"El tiempo sin ventanas" Elena Chizhova
«Mi primer recuerdo: la nieve... Puertas. Un caballo blanco, flaco. Voy con las abuelas detrás del carruaje. Qué grande el caballo, y qué sucio. Y ese pértigo tan largo, que se arrastra por la nieve. Dentro del carruaje hay algo oscuro. El ataúd, dicen las abuelas. Reconozco la palabra y me extraño más todavía: el ataúd debería ser de cristal, como en los cuentos. Entonces todos verían que mamá está dormida y que pronto se despertará. Todo esto lo sé, pero no puedo explicarlo. De pequeña no sabía hablar. Mamá me llevó a varios médicos, a los especialistas, todo en vano: ninguno encontró la causa. Tendría ya unos siete años cuando, de pronto, rompí a hablar, aunque no me acuerdo de cómo ni por qué ocurrió. Las abuelas tampoco lo recordaban; ni siquiera cuáles fueron mis primeras palabras. La de veces que se lo habré preguntado, pero solían contestar que lo entendía todo y que, además, no paraba de dibujar, así que tenían la sensación de que les hablaba. Se habían acostumbrado a responde...