman dio un nuevo sentido a su vida. "Declaramos nuestra adhesión a la Palabra de Jesús y no a la Ley del Hombre. Declaramos que no renunciaremos a emprender todas las acciones concretas que sean necesarias para defender vidas humanas inocentes, incluido el uso de la fuerza". Estas palabras le dieron a Luther un nuevo objetivo, un objetivo que determinaría la vida de las dos familias.
Ambos hombres morirán de forma violenta y traumática. El 2 de noviembre de 1999, cuando llegaba con su coche al Centro para Mujeres de Broome County en Muskegee Falls, Ohio, Voorhees y su chófer fueron asesinados por Luther Dunphy quien después de abatirles se quedó de rodillas esperando a que la policía viniera a detenerle. Años después, Dunphy sería ejecutado mediante inyección letal, condenado por dos homicidios.
Las familias son los Voorhees y los Dunphy, dos familias despojadas del marido y padre, dos familias destruidas.
Los Voorhees eran una familia feliz hasta noviembre de 1999. Padres liberales y con estudios (la madre, Jenna, es abogada), muy progresistas y muy comprometidos con los derechos civiles, especialmente los de las mujeres, especialmente su derecho a disponer de su propio cuerpo. Eso fue lo que llevó a Gus Voorhees a dedicarse a trabajar en Centros de Planificación Familiar interrumpiendo embarazos no deseados y ayudando a conseguir embarazos a gente que lo tenía difícil. La vida de la familia se configuró alrededor del trabajo del padre y de las distintas ciudades en las que fueron solicitando sus servicios. A su último destino Jenna se negó a seguirle y a seguir poniendo en peligro a la familia. Las amenazas eran constantes; los ataques a clínicas donde se practicaban abortos, cada vez más frecuentes; el número de médicos asesinados, en aumento.
"—¿Por qué no podemos vivir con papá?
Porque vivir con papá es peligroso.
—¿Es que no quieres a papá? ¿Estás enfadada con él?
Sí. Estoy enfadada con papá. Pero sí, le quiero".
Joyce Carol Oates (Claire Delfino) |
De estas dos familias salieron dos hijas: Naomi Voorhees y Dawn Dunphy. Muy diferentes, pero más parecidas de lo que se podría imaginar. Ambas desarraigadas, ambas resentidas, ambas rotas y reconstruidas a base de pura necesidad de supervivencia. Han perdido a sus padres, pero también a las madres que, aturdidas por el dolor, se han visto incapaces de seguir haciéndose cargo de sus hijos. Los hermanos mayores se han buscado la propia salida al caos y se han ido
de casa. Las dos muchachas saldrán adelante con esfuerzo, por sí mismas; odiándose sin conocerse para llegar a encontrarse y darse cuenta de que la desgracia se abatió sobre ellas sin sentido y sin culpa, haciéndolas herederas de causas ajenas que las han marcado para siempre.
"Un libro de mártires americanos" es la historia de dos mártires, dos víctimas inmoladas en aras de sus ideologías, unas ideologías al servicio de las cuales se creyeron imprescindibles; con la soberbia de los elegidos, sometieron a su causa cualquier otra consideración: bienestar, familia, vida.
A lo largo de 824 páginas, Joyce Carol Oates se mete en la piel de un médico que practica abortos y de un hombre que ve en ellos una agresión homicida a un ser indefenso. Durante 824 páginas la autora nos habla con las palabras de estos dos personajes y sus familias, y lo hace con gran profundidad... y he terminado el libro sin saber si ella misma es partidaria del aborto o no lo es (tal vez sí, pero no; un tema espinoso para tomar partido al cien por cien). Lo que me ha quedado más claro es que no es partidaria de la pena de muerte.
Y es que esta novela no es una novela neutral aunque la autora no tome partido (al menos de manera explícita). El sueño americano, los fanatismos (el religioso y el laico), las relaciones familiares, el dolor, el abandono, la violencia... son diseccionados y echados sobre la conciencia del lector para que sea él quien les ponga nombre y los califique.
"Un libro de mártires americanos" es una novela sobre la vida y la muerte y sobre el hecho de que alguien pueda, en un momento dado, arrogarse el derecho a decidir sobre ellas, porque "una vez que se acepta que una clase de seres humanos tiene derecho a juzgar a todos los demás, a decidir quiénes son «personas» y quiénes no, se ha abierto la puerta para el Holocausto nazi, para el genocidio, para que el Estado pueda decidir sobre nuestra vida. No se puede permitir que suceda algo así" (confieso que estoy siendo maniquea con esta frase. No puedo ni quiero decir más, pero si alguien lee la novela sabrá a qué me refiero).
Con "Un libro de mártires americanos", una de las mejores novelas que he leído de ella, Joyce Carol Oates nos sumerge, con escenas a veces muy duras (las palabras pueden sugerir mil imágenes), en dos temas muy candentes: el aborto y la pena de muerte, "dos cuestiones que generan esa violencia que obsesionó a su admirado Norman Mailer y a otros narradores americanos como Don DeLillo o Cormac McCarthy, que tiñe de sangre la bandera americana y que tarde o temprano conduce a una forma de martirio sin redención" (El País, Babelia. Javier Aparicio Maydeu)
¡¡¡¡Hola!!!!
ResponderEliminarComo siempre me ha encantado la reseña pero no sabía que adoras a Hopper como yo, me gusta tanto, tanto, tanto...
Besos y feliz domingo.
Pues ya ves la alucinante obra de Laetitia Molinaar. Me ha encantado, aunque no tanto como Hopper.
EliminarEs el pintor del paraíso americano... desolado. Un genio.
Un beso.
Tengo pendiente leer más de la autora y este lo tengo bien apuntado, pero no me da el tiempo.
ResponderEliminarUn beso ;)
Yo a esta autora, le hago tiempo como sea. Entiendo que cada una tiene sus prioridades y que esta solo es la mía, pero me gusta tanto... y jamás, jamás, me ha defraudado y he leído unos dieciocho libros suyos.
EliminarEste es de los mejores. Yo que tú, me animaría.
Un beso.
Me has convencido, la leeré
ResponderEliminarTe gustará seguro. Merece la pena cada una de las 824 páginas.
EliminarUn beso.
Estoy viendo bastante a esta autora ultimamente así que imagino que acabaré leyendo alguno de sus libros, ¡¡¡si tú has leído 18!!!, no estará mal leer al menos uno. El tema que traes aquí me parece interesante y difícil de abordar, un tema que hace pensar, perfecto.
ResponderEliminarYo también pensé en Hopper al ver la portada, es inevitable. Ahora ya sé un poquito más. Gracias.
Es una gran escritora que tiene una obra extensísima y que escribe desde los años sesenta. Solo novelas tiene unas setenta y además tiene libros de relatos, poesía, teatro, libros juveniles... Vamos, que haber leído 18 es acercarse un poquito y de puntillas a su obra.
EliminarEs una autora que siempre hace pensar y con una enorme capacidad para contar historias.
Un beso.
Me ha gustado conocer a esa fotógrafa que recrea o redescubre desde otro arte el mundo de Hopper, me gustan estas anécdotas que nos cuentas.
ResponderEliminarRespecto a la propuesta que presentas, intensos temas y difíciles de abordar, lo único que de momento me detiene son esas 824 páginas que comentas.
Un beso
Me ha resultado muy curioso descubrir el trabajo de esta fotógrafa, Me encantaría ver sus maquetas porque me parece imposible. Desde luego, el mundo de Hopper lo recrea de maravilla.
EliminarMe gustó tanto que no se me hizo largo y creo que de esas 824 páginas no sobra ni una.
Un beso.
No he leído nada de esta autora, pero si me dices que es uno de los mejores que has leído de ella y que es un buen libro para empezar, pues me lo apunto.
ResponderEliminarBesos
Puede ser un buen libro para empezar con la autora porque es uno de sus libros típicos: historias duras, reales y que ponen en entredicho todo el bienestar y el paraíso americano (y de todo el mundo desarrollado, en realidad) para sacar a la luz sus miserias y contradicciones.
EliminarUn beso.
Pinta muy bien, muy valiente Oates abordando temas tan espinosos. Me llevo además esas fantásticas fotografias, he buscado su web y merece la pena. Eso sí, la sensación de soledad y aislamiento no llegan al nivel de las pinturas y supongo que tampoco era la intención de la artista. Bueno, a ver si nuestros escritores patrios toman nota y se atreven a poner también el dedo en la llaga, que falta hace. Ahora, que se vayan preparando...
ResponderEliminarUn abrazo.
Llegar al nivel de Hopper en lo que a desolación se refiere es muy difícil, pero la obra de esta fotógrafa es muy curiosa.
EliminarLa dureza de los textos de Joyce Carol Oates es difícil encontrarla en escritores españoles. No es que falten escritores que cuentan la realidad y su dureza, es que creo que se hace de forma diferente. Los americanos van al centro de la cuestión y la diseccionan sin piedad. Creo que aman su país más que nosotros y lo analizan con más dureza y realismo. No sé, lo veo, pero no sé explicarlo.
Y, como dices, si alguno de los nuestros se atreve, que se vaya preparando porque aquí las verdades no gustan y te procesan por herir los sentimientos de este o de aquel. Si los sentimientos coinciden con los gobernantes, claro.
Un beso.
Me encanta la placidez y la soledad de Laetitia Molenaar, muy hopperiana. Fantástica. A Joyce siempre la he conocido por relatos, deberé lanzarme a por un libro un día de estos, pero como hemos comentado tantas veces falta vida para tanto libro. Un abrazo.
ResponderEliminarSería peor que no hubiera libro para tanta vida y tuviéramos que vivir sin nada qué leer. Terrible.😂😵
EliminarSolo he leído un libro suyo de relatos (de los muchísimos que tiene) y no me sedujo mucho. Pero sus novelas son grandiosas y esta de las mejores.
Un beso.
He leído otros libros de esta autora, que por cierto habías reseñado tú, y me gustaron mucho, así que supongo que éste no va a ser una excepción :) Los temas tratados en la novela son de los que dan para mil debates, difíciles y controvertidos, pero por lo que cuentas leerla solo puede hacernos reflexionar y aprender. ¡Me apunto el título!
ResponderEliminarGracias por una reseña genial, Rosa, y por esos apuntes tan interesantes sobre la portada.
¡Un beso y feliz incio de semana!
¿Has leído ala autora por mi recomendación? ¿Y encima te ha gustado? ¡¡Qué felicidad!!
EliminarEsta es una de sus mejores novelas. Da para mucha reflexión porque los temas, cómo dices, son muy complejos y no se pueden ventilar, como mucha gente hace, con un análisis simple y maniqueo.
La portada también da para algunos análisis: soledad, abandono, tristeza, desesperanza...
Te gustará seguro.
Un beso.
Completa reseña salpicada de auténtico entusiasmo por otro título que te ha hecho tilín. De momento por esta ( Como por otras tantas) tengo que pasar de largo. Me hallo sumergido en el mundo gélido de Gellida y eso son palabras mayores...Así del tirón todas (Y solo llevo cuatro en menos de 15 días.
ResponderEliminarMe ha encantado como a la portada, y para nada conocía a la fotógrafa. Así que de nuevo gracias por tus descubrimientos compartidos.
Besos.
Auténtico entusiasmo totalmente. Es una autora que me tiene enamorada. No me perderé nada de lo que escriba. De lo pasado, con unas setenta novelas y muchas sin traducir, me perderé mucho, pero de lo que vaya saliendo, nada de nada.
EliminarDe Gellida leí la primera trilogía "Versos, canciones y trocitos de carne" y me gustó aunque fue perdiendo. De la segunda trilogía leí solo el primero y me cansé. No me gustó, aunque igual me pilló mal y no la supe disfrutar. Ya veo que tú lo haces. Es muy entretenida, eso sí, lo que para ciertos momentos viene muy bien.
Un beso.
Quería decir: "Me ha encantado como a ti, la portada"
ResponderEliminarAh, no entendía bien. Ahora sí.
EliminarDesde luego, parece un novelón y no solo por el número de páginas. Me gusta que no tome partido, si hay algo que no me gusta de un escritor es que utilice la ficción para venderme su punto de vista u opinión. Y por lo que nos has reseñado no es el caso.
ResponderEliminarSiempre digo que ninguna ideología merece una sola gota de sangre, ni media lágrima. Una lectura muy adecuada a este tiempo en el que nuestros "lideres" políticos parecen haberse apropiado el papel de profetas de la Verdad. ¡Ah! y de paso una excelente nota de esa es fotógrafa. Desde luego, una entrada aprovechada.
Un abrazo!!
La elevada capacidad narrativa de la autora le permite profundizar en los sentimientos de los personajes sin dejar traslucir su opinión. Es una novelista de altura a la que llevo años esperando que le den el Nobel, pero me temo que tras los dos últimos en lengua inglesa, le va a tocar esperar y con ochenta años que casi tiene, no sé si le va a a dar tiempo.
EliminarYo creo que por una idelogía se puede morir (yo no lo haría, creo), pero nunca matar.
No podía dejar de hablar de la fotógrafa de la portada. Hopper me entusiasma y ella me ha sorprendido mucho.
Un beso.
Es indiscutible que esa portada evoca al instante las pinturas de Hopper. Pero lo sorprendente es que se trate de fotografías, pues las técnicas en este campo son cada vez más sofisticadas.
ResponderEliminarEn cuanto a la autora, tengo pendientes tantos de sus libros, que no sé ni por donde empezar. No obstante, no me suena que ninguno de los argumentos de esas novelas por leer fuese tan controvertido como el de estos mártires americanos. Tema complejo del del aborto y más aún el de la pena de muerte, con lo cual debe de resultar muy interesante el retrato que hace la autora de dichos debates. Me lo apunto también.
Un abrazo.
Maravillosa novela. Efectivamente, temas muy complejos. Siempre se sale de lo cómodo. Jamás cede a la tentación de lo amable o lo fácil. Y lo hace con una capacidad narrativa alucinante.
EliminarCualquiera de las novelas que le he leído merece, y mucho, la pena, pero esta es de las mejores.
Yo también tengo mucho pendiente de ella, pero con cerca de setenta novelas (más relatos, teatro, poesía, juvenil...), no queda otro remedio.
Ah, tiene otro libro recién publicado (de febrero), pero es de relatos. "Desmembrados" se titula y trata sobre mujeres y niñas, víctimas o victimarias.
Aunque no soy muy de relatos, esos no me los pierdo.
Un beso.
Llevo tiempo queriendo leer algo de esta autora, dicen que todo lo suyo es bueno, así que ya veré por donde comienzo. En este veo que aborda temas controvertidos que dan para muchas discusiones, sin duda provocativa, lo leeré.
ResponderEliminarUn abrazo Rosa.
No sé si todo, porque es mucho y yo he leído una mínima parte, pero desde luego, eso que he leído es todo muy bueno. Es de esas autoras que por nada del mundo me hubiera gustado perderme. Y sobre todo esta novela que es de las mejores que la he leído.
EliminarNo digo imprescindible porque me parece una boutade; imprescindible no hay nada, pero sí muy, muy recomendable.
Un beso.
Llevabas días deseando leer esta reseña que vi hace poco en mi lista de lecturas de blogs. Hasta me agobié algo cuando vi que publicaste otra y yo todavía con esta pendiente. Pero nada, a mi ritmo. Me interesaba especialmente por ser de Joyce Carol Oates, y el que la editorial usara de portada una fotografía de Laetitia Molenaar ya es una casualidad estupenda. Por mi interés por conocer fotógrafos (y si son fotógrafas,mejor, que ya ellos parten de la salida con varias casillas más adelante ) y por el afán que tengo por la escritura de Oates. Dobles gracias, pues. A la fotógrafa no la conocía, y que recree el mundo de Hopper ya es un añadido extra. Me encanta la obra de este pintor (me atrevo a decir que sería rara la persona que no le guste): es literatura gráfica. Y, por supuesto, me gusta Oates y que te parezca esta obra una de sus mejores ya me abre el apetito.
ResponderEliminarRepito mis gracias por aportame un conocimiento nuevo.
Un abrazo.
La portada es puro Hopper sin ser Hopper y cuando leí acerca de la técnica de Laetitia Molenaar (poco pues hay muy pocas páginas web en castellano, menos mal que pillé alguna en francés y el traductor de google también me ayudó), quede impresionada. Pensar que son maquetas de madera es alucinante. Tú entenderás más seguramente.
EliminarLa novela es un prodigio de análisis acerca de la vida y el derecho legítimo o ilegítimo a darla o quitarla. Y la escritora, profundizando y sin ser neutra, mantiene oculta su posición, o no trata sobre ella. Solo narra, y narra tan bien como siempre y me declaro total y absolutamente embrujada por ella.
Si la lees, me encantará saber tu opinión.
Un beso.
Tienes a Joyce Carol Oates plenamente controlada, Rosa.
ResponderEliminarBuen y merecido descanso, amiga.
Un beso
Menos controlada de lo que me gustaría, pero se avanzará.
EliminarAún me quedan tres días de trabajo antes de disfrutar de mis cuatro días de puente pero se terminé las evaluaciones y es ya como estar de vacaciones.
Disfruta tú también.
Un beso.
Me encanta la autora, así que lo leeré seguro =)
ResponderEliminarBesotes
Pues en serio que es de lo mejor que le ha leído, lo cual, dada su calidad contratada, es mucho decir.
EliminarUn beso.
El planteamiento inicial me recuerda un poco a 'Ave del paraíso', por eso de los hijos de familias enfrentadas asesinato de por medio.
ResponderEliminarOates tiene un relato magnífico (no recuerdo su título pero sí que está incluido en el libro 'Mágico, sombrío, impenetrable' también de Alfaguara) que trata el tema del aborto. Al igual que en esta novela que reseñas no se manifiesta ni a favor ni en contra, sino que deja que sean las situaciones las que hablen por sí solas y muestren toda la complejidad y lo poliédrico del tema. Es un tema tan complicado y que engloba tantos matices y sensibilidades que pienso que está bien que lo deje así, aparte de que la autora es maestra en dejar caer las cosas sin cerrarlas.
Dice mucho de esta novela el hecho de que tú, que has leído sino todas casi todas las de su autora, la consideres una de las mejores.
No la apunto porque ya estaba apuntada.
Besos
Me ha dejado muy satisfecha. He leído tantas novelas maravillosas de la autora, que realmente decir que esta es de las mejores, no pensé que llegara a decirlo con facilidad, pero así me lo ha parecido.
EliminarPuede que sea una cuestión personal, que los temas que trata me interesen especialmente y me la hagan más valiosa, pero creo que, dejando a un lado los gustos personales, es un pedazo novela de quitarse el sombrero.
No he leído "Mágico, sombrío, impenetrable" y lo tengo desde que salió, pero mi reticencia a leer relatos a veces me gasta malas pasadas. A ver si me animo.
Un beso.