"El púgil" Javier Gimeno
"Héctor no vio una luz blanca al final del túnel, tampoco una dama pálida vestida de negro le cogió con sus manos gélidas. Pronunció «eran tres» antes de que le introdujeran en la parte trasera de la ambulancia. El personal de limpieza esparcía serrín sobre la oscura mancha que había dejado en el asfalto en el mismo momento en el que una pareja de policías dio la noticia a su madre desolada" . Héctor es un adolescente que empieza a coquetear con el consumo y el trapicheo. Quiere ganar dinero para poder escapar con su novia del barrio, de la casa, de la familia. Pero se ha metido en un terreno vedado; le está invadiendo el negocio a alguien. Es como la invasión de una pulga en un campo de fútbol, pero hay quien siente la necesidad de espantar pulgas a cañonazos y, además, una advertencia a tiempo espantará otras posibles amenazas. Es por eso por lo que nada más empezar la novela Hector, el Rasti, solo podrá recordar que " eran tres ". A partir de esta introducci