"Antes de los años terribles" Víctor del Árbol

Vuelvo con Víctor del Árbol y vuelvo a opinar a contracorriente. Lo que me ha ido pasando con este autor es muy curioso. Obviando su primera novela, "El peso de los muertos" (2006), por ser la primera, las cuatro últimas que ha escrito, aunque no las he leído en orden, me han gustado menos cuanto más recientes son. En "Un millón de gotas" (2014) y "La víspera de casi todo" (2016), opinaba que su prosa era muy bella y las historias me atrapaban sin remedio. La pega que les encontraba es que siempre cuenta demasiadas cosas y con cada novela se podrían escribir dos o tres: demasiados temas, demasiadas tramas.

Luego vino "Por encima de la lluvia" (2017) y ya me atrapó menos y la prosa me pareció menos mágica y encontré un par de errores de concepto y en la reseña escribí: "aún seguiré leyendo sus nuevas novelas. Hasta que empiecen a pesar más los peros que los aun así todo. En ese momento, pasaré a otra cosa. Avisaré"Pues bien, creo que con "Antes de los años terribles" (2019) ha llegado el momento de avisar. No creo que me vaya a negar a leer más novelas del autor (aún no), pero los pros han cedido finalmente el paso a los contras.

"¿Cuánto daño podemos soportar sin rompernos por dentro? ¿Y cuánto de ese daño somos capaces de infligir a otros sin inmutarnos? Son preguntas que una persona no suele plantearse. Yo jamás creí que necesitaría aprender sobre la naturaleza del dolor, pero el dolor tiene una capacidad infinita para redescubrirnos, es un guía muy tenaz, capaz de llegar a lo que hay de insondable en nosotros". "Antes de los años terribles" es una ambiciosa novela sobre el dolor. Está narrada en dos tiempos: el pasado y el presente.

El pasado comienza en 1992 y termina en 1994. Encontramos a un Isaías de doce años viviendo en el norte de Uganda sus últimos tiempos de felicidad, los que transcurrieron antes de los años terribles que vendrían después. Vive feliz con sus padres, su hermano y su hermana, y su abuela. 

El salto al presente, que dura tan solo un par de meses, nos lleva a 2016  y a la  Barceloneta donde vive ahora Isaías dedicado al taller de bicicletas que tiene en el sótano de su casa. Está casado con Lucía y esperan su primer hijo. Hace más de veinte años que escapó de Uganda y de su condición de niño soldado secuestrado por el LRA. No lo sabe, pero estos veinte años vienen también antes de las semanas terribles que están a punto de comenzar, que comienzan en enero cuando apareció Enmanuel K bajo la lluvia para darle a entender que el pasado había dado con él a través de los años y los kilómetros puestos por medio.

Enmanuel K es ahora un funcionario en el gobierno de Uganda y pretende transmitirle las bondades del nuevo país que están levantando. También le pide que viaje a Uganda y participe como conferenciante en un Congreso sobre los damnificados que se está organizando.
"—No tengo nada que contar. No soy un político, no doy discursos.
—Y nadie espera eso. Lo que te pido es que hables con tus propias palabras. El mundo necesita saber lo que nos hicieron, Isaías.
—¿Qué hay de lo que hicimos nosotros, Enmanuel? ¿También necesita saber eso el mundo?".

Y es que a Isaías no le basta con la disculpa de que fue una víctima, un niño secuestrado, torturado, drogado y obligado a todo tipo de actos violentos. Se siente víctima, pero no se siente inocente. Sus actos tuvieron consecuencias e hicieron sufrir a mucha gente y no es algo que le guste recordar. Aunque tal vez sea bueno contarlo todo, contarlo ante los que lo convirtieron en una víctima, contarlo ante los que se convirtieron en sus propias víctimas. Tal vez vaya siendo hora de sacar del espejo "el reflejo de un niño que observaba fijamente al hombre en el que me había convertido"De manera, que Isaías viajará a Uganda acompañado por Lucía.

Y los capítulos se irán alternando. En los impares, las andanzas de Isaías en Kampala, la capital de una Uganda muy distinta a la que dejó, aunque puede que no tanto. En los pares, el final de la infancia, la inocencia y la felicidad de un Isaías de doce años que vive feliz en su aldea del norte de Uganda. "Hay lugares que no aparecen en los mapas ni en las guías turísticas, que no tienen nada que merezca la pena ser mencionado, lugares de los que nadie ha oído hablar, de los que no se conoce paisano alguno. Lugares de los que jamás salió nada ni nadie significativo, ni bueno, ni malo. Y, sin embargo, esos lugares existen, [...] Yo nací en uno de esos lugares". Vive feliz hasta su secuestro y conversión, junto a su hermano pequeño, Joel, en un niño soldado a las órdenes del LRA. 

El LRA, Ejército de Resistencia del Señor, es una organización extremista y fundamentalista cristiana fundada en 1987, comandada por Joseph Koni y que, a pesar del alto el fuego de 2005, aún sigue en el punto de mira de las autoridades ugandesas que creen a la organización más dormida que aniquilada. Incursiones aisladas lo ponen de manifiesto. Se cree que esta organización secuestró a unos 25000 chicos y chicas en Uganda. 

Víctor del Árbol
A medida que los capítulos avanzan, el pasado y el presente se van pareciendo cada vez más hasta que, en algún momento, tenemos que pararnos a pensar si estamos en 2016 o en 1992-1994. Aunque hay diferencias: el pasado mantiene su cota de verosimilitud, el presente la pierde por momentos. 

Todo lo sufrido por Isaías a manos de LRA nos puede resultar creíble (en ciertas situaciones todo puede suceder). Puede que se narre de una forma menos terrible de lo que desde aquí podemos imaginar; puede que tendamos a imaginar los sufrimientos mucho más terrible de lo que deja patente la realidad. O puede que la realidad les quite parte de su carga de terror para que podamos (puedan) sobrevivir a ellos en un estado de cierta cordura. Pero no por ello dejan de ser terribles. Isaías no puede dejar de preguntarse tantos años después "¿Qué consiguen los adultos que roban infancias? ¿Qué clase de agujero pretenden tapar? Despojar a un niño de toda fe y toda esperanza es como arrancar de raíz un retoño que todavía no es fuerte para defenderse, algo que morirá solo. [...] Y no me refiero solo a las palizas y los malos tratos físicos o verbales [...]. Me refiero a otra cosa, a ese quedarte a medio hacer [...], viviendo en la epidermis de las emociones, siempre a la deriva, buscando en los ojos de los demás algo que no se puede recuperar".

Los acontecimientos del presente, por el contrario, se van volviendo más y más excesivos: carreras de un lado al otro de la ciudad que terminan por desorientar al lector; citas que llevan a otras citas, encuentros que suponen otros encuentros, pistas que abren el camino a otras pistas. Una trama enrevesada en la que todos engañan a todos y que da vueltas sobre sí misma hasta parecerse demasiado a una novela de espías. Repetición casi idéntica y bastante increíble de episodios del pasado, con los mismos personajes, en los mismos lugares. 

Desde mi punto de vista, hay demasiados fantasmas, acuden todos, los muertos (y eso es razonable y esperable) y los vivos. Demasiada acción para una trama que debió simplificarse más, tal vez dejarla en el mero encuentro de Isaías con el pasado, con su pasado de víctima y de verdugo; con su conciencia aniquiladora y su infancia aniquilada. 

Y sí, los pros se desvanecen: ya no me ha enganchado, incluso puedo decir que esta novela me ha llegado a parecer aburrida, he estado a punto de dejarla porque tanto exceso llevado hasta el final, hasta el último momento de la estancia en Uganda, cuando ya una piensa que no caben más excesos, llega a saturar y a ser... demasiado excesivo. Los mimbres eran muy buenos. La trama prometía. Es una historia interesante y aborda hechos poco conocidos y de los que podemos aprender. Me he enterado de cosas que no sabía y eso siempre es de agradecer, pero a partir de un cierto momento parece que el autor, en su afán por mantener altos el nivel de adrenalina y la atención del lector, se pierde en su propia imaginación y no es capaz de ponerle freno. He deseado que al final, se revelaran los hechos como basados en vivencias reales de algún antiguo niño soldado, pero no, la realidad no viene a redimir el exceso. No hay realidad en la que se apoyen los hechos. 

En cuanto a la prosa, sigue siendo bella, como se ve en algunas de las citas que señalo, aunque esa belleza se prodigue menos; se mantiene, por supuesto, dentro de la corrección, excepto cuando se la salta con detalles como "quería estar cerca suyo" o "delante nuestro" que me han hecho casi llorar de desesperación. ¿Cómo puede un autor con ocho novelas publicadas, un Premio Nadal, otro Mejor Novela Valencia Negra, y todo un Caballero de las Artes y de las Letras cometer tamaños errores? ¿Volveré a leer a Víctor del Árbol?

Título del libro: Antes de los años terribles
Autor: Víctor del Árbol
Editorial: Destino
Año de publicación: 2019
Año de publicación original: 2019
Nº de páginas: 464

Comentarios

  1. Pues no había leído todavía nada de él pero ya no sé...

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    1. Pues, por lo que se refiere a mis impresiones, es lo que hay. Pero ya sabes que eso de los gustos...
      Un beso.

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  2. Yo te diría que no lo vuelvas a leer y siento ser tan radical. También es verdad eso de nunca digas nunca jamás pero la verdad es que cuando libros anteriores de un autor ya me han planteado dudas no suelo dar más oportunidades, más con tantos otros autores por descubrir y a los que nunca tendré tiempo de leer.
    El contexto de la novela es interesante pero la verdad es que Víctor del Árbol es un autor que nunca me ha llamado la atención. Reconozco además que tantas opiniones tan entusiastas sobre sus libros hacen que le tenga un poco de manía. Casi agradezco reseñas con una de cal y otra de arena como la tuya a pesar de que eso signifique cierta decepción por tu parte.
    Creo además que hay mucho interés comercial detrás de este autor. Supongo que tras el primer éxito y viendo los numerosos lectores que tiene querrán explotar el filón. No sé, igual hasta hay cierta presión para publicar novela con cierta asiduidad y ello repercute en esa calidad que dices ha ido declinando. Me da la impresión además de que, en los últimos años, son varios los premios literarios que responden más a fines comerciales que de calidad. Respecto a los fallos gramaticales, tirón de orejas al autor, por supuesto, pero también a la editorial; a ver qué pasa con la corrección de textos.
    Bueno, no me has animado mucho a vencer mis reticencias con Víctor del Árbol.
    Besos

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    1. La verdad es que yo lo leí antes de tanto boom mediático (o yo no me había enterado). Lo pusimos para la tertulia del instituto a raíz del Premio Nadal y todas coincidimos en que escribía muy bien y enganchaba, pero que quería hablar de todo y era un exceso. En libros posteriores ha ido hacia abajo en mi consideración y creo que, como dices, hay mucho para leer y mucho por descubrir por lo que es probable que no reincida.
      Yo también creo que cuando un autor tiene tirón mediático y de público las editoriales presionan para aprovechar, pero lo que hacen es quemar al autor y matar la gallina de los huevos de oro. Claro que es lo que pasa en todo hoy en día: beneficio inmediato, no se entiende otra cosa. Una pena.
      Un beso.

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  3. Yo tengo en casa "La víspera de casi todo". Empecé a leerlo, pero a las primeras de cambio lo dejé. Tuve la sensación de que todo era demasiado forzado, como de manual. Entre eso y lo que comentas, no creo que me anime con este autor. Aunque nunca se sabe, después de leer a Ken Follet o a Paulo Coelho (lo confieso) todo es posible.
    Un abrazo.

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    1. Pues a mí "La víspera de casi todo" me enganchó. Me pareció que tenía una prosa muy bonita y la trama (las tramas) me pilló. Pero es cierto que me pareció un exceso. Pretendía hablar de todo, había casualidades que resultaban increíbles, demasiado personaje enajenado... Lo dicho: un exceso en la trama, aunque resulte entretenida y quieras saber lo que pasa. Esta ya no se prodiga tanto en belleza formal y en vez de engancharme, se me ha llegado a hacer pesada y repetitiva.
      Yo también he leído a Ken Follet Y, lo más terrible, a Paulo Coelho, aunque de este con una novela tuve más que suficiente.
      Un beso.

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  4. Después de leer tu reseña, la verdad, es como para no intentarlo, porque con tantos fallos y siendo todo tan sumamente forzado, dan ganas de no leer al autor, y por lo que parece esta enfocado a que sea o al menos intentarlo un autor comercial,en fin si sigue así no se si lo conseguirá, lo que esta claro es que yo no lo voy a leer, porque creo que acabaría por dejarlo, que quieres que te diga.
    Gracias como siempre por compartir tus impresiones.
    Un beso.

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    1. Comercial ya lo es y mucho. Las opiniones son mayoritariamente muy entusiastas. Esta misma novela ha gustado muchísimo y hay quien la califica como la mejor del autor. En fin, ya sabemos cómo son las opiniones y los gustos. Yo hablo de lo que me transmite a mí y creo que hay muchas cosas para leer, muy buenas. Normalmente, me suele gustar lo que leo y casi me gusta que algo me defraude para saber que mi sentido crítico sigue intacto, ja ja.
      Un beso.

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  5. Conozco a Víctor desde 2011, cuando aún era Mosso d'Esquadra y estaba intentando sus primeras novelas con el objetivo de vivir de escribir, y me alegra mucho de que lo haya conseguido y sea de los poquísimos que pueden hacerlo. Sólo él y sus más cercanos saben el precio que paga. En la biblioteca donde trabajo hemos presentado sus libros uno por uno, incluso desde que ya no vive por aquí cerca y es tan mediático, y siempre encuentra una tarde y se desplaza hasta el pueblo en moto para que charlar con sus lectores. Y siempre es un éxito.
    Al margen del tópico de que para gusto los colores, Víctor es un escritor que con tenacidad y una personalidad arrebatadora, y, sobre todo, con su férrea honestidad, ha conseguido llegar donde está. Y escribir cada vez mejor. He tenido el placer y el honor de hablar con él a fondo de cada una de sus novelas, una noche incluso mano a mano con Lorenzo Silva. Sé cuáles son sus herrores y carencias más comunes, que cada vez soslaya con más habilidad. Y no he cejado ni una sola vez en ponerselas sobre la mesa en público, en las presentaciones. Así que en estos casos, ante tanta reticencia, me acuerdo de lo que una vez, hace más de 20 años, me dijo Arturo Pérez-Reverte cuando le dije que no había leído ninguna de sus obras: "No crees que por lo menos podrías leer alguna, sólo para saber porqué la han leído cientos de miles de lectores. Empieza por "El club Dumas". Eso hice y no he dejado de leerlo.
    Así que te puede gustar o no, pero no se le puede negar valentía en los temas y en las formas -cada vez más hábil enlazando diferentes tramas temporales_
    Dicho esto

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    1. Lo primero, quiero agradecerte tu comentario, porque no suelen darse los que van en contra de la opinión del que publica la entrada y, cuando se hace, suele ser en plan ataque y con poco respeto, lo que no es el caso.
      Es cierto que se necesita mucho tesón y trabajo para llegar a tener el éxito de Víctor del Árbol, del cual me alegro porque además es una persona que me cae bien. Solo lo conozco de alguna entrevista en prensa y televisión y creo que es cercano y honrado.
      Y dicho esto he de añadir que siento que no me terminen de convencer sus libros. No se me puede acusar de no haberlo leído. Son cinco las novelas que he leído y, por todo lo que explico en la entrada, no termina de convencerme. Cada nuevo libro suyo que he leído, lo he hecho con la ilusión de que me gustara, de que fuera una novela a la que no le pudiera poner ni una pega, pero antes o después las pegas surgen.
      Por supuesto que no le niego valentía en los temas que trata. El problema que le veo (y no es el problema de esta última novela) es que trata demasiados temas en sus libros. Cuando leí "La víspera de casi todo" me dio la impresión de que podía haber escrito tres novelas con esa sola. Y esa fue la única pega que le puse. En libros posteriores han ido surgiendo otras.
      Me gusta lo de mezclar distintos tiempos y espacios, pero también he de decir que es un recurso que se utiliza demasiado. casi todas las novelas que leo últimamente lo hacen.
      Es un tópico lo de que los gustos son personales, pero lo que no es un tópico (creo) es que en los gustos no se manda y yo no consigo que Víctor del Árbol termine de gustarme. Y lo siento, pero es así.
      Un abrazo.

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  6. De Víctor del Árbol solo leí La víspera de casi todo, sibre todo porque buena parte de la trama estaba ambientada en la Costa da Morte, aunque fuesen localizaciones ficticias, pero trazados como si realmente formaran pate de esos magníficos parajes.
    Pero su lectura se me hizo muy cuesta arriba, y le faltó el canto de un duro para abandobarla. Pero no sé si por cabezonería, me dije que tenia que seguir leyendo. Fue entonces cuando apareció la temática de la Guerra de las Malvinas y suspiré aliviado. Fue una lectura de sentimientos encontrados.
    Víctor del Árbol tiene una prosa exquisita, pero lo encuentro muy tremendista en todo lo que le pasa a los personajes.
    Tengo alguna novela más de este autor, sobre todo de las primeras que publicó. Vista la experiencia con La vispera de casi todo, me cuesta muchisimo decidirme a leer alguna de esas novelas.
    Es la primera reseña razonada que leo sobre esta novela que tan magníficamente reseñas y fundamentas. Las otras que leí eran todas muy buenos comentarios sobre ella. Tomo buena nota de tus impresiones. Besos.

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    1. veo que nuestras impresiones d "La víspera de casi todo" son similares, salvo que yo no pensé en abandonar en ningún momento porque a pesar de lo forzado de algunas situaciones y de la cantidad de temas y tramas que toca, me intrigaba saber cómo terminaba y la verdad es que la disfruté mucho. La prosa exquisita de la que hacía gala en esa novela, se ha ido moderando en sus novelas posteriores, así como el interés que me producen sus libros.
      Después de "La víspera..." leí "Un millón de gotas", un par de años anterior y he de decir que me gustó más. A partir de entonces, desde mi punto de vista, que bien pudiera estar equivocado, ha ido hacia abajo. Y lo siento, porque como le digo al comentarista anterior a ti, el autor me cae bien. le he oído en varias entrevistas y creo que es un tipo honrado y nada pagado de sí mismo, pero...
      Un beso.

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  7. No he leído ninguno del autor, no lo conocía hasta hoy. Estás en tu derecho, a mí tu reseña me despertó el interés de la novela porque como dices, se pueden aprender. Más tomando en cuenta que las tramas situadas en África suelen tener ese tinte de guerras internas, violaciones a derechos humanos, migración y búsqueda de asilo. Ahora bien, sabiendo que por partes te ha parecido aburrida y con tanto pasando a la misma vez, me imagino que debe ser un libro larguísimo y yo mejor no me comprometo en uno tan denso.

    Más bien buscaría la primera novela, la que te ha gustado más. Una prosa elegante siempre es bienvenida.

    Me dio risa otro comentario que leí sobre Coelho, opinimo similar. Yo con El Alquimista tuve una idea de él y la desbarató con todo lo demás que publicó. Pero Ken Follet no lo conozco mira, no descarto atreverme como lectora suicida tan solo para comparar los niveles del absurdo a los que puede llegar una editorial por apoyar a un escritor famoso en cada tontería que escriba solo porque "se vende bien".

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    1. Interés tiene todo lo que cuenta de África y he de decirte que a la mayoría de la gente le gusta mucho y este libro en concreto, ha gustado mucho.
      Ja ja, Paulo Coelho es un autor nefasto (para mí, claro). Víctor del Árbol es, en comparación, un genio de escritor. Nada que ver.
      Un beso.

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