"El cazador de estilemas" Alex Grijelmo
Desde que la escritura mecánica ha hecho imposible la grafología como prueba criminal y desde que los ordenadores y los cibercafés han enviado al baúl de los recuerdos el descubrimiento del autor del delito por la letra mellada de una máquina de escribir, el envío de anónimos se ha convertido en un delito que queda impune por cuanto es imposible descubrir al emisor de los mismos. Al menos hasta que llegó Eulogio Pulido. Eulogio Pulido es un profesor universitario de filología, en paro y arruinado por una estafa con la que le traicionó su antigua novia: ella se fugó con la cuenta corriente que estaba a nombre de ambos, aunque el dinero era solo de Eulogio, y a él le dejó con las deudas que eran de ella, aunque estuvieran solo a nombre de él. Sobrevive como puede gracias a su labor como crítico literario para un periódico en el que se mantiene por su amistad con Joaquín Polo. "Las charlas entre Polo y yo nos permitieron trabar una pronta amistad, que aún perdura. Por eso un ...