Noviembre 2016


"Vine a Comala porque me dijeron que acá vivía mi padre, un tal Pedro Páramo. Mi madre me lo dijo. Y yo le prometí que vendría a verlo en cuanto ella muriera. Le apreté sus manos en señal de que lo haría, pues ella estaba por morirse y yo en un plan de prometerlo todo. "No dejes de ir a visitarlo -me recomendó. Se llama de este modo y de este otro. Estoy segura de que le dará gusto conocerte." Entonces no pude hacer otra cosa sino decirle que así lo haría, y de tanto decírselo se lo seguí diciendo aun después de que a mis manos les costó trabajo zafarse de sus manos muertas."
Comala es uno de esos mundos literarios que compiten con Macondo, Yoknapatawpha o el Getxo de Ramiro Pinilla. Esos mundos que forman todo un imaginario de vivencias, una galería de personajes que se mueven por ellos y saltan de un libro a otro, pero siempre en su mundo mágico no menos real por ser imaginado e inexistente. 
Comala es de todos estos mundos el que menos se ha prodigado en la literatura. Aparece tan solo en la corta novela "Pedro Páramo" y en algún cuento de "El llano en llamas", los dos libros más importantes y conocidos de Juan Rulfo. Pero tal vez por la fuerza de lo que encierra, por la rotunda calidad de una novela que ha valido por sí sola para encumbrar por siempre a su autor, se ha convertido en todo un referente si de hablar de mundos imaginarios se trata.
Este mes literario se lo quiero dedicar a "Pedro Páramo" y a Comala porque ya estaba siendo hora de hacerlo y creo que no hay mejor mes que noviembre para bucear en este mundo en el que nadie termina de estar vivo y nadie termina de estar muerto.
Las palabras con las que Juan Preciado comienza su delirante historia son de las más conocidas y hermosas de la literatura. Esta novela es de las más hermosas de la literatura.

Juan Preciado llega a Comala buscando a su padre, y allí, en "lo mero hondo del infierno", se irá encontrando con su pasado que reverbera por las esquinas y es como el eco del susurro del viento, y se irá encontrando con el futuro y se irá encontrando sin encontrase porque en Comala no existe el tiempo o, al menos, no sigue una linea a la que estemos acostumbrados. En Comala, el tiempo juega con nosotros a su antojo y nos regala la infancia de Pedro Páramo y su juventud y su madurez y la muerte y el abandono y todo en el orden que al tiempo se le antoja, y tenemos que dejarnos llevar para, sin querer, sin dar lugar a la confusión cronológica, meternos en su fluir y ser arrastrados por su transcurrir caprichoso, porque solo así, sin intervención de la voluntad, la linea del tiempo cobrará sentido y Comala nos regalará una historia inteligible y apasionante.
En Comala encontramos un caballo fantasmal que regresa por la noche, abatido y derrotado por el remordimiento de haber causado la muerte de su amo, Miguel Páramo ocurrida... hace ya muchos años. En Comala los vivos "se la pasan encerrados [...]Si usted viera el gentío de ánimas que andan sueltas por la calle. En cuanto oscurece comienzan a salir". En Comala los vivos llegan a creerse muertos y los muertos se suponen vivos. Pero ¿hay vivos en Comala?
La primera vez que leí "Pedro Páramo" era muy joven, demasiado para semejante libro. Lo encontré de difícil lectura y fui incapaz de apreciarlo en su justo valor, pero sus páginas me atraparon como solo sabe hacerlo la mejor literatura. Muchos años después, cuando volví sobre él, me atrapó, me noqueó, me devoró y, cuando conseguí salir del abrazo verde, mohoso y húmedo de sus retorcidas ramas, me descubrí más sensata, más sensible y más hermosa. Ese don tienen algunas novelas, muy pocas, pero sí las imprescindibles.

Las novelas que aparecen en esta sección, "Bienvenido nuevo mes literario", no están recién leídas, pero están leídas. Se trata de novelas que empleo para comenzar cada mes. Por ello comienza la entrada con el inicio del libro. No pretende ser una reseña, sino el comentario sobre una historia que me marcó lo suficiente como para poder hablar de ella aunque haga ya muchos años que la leí. Por ello, espero que me perdonéis si incurro en algún error.



Comentarios

  1. Hola!!!!1 Acabo de comentar en el blog de Kirke y con este autor me pasa algo parecido. Este libro lo leí muy joven(como tú) y no me convenció. Mis hijos tuvieron que leerlo para la PAU, y como no lograba encontrar el mío(yo no pierdo libros, debió de jugarme una mala pasada el subconsciente), jejeje) lo compré en La casa del libro y en casa empecé a ojearlo y me encantó, comprendí que a veces sí que hay edades para las coas, y no es que cuando somos muy jóvenes no entendamos alguna palabra o algo así, no, simplemente nos falta vida y eso ahora se nota.
    Besos y me parece genial que dediques noviembre a Juan Rulfo.
    Besos y disfruta esos días de descanso.

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    1. Es que es un libro de mucha reflexión y hay que tener mucho leído para poder apreciarlo en lo que vale. No sé si es muy adecuado para la PAU, pero eso es algo con lo que siempre me obsesiono: pienso que los libros que les mandan a los chavales en el instituto no son los mejores para que se aficionen a la lectura, pero igual es cosa mía.
      Un beso.

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  2. Sentimientos, muerte y vida, una novela que por lo que he llegado a la conclusión después de leer tu post, no deja de sorprender y es de las que te deja huella. Tomo nota, para en algún momento cogerla y devorarla porque creo que por lo que deduzco va a tocarme y tras tocarme, cuando este lo suficientemente preparada, me pongo con ella, palabra, son de esas que dices ahora no que no tengo ganas de remover sentimientos pero tampoco quiero dejar de leerla, tu me entiendes no? un beso y como siempre magnifica entrada para este mes recién comenzado. un beso. TERE. Y por supuesto buen Noviembre, que aunque lo comenzamos con pena y mezcla de dulce caseros, los buñuelos y palos de santo, espero que no se de mal a ambas, e smi deseo.

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    1. Comparto tus deseos de que noviembre, aun con largas noches y frío nos sea propicio y tengamos un buen mes. Yo he intentando iniciarlo de la mejor manera.
      Un beso.

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  3. Lo leí hará unos catorce años. Tengo muchas ganas de volver a leerlo porque recuerdo muy poco, tan solo la sensación de estupor, de deslumbramiento al estar ante una obra tan buena. A veces de los libros solo queda su impronta y este es uno de ellos. Ojalá pueda encontrar el momento y apuntarme a este inicio de mes tan sugerente.
    Saludos.

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    1. La verdad es que se lee bastante rápido porque son unas cien páginas y habiéndolo leído ya y sabiendo la historia, se hace corto.
      Es cierto que deslumbra por la calidad que derrocha. Uno se queda apabullado de tanta belleza en el lenguaje y en las descripciones y...
      Un beso.

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  4. Leí este libro en el instituto, creo que me pasó lo que a ti con tu primera lectura, que era demasiado joven y me perdí, apenas me enteré de lo suficiente para pasar el examen y poco más.
    Pero al contrario que tú, yo no le di una segunda oportunidad, quizás sea hora de que lo haga.
    Gracias por traerme del recuerdo esta obra y por celebrar este mes de noviembre de una manera tan bonita.
    Un beso.

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    1. Creo que no te arrepentirás si le das esa segunda oportunidad. Yo, casi sin querer, me lo he vuelto a leer. Lo empecé para copiar el comienzo y recordar un poco más la historia y casi podía haber hecho la reseña porque en un par de días, lo había leído por tercera vez. Es que es muy cortito.
      Un beso.

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  5. Tu último párrafo es precioso, Rosa, qué bonito escribes.
    Yo lo leí también en la época del instituto pero ¿te puedes creer que no recordaba nada de lo que cuentas? pero nada de nada, señal de que no le prestaría suficiente atención, porque ahora me ha conmovido el párrafo con el que abres el post. Tendré, pues, que rescatarlo del baúl de los recuerdos.
    ¡Un besazo!

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    1. Pues es que es cierto. Después de leer un libro tan hermoso y sorprendente, una se siente mucho mejor en muchos aspectos.
      Es que, como le he dicho a Marigem, no me parece un libro para leer en el instituto. El chaval de dieciséis años capaz de apreciarlo, será un portento y esos no abundan.
      Un beso.

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  6. A mí me encantan esos lugares propios que crean algunas novelas o más bien algunos autores. Comala, en concreto, no lo conozco, pero creo que ya estoy tardando. El inicio de la novela ya me ha dejado con ganas de más y tu entrada es preciosa. Me ha encantado.
    Besos

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    1. Comala siempre deja ganas de más. Creo que es un libro de los que tienen que gustarte. Me encantará saber tu opinión.
      Un beso.

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  7. Tiene que ser interesante un sitio donde el tiempo transcurre de una manera tan original. No tengo el gusto de conocerlo, ni tampoco ninguna de las novelas que hablan de él, pero a buen seguro que, siguiendo tu recomendación, debería hacerlo.

    Son tantas las lecturas que nos ofreces y tan poco el tiempo del que dispongo para sumergirme en ellas, que ya no me atrevo a decir que leeré nada, tan solo que lo intentaré...

    Gracias por este comienzo de mes tan interesante y por enseñarme siempre algo nuevo, Rosa.

    ¡Un fuerte abrazo!

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    1. A Comala solo se llega buscando a Pedro Páramo. Luego, ya encontrado, nos podemos meter en algún cuento de El llano en llamas y revisitar el lugar. Pero el primer encuentro tiene que ser con este libro maravilloso.
      Para tu tranquilidad te diré que es cortito.
      Un beso.

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  8. Querida Rosa con todas tus entradas me doy cuenta de mis limitaciones y de mis pocas dotes lectoras, pues en comparativa no me cunde nada de nada. Y por otro lado me alcanzas títulos y autores que un servidor desconoce no por el nombre de la obra en este caso, que sí que me suena. Pero es tanto y tan variado lo que se ofrece y tan poca coincidencia en nuestras lecturas que me doy cuenta que de las tuyas he leído pocas. ¿Será cuestión de gustos?
    Te agradezco que al menos gracias a tus reseñas se lo que me pierdo o de lo que me libro.
    Besos

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    1. Tú lees muchas cosas que yo desconozco. Aunque últimamente nos tienes despojados de reseñas, nuestros gustos no siempre coinciden. Yo no soy mucho de novela histórica que es uno de tus géneros preferidos.
      Ya te he dicho hace tiempo que echo de menos tus reseñas. Mientras tanto, me alegro de que te gusten las mías.
      Un beso.

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