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Mostrando las entradas etiquetadas como Maggie O'Farrell

"La distancia que nos separa" Maggie O'Farrell

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Tal vez sea porque no había ido a Gran Bretaña hasta ahora, pero nunca se había sentido tan aislado ni tan lejos de Hong Kong, ni de todo lo que conoce, de todo lo que le gusta, de todo lo que forma parte de su vida y de él. Lo que le inquieta de verdad es que este es el país de su madre —y de su padre, por cierto—, el país cuyo sello figura en la cubierta de su pasaporte, y que nunca se haya sentido tan ajeno. No acaba de superar que aquí todo el mundo sea blanco. Jamás en su vida había estado entre una multitud de gente cuyos rostros fueran todos blancos. No entiende que aquí la gente no lo mire fijamente, que no le dediquen más que la ojeada de rigor cuando pasa a su lado por la calle, ¿por qué no se quedan parados, boquiabiertos? Él tiene la sensación de ser un extraterrestre. Lo que más lo desconcierta es la idea de ser exactamente igual que todos. Jake es británico. Su pasaporte lo es, su madre lo es, su padre lo es (o lo era). Pero Jake no ha estado nunca en Reino Unido. Ha

"El retrato de casada" Maggie O'Farrell

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«Lucrezia se sienta a la larga mesa del comedor, tan pulida que reluce como el agua y cubierta de fuentes, tazas invertidas y una coronita de ramas de abeto trenzadas. Su marido ocupa una silla, pero no en su sitio de costumbre, en la otra punta, sino a su lado [...]  Ha cumplido dieciséis años, no hace ni uno que contrajo matrimonio. Han pasado gran parte de la jornada en los caminos, aprovechando las pocas horas de luz propias de la estación, después de salir de Ferrara al amanecer y cabalgar hacia lo que, según él, era un refugio de caza, lejos, al noroeste de la provincia. Pero esto no es un refugio de caza, le habría gustado decir cuando llegaron a su destino: [...] ¿por qué me has traído aquí? [...]  Lucrezia agarra el borde del plato con los dedos. La certeza de que él pretende acabar con su vida es como una presencia a su lado, como si un ave rapaz de negro plumaje se hubiera posado en el brazo de su silla. He ahí la razón del repentino viaje a un sitio tan agreste y solitario.

"La primera mano que sostuvo la mía" Maggie O'Farrell

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«Alexandra no sabe, no puede saber lo cerca que está Innes Kent. No sabe que viene, que cada segundo se lo acerca más, que va recorriendo los caminos que los separan con sus zapatos hechos a mano, que cada paso de esos pies bien calzados acorta la distancia. La vida, tal como la conocerá, está a punto de empezar, pero ahora por fin se abstrae en la lectura, en la lucha que sostiene con la mortalidad un hombre muerto hace tiempo. Cuando Innes Kent aparece en el camino, Alexandra levanta la cabeza. Deja el libro en el suelo otra vez, ahora con más suavidad, y se despereza estirando los brazos hacia arriba. Se enrosca un mechón de pelo entre el pulgar y el índice, agarra una margarita entre dos dedos de los pies y la arranca; siempre ha tenido las articulaciones flexibles; es algo de lo que está muy orgullosa» .  Alexandra no sabe que su vida está a punto de cambiar. Si lo supiera estaría encantada porque está deseando salir de la granja familiar, de sus hermanos pequeños, de su madre y s

"Hamnet" Maggie O'Farrell

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«Más tarde, y en lo que le quede de vida, pensará que si hubiera ido en ese mismo momento, si hubiera recogido las bolsas, las plantas, la miel y se hubiera ido a casa, si hubiera prestado atención a la inquietud brusca y sin nombre que sentía, tal vez hubiera podido evitar lo que pasó a continuación. Si hubiera dejado que las abejas se las arreglaran solas e hicieran lo que tuvieran que hacer en vez de esforzarse en obligarlas a volver a las colmenas, tal vez hubiera podido adelantarse a lo que iba a suceder» . Lo primero que se lee en la sinopsis de la editorial es que esta novela trata sobre la muerte de un hijo, el pequeño Hamnet de once años, y el dolor que deja en su familia, sobre todo en su madre. Es también la idea que yo he sacado tras leer varias reseñas de la novela y, sin embargo, cuando muere el niño, llevamos ya casi leído un setenta por cien de Hamnet . Hasta entonces, hemos asistido a la juventud de sus padres, a cómo se conocieron y a cómo su madre, Agnes, forzó la si

"Instrucciones para una ola de calor" Maggie O'Farrell

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"Calor, calor. Un calor que despierta a Gretta justo al amanecer, la arroja de la cama, la impulsa escaleras abajo. Un calor que ronda por la casa como un invitado inoportuno: recorre los pasillos, se arremolina alrededor de las cortinas, se apoltrona en sillas y sillones. El aire en la cocina es como una entidad sólida que lo llena todo, que empuja a Gretta contra el suelo y contra la mesa.  Sólo a ella se le ocurre ponerse a hornear pan con este calor. [...] Lleva toda su vida de casada haciendo pan casero tres veces a la semana, y no va a dejar que una minucia como una ola de calor se lo impida ahora" .  Es un día bochornoso de verano en Londres, concretamente el 15 de julio de 1976. Gretta no lo sabe, pero ese día va a desaparecer su marido. Robert, ya jubilado, sigue con su costumbre de salir de casa a las seis cuarenta y cinco en punto de la mañana. Ya no lo necesita, pero a esa hora una especie de hormigueo le impulsa fuera de casa. Por eso Gretta sabe que en cualquier

"La extraña desaparición de Esme Lennox" Maggie O'Farrell

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"Todo empieza con dos chicas en un baile. Están a un lado de la sala, una de ellas sentada en una silla, abriendo y cerrando el carnet de baile con los dedos enguantados; la otra de pie, contemplando el desarrollo de la danza: las parejas que dan vueltas, las manos agarradas, el taconeo de los zapatos, las faldas al vuelo, la vibración del suelo. Es la última hora del año y la noche tiñe de negro las ventanas. La chica sentada va vestida de un tono pálido, Esme no recuerda cuál; la otra lleva un vestido rojo oscuro que no la favorece. Ha perdido los guantes. Aquí comienza" . Así comienza la historia que Esme tiene en su cabeza, aunque ella misma sabe que no es así cómo comienza, que comienza mucho antes, en otro país, en otro continente, en otro mundo, aunque termine sin duda alguna, mirando los recuerdos a través de una rejilla que cubre una ventana. O tal vez no. Así comienza la historia de Esme Lennox, porque la historia de este libro comienza mucho después. Comienza

"Tiene que ser aquí" Maggie O'Farrell

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Fue la buena reseña de @latitaquelee  para " Abrir un libro " , y también, no voy a negarlo, la garantía que Libros El Asteroide me proporciona, lo que hizo que me acercara a esta autora con su última novela, " Tiene que ser aquí ".  "Una" compleja historia de amor y desamor, que se escapa del género romántico"  dice Noemí (la tita que lee) en dicha reseña. Me convence, a medias, que se escape de lo puramente romántico, pero solo a medias.  No me gustan las novelas románticas, a no ser que sean muy buenas y vengan precedidas del prestigio de la historia. ¿Es Jane Austen una escritora romántica? ¿Lo son las Brontë? Pues sí, seguro que sí, pero no solo románticas; pero precedidas por el aura de lo clásico y consagrado. Pero ¿quién consagra a Maggie Farrell?  Y ahí es donde cobra importancia el papel de la editorial, porque de los muchos libros de Libros El Asteroide que he leído, falta aún el primero del que pueda decir que me ha defraudado. Y const