Hoy es Nochebuena. Felicidades con relato.
Desde "Cuéntame una historia" quiero desearos una muy feliz Navidad a los que estáis siempre ahí con vuestros comentarios, a los que leéis sin comentar, a los que nos entretenéis, divertís, ilustráis y nos hacéis el mundo un poco más vivible y asumible con cada nueva entrada de literatura, cine, pintura, música o reflexiones personales.
Muchas gracias a todos. Me gustaría hacer una de esas ilustraciones con todos vuestros nombres, pero por desgracia, no me fío nada de mi memoria y sé que sois tantos que alguno se me pasaría. Por eso me conformo, y tendréis que conformaros, con haber hecho la postal de arriba yo misma de principio a fin (salvo pequeños motivos navideños cogidos de la red).
Como regalo, os entrego también mi último relato que me ha salido con tema navideño.
Un enorme beso a todos.
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Hoy es Nochebuena, aunque cualquiera diría que lo es desde
hace meses. Cada vez el ambiente navideño comienza antes. Faltaba casi un mes y
ya encendieron las luces en la ciudad. Y eso no es nada. En los supermercados
hace ya semanas que los turrones y mazapanes llenan los estantes, y las bolas,
el espumillón y las estrellas aparecen en los escaparates de todo comercio que
se precie.
Cuando era un niño me gustaba mucho la Navidad. La
celebrábamos en casa de mis abuelos con los tíos y los primos. Nos juntábamos
cerca de veinte personas de cuatro generaciones. Hasta que murió mi bisabuela y
las generaciones quedaron en tres. Todo eran risas y bromas. Mucha alegría,
mucho cariño.
Después del bache descreído y escéptico de la primera
juventud, llegó un segundo período. La ilusión de mis hijos hizo renacer en mí
la ilusión que había perdido al perder mi infancia. Volvió la magia de la Navidad
porque lo que se perdía al desaparecer las generaciones pasadas, se recuperaba
con las nuevas generaciones. Mi mujer era una entusiasta de estas fiestas.
Adornaba la casa con un gusto elegante. La perfumaba con esencias especiadas
que llenaban el ambiente de un olor que solo podía ser pura Navidad volátil. Sonaban
suave, pero continuamente los villancicos. Se pasaba muchos días en la cocina
haciendo dulces navideños y, al de los
esencieros de especias, se unía el olor de la naranja confitada, la almendra,
la ralladura de limón y la miel. Ella misma hacía el roscón la noche de Reyes
para que lo tuviéramos reciente para el desayuno. Todos los entrantes, canapés
y platos especiales que se comían esos días, los elaboraba ella en la cocina de
casa. Nada se compró nunca hecho.
… Se hace tarde. La cena es a las nueve. No me gusta ir allí
a pasar la noche, pero hoy hace demasiado frío y los recuerdos serían muy
dolorosos para pasarlos en soledad. Además, también me gusta comer caliente de
vez en cuando. Hoy es Nochebuena. A ver con qué novedad nos sorprenden esta
noche tan especial en el albergue.
Este relato se ha presentado al II Reto "Una imagen, un relato" de la Comunidad de G+ "Escribiendo que es gerundio". El relato tenía que estar relacionado con la imagen que encabeza la entrada.
Qué relato más sensible, Rosa. Me ha gustado mucho porque esta noche va a haber muchísima gente en esta situación.
ResponderEliminarLa postal que has creado es muy bonita. Haciendo balance del año, me alegro mucho de haber descubierto tu blog y de poder leer tus geniales entradas.
Un besote guapa, felices fiestas y feliz Navidad para ti y tu familia!! muuaaaa
Yo también me alegro de haberte descubierto. A ti y a los maravillosos relatos que escribes.
EliminarUn beso muy grande.
Oh Rosa, un relato lleno de sentimientos y desgraciadamente muy real, las contradicciones de la navidad.
ResponderEliminarBesos guapísima y muy felices fiestas
En Navidad, hay cosas de las que somos más conscientes. Recuerdo una Nochevieja en que estando mi marido y yo en un bar del Barrio Húmedo en León, tomando un vino antes de ir a cenar, entró un chico con aspecto desastrado y posiblemente yonqui que pidió un bocadillo de morcilla. Nos quedamos pensando que, probablemente, esa era su cena especial de Nochevieja que a saber dón de comería y con quién. Nos causó mucha impresión.
EliminarUn beso, guapa.
Ay Rosa, ese recuerdo para todos aquellos que están solitos, y que triste es, yo pasé (eran otras circunstancias) una noche buena sola, estaba a miles de kilómetros, no quise pasarlo con otras familias; la nostalgia me embargó, como al protagonista de tu historia, la resignación a la buena voluntad de otras personas que estarán en ese alberque o en esos comedores sociales para los que viven en la calle... Gracias por el recuerdo y por la postal. Un beso grande
ResponderEliminarNunca he pasado sola ninguna de estas fechas. Anoche ha sido un poco triste porque mi tía que, desde que puedo recordar, pasaba estas fiestas con nosotros, murió en junio. Para colmo, mi hermana y su familia andaban medio griposos y como un catarro puede matar a mi padre que está muy débil y tiene un enfisema, se quedaron en su casa. Así es que pasamos la noche mi marido y yo con mis padres. Por supuesto, no tiene nada que ver con estar solo totalmente y encima sin recursos.
EliminarSon fechas en que todas las carencias se ponen más de manifiesto.
Un beso.
Hola linda, no sabía todo lo que cuentas. La salud de los seres queridos como nos marca. Son fechas que por mucho que quieras dejarla a un lado, todo el mundo te la recuerda, pero estás acompañada, como bien dices, nada que ver con sentirte en la soledad más plena. Te deseo lo mejor. Un abrazo
EliminarUn precioso relato acompañado de una no menos maravillosa postal, Rosa. Somos recuerdos, pero también ilusión. La Navidad no cambiará los primeros, pero puede alimentar lo segundo. ¡Feliz Navidad!
ResponderEliminarUna gran verdad, David. Lo que pasa es que, a base de pérdidas y carencias, a medida que cumples años, la ilusión va quedando muy menguada y la Navidad nos la puede machacar a base de recuerdos de épocas más felices. Yo soy de las que prefiere no recordar, pero claro, es imposible.
EliminarUn beso.
Dicen que de buenos lectores salen otros tantos escritores. No creo que sea cierto totalmente, pero en tu caso, amiga Rosa, sí lo es. Este relato tan sentido y bien escrito lo demuestra.
ResponderEliminar¡¡Muy feliz Navidad!!
Muchas gracias, Juan Carlos. Siempre seré una gran lectora. Incluso puede que también sea una buena lectora, pero lo de escritora me queda muy grande. Aunque tus palabras me llenan de orgullo.
EliminarUn beso, amigo.
Terminas esta etapa "literaria" con una historia muy triste pero no por ello exenta de una gran sensibilidad, e incluso belleza. La nostalgia de las reuniones familiares en días tan señalados como estos hace esbozar una sonrisa incluso al más desfavorecido. Muchos son los que pasarán estas Navidades solos, en albergues, en el hospital o en la cárcel. Ojalá se sientan, por unos instantes, lo suficientemente felices como para brindar, aunque sea en un vaso de plástico, por el año nuevo.
ResponderEliminarUn relato estupendo, Rosa, que refleja a la perfección lo que muchos hemos vivido y otros viven o vivirán.
¡Felices fiestas!
Demasiada gente lo pasa mal en estos días, sobre todo porque parece que las circunstancias te obligan a ser feliz y hay muchos que tienen muy pocas razones para la felicidad.
EliminarTú lo has dicho: hospitales, albergues, cárceles... y en casa solo, añorando quién sabe qué, que puede ser lo peor.
Un beso.
Qué preciosidad, está tan bien narrado. La nochebuena de hace tres años yo la terminé en el hospital con mi padre, una cena que empezó normal acabó con la ambulancia en casa y el peor desenlace, pero la vida sigue y aunque el corazón siga sufriendo hay que celebrar muchas cosas, aún quedamos muchos y afortunadamente tenemos recursos y nuestras mesas están repletas(eso daría para otra entrada, siempre intento ser comedida y aún así sobra mucha comida).
ResponderEliminarBesos enormes para ti y los tuyos.
Qué pena. Lo malo de que pasen esas cosas en estos días es que dejan las fechas marcadas para siempre.
EliminarYo tuve una experiencia similar en año nuevo va a hacer cinco años. Afectó a una persona joven y muy querida.
Se va uno acostumbrando, pero creo que no se supera.
Con lo que se come de exceso en estos días y lo que se tira, había para acabar con el hambre en el mundo.
En mi casa tampoco se hacen muchos excesos, pero yo acabo repleta de comida.
Un beso, guapa.
¡Feliz Navidad Rosa!....Espero la sigas pasando muy bonito y gracias también por compartir con nosotros tan buen relato...Un besito!
ResponderEliminarGracias, Marita. Me alegro de que te guste el relato.
EliminarPásalo bien tú también.
Un beso.
Me ha gustado muchísimo tú relato porque esta lleno de sensibilidad y de una realidad triste, porque si es cierto, mucha gente la pasara sola o en albergues o en residencias donde no tienen el calor de la familia. Yo solo he pasado no la Navidad, pero si una Nochevieja sola, un año nada mas, y la verdad no fue lo mismo que tener a todos en casa, pero bueno, con las uvas, y la tele no se paso mal, es que los planes a última hora no salieron por circunstancias de otros, ains, pero bueno, eso si las Navidades siempre han sido muy bonitas en mi casa, eso si, casi todos los años mi padre no le sentaban muy bien estas fechas y aún protestando por tener que ir a cenar a casa de mi hermana, luego reconocía que no había estado nada mal, decía que había muchos días en el año para comer juntos y nosotros le explicábamos que la Navidad no era lo mismo, aún así ya te digo luego disfrutaba, ains, pero si es cierto que echo de menos las Navidades en casa de mis abuelos paternos, lo pasábamos muy bien, y mi abuela que le encantaba cantar villancicos y luego ir a la misa del Gallo y todo eso se perdió. Besos Rosa, y ya aprovecho para desearte un feliz 2018 y que te traiga muchos momentos inolvidables pero sobre todo salud mucha salud y mucha inspiración como con este bonito relato. TERE.
ResponderEliminarGracias Tere.
EliminarA partir de cierta edad, las Navidades son fiestas para la nostalgia en las que recordamos aquellas otras Navidades en las que aún no habíamos perdido a nadie. Después, cada vez son más los que faltan y mientras sea por la ley normal de la vida, nos podemos conformar.
Pasar estas fechas en soledad es triste, pero si es por circunstancias de última hora como parece que fue tu caso, es asumible. Lo terrible es pasarlas solo porque no se tiene a nadie y ya no te cuento si, encima, no tienes casa, ni recursos o estás enfermo.
Un beso.
me he quedado enganchada gracias por hacerlo posible! besitos!
ResponderEliminarGracias a ti, Aniña. Me alegro de que te guste.
EliminarUn beso.
Ojalá todo el mundo pudiese disfrutar de la calidez de la compañía en noches como Nochebuena. Creo que por eso los que tenemos la oportunidad de estar rodeados de familia y amigos debemos estar muy agradecidos y repartir, en la medida de lo posible, todo nuestro cariño.
ResponderEliminarFelices fiestas, querida Rosa.
Un besote.
Tenemos la fea costumbre de quejarnos por cualquier cosa sin importancia cuando si miramos alrededor, vemos que hay mucha gente que tiene más motivos para quejarse y, a veces, ve la vida de forma más positiva.. hay que tener mucho cuidado de lo que uno se lamenta.
EliminarUn beso.
Bonito y triste. Para mí las navidades hace tiempo que perdieron su esencia aunque este año he decorado por primera vez mi piso. Es un comienzo, 2018 será un buen año.
ResponderEliminarUn abrazo
Creo que la esencia que tenían en la infancia, la han perdido para todos. Pero ya ves como llegan nuevas etapas y ahora empiezas a decorar tu piso. Es como una curva con sus picos por arriba y por abajo.
EliminarYo ya empiezo a pensar cuántas más resistirán mis padres. Vamos que estoy en una parte descendente de la curva.
Un beso.
Que maravilla. mi vida ha sido muy parecida a la tuya
ResponderEliminarno sabes como te entiendo
La nostalgia nos envuelve a veces con el pasado que jamas volverá
besos
Ternura y nostalgia a flor de piel. Un relato precioso, Rosa.
ResponderEliminarGracias, Marta. Me alegro de que te guste.
EliminarUn beso.
Bueno Rosa, lo primero felices fiestas para ti también.
ResponderEliminarEn cuanto al relato, muy bueno. Es bonito y entrañable aunque con un poso de amargura al final.
Suerte en el concurso.
En Navidad, salvo los niños, creo que todos tenemos un pequeño poso de amargura ante la nostalgia de otras épocas más felices o más despreocupadas o con menos pérdidas en la cuenta de la vida.
EliminarUn beso.
Como todavía voy bastante despistada, cuando lo he visto y luego leído no entendía nada. Luego tú misma lo has aclarado. Lo puedo tomar como una "inocentada".
ResponderEliminarMe gusta mucho tu relato. Triste, duro, pero recordando a los que, al parecer, nadie recuerda.
Un abrazo
Gracias Ana. Me alegro de que te guste. Jamás haría inocentadas sobre un tema tan serio.
EliminarMuchos son los que en estas épocas tienen pocas cosas por las que sentirse feliz.
Un beso.
Ya te dije en la Comunidad que me gustó mucho, que al final al protagonista le llegara "el calor" de otra forma. Me alegra que al final participes con este relato en el concurso.
ResponderEliminar¡Suerte, Rosa!
Un beso
De momento, participo. Pero no sé si tendré tiempo de leer todos los relatos para hacer de jurado. Igual me tengo que quedar fuera de concurso, pero bueno, tampoco pasa nada.
EliminarUn beso, guapa.
Sin duda las añoranzas duelen, al menos no pasará en soledad esa noche.
ResponderEliminarCon tu historia nos recuerdas que existe tanta gente en esa condición.
Suerte.
No pasará la noche solo y, teniendo en cuenta como terminan estas celebraciones en algunas familias, a lo mejor está mejor acompañado así.
EliminarBromas aparte, hay mucha gente en esas condiciones y quería hacerle un pequeño homenaje.
Un beso.
Relato con sorpresa final que nos acerca una realidad triste pero por desgracia no infrecuente en nuestra sociedad. Tu cuento deja una sensación de tristeza, y lo mejor que puede pasarle a un relato es eso precisamente, que transmita sensaciones. Mucha suerte en el concurso Rosa y Feliz año!
ResponderEliminarMuchas gracias, Jorge. Quería transmitir la añoranza por aquellas Navidades pasadas en familia y, por supuesto, la tristeza de las actuales. Si lo he conseguido, estaré feliz.
EliminarUn beso.
Un relato cargado de mucha nostalgia y triste. Todos nos acordamos estos días de las navidades de la infancia. Cuántas veces nos vienen los recuerdos de tiempos pasados y cuantas cosas habría que contar de lo que hemos vivido, una buenas y otras peores. Muy buen relato y bien ejecutado. ¡Felices Fiestas! Un abrazo.
ResponderEliminarGracias, Mamen. Las navidades que recuerda mi personaje, en casa de los abuelos, son en parte las que yo recuerdo. Y sí, hay mucho, y a muchos, que recordar y añorar en estas fechas. Y yo me llevo mal con la nostalgia.
EliminarUn beso.
ResponderEliminarHola, Rosa
Un relato bonito, y a la vez muy sensitivo con toques de realidad. Da tristeza solo pensar que hay muchos pasando la misma situación. El ser humano no se merece quedar solo, sin importar las circunstancias. Que cruel y dura prueba.
!Suerte en el concurso!
Bueno, yo creo que sí hay seres humanos que merecen eso y cosas peores. Lo malo es que suelen encontrarse con ello los que menos lo merecen.
EliminarGracias por tu visita.
Un beso.
Bonito relato Rosa, contado desde la ternura, me ha gustado mucho. Qué contradictoria la Navidad, los recuerdos que nos trae, la añoranza que sentimos, todas las emociones que nos provoca estas fechas.
ResponderEliminarFelices fiestas Rosa. Un abrazo fuerte.
Con lo mal que me llevo yo con la nostalgia, me veo algún día metiéndome en la cama por la mañana del 24 y saliendo la noche del 1 de enero. Espero que, al menos, sea en mi casa y no en un albergue. 😂🤣
EliminarFelices fiestas a ti también.
Un beso.
Un relato con mensaje, Rosa, que reconozco me ha sacudido al final con ese giro inesperado. La vida da unas vueltas increíbles, qué te voy a contar a estar alturas que no sepas, y parece que a tu protagonista lo revolcó la mala suerte como si fuese una ola traicionera. Comprendo que la Navidad sea tan dolorosa para él, incluso terrible...
ResponderEliminarMuy bueno, me alegro de haber venido hasta aquí porque me ha encantado.
¡Un beso enorme y mucha suerte en el concurso!
Muchas gracias, Julia. Tu visita es doblemente apreciada por mí porque sé que estás un poco de vacaciones blogueras.
EliminarMe alegro de que te haya gustado mi relato. Ni yo sé lo que la vida ha hecho con mi personaje, pero está claro que le ha vapuleado a base de bien.
Un beso, guapa.
Hola Rosa, he llegado a tu blog a través del Tintero de Oro. Qué historia tan triste y tan bonita a la vez. Se nos olvida que muchas personas están en las calles sin sentir más que el frío del abandono. Enhorabuena y mucha suerte en el concurso.
ResponderEliminarMuchas gracias por tu visita. Me alegro de que te haya gustado. Quería tener un pequeño recuerdo para toda esa gente que tiene muy poco que celebrar en estas fiestas en que tanto se derrocha, entre otras cosas, mucha felicidad impostada.
EliminarUn beso.
Hola Rosa. Una historia con final inesperado. He leído el desarrollo llevado de la mano por tu narrativa fluida, con una prosa clara que no nos anuncia para nada el triste final. Y con este toque último se derrama la congoja al entender la vida del protagonista. Un muy buen trabajo. Te deseo la mejor de las suertes para el concurso del tintero. Muchos cariños.
ResponderEliminarAriel
Muchas gracias, Ariel. da miedo pensar lo que le ha podido pasar a ese personaje para pasar de una situación tan feliz y hogareña a la desprotección total en la que se halla. Tal vez algún día investigue y os lo cuente.
EliminarUn beso y muchas gracias de nuevo.
Hola, Rosa.
ResponderEliminar¡Qué relato tan entrañable! Aunque no esperaba ese final, sí esperaba algún giro, y lo cierto es que el tuyo ha sido excelente literariamente hablando; otra cosa es la tristeza que se comparte con tu protagonista, pero ahí radica parte de gran belleza de esta historia. En definitiva, ¡precioso relato, amiga!
Te deseo mucha suerte en el concurso y un muy feliz año 2018.
Un abrazo.
Me alegro de que te haya gustado, Patxi. A veces creemos que los pobres sin hogar nacieron así y son desgraciados de nacimiento. Es conveniente que seamos conscientes de que muchos han sido personas felices y normales, con su trabajo, su preciosa casa y su adorable familia. Vamos que cualquiera con un poco de mala suerte o algún error del que nadie está libre, podría terminar igual.
EliminarUn beso y feliz 2018 a ti también.
Hay calidez y sensibilidad en tu relato navideño Rosa. ¡Qué pena que algunas personas terminen en un albergue, casi siempre sufragado por particulares, ONG y en parte algunos miembros de las iglesias. En vez de caridad debería existir igualdad social, pero en fin, las utopías no existen.
ResponderEliminarFeliz año Rosa, un cariñoso beso.
Justicia en vez de caridad solucionaría muchos problemas, pero, como dices, es una utopía y las utopías no existen.
EliminarUn beso, Tara. Feliz 2018 para ti también.
Ceo que no merece la pena un comentario más, ya te lo dijeron todo. Desearte suerte creo que tampoco tendrá mucho sentido ya que el relato obra por si solo. Ya ganó una vez ¿Por qué no dos veces?
ResponderEliminarUn beso.
"Creo" no "Ceo"
ResponderEliminarGracias, Francisco. Me encantaría ganar otra vez, no lo voy a negar, pero sería mucha casualidad, ¿no? En fin, igual tus palabras me dan suerte. Por lo pronto, espero que me dé tiempo a leer todos los relatos para poder votar y no quedarme fuera de concurso. Creo que ya casi me conformo con eso. la victoria en "Escribiendo..." me ha hecho tanta ilusión que no hay que tentar a la suerte.
EliminarUn beso.
La Navidad, con recuerdos de felices navidades pasadas en el tiempo, dónde los familiares se reunían en paz y armonía, en lo que es una idílica estampa de Navidad, para darse de bruces con la cruel realidad.
ResponderEliminarGracias por regalarnos éste cuento, es la realidad de hoy en día. ¡Feliz 2.018!
Gracias a ti, guapa. Me alegro de que te haya gustado. Sí, una realidad demasiado dura y real.
EliminarUn beso y feliz año 2018 para ti también.
Y volviendo a releer este cuento de Navidad.Me viene el recuerdo en el caserio cuando lo pasábamos con los tíos y primos maternos. Solo dos generaciones sin abuelos. Poco los conocí a los mios y la única abuela que me quedaba estaba a 800 kms. Pero eran Navidades auténticas. Le he sacado más gusto a este relato a pesar del final tan triste. ¡Suerte en el concurso! ¡Feliz Año Nuevo!. Un abrazo
ResponderEliminarMis primeros recuerdos de Navidad son de casa de mis abuelos paternos, donde estaba mi bisabuela. La verdad es que solo éramos mi hermana y yo. Solo más tarde llegó otra prima y un primo, pero ellos no siempre estaban en esas celebraciones. Está basado en la realidad, pero no totalmente. Menos mal, porque con lo comodona que soy, lo del albergue lo llevaría fatal.
EliminarUn beso.
¡Hola Rosa! Un bello relato de Navidad. Narrado con la dulzura de las Navidades de la infancia y de la juventud..Todo iba bien, hasta que llego al último párrafo (me encanta el giro que les ha dado) Tal vez si la misma escena tuviera lugar en otro contexto, no trasmitiría tanta tristeza, pero en estas fechas pareciera que se acrecienta el desamparo. Rosita, nunca te preocupes por explicar si la historia es real o de ficción, el autor entrega su obra al lector y ya no le pertenece, cada uno interpreta a su modo, y libera sentimientos de todo tipo. Me he sentido triste por la persona que tiene que ir a cenar al albergue, pero prefiero no saber .. me gusta así, como lo dices. Mucha suerte en el concurso. ¡Enhorabuena por este bonito cuento! Un abrazo.
ResponderEliminarMuchas gracias, Mirta. eso creo yo también. Los finales son abiertos, hay que imaginarlos. El autor suelta su escrito y pasa a ser propiedad del lector que lo reescribe a su manera... aunque me sienta tentada de investigar lo que le pudo pasar a este hombre. Tal vez, para asegurarme de que no me pase a mí.
EliminarUn beso.
Cuánto sabor navideño inundan estas letras, preciosa estampa de sabores, colores y olores con una vuelta de tuerca que nunca me vi venir, bien por eso!!
ResponderEliminarMe hizo pensar en algo que menciona tu personaje; cómo amamos la navidad por etapas, cómo solemos recaer en una especie de ilusión ambigua... tal vez por su colores o su comida, que son días como de sueño, mismo que abandonamos aunque regresemos luego...
Disfruté leerte, abrazo y mucha suerte en el concurso!!
La Navidad es pura sensualidad en el recuerdo. Las diferentes épocas tienen olores y sabores diferentes; sonidos de distintas voces y canciones; caras muy distintas que se nos muestran a los ojos de la memoria y que hoy, ya muchas, han desaparecido. La Navidad, a ciertas edades, es pura nostalgia y duele a la vez que reconcilia con una misma.
EliminarNo quiero imaginar lo que tiene que ser vivirla en soledad y sin un entorno propio y acogedor.
Muchas gracias, Diana.
Un beso.
Preciosísimo, Rosa.
ResponderEliminarFelicidades.
Gracias, Rocío. Me alegro de que te guste.
EliminarUn beso.
Muy triste historia, Rosa. La soledad se acentúa en Navidad y los recuerdos se hacen más vivos.
ResponderEliminar¡Te deseo mucha suerte en el concurso, compañera! Un abrazo.
Muchas gracias, Pilar. En Navidad los sentimientos se exacerban, los buenos y los menos buenos;los felices y los tristes. Todo cobra una nueva dimensión y a veces se hace difícil resistir entre tanta alegría inconsciente.
EliminarUn beso.
Hola Rosa.
ResponderEliminarYa desde el principio muestras una realidad fácilmente reconocible. Es cierto, la Navidad cada vez empieza antes. También que antiguamente se celebraba con más gente alrededor y que con la llegada de los hijos renace la ilusión.
A este hombre le cambió el destino, no sabemos cuando, para arrebatarle lo más bonito de disfrutar en Navidad: la familia.
Suerte en el concurso.
Un abrazo.
Aunque en Navidad se note más, yo creo que lo duro es pelear con esa realidad día tras día. No sabemos, en efecto, qué le pasó al personaje, pero de lo que estoy segura es de que nadie (o muy poca gente) está libre de que le suceda cualquier cosa.
EliminarUn beso Jean Yves.
El relato es la realidad contemporánea. Está dificil las votaciones. ¡Mucha suerte en el concurso!
ResponderEliminarSí que está difícil. Ayer terminé de leer todos los relatos.
EliminarMucha suerte a ti también.
Un beso.
Profunda tristeza y más habitual de lo que debería. Un abrazo
ResponderEliminarLa alegría de la Navidad se disfraza de crueldad para los que carecen de medios y/o de compañía.
EliminarUn beso.
O la crueldad se disfraza de alegría navideña, según se mire.
EliminarPositividad frente a realidad? O negatividad frente a utopía?
EliminarEstoy de acuerdo. La realidad es cruel casi todo el tiempo, pero hay épocas en que nos engañamos a nosotros mismos. La Navidad es una de ellas, pero no la única. Con esta estúpida autocomplacencia en la que nos recostamos, parece que quisiéramos convencernos de que "La vida es bella". Lo malo es que mientras el personaje de la película era consciente de la realidad, ahora vivimos anestesiados.
ResponderEliminarCreo que ya estamos mayores para utopías...
Demasiado mayores
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