"Mi querido Mijael" Amos Oz
Con una prosa austera, carente de adornos y artificios, pero precisa y rotunda, Amos Oz nos cuenta la historia vulgar de un matrimonio vulgar. Un matrimonio en el que Jana, se encuentra prisionera porque ella, al contrario que Mijael, es pura pasión, pasión contenida y sublimada, pero pasión que se manifiesta en sus ensoñaciones, en sus fantasías con las aventuras leídas en su infancia y adolescencia; tiene sueños de fuga, de viajes largos y exóticos: el ballenero que persigue a "Moby Dick", el trineo de "Miguel Strogoff" o el Nautillus del capitán Nemo en "Veinte mil leguas de viaje submarino"; sueña con dos gemelos árabes, vecinos suyos durante la infancia, y sus sueños no son puros y castos. Sueña para huir de su vida prosaica y vulgar.
Pero la vida continúa. Tienen un hijo con el que no llega a entenderse del todo. El niño es más afín a su padre: racional y lógico como él, carente de fantasía y grandes emociones como él, padre e hijo se entienden a la perfección y ella va quedando excluida de la complicidad que une a ambos.
Y la vida continua. Viajes de verano a Tel Aviv, a casa de la tía Lea. Viajes a visitar a la madre y al hermano de Jana en el kibbutz Nof Harim. Viajes a visitar al padre de Mijael en Jolón, la ciudad natal de Mijael.
Si podemos entender que Jana no abandone a Mijael (es la década de los cincuenta en Israel), nos cuesta más comprender por qué Jana se casó con él "Si fuera mi madre, y aunque me enfadase con ella, no permitiría que me casase de repente con alguien que había conocido por la calle de casualidad. ¡Podría haberme encontrado por casualidad con alguien completamente distinto, o no haberme encontrado con nadie!". Así nos cuenta lo que le dice su vecina y casera dos días antes de la boda tras oírla gritar por la noche, en sueños. Lo más sorprendente es que finalmente
Amos Oz |
Y todo ello en Jerusalén, una ciudad triste, según Jana "Jerusalén es una ciudad que produce tristeza, pero en cada momento y en cada estación la tristeza es diferente"; una ciudad, también según Jana que es "[...] la ciudad más grande del mundo. Cruzas dos o tres callejuelas y te encuentras otro continente, otra generación e incluso otro clima"; una ciudad que vemos evolucionar a través de la década que abarca lo narrado y de lo que Jana nos cuenta de su infancia. Vemos como se complica su situación y si Jana tenía por vecinos a dos niños árabes con los que jugaba, ahora se pregunta si tal vez ponen bombas o llevan ametralladoras.
Nos quedamos con Jana esperando a Mijael que ha sido movilizado para participar en la Guerra del Sinaí y del que no se sabe nada hasta que aparece semanas después.
Pero no es una novela sobre el conflicto palestino-israelí. Éste sólo aparece como una parte más del escenario en que se desarrolla la historia. Amos Oz, un hombre de paz, partidario de un entendimiento con los palestinos y consciente de que la solución pasa por dos estados, se muestra en esta novela sumamente aséptico en lo que se refiere al problema político y social de su país. Y es que no es eso lo que el autor pretende contar con este libro. Esta novela es un intento, tal vez desesperado de Amos Oz de entender las causas que llevaron a su madre a suicidarse cuando él tenía doce años. En "Una historia de amor y oscuridad", su libro autobiográfico (tan bello y sugerente que merece una relectura, lo sé por experiencia), nos dice refiriéndose a su madre "Al cabo de algunos años, en el barrio de Kerem Abraham, en la calle Amós, en el semisótano asfixiante y húmedo, debajo de los Rosendorf y al lado de los Lemberg, entre barreños metálicos, pepinillos en vinagre y adelfas que se iban marchitando en latas oxidadas de aceitunas, rodeada todo el día por olores a repollo, colada, pescado cocinado y orines secos, mi madre empezó a consumirse. Tal vez fuera capaz de apretar los dientes y enfrentarse a una tragedia y a una pérdida. A la pobreza. Al desengaño de la vida matrimonial. Pero creo que de ningún modo pudo soportar el deterioro".
No sabemos lo que será de Jana cuando acabe de escribir la historia que nos cuenta. Tal vez sea capaz de salir adelante; tal vez se haya acostumbrado y sea capaz de enfrentarse al desengaño y seguir con su vida. Tal vez se haya librado del deterioro y de esa manera Amos Oz pueda exorcizar sus demonios y ajustar cuentas con su pasado.
Me gustan las historias vulgares sobre vidas vulgares, en parte nos recuerdan quién somos. De Amos Oz tengo varios libros apuntados... y ahora uno más.
ResponderEliminarUn abrazo
La historia es vulgar solo en apariencia. Esconde muchas pequeñas cosas. Amos Oz es un autor que me gusta mucho y lo que más "Una historia de amor y oscuridad" que es una autobiografía.
EliminarUn beso.
Pues al igual que Mijael me gusta la aventura y veo que esta novela de aventura tiene poco. De momento, y dado que empiezan mis vacaciones lo dejo aparcado para leer algo más movido. En cualquier caso, y por tu comentario sobre el autor, me apunto a Amos Oz como un escritor a conocer.
ResponderEliminarUn beso, Rosa
Este libro de movido tiene poco y no es lo más indicado para las vacaciones. Pero no dejes de leer al autor.
EliminarUn beso.
Hola!! Te he nominado a un premio en mi blog. Si te apetece, pásate y me cuentas :) http://mitardejuntoaunlibro.blogspot.com.es/2015/07/nominacion-premio-liebster-award.html
ResponderEliminarMuchas gracias. Ya lo tengo, pero igual me hace mucha ilusión. Te añadiré a la persona que me nominó. Lo verás en mi blog en la columna de la izquierda. Aunque igual tardo un par de días porque estoy de viaje solo con la tablet y cuando se bloquea, se pone odiosa.
EliminarUn abrazo y muchas gracias.
Hola!
ResponderEliminarNo me llama mucho la atención este libro pero gracias por la reseña!
Me quedo por aquí! Saludos!