Dos de Pierre Lemaitre


Traigo hoy las dos entregas de la trilogía Los años gloriosos, que yo pensaba que eran las últimas, tras haber leído el año pasado la primera entrega, El ancho mundo. Y cual no ha sido mi sorpresa cuando al mirar la página de Wikipedia de Pierre Lemaitre para ver los años de publicación original de cada novela, he visto que se espera la publicación de una nueva entrega, con título aún por determinar, para 2026. La leeré en cuanto salga porque vaya por delante que esta nueva trilogía o tetralogía o en lo que sea que finalmente quede, me está gustando muchísimo. 

Podría haber hecho dos entradas independientes para sendas entregas, pero hablar de ellas sin destripar nada de la trama de las anteriores va a ser difícil por lo que trataré de contar poco y con una sola entrada será suficiente. 


"El silencio y la cólera". Pierre Lemaitre.

«Desde principios de febrero, la perspectiva de la "peregrinación" ocupaba las mentes de todos los Pelletier: los padres deseaban mantener la tradición y los hijos, como todos los años, intentaban saltársela. Aquel ceremonial conmemoraba, cada primer domingo de marzo, la fundación en Beirut de lo que Louis Pelletier insistía en llamar "la jabonería familiar", aunque fuera solamente suya en realidad. Se trataba de ir en procesión hasta la rue de Marseille, frente a los depósitos de la aduana, hacer la visita a la fábrica y, tras una escala en el Café des Colonnes para tomar el aperitivo, regresar a la avenue des Français a la hora de comer».

Estamos en 1952, pero al igual que en 1948 en El ancho mundo la peregrinación a la jabonería familiar de los Pelletier en Beirut, vuelve a abrir esta segunda entrega. La jabonería familiar cada vez es menos familiar. Ya ningún hijo vive en Beirut y tan solo Louis, el patriarca, permanece en la ciudad junto a su mujer, Angèle.

Etienne quedó en Saigón y los otros tres hermanos permanecen en París. Jean, junto a su insoportable mujer Geneviève, está a punto de abrir unos grandes almacenes en los que la mercancía, de baja calidad y a precios muy bajos, se presentará en cestas donde la clientela podrá rebuscar a placer. Una idea novedosa para 1952 a la que en la actualidad ya estamos acostumbrados. La pareja tiene una hija de tres años a la que conviene vigilar de cerca porque sufre accidentes muy frecuentes. Ahora Geneviève está de nuevo embarazada y esta vez espera que sea un niño porque «La llegada de Colette había sido una tremenda decepción, de modo que tenía puestas sus esperanzas en su actual embarazo, ya muy avanzado»François mantiene su relación con Nine y sigue trabajando en la sección de sucesos del Journal du soir para el que también trabaja su hermana Hélène. 

La novela empieza en Beirut con la peregrinación anual a la jabonería Pelletier. A Beirut volveremos a lo largo de la novela para seguir uno de los hilos de la historia relacionado con el boxeo y con la forma en que el manejo de las situaciones y de la prensa puede crear vencedores... hasta cierto punto. Pero enseguida nos iremos de nuevo a París para enfrentar los distintos temas que va a tratar la novela y las distintas peripecias de los Pelletier.

La cobertura periodística que le Journal du soir va a hacer del cierre de una presa nos permitirá conocer Chevrigny, un pueblo que lleva años amenazado de inundación. Muchos vecinos ya se han ido, pero otros siguen resistiendo. Asistiremos a sus luchas, tanto las que mantienen contra la empresa Electricidad Francesa que quiere ahogar su futuro, como las que mantienen entre los vecinos partidarios de resistir y los partidarios de coger el dinero y salir corriendo. 

Otro tema que se trata es el del aborto. No se cuenta en el libro, pero desde las leyes del régimen de Vichy durante la ocupación Nazi hasta 1942 el aborto se penalizaba con pena de muerte. Nuestros personajes viven en 1952. La guillotina se ha alejado de sus cabezas, pero el aborto sigue estando perseguido y lo estará hasta 1975. Y especialmente perseguido por un siniestro personaje, el inspector Armand Palmari, de la Oficina de Protección de los Menores y la Natalidad, que parece tener como misión en la vida amargar la existencia a cualquiera sospechoso de haber participado en un aborto sin frenarse ante las más viles estrategias. Leyendo esta parte de la novela no he podido dejar de recordar a Annie Ernaux y su novela El acontecimiento, autora y novela que el autor menciona en sus agradecimientos.

«El aborto ilegal estaba situado bastante arriba en la jerarquía de la acusación vecinal; a la hora de informarse sobre un médico o una enfermera, era el recurso más obvio. A menudo se trataba de pura malevolencia, pero en el lote también se podía encontrar a un padre que se consideraba perjudicado por la tarifa exorbitante que le habían cobrado a su hija, a una abortadora deseosa de deshacerse de una competidora, a una mujer ansiosa de vengarse tras las complicaciones de una intervención problemática, etcétera».

Seguirán los asesinatos en serie que ya habían aparecido en El ancho mundo y François, en su sección de sucesos, intentará revivir uno que causó gran escándalo por ser la víctima una joven y famosa actriz. 

Cada uno por razones diferentes, los hermanos Pelletier se van viendo cercados por los acontecimientos y por las circunstancias. Los trabajos de cada cual, sus relaciones sentimentales, una esposa a la que se teme y a la que no hay valor suficiente para enfrentarse aunque se sospeche que puede terminar haciendo daño a lo que más se ama. Mucho más de lo que podría parecer en un principio se esconde entre las apasionantes páginas de El silencio y la cólera.

«Porque nuestros secretos, nuestras vilezas, nuestros silencios, nuestra violencia, nuestras mentiras, son como las ruinas de Chevrigny: permanecen ocultos a la vista, pero siguen existiendo».


"Un futuro prometedor". Pierre Lemaitre.

«Nadie había contado con que la situación en Oriente Próximo cambiaría radicalmente en 1956, cuando Egipto nacionalizó el canal de Suez y puso en peligro los intereses de Francia, debilitados ya por la crisis argelina. La respuesta de Francia e Inglaterra no se hizo esperar: ambos países emprendieron una ofensiva militar, que, unida a su apoyo a Israel, condujo a una catástrofe diplomática.

En Siria y Jordania, los manifestantes se encarnizaron con las escuelas francesas e incluso quemaron un convento —las hermanas dominicas tuvieron que huir—, se lanzaron artefactos explosivos delante de la embajada de Francia en Damasco... Que el presidente de Egipto prestara ayuda a los independentistas argelinos, contra los que luchaba Francia, no hizo más que agravar la coyuntura.

¿Se extendería al Líbano el sentimiento antifrancés?».


Fue entonces, en 1956, cuando Louis Pelletier y su esposa Angèle empezaron a plantearse que a lo mejor era preferible volver a Francia. Y cuando empieza la novela, en abril de 1959, ya están instalados en Le Plessis-sur-Marne, a treinta kilómetros de París. Y con ellos sigue Colette quien cada vez ve más cerca la amenaza de que la obliguen a vivir con su familia y, sobre todo, con su temible madre. Geneviève sigue tan odiosa como siempre o más. Todo su amor y atención se dedican a su hijo pequeño Philippe a quien «Su madre lo ha convertido en un ser detestable, pero basta mirarlo para darse cuenta de que no es más que un niño infeliz». En cada visita que hacen a la casa de los abuelos, la madre amenaza con llevarse a Colette, pero el traslado se va posponiendo. 

Los negocios de Jean con sus grandes almacenes van tan bien que ha abierto sucursales en varias ciudades y ahora se dispone a dar un paso más. François y Hélène siguen trabajando en el sector de la comunicación. Él continúa llevando los sucesos en Le Journal du soir y ella trabaja en La Radio Parisina  donde conduce un programa nocturno tras haber estado varios años dedicada en exclusiva al cuidado de su hija. 

Por cierto, también siguen esos asesinatos de mujeres que nos vienen acompañando desde la primera entrega, El ancho mundo.

No puedo contar demasiado por respeto a los lectores que se dispongan a leer esta trilogía. Tan solo añadiré que en homenaje a John Le Carré (como confiesa el propio autor en los agradecimientos) Un futuro prometedor enriquece su trama con una historia de espías en la más fiel tradición del autor inglés y con un personaje que quiere también homenajear al inolvidable George Smiley.

Un futuro prometedor es una magnífica continuación de la serie. No es el final de la misma que yo esperaba. Quedan hilos por terminar de tejer, en el epílogo se nos dan pistas sobre lo que puede venir:

«Aquella despreocupada generación vivía una época en la que los padres, porque habían ascendido en la escala social y porque el mundo se les ofrecía sin pudor ni restricción, estaban seguros de poder proporcionar a sus hijos un futuro próspero e incluso estaban convencidos de que su descendencia tendría una vida mejor que la suya.

No tardarían en desengañarse.

Pero aún es un poco pronto para hablar de eso».


Una maravillosa promesa que espero que pronto se materialice en una nueva entrega de la trilogía, aunque me inclino más por una nueva trilogía que recupere a los descendientes de Louis y Angèle Pelletier.

Para quien quiera tener una idea más detallada de lo que puede encontrar en esta novela, compenso la falta de información con algunas citas que me resultan interesantes y que no destripan la trama de las novelas de la serie.

«Se empieza por aceptar cosas que no se desean y se acaban aceptando cosas que no se aprueban».

«Para el espía, el pasado prácticamente no existe. Todo se desarrolla en el futuro, hay que anticiparse, adelantarse, imaginar el siguiente paso sin cesar... Y en el presente, porque es donde todo pasa. ¿Quién me sigue? ¿Quién me mira? ¿Tengo tiempo...? Para el espía, el presente es una droga, una fiebre. Nadie puede renunciar a eso fácilmente».

«Se avecinaban tiempos en los que, en nombre de la razón de Estado y del riesgo para el orden público, los países, tanto los aliados como sus antagonistas, se pondrían de acuerdo para no decir a sus ciudadanos sobre qué volcanes les habían sentado. La tecnología, cacareado factor de progreso de la humanidad, iba a convertirse en una fuente de problemas y los principales afectados serían los últimos en enterarse de ellos».

Las otras novelas de Pierre Lemaitre leídas y con enlace a las reseñas y año de lectura entre paréntesis son:
"Nos vemos allá arriba" (Trilogía Los hijos del desastre) (2014)
"Irène" (Serie Camille Verhoeven) (2015)
"Alex" (Serie Camille Verhoeven) (2015)
"Rosy & John" (Serie Camille Verhoeven) (2016)
"Camille" (Serie Camille Verhoeven) (2016)
"Los colores del incendio" (Trilogía Los hijos del desastre) (2019)
"El espejo de nuestras penas" (Trilogía Los hijos del desastre) (2020)
"El ancho mundo" (Trilogía Los años gloriosos) (2024)
"El silencio y la cólera(Trilogía Los años gloriosos(2025)
"Un futuro prometedor(Trilogía Los años gloriosos(2025)

Comentarios

  1. De la lista de obras de este autor que incluyes al final de tu reseña, he eído ya diez de ellas. Pierre Lemaitre es un autor que cada vez me apasiona más. Desde que leí Nos vemos allá arriba, no he dejado de seguir leyendo sus trilogías y tetralogías. Fue para mí todo un descubrimiento. Acabo de leer El ancho mundo y ya he empezado con El silencio y la cólera, para seguir con Un futuro prometedor. Después vendrán La gran serpiente y, cómo no, Vestido de novia, cuya existencia ignoraba, del mismo modo que ignoraba que habría una cuarta entrega de Los años gloriosos, que tampoco me perderé. Poco/as autore/as me han atrapado tanto como para leer todas, o casi todas, sus obras, y Pierre Lemaitre es uno de ellos. Su estilo narrativo impecable, con esa fina ironía que le caracteriza, me ha subyugado, convirtiéndose en uno de mis novelistas preferidos.
    Un beso.

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    1. Veo que, como a mí, te enganchó con Nos vemos allá arriba. Y es que no puede ser de otra manera. Es una novela tan redonda que atrapa sin remedio. Lo de la cuarta entrega de esta trilogía imagino más bien que sea el inicio de otra. Igual que Pelletier ya viene de Nos vemos allá arriba, seguirá con sus descendientes en una nueva trilogía. Eso deduzco de las palabras del propio autor en el epílogo. Vestido de novia yo creo que fue su segunda novela después de Irène, aunque no es de la serie de Camille Verhoeven.
      A mí me gusta mucho también. Todas sus novelas tienen su punto de humor y mucha crítica con mucha ironía. La gran serpiente, que es su primera novela, ya es muy buena.
      Un beso.

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  2. Hola, Rosa. También a mí me gusta este autor aunque no lo he leído tanto como tú. Tengo muchas de sus novelas pendientes todavía pero anoto también esta trilogía porque parece apasionante, por lo que cuentas. Me gusta también esa época de los años cincuenta en que se ambienta. Un beso. Estupenda tu reseña.

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    1. Pues no dejes esas novelas pendientes por mucho más tiempo. Y si puedes leer la trilogía seguida, mejor que mejor. Aunque me acordaba bastante de la primera entrega hubiera preferido tenerla reciente. Es magnífica toda la trilogía.
      Un beso.

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