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Mostrando entradas de abril, 2022

"El halcón maltés" Dashiell Hammett

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Con esta reseña colaboro con el concurso de relatos de  El tintero de oro  de abril, dedicado a " El halcón maltés " de Dashiell Hammett. La reseña no participa en el concurso, Tan solo pretende contribuir al homenaje que a la obra y al autor rinde El tintero de oro en este mes de abril.  Recomiendo seguir el enlace de más arriba si se quiere conocer más a fondo la vida de Hammett que es tan interesante o más que sus novelas. Hasta fue detective privado como Sam Spade, y David Rubio nos lo cuenta. «Samuel Spade tenía una mandíbula larga y huesuda y la barbilla le formaba una protuberante V bajo la V menos rígida de su boca. Las fosas nasales se curvaban hacia atrás, formando otra V de menor tamaño. Los ojos, de un gris amarillento, eran horizontales. Pero el motivo en V volvían a retomarlo las cejas, más bien espesas, desarrollándose a partir de unas arrugas gemelas por encima de la nariz ganchuda, lo mismo que el pelo castaño claro que, arrancando desde las sienes altas y a

"La librería ambulante" Christopher Morley

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«Me pregunto si no hay un montón de creencias bobas alrededor de la educación superior. Nunca he conocido a nadie que por ser hábil con los logaritmos y otras formas de poesía fuera más ducho lavando platos o zurciendo calcetines. He leído todo lo que he podido y me niego a «admitir impedimentos» para amar los libros; asimismo, he conocido a muchas personas buenas y razonables echadas a perder por un exceso de letra impresa. Por otro lado, leer sonetos siempre me ha provocado hipo» . Quien así habla en el comienzo de  La librería ambulante  es Helen McGill que se dispone a contarnos como pasó de ser la simple hermana de Andrew   McGill,  un escritor célebre, y de hornear hogazas de pan como más simple ama de casa, a la feliz propietaria de una carreta que se convertía en biblioteca con unos movimientos en su estructura.  Helen vivía con su hermano en la granja que compraron con los ahorros de ambos. Ella le estaba muy agradecida por haberla librado de un penoso destino de institutriz y

"Madrid prisión" Paco Gómez Escribano

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«La gente entraba y salía de las tumbas como si fueran conejos abandonando y regresando a sus madrigueras infectas. Se pasaba del silencio al griterío más estridente en cuestión de segundos. Vi sobre todo peleas, pero también hombres y mujeres trabajando en diversas labores. Los críos intentaban sin mucho éxito cazar ratas, cada vez más mermadas. Terminarían por extinguirse. Había hogueras por todas partes que, de seguir lloviendo, acabarían extinguidas frustrando los sueños caloríficos de los moradores de tumbas» .  No estamos ante una historia de zombies aunque lo pueda parecer, o tal vez sí. El Madrid que nos trae Paco Gómez Escribano en Madrid prisión , el barrio de Canillejas que nos presenta en esta novela, nada tiene que ver con el que estamos acostumbrados a ver en las otras obras del autor. Este Madrid se parece más al de David Llorente en Madrid: frontera , aunque tampoco es exactamente igual.  «Canillejas, San Blas, Fuencarral, Canillas, Vallecas, Villaverde, Carabanchel, El

"La señora March" Virginia Feito

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«George March había escrito otro libro. Era un volumen grueso, y la cubierta mostraba un óleo de la escuela holandesa en el que una joven sirvienta se tocaba el cuello con recato. La señora March pasó por delante de una de las librerías del barrio y, en el escaparate, vio una pirámide impresionante de ejemplares de tapa dura. El libro pronto sería proclamado la obra maestra de George March y, aunque ella no lo supiera, ya había empezado a ascender en todas las listas de los más vendidos y más sugeridos para clubes de lectura, se estaba agotando hasta en las librerías menos frecuentadas e inspiraba recomendaciones entusiastas entre grupos de amigos» . La señora March está haciendo las compras. Al día siguiente da una fiesta en su casa para celebrar la publicación de ese último libro de George. Ahora está en su pastelería favorita y sobre el mostrador, ya en bolsas de papel, se encuentran su pan de aceitunas, sus magdalenas del desayuno y los macarons para el postre de la fiesta. Pero la

"Los ingratos" Pedro Simón

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«Cuando por fin se despierta, nota el bulto tibio. Se gira en un duermevela, palpa, duda, entonces sobreviene el horror. Se da cuenta de dónde está y de lo que ha pasado: lo que está ahí es el cuerpo sin vida del hijo único, blando como un peluche. Aplastado mientras dormía. Los gritos salvajes de después no se entienden nada. O se entienden mucho. —Ay, mi Currete —dice ahora.  [...] Hace casi un año que a la mujer se le ahogó el marido en un pozo y esta tarde acaba de perder al hijo que llevaban buscando desde que se casó. Nadie, nunca, bajo ninguna circunstancia, debería ver a una madre despertando así de una siesta» . Comienza fuerte Los ingratos . Comienza en 1961, en un lugar de la Mancha cuyo nombre en ningún momento se menciona. Comienza arrugándonos el alma hasta extraernos un aullido de terror, y salta sin solución de continuidad a 1975, a un coche en el que viaja una familia escuchando canciones de  Víctor Jara, de Atahualpa Yupanqui. No lo menciona, pero imagino que en aquel

"Irreal como la vida misma 2" Josep M. Panadés

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Va ya para cuatro años que publiqué la reseña de Irreal como la vida misma . Entonces no sabía que iba a ser el primer volumen de una serie de la que por ahora van dos. Aquel primer volumen se había publicado en diciembre de 2016, por lo que había tardado más de un año en llegar a mí. Tampoco hacía demasiado tiempo que había descubierto el blog de Josep María y sus estupendos relatos. Decía yo al comenzar aquella entrada en septiembre de 2018,  « Cualquiera que se haya acercado un poco por este blog sabe que el relato no es mi género favorito, pero estos venían con un aval importante: su autor es Josep María Panadès, el administrador del blog Retales de una vida , donde a base de esos retales que son las historias cortas nos va confeccionando una realidad paralela, a veces más creíble que la propia realidad, a veces tan fantástica que nos obliga a creer en algo más de lo estrictamente razonable, pero siempre desafiando a la imaginación, con unas tramas interesantes que van envolviéndon

"Los años ligeros" Elizabeth Jane Howard

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«La Duquesita pertenecía a una generación y a un sexo cuyas opiniones sobre asuntos más serios que las enfermedades infantiles y otras preocupaciones domésticas jamás se habían consultado, pero esto no significaba que no las tuviera: sencillamente, formaban parte del inmenso cajón de sastre de asuntos que las mujeres no mencionaban nunca y mucho menos discutían. Y no, como en el caso de sus funciones fisiológicas, porque no fuera decoroso, sino porque, en lo tocante a la política y al gobierno general de la raza humana, era inútil. Las mujeres sabían que los hombres gobernaban el mundo, que tenían el poder y que, corrompidos por este, a la menor provocación se peleaban por tener más, mientras que la injusticia permeaba las vidas de las mujeres como aquellas palabras incrustadas en los palotes de caramelo. Ahí estaban sus hermanas solteras, por ejemplo, educadas, como ella, para casarse y nada más; pero incluso esa carrera, la única que los hombres consideraban adecuada, suponía depende