Entradas

Mostrando entradas de 2020

“El álbum de la familia Juranović” Paul D. Losinj.

Imagen
"Mi nombre es Cvita Karadsic. Mi padre, Aleksandar Karadsic, es pescador. Mi madre, Antonela Karadsic, ama de casa. Hasta hace dieciocho meses, cuando me mudé a Dubrovnik, vivía con ellos. Éramos una familia humilde. Y muy feliz. Vivíamos en paralelo a las tensiones y la crispación que parecían haber nacido en la República Federal Socialista de Yugoslavia desde la muerte de Tito en 1980, seis años atrás. A mi padre nunca le ha gustado hablar de política, ni de nacionalismos, ni de religión. Al menos delante de mí" . Antes de mudarse a Dubrovnik, Cvita vivía en Rovinj. Allí era feliz, paseaba con sus amigas y adoraba contemplar desde lo alto al mar Adriático plagado de islas, pero su padre, que no hablaba de política ni de religión ni de nacionalismos, quería que su hija saliera de la ciudad y abriera su mente a otras experiencias y a otras tierras. Tal vez por lo mucho que le había gustado Dubrovnik y porque allí tenía unos amigos, los Juranović , decidió mandarla a esa ciuda

"Fin de temporada" Ignacio Martínez de Pisón.

Imagen
En Junio de 1977, Rosa y Juan emprenden un viaje hacia Portugal. Ella tiene diecisiete años y él pocos más. Están enamorados han mentido en casa para ausentarse ese fin de semana y pasarlo en Portugal. Pero algo nos hace ver que no son una simples jornadas de asueto las que han decidido cogerse para ellos solos. Juan le ha pedido prestado el coche a su primo Alberto. Rosa tiene nauseas, arcadas, necesitan parar en algún sitio, pero Juan esquiva aquellos en los que tiene familiares cerca que puedan reconocerlo. Rosa se va enfadando, la suspicacia hace mella en su ánimo y finalmente estalla confirmando nuestras sospechas. "¿He hecho algo mal? ¿Eh? ¿He hecho algo mal? Dime, dime qué es lo que he hecho mal. O mejor: dime por qué crees tú que, si alguien ha hecho algo mal, he sido yo. ¡Digo yo que la culpa la tendremos los dos por igual...! [...] Cuando más fuerte tengo que ser, más débil me haces sentir. ¿Has intentado al menos ponerte en mi lugar? No, tú todo lo ves desde fuera y a l

Feliz navidad

Imagen
Solo vengo por aquí para desearos una Feliz Navidad lo más y mejor acompañados que podáis. Un beso a todos.

"Lo que queda de luz" Tessa Hadley

Imagen
"Escuchaban música cuando sonó el teléfono. Eran las nueve de una noche de verano, habían terminado de cenar y Christine atendía con concentración, sentada sobre sus pies en la butaca; reconocía la música, pero no recordaba el nombre del compositor. Alex había elegido la pieza sin consultarla y Christine se negaba obstinadamente a preguntárselo: a Alex le gustaba demasiado saber lo que ella no sabía. Estaba echado en el sofá del ventanal con un libro abierto en la mano, sin leer, el libro caído sobre el pecho porque en realidad miraba el cielo" . Difícil imaginar una sensación más placentera. Tal vez yo prefiriera el silencio que me dejaría prestar toda mi atención al libro. Pero tampoco soy insensible a una buena música. No sé si tenían una copa en la mano.  No se dice nada al respecto, pero una buena copa de vino tinto siempre es un acompañante perfecto para un libro, una frase musical, una desgracia que se avecina... Después de aquella llamada de teléfono, nada volvió a se

"Coral Glynn" Peter Cameron

Imagen
"Aquella primavera, la de 1950, había sido especialmente húmeda. En Hart House se inundó toda una zona al fondo del jardín y se formó una charca poco profunda donde los azafranes asomaban animosos sus cabezuelas, como niños temblando de frío en una clase de natación. La gravilla clara en los senderos del jardín se había vuelto verde, cada piedrecita envuelta en una capa húmeda y transparente de cieno, y no podía uno sentarse en los dos bancos de cemento que flanqueaban la puerta que daba al río sin descolocar primero a los caracoles y babosas adheridos a ellos" . En este húmedo paisaje y en esta mansión de Leicestershire se encuentra Coral Glynn, la tercera enfermera que cuida de la señora de la casa enferma de cáncer. En la casa, aparte de la señora Hart, vive su hijo, el comandante Clement Hart, que fue herido en la guerra y se mueve con la rigidez de quien tiene una pierna ortopédica en sustitución de la propia. Nadie sabía la causa de  que las dos enfermeras anteriores ab

Sin reseña XXVI

Imagen
La entrega XXVI de Sin reseña vuelve a estar repleta de negro y policíaco, pero tan solo una de las novelas, salvo que algo se me escape, pertenece a una serie. Se trata de " Los buenos samaritanos ". El resto, de momento, parecen ser novelas independientes y he de decir que todas me han gustado y, cada una en su estilo, tienen sus puntos de interés. Aunque si tuviera que elegir una de ellas como mi preferida, sería sin lugar a dudas " El sonido de tu cabello "  " Los buenos samaritanos ". Will Carver. " Los buenos samaritanos " es una novela que venía precedida de mucho ruido mediático. Había leído varias opiniones que la ponían por las nubes y hablaban de un giro argumental, hacia la mitad del libro, que era espectacular. Tras haberlo leído he de decir que sí, pero no, aunque más sí que no. Me explico. La novela está bien y se lee de maravilla porque engancha y está bien escrita. Tiene sus puntos de originalidad, una trama compleja y muy bien d

"Loxandra" María Iordanidu

Imagen
"Dice Loxandra que vino al mundo en Constantinopla, en tiempos del sultán Abdül-Mecit, «que mala muerte tenga…». —Shhh, cállate, Loxandra, nos perderás. —¡Oh, que Dios conceda larga vida al sultán Abdül-Mecit, mal rayo lo parta! —Shhh, calla de una vez. ¿Te has vuelto loca para gritar así? Pero Loxandra no está gritando. ¿O sí? No, está hablando en voz baja. Pero la voz baja de Loxandra resuena como una campana de Santa Sofía. Sólo los muertos no la oyen. Una voz muy grande y sonora tiene la bendita y no la puede modular" . Loxandra es una voz en sí misma. Nadie que haya convivido con ella puede sustraerse a sus palabras, sus actos, su presencia. La vida con Loxandra estaba teñida de olores, sabores y pensamientos especiales. Había venido al mundo, efectivamente, en Constantinopla cuando Constantinopla aún no se llamaba Estambul, pero ya no se llamaba Bizancio; vivía en un barrio de la ciudad, que tampoco hoy se sigue llamando como entonces, y era feliz. Se levantaba por la m